Críticas a la proyectada reforma
de la DGI
"Abiertos
a discutir en la coalición de gobierno". Diputado José
Amorín (Partido Colorado, Lista 15). "Compartimos el
diagnóstico, no la propuesta". Secretario de la Asociación
de Funcionarios de la DGI, Raúl Gómez.
EN PERSPECTIVA
Martes 23.10.01, 09.05.
JOSÉ PEDRO DÍAZ:
Cuando hablamos de déficit fiscal, hablamos básicamente
de dos cosas: recortar los gastos y mejorar los ingresos. Y cuando
hablamos de mejorar los ingresos casi automáticamente miramos
a la Dirección General Impositiva (DGI). Hacia allí
está mirando el Ministerio de Economía y Finanzas
(MEF), que presentó un
proyecto para reformar al principal organismo recaudador del Estado.
Este jueves, el ministro de Economía y el titular de la DGI,
Bensión y Brasca, van a ir a la Comisión de Hacienda
de Diputados para seguir trabajando sobre el tema.
Para avanzar
en esta noticia hemos convocado al diputado José Amorín,
coordinador de la bancada de la Lista 15, Partido Colorado. Aquí
se habla de mejorar el combate a la evasión y dar más
transparencia a la gestión de la DGI; ¿es así?
JOSÉ
AMORÍN:
Sí, ésos son los objetivos fundamentales. Pretendemos
mejorar la eficiencia del funcionamiento de la DGI y dar más
transparencia a una institución, que seguramente tiene muy
buenos funcionarios y que en el último año y medio
ha sido bastante castigada por distintos hechos que han salido a
la opinión pública.
JPD - Para lograr
estos objetivos, ¿por dónde se está pensando
la reforma de la DGI?
JA - Esta reforma
tiene tres líneas principales. La primera es la creación
de un Cuerpo Técnico Tributario en que los funcionarios fiscalizadores
y los que están alrededor pasan a un status de incompatibilidad
absoluta con otra función, con una mejora de retribución,
y en lugar de ser funcionarios presupuestados pasan a ser contratados
por períodos de tres años con evaluaciones semestrales
al final del período. Quienes no lleguen a un cierto nivel
o a un porcentaje -lo estamos viendo- perderían el contrato.
JPD - ¿Por
qué la necesidad de este cambio?
JA - Pensamos
que las principales críticas de este último año
y medio a la DGI tienen algún fundamento, en cuanto a que
los funcionarios que están en estas áreas, además
de ser funcionarios de la Impositiva asesoran a algunas empresas
en materia tributaria.
JPD - Estamos
hablando de incrustar una especie de cuerpo de elite en medio de
la estructura de la DGI. ¿Esto no va a crear fricciones,
no puede ser un elemento distorsionador?
JA - Pensamos
que no. Este Cuerpo Técnico Tributario sustituiría
a toda un área de fiscalización y áreas conexas
que ya no estarían cumpliendo esta función: no habrá
dos áreas cumpliendo la misma función. En caso de
aprobarse la ley, el cuerpo técnico tributario cumpliría
la función que hoy está cumpliendo Fiscalización
y áreas conexas.
JPD - ¿Cómo
se elige a los funcionarios que van a integrar este cuerpo?
JA - Hasta un
60% de esos funcionarios, que serían algo más de 400,
provendrían de entre los actuales funcionarios de Fiscalización
que opten por este cambio en su status administrativo, y el resto
ingresaría por concurso.
JPD - Hasta
un 60% de los funcionarios que acepten cambiar de estatuto. Pero
un 40% queda fuera, y probablemente no todos acepten el cambio de
estatuto. ¿Qué pasa con esos funcionarios?
JA - Puede haber
quienes por distintos motivos no quieran optar por esta situación,
que no quieran dejar su situación presupuestada y pasar a
contratados, serán redistribuidos en la administración.
Nadie va a ser privado de su empleo público. Queremos dejar
claro este tema, que nos parece importante.
JPD - Además
de la creación de este cuerpo, usted hablaba de otras dos
líneas importantes.
JA - Para dar
transparencia a todo este procedimiento se ha creado dos institutos
más: un Tribunal de Concursos integrado por siete miembros
representantes de distintas actividades del Estado -Universidad,
el propio Cuerpo Técnico Tributario, MEF- para dar absoluta
transparencia a los concursos para el ingreso a este cuerpo. También
hemos dicho, y lo ha hecho público el ministro, que, en caso
de que esto no dé garantías suficientes a los actores
que están en esta área, estamos dispuestos a hacer
las modificaciones necesarias en la integración del cuerpo
para que todos estén absolutamente tranquilos y seguros de
que esto va a ser transparente.
JPD - Claro,
pero estamos hablando exclusivamente de la integración de
ese cuerpo, no de transparencia en la gestión de la DGI.
JA - Aquí
viene el tema: el tercer instituto que se crea es una Auditoría
Operativa Tributaria, que va a depender del MEF y que va a entender
en todo tipo de denuncias que se haga por y para el funcionamiento
de la DGI. Este organismo va a estar integrado por cinco miembros:
dos del MEF, dos del Cuerpo Técnico Tributario y uno del
Consejo Superior Empresarial (Cosupen), que pensamos que son los
representantes de los contribuyentes que pueden tener problemas
con los inspectores. También en este tema estamos dispuestos
a conversar sobre la integración del organismo para dar garantías
absolutas a todo el mundo. Esta es la principal garantía
para la población: que hay un organismo no dependiente de
la DGI sino del MEF que va a estar controlando el buen funcionamiento
del cuerpo.
JPD - No soy
un experto en el tema, pero me da la impresión de que todos
los elementos que usted está planteando implican reformas
bastante profundas en la estructura de la DGI. Puedo leer de todo
esto que la disconformidad del Poder Ejecutivo con el funcionamiento
de la DGI es muy grande.
JA - Yo no diría
que es tan así, pero puedo decir que son cambios necesarios
y que hemos ido dejando pasar. El otro día decía el
ministro de Economía en la comisión que podríamos
tener esa actitud y decir "Esperemos que pase esta tormenta
de ataques a la Impositiva que, como todas las cosas políticas,
pasará. Sigamos como estamos". Pero creemos que es un
buen momento para cambiar. Creo que esto va a mejorar enormemente
el funcionamiento de la DGI. Quizás con los mismos funcionarios
o con muchos de los mismos funcionarios y distinto estatuto, la
DGI pueda funcionar mejor.
JPD - Todo esto
tiene un costo, y para financiarlo se está hablando de la
creación de otro impuesto. Este aspecto ya está generando
reacciones negativas. ¿Es la única manera, es la mejor
solución para financiar la reforma de la DGI?
JA - Constitucionalmente,
cuando se crea un gasto se tiene que definir de dónde sale
el dinero, lo que me parece saludable. El Poder Ejecutivo ha estimado
este gasto en U$S 7 millones; pensamos que a su vez va a aumentar
la recaudación -quizás no inmediatamente pero va a
aumentar-, de modo que, en cuanto al impuesto, pienso que es la
principal discusión que vamos a tener con nuestro socio en
el gobierno, el Partido Nacional. Trataremos de sacar adelante una
financiación razonable, que no pegue en el bolsillo de los
uruguayos y que en definitiva logremos lo que todos queremos: una
mayor recaudación para apuntar en términos generales
a todos los impuestos. Estamos recaudando poco, el país está
recaudando bastante menos que en 1998, fruto de estos años
de crisis. Si logramos una reactivación económica
-que pensamos que va a venir pronto- y mejoramos la recaudación,
seguramente vamos a poder distribuir mucho mejor la carga impositiva.
JPD - Pero también
podría pensarse que, si esta reforma apunta a mejorar la
capacidad recaudadora de la DGI, si van a aumentar los ingresos
porque el organismo va a ser más eficiente, ¿no se
podría utilizar ese aumento de ingresos para financiar la
reforma?
JA - El aumento
no va estar en primera instancia. Esto va a demorar en comenzar
a funcionar. En el Parlamento estamos trabajando exactamente en
ese tema: vamos a ver cómo podemos hacer compatible el cambio
de la DGI con un aumento en la recaudación, y ver cómo
manejamos el tema del impuesto, que es el tema que hoy nos está
creando dificultades en la coalición de gobierno.
JPD - Voceros
importantes del Partido Nacional ya adelantaron ayer que no les
gusta crear un impuesto para financiar la reforma de la DGI. Si
el Partido Nacional no se termina de convencer de votar un impuesto,
no va a tener mayorías parlamentarias. ¿Se está
manejando alternativas?
JA - Estamos
manejando alternativas. Por supuesto que si el Partido Nacional
no lo vota no tendremos la mayoría necesaria, de modo que
estamos trabajando a los efectos de que la reforma salga, lo que
nos parece muy importante. En definitiva el impuesto no es el tema
principal de la ley, pero necesitamos una financiación.
JPD - ¿No
nos puede adelantar por dónde están buscando esas
alternativas?
JA - Estamos
trabajando en el tema.
JPD - ¿No
nos puede adelantar nada?
JA - No, no
quiero adelantarlo.
***
JPD - Como lo
conversábamos recién con el diputado José Amorín,
el proyecto de reforma de la DGI no es una iniciativa que tenga
consensos sencillos, inmediatos. Una de las primeras voces que se
levantó en contra de esta iniciativa fue la de la Asociación
de Funcionarios de la DGI.
Estamos en línea
con Raúl Gómez, secretario de la Asociación
de Funcionarios. ¿Cuáles son las principales observaciones
que hacen ustedes a este proyecto?
RAÚL
GÓMEZ:
En principio discrepamos fundamentalmente con la filosofía
del mismo. Este proyecto no tiene en cuenta a la gran mayoría
de los funcionarios de la DGI. Escuchábamos recién
al diputado hablando de concurso, lo que nos parece muy bien. Pero
en la primera etapa los funcionarios van a ser designados, de acuerdo
a lo que dice el proyecto, por un puntaje de calificación
obtenido en 1999. De manera que en esta primera etapa no existiría
el concurso.
JPD - Pero la
calificación puede ser un concurso de méritos.
RG - Podría
serlo, en el caso en que los tribunales estuvieran integrados de
forma fehaciente. En todo este proceso no se ha tenido en absoluto
en cuenta la opinión de los funcionarios de DGI. Está
en la tapa de cualquier libro de administración que para
llevar adelante cualquier proyecto en el campo laboral debe contarse
con la anuencia expresa de aquellos que están directamente
involucrados en llevarlo adelante. En este caso no hemos sido consultados
absolutamente para nada, lo que a nuestro juicio revela una especie
de menosprecio hacia el funcionario de DGI en su calidad intelectual
y moral. No olvidemos que el funcionario de DGI ha sido denostado,
generalmente en forma anónima, a través de diferentes
medios de difusión.
Aquí
estamos dando la batalla acerca de un proyecto que consideramos
inconveniente, tanto para el Estado como para los propios funcionarios
y que, como se mencionó en la entrevista con el diputado
Amorín, evidentemente fractura a la DGI. Va a quedar integrado
un cuerpo de funcionarios muy bien remunerados y una cantidad impresionante
de funcionarios del interior del país totalmente excluidos,
que son tan buenos como los de Montevideo -o mejores- y saben hacer
un montón de tareas. Estos funcionarios son excluidos; no
se los tiene en cuenta, lo que va a incidir en que quede una DGI
totalmente quebrada. Hay experiencias anteriores en este sentido,
en otras oportunidades se intentó hacer reformas de este
tipo que dieron lugar a procesos muy dolorosos que terminaron en
forma bastante fea y que en su momento -1965, 1966- condujeron a
la creación de la actual DGI.
En estos momentos
se crearía ese cuerpo de elite de "superfuncionarios"
muy bien remunerados y otra DGI que subsistiría; ojo: en
cualquier organismo recaudador Fiscalización no es un ente
aislado que funcione por sí mismo, precisa todo el apoyo
de una cantidad de funcionarios que no salen directamente a la tarea
de fiscalizar. Estamos hablando de toda la parte de informática,
administrativa y de lo que tiene que ver con la ley, o sea la parte
integrada por escribanos, abogados y demás. De manera que
no podemos crear un cuerpo que quede aislado en el tiempo y el espacio,
que va a tener que depender de los datos y del trabajo de otro cuerpo
que estará ganando sensiblemente menos, salarios muy disminuidos
respecto a los anteriores.
JPD - Previo
a la reforma, ¿la Asociación de Funcionarios de la
DGI está conforme con el funcionamiento del organismo o coincide
-por lo menos en el diagnóstico- en la necesidad de iniciar
un proceso de reforma dentro del organismo?
RG - Estamos
absolutamente convencidos de que hay que reformar al organismo.
JPD - ¿Hacia
dónde apuntan ustedes en ese diagnóstico?
RG - En este
momento no tenemos un proyecto alternativo, lleva mucho tiempo confeccionar
uno y -reitero- como hemos sido ignorados en la parte de confección
de éste por parte del Poder Ejecutivo, hasta este momento
lo que hemos hecho es estudiar lo que se propone y tratar de introducir
alternativas a ese proyecto, que es totalmente nocivo para el funcionamiento
del Estado.
Hay la necesidad
perentoria de que la DGI cambie. Entre las cosas que esta gremial
ha propuesto y llevado adelante desde 1985 está, por ejemplo,
la reinstauración de la carrera administrativa, porque desde
la época de la dictadura la DGI los cargos de encargados
en nuestra Dirección obedecen a nombramientos directos.
JPD - Usted
planteaba básicamente dos argumentos centrales: que este
proyecto de reforma no tiene en cuenta a la mayoría de los
funcionarios actuales de la DGI, y que para la elaboración
del mismo no se consultó a los propios funcionarios, que
se supone conocen perfectamente los puntos altos y bajos del organismo.
Entiendo que usted califique esto como inconveniente para los funcionarios,
pero usted también dice que también lo es para el
Estado. No me queda claro por qué hace esa afirmación
tan tajante.
RG - Si el proyecto
funcionara, al Estado le sería reintegrado el desembolso
en sueldos que va a hacer, tendría un retorno rápido.
Pero nadie asegura que, sin tomar las medidas de organización
administrativa pertinentes, esta sola designación de funcionarios
con alto costo en remuneración garantice un retorno rápido
del dinero invertido.
JPD - También
se está hablando de una auditoría en manos del propio
MEF para garantizar la gestión.
RG - Nosotros
estamos propugnando la autonomía económica del poder
central para que la oficina se maneje con sus propios dineros y
con criterios técnicos también propios para su funcionamiento.
JPD - Da la
impresión de que criterios como por ejemplo la incompatibilidad
del ejercicio de la función de inspector de la DGI con otro
tipo de actividades privadas y que el cuerpo de inspectores sea
bien remunerado son medidas que disminuyen la posibilidad de que
se cometa cualquier tipo de hecho de corrupción, parecerían
medidas sensatas.
RG - Totalmente,
estamos absolutamente de acuerdo con la incompatibilidad. Desde
1985 este gremio está bregando por que se tenga una buena
retribución al funcionario y por que la de la DGI sea la
única tarea que desempeñe. En ese sentido no tenemos
ninguna oposición.
JPD - Siempre
se habla de un nivel de evasión fiscal muy alto en nuestro
país, de varios cientos de millones de dólares por
año. La DGI, con los funcionarios actuales, ¿está
en condiciones de resolver el problema, al menos en lo grueso?
RG - Hay varios
problemas. En primera instancia y para que vea cómo ha sido
el funcionamiento de la DGI en los últimos años, le
diría que hace más de 15 años que no se hace
un estudio serio acerca de la evasión fiscal. El último
que conozco data de 1984, que situaba la evasión en un 32%.
Respecto a eso
debemos decir que las épocas de crisis acentúan la
evasión, más cuando, de alguna forma, el contribuyente
sabe que su actuación tributaria va a ser pobremente fiscalizada.
A tal punto, que en el sistema actual lo que la DGI recauda por
fiscalización es alrededor del 8% de la recaudación
total, lo que no habla mal de los compañeros de fiscalización
sino de quienes están a cargo de realizar la disposición
de las tareas. Pienso que con el cuerpo tal cual está, si
no hay un rediseño de la dirección, va a ser muy difícil
que se logre aumentar la recaudación por concepto de combate
a la evasión. Y este proyecto, justamente, en absoluto nos
asegura que eso vaya a suceder.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón
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