El ex presidente Julio María Sanguinetti explicó los objetivos del seminario convocado por el Círculo de Montevideo en Punta del Este.

Círculo de Montevideo "tiende puentes" desde el Este

La Fundación Círculo de Montevideo, integrada por Julio María Sanguinetti, Fernando Henrique Cardoso y Felipe González, entre otros líderes, promueve esta semana el seminario "Tendiendo puentes", en Punta del Este. Allí estarán, por ejemplo, el mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo. El ex presidente uruguayo explicó los objetivos de este acontecimiento.

(Emitido a las 9.09)

EMILIANO COTELO:
Sobre fines de esta semana estará en nuestro país el hombre más rico del mundo, según el último ranking de la revista Forbes. ¿Quién es? El empresario mexicano Carlos Slim.

Pero no va a ser la única personalidad que visite Uruguay en esos días, ya que son varias las figuras de gran peso que van a participar en la reunión anual de la Fundación Círculo de Montevideo.

Una fundación creada en 1996 a iniciativa del ex presidente de la República Julio María Sanguinetti, y que agrupa a varias figuras del quehacer político internacional como Felipe González, Ricardo Lagos, Fernando Henrique Cardoso y Enrique Iglesias.

Parece un buen momento para conversar con el doctor Sanguinetti, sobre el Círculo de Montevideo, este encuentro que se desarrollará en Punta del Este, pero también sobre algunos otros temas de la actualidad.

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Senador Sanguinetti, vamos a ubicar brevemente qué es el Círculo de Montevideo.

JULIO MARÍA SANGUINETTI:
El Círculo de Montevideo nació hace ya una década larga con la idea de generar un espacio de reflexión en un mundo que se estaba configurando de un modo sorprendente para las expectativas que había generado en el 89 la caída del Muro de Berlín. Se pensó que, triunfante la democracia liberal en el mundo entero, reconocida como el mejor sistema o como el único sistema viable, y a su vez la economía de mercado reconocida incluso por la China comunista, llegaba un tiempo de paz, de serenidad, en el cual la dirección quedaba clara en cuanto a la organización política y el desarrollo económico. Pero a poco de andar se vio que no era así. La democracia mostraba fragilidades, problemas, fracturas, etcétera, y la paz tampoco era lo que se deseaba, no había el peligro de la guerra de las galaxias, pero con el narcotráfico y los fundamentalismos nos encontrábamos en un mundo nuevamente en conflicto.

A raíz de eso fue que convocamos –en ese entonces estábamos en la Presidencia– a una reunión, que se hizo en la Casa de Gobierno, con un grupo de gente de tres ámbitos, unos del medio intelectual, como Alain Touraine o Natalio Botana, otros del medio político, como Felipe González, y otros del medio empresarial-financiero, como Michel Camdessus, William Mc Donough, etcétera, y se empezó una actividad, fundamentalmente internacional, tratando de otear ese horizonte para intentar trazar líneas de pensamiento que nos permitieran ubicarnos en ese espacio en una suerte de conciliación entre lo que eran tendencias liberales, saludables, que venían después de muchos años de intervencionismo, y por otro lado las necesidades de solidaridad social y de integración social que los tiempos también reclamaban.

EC - Nació en 1996. Y en el año 2000 se transformó en una fundación.

JMS - Sí, esa es la estructura jurídica, primero era algo más espontáneo y después se llamó fundación. Hemos tenido una actividad intensa, la última reunión se realizó en San José de Costa Rica, y la próxima, el mes que viene, aparte de esta de Uruguay, se va a realizar en Cartagena de Indias, a pedido del presidente Uribe, donde vamos a realizar una actividad. A veces hacemos temas específicos y a veces temas más generales.

EC - Aparte de los nombres que ya mencionó, que participaron en las primeras reuniones del Círculo de Montevideo, ¿qué otros se han incorporado luego? ¿Cómo podemos presentar hoy la integración?

JMS - Ha ido evolucionando. Ricardo Lagos está desde el principio, era ministro cuando empezamos; Fernando Henrique; Marco Aurelio García se incorporó más tarde, el asesor diplomático de Lula en Brasil; y así se fue ampliando el Círculo. Otra figura muy activa es el hoy alcalde de Madrid, Alberto Luis Gallardón, una figura política muy prestigiosa; acabo de estar la semana pasada en Valladolid con él, tuve la alegría y el honor de que me entregara un premio. Son figuras representativas de sectores diversos, todos dentro del espectro democrático, de esta gran república de centro, más centro a la izquierda, más centro a la derecha, pero centro en cuanto a la afirmación de ciertos valores básicos de la organización republicana que a nuestro juicio son la clave de la organización social de hoy.

EC - Hablemos del encuentro que tendrá lugar el viernes en Punta del Este. El título elegido en esta oportunidad es "Tendiendo puentes".

JMS - Es una actividad muy específica referida al sector empresarial.

EC - A eso iba, porque van a participar como disertantes por lo menos tres pesos pesados del sector empresarial internacional: el mexicano Carlos Slim, dedicado a las telecomunicaciones, con presencia en buena parte del continente, incluso en Uruguay; el argentino del sector petrolero ingeniero Alejandro Bulgheroni; el brasileño Jorge Gerdau, director del grupo siderúrgico Gerdau, con presencia en nuestro país; y además van a exponer Felipe González, Enrique Iglesias y usted. ¿Por qué "Tendiendo puentes"?

JMS - La idea fue realizar una actividad que apuntara fundamentalmente al sector empresarial, y a su vez traer aquí a tres empresarios de los más importantes del continente que tuvieran intereses en Uruguay. Bulgheroni tiene una enorme explotación agrícola en Maldonado, fantástica. Nos parecía que era interesante desde ese punto de vista para que una platea de empresarios uruguayos o de gente vinculada con la empresa pudiera escuchar y preguntar. Por eso mismo tampoco es una actividad copiosa en cantidad de gente, porque a veces se acumulan muchos nombres y después habla cinco minutos cada uno y todo el mundo termina insatisfecho. La idea fue que fueran pocos muy representativos que enfocaran tres aspectos. Gerdau hablará de la responsabilidad social del empresario, él ha realizado una enorme actividad con su grupo siderúrgico, que está en Canadá, en Estados Unidos, es de las pocas multinacionales realmente multinacionales brasileñas, no solo está en la región, está en el mundo. Por su parte, Bulgheroni va a hablar del tema energía, que nos parece hoy la cuestión prioritaria en el desarrollo del mundo, mucho más allá de nuestra región. Y Carlos Slim va a hablar del rol del empresario.

Ese es el tema, tendiendo puentes en el sentido de que hoy ya nadie duda de que el desarrollo de los países no está manejado simplemente por el gobierno, así como tampoco lo puede estar solo por las empresas ni solo por la sociedad civil. Sino que es una red, un tejido en el cual es fundamental tender esos puentes, generar ese relacionamiento, esa coordinación en la cual cada uno cumple su rol del mejor modo. El empresario con su iniciativa individual, generando innovación, trayendo tecnología, generando como consecuencia trabajo, y el Estado como un organismo regulador, coordinador, que asegura los parámetros básicos, las reglas de juego.

EC - ¿Esto implica un cambio en el enfoque del Círculo de ahora en adelante? Porque se lo veía como un ámbito para "pensadores".

JMS - De algún modo es un cambio, pero es muy importante, justamente porque hay un pensamiento empresarial, o debería haberlo. A veces falta, a veces simplemente se ve el mundo empresarial desde la óptica muy particular de cada empresario, pero es muy importante su participación, su visión desde el punto de vista general, porque hoy, guste o no, son los actores principales, los que generan el ritmo económico y, como consecuencia, el social y el empleo de un país.

EC - ¿A quién le van a llegar las conclusiones de este intercambio? ¿Cómo hace circular estas ideas el Círculo de Montevideo?

JMS - Como todas estas cosas, siempre hay un doble o triple escenario. Primero, el escenario de los que participan, que inevitablemente siempre es reducido; luego hay la difusión que pueden hacer los medios de prensa, como ustedes, que lo están haciendo en este instante y mucho agradecemos, y que lo podrán hacer desde el propio lugar, porque esto también es muy importante; y en tercer lugar, normalmente hacemos publicaciones que recogen esas conclusiones o esas ponencias, que se cuelgan en una página web. De modo que esos son los mecanismos a través de los cuales tratamos de llegar y fertilizar un pensamiento que debe estar constantemente activo. Apuntamos a mirar los asuntos fundamentales, más allá del debate particular, de la coyuntura, de la anécdota del día o de la visión particularista o partista, sino mirar realmente en una visión general. Eso es lo que hemos pretendido y, aun con las dificultades de sostener una actividad de este tipo, hemos logrado hacerlo con mucho éxito, fundamentalmente en el ámbito latinoamericano. También en España hemos realizado actividades bastante importantes y lo seguiremos haciendo, al menos esa es la idea y el empeño.

EC - La reunión tendrá lugar en el Hotel Conrad.

JMS - Sí.

EC - Y el público, ¿será por invitación?

JMS - Naturalmente, hay una entrada, un tique que se paga, como se hace habitualmente en estos casos.

EC - ¿Es abierta la participación, en la medida que se pague esa entrada?

JMS - Sí.

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EC - Además de los preparativos de la reunión del viernes, usted ha estado viajando bastante en estas últimas semanas: estuvo en España, donde fue homenajeado en Valladolid, con un reconocimiento a su "trayectoria humana", por parte de la fundación española Cristóbal Gabarrón.

JMS - Sí, es un premio muy reconocido en España, muy honroso, que se viene dando desde hace ya algunos años en la ciudad de Valladolid. En esta oportunidad tuve el gran honor de participar en una premiación que incluía a figuras realmente muy relevantes de las actividades generales, porque estaban Markus Lüpertz, del mundo artístico, uno de los mayores artistas alemanes actuales, Ayala, el científico español, en la parte deportiva Sánchez Vicario, en la parte teatral Irene Papas, una artista tan conocida y tan célebre en su tiempo y todavía hoy a través de la actividad teatral. En fin, gente toda realmente muy destacada, de modo que recibimos eso y además fue un acto muy lindo. Ayer fui al estadio y mucha gente me comentó que había visto todo el acto en la Televisión Española. Yo sabía que la Televisión Española estaba trasmitiendo, pero como son varios los canales uno no sabe a dónde va a dar el material. Lo cierto es que lo vio bastante gente en Uruguay, lo cual nos dejó bastante alegres también.

EC - Además estuvo en Costa Rica, donde asumió como presidente del Consejo de la Universidad para la Paz, que es un organismo de Naciones Unidas. ¿Qué es exactamente?

JMS - Es un organismo académico, una universidad, donde se otorgan másteres, como grado académico, a gente que estudia temas relativos a la paz desde diversos ángulos. Es un máster en relaciones internacionales como hay en todas las universidades, pero en este caso enfocado específicamente en el tema de la paz. Desde el derecho, la paz y los mecanismos de solución de conflictos, la paz y los derechos humanos, la paz y las situaciones de género, la paz y los sistemas de desarrollo social. Es un instituto académico. Y hace un tiempo una serie de amigos nos propusieron en el ámbito internacional para este cargo; no es un cargo efectivo, simplemente es la presidencia de un consejo que da orientaciones generales sobre esta actividad. Participamos en esa reunión en Costa Rica y luego retornamos a Madrid. Siempre tratamos de hacer los viajes bien cortitos, de no más de una semana, pero esta vez nos llevó un poquito más.

EC - Este nombramiento como presidente del Consejo de la Universidad para la Paz trajo alguna polémica fuerte, en particular usted tuvo un intercambio con SERPAJ.

JMS - Sí, una cosa bastante lamentable, porque hay algunos que todavía se arrogan el derecho de proscribir a la gente por considerarse dueños y monopolistas de algunos temas, como la paz, por ejemplo.

EC - Hubo una carta de Adolfo Pérez Esquivel, el Premio Nóbel de la Paz, presidente honorario de SERPAJ.

JMS - Sí, y la contestamos como correspondía.

EC - La carta decía: "Los antecedentes del señor Sanguinetti en esta materia son incompatibles con una universidad cuyos programas académicos están comprometidos con el derecho internacional de los derechos humanos y la paz".

JMS - Fíjese, he vinculado toda mi vida con la paz en todos los terrenos, toda la vida ha sido esa lucha, primero con los que agredían a la paz en nombre de la revolución, después tuvimos que impulsar la paz con los que agredieron a la democracia y a la paz desde el lado de las armas del Estado, luego construir todo un proceso de paz. De modo que nos sentimos muy íntimamente vinculados con eso y no les podíamos reconocer el derecho a quienes miran desde una visión desgraciadamente muy sesgada en esos temas, muy poco afín a la visión universal que requiere un programa de paz, que no es la paz para unos y el odio para otros, sino que la paz es un proceso de construcción y de equilibrio dentro de una sociedad, que no es sencillo hacer y que desgraciadamente genera a veces desde un lado y desde el otro, desde los dos extremos del conflicto, la incomprensión, a veces la nostalgia de tiempos autoritarios, de tiempos revolucionarios. En fin, todo eso que desgraciadamente se vive después de los tiempos de enfrentamiento.

EC - ¿Por cuánto tiempo es esta designación como presidente del Consejo de la Universidad para la Paz?

JMS - La designación es por dos años, y como miembro del Consejo creo que son cuatro. Además la decisión fue ratificada por el secretario de Naciones Unidas y por el director general de Unesco.

EC - ¿Cuáles son las primeras tareas que usted toma a partir del nombramiento?

JMS - Lo primero que tenemos que hacer es desarrollar un programa latinoamericano, porque es una universidad que está volcada fundamentalmente a la orientación universal y con poca presencia en Estados Unidos. El presidente de Costa Rica, Óscar Arias, que fue básicamente el que me impulsó a asumir este cargo, señalaba que siendo una institución de Naciones Unidas, con lo cual se reconoce que tiene una dimensión universal, pero estando radicada en América Latina y en Costa Rica, país con una gran vocación de paz, no era explicable que no hubiera un programa latinoamericano importante y que estos temas que hemos señalado al principio estos másteres no tuvieran un ingrediente latinoamericano importante. Incluso los alumnos latinoamericanos son más o menos 10% solamente; no se trata de que sean la mayoría, pero sí de que sean un poco más que en este momento. De modo que la actividad apunta esencialmente a tratar de incorporarle un ingrediente latinoamericano mayor que el que tenemos hoy.

EC - Cuando uno lo escucha hablar de estos temas, el comentario de varias personas es que esta es la cancha en la que el doctor Sanguinetti debería concentrarse después de haber sido dos veces presidente: el Círculo de Montevideo, la Universidad para la Paz, el ámbito de las conferencias, de las disertaciones, de los coloquios, para volcar su experiencia en el gobierno y las ideas que a partir de esa gestión tiene de cómo hay que llevar adelante políticas públicas, políticas internacionales, etcétera. Incluso se puede pensar que usted se había preparado muy bien para llevar adelante esta etapa después del gobierno. ¿Le quedan ganas suficientes de seguir peleando en el Parlamento, desde su banca de senador, en los asuntos del día a día?

JMS - Las dos cosas. La primera, me había preparado para ello y lo sigo haciendo. Además, mantengo mi actividad periodística, escribo una vez por mes en El País de Madrid, una vez por mes en La Nación de Buenos Aires, una vez por mes en El País de acá –ayer salió un artículo–. Tengo un artículo semanal para cubrir estas cosas. Y aparte esta actividad académica intensa que hago. Esa es una actividad a la que vuelco muchísimo.

Pero aparte de eso, habiendo vivido el Partido Colorado una situación difícil en los últimos años, especialmente después de la última elección, me pareció una deserción no ayudar, no contribuir por lo menos en esta etapa a que las aguas se apaciguaran y se fuera haciendo el proceso de transición y de renovación necesario, habida cuenta de que desde el primer momento se sabía que yo no intentaba volver a ser candidato, ya no lo había sido en la elección pasada y no lo iba a ser ahora, no estaba en una pretensión electoral o electoralista, sino en la de, desde la Secretaría General del partido, buscar que se generara nuevamente un diálogo, dentro de la diversidad necesaria dentro de los partidos, pero constructivo. Eso creo que se ha logrado, volver la vida institucional normal al partido, a través de sus comisiones, de su Comité Ejecutivo, lo que se ha logrado también.

Y también estoy en el Senado, no es que me meta en todas las arenas y todos los debates, no lo hago, creo que no es mi rol, pero hablando corto en temas grandes no me siento insatisfecho.

EC - Se lo pregunto porque dos por tres surge el debate en Uruguay de por qué les cuesta tanto a los líderes políticos la decisión de dejar paso a las nuevas generaciones.

JMS - Eso no es así. Es excepcional el caso de Estados Unidos, donde los presidentes salen, se mantienen activos –basta ver hoy a Clinton y a Carter y todos ellos– en la vida política pero luego no vuelven porque son partidos muy particulares. Pero en todos los países del mundo los líderes tienen la misma actuación, la tienen en Inglaterra, en Francia, en España, en Argentina, en Israel acaban de nombrar presidente a Shimon Peres, uno de los políticos más viejos en activo de todo el mundo. Personalmente, lo malo sería que quienes estamos ya en una posición diferente –en mi caso después de haber sido dos veces presidente– pretendiéramos monopolizar el partido, ser candidatos y seguir allí. Todo lo contrario, simplemente colaboro, ayudo, nada más que eso. Además es notorio que he dado espacio y he alentado a todo el mundo que quiere ser candidato a que aspire a serlo, ese ha sido mi rol y lo seguiré cumpliendo hasta el final, sin ninguna pretensión. Están los hechos a la vista.

EC - ¿La candidatura presidencial está completamente descartada?

JMS - Lo estuvo siempre.

EC - Se lo pregunto porque cada tanto surge la consulta, surge la especulación.

JMS - Surgen, pero son especulaciones artificiales. Desde el primer día lo dije y lo tengo que repetir cada tanto, parecería que nunca nos creen a los políticos cuando decimos qué es lo que no vamos a hacer.

EC - Pero teniendo en cuenta que le ha resultado difícil al Foro encauzar la búsqueda de su precandidato para las próximas elecciones, cada tanto surge quien dice: "¿Y Sanguinetti de nuevo?".

JMS - No, ya lo he dicho tantas veces que resulta un poco ocioso. Es así, estuve dos períodos en la Presidencia, alternados, de manera que fue una presencia muy larga, desde el año 80, cuando el referéndum constitucional en la época de la dictadura, hasta el año 2000, cuando estuvimos ejerciendo la Presidencia por última vez. Son muchos años de actividad, más los otros posteriores, además dos veces el ejercicio de la Presidencia hace que uno, más allá de que se sienta muy activo en la vida intelectual y en la vida periodística, no piense en estar postulándose a cargos. Eso fue así, lo dije desde el primer día, pero igual mucha gente especulaba, y mucha gente lo deseaba también, los más cercanos. Pero uno no puede simplemente responder a esas decisiones que desde el afecto, desde el cariño hace la gente más cercana, tiene que dar paso, en algún momento tiene que ser y ahora será, con las dificultades del caso, como sea, pero tendrá que ser.

EC - ¿En el Senado continúa hasta el final de este período de gobierno?

JMS - Sí, lo dije también desde el primer día, voy a cumplir este mandato. Y que seguiríamos en estas otras actividades, que hago con mucho empeño porque me gustan y creo ser útil, pero además por una doble situación, los temas latinoamericanos no siempre son entendidos fuera de nuestra órbita, tampoco son entendidos en la misma América Latina, porque nos cuesta a veces asumir la temática de México desde el sur, o la temática de Brasil, o desde Brasil entender la temática de América Central. Hay un ir y venir muy importante, uno traslada hacia fuera la problemática y a su vez recoge. Lo veo sobre todo en países muy vinculados con Uruguay, como España, por seguir con el ejemplo, o Estados Unidos, de algún modo por su posición hegemónica o trascendente o relevante, cómo se desconocen o se miran con ópticas equivocadas nuestras realidades. Y del mismo modo cómo a nosotros a veces nos cuesta entender el mundo desde nuestra realidad cotidiana.

EC - Quiero consultarlo por un tema que se discutió en el ámbito político en Uruguay durante su ausencia. Uno en el cual su nombre estuvo permanentemente en el tapete; me refiero a la votación en la Cámara de Senadores de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, ese proyecto que en su parte más polémica incluye la despenalización del aborto en ciertas circunstancias.

Usted conoce cómo estaba planteado el escenario, la bancada del Frente Amplio estaba dividida, 15 de los 17 senadores del oficialismo votaban a favor de la ley completa y esperaban un voto más de la oposición para lograr los 16 que habilitaran la aprobación de ese capítulo. Usted no estaba en el país, y su suplente, el doctor Washington Abdala, se retiró de sala en el momento de la votación del proyecto. Y con ese gesto, la votación quedó 15 a 15 y el capítulo de despenalización del aborto no prosperó. De haber estado en Montevideo, ¿qué habría hecho?

JMS - Lo primero habría sido decirle al país que realmente veo este proceso como muy triste, muy lamentable, algo que realmente me mueve a mucha desazón. Porque todos sabemos que no va a pasar nada, todos sabemos que es inviable, que es un debate artificioso, que en el partido de gobierno, por un lado, la bancada parlamentaria trata de quedar bien con sus postulados vinculados con ciertos movimientos favorables a la despenalización del aborto impulsando esta iniciativa, pero todo el mundo sabe, por otro lado, porque ha sido público y notorio, que el presidente la vetaría si saliera. De modo que, ¿qué estamos haciendo con esto, qué clase de circo es este?

EC - Usted era partidario de las normas de despenalización del aborto.

JMS - Mi posición es muy clara, lo dije siempre y no tengo ningún problema en decirlo. Primero, soy partidario de que haya un plebiscito. Quienes dicen que el plebiscito no es para estas cosas a mi juicio se equivocan, justamente, los plebiscitos son para estas cosas, no son para debatir cosas de la vida diaria. Por ejemplo, sobre la famosa ley de caducidad, ese era un pronunciamiento que debía hacer la sociedad en aquel momento, sobre su camino de pacificación. Y lo hizo y fue muy bueno. En este tema, al referirse a una visión de la conciencia individual de cada uno, es muy importante que la sociedad se exprese, porque frente a estos asuntos de tipo ético-moral la actitud responde a una visión de la sociedad en cada tiempo, a una visión histórica. Sería muy importante que ocurriera. Entonces, primera cosa, la sociedad debería pronunciarse.

En segundo lugar, yo he sido siempre partidario de la despenalización del aborto, porque creo que es un fenómeno social desgraciadamente muy instalado en las sociedades. Nadie es partidario del aborto, nadie cree que una mujer vaya al aborto alegremente, todos sabemos que es una situación traumática, difícil, que quien recurre a ese medio está en una situación económica que siente insuperable o en una situación de desgracia en la vida, por una violación, etcétera. Una maternidad no querida es una situación muy desgraciada, nadie va a las risas, es una situación límite. Y además castigar a esa mujer penalmente me parece algo que va más allá de lo que debería ser.

Por otra parte, hoy hay una experiencia universal. Estos días han salido informes internacionales en los cuales se demuestra que en los países donde se hizo la despenalización bajó el número de abortos, sobre todo las consecuencias nefastas de los abortos realizados sin condiciones de seguridad. La clandestinidad genera una situación de mucho más riesgo. Esa ha sido mi posición.

EC - Teniendo en cuenta los distintos elementos que usted acaba de numerar y que componen su posición, de haber estado en Montevideo, ¿qué habría votado?

JMS - Está claro, habría votado favorablemente. Me sorprendió que se tratara esto, lamentablemente los tiempos parlamentarios no se acomodan mucho, yo había pedido esta licencia hacía un mes o un mes y medio y luego vi que esto se trataría aquí, fue una circunstancia casual. Repito, está muy mal planteado el tema, "va a salir esto", "no va a salir", "15 votos", "16 votos". Eso no importa, el partido de gobierno ya resolvió que va a montar, por un lado un escenario de publicitación de su línea de despenalización, y por otro lado el presidente va a vetar, no va a salir nada. Yo miro esto con mucho pesar, con mucha pena, no oculto mi posición, no soy un político que anda escondiendo lo que piensa. Digo lo que pienso claramente, y digo que es horroroso que se plantee esta situación de este modo.


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Edición: Mauricio Erramuspe