Abreu critica falta de iniciativa en la opción sobre TV digital
El senador Sergio Abreu no es contrario a la norma europea para la televisión digital, pero cuestiona que no se haya considerado el aspecto "estratégico" de esa opción y cree que se desaprovechó la oportunidad de obtener contrapartidas muy beneficiosas para el país. "Podíamos haber negociado, dentro de lo posible, la instalación de industria electrónica", sostuvo, y criticó que no se haya considerado al Mercosur en la decisión.
Emitido a las 7.42.
EMILIANO COTELO:
El ministro Jorge Lepra calificó como "ideal" la opción uruguaya por la norma europea para televisión digital.
El ministro de Industria, Energía y Minería, Jorge Lepra, fundamentó ayer en el Parlamento la decisión del gobierno por la cual Uruguay se pronunció a favor de la norma europea para la futura televisión digital aérea. Calificó esta resolución como ideal y afirmó que permitirá promover industrias culturales, de contenidos y electrónica.
Según la crónica del diario La República, estas declaraciones fueron efectuadas por el ministro después de participar ayer en la Comisión de Industria, Energía, Comercio, Turismo y Servicios de la Cámara Alta. Concurrió acompañado por jerarcas de varios organismos, entre ellos el presidente de la Ursec, León Lev.
"Creo que hemos llegado a un consenso en cuanto a la oportunidad que tomó el Poder Ejecutivo y en que la decisión a favor de la norma europea fue la ideal. Llegamos a un consenso porque con este sistema vamos a desarrollar industrias culturales, de contenidos y de electrónica, entre otros rubros", manifestó Lepra.
A propósito de esta decisión entrevistamos hace pocos días aquí En Perspectiva al presidente de la Ursec. Nos quedaba conocer la opinión de la oposición en esta materia.
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EC - Estamos con el senador Sergio Abreu, de Alianza Nacional, Partido Nacional.
¿Qué conclusiones sacó usted?
SERGIO ABREU:
Usted sabe que ese tema lo habíamos planteado con mucha inquietud hace un largo tiempo.
EC Sí. Hablamos con usted en más de una ocasión el año pasado.
SA - Y el anteaño. Empezamos en 2005 a preocuparnos por este tema y a solicitar que el gobierno agilizara algunas decisiones que son muy importantes desde todo punto de vista.
Esta decisión es oportuna en el entendido que Uruguay comienza a avanzar, a diferencia de otros países que están en el camino en América Latina. Los países que han definido son México (por el sistema estadounidense) y Brasil (por el sistema japonés). El segundo en América del Sur es Uruguay, que ha elegido el sistema europeo.
EC - Usted coincide en que había que tomar una decisión en estas fechas.
SA Exactamente. Es importante porque estos temas traen después definiciones posteriores de mucha significación. Por ejemplo, escoger el sistema de modulación, establecer el padrón de transmisión de televisión, tecnologías de compresión de audio, de compresión de video, lo que llaman el middleware, o sea los sistemas de software, el modelo de transición del sistema analógico al sistema digital. En ese sentido, Uruguay ha actuado con celeridad y ha estudiado los temas para tomar una definición.
Hay una dificultad que planteamos ayer al ministro, a la presidenta de Antel y al presidente de la Ursec: cuál es el fundamento por el cual se eligió el modelo europeo. Hay tres modelos, el europeo, el americano y el japonés. El modelo americano privilegia la televisión de alta definición. No está definido en América quién lo va a seguir. El presidente Menem había asumido un compromiso en ese sentido, pero parece que actualmente está quedando por el camino. El modelo japonés privilegia la alta definición y la transmisión para receptores en movimiento. Ese modelo ha tenido una incorporación de aportes brasileños, tanto que ahora se habla de modelo nipobrasileño. Y por otro lado el modelo europeo, que privilegia la múltiple programación, con otra visión de los temas.
EC - La televisión abierta digital va a permitir que, por cada permiso que hoy existe, puedan operar hasta cuatro canales...
SA Exactamente. Eso es lo que le da una mayor diversidad. Además de la interconexión y la conectividad del sistema, que es una revolución desde el punto de vista tecnológico. Aumenta la calidad de la imagen, se evita la interferencia, el número de emisoras permitidas aumenta, llega a poder incluir dentro del sistema de televisión celulares interiores. Hay una interacción con el telespectador. La televisión se transforma en un instrumento mucho más activo que la posibilidad de ver canales.
EC - Creí entender que usted no compartía la opción por la norma europea.
SA - Tengo mis dudas sobre cómo ha funcionado este tema. Hay tres aspectos importantes. Uno es el aspecto institucional: de qué manera se ha manejado dentro de un proyecto estratégico de país. En Brasil el tema funcionó en el ámbito de Presidencia de la República, liderado por el canciller, con ocho ministerios involucrados, con negociaciones de carácter permanente, viajes a todos los otros países y en particular a Japón. En Uruguay, la Cancillería no participó en la comisión, lo hizo con funcionarios vinculados en forma lateral con aspectos comerciales, pero no participó como una decisión de carácter estratégico para el país, que es muy interesante y muy importante.
Esto involucra temas vinculados con la revolución tecnológica, esto es una revolución tecnológica mundial. Le doy un ejemplo: Brasil, para incorporar el sistema japonés, está recibiendo inversiones de 2.000 millones de dólares en fábricas de semiconductores, en fábricas de chips. Hizo una contrapartida de carácter comercial importante que orientó en función de una estrategia del país para potenciar la industria electrónica.
EC Por lo que han anticipado el ministro y el presidente de la Ursec, ¿no es el caso de Uruguay también?
SA - No es el caso de Uruguay. Ayer la presidenta de Antel decía que había que optar entre las oportunidades y las contrapartidas. Las oportunidades son de contenido: algunos temas de software, algunos acuerdos con la Unión Europea, algunos aportes de la Unión Europea en el caso del programa Eureka. Incluso en algún programa marco de cooperación sobre financiación, investigación y desarrollo. Son todos temas importantes desde el punto de vista del contenido y tecnológico para potenciar la industria del software.
Pero en la contrapartida de carácter comercial y de definición del país tenemos una mayor preocupación.
EC - ¿Por qué? ¿Qué podía haber obtenido Uruguay?
SA - Podíamos haber negociado, dentro de lo posible, la instalación de industria electrónica en el país; incluso una negociación con Brasil. El reclamo que hacíamos era que, tanto énfasis en el Mercosur, Parlamento del Mercosur, incorporación de miembros al Mercosur, pero se toma una definición de esta importancia, de esta naturaleza sin negociar debidamente con Brasil o con el Mercosur para tomar una norma que favorezca a la industria electrónica o a la radicación de determinadas inversiones en territorio nacional.
EC - Primero Brasil resolvió por su cuenta sin esperar a los demás.
SA Lógicamente. Esa es la diferencia entre los países grandes y los pequeños. En estos temas, como en otros, Brasil no va a esperar a ningún país del Mercosur. En todo caso conversaría con Argentina, por razones de dimensión de mercado. Esa fue la gran preocupación que planteamos ayer: que Uruguay debería haber tenido iniciativa propia y capacidad para incorporar a la mesa de negociaciones sus intereses y preocupaciones.
EC - Leí unas declaraciones de la senadora Susana Dalmás (que no sé si fueron confirmadas en comisión) que aparecieron ayer, según las cuales Brasil obstaculizó inversiones de Japón en Uruguay. La nota decía que las negociaciones entre Uruguay y los técnicos japoneses por la norma japonesa habían avanzado lo suficiente, hasta que en determinado momento Brasil se impuso e impidió que los acuerdos prosperaran. Según la senadora Dalmás, Brasil cuestionó la posibilidad de que inversiones japonesas se establecieran en nuestro país a manera de contrapartida si se optaba por ese sistema de televisión digital. "Brasil recomendó a Japón que las futuras inversiones no se establecieran en Uruguay sino en su territorio", dijo Dalmás. Agregó que esto llegó a conocimiento de las autoridades uruguayas y determinó que se desechara la opción japonesa.
SA - Eso siempre sucede. No sólo en este tema sino en tantos otros. Yo siempre digo que los países no tienen amigos: tienen intereses. En este caso, Brasil tiene una especial preocupación por estos temas. Además, con respecto a Uruguay, Brasil y Argentina siempre han tratado de que no tenga inversiones en el sector tecnológico; incluso en el industrial. Un ejemplo claro es la fábrica de Botnia, que no es un problema ambiental sino de estrategia de país y de qué lugar nos dejan para nuestro proceso de desarrollo. Es un tema recurrente.
Con esto no digo que tengamos que haber optado o simplemente seguido la presión de Brasil, pero tenemos que ser más activos. Tenemos que tener capacidad de propuesta. La respuesta nunca va a ser la que nosotros queremos cien por cien, pero Uruguay debe multiplicar su esfuerzo. Porque en estos casos los países grandes deciden por sí solos. Esto no es una crítica directa al modelo europeo, sino buscar lo máximo. Se pudo haber hecho ese esfuerzo y me consta que la conducta de Brasil en este caso no ha sido la más adecuada.
EC - Usted tiene también esa información.
SA - No esa concreta, pero después de todo esto salió el ministro de Comunicaciones, Costa a decir que Uruguay no importa porque es un barrio de San Pablo.
EC - Muy chocante.
SA - Es mucho más injuriante que un enfrentamiento: el desprecio que demuestra un gobernante de la importancia del ministro de Comunicaciones nada menos que hacia un socio del Mercosur. Después, con muchos abrazos, nos tratan de llevar a una serie de programas y de incorporaciones nuevas que nada tienen que ver con nuestro interés nacional.
Nuestra preocupación no era más de crítica sino de contribución para profundizar en el gobierno de Uruguay la importancia que tienen las negociaciones de esta naturaleza, la importancia de que sean lideradas incluso por el propio presidente de la República.
EC - ¿Qué se puede hacer ahora? La decisión ya está tomada. Cayó muy bien en la Unión Europea. Se destacó el hecho de que Uruguay fuese el primer país latinoamericano en pronunciarse de esta manera. Todo indica que va a haber algunas ventajas para nuestro país. ¿Qué sugiere usted en este momento?
SA - Va a haber ventajas. Incluso hay un tema de carácter cultural que yo planteé desde el principio. Tenemos que defender la identidad nacional y el contenido. Después de haber elegido este modelo tenemos que orientarnos a tratar de preservar, dentro de la gran amplitud de recepción de canales del mundo, una cierta identidad uruguaya y determinados valores que se están perdiendo; entre otras cosas por el solo hecho de ver programas que están fuera de los valores tradicionales del país.
Hay que desarrollar estos temas con políticas y aportes de todos los sectores políticos, pero analizándolos también en la región. Argentina no ha definido. Un peligro es que Argentina elija por el modelo brasileño y Uruguay termine aislado (más allá de que los tres sistemas son compatibles), con una posición totalmente diferente. Ahora tenemos que profundizar en este tema. Hay que ayudar a que las definiciones sean claras. Viene la asignación de frecuencias, que va a tener una repercusión importante sobre los actuales canales de televisión de aire. Vienen definiciones que necesitan transparencia y se necesitan pasos tecnológicos que el gobierno debe definir pero que debe manejar con la debida objetividad y la debida consulta política.
EC - ¿Qué es lo que usted reclama?
SA - Que en la decisión, que comparto, estos temas se profundicen con mayor prioridad. Las contrapartidas se podrían haber obtenido de otra forma y se le tendría que haber dado un rol mucho más importante a la participación del Ministerio de Relaciones Exteriores, como estrategia del país.
EC - Esas son críticas a lo hecho hasta ahora. Usted no discrepa radicalmente con la decisión que se tomó, pero entiende que el resultado pudo haber sido mejor.
SA - Son aportes que uno hace desde la preocupación por el tema.
EC - ¿Y qué pide de ahora en adelante?
SA - Hay que buscar con mayor profundidad todos los temas vinculados con los sistemas de modulación, las tecnologías, la asignación de frecuencias, la transparencia. Seguir adelante con una estrategia sin olvidar el relacionamiento externo con los otros países. Porque somos el segundo en América Latina. Los tres sistemas no se diferencian mucho, de manera que al haber optado por el sistema europeo se puede privilegiar el contenido y otros temas, lo cual está muy bien, pero ahora tenemos que buscar fortalecer al país en estas políticas. A veces los ciudadanos no somos capaces de captar la importancia que tienen y la modificación sustancial que van a implicar hasta en el propio estilo de vida uruguayo.
EC - Si le parece, dentro de unos días volvemos sobre el tema con varias voces juntas, en una especie de debate, para obtener un poco más de precisión sobre cuáles son esos desafíos que se vienen.
SA - Es importante profundizar en estos y otros temas que hacen a la inserción del país en el mundo del futuro, que a veces se postergan porque todos estamos pensando en la próxima elección y olvidamos la próxima generación. Deberíamos discutir este tema y otros para buscar el modelo de país que queremos, sobre todo en materia de identidad nacional.
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EC - ¿Qué pasa si Uruguay elige el sistema europeo y Argentina elige otro sistema, por ejemplo, el estadounidense? ¿No se podría ver más televisión argentina? Esa es la pregunta de un oyente, que agrega que "sería fantástico".
Más allá de esa opinión crítica, aclaro: por más que Uruguay y Argentina o Uruguay y Brasil tengan sistemas diferentes, los programas se van a poder ver igual. Los programas se graban en un determinado formato digital que después se copian en un disco que se lleva de un país a otro y se pasan. O se suben al satélite y se recogen. El hecho de que haya distintos sistemas para la televisión por aire no quiere decir que haya incompatibilidad para emitir los programas de un país en el otro. En ese sentido, las cosas no van a cambiar demasiado.
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