Uruguay balconea unas elecciones que lo afectan: las presidenciales argentinas
Análisis político del profesor Oscar A. Bottinelli.
Emitido a las 8.32
(versión preliminar)
EMILIANO COTELO:
El último domingo del mes próximo se realizarán las elecciones presidenciales en Argentina, un país cuya política y/o economía, en mayor o menor grado siempre terminan afectando a Uruguay. Por eso, el politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum, nos propone analizar ese episodio político. El título: "Uruguay balconea unas elecciones que lo afectan: las presidenciales argentinas".
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EC - Tú piensas que estas son las elecciones extranjeras de mayor importancia para Uruguay.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Parecería que esto está fuera de discusión. Ya no es la crisis de 2001 y 2002 o el cierre de los puentes como elementos que afectan fuertemente a nuestra economía. Las diferencias de valor de la moneda siempre han sido un factor importante, ya sea para que haya una fuerte corriente de contrabando hacia Uruguay, de gente que va a comprar a Argentina, como de crecimiento o caída del turismo.
Lo que haga Argentina es un elemento importante en la vida interna de Uruguay, y las elecciones argentinas son casi un hecho interno, con la diferencia de que desde aquí no se participa, aunque se reciben los efectos.
EC - ¿Qué es lo que se elige el 28 de octubre?
OAB - El 28 de octubre se eligen el presidente y el vicepresidente de la Nación, la mitad de los 257 diputados y un tercio de los senadores (tres senadores por distrito en ocho de los 24 distritos de la República Argentina; distrito se les llama a las provincias, con la excepción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que no es provincia). Se eligen en la Ciudad de Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego.
Hay que tener presente, tras el episodio de Córdoba, donde está muy discutido el resultado electoral, la importancia que tiene preservar las garantías electorales. La diferencia en Córdoba es mucho más grande que la que hubo en Uruguay en 2004 para saber si había o no balotaje, sin embargo los resultados se anunciaron y fueron respetados por todos.
EC - El sistema electoral y el sistema de gobierno argentinos tienen diferencias con los de Uruguay.
OAB - Es importante tener esto en cuenta porque hay una actitud instintiva de mirar como si fuera lo mismo; sobre todo cuando aparentemente hay cosas similares, como el balotaje.
La elección en Argentina es diferente. Es diferente el tipo de balotaje, que para alguna forma de clasificación es una elección a dos turnos. En primera vuelta se puede ser elegido con 45% de los votos, tomando en cuenta lo que en Uruguay se llaman votos válidos, que en Argentina se llama voto afirmativo, que es el voto que se expresó por una fórmula presidencial. La oposición sumada puede ser poco menos de 55% y aun así el más votado resulta elegido presidente.
EC - Y hay otra posibilidad para llegar en primera vuelta.
OAB - Hay otra posibilidad que hace muy importante el hecho de si la oposición se une o se divide: con 40% de los votos válidos, pero con una distancia de 10% con el segundo, también gana el más votado. Por ejemplo, si el más votado tiene 40% y fracción y dos candidatos tienen prácticamente 30%, igual es elegido el más votado, lo cual revela que cuando la oposición se divide está evaluando que aunque gane el que se considera que va a ser más votado es un mal menor frente a que gane otro de la oposición.
EC - En caso de haber balotaje, tiene lugar a los 30 días.
OAB - Dentro de los 30 días; en este caso prácticamente a fines de noviembre.
EC - Por otro lado, se elige de manera separada el Parlamento.
OAB - La hoja de votación tiene un parecido con la nuestra, con una diferencia, se puede cortar. Se puede hacer lo que en Argentina se llama "cortar boleta" y separar el voto del presidente del voto al Parlamento, pero viene inducido el voto al Parlamento. No se elige todo el Parlamento como en Uruguay. En Uruguay se elige el Parlamento simultáneamente con el presidente. No se puede cortar la boleta y las dos cámaras se integran con proporcionalidad estricta sobre los votos de todo el país. Por lo tanto la elección presidencial, el Senado y la Cámara de Diputados son espejos unos de otros.
En cambio en Argentina se elige la mitad de los diputados, y la otra mitad son los que se eligieron hace dos años. No se puede cambiar muy rápidamente toda la composición de la Cámara de Diputados. Se elige por proporcionalidad pero por provincias, de modo que la suma de 24 proporcionalidades y la mitad del Congreso puede dar resultados muy diferentes de la proporción a escala nacional.
El Senado además se elige por tercios; se eligen tres senadores de las provincias (todas las provincias pesan igual, se trate de la provincia de Buenos Aires o de Tierra del Fuego), dos senadores por la lista más votada y uno por la siguiente; y tiene una representación de mayoría y de minoría. Por lo tanto no hay ninguna relación con la proporcionalidad total que existe en el Senado uruguayo.
EC - ¿Alguna otra diferencia destacable?
OAB - Es un régimen presidencial puro, mientras que el de Uruguay es semiparlamentario. En Uruguay es muy importante para la composición del gabinete que haya mayorías parlamentarias. En Argentina no es necesario; como no lo es en Estados Unidos. Sí es necesario y conveniente para aprobar leyes importantes, sobre todo el Presupuesto, pero en los regímenes presidenciales hay una cultura de conseguir los votos de los parlamentarios, mucho más en Argentina, donde además la Constitución se aplica de forma muy flexible y los presidentes asumen poderes realmente extraordinarios.
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EC - Después de todas estas aclaraciones y explicaciones a propósito de cómo se vota en Argentina, de cómo es el sistema de gobierno y sus diferencias con Uruguay, veamos cómo está el espectro de opciones, cómo está la carrera rumbo a las elecciones.
OAB - El martes 28 de agosto venció el plazo para presentar las alianzas y coaliciones. Por lo tanto, desde ese punto de vista, la arquitectura ya está definida, y las candidaturas se terminan de inscribir mañana. La única sorpresa puede ser cómo se terminan de confeccionar algunas listas a la Cámara de Diputados y eventualmente alguna al Senado; pero la sorpresa puede ser en la Cámara de Diputados y en los distritos grandes, como la provincia de Buenos Aires o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El gobierno tiene una candidata fuerte, la esposa del presidente y senadora Cristina Fernández de Kirchner. La oposición se ha fragmentado en un conjunto de candidatos: el ex ministro de Economía de Kirchner Roberto Lavagna, nuevamente Elisa Carrió por una alianza de centroizquierda, Ricardo López Murphy, ex ministro de Defensa y de Economía del gobierno de De la Rúa, Adolfo Rodríguez Saa, Jorge Sobisch, de Neuquén, y un conjunto de candidatos menores que aunque sean muy menores siempre suman algunos puntos porcentuales.
López Murphy dijo hace ya tiempo que la oposición podía ir dividida y hacer una especie de primaria y después, toda junta, votar al que tuviera más votos, al que fuera al balotaje.
EC - Suponiendo que haya una segunda vuelta...
OAB - Eso es válido en un esquema como el de Uruguay o el de Francia: el candidato más votado no llega a 50%, toda la oposición se une y puede tener chances de ganar. Pero en Argentina, la oposición, si se une después de la elección va a llegar tarde, porque ya se ve en las encuestas en forma unánime, en las más creíbles y en las menos creíbles, que ningún candidato opositor puede superar el 30% ni acercarse a ese porcentaje. Y todos los analistas y encuestadores creen imposible que -en el peor escenario- Cristina Fernández de Kirchner baje de 40%.
EC - Para ganar en primera vuelta alcanza con 45% o con 40% y 10% de diferencia sobre el que sigue.
OAB Exacto. Con ese sistema su elección es un hecho. Porque con el peor escenario posible (40%) y la oposición en el mejor escenario (un candidato con 29%), igual es elegida Cristina Fernández de Kirchner. Y existen muchas probabilidades de que no esté en 40% sino en 45%. Por lo tanto ya fue elegida aunque la oposición sea más. Este dato hace que -desde el punto de vista uruguayo- se le quite un poco de relevancia a la elección y se mire cómo va a ser el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
EC - ¿Qué se puede anticipar en ese sentido?
OAB - Va a haber que esperar. El otro día el ex canciller argentino Dante Caputo hacía todo un análisis de situaciones o repercusiones en los países vecinos, y habló de Chile, de Brasil, pero no existió Uruguay. Le hicieron una pregunta expresa e hizo una mención, pero lo que importaba eran Chile y Brasil. Ni los propios analistas argentinos de política exterior manejan cómo va a ser.
Hay una incógnita en cuanto a si va a haber o no un cambio en el estilo interno. Muchos esperan que haya un cambio importante, que sea un estilo un poco más dialoguista y un poco menos frontal que el de Néstor Kirchner. Hay dudas sobre cómo va a ser en lo jurídico...Si va a encauzar a Argentina más por el terreno institucional o va a seguir por un terreno de juego de la fuerza, como habitualmente. Y cómo va a ser lo económico interno. Está el tema de la moneda, están las tarifas públicas, muchos precios están comprimidos...Si van a saltar o no y si eso puede impactar a Uruguay. Y después cómo se va a posicionar en la región: si va a desactivar conflictos, si va a tener una línea más de entendimiento, si va a apostar al Mercosur. También cómo se va a mover en el mundo frente a un Kirchner que ha jugado con una línea de confrontación; incluso de cierto aislacionismo.
En general, los analistas coinciden en que Cristina Fernández de Kirchner tiene una mayor preocupación por la política internacional y un mayor conocimiento de la política exterior; aunque no he visto referencias a que eso vaya a extenderse a Uruguay. Sobre todo se habla de las relaciones con Brasil y Chile y con la Unión Europea.
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