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Mensaje de los obispos del litoral ante el conflicto

M E N S A J E

"DE LOS OBISPOS DE GUALEGUAYCHU, CONCORDIA, MERCEDES Y SALTO

"Los hermanos sean unidos / porque esa es la ley primera / tengan unión verdadera / en cualquier tiempo que sea / porque si entre ellos pelean / los devoran los de ajuera"

(José Hernández, Consejos de Martín Fierro a sus hijos)

Los Obispos de la Iglesia Católica vecinos del río Uruguay: de Gualeguaychú, Concordia, Mercedes y Salto, reunidos en la ciudad de Paysandú (Uruguay), luego de haber compartido un Encuentro fraterno de intercambio y oración, en torno al conflicto surgido por la instalación de una planta procesadora de celulosa en Fray Bentos, queremos expresar lo siguiente:

Nos unen:

Un mismo espacio geográfico y cultural, regado por las aguas del río Uruguay, al que el poeta llamó "un cielo azul que viaja".

Un común escenario y paisaje que orientales y argentinos hemos cruzado en numerosas ocasiones, construyendo así una historia compartida.

Una región que ha servido de refugio en el dolor del exilio a los vecinos de una u otra orilla en los vaivenes políticos.

Un pasado que conoció también momentos de conflicto y desencuentro pero en el que han quedado escritas páginas de colaboración e integración. Las divergencias nunca han doblegado la fuerza de las raíces comunes.

Un anhelo trasmitido por mujeres y hombres nuestros que nos han soñado como parte de la Patria Grande de América Latina.

Una mirada de fe que permite descubrir en las cercanías un desafío a caminar juntos en las buenas y en las malas.

Nos preocupan:

Los recientes obstáculos en el camino de la integración surgidos a raíz del conflicto medioambiental que se ha planteado.

La posibilidad de que el abuso del ambiente entendido sólo como "recurso" ponga en peligro el ambiente como "casa".

Los riesgos de deterioro del ambiente humano que debilitan los lazos que unen nuestra gran familia de frontera.

Asimismo, la escasez de puestos de trabajo que acentúa la disgregación de muchas familias.

Nos duelen:

Las actuales dificultades que alteran la convivencia en este espacio común que la Providencia nos ha regalado.

Los desencuentros y malentendidos, el distanciamiento de las familias, la lejanía de las amistades, las trabas en el libre tránsito de personas, bienes y servicios y, en definitiva, el debilitamiento de la fraternidad del río Uruguay.

Valoramos:

El deseo de concordia que se siente en nuestros pueblos costeros aún en medio de las dificultades actuales.

El caudal de cultura, folklore, tradiciones y antepasados comunes.

Las relaciones de vecindad.

Los pasos hacia la integración y cooperación regional, a nivel educativo, comunicacional, político, económico y eclesial.

Como ciudadanos, reafirmamos: 

El Bien Común que, abrazando ambos pueblos, debe traducirse en un desarrollo integral, solidario y sustentable.

La necesidad de colaborar activamente por la mayor integración de nuestros países, valorando el diálogo como camino privilegiado para la construcción de la misma.

El valor de los marcos jurídicos como condición para la convivencia y herramientas de solución de conflictos.

El desarrollo humano mediante la generación de trabajo digno.

El cuidado del medio ambiente como tarea de todos y como solidaridad con las generaciones futuras.

Como cristianos, creemos:

Que somos hijos de un mismo Padre, que nos crea, convoca, y reconcilia a través de las manos, las palabras, el corazón y los gestos de su Hijo Jesucristo.

Que Él nos capacita para retomar cada día, con ilusión, la tarea y la responsabilidad de ser constructores de un mundo que es casa común para todos.

Que la fe no es solamente creer lo que no vemos, sino también crear lo que esperamos, y vivirlo mediante un proceso de muerte, vida y transformación en paz y justicia.

Que la fe infunde confianza para seguir tejiendo redes de cercanía, vecindad y amistad.

Que podemos seguir bebiendo las aguas de la fraternidad en el "río de los pájaros".

Como pastores, comprometemos: 

Nuestra oración confiada, pidiendo al Señor nos dé a todos luz, fortaleza y coraje para encontrar y recorrer los caminos que consoliden la unión de nuestros pueblos.

La animación de nuestras comunidades para ejercer una ciudadanía responsable y activa con espíritu cristiano.

María, la Madre de todos, venerada en nuestros pueblos como "Virgen de los Treinta y Tres Orientales" y "del Luján" nos cobije y ayude a crecer como hermanos.

+ Carlos Collazzi, obispo de Mercedes, presidente de la Conferencia Episcopal Uruguaya
+ Pablo Galimberti, obispo de Salto
+ Heriberto A. Bodeant, obispo auxiliar de Salto
+ Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú
+ Luis Collazuol, obispo de Concordia

Paysandú, 29 de Agosto de 2007