"Alternativa" para un escenario sin mayoría absoluta
El Partido Independiente trabaja para un escenario en el que el próximo gobierno tenga que dialogar para obtener mayorías parlamentarias. Estamos "en la primera línea de relacionamiento", dijo su presidente Pablo Mieres. En tal sentido, criticó la oposición que hacen los partidos tradicionales, por demagoga o falta de propuestas, y planteó una reforma del IRPF que eleve el mínimo no imponible. "Tenemos que construir el Uruguay del Siglo XXI, con dos valores fundamentales que para Uruguay son muy escasos: velocidad mayor e innovación permanente", afirmó.
(Emitido a las 9.10)
ANDRÉS GIL:
El Partido Independiente (PI) cumple sus primeros cinco años de vida, y lo celebra diciendo: "Somos la única alternativa al escepticismo".
Ese es el título del documento elaborado para su convención y aprobado en esa instancia el domingo pasado.
¿Dónde ven ese escepticismo? ¿Cuánto tiene que ver la gestión de este gobierno? ¿Creen tener la fórmula para combatirlo? Sobre estos temas vamos a conversar con el doctor Pablo Mieres, presidente del PI.
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Doctor Mieres, el PI cumple cinco años y el fin de semana pasada celebró su convención, con cerca de 300 convencionales. ¿Qué balance hicieron de estos cinco años de vida?
PABLO MIERES:
Muy positivo. Este partido viene de menos a más, se ha ido implantando en el sistema político uruguayo. Muchos de nosotros veníamos de una fuerte decepción y de una ruptura, que además tenía antecedentes aún más remotos en rupturas anteriores, y a su vez había mucha gente que venía de otras tiendas, que nunca había hecho política.
El PI nació como una posibilidad, marcamos una presencia en la campaña electoral de 2004 que nos permitió mantener la representación parlamentaria, pero estos años siguientes a 2004 demostraron que se está gestando una identidad política diferente, una cuarta opción política que nos deja muy contentos. La convención del domingo pasado fue la más grande de todas las que hemos hecho desde el nacimiento, y eso indica algo. Estamos lejos de las elecciones, por lo tanto no hay un clima preelectoral y sin embargo el partido reunió un número de gente muy importante que demuestra una actividad muy significativa.
AG - Cuando uno mira la trayectoria del PI, es un proceso interesante, pero da la sensación y es algo que sobrevuela en el análisis del sistema político de que es mucho más respetado, considerado, referenciado que votado. ¿Cómo se asume esa realidad, a la hora de proyectar su sobrevivencia?
PM - Por algo hay que empezar. El PI siente que hay un respeto de sus adversarios, de la opinión pública, de los medios de comunicación, y humildemente creemos que lo hemos ganado sobre la base de coherencia, persistencia e ideas, propuestas, capacidad de analizar la realidad con seriedad, sin preconceptos. Una de las claves ha sido no tener ningún problema en apoyar cosas de nuestros adversarios cuando nos han parecido positivas, y al mismo tiempo señalar las críticas cuando nos ha parecido pertinente. Eso va generando una respetabilidad.
La traducción en votos se va generando también, el partido marcó un 1,9% en la elección de 2004, prácticamente 2%, y las encuestas actuales, del período interelectoral, muestran una intención de voto muy cercana a esa cifra, por lo tanto es de esperar que en la próxima instancia electoral marque un crecimiento y nos genere una bancada parlamentaria más numerosa, que tengamos presencia en las dos cámaras y eso marque un cambio cualitativo en la función que el partido debe cumplir.
A esta altura de los acontecimientos ningún analista duda de que ningún partido va a tener mayoría absoluta en el próximo período, y ese es un factor muy decisivo para nuestras posibilidades políticas, porque el que gane va a tener que dialogar con otros para obtener mayoría parlamentaria, y en la primera línea de relacionamiento está el PI, incluso por proximidad político-ideológica, gane quien gane. Ahí hay una responsabilidad importante para el futuro que estamos trabajando con mucha seriedad.
AG - Eso de que no va a haber una mayoría parlamentaria para el próximo período de gobierno, ¿es un convencimiento o una expresión de deseo? Porque está claro que a ustedes les abre una oportunidad especial.
PM - Por un lado, por supuesto, es una oportunidad para nosotros, pero por otro lado tiene base en un análisis razonable de los hechos. El Frente Amplio (FA) obtuvo una mayoría absoluta apenas, de 50,5% o 50,6% de los votos en una coyuntura excepcionalmente favorable. Era un partido que venía creciendo, que estaba siempre al borde de ganar y no lo lograba, había ocurrido una crisis fenomenal en Uruguay, una crisis histórica, y contó con la cooperación de un voto extraterritorial que ayudó a llegar a esa mayoría. Incluso mucha gente dijo: "Vamos a probar, a ver qué pasa con una alternativa diferente".
Esas circunstancias para 2009 son diferentes, no digo que los partidos tradicionales hayan recreado un entusiasmo, siguen teniendo un problema de encanto, han perdido esa capacidad de entusiasmar, pero pueden recrearla, y el FA ha sufrido el desgaste del ejercicio gubernamental, la frustración de prometer demasiado y luego no poder cumplir y medidas concretas, en particular la Reforma Tributaria, que genera un impacto muy negativo en la clase media fundamentalmente.
Por lo tanto, pensar que alguno de estos partidos, cualquiera de ellos, obtenga una mayoría propia absoluta de ese porte es una situación muy rara. Entonces se abre otro escenario, en el que va a ser necesaria una segunda vuelta, va a haber que conversar entre los partidos, y sobre todo, lo que más importa, no tanto la segunda vuelta, sino los cinco años siguientes, el que gobierne, a diferencia de este período en el que el FA tiene mayorías propias. Sea quien sea, va a tener que hablar con otros. Y ahí estamos nosotros con nuestras ideas, con nuestras propuestas, disponibles para un diálogo y para ayudar a que el país salga adelante.
AG - Como la clave para la gobernabilidad.
PM - Es una gran posibilidad, no sé si ocurrirá, pero es un elemento que nos permite decirles a los ciudadanos que votar al PI es votar por una opción útil. Uno de los problemas que el partido tiene que resolver es la respuesta a la gente que dice: "Me gustan estos tipos, son buena gente, tienen buenas ideas, pero no van a ganar, entonces ¿para qué los voy a votar?". Aquí tenemos una respuesta muy fuerte a esa duda, la gente puede votar tranquila en primera vuelta a un partido como el nuestro para tener una bancada parlamentaria que luego exija al que gane, sea quien sea, determinados contenidos y determinadas orientaciones programáticas, y en la segunda vuelta se reserva el voto para elegir entre los finalistas que disputen la Presidencia. Esto nos permite pensar que muchos ciudadanos van a apoyarnos sin temor.
AG - Un oyente dice: "Aún no me queda claro si el PI es un partido de izquierda o de derecha". ¿Dónde se posiciona hoy el PI? En el mapa actual no es fácil ubicarlo.
PM - Estamos en una posición socialdemócrata, nuestros referentes de posicionamiento ideológico son por un lado la experiencia chilena de la Concertación Democrática, que gobierna integrada por sectores socialdemócratas y democratacristianos, y el partido socialdemócrata brasileño de Fernando Henrique Cardoso. En el país estamos a la izquierda de blancos y colorados y a la derecha del FA, en términos gruesos.
AG - ¿Son un partido de oposición?
PM - Somos un partido de oposición.
AG - En el documento que prepararon para la convención y aprobaron en esa instancia son muy críticos con la oposición que hacen los partidos tradicionales. Me permito leer apenas un párrafo: "Los partidos tradicionales han sido una oposición sin ideas, que funciona en forma reactiva ante las decisiones del gobierno, buscando destacar y subrayar los elementos negativos y sin desarrollar propuestas concretas, sin priorizar ni seleccionar aquellos temas más relevantes. En todo caso el crecimiento electoral de estos partidos depende más de los errores del FA en el ejercicio del gobierno que de la mejora de la imagen propia".
Es un golpe duro para la actuación de la oposición en estos dos años y medio.
PM - Si lee el conjunto del documento, va a ver que también hay unas cuantas páginas dedicadas a una crítica fuerte al gobierno actual. Es importante ejemplificar lo que se dice, que no sé si es duro pero en todo caso es el resultado del análisis del partido.
Tomemos el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Por un lado el Partido Colorado impulsa una reforma constitucional para eliminar cualquier tipo de impuesto a los jubilados, lo cual está muy cerca de una respuesta demagógica para un cierto sector de la sociedad, porque una cosa es que no se le aplique la renta y otra cosa es que no se le aplique ningún impuesto. Y del otro lado, el Partido Nacional (PN) dice: "Estamos de acuerdo con el impuesto a la renta, pero no con este", y no formula propuestas. El PI acaba de presentar a la opinión pública una propuesta concreta de modificación del IRPF, que esperamos entregar esta tarde al presidente en ejercicio, con el afán de contribuir a cambiar esta Reforma Tributaria tan negativa. Ahí hay una forma de actuar de la oposición, nuestra manera de actuar desde la oposición es aportando constructivamente elementos que permitan mejorar la situación del país.
AG - El diputado Iván Posada, que es el representante del PI en el Parlamento, decía: "No somos partidarios de derogar la Reforma Tributaria, creemos que a Uruguay le hace mucho mal eso de que cada vez que hay un enfrentamiento de posiciones uno termine liquidando lo que hizo el otro".
¿Va por ahí? "No nos enfrentamos a la reforma, queremos ajustarla porque tiene errores importantes".
PM - No tengo que agregarle ni quitarle nada a lo que Iván dijo. Ese es el sentido del planteo que hacemos.
AG - ¿Cuáles son los problemas fundamentales de la Reforma Tributaria, que le van a trasladar hoy al presidente en ejercicio, Nin Novoa?
PM - Esta Reforma Tributaria es un mazazo duro e injusto sobre la clase media, no es justo que la clase media pague toda la cuenta de la reforma tributaria. Los sectores más ricos de esta sociedad no están afectados por esta reforma, y los más pobres tampoco se benefician sustancialmente, ni siquiera mínimamente. Entonces los que pagan la cuenta para expandir el gasto del Estado son los sectores medios, que son clave para el desarrollo y crecimiento del país. El contador Enrique iglesias, hace un par de semanas, en un encuentro en Punta del Este del Círculo de Montevideo, decía que la gran novedad positiva en América Latina era la emergencia de una clase media. Porque una clase media fuerte, en cualquier sociedad, da ciertas garantías; da garantías de integración social, da garantías de crecimiento democrático y da garantías de crecimiento económico. Y nosotros, que tenemos la ventaja sobre el resto de América Latina de haber construido mucho antes una clase media, la estamos erosionando, castigando, poniendo en riesgo, afectando todas esas posibilidades. Queremos un impuesto a la renta que pegue de manera moderada en los sectores de ingresos medios, que por supuesto tienen que pagar, pero una cantidad que no afecte su capacidad de ahorro, que no afecte sus posibilidades de desarrollo y que no afecte su capacidad de consumo, como está ocurriendo hoy. Ese es el sentido de corrección que el PI le imprime a la propuesta que le vamos a presentar al gobierno.
AG - ¿Cuáles son los ajustes que proponen?
PM - Aumentar el mínimo no imponible razonablemente; tomar en cuenta el tamaño del hogar, porque no entendemos que un gobierno de izquierda castigue con un mismo impuesto a la renta a una persona que gana 25.000 pesos y vive sola que a una persona que gana también 25.000 pesos pero tiene a su cargo dos, tres o cuatro hijos. Es una cosa realmente inaceptable e inentendible, por lo tanto planteamos una modificación que supone aumentar el mínimo no imponible en proporción con los dependientes que la persona tenga. La posibilidad de tributar por núcleo familiar o individualmente, según la opción del contribuyente, la incorporación de nuevas deducciones, la eliminación del impuesto a la renta para las jubilaciones, lo cual no significa que las jubilaciones no tengan que aportar al presupuesto del Estado, que aporten pero de una manera mucho más moderada, como lo hacían antes de esta reforma. Y agregamos un componente novedoso, una muy buena idea: que cada contribuyente, a la hora de liquidar el IRPF, pueda descontar una cuota parte de los pagos de IVA que hizo por compras de productos o servicios. De manera que eso genere un efecto de aumento de la recaudación, porque si yo les digo a los ciudadanos que si tengo las boletas pueden descontar una parte del IVA, un 10%, va a haber mucho más blanqueo del sistema y por lo tanto va a haber mayor recaudación de la DGI por concepto de facturación de IVA.
Estas son las líneas generales. Obviamente se recauda menos, pero vamos a decir la verdad: esta reforma incorporó a los profesionales, y está bien que lo haya hecho, pero con las tasas que estableció ha generado un incremento de la recaudación por concepto de IRPF muy grande. Con estos cambios que proponemos, en los que el diputado Iván Posada trabajó con mucha seriedad, con criterio técnico, queremos bajar la recaudación a niveles similares a los del viejo IRP.
AG - Usted vincula la Reforma Tributaria con el financiamiento de un gasto público creciente. Una de las cuestiones que se marcan más en profundidad en el documento para la convención es la idea de que "ciertas decisiones del actual gobierno no han permitido aprovechar un contexto altamente favorable en materia económica".
¿Cuáles han sido los errores? Se lo pregunto porque mucha gente en la oposición tiende a señalar que siempre se podrían hacer las cosas mejor, pero el manejo de la política macroeconómica fue la gran sorpresa positiva de este gobierno de la izquierda.
PM - El manejo macroeconómico en términos generales ha sido compartible, nosotros también lo compartimos, pero decimos que se está desperdiciando una gran oportunidad histórica, Uruguay no había tenido en décadas una oportunidad en el contexto internacional tan favorable como la de hoy. Uno observa el panorama y se da cuenta de que otra vez entramos con un tic, con un reflejo, que es el que tuvo el gobierno de la segunda mitad de los años noventa, aquello de tanto crezco, tanto gasto. Esa es la frase clave que define el error fundamental de este gobierno y de gobiernos anteriores.
Cuando el país atraviesa una coyuntura de crecimiento, en vez de generar las condiciones para generar fondos de contingencia, de reserva, porque siempre que hay ciclos altos hay ciclos de baja inmediatamente después, hay que prepararse para la época de las vacas flacas. Este gobierno no nos está preparando para la época de las vacas flacas, igual que a fines de los noventa, por vía de un dólar barato estamos desperdiciando la oportunidad de desarrollar las exportaciones. Usted dirá que las exportaciones crecen, pero crecen menos de lo que podrían si tuviéramos un dólar diferente, y menos de lo que podrían en términos de calidad.
Nosotros analizamos la composición de las exportaciones, y vendemos muchos más productos básicos no elaborados que productos con valor agregado. Esto tiene un impacto directo en la capacidad de generación de empleo, si tuviéramos una economía más competitiva y repito, para nosotros el componente cambiario es fundamental en esa ecuación, tendríamos la posibilidad de vender productos con mayor grado de elaboración en la cadena de agregación de valor, lo que significaría mayor oferta de empleo de calidad. Hemos aumentado la oferta de empleo en estos años por impacto del crecimiento económico, pero la calidad del empleo sigue siendo una asignatura pendiente. Y la única forma de resolver el problema es que nuestras exportaciones tengan un componente de mayor valor agregado.
AG - ¿Usted cree que el equipo económico no entiende esto que usted plantea como tan lineal? ¿O esto es producto de un equipo económico que en alguna medida está tironeado o acorralado por una situación de hecho?
PM - El equipo económico tiene por un lado algunas rigideces, pero por otro lado está tironeado por la consecuencia de las decisiones que el Frente tomó para ganar. El Frente decidió que para ganar tenía que decirle a todo que sí, prometerles a todos todo, y ahora los distintos grupos y sectores pasan por ventanilla a cobrar. El gobierno se enfrenta a una situación de conflictividad creciente, en algunas cosas termina transando, eso va a engrosar la cuenta del gasto público y le determina al gobierno que en la medida que tiene que expandir el gasto y pagar deuda, tiene que tener un dólar barato que le facilite las cosas. Eso termina transformándose en una especie de pan para hoy, hambre para mañana, que pagará el gobierno al que le toque enfrentar el cambio de tendencia del ciclo económico. Como siempre, vivimos en el inmediatismo, pensando cómo la sacamos mejor en el momento, sin pensar que para construir un país hay que trabajar en el mediano plazo.
AG - El título del documento para la convención dice que ustedes son la única alternativa al escepticismo. ¿Entienden que en el país reina el escepticismo? ¿Escepticismo respecto del gobierno, de la política, escepticismo en general o cultural? ¿A qué se refieren?
PM - El riesgo es que se genere un escepticismo generalizado sobre la política, sobre el sistema político. Porque los partidos tradicionales generaron un sentimiento de frustración en buena parte de la ciudadanía, que determinó un cambio de apoyos, la gente optó por apoyar al FA buscando una expectativa, una esperanza, una posibilidad de cambiar la pisada. Pero el transcurso de estos años de gobierno demuestra que el FA no está cumpliendo, no está satisfaciendo las expectativas generadas, está generando decepción, frustración, incluso en un área que uno esperaba que fuera la más cuidada, que es la transparencia. Hay demasiados cuestionamientos a gestiones de funcionarios del gobierno, que vamos a ver cómo terminan pero que en todo caso indican una sensación de que el partido de gobierno no actúa con celeridad cuando se producen irregularidades o situaciones poco claras. Eso va generando en la ciudadanía la sensación de "son todos iguales", "da lo mismo una cosa que otra", nada funciona. Eso es un peligro de nuestra democracia, no digo un peligro grave, porque como el país está creciendo eso está mediatizado, pero el dato no menor de que los jóvenes en un porcentaje importante quieren irse y en otro porcentaje menor pero no desdeñable se están yendo es una luz amarilla frente a la cual tenemos que reaccionar rápidamente.
AG - Usted lo centra en el escepticismo respecto del sistema político en general. Pero lo he escuchado decir que el país necesita un cambio cultural, que necesita privilegiar el éxito. ¿Entiende que este gobierno profundizó esto?
PM - Uruguay anda a cuestas con una mochila muy pesada que es una forma de entender la vida y la sociedad que no nos favorece para este mundo en el que estamos viviendo.
AG - Desde chico he escuchado decir que los uruguayos somos así. Quizás sea un poco exigente pedirle al gobierno que cambie esto en apenas tres años.
PM - El gobierno es tributario de esto, una de las claves del éxito del FA es que se hizo portador de la idea de que es posible volver al viejo pasado del Uruguay de los cincuenta. Eso es lo que hay que cambiar, el Uruguay de los cincuenta ya fue, habrá sido mejor o peor, seguramente tuvo sus cualidades y sus defectos, pero no se vuelve nunca más. Tenemos que construir el Uruguay del Siglo XXI, con discusiones propias del Siglo XXI, con dos valores fundamentales que para Uruguay son muy escasos: velocidad mayor e innovación permanente.
En las dos cosas nuestro país califica mal, tenemos que cambiarlo. Eso supone revalorizar el sentido de la competencia, revalorizar el sentido del éxito, trabajar para subir el piso, no para bajar el techo. Uruguay funciona igualando hacia abajo, castigando el éxito, recurriendo a la protección del Estado como una especie de refugio, entonces nadie compite con nadie, todos somos más o menos parecidos. La sensación es la de un auto que está corriendo una carrera y empiezan a pasarlo los demás. No es que no corramos, pero corremos a una velocidad mucho menor, por tanto nuestros competidores nos van pasando, uno después de otro.
Si no, miremos los datos de educación y comparémoslos con los de la región, si Uruguay no cambia rápidamente su referencia cultural, y eso supone pensar sin miedo en el Siglo XXI. Dentro del gobierno, como dentro de la oposición de blancos y colorados hay sectores que ven esto claro, pero no son ni por asomo los mayoritarios ni los que predominan a la hora de fijar las políticas. Hay un desafío mucho más de fondo que no puede impulsar un solo partido, ni el PI ni ningún otro, lo tenemos que construir entre todos los uruguayos, que es cambiar nuestro imaginario cultural, cambiar nuestras referencias de valores para construir un país en el que competir no sea mal visto, ganar no sea mal visto, tener éxito no sea mal visto, en el que en definitiva crecer sea un valor fundamental.
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AG - Henry, de Sayago, pregunta cómo votó el PI en el tema aborto. No votó porque no tiene representantes en el Senado, pero ¿cómo va a votar en Diputados?
PM - El partido votó en el período pasado, cuando hubo un proyecto muy parecido a este en la Cámara de Diputados. Lo discutimos exhaustivamente y no tenemos una posición única, como a esta altura no tiene ningún partido; el PN, que era el que tenía una posición más monolítica acaba de quebrarla en el Senado con el voto del senador Lara.
En aquella oportunidad el diputado Iván Posada y quien habla votamos en contra de ese proyecto y el diputado Ricardo Falero votó a favor. En esta oportunidad, con este proyecto que es muy parecido al anterior, seguramente el diputado Posada no acompañará, pero eso no significa que tengamos una posición cerrada al respecto. Es un tema que se está discutiendo muy mal, se está analizando muy mal. En particular, yo soy contrario a la despenalización del aborto, pero tampoco me convence realidad que tenemos hoy.
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Edición: Mauricio Erramuspe