El PIT-CNT evalúa un "gobierno tironeado"
Apoya las medidas en torno a las relaciones laborales pero se opone a la política macroeconómica "mercadocéntrica". El dirigente del PIT-CNT Marcelo Abdala habló de la evaluación de la central sindical a tres años de gobierno del Frente Amplio. "Es un gobierno en disputa, notoriamente tironeado, presionado por los grandes sectores del poder y que sufre la presión del movimiento obrero y popular".
(Emitido a las 9.09)
ANDRÉS GIL:
AEBU, ADEOM, ADES, COFE... Y la lista sigue. Está claro que los sindicatos están pasando por un momento movidito.
En ese marco, la Mesa Representativa del PIT-CNT realizó ayer un balance de esta primera mitad del gobierno del Frente Amplio (FA), un período en el que la relación entre los sindicatos y el gobierno de izquierda ha estado bastante plagada de tensiones, con un protagonismo importante y creciente de los gremios del sector público. Tensiones que, según se dice en el documento que elaboró la central de trabajadores, corren por otros carriles que en gobiernos anteriores.
Para conocer algunos detalles del balance que hacen los trabajadores de esta primera mitad de la gestión del gobierno frenteamplista, estamos con Marcelo Abdala, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (UNTRMA).
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Señor Abdala, antes de entrar en la evaluación del gobierno que hace la central sindical, vale la pena que nos detengamos en el rol que ha jugado el movimiento sindical en estos dos años y medio. ¿Qué evaluación hacen desde el PIT-CNT? ¿Costó adaptarse a la nueva realidad política?
MARCELO ABDALA:
Vivimos un momento de extrema complejidad pero maravilloso, en el cual, en virtud de lo que implica un salto cualitativo en un proceso histórico de acumulación de fuerzas de las organizaciones obreras y populares que viene desde muy lejos, el hecho más significativo es que cientos, miles y decenas de miles de trabajadores se incorporan al movimiento sindical, que tuvo un crecimiento aluvional. Esos trabajadores hacen su primera experiencia de concebir la democracia no sólo como el acto en el cual una vez cada cinco años elegimos los representantes en el Parlamento y en el Poder Ejecutivo, sino una democracia participativa, una democracia cotidiana. Eso es lo más significativo de este nuevo momento.
AG - Uno de los fenómenos de estos dos años y medio es el nacimiento de nuevos sindicatos. ¿Cómo han lidiado con este florecimiento de la actividad gremial? Porque tiene sus ventajas pero también sus dificultades, aporta sus problemas.
MA - Más que nacimiento de nuevos sindicatos es el refortalecimiento de la matriz histórica de sindicatos por rama industrial, por cadena productiva, que se formaron principalmente a la luz de la experiencia en la participación en los consejos de salarios. Parafraseando a Eric Hobsbawm cuando habla de un Siglo XX corto, vivimos una década de los noventa larga, que duró 15 años, durante la cual, principalmente en la actividad privada, los trabajadores se vieron inhibidos de actuar abiertamente en la vida nacional en virtud de procesos sociales muy fuertes relacionados con la desindustrialización, con el abandono del Estado de la negociación colectiva, con un muy fuerte proceso que muchas veces no se ponía de manifiesto de represión sindical.
El hecho de que una de las primeras medidas del nuevo gobierno haya sido convocar a la negociación colectiva abierta y a los consejos de salarios, que luego desarrollara otras iniciativas, como la ley de libertad sindical y la ley de regulación de las tercerizaciones, marca un componente democrático mucho mayor. Por decenas y decenas de miles los trabajadores se incorporan a los sindicatos y hacen una primera experiencia.
AG - Ustedes mismos han señalado en alguna oportunidad cierta inmadurez en algunos, que en algunos casos se precipitaron con algunas medidas, hay una crítica hacia la interna. Por eso te preguntaba por el efecto de incorporar nuevos sindicatos o nuevos sindicalistas a las reivindicaciones del movimiento obrero. ¿Cómo sintieron esos dolores de crecimiento?
MA - Yo tengo otra lectura. Entiendo que es una fase de tránsito, había que pasar de la desregulación más salvaje a mecanismos institucionales de negociación colectiva, a que el trabajador se pudiera organizar, tener su comité de base, su sindicato de empresa, empezar a reglar, a normatizar el cumplimiento de la legalidad del trabajo. No podía ser un proceso idílico, sin pasar por la más férrea oposición de las patronales, que en muchos casos se resisten a cambiar el statu quo de un modo de operación muy cargado de impunidad patronal. A medida que el movimiento sindical va creciendo, que llegamos a nuevos lugares de trabajo, nos encontramos con disparates terribles.
AG - ¿De parte de empresarios o de trabajadores?
MA - Las condiciones de trabajo de los trabajadores. A esta altura no sólo está en juego cómo se cumple o no con los consejos de salarios la rama de la vestimenta hace más de 15 meses que acordó determinadas cuestiones y en muchos casos no se han llevado a la práctica, te encontrás con horas extra pagadas simple, con trabajo en negro, con las peores formas de la ilegalidad y la desregulación.
En mi perspectiva era notorio que un porcentaje importante de estos procesos se podía dilucidar en la mesa de negociación, pero en muchos otros casos no era dable esperar un proceso idílico de transición entre la desregulación de las relaciones laborales a una situación de relativa legalidad.
AG - Leí unos comentarios de Juan Castillo, que decía "tenemos que lograr que ese crecimiento que tuvimos se transforme en músculo y no en gordura". ¿Compartís esa visión de que hay un trabajo al interior del PIT-CNT para hacer con ese crecimiento?
MA - Sin duda, pero en el sentido de que se hace necesario abrir procesos que permitan transformar la conciencia. Antes en el mundo del trabajo las nuevas generaciones se iban incorporando y aprendían en forma casi natural de los trabajadores el oficio pero también el bagaje cultural acumulado por el movimiento obrero. El movimiento sindical se ha rejuvenecido, se ha feminizado, los gremios de la actividad privada vuelven a tener un peso importante, vamos a una central más equilibrada en torno a participación de públicos y privados, en torno a las distintas ramas de la actividad económica. Pero por el doble quiebre generacional que implicaron primero la dictadura, que fue un hecho muy significativo para los trabajadores, y luego estos 15 años de neoliberalismo extremo, aquella trasmisión de la experiencia acumulada por el movimiento obrero, que se daba casi de forma natural, se cortó. Entonces tenemos que ir a un rápido proceso para que la gente, para que todos nosotros hagamos conciencia y nos formemos en el sentido de comprender que en la sociedad capitalista es muy importante la lucha por las reivindicaciones inmediatas, pero que en realidad una sociedad basada en el trabajo ajeno no retribuido no puede construir soluciones de fondo para la calidad de vida de los trabajadores y de los orientales en general.
AG - Otro tema del que se ha hablado mucho en los últimos tiempos es la amenaza creciente que significan los sectores de la izquierda radical, que hoy no integran el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT pero han marcado la cancha en algunos de los conflictos más salientes, por ejemplo ADEOM y AEBU. ¿Cómo ves esta situación? ¿Existe la amenaza de que la central pierda su control articulador del movimiento sindical?
MA - No lo veo así. Es bueno definir, para mí radical es todo aquel análisis que intenta ir a la raíz de los problemas y propone una salida consecuente. Hay todo un sector del campo popular que se equivoca al considerar que el actual gobierno es abiertamente neoliberal, del mismo tipo que los gobiernos anteriores. En mi perspectiva eso es un error, es no entender las claves principales de la acumulación de fuerzas que hoy se está procesando en la sociedad.
AG - Es un error en el que incurre una parte de estos militantes de izquierda radical que tienen incidencia en el movimiento sindical.
MA - Es un discurso que está presente en la sociedad. Del mismo modo, una posición que considere que el papel del movimiento obrero es ser polea de trasmisión mecánica de las cuestiones que surgen del gobierno es un desvío de carácter oficialista, el movimiento obrero no puede ir por ese camino. Con todas las letras tenemos que apoyar las cuestiones positivas y someter a crítica aquellos aspectos que no compartimos como trabajadores. En particular hay una concepción macroeconómica mercadocéntrica que genera una serie de reglas de juego en la cual lo central para generar puestos de trabajo es la inversión extranjera directa. A nosotros nos parece que habría que generar una institucionalidad, unas reglas de juego, unas políticas públicas que transformen democráticamente el Estado uruguayo a los efectos de que, refundado, reformulado, pueda ser la locomotora del desarrollo productivo del país.
AG - ¿Han revisado la no participación de esos grupos radicales en el Secretariado? ¿No estará operando en contra de la central sindical?
MA - En mi perspectiva las reivindicaciones de los trabajadores municipales y de los trabajadores bancarios son absolutamente justas. En un caso la justicia resolvió que los trabajadores tenían razón, que no era correcto que la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) violara en forma unilateral un convenio colectivo, y la IMM estuvo dispuesta a pagar la retroactividad que implicaba ese convenio, pero no estuvo dispuesta a ubicar los resultados en los salarios mínimos por categoría de la estructura funcional. El planteo es correcto, con independencia de la táctica.
Y en el sistema financiero público fue una asamblea de 2.000 trabajadores la que resolvió la táctica del conflicto, la posición que triunfó fue votada por 1.850 trabajadores. Los compañeros reivindican un 11,8% de recuperación salarial y no perder otras conquistas en otras materias. Seguramente vamos a vivir un proceso en el cual los conflictos, que en forma principal se manifiestan en la actividad privada, no en la actividad pública, van a iniciarse por cuestiones reivindicativas pero rápidamente van a pasar a cuestiones programáticas.
AG - Entonces el PIT-CNT se hace cargo de esos planteos de las alas más duras del sindicalismo.
MA - Quienes participamos en la Mesa Representativa de la central lo hacemos en nombre de nuestros sindicatos, no en nombre de la corriente de opinión o el partido político que integramos. No es una cuestión que pueda resolver la central, los sindicatos que componen la Mesa Representativa tienen las direcciones que tienen y envían a los compañeros que envían. Cualquiera puede estar en la Mesa Representativa, siempre que sean elegidos por sus sindicatos. Esa pregunta no es a la estructura de la central sino a la base de los trabajadores, porque los trabajadores promueven a los dirigentes y las direcciones que entienden correspondientes en forma absolutamente democrática. Si esos compañeros fueran electos en sus respectivos gremios, estarían sin ningún tipo de problema en la Mesa Representativa, como el compañero con quien tengo severas divergencias ideológicas representante de ADEOM que está en la dirección de la central.
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AG - ¿Cuáles son los logros, los puntos positivos, los avances que han logrado los trabajadores durante este gobierno del FA?
MA - Sin duda los consejos de salarios, que deben funcionar más plenamente; la ley de libertades sindicales; la intención de regular la desregulación, en particular la tercerización y la intermediación de mano de obra; desde mi punto de vista el proyecto sucroalcoholero es muy importante; el Plan de Emergencia. Todas aquellas cuestiones que implican una sensibilidad distributiva importante y algunas cuestiones que dan pistas de aquello en lo que debe avanzarse mucho más, que es una estrategia de desarrollo productivo que logre que nuestro país supere su dependencia en el concierto de todos los pueblos y gobiernos de América Latina, el desarrollo genuino, el desarrollo de punta para la felicidad de nuestros pueblos.
AG - Se habló mucho del país productivo. ¿Ustedes lo ven?
MA - No, ahí es donde tenemos más problemas. Pero algunas cosas que pasan ahora no pasarían con un gobierno de Jorge Batlle o Lacalle. Yo participé en la inauguración de la primera barcaza construida en los diques del Estado, allí hay un tipo de acuerdo público-privado que no es para achicar o pulverizar el Estado sino para desarrollarlo con un proceso de trabajo, muestra la potencialidad de un Estado gestionado con otra lógica para nuestro propio desarrollo. Allí hay uno de los debes más grandes, que deriva en último término de la política macroeconómica que se aplica.
AG - Ustedes están trabajando en un documento que presentaron ayer en una primera versión. En el inicio hacen referencia a las contradicciones del gobierno, señalan que en algunos casos son ideológicas, que en otros son producto de la falta de experiencia y agregan un tercer factor, que es el intento de armonizar, no siempre con una ecuación correcta, una política de inclusión que contempla a empresarios agropecuarios, el compromiso con los organismos multilaterales de crédito y paralelamente una redistribución social y más justa del ingreso. Si entiendo bien, la crítica no es al intento de armonizar sino a la ecuación que se utiliza.
MA - No, la caracterización que ha hecho nuestra central en su congreso, que es el organismo máximo, es que el actual gobierno implica el acceso de otras fuerzas sociales al timón del Estado. Entre esas fuerzas sociales están los intereses de los trabajadores por algo se han desarrollado los consejos de salarios en forma trenzada con vastísimos sectores sociales, como todos los sectores medios, la intelectualidad avanzada y los pequeños y grandes productores capitalistas de la ciudad y el campo.
El problema es que el acceso de esas fuerzas sociales al gobierno no significa que hayan cambiado los resortes principales del poder, que siguen en manos del mismo bloque histórico que lo ha detentado desde siempre. En nuestra valoración este es un gobierno en disputa, por un lado es un gobierno en construcción por eso el documento hace referencia a la experiencia, pero al mismo tiempo es un gobierno en disputa, notoriamente tironeado, presionado por los grandes sectores del poder y sus representantes políticos, y que sufre la presión del movimiento obrero y popular. En nuestra perspectiva, de allí surgen sus vacilaciones. Nuestra crítica principal es a la política macroeconómica por su concepción mercadocéntrica, por la forma en que negoció con los organismos financieros multilaterales, por los recursos que el país no puede capturar como parte del excedente del trabajo de los uruguayos para reinvertir en su propio desarrollo. Y toda la cadena de sucesos determinados por este tema.
AG - ¿Para ustedes esa orientación es producto de ese tironeo?
MA - No.
AG - ¿O directamente es el convencimiento de que ese es el camino de una izquierda moderna, que apuesta a sentar las bases para después desarrollar un país productivo?
MA - En América Latina se están desarrollando otros procesos que van por otro camino, por el camino de la nacionalización de los recursos naturales, llámense el petróleo en Venezuela, los recursos mineros o gasíferos en Bolivia, etcétera. En último término, eso forma parte de un proceso que es más grande. En determinados análisis, mucho antes de ser rector de la Universidad, Rodrigo Arocena decía que el que no tiene programa propio toma prestado el programa de otros. Y en materia macroeconómica tenemos dificultades, es necesario generar una política económica para el desarrollo productivo. En nuestro cálculo, tomando en cuenta los actuales procesos de mundialización del capital, el panorama en la región, la escasa propensión a invertir de nuestra burguesía criolla, toda una serie de factores, la locomotora del desarrollo productivo debe ser el Estado. Obviamente, no este sino un Estado transformado, con una gestión democrática, con mecanismos de participación popular, que efectivamente ponga las vigas más grandes de nuestro desarrollo.
AG - En el documento ustedes señalan que el gobierno yerra al hablar muy a la ligera de la reforma del Estado sin tener bien claro lo que quiere, hacia dónde va, con un libreto que cambia según el interlocutor de turno. ¿Qué es lo que les preocupa de las líneas que se han conocido, que se ha dicho insistentemente que son un borrador?
MA - Estamos convencidos de que uno de los cambios más grandes que se requieren en este país es una transformación institucional, pero en una clave tal vez diferente de lo que plantea el gobierno. Su propuesta de transformación es hacer un Estado más amigable con la sociedad, incluir algunos componentes de gobierno electrónico y algo de descentralización, un Estado muy parado en la eficacia. En nuestra perspectiva la lectura es otra, esta máquina institucional que sirvió para vehiculizar un proyecto de país excluyente, desindustrializador, marginalizante de la inmensa mayoría de la población, no sirve para empujar un proceso de cambios. Habría que generar una nueva institucionalidad, otras reglas de juego, nuevas formas de generar conocimiento, nuevas relaciones productivas a la interna del Estado. También se requiere un cambio de cabeza muy importante en los trabajadores.
El modelo de desarrollo que se impulsa está parado en generar las reglas de juego para atraer inversión extranjera directa, que en muchos casos ha implicado invertir en capital fijo, en maquinaria, se montaron estructuras industriales, pero no hay que confundirse, en otros casos se da un cambio de manos, un proceso de centralización del capital y activos existentes, tierras, empresas son compradas por capitales extranjeros. Eso no le agrega nada al país. Si esa es la lógica que se va a desarrollar, funcionalizar un Estado a esos efectos, no es lo que consideramos adecuado. Para nosotros sería necesario reflotar toda una serie de entes testigo, recrear un frigorífico nacional que le permita al país capturar parte de las divisas que se originan en la cadena cárnica y a su vez generar posibilidades de vender en mejores condiciones al mercado interno para que nuestro pueblo pueda comer carne, que hoy no puede; una flota pesquera del Estado; procesos de aceleración de la transformación agraria a través del Instituto Nacional de Colonización; una marina mercante nacional, desarrollar mecanismos de política industrial que permitan desarrollar algunos sectores de punta como la electrónica, la industria naval, etcétera. Esas cuestiones no están planteadas porque el modelo de desarrollo es otro.
AG - A propósito de la inversión extranjera, Juan Castillo decía que era más fácil tratar con los empresarios extranjeros, que eran más permeables o más abiertos a los planteos de la clase trabajadora, a los planteos sindicales, que lo que ustedes denominan la burguesía empresarial uruguaya. ¿Eso no choca con esa visión negativa de la llegada de capitales extranjeros?
MA - Hay de todo como en botica. El problema es que las empresas trasnacionales, que generan territorios off shore y están mucho más en zonas francas, porque no pagan impuestos, tienen su mecanismo de gestión porque a esta altura son sistemas integrados de producción internacional, tienen su modo de división internacional del trabajo organizado intrafirma, tienen sus mecanismos de gestión de calidad, de gestión de la seguridad en el trabajo y de la seguridad laboral, sus criterios con el personal. En muchos casos no pueden vender si no siguen determinados códigos de actuación, según una tendencia que se va a desarrollar en todo el mundo a partir de una resolución de la ONU de cumplimiento de los derechos humanos por las empresas trasnacionales. Lo que de repente en una discusión con un capitalista nacional es bastante difícil, bastante arduo, cuánto del valor generado va al trabajador como salario y cuánto va para la empresa como excedente, como plusvalía, como ganancia, para estas grandes megaempresas son chauchas y palitos, la caja chica. Algo de eso hay, pero yo no lo generalizaría porque tenemos ejemplos de capitales trasnacionales con los cuales hemos tenido durísimas negociaciones y conflictos, y ejemplos de capitales nacionales en la misma situación.
AG - Una de las vedettes del proceso de transformación del país que ha propuesto el FA es la reforma tributaria. Esto se vincula con el tipo de planteos de algunos gremios puntuales. ¿Cómo ven el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y los planteos de algunos sindicatos, por ejemplo AEBU, al respecto?
MA - AEBU en su asamblea hizo suya la resolución de la Mesa Representativa de la central, que considera un avance que haya habido una movida tributaria del viejo esquema que se inició con el gobierno de Lacalle en el ajuste fiscal de 1990, cuando se puso un impuesto a los sueldos que iba a ser provisorio pero quedó por más de 15 años, con lo cual los partidos tradicionales no tienen autoridad para hablar en materia tributaria. Es bueno que haya habido una movida, pero sugerimos toda una serie de líneas de trabajo.
AG - Para ustedes el IRPF es materia pendiente y de ajuste del gobierno.
MA - Exactamente, es bueno que haya habido una reforma tributaria, pero hay que hacer la reforma de la reforma, el mismo Poder Ejecutivo consideró que iba a ser evolutivo, que iba a tener ulteriores transformaciones. Planteamos algunas transformaciones, en primer lugar subir el monto mínimo no imponible, asociándolo con una sistematización de valor de satisfacer las necesidades básicas de la población, y subir todas las franjas; segundo, rebajar en forma muy significativa el IVA, que es un impuesto regresivo que pagan todos los sectores que viven de ingresos fijos; y tercero, gravar progresivamente el capital. No puede ser, como estamos dispuestos a aceptar, que los ingresos derivados del salario tengan un impuesto progresivo y el capital pague tarifa plana, que un pequeño empresario con dos trabajadores pague la misma tasa que una gran empresa altamente oligopólica y concentrada. Estas propuestas generarían una conexión más directa entre la estructura tributaria y un concepto de igualdad. Es una propuesta del PIT-CNT que tiene en cuenta no solo los intereses de los trabajadores, sino los de la inmensa mayoría de nuestro pueblo, porque doña María y don José van a comprar productos y pagan el IVA todos los santos días.
AG - No amparan los reclamos que han surgido de algunos sectores, por ejemplo en el sector público, de aumentos de salarios para compensar las pérdidas resultantes de la aplicación del IRPF.
MA - No, el aumento de salario es para tratar de acceder a una calidad de vida decorosa. La cuestión de la reforma tributaria va por otro camino, hay que subir el monto mínimo no imponible, hay que reducir significativamente el IVA. De la totalidad de la masa salarial y lo que ganan los jubilados en nuestro país, que es una torta importante de dinero, por la vía del IVA una quinta parte no va para el consumo sino a financiar al Estado. El IVA es lo más regresivo de la estructura tributaria uruguaya, es más o menos un 20% del ingreso de la totalidad de la población. En nuestra perspectiva el asunto pasa por generar modificaciones avanzadas a la actual estructura tributaria.
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Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Pablo Melgar