Casino Carrasco: Abreu contra una privatización sin control del vicio
En la Cámara de Senadores se aprobó ayer el proyecto de ley que habilita la apertura de una licitación internacional para la explotación de la sala de juegos del Hotel Casino Carrasco. Para el senador Sergio Abreu , "el Estado no se puede desprender del control". El legislador opina que no puede haber una privatización absoluta porque el juego es un vicio social que internacionalmente se relaciona con otras actividades, como el lavado de dinero, y sobre el que debe haber controles.
(Emitido a las 7.44)
EMILIANO COTELO:
Con los votos del Frente Amplio (FA) y del Partido Colorado (PC), el Senado aprobó anoche el proyecto de ley que habilita la apertura de una licitación internacional para la explotación de la sala de juegos del Hotel Casino Carrasco.
El debate fue intenso. La oposición cargó las tintas sobre lo que entiende es una contradicción histórica de la izquierda, que ahora impulsa privatizaciones; cosa que siempre rechazó.
Por ejemplo, el senador de la Lista 15 Isaac Alfie dijo: "Nos llama la atención que antes los inversores extranjeros, que antes eran piratas, ahora sean señores a los que tenemos que darles facilidades y beneficios".
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EC - Vamos a escuchar un par de puntos de vista a propósito de cómo se dio esta polémica.
En primer lugar, vamos a conversar con un vocero del Partido Nacional (PN), que no acompañó esta iniciativa en la víspera. Estamos con el senador Sergio Abreu, de Alianza Nacional.
¿Cómo se plantaron ustedes frente a este proyecto?
SERGIO ABREU:
Esto tiene dos aspectos. Por un lado, los antecedentes sobre cómo se ha venido desarrollando el asunto del Hotel Carrasco no son muy claros. Este aspecto fue profundamente analizado por el senador Gandini, que tiene una extensa trayectoria en este tema, porque lo ha analizado desde la administración anterior. La famosa concesión a Carmitel, la posterior rescisión y la decisión del gobierno de privatizar el Hotel Casino en función de un argumento muy fuerte: que no hay otra alternativa.
EC - A diferencia de otros intentos de concesión del Hotel Carrasco, en esta oportunidad no se llama a licitación sólo por la operativa del hotel sino que se incluye en el paquete la sala de juegos. El proyecto de ley es muy breve. Dice: "Artículo 1º. Autorízase a la Intendencia Municipal de Montevideo a convocar a una licitación pública internacional cuyo objeto incluya la concesión de la gestión de la sala de juegos del Casino Municipal que funciona en el Hotel Casino Carrasco por un plazo de 30 años, debiendo el adjudicatario abonar un canon o precio".
SA - En ese caso se habla de la remodelación del hotel, de la gestión del casino y de todo lo que significa poner al día un edificio con todas las dificultades y los problemas que tiene, y lo que requiere de inversión. Pero nosotros hicimos un análisis que lo separa de otro tipo de circunstancia. En primer lugar, que el juego es un vicio social que tiene que ser administrado debidamente, incluso controlado por el Estado, desde el punto de vista de las operaciones y de los fondos y los dineros que se manejan.
Seguramente, usted va a reflexionar sobre el Hotel Conrad, que es una excepción por la vía de la ley, pero es absolutamente distinto. Porque en Punta del Este estamos hablando de una población flotante, de un centro turístico, y el proyecto fue plan estratégico de la época de la administración del PN, con la construcción de la doble vía, el aeropuerto e incluso un hotel de la categoría del Conrad, en el que se incorpora el juego pero dentro de una línea internacional que establece espectáculos y todo lo que debe haber en este ámbito para quienes se manejan en el mercado internacional.
EC - Usted incluye el caso del Conrad en su análisis porque es el único antecedente en el país de una sala de juegos operada por privados...
SA - Exactamente. El resto son casinos en concesiones que hace el Estado, la Dirección Nacional de Casinos y los hoteles municipales, que son el Parque Hotel y el Hotel Casino Carrasco. En este caso el gobierno decide - no sólo el gobierno municipal, también el gobierno nacional ir directamente a una privatización, en el entendido de que el control se va a realizar mediante software y determinados instrumentos, pero queda exclusivamente en manos de privados.
Nosotros establecimos que esto debe estar dentro del marco de las concesiones que hace el Estado. Lo mejor sería una concesión. Allí actúa el sector privado, el Estado controla y de esa forma administra un vicio social que tiene ribetes de toda naturaleza.
EC - ¿Qué alternativa manejaba el PN? Arturo del Cordón dice: "¿El Partido Nacional se pasó a la izquierda? ¿Ya no apoya más las privatizaciones?".
SA - Yo decía ayer en el Senado que no se puede hablar de privatizaciones o no privatizaciones. Estamos hablando de un Estado que regula, que orienta, que no es un empresario, que concede para que el sector privado explote el servicio, pero que de ninguna manera se desprende de determinados controles sobre una actividad tan difícil como esta. Por ejemplo, tenemos las concesiones de Hípica Rioplatense, en Maroñas hay determinadas salas de juego que se le conceden al sector privado, que paga un canon y el Estado tiene un control directo. Lo mismo en el Hotel Radisson, que también tiene una concesión, pero es el Estado el que tiene la sala instalada allí, en este caso el Casino Nacional, y recibe un determinado porcentaje de los juegos que se realizan. No deja el funcionamiento del juego exclusivamente en manos del privado. Porque el juego tiene vinculaciones de toda naturaleza que están más allá, como vicio social, de algunos temas que no nos gustaría que sucedieran.
En este caso, es la filosofía que hice en el Senado cuando se votó la ley de empresas públicas, que algunos votaron a favor pero después se impulsó el plebiscito y el gobierno del FA votó en contra. Simplemente es una concesión. El Estado hace la concesión y tiene la posibilidad de revocarla si no funciona en forma adecuada, pero de ninguna manera se desprende del control de este tipo de actividad.
Además, se dice que el Hotel Carrasco se va a dedicar exclusivamente a una determinada elite internacional. Esto no es lo mismo que Punta del Este. Simplemente se va a competir con el Parque Hotel, por el mismo público que va a ir y venir, que fundamentalmente es clase media y personas que van a jugar porque tienen afición al juego, porque les gusta. No necesariamente estamos hablando de un núcleo de gente diferente, sino de un traslado de personas que van a jugar en el mismo territorio del departamento. Entonces todos los argumentos de la visión internacional y el encadenamiento con un hotel pueden ser entendibles, pero en el departamento de Montevideo, donde está comprobado que el cliente es el ciudadano uruguayo o el habitante, con las dificultades que tiene un vicio de esta naturaleza, el Estado no se puede desprender del control. Puede hacer la concesión, de modo que no sea el Estado el que explote sino un sistema mixto en el que se vinculan ambas cosas. No es el Estado el empresario, sino simplemente hace la concesión y la controla. No es una privatización absoluta porque es un vicio social que internacionalmente se relaciona con otras actividades, como lavado de dinero y otros aspectos que el Estado uruguayo no ha podido controlar debidamente, sobre todo en materia municipal.
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Edición: María Eugenia Martínez