Mujica tras su visita a un país "agrointeligente"
"¡Productores de alimentos del mundo, uníos!", bromeó el ministro de Ganadería, José Mujica. De regreso de Nueva Zelandia, habló de lo mucho que hay para aprender de aquel país que, en condiciones muy similares a las de Uruguay, logró un desarrollo mucho mayor. Allí hay "una coherencia entre el fondo del ser económico de la nación y la actitud global de esa nación", dijo. "Nada se trasplanta pero esa es la imagen que yo tengo de país agrointeligente, coherente con lo que es. En Uruguay somos una cosa parecida pero en el fondo es como si no quisiéramos serlo. Tenemos un divorcio y nos creemos que el campo es igual a atraso".
(Emitido a las 8.58)
EMILIANO COTELO:
"El modelo neocelandés no es transportable a Uruguay, pero no cabe duda de que hay mucho que aprender de él."
La conclusión pertenece al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, José Mujica, a su regreso de Nueva Zelandia. Mujica integró la delegación que acompañó al presidente Tabaré Vázquez, pero permaneció varios días más que el primer mandatario. Estuvo antes y después de la visita oficial, con la intención de recorrer el país y conocer más a fondo el agro neocelandés, que es un sector de punta en el mundo.
¿Qué dejó esa recorrida? ¿Por dónde pueden venir las líneas de cooperación entre los dos países a nivel estatal y a nivel privado? Vamos a conversarlo con el propio ministro Mujica.
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Ministro Mujica, ¿qué le interesaba conocer durante su viaje a Nueva Zelandia? ¿Dónde estaba su principal foco de interés?
JOSÉ MUJICA:
Hace mucho, muchísimo, que en Uruguay conocemos la importancia que tiene este formidable paisito pastor, y muchas cosas más, pero nada más ni nada menos que pastor a conciencia, que a pesar de ser muy distante y distinto tiene algunas dependencias parecidas a las nuestras y que ha hecho las cosas muy bien.
EC - La relación Uruguay-Nueva Zelandia en materia de actividad agropecuaria viene de hace mucho tiempo, de los tiempos de Alberto Gallinal, por ejemplo.
JM - Sí, viene de esa época y de mucha gente de la agropecuaria que siempre vio a Nueva Zelandia como referencia. Y acá aparece una de las nuestras: nunca había ido un ministro de Ganadería y Agricultura, y menos un presidente, no tenemos ni un consulado, aunque tenemos amigos.
EC - La embajada está en Australia.
JM - Eso expresa que oficialmente estábamos medio desentendidos del problema.
EC - ¿Cuántos días se quedó?
JM - Como 10 días.
EC - Como 10 días en total.
JM - Fui acompañado por el vicepresidente del INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria), deliberadamente, y por el ingeniero Berterreche, que es el encargado de la cuestión forestal, respondiendo a la invitación que nos habían hecho ellos.
EC - ¿Qué hizo durante esos días?
JM - Mire este cuadernillo, me lo entregaron al inicio: acá está, punto por punto, todo lo que hice, hasta la pieza del hotel, todo. Y no falló ni un contacto, nada. Algo tan espantoso, por lo perfecto.
EC - El cuadernillo incluye la agenda que usted cumplió.
JM - Toda la agenda, incluso las piezas de hotel de los últimos días en las cinco ciudades que atravesé. Eso habla globalmente de cómo funciona ese país. Esto para dar una idea al oyente. Si nosotros quisiéramos hacer una cosa de estas, no sé...
EC - Conozco ese método neocelandés de organizar la visita de un ministro que llega invitado oficialmente.
Usted habla de una agenda muy intensa, que lo llevó por varias ciudades; ¿para observar qué sectores en particular?
Héctor Font es el uruguayo que trabaja apra Fonterra, que recibió a José Mujica y la senadora Lucía Topolanski. Foto enviada por la audiencia. |
Y también había gente de Fonterra. En esos días se estaban discutiendo cosas importantes, como la participación de cierto grado de capital de fuera en esta gigantesca cooperativa, que es medio emblemática para Nueva Zelandia. Y así sucesivamente, en otros lados. Estuvimos en una empresa familiar forestal, estuvimos en laboratorios que trabajan para la forestación.
Estuvimos en un laboratorio de los que hay tres en el mundo, en el cual dejaron entrar al presidente, a los dos ministros y al director de la OPP con gran reserva. Allí se están haciendo experimentos para crear especies de árboles forestales para cuando cambie el clima. Esto es central, en una comida con el ministro de Agricultura me dijo: "Podríamos estar mejor, pero decidimos gastar buena parte de la plata que nos está entrando por los precios en cosas que vamos a necesitar dentro de 20 o 25 años". Es la adaptación previsible a lo que va a significar el cambio climático. ¿Sabe lo que es inventar unos pinos -digo inventar porque es cruzar pinos muy alejados entre sí- para producir seres que son híbridos y que eventualmente se pueden reproducir vegetativamente? Los tipos los meten en un laboratorio donde fingen la atmósfera que previsiblemente van a tener, y abajo la raíz la tienen metida en una especie de tanque que es una rizófora para controlar cómo funciona, manejando las previsibles temperatura y humedad que va a haber, para ver cómo responde ese ser, buscando especies aptas para cuando el clima cambie. Es un esfuerzo fenomenal.
EC - También es algo elemental, o que debería ser elemental en un país que depende de la actividad agropecuaria, cuya economía está tan fuertemente basada en la actividad agropecuaria. Si va a cambiar el clima, ¿cómo no van a cambiar las condiciones para esa producción? El asunto es encarar esa investigación, contar con los recursos.
JM - Y sacrificar, porque en el fondo es eso, sacrificar parte del gasto presente que podrían conseguir. No es sencillo ese problema. No es un problema del gobierno, es el problema de una sociedad. Una sociedad agropecuaria que se vota impuestos.
EC - ¿Cómo es eso de los impuestos? Usted habló de unos impuestos específicos que los productores agropecuarios han aceptado.
JM - Sí, deciden que precisan esto o aquello, lo discuten y lo someten a alguna forma de votación. Si la mayoría decide que es válido, es obligatorio para todos. Una de las últimas decisiones que tomaron es alambrar todos los cursos de agua para que los animales no tengan acceso directo, para preservar la calidad del agua. Son cosas impensables. Entonces hay un problema que no es del gobierno.
EC - Es una inversión enorme. Se ha destinado un impuesto específico.
JM - En este caso no cobran, es una obligación que se imponen.
EC - Es una obligación que los productores se imponen a sí mismos.
JM - Lo hacen para preservar la calidad del agua. Ellos también van a usufructuar la calidad del agua, en alguna medida están involucrados, pero están cuidando un valor para el futuro. Esto es bastante común en la madurez de una sociedad. Por eso yo decía que los modelos no son trasplantables, porque una cosa es la tecnología, los laboratorios, la investigación, y otra cosa es la permeabilidad de una sociedad que globalmente atiende, entiende e impulsa. Este es el quid de la cuestión.
EC - Sí, una de las cosas que más me llamaron la atención en la visita a Nueva Zelandia fue cómo la sociedad neocelandesa está muy comprometida con ese agro del cual todos saben que dependen, hagan lo que hagan, estén directamente vinculados con él o no.
JM - La inmensa mayoría no está vinculada con el agro, pero hay una coherencia entre el fondo del ser económico de la nación y la actitud global que esa nación establece. Esa es una de las cosas de lucha. Yo sé que en historia y en sociología nada se trasplanta, pero esa es la imagen que yo tengo de país agrointeligente, de un país coherente con lo que es. En Uruguay somos de hecho una cosa parecida, dependemos de las exportaciones agropecuarias, pero en el fondo es como si no quisiéramos serlo, no queremos ver el problema. Entonces tenemos un divorcio y nos creemos que el campo es igual a atraso, algo demodé, que esto y lo otro. Pero estos tipos agarran el paquete de las ciencias biológicas y se apiñan, hay ocho o nueve universidades, no menos de nueve instituciones pesadas dedicadas a la investigación y a expandir el conocimiento. El tercer o cuarto rubro de la economía es la venta de enseñanza, van de fuera a estudiar.
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EC - La recorrida del ministro Mujica por Nueva Zelandia tuvo como telón de fondo ese parentesco entre los dos países, que tienen tantas cosas en común y algunas diferencias muy fuertes.
Puntos en común: los dos países están ubicados casi en la misma latitud, tienen poblaciones similares, tres millones y algo Uruguay, cuatro millones Nueva Zelandia; en cuanto a superficie Nueva Zelandia es un poco más grande, pero tiene mucha montaña.
JM - Tiene menos tierra arable que Uruguay.
EC - Los dos países tienen su economía basada en la agropecuaria. Por ahí una serie de puntos en común, y después los contrastes: el producto bruto interno (PBI) de Uruguay está en los 20.000 millones de dólares y el de Nueva Zelandia está cerca de los 100.000 millones; el PBI per cápita de Uruguay está en los 6.500 dólares y el de Nueva Zelandia por arriba de los 26.000 dólares anuales; nosotros estamos contentos porque bajamos del 10% de desempleo y ellos están en un simbólico 3,5%. Y podríamos seguir, el precio de la tierra: 30.000 dólares la hectárea es un precio promedio, pero se llega a vender a más.
A partir de esas coincidencias y esos contrastes, usted tenía interés en ver cómo han hecho para llegar adonde han llegado en materia agropecuaria, y nos contaba algo de lo que vio en investigación. Pero por ejemplo en lechería, en lo que son líderes en el mundo, ¿qué fue lo que más le llamó la atención?
JM - Es una lechería muy intensiva pero basada en el recurso pasto, prácticamente las raciones y los granos no se usan, son prohibitivos, es un país débil desde el punto de vista estrictamente agrícola. Y está muy lejos, el transporte de los granos cuesta mucho, con la excepción de Australia. Nueva Zelandia históricamente ha tenido la ventaja de estar en la Commonwealth, pero ha tenido también la desventaja de que a 2.000 kilómetros alrededor lo único que hay son peces y pingüinos, una de cal y otra de arena. Hay la idea de que es un país bárbaro porque estuvo en la Commonwealth, porque tiene facilidad con el pasto. Pero no, esa fertilidad que ostenta, particularmente en la isla norte, en gran medida la ha construido el hombre, la acumuló el trabajo humano. No esta generación, viene de atrás.
En el tambo impresiona la altísima productividad pareja, explotando tres capítulos fundamentales, no una cosa, cada capítulo encierra varias. Primero, pastorear en el momento óptimo desde el punto de vista nutritivo y de la fisiología de los pastos. Esto significa ciertas cuestiones de manejo clave.
EC - Entre otras cosas, el tambo para dos meses al año, en invierno.
JM - Las vacas se secan en mayo y los partos entran en la primavera, se sigue el ciclo de los pastos porque es una lechería para vender al mercado mundial y disminuir los costos.
Después esta cuestión del pastoreo, alta fertilización, altísima fertilización. Nuestras tierras tienen cinco partes de fósforo por millón, y ellos trabajan de 15 para arriba, refertilizan todos los años. Tan alta fertilización por dos cosas, para que la pradera les venga equilibrada y las leguminosas no se desborden y tengan una ingesta nociva, se equilibra con las gramíneas. Y lo segundo, puede venir un año malo de rentabilidad y no fertilizan, pero ya la tienen asegurada, ya está en el campo.
El tercer capítulo es la combinación del riego cuando es necesario, sobre todo en la isla sur es imprescindible, llueve 600 milímetros como promedio. Eso tiene un costo fenomenal, es una inversión fenomenal, pero riegan. Estuve en la isla sur, en un tambo, y lo voy a decir porque hay un testigo, un uruguayo que hace tres años que trabaja allí y ahora se viene: 18.000 litros de leche anuales por hectárea. Había un alfalfal plantado en unos pedregullos que si a uno se le ocurre plantearlo acá lo llevan al manicomio, por el tipo de tierra. Eso implica un salto genético, es una variedad de alfalfa que desarrollaron para esas condiciones, hay mucho trabajo de inteligencia detrás, nada de estas cosas es milagrosa.
EC - Entre otras cosas, en la isla sur están reconvirtiendo campos que fueron destinados a la producción ovina y ahora son tamberos.
JM - Y más, vi montes de pinos que están tirando al suelo, con todo lo que cuestan. Un empresario neocelandés que nos acompañaba, que conoce Uruguay, cuando pasamos nos dijo: "Sale más barato hacer tambos en Uruguay".
EC - Ese es otro punto interesante, ese modelo neocelandés de hacer lechería está aterrizando en Uruguay.
JM - Sí, y vamos a tener un experimento para salir de discusiones teóricas: cuál es la parte adaptable del paquete y cuál no. Yo vi en una empresa privada tantas parcelas de pasto experimentales como tal vez no hay en La Estanzuela en Colonia, buscando una festuca más tierna, un raigrás más resistente para Australia y eventualmente para nosotros, para nuestros veranos en los que se produce más evotranspiración que en los de ellos. El hombre puede luchar, siempre que interprete a la biología y la siga. Pero claro, no es de un día para el otro.
Cuando ellos cambian la composición de sus praderas en la isla norte -las praderas duran 20 años-, lo hacen para absorber el adelanto genético, han desarrollado nuevas variedades de mayor productividad, entonces las cambian.
EC - Usted acaba de decir que las praderas duran 20 años.
JM - A veces.
EC - Al oyente común y corriente, alejado de estos temas, quizás eso no le diga nada. ¿Cuánto dura una pradera en Uruguay?
JM - Tres o cuatro años, normalmente. Está todo en la alta fertilidad, el trabajo, el pastoreo rotativo riguroso, hay una cantidad de aspectos. Y un clima, con el mismo régimen de lluvias, tenemos más evotranspiración en nuestro verano.
EC - Sí, hay todo un debate sobre cuál va a ser el resultado de esta experiencia de tambos neocelandeses en Uruguay, pero lo cierto es que está ocurriendo. Los productores neocelandeses se han quedado "sin tierra" y han salido a producir en otros países. Uruguay no es el único donde están aterrizando, lo han hecho en Chile, lo están haciendo en Brasil. Cuando volvía de Nueva Zelandia me encontré en el avión con un neocelandés que tiene varios tambos en la zona de Bahía, en Brasil, junto con otros colegas con ese origen. Y hay un proyecto parecido al que se está haciendo en Uruguay para el estado de Río Grande del Sur, en Brasil, es una operación que abarca a varios puntos de América Latina. En Uruguay en particular cuentan con 120 millones de dólares en su etapa inicial para este emprendimiento que encabeza PGG-Wrightson y que implica comprar tierras en Río Negro, Florida y Rocha. Mientras ustedes estaban allá se confirmó que se amplió el monto de la inversión.
JM - Sí. Es un esfuerzo muy singular, porque tiene algunos aspectos que apuntan a una especie de colonización. Si usted es un técnico con ganas de trabajar y pone algún capital, por ejemplo 100 o 200 vacas, esa empresa pone lo que falte, todo lo que falte en inversión. Si usted entra a vivir y a trabajar en la empresa, allí, en el lugar, in situ, con esa perspectiva, usted lo va a comprar, le ponen una zanahoria. Y usted va a pagar un interés, esa empresa no va a trabajar gratis, tiene que ganar lo suyo. ¿Cuál es el interés de la empresa? Es esencialmente una empresa productora de semillas, de investigación y venta de forrajeras. No quiere ser un oligopolio, tener una cadena de tambos, porque está de vuelta de eso, porque el tambo necesita tamberos, hay que estar al pie del cañón.
Le cuento una anécdota. Hay un uruguayo trabajando en un tambo de esos, hecho allá, con una pareja de técnicos recibidos en Lincoln, de primera, con calidad. Y eran tamberos porque me saludaron y me dieron la mano, con ese dato ya me doy cuenta. Habían trabajado en Islandia y en Estados Unidos y fueron a hacer su porvenir, pusieron 200 o 300 vacas y el resto lo puso la empresa, todas las instalaciones, la tierra y todo lo demás. El uruguayo trabaja 11 días 14 horas y se toma tres enteramente libres, y aprendió. Era un hijo de un tambero, pero nunca había puesto una pezonera, ahora sabe de todo y va a venir a trabajar, con entusiasmo.
Le cuento esta anécdota por lo siguiente. Ahora nos subieron la cuota de las vacaciones pagas, podemos mandar 200 muchachos.
EC - Por el sistema de Working Hollidays. Había 100 cupos, ahora pasa a haber 200.
JM - Voy a ir al Banco de la República a pedir que de los pasajes se haga cargo el banco y que los paguen después, porque se precisan unos 3.000 dólares para arrancar. A la vuelta lo pueden pagar. Y no tienen que ser tamberos, pueden ir de otros lados.
EC - De hecho, el programa es utilizado en particular por hijos de productores lecheros uruguayos.
JM - Fundamentalmente.
EC - No solo por ellos, pero hay toda una línea de trabajo que ha impulsado Conaprole.
JM - Es muy positivo, ven otro horizonte, otra manera de trabajar, y vale, por lo menos, por un curso intensivo de UTU.
EC - Ese sistema neocelandés de hacer lechería va a estar funcionando en Uruguay, ya está funcionando en algunos tambos.
JM - En términos concretos, el sistema consiste primero en una planificación del campo, los caminos son centrales, los caminos para no empantanarse, bien hechos; después potreritos que andan por las 50 cuadras, más o menos, todos con agua en el medio en uno o dos tanques de cemento. En el medio porque eventualmente, según los ciclos del pasto, se pone un alambrado eléctrico y se achica el potrero. El principio es altas cargas instantáneas y rotación intensa para pastorear cuando el pasto está a punto -cuando tiene las mayores propiedades nutritivas- y lograr un pastoreo que arrase tratando de aprovechar el máximo, para después pasar a otra parcela. En Uruguay van a regar también, es caro, pero es un laboratorio vivo y nos vamos a dejar de discutir, vamos a aprender: esto está bien, aquello está mal, esto lo podemos adaptar, esto puede andar, esto no.
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EC - Hemos conversado a propósito de algo de lo que usted vio en Nueva Zelandia, hemos hablado de investigación centrada en el agro, hemos hablado de forestación, hemos hablado en particular de producción lechera. Seguramente podríamos seguir recorriendo rubros -también estuvo en establecimientos que se dedican a la producción de carne-, pero si vemos más en general las conclusiones, usted dijo "el modelo neocelandés no se puede aplicar en Uruguay". ¿Efectivamente no se puede? Se lo preguntaba un oyente hace un rato. ¿Por qué no?
JM - Los pueblos son hijos de su historia, de su peripecia, pero no quiere decir que algunas cosas de las que hacen los neocelandeses no se pueden hacer y se deben hacer en Uruguay, debemos tratar de internarnos en ese camino. Por ejemplo, la investigación tiene que ser explosiva y sistemática, y no se termina de una vez para siempre, hay que multiplicar y hay que invertir en investigación, pero hay que hacer uso del conocimiento que se tiene. Tiene que haber una relación que tenemos que perseguir. Acá hay recetas que hace 50 años que sabemos que tenemos que hacer y masivamente no las aplicamos. Hay una enorme diferencia de rendimiento entre las estaciones experimentales y el promedio nacional. Allá es al revés, la distancia es poca, las cifras que le tiré no son de estaciones experimentales, son de productores que están luchando por la vida. Nosotros no lo hacemos y lo tendríamos que hacer, tenemos que trabajar para eso.
EC - ¿Qué otros ejemplos?
JM - La cultura del pasto me parece formidable. Hay dos millones de hectáreas forestadas y van a seguir forestando, pero forestan donde tienen que forestar, en la barranca de un cerro que cae a plomo, pero abajo hay un vallecito y ahí no forestan, ahí tienen pasto, vacas o ciervos, tratan de explotarlo de otra manera, cada cosa en su sitio. Hay árboles por todos lados, pero no hay esas manchas enormes. No es contradictorio tener árboles con vacas o con tambo o con ovejas, por el contrario, es una organización del territorio. Y hay una urbanización del campo, gastaron en la sociedad, usted tiene un gurí que tiene que ir a la escuela y se lo levanta una camioneta y lo lleva.
EC - Una escuela que además está relativamente cerca, hay una buena distribución del sistema educativo en el territorio.
JM - Es caro, pero hay que invertir en eso.
EC - El correo llega a cada establecimiento agropecuario.
JM - El correo es una señora institución, sustituye a los escribanos. Usted puede comprar un auto, hace un formulario en el correo y se acabó, ese es el documento de propiedad, se deja de dar vueltas. Y puede comprar una casa, estuve en la casa de una uruguaya, una botija que fue a estudiar y compró una casa así, con un certificado en el correo. Es el sueño del pibe, ¿sabe lo que es un país sin escribanos? No es por estar en contra de los escribanos, me refiero a un país que ha atemperado el funcionamiento burocrático, todo es fácil. Por favor, los escribanos no tienen la culpa de nuestros defectos.
EC - En principio, Uruguay y Nueva Zelandia pueden ser vistos como países competidores, porque producimos en rubros idénticos: carne, lácteos, forestación, lana, vinos. Pero también se puede ver que somos países entre los cuales hay un amplio margen para la cooperación.
JM - ¡Productores de alimentos del mundo, uníos!
EC - ¿Qué se puede hacer en materia de cooperación?
JM - Primero, la cooperación técnica. Nuestros débiles organismos de investigación deben coordinar, hay investigaciones que es muy bueno llevar adelante coordinadamente sobre la faz de la Tierra, es una manera de ahorrar esfuerzo. Por eso fuimos con el INIA, hay que capacitar gente. Nosotros tenemos una enfermedad, el pietín, que ataca el baso de las ovejas, sobre todo cuando viene muy llovedor, es una plaga para el Merino, para la producción de lana fina. Ellos tienen ubicado el cromosoma que tiene que ver con la resistencia genética, de manera que si aprendemos podemos seleccionar líneas de animales reproductores que trasmitan la resistencia, que es la mejor manera de combatir una enfermedad.
Pongo este ejemplo, no para entrar en detalles técnicos sino para que la gente vea las cosas que tenemos que tratar de empalmar. Esas cosas valen la pena, tenemos que tener una relación firme, mandar toda la gente que podamos, coordinar con los organismos. Además ellos están abiertos, creo que razonan con este criterio: somos competidores, y como tales conviene que andemos juntos, para tener políticas comunes, porque, si no, van a seguir compitiendo y es mejor tener un grado de coordinación. Nos invitaron a participar en un grupo que han construido con Chile, Singapur y Dubai, el grupo de los cuatro. Son desafíos que tenemos por delante.
EC - ¿Qué es ese grupo?
JM - Es un grupo de comercio, de relaciones comerciales, con un país petrolero, con Singapur, otro desconocido acá pero que a esta altura es un gigante...
EC - Y Chile, que es su gran socio comercial en América Latina.
JM - Sí, Chile, un país que a todo lo que pasa se le prende del pescante.
EC - ¿Uruguay va a integrar ese grupo?
JM - Uruguay lo tiene que discutir. Me parece que parte del discurso de Tabaré en Vietnam era una respuesta, empezaba. Necesitamos discutir con el Mercosur estas cuestiones. No deja de ser una ventana no digo abierta, pero entreabierta.
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Edición: Mauricio Erramuspe