La promesa del voto exterior y el debate renovado
Para el Frente Amplio, el voto de los uruguayos que viven en el exterior es un compromiso fuerte, que está en el programa de gobierno, recordó el diputado Diego Cánepa, quien defiende el proyecto oficial sobre el tema. Pero los rechazos cosechados por esa propuesta legislativa la destinaron al naufragio. Entre los opositores, está el nacionalista Gustavo Borsari. "Que una persona que hace 20 años no vive en el país pueda decidir sobre los destinos de los que estamos acá me parece profundamente equivocado".
Emitido a las 7.41.
EMILIANO COTELO:
¿Qué ocurrirá con el proyecto de ley para regular el derecho a voto de los uruguayos residentes en el exterior? Parece que va rumbo al naufragio.
Ayer, la Comisión de Constitución y Códigos de la Cámara de Representantes resolvió, por cinco votos contra cuatro, pasar el proyecto a consideración del plenario de la Cámara. Pero, pocas horas antes, el Directorio del Partido Nacional (PN) había ratificado que votaría en contra de la iniciativa y por tanto ya se da como un hecho que el proyecto quedará por el camino. Porque su aprobación requiere una mayoría especial de dos tercios que sin los nacionalistas no se alcanza.
Ante este escenario, el diputado frenteamplista Jorge Orrico, de Asamblea Uruguay, adelantó al matutino La Diaria que se está estudiando una reforma constitucional para encontrar un camino para este voto en el exterior.
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EC - Vamos a averiguar en qué estado se encuentra este debate y cómo se resuelve. Para eso estamos con los diputados Diego Cánepa (NE, FA) y Gustavo Borsari (H, PN).
Diputado Cánepa, ¿qué tipo de voto en el exterior se habilita según el proyecto que salió ayer de comisión?
DIEGO CÁNEPA:
El proyecto es el mismo que envió el Poder Ejecutivo a principios de 2005. Fue uno de los primeros proyectos que envió el gobierno. Es un voto epistolar. Hay dos mecanismos en el mundo para el voto de las personas en el exterior: el voto consular y el voto epistolar. Estamos dispuestos a ir al voto consular, pero como el PN manifestó que el problema es conceptual, que no comparte que los uruguayos en el exterior tengan derecho a votar, se votó el proyecto original, tal como vino del Poder Ejecutivo. Eso fue lo que sancionó la comisión.
Es verdad que la Comisión llegó a la conclusión y el Frente Amplio (FA) aceptó que se requiere una mayoría de dos tercios y se debe aplicar el artículo 77, numeral 7 de la Constitución, en vez del numeral 2, que implica la mayoría absoluta. Es por esa razón que, luego de un año de discusión, con diferentes informes para un lado y para el otro sobre este tipo de mayorías, se consideró que - más allá de la discusión jurídica- era necesario contar con un amplio consenso; independientemente de la opinión de la mayoría del gobierno.
EC - Diputado Borsari, ¿por qué el "No" del PN a este proyecto tal cual viene discutiéndose?
GUSTAVO BORSARI:
El diputado Lorenzo y yo presentamos un informe al Directorio del PN sobre la base de cuestiones de fondo y de forma. Las razones de fondo se fundan en un informe que el doctor Cassinelli Muñoz brindó a la Comisión de Constitución y Códigos, con base en que Uruguay ha consagrado desde el fondo de los tiempos en su sistema constitucional la tesis del avecinamiento...Que aquellos que deben ejercer la ciudadanía a través del voto se avecinen al país. Esto también tiene asidero en la tesis de domicilio que Uruguay adoptó hace muchísimos años en contradicción con la tesis de nacionalidad. Es decir, que la persona que va a ejercer el voto, la ciudadanía, debe estar domiciliada en el país.
Esto viene de muy atrás. Otros países, como Italia y España, han adoptado otras tesis. Pero somos países muy distintos. En Uruguay hemos privilegiado el afincamiento. Cassinelli Muñoz dijo en la comisión, entre otras cosas, que las consecuencias negativas o positivas de un gobierno van a ser sufridas o usufructuadas por aquellos que estamos en el país. Tomamos ese razonamiento como válido y por eso nos oponemos a este proyecto de ley. No como discriminación de la gente que está fuera de Uruguay, pero gente que hace 10, 20 o 30 años que no está en el país puede influir en la votación. No sólo del presidente o de los legisladores, sino de los ediles de Tacuarembó, del intendente de Flores. Entonces, además de estas razones que hemos dado, nos parece absolutamente equivocado consagrar este proyecto.
EC - Diputado Cánepa, en el PN hay dos grandes motivos para la oposición. Uno es de tipo jurídico constitucional, incluso invocando a profesores como Cassinelli Muñoz o Martín Risso. Sobre esas razones, ¿qué responden ustedes?
DC - Hay dos discusiones. Una la que plantean el diputado Borsari y el PN, una discusión jurídica. Pero hay una discusión más política de fondo.
EC - Vamos a la jurídica primero.
DC - Hay alguna contradicción flagrante en algunos argumentos. Utilizar los argumentos jurídicos del doctor Cassinelli Muñoz y el argumento de que los uruguayos que residen en el exterior y votan no "sufren" las consecuencias, es una valoración política, no jurídica. Aparte, es absolutamente absurda. Porque entonces, ¿el PN propone que les vetemos la posibilidad del voto los uruguayos que viven en el exterior y viajan al país a votar? Hoy votan y no se avecinan. El concepto de avecinamiento no es venir al país por un día a votar. Y el concepto de radicación de domicilio tampoco es correcto. No es necesario tener domicilio en el país para votar. Es absolutamente falso. La Corte Electoral no exige que uno determine domicilio en el país. La persona que vive en el exterior y viene a votar tiene que tener la Credencial Cívica en regla. Es el único elemento burocrático que se necesita para ejercer el derecho al voto, además de las otras limitantes que establece la Constitución de la República. La Constitución no dice en lugar alguno que por el hecho de salir o no vivir en el país uno pierde la capacidad de voto o queda manumitido en su derecho a voto como ciudadano.
EC - Es interesante la respuesta del diputado Cánepa. ¿Cómo retruca el diputado Borsari? Ocurre todo el tiempo que uruguayos que viven en el exterior vienen para las elecciones. Votan y después se van. O sea que no experimentan las consecuencias directas de su voto.
GB Exactamente. Es un vacío que tenemos. Se está haciendo una chicana. No hay que olvidar que aquellos que vienen a votar mantienen su calidad de ciudadanos porque vienen. No recuerdo la norma, pero cuando uno no vota dos o tres veces pierde la capacidad de votar. Pierde la ciudadanía.
Voy a poner un ejemplo muy práctico, ya no constitucional, respecto de lo que decía Cassinelli, a quien asiste razón. En la elección pasada muchos uruguayos vinieron a votar. Votaron, se dieron el gobierno que quisieron. Este gobierno implantó el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esas personas que vinieron por 24 horas, votaron y se fueron (supongo que muchas habrán votado al FA) estatuyeron un gobierno que implantó este impuesto. Hoy, ese impuesto lo sufrimos y lo vamos a sufrir, lo vamos a pagar los uruguayos que estamos aquí.
EC - Pero pudieron votar.
GB - Sin embargo, los que vinieron por 24 horas no lo van a pagar. Es un ejemplo muy práctico de cómo se puede influir en decisiones que van a perjudicar o a beneficiar a quienes nos quedamos aquí.
EC - Diputado Cánepa.
DC - Para contestar un punto va a otro, y estoy de acuerdo, pero me llama la atención...Yo le tengo un enorme respeto al escribano Borsari, pero cometió un error muy grave. No se pierde la condición de ciudadano por no votar. La suspensión de la ciudadanía está establecida claramente en la Constitución de la República por otras razones.
GB - Se pierde la capacidad de votar.
DC - No hay pérdida de la capacidad de voto, cuando uno no vota en dos elecciones basta con que se inscriba nuevamente o verlo en la Corte Electoral.
GB - Usted comete un error, tiene que demostrar domicilio.
DC - No, simplemente tiene que ir a la Corte Electoral.
GB - Tiene que dar el domicilio.
DC - Pero usted dijo que se perdía la ciudadanía. Ahí radica el punto central de diferencia conceptual muy importante. El PN insiste en no reconocer la capacidad de voto de las personas en el exterior porque no las considera ciudadanas uruguayas. Es indiscutible que tienen capacidad de voto. Nadie pierde la calidad de ciudadano por el ejemplo que acabo de dar...Se me dice que hay un vacío legal, que es una chicana, pero en realidad no se tiene respuesta ante ese hecho evidente de que se viene a votar.
Si el PN quiere ser coherente con su razonamiento (que ahora vamos a explicar políticamente por qué es absolutamente equivocado), debería presentar mañana un proyecto de ley para prohibir venir a votar a todos los miles de uruguayos que viven en el exterior.
EC - Diputado Borsari, ¿por qué el PN no presenta un proyecto prohibiendo el voto de quienes viven en el exterior?
GB - Yo también respeto al diputado Cánepa. Pero le pido que no se meta en lo que el PN debe hacer, que comente las cosas del FA. El FA puede fundamentar y meter para adelante con el proyecto, decir sus bondades, lo que le parezca bien...Pero el diputado Cánepa no se debe meter en lo que debe hacer o no el PN. El PN opina a través de mi persona.
DC - Yo no estoy opinando en nombre del PN. Le pido que argumente lo que el FA quiere decir, no lo que el PN debe hacer.
GB - No hay ninguna duda de eso.
EC - Diputado Borsari, ¿va a contestar la pregunta que quedó planteada?
GB - Con mucho gusto. Las personas que no votan un par de veces pierden el derecho a votar.
EC - La pregunta que hacía el diputado Cánepa era por qué el PN no presenta un proyecto que prohíba que los que viven fuera vengan a votar.
GB - No estamos de acuerdo con eso. Por eso le pedía que no se metiera en lo que debe hacer el PN. El PN va a hacer lo que debe hacer, que es votar en contra de un proyecto que nada más ni nada menos que el doctor Cassinelli Muñoz (y voy más allá, el doctor Cánepa conoce de derecho) dijo no solamente que es inconveniente, sino (vaya a las actas) que es inconstitucional.
EC - Diputado Cánepa, hace muy pocas horas el Poder Ejecutivo, el Ministerio de Economía, el Banco de Previsión Social esgrimieron una consulta realizada al doctor Cassinelli Muñoz a propósito de la constitucionalidad del IRPF a las pasividades. ¿Por qué en este otro caso, el proyecto de voto en el exterior, no atienden la opinión de Cassinelli?
DC - Con total tranquilidad, yo no sugiero, no represento (está muy lejos de mi intención) ni le digo al PN lo que tiene que hacer. Planteo que con la tesis y el argumento conceptual para negar el ejercicio del derecho a voto de los uruguayos en el exterior de que no sufren las consecuencias de su voto por no residir en el país, cuando existen hipótesis de ciudadanos que viajan y votan, estamos privilegiando a los que tienen plata o tienen capacidad de viajar el día de elecciones, que van a votar e influir, y a los que no tienen esa posibilidad les negamos ese derecho. Ha quedado palmariamente demostrado porque se nos dice que no hay voluntad para cambiar eso, consecuentes con una posición para nosotros equivocada.
En segundo lugar, quiero discutir lo político. El doctor Gross Espiel sostuvo lo contrario, y el gobierno ha seguido las tesis del doctor Gross Espiel, que nos está defendiendo en el tribunal de La Haya y es nuestro embajador ante Francia. No se me dirá que doctor Gross Espiel está vinculado históricamente con el FA en su trayectoria. Ha habido opiniones diferentes, no hay que atarse a una sola opinión, muy respetable. El doctor Cassinelli Muñoz es una persona que sabe muchísimo de derecho, pero se refirió al proyecto tal como estaba redactado.
Ahí entramos en otra discusión. Yo estoy dispuesto a modificar el proyecto de ley y llegar a un consenso para regular el ejercicio del voto de los uruguayos en el exterior. Lo que discutimos previamente, y es legítimo (no critico la legitimidad), es, más allá del mecanismo que utilicemos, ¿vamos a darles derecho al ejercicio del voto a los uruguayos que residen en el exterior sin necesidad de venir al país? Después buscaremos el mecanismo.
EC - Entendido por dónde van los argumentos de los dos lados. El proyecto no alcanza los dos tercios en la cámara, ¿cuál es el futuro? ¿Qué va a pasar con este tema?
GB - Nos oponemos. Creemos que está mal que la gente que hace diez, veinte años...
EC - Eso ya lo escuchamos. Le pregunto qué alternativa puede haber para negociar otro texto.
GB - No hay alternativa. Esto tiene como base una concepción que no todos los países aceptan. Porque muchos países la han adoptado, pero no todos. Por ejemplo Alemania ha adoptado una posición contraria: no les da a sus connacionales que están fuera del país el derecho a voto.
EC - No hay margen para negociar un proyecto alternativo desde el punto de vista del PN.
GB - No hay margen.
EC - Diputado Cánepa, ¿qué van a hacer cuando se encuentren con el fracaso del proyecto?
DC - En el año 2005 lo planteamos. Después estuvimos dos años tratando de negociar con el PN y claramente hemos llegado a la conclusión de que no hay más margen para negociar. Vamos a votar. Vamos a dejar palmariamente expuestas las posiciones de cada uno de los partidos a nivel parlamentario. Se está planteando recorrer otros caminos institucionales, como una reforma constitucional u otro proyecto de ley que requiera esta mayoría. Para nosotros es un compromiso muy fuerte, porque fue planteado en el programa de gobierno del FA y porque no reconocer esto es algo más profundo, que no pudimos discutir hoy (yo no sabía ni siquiera que estábamos en un debate), que es transmitir el reconocimiento de la existencia de una diáspora. En un país de 3,5 millones de habitantes, con los problemas demográficos que tenemos, darles la espalda a 500.000 uruguayos, para no tener con ellos una vinculación no solo cultural, no solo social, no solo económica, sino también con derechos políticos que no perdieron, es un error importante y vamos a pelear hasta el final para que esos uruguayos sigan vinculados y puedan votar.
EC - Diputado Borsari, ¿ustedes le están dando la espalda a la diáspora?
GB - No, para nada. Ya he dicho que esto no es discriminar: es ir a la realidad. Repito, que una persona que hace 20 años, con todo el cariño que le podamos tener, sea blanca, colorada o frenteamplista, pueda decidir sobre los destinos de los que estamos acá me parece profundamente equivocado. Es una concepción profundamente equivocada. Italia o España lo han hecho históricamente porque fueron imperialistas. La Roma antigua le daba la condición de romano al que iba a conquistar la Galia, la Gran Bretaña. Utilizaba lo que se llama el ius sanguini. Al romano que iba a conquistar otras tierras lo seguía el derecho romano. Nosotros somos un país culturalmente totalmente diferente. Un país que se nutrió de aluvión...Por algo nuestra Constitución consagró la teoría del domicilio y el afincamiento...Porque queríamos que los inmigrantes se quedaran aquí. Por eso privilegiamos la ciudadanía del que queda aquí.
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Edición: Ma. Eugenia Martínez