Entrevistas

Sanguinetti pide auditar monitoreo de Botnia

Sanguinetti pide auditar monitoreo de Botnia

El senador Julio María Sanguinetti llamó a que se realice un auditoría internacional permanente sobre los controles de la Dinama a Botnia y que sus resultados se publiciten. "Tenemos que fortalecer nuestra posición desde el punto de vista de la opinión, de la credibilidad, tanto en Uruguay como en Argentina, como ante la comunidad internacional", señaló. "Eso no quiere decir que logremos el milagro de convencer al grupo de Gualeguaychú, nos vamos a morir todos oyéndolos protestar", advirtió. El ex presidente también se refirió a los problemas de un Mercosur "desfalleciente" por la bipolaridad argentino-brasileña.

(Emitido a las 9.10)

EMILIANO COTELO:
Esta semana el doctor Julio María Sanguinetti lanzó una propuesta con la que, según su criterio, se reforzaría la posición de Uruguay en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Sanguinetti considera conveniente la contratación de empresas internacionales o la participación de organismos internacionales para que efectúen el control del impacto ambiental de la planta de celulosa de Botnia. De este modo, se obtendría un respaldo "objetivo" al monitoreo que nuestro país realiza sobre la fábrica instalada en Fray Bentos.

Cuando consultamos sobre esta idea al ministro de Medio Ambiente, Mariano Arana, el jerarca se mostró dispuesto a analizarla, porque, dijo, "todas las sugerencias que apunten a fortalecer la postura uruguaya son bienvenidas". De todos modos, Arana recordó que la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) ya tiene certificaciones internacionales de los procedimientos que utiliza para monitorear el agua del río Uruguay, por ejemplo.

¿Qué otras repercusiones tuvo el planteo? ¿Cuán afinada está la iniciativa? De eso y algún otro tema, vamos a conversar con el senador Sanguinetti.

***

Senador Sanguinetti, usted divulgó esta propuesta el martes pasado. ¿Por qué en este momento, en esta semana?

JULIO MARÍA SANGUINETTI:
No fue nada especialmente deliberado. En un momento en que se ha pasado a otra etapa en esta ya larga y triste historia de nuestro conflicto con Argentina –porque quedó en una situación de congelamiento la mediación española–, tenemos que pensar que el debate se va a acentuar, que habrá otros escenarios. El tema de La Haya está específicamente referido a si se violó o no el Tratado del Río Uruguay, pero mañana puede haber otro juicio, otro procedimiento, y Uruguay tiene que pensar que debe acumular la mayor cantidad posible de razones y testimonios que ratifiquen y avalen su situación. Fue esa razón la que me llevó a hablar de la necesidad de que hubiera una auditoría externa, como se hace en tantos ámbitos de la vida económica o social, que se contrata una auditoría externa, alguien que avala lo que uno está haciendo.

Pensamos que el trabajo de la Dinama es bueno, no tenemos la menor duda ni de los técnicos ni de sus jerarcas, pero también sería bueno, nos fortalecería, que algún organismo internacional hiciera alguna auditoría externa que nos ratificara.

EC - El miércoles entrevistamos aquí En Perspectiva al ministro Mariano Arana y le preguntamos en torno a su sugerencia. Entre otras cosas, decía esto:

(Audio Mariano Arana.)

"Recordemos que por sugerencia del presidente de la República empezamos a tomar pruebas del Río Uruguay. Se han venido tomando periódicamente en distintos puntos y en distintas profundidades del río, para comprobar antes y después del funcionamiento de la planta si hay variaciones sustantivas y negativas desde el punto de vista de la calidad en el propio lecho, en el propio curso hídrico. Una vez que los argentinos abandonaron la tarea común que se hacía en la órbita de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) las tomas y las verificaciones periódicas en los distintos puntos del Río Uruguay fueron avaladas, en cuanto a los procedimientos empleados, por organismos canadienses."

(Fin.)

EC - El ministro Arana plantea que desde que en la CARU no se hacen más los controles, Uruguay los sigue haciendo con la auditoría de una institución canadiense, GEMS (Global Environmental Monitoring System, o Sistema Global de Monitoreo Ambiental), que avala que los procedimientos utilizados son los aceptados en el mundo. ¿Para usted esto no es suficiente?

JMS - No es que avale ni que se esté haciendo, ayer recibimos la información adecuada en la comisión del Senado. Eso se hizo en su momento y se avalaron los procedimientos, se llamó a ese organismo para ver si se estaba haciendo bien el monitoreo, si estaban bien tomados los puntos de referencia, los métodos, y esa organización dijo que sí. Pero eso fue en la etapa prefuncionamiento, antes del funcionamiento de Botnia. Fue así, yo lo sabía e incluso lo dije públicamente cuando lo planteé.

Estoy hablando de otra cosa, ahora la planta está funcionando, habría que hacer algo más que traer a una entidad que venga y nos diga que el procedimiento está bien. Ellos mismos tienen que hacer un control publicable y que a su vez se publicite, se exhiba, se muestre. Que no sea simplemente algo privado, tenemos que fortalecer nuestra posición desde el punto de vista de la opinión, de la credibilidad, tanto en Uruguay como en Argentina, como ante la comunidad internacional. Eso fue en la etapa prefuncionamiento, ahora estamos en otra etapa, porque la planta está funcionando. Aquello tenía el sentido de saber cuál era el estado del río, para ubicar el nivel, porque habría algún nivel de contaminación, no fuera cosa que después empezara a funcionar la planta y se dijera que todo era culpa de ella. Eso estuvo bien, se hizo y lo reclamamos con bastante anticipación.

Pero ahora estamos en otra etapa, la planta está funcionando y nos parece que es necesario, que es útil, que nos fortalece, no digamos que sea imprescindible, porque el control que hace la DINAMA está bien, pero desde el punto de vista de un conflicto en el cual tenemos que contar con que van a seguir las acciones del otro lado, cuanto más nos fortalezcamos, mejor.

EC - Usted no habla de trasladar a otra institución la realización de los controles.

JMS - No, yo digo que haya controles paralelos. Es como en la contabilidad de las firmas, hay un contador que hace la contabilidad, el balance y todo lo demás, y hay una auditoría externa que verifica, y ambas cosas se publican. A eso me refiero.

EC - ¿Usted ha pensado en alguna consultora, en alguna empresa o en algún organismo internacional en particular?

JMS - No, eso lo tiene que decidir el ministerio. Ellos usaron ese organismo GEMS la otra vez y de pronto pueden volver a usarlo. Ayer la directora de Medio Ambiente nos indicó que podría pensar en hacerlo otra vez con GEMS. Magnífico, que lo hagan, pero que lo hagan cuanto antes y además lo publiciten y que se sepa cuáles son los resultados, si estamos tranquilos, como estamos, en cuanto al tema de fondo.

EC - Por lo que usted mismo cuenta y a propósito de lo que ocurrió ayer en el Parlamento, ya ha habido intercambio, ya ha habido diálogo en torno a esta idea.

JMS - Sí, se conversó, la directora de Medio Ambiente informó que piensan montar un sistema público de información en tiempo real, un sitio en internet que permita acceder en cualquier momento a los parámetros de los diversos ítems, en el aire, en el agua, todos esos elementos que se van a controlar. Eso me parece muy bien, porque cuanta más transparencia, más publicidad haya, más fortaleza vamos a tener.

EC - En definitiva, ¿está conforme con el eco que tuvo? ¿Le parece que esto se va a encaminar en esa dirección?

JMS - Da la impresión de que sí, esperemos que así sea. Repito: además hay que publicitarlo, no puede quedar en un ámbito privado, porque luego las cosas se desconocen, se impugnan. Ayer pregunté si ellos sabían qué está haciendo Argentina, porque uno lee los diarios y aparentemente también están montando un sistema de control. No hay información oficial, no sé de qué se trata, pero es evidente que entramos en otra etapa del debate y todo esto se va a discutir. A la luz de los antecedentes está claro que nos van a discutir todo.

EC - Justamente, si se va por este camino, si efectivamente se contrata una auditoría en el exterior que certifique cómo se están haciendo estos controles, ¿ganamos algo? En tren de desconfiar, se va a poder plantear: "Uruguay es quien contrató a esa consultora, por lo tanto no es independiente, va a responder a quien paga por sus servicios".

JMS - Hay que conseguir la entidad, el organismo más objetivo posible. Los resultados siempre se pueden discutir, pero si usted tiene atrás un organismo con fuerza internacional, con reconocimiento internacional, es otra cosa. Es lo que en su tiempo pasó con el Banco Mundial, en uno de los peores momentos de la agresión argentina se impugnó que nos dieran el crédito, decían que la planta no se podía financiar porque era contaminante. El Banco Mundial contrató una consultora de prestigio que le dio su opinión favorable y actuó en consecuencia. Son cosas que sirven. Eso no quiere decir que logremos el milagro de convencer al grupo de Gualeguaychú, nos vamos a morir todos oyéndolos protestar. El objetivo de ellos era que no hubiera planta, que no existiera nada, entonces siempre van a protestar. No hay nada más persistente que el fundamentalismo, como no es racional los hechos son lo que menos importa. Hay gente que siempre va a protestar. Lo que importa es que en el territorio donde puedan definirse las cosas de un modo racional, sea un tribunal de justicia, sea un organismo financiero, uno tenga su propio monitoreo, que es bueno, que está comprobado incluso que usa procedimientos adecuados, y si además uno tiene un informe preciso de un organismo internacional importante, relevante y respetado internacionalmente, está muy fuerte. Tan simple como eso.

EC - Usted suena escéptico con respecto a la posibilidad de que haya un entendimiento entre Uruguay y Argentina a corto o mediano plazo.

JMS - A corto plazo no lo va a haber, está a la vista. A mediano plazo hay que ser optimista. Hemos retrocedido mucho, después de aquellas afirmaciones de la presidenta, que fueron tan publicitadas, en las cuales decía que ahora que funcionaba la planta había que esperar a ver qué pasaba, que si contaminaba se tomarían las medidas y si no habría que aceptarla, vino un ping-pong de acciones y reacciones que nos dejó muy lejos. Y el episodio de Santiago nos ha dejado más lejos aún. Y luego ya habido otros hechos un poco preocupantes que hacen a algo más que este conflicto. Por ejemplo, la reunión Argentina-Brasil que se realizó hace dos o tres días, que muestra el propósito de que el Mercosur esté manejado por Brasil y Argentina con poco respeto.

***

EC - En la sesión del miércoles el Comité Ejecutivo colorado cuestionó la reunión que mantuvieron hace pocos días la presidenta electa de Argentina, Cristina Fernández, y el presidente Lula, de Brasil, en Brasilia. Ustedes salieron preocupados del análisis. ¿Qué les llamó la atención de ese encuentro?

JMS - Todos los países tenemos una agenda bilateral, Uruguay puede tener una agenda bilateral con Brasil, otra con Paraguay, Brasil con Argentina, etcétera, eso siempre ha sido normal. Lo que ocurre es que en un Mercosur que está claramente en crisis, que claramente ha retrocedido, Brasil y Argentina se reúnen en un encuentro que se considera inaugural de un gobierno, porque es la primera vez que asiste la nueva presidenta Argentina, y anuncian que se constituye una comisión para coordinar las acciones, se habla de que van a actuar conjuntamente en el Mercosur, se menciona entre los temas tratados nada menos que una represa aguas arriba del río Uruguay, en Garabí, en nuestro río común. En los últimos tiempos Argentina y Brasil han resuelto innúmeras cosas del Mercosur que nos han impuesto después –el famoso acuerdo de adecuación competitiva, que significó un retroceso espectacular en la libre circulación de mercaderías–, todo indica que el Mercosur va camino a que Brasil y Argentina, ahora ya formal y oficialmente, actúen por su cuenta y luego nos notifiquen de lo que está pasando. Eso nos preocupa mucho.

EC - ¿Efectivamente se va en esa dirección? ¿O es el diálogo y el intercambio natural entre los países que son los motores, entre los socios grandes de un acuerdo de integración regional? ¿No pueden verse estos contactos como se dan los contactos entre Alemania y Francia en la Unión Europea?

JMS - Acabo de decirlo, todos tenemos una agenda bilateral, es lógico.

EC - Pero yo hablo de la agenda bilateral de los socios mayores de un bloque.

JMS - Puede ser, pero tampoco es bueno, revela que no hay el afán de actuar con un espíritu de sociedad, en una sociedad en la cual se han establecido derechos iguales para todos.

EC - Estoy tratando de ponerme en abogado del Diablo.

JMS - Hace muy bien en pensarlo.

EC - Puede pensarse que los socios grandes van a coordinar acciones a favor del Mercosur o potenciando el Mercosur.

JMS - Lo de grandes es relativo, hay uno grande y uno medianito, porque ya Brasil y Argentina no son fuerzas parejas, eso está clarísimo. Hay un grande, un mediano y dos más chicos, si hablamos en términos económicos. Tampoco son fuerzas equivalentes, esto está clarísimo también. Yo digo que a la luz de los antecedentes más inmediatos, no ha habido un trato equitativo, no ha habido una reflexión colectiva, no ha habido un trabajo del Mercosur de reales avances, porque lejos de lo que a veces se dice, tenemos cada día menos y peor Mercosur. Lo de más y mejor Mercosur es una frase que se repite. No hay coordinación macroeconómica, seguimos igual que antes de la devaluación brasileña del 99, no se ha podido avanzar, no se ha avanzado en la libre circulación de mercadería, no se ha avanzado en el cumplimiento de los tratados, ni mucho menos; basta pensar que el tribunal del Mercosur declaró ilícito el corte de los puentes y seguimos soportándolo. Todo lo que ha ocurrido en el último tiempo va en la dirección de que Brasil y Argentina acuerden entre ellos y luego nosotros marchemos detrás. El llamado acuerdo de complementación fue un retroceso fantástico, fue la posibilidad de establecer nuevos aranceles, nuevos impuestos a la importación, restricciones al comercio. Eso fue el resultado de un conflicto Argentina-Brasil que resolvieron en perjuicio de todos.

EC - A partir de este cuestionamiento a Argentina y a Brasil, también objetan cómo la cancillería está manejando las situaciones.

JMS - No es la cancillería en sí, lo que me importa es el país, más allá de responsabilidades individuales. Me preocupa sobremanera lo que está ocurriendo, y no a mí, nos preocupa a todos, no creo que la cancillería esté despreocupada de esto, porque es demasiado evidente lo que está ocurriendo, es demasiado evidente que la política actual de Brasil no ha sido demasiado considerada desde ese punto de vista, ha sido más bien de abstención, una abstención prudente, un poco distante si quiere, en toda esta situación. Yo no imagino un conflicto en la Comunidad Europea entre Francia y España, por ejemplo, y que Alemania e Italia no tengan nada para decir y la sociedad no actúe.

EC - ¿Van a convocar al canciller Gargano al Parlamento por esta situación?

JMS - Lo estuvimos hablando ayer en una sesión sin taquígrafos para que fuera más franca y más clara. Yo tengo una seria preocupación, la tiene el Partido Colorado y la tiene mucha otra gente, realmente sentimos que estamos con un Mercosur muy complicado, a veces desfalleciente. Esto lo opina también públicamente el ministro de Economía, de modo que no es una ocurrencia nuestra. En el gobierno hay dos posiciones a este respecto y, lo que es peor, no va mejor, no va en la línea de que las cosas mejoren, va en la línea de que Brasil irá acordando con Argentina para ir manejando la situación, y el resto miraremos. Tenemos un comercio importante, tenemos una gran dependencia, por eso mismo no puede seguirse acentuando de este modo porque aquella sociedad que nació tan bien, con tanta expectativa, con tanta solidaridad, con tanto espíritu fraterno, se ha ido diluyendo en los últimos tiempos.

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Edición: Mauricio Erramuspe