15.02.2002

 


URUGUAY SIN GRADO INVERSOR (1)

Porzecanski: tras la "bofetada" de la región,
S&P señala las vulnerabilidades conocidas

Arturo Porzecanski, economista jefe para países emergentes del ABN-AMRO Bank, en Nueva York, advirtió que el mercado ya había rebajado de hecho la calificación de Uruguay. Desde el default argentino, los bonos uruguayos se cotizan a una tasa de 1 o 1,5% por encima de la anterior. "A menos que la decisión de S&P produzca un círculo vicioso de expectativas desfavorables, pudiera ser que las tasas de interés no aumenten mucho más", estimó.


EN PERSPECTIVA
Viernes 15.02.02, Hora 7.40.


EMILIANO COTELO:
La calificadora internacional Standard & Poor's (S&P) rebajó la calificación de la deuda uruguaya en moneda nacional y extranjera, tanto a largo como a corto plazo. Algo que se temía desde hace semanas, ahora se concreta. De esta manera Uruguay pierde su grado de inversión o "investment grade", con esta agencia. No se sabe todavía qué pasará con las otras agencias calificadoras. Uruguay había conseguido el investment grade en junio de 1997 y esto le había permitido endeudarse a tasas significativamente más bajas en comparación con los países de la región. Con esta decisión la calificación sobre el endeudamiento en moneda nacional a largo plazo pasó de BBB+ a BBB-, y en moneda extranjera pasó de BBB- a BB+, según la escala que maneja esta agencia. Se agrega que en cuanto al endeudamiento a corto plazo en pesos, la categorización pasó de A2 a A3, mientras que en moneda extranjera pasó de A3 a B.

Según declaró al diario El País, Lisa Schineller, analista de S&P para la deuda uruguaya, la nueva calificación refleja la estimación de que las medidas de ajuste fiscal que negocia el gobierno con el Partido Nacional no alcanzarán para equilibrar las cuentas públicas. Además dijo que, en la medida en que se prevé una caída del Producto Bruto Interno (PBI) de 2% para este año, el aumento de impuestos y la creación de otros es algo contraproducente y puede profundizar la recesión. Según dijo esta analista, "vemos que el gobierno está trabajando duro, pero a nuestro juicio el recorte planteado por la administración de Jorge Batlle es muy similar a los que se plantearon en años anteriores, que no llegaron a dar los resultados esperados". En particular S&P es poco optimista en cuanto a los efectos que tendrá lo que se planifica en materia de baja del gasto. Por otro lado se critica la recurrencia a creación o aumento de impuestos.

Esta analista expresó que Uruguay tiene una estructura muy rígida en sus gastos, dado que la enorme mayoría de estos se aplica al pago de sueldos públicos y jubilaciones. "Una posibilidad sería reducir los salarios del sector público, aunque sabemos que es muy difícil de concretar" dijo.

"Nos gustaría haber visto un ajuste estructural, que fuera persistente en el mediano y largo plazo, además de una respuesta más rápida por parte de las autoridades", señaló.

En cuanto al impacto que esto tendrá sobre el endeudamiento afirmó que "posiblemente aumente los costos de las emisiones. Al mismo tiempo, los bonos seguramente desciendan en el corto plazo".

Schineller sostuvo que la perspectiva "negativa" de la deuda pública implica que "existe la posibilidad de que si el déficit fiscal no baja y si prosigue la presión en el sistema financiero por la situación de los bancos Comercial y Galicia (que afecta la imagen de Uruguay como refugio financiero), se baje nuevamente la calificación".

El comunicado que divulgó ayer la calificadora indica que la rebaja refleja la dificultad del gobierno en resolver significativamente la debilidad fiscal y estructural del país.

"Estas debilidades han sido incrementadas por las mínimas perspectivas de crecimiento, dada la inherente dependencia del Mercosur y la fragilidad en el sector financiero", explica.

Además el comunicado sostiene que el déficit fiscal del gobierno solamente "puede bajar marginalmente en el 2002 (a pesar de su intención de llevarlo a 2,5% del PBI, desde el 4,5% en que se ubicó a fines del año pasado)". El comunicado también considera que la depreciación del peso, el aumento en el ritmo devaluatorio, aumentará el costo del servicio de la deuda.

A juicio de S&P la debilidad estructural de Uruguay impide al país sobreponerse a los severos shocks externos.

Vamos a averiguar cuáles son las repercusiones de este pronunciamiento desde dos puntos de vista.

En primer lugar vamos a consultar a un representante de quienes utilizan estos informes de las agencias calificadoras de riesgo como insumo relevante en su toma de decisiones, me refiero a quienes aconsejan a inversores dónde colocar su dinero.

El diálogo es con el doctor Arturo Porzecanski, economista jefe para países emergentes del ABN-AMRO Bank, en Nueva York.

Porzecanski, ¿usted está de acuerdo con los argumentos, con el análisis de S&P?

ARTURO PORZECANSKI:
Sí, el informe de S&P menciona las vulnerabilidades que todos en nuestro corazón sabemos que existen en el caso uruguayo y el hecho de que el país ha sido abofeteado por toda una serie de circunstancias adversas, contra las cuales las autoridades han reaccionado de una forma muy responsable. Lamentablemente las fuerzas que se han movido en contra del país han sido muy poderosas y, como se advierte allí, el déficit fiscal, pese a los mayores esfuerzos realizados, aumentó mucho en los años 2000 y 2001, por lo que estamos comenzando el año 2002 con la necesidad de minimizarlo nuevamente.

EC - ¿Qué peso cree usted que tuvo en la definición de S&P la reciente crisis del sistema financiero uruguayo? Se lo pregunto porque este factor aparece mencionado en el comunicado.

AP - Creo que las últimas noticias relacionadas a los bancos Comercial y Galicia acabaron por colocar a Uruguay dentro del radar de los preocupados. Si no hubieran ocurrido los últimos acontecimientos, probablemente S&P no hubiera tomado la decisión que tomó ayer. Claramente estamos todos operando bajo el supuesto de que son casos aislados y de que el sistema financiero sigue muy sobrio, pero no cabe duda de que lo ocurrido con las dos instituciones bancarias puso al país en una situación que llamó la atención sobre su vulnerabilidad frente a los acontecimientos en la otra orilla del Río de la Plata.

EC - ¿Hay que esperar que las otras agencias calificadoras de riesgo, Moody's y Fitch Ibca, hagan lo mismo que hizo ayer S&P con Uruguay?

AP - En general las agencias de calificación tienden a moverse de forma coincidente, aunque obviamente no coordinada porque compiten entre sí. De las tres agencias principales, Moody's todavía ni siquiera ha alertado oficialmente de que hay problemas cada vez más serios. Mientras tanto la otra agencia, Fitch, ya tomó la decisión que había tomado S&P hace unas semanas: alertó que podía cambiar su calificación. Por ende, si hubiera una secuencia lógica, lo más probable es que la agencia Fitch también rebaje su calificación en las próximas semanas. La gran pregunta es si Moody's seguirá esta corriente o se conformará con un alerta, sin hacer la rebaja.

EC - ¿Cuáles son las consecuencias inmediatas de esta nueva situación para Uruguay?

AP - Parte de las consecuencias ya llegaron. Si vemos la cotización de los bonos de la República Oriental del Uruguay en los mercados internacionales, prácticamente desde principios de año, es decir desde que las cosas se descontrolaron en Argentina, han empezado a cotizarse con un descuento, como si hubieran perdido el grado de inversión. Los mercados ya han dado su veredicto: el país ya no es de grado de inversión. Obviamente, los mercados tienden a ser más volátiles, a reaccionar más rápidamente en una u otra dirección, de manera que no es un fallo definitivo. Se diría que el fácil acceso que el país tenía a tasas de interés muy bajas en los mercados de capitales internacionales se ha comprometido desde hace ya varias semanas, que los mercados ya han dado su veredicto.

EC - ¿Esta situación es inamovible? ¿Qué debería hacer Uruguay para cambiarla?

AP - Hay dos tipos de elementos, algunos exógenos y otros endógenos, que podrían hacer cambiar la situación. Si los problemas en Argentina se resolvieran en los próximos meses, si Brasil saliera adelante sin mayores consecuencias a pesar de la incertidumbre política que vivirá en los próximos meses, si la economía mundial reflotara, impactando favorablemente sobre los precios de las materias primas y la demanda de los productos que exporta Uruguay, la situación se podría revertir, si no este año al menos el que viene.

Por otro lado, están los factores endógenos, la política económica. En ese sentido el comunicado de S&P apunta a los problemas que han ocurrido, en particular a las reformas estructurales del país, que han sido mínimas en los últimos años, tan difíciles, y claramente insuficientes para paliar la situación de un vecindario tan difícil.

EC - ¿Cuáles serán las consecuencias prácticas, en lo inmediato y en el corto y mediano plazo? ¿Qué aumento de tasas hay que esperar?

AP - Como mencioné, los mercados ya han empezado a descontar los bonos a una tasa que implica que Uruguay ya no tiene el grado de inversión. Por ejemplo, bonos de mediano y largo plazo ya se cotizan a una tasa de interés de 1%, 1,5% por encima que antes de manera que a menos que la decisión de S&P produzca a su vez un círculo vicioso de expectativas desfavorables, pudiera ser que las tasas de interés o de los bonos no aumenten mucho más.

Antía: fomentar concesión de obra pública y, con devolución de impuestos, mejorar competitividad. Entrevista con el economista Fernando Antía
Lista general de países calificados por Standard & Poor's

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe






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