El forcejeo político en torno al aborto
Análisis político del profesor Oscar A. Bottinelli.
(Emitido a las 8.36)
JOSÉ IRAZÁBAL:
Hace exactamente tres semanas y dos días el Senado rechazó la despenalización del aborto. Y hace tres días revisó su actitud y aprobó la normativa. Ahora el tema pasa a la Cámara de Representantes, donde lo más probable es que se apruebe, van a estar los votos, y luego pasará a la decisión del Poder Ejecutivo, básicamente del presidente Tabaré Vázquez. El politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum, nos propone analizar la nueva situación política que gira en torno a este tema. El título: "El forcejeo político en torno al aborto".
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JI - ¿Cómo ves el cambio operado el martes?
OSCAR A. BOTTINELLI:
Ante todo, como es notorio, fue decisiva la jugada armada por el ex presidente Julio María Sanguinetti. Sin ninguna duda le generó problemas al Frente y le va a generar problemas al presidente de la República. Recordemos que el presidente, apenas asumió, se comprometió públicamente a vetar una ley de aborto, aparte de haber hablado en contra de la despenalización del aborto reiteradas veces.
Hace tres semanas y dos días, el Frente Amplio, con 17 votos en el Senado, tenía los votos suficientes para aprobar la ley. Sin embargo no alcanzaron. Porque dos de los tres senadores de Asamblea Uruguay, el grueso de Asamblea de Uruguay, votaron en contra de la despenalización del aborto. El otro hecho es que, quedando 15 a favor y 15 en contra, el suplente de Sanguinetti se fue de sala, con lo que - de hecho- el Partido Colorado terminó provocando unánimemente el rechazo de la ley.
Ahí Sanguinetti, que no se había jugado personalmente, anuncia que va a cambiar el voto, con lo cual le complica la situación al oficialismo, sobre todo a Asamblea Uruguay, sector al cual el hecho de haber sido decisivo dentro del oficialismo para impedir la aprobación de la despenalización del aborto le creó un serio problema interno. Ahí cambió el voto el senador Cid, con lo cual los votos a favor pasaron a 16 con Sanguinetti, a 17 con Cid y a 18 con el senador Lara, que tampoco había votado a favor ni en contra, porque había pedido licencia (y su suplente había votado en contra). Y el que en la legislatura anterior en la Cámara de Diputados se había abstenido esta vez votó a favor del proyecto de ley en general, con lo cual se llegó a los 18 votos.
La situación es la siguiente. Por un lado, el Partido Nacional perdió el monolitismo de estar absolutamente todos en contra de la despenalización del aborto y dejó una puerta abierta a favor de la despenalización con el voto de Lara. Por otro lado, en el Partido Colorado, por lo menos en el Senado, la Lista 15 quedó en contra del aborto y el Foro Batllista quedó a favor de la despenalización.
Por su parte, el Frente Amplio quedó prácticamente todo a favor de la despenalización, pero Asamblea Uruguay no se jugó del todo. Quedaron dos senadores por la despenalización y uno votando en contra.
JI - Carlos Baráibar afirma que lo hizo por cuestiones filosóficas...
OAB - Acá no importan los fundamentos desde el análisis del juego político, sino cómo quedan los partidos y los sectores.
Esto fue lo que pasó en el Senado. Ahora va a la Cámara de Diputados, que tiene que aprobar la ley. En general se descuenta que hay mayoría. Primero porque el Frente Amplio tiene proporcionalmente muchas menos fisuras. De sus 52 diputados por lo menos 50 están seguros y probablemente 51.
Acá van a ser interesantes otras incógnitas que se presentan. Si la Cámara de Diputados lo aprueba, el proyecto pasará al Poder Ejecutivo y quedará en las manos del presidente de la República, que en acuerdo con algún ministro o con el Consejo de Ministros podrá aprobar, observar vetar o dejar transcurrir 10 días para que la ley se promulgue sola.
Vamos a ver cómo quedan los grupos políticos, las incógnitas que hay. En Diputados se van a ver varias cosas. Primero, si todos los demás se mantienen monolíticos, es decir, si los tres diputados de la lista 15 votan en contra, si todo el Herrerismo vota en contra, si Correntada Wilsonista vota toda en contra y si Alianza Nacional vota toda en contra o hay alguna excepción, como ocurrió con Lara en el Senado.
En el oficialismo, si todo el Frente Amplio vota en contra, excepto Asamblea Uruguay, y todos los demás sectores mantienen la línea del Senado. Hay que ver qué pasa con Asamblea Uruguay: si sigue teniendo una cantidad de diputados a favor y alguna excepción. Ya en la legislatura anterior Daniela Paysé, que era suplente y estaba interviniendo en ese momento, votó en contra de la despenalización. Esto deja otra vez a Asamblea Uruguay como un sector clave en todo el proceso y sobre todo muy expuesto en una postura distinta del grueso del Frente Amplio.
La incógnita básica en esta etapa es cómo se reflejarán los sectores. El Foro Batllista en 2002 había votado muy dividido. Habían votado dos diputados a favor, ocho en contra y ocho se habían abstenido. No era una posición homogénea. Ahora hay que ver si después del giro del ex presidente Sanguinetti, de haber sido quien desencadenó todo este proceso político, el Foro lo respalda. Si queda como que Sanguinetti dio personalmente un mensaje y luego dejó que su grupo diera otro, en un juego equívoco. En este momento para el Foro Batllista es muy importante la conducta de sus seis diputados con relación a la votación en la cámara.
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JI - Estábamos viendo cómo quedaban parados los sectores políticos...
OAB - Si la aprobación de la ley en la Cámara de Diputados lleva al presidente de la República a dejar que la ley se apruebe, los grupos políticos habrán terminado su juego y su actuación en la Cámara de Diputados. Si llega a haber veto presidencial, la cosa cambia.
Ante todo, ¿qué perspectivas hay de un veto presidencial? En principio, da la impresión de que Vázquez se ha jugado muy a fondo por el tema. Se diría que si se buscan temas en los que la posición del presidente haya sido clara, inequívoca, sin ninguna duda y respaldada por muy fuertes convicciones personales de toda la vida y más allá de lo político, hay dos: la lucha contra el tabaquismo, en lo que ha tenido un gran éxito con la prohibición de fumar y una posición claramente partidaria de mantener la penalización del aborto.
JI - Una posición muy pública además...
OAB - Pero en otros temas, Vázquez ha tenido posiciones públicas y luego ha encontrado la vía de cambiarlas. Aquí da la impresión de que es una convicción muy profunda que le costaría cambiar.
Por otro lado, puede quedar en la situación de estar exactamente en la posición del Partido Nacional y la Lista 15 enfrentado a la casi totalidad del Frente Amplio, lo cual es un esquema muy incómodo para el presidente, pero también para el Frente. Porque, ¿cómo explicará haber llevado a una persona a la Presidencia de la República que se manifiesta en una línea contraria a la casi totalidad de sus representantes? En estos días, después de la votación del Senado, desde el Partido Socialista salieron voces y comunicaciones oficiales de festejo, de alegría por la votación de la ley de despenalización del aborto.
Entonces, supongamos que el presidente veta. En ese caso, el veto va a la Asamblea General, que en los 60 días siguientes tendrá que confirmar o levantar el veto. Para levantarlo se requieren dos tercios de votos de cada cámara. Es decir, el voto de 19 senadores y de 60 diputados.
Los votos del Frente, más Lara y Sanguinetti dan para levantar el veto. Y pasa a ser decisiva la posición de Asamblea Uruguay, si vota monolíticamente o, una vez más, es el elemento decisivo para mantener la criminalización del aborto.
JI - Si se repite lo que se dio hasta ahora faltaría un voto.
OAB - Si se mantiene lo de ahora falta un voto, que en términos políticos es el de Asamblea Uruguay.
JI - Es el de Baráibar...
OAB - Claro, entonces Asamblea Uruguay es el grupo sobre el recae todo el peso político de evaluar esto. Puede evaluar que es bueno mantener así las cosas, o que no. Lo evaluará y con el tiempo se verá si tiene costos, si no tiene ningún costo o si tiene beneficios. En el Senado queda ahí la responsabilidad.
En Diputados, el Frente tiene 52 diputados, faltarían ocho. Hay que ver qué pasa con el Partido Independiente, que en la legislatura pasada votó dividido, uno a favor y dos en contra. Pero el único diputado que tiene actualmente votó en contra en el año 2002. Su voto será muy decisivo como mensaje al electorado dudoso del Frente Amplio. El Partido Independiente está ante la coyuntura de dar la señal de que es, desde la oposición, lo ideológicamente más próximo al Frente o crear una gran zanja con el grueso del electorado frenteamplista.
En el Foro hay que ver si da una señal de coherencia con su líder político o dice que es un tema personal de libertad de acción. Si ocurriera esto se diluiría mucho la movida que hizo el ex presidente Sanguinetti, para que esta movida continuara teniendo un efecto fuerte necesitaría que la totalidad de los diputados del Foro Batllista votara en la misma dirección.
Y en el Frente Amplio se requeriría que no fallara ninguno de sus 52 diputados. Otra vez la duda está en Asamblea Uruguay. Asamblea Uruguay tiene un peso importante en las dos cámaras en la definición de este tema.
Básicamente, lo que se observa es lo siguiente. En el levantamiento del veto, qué hace Asamblea Uruguay, si mantiene la libertad de acción o no, es decisivo para que la penalización del aborto se mantenga. Qué hace el Foro Batllista, si actúa de la misma forma que su líder y monolíticamente vota la ley, o se dividen los votos de una manera o de otra y con eso posibilita mantener la penalización del aborto. Qué hace el Partido Independiente, es decisivo en este momento qué señales da hacia el electorado frenteamplista y sobre todo al que esté dudoso y disconforme con el gobierno. Y por último, si el Partido Nacional mantiene en Diputados una fisura equivalente a la de Lara en el Senado, lo cual le quitaría el monolitismo que ha exhibido hasta ahora de partido fuertemente partidario de mantener la penalización del aborto.
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Edición: Eugenia Martínez