Cristina, el conflicto y el continuismo avizorado
La referencia al conflicto binacional en el discurso de asunción de Cristina Kirchner es objeto de varias lecturas. "Sin ninguna duda hubo una muestra del continuismo que va a haber en la relación Uruguay-Argentina, que no va a cambiar nada a partir del cambio presidencial, como en algún momento pensamos" analizó hoy Lilia Ferro, coordinadora del Programa de Política Internacional y Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Para esta catedrática, Fernández perdió ayer "la oportunidad de mostrarse como una mujer de Estado".
(Emitido a las 7.44)
EMILIANO COTELO:
"En cuestión de segundos, lo que parecía un agradecimiento trocó en un reclamo." Así empieza un artículo del diario La Nación de Buenos Aires a propósito del episodio del cual estuvimos tan pendientes los uruguayos. En un tramo de su alocución, Cristina Kirchner resaltó la presencia de Tabaré Vázquez en la ceremonia de asunción, pero apenas dos frases después cambió el sentido de sus palabras y esbozó un enérgico planteo a su par de nuestro país por la instalación de la pastera Botnia en Fray Bentos.
(Audio de Cristina Kirchner.)
"Quiero también agradecer la presencia del presidente de la República Oriental del Uruguay, el doctor Tabaré Vázquez. Quiero decirle, con toda la sinceridad que siempre he tenido en toda mi práctica política, que no va a tener de esta presidenta un solo gesto que profundice las diferencias que tenemos. Pero también, con la misma sinceridad, quiero decirle que esta situación que hoy atravesamos no nos es imputable. Porque más allá de medidas que muchas veces podemos no compartir, lo cierto es que nosotros nos hemos presentado en la Corte Internacional de La Haya porque se ha violado el Tratado del Río Uruguay al instalar las pasteras sin consentimiento. Este y no otro es el conflicto. Resituar el conflicto requiere también un ejercicio de sinceridad por parte de todos nosotros, que no significa ahondar la diferencia, simplemente saber cuál es la diferencia para darle gobernabilidad a esa conflictividad hasta tanto resuelva, como corresponde a los estados de derecho, el tribunal jurídico internacional que ambos pactamos en el caso de controversias. Esta es hoy la situación, pero sepan, compatriotas de Uruguay, de la patria grande, que los sentimos los argentinos y los vamos a sentir siempre nuestros hermanos. Que de esto no haya ninguna duda".
(Fin del audio)
EC - Vázquez estuvo muy pocas horas en Buenos Aires. Llegó a la capital argentina en helicóptero, aterrizó en Aeroparque sobre las 14.45 y de allí se trasladó en un automóvil hasta el Congreso, con el embajador Francisco Bustillo, su edecán y dos miembros de la Secretaría de Prensa y Difusión de Presidencia.
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EC - Para analizar lo que ocurrió ayer en el Congreso, que alude tan directamente a nuestro país, estamos en diálogo con la doctora Lilia Ferro, coordinadora del Programa de Política Internacional y Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad de la República.
Usted siguió el discurso de Cristina Fernández de Kirchner. ¿Cómo reaccionó cuando escuchó este pasaje?
LILIA FERRO:
Me sentí un poco agredida. Me gustaría contextualizarlo un poco más, pero en el momento me solidaricé con lo que estaría sintiendo el presidente de la República allí sentado.
EC - Debe de haber sido un momento complicado para él. Inicialmente lo saluda por su presencia, Vázquez recibe una ovación de todos los presentes en la sala y unos segundos más tarde es destinatario de un planteo muy directo y muy crudo de la nueva presidenta.
LF - En primer lugar me gustaría resaltar la ovación, que fue totalmente espontánea, de los que presenciaban la asunción de la presidenta. Se notó que allí había un gran cariño, una cosa muy cálida.
EC - Pero también fue fuerte la ovación cuando vino el reclamo, lo que pauta que había un grupo de gente, por lo menos similar al anterior, deseoso de sacarse las ganas con la reivindicación.
LF - Creo que era la misma gente. En ese tema en Argentina hay una dualidad. Hay ese cariño, ese vínculo que sienten hacia los uruguayos. La presidenta dijo "compatriotas", y agregó "de la patria grande", porque se dio cuenta de que no era tan así. Ellos sienten ese vínculo con nosotros, pero al mismo tiempo desean que Argentina obtenga una victoria. No sé si entienden que hay o no contaminación, que hay o no derecho de Uruguay a hacer lo que hace. No sé hasta qué punto tienen detalle del tema de fondo, lo que quieren es que La Haya le dé la razón a Argentina.
Si se escucha con cuidado lo que dijo la presidenta, sin ninguna duda hubo una muestra del continuismo que va a haber en la relación Uruguay-Argentina, más allá de Néstor Kirchner, que no va a cambiar nada a partir del cambio presidencial, como en algún momento pensamos.
Ella dijo que no iba a tener "un solo gesto que profundice las diferencias", pero enseguida planteó el problema con todos los gestos que puede hacer. En primer lugar, "esta situación que hoy atravesamos no nos es imputable".
No estaba leyendo, improvisó, pero le estaba hablando al presidente uruguayo y dijo "no nos es imputable", lo que en ese momento hizo pensar que estaba diciendo "ni tú ni yo somos responsables directos de esto", pero de ninguna manera. Ellos hacen el presidente Kirchner lo había hecho antes prácticamente personalmente responsable al presidente uruguayo de todo esto. Y después de decir que Uruguay ha violado el Tratado del Río Uruguay con la instalación de las pasteras, dice claramente "Este y no otro es el conflicto". Entonces, a pesar de que directamente no se haya referido a los piqueteros en Gualeguaychú, en esa frase dice que lo de los piqueteros es una excusa.
EC - Esa interpretación se podía hacer perfectamente: "no insistan tanto con los piqueteros, la génesis de todo está allí".
LF - Es la misma situación que tenemos planteada desde hace años. Traigo a colación la famosa Memoria del gobierno argentino de 2004 en la cual se decía estrictamente: "Hemos firmado un acuerdo bilateral poniendo fin a la controversia". En términos jurídicos tenemos la teoría del acto propio. Uno no puede ir contra algo que hizo para fundamentar una acción o una defensa. Acá estamos hablando de volver a hablar de una violación del Tratado del Río Uruguay cuando hay un acuerdo presidencial que dice que eso está superado. Me parece importante, porque ella lo trae en un discurso ante el cual nadie tiene ninguna forma de demostrar su verdad. Hubo ahí un poco de abuso de las circunstancias.
EC - Ella habló lisa y llanamente de resituar el conflicto. "Resituarlo requiere también un ejercicio de sinceridad por parte de todos nosotros, que no significa ahondar las diferencias, simplemente saber cuál es la diferencia para darle gobernabilidad a esa conflictividad, hasta tanto resuelva, como corresponde, el Tribunal de La Haya". Ella resitúa el conflicto en aquel episodio, en aquel momento, en si Uruguay violó el Tratado del Río Uruguay, cosa que dio lugar a un acuerdo posterior.
LF - Eso no tiene mucho de resituar el conflicto, es simplemente reiterar la posición argentina del principio: uno, Uruguay violó el tratado; dos, los piqueteros no son ilegales. Ese es el meollo del asunto.
EC - Los primeros comentarios que se han escuchado del lado del gobierno uruguayo tienden a ver positivamente el discurso de la presidenta Kirchner ayer; sobre todo por su voluntad firme de no agregar gestos que profundicen las diferencias que ya tenemos. ¿Entonces?
LF - Voy a hacer un comentario en términos generales. Tengo mucha simpatía por la presidenta argentina. Entiendo que toda la ceremonia fue con una gran sobriedad, una elección democrática en Argentina no es una cosa tan común y estoy totalmente de acuerdo con ella en que le va a costar más por ser mujer. Todo esto sobre Uruguay está en un contexto al cual no soy contraria. Pero como digo eso, también digo que estas expresiones de Cristina "no voy a hacer nada para que esto se profundice" tienen la contrapartida en declaraciones del embajador Bustillo, en declaraciones del gobierno uruguayo: "Vemos que esto es una cosa positiva". Eso es político, está bien, está perfecto, no hay que ahondar el conflicto ni las discusiones, pero mi visión se centra en cosas más sustanciales, ese es el discurso. Cristina Kirchner viene la semana próxima a Uruguay y vamos a ver cuál es la reacción del gobierno uruguayo. Porque esto ha sido una especie de collar, de cadena de pequeños incidentes que molestan recíprocamente a los presidentes de los dos países y dejan en segundo plano el meollo, que es lo que ella quiere volver a analizar.
EC - En esa línea, ¿cómo hay que leer la forma como procedió la presidenta? Yo no recuerdo muchos antecedentes de que un presidente al asumir su cargo se dirija específicamente a otro jefe de Estado presente en la sala y le pase una reivindicación.
LF - Voy a decir algo muy personal. Estuve pensando en el estado de la Nación, The State of the Union, que hace el presidente de Estados Unidos todos los años, particularmente este presidente, en el que siempre hay un capítulo para advertir a los líderes de los países como lo del eje del mal, este año se refirió a Irán por todo lo que hacen mal y cómo. Fue exactamente del mismo estilo.
EC - Con la particularidad de que el jefe de Estado aludido estaba sentado allí, había ido a participar en el acto de asunción, había tenido el gesto de ir pese a lo delicado de la situación entre los dos países.
LF - Puede haber incidido el hecho de que el presidente uruguayo no estuviera en la cena del día anterior, a la que supongo que fue invitado si no fue invitado es otra cosa, pero todo hace pensar que fue invitado, eso hizo la circunstancia más favorable a ese tipo de comentario. Quiero resaltar la imposibilidad de demostrar en ese momento que se estaban diciendo cosas sin fundamento, que oyó todo el mundo.
EC - ¿Cómo?
LF - Claro, tenía la oportunidad de decir algo, en unas palabras que fueron oídas por mucha gente, sin ninguna posibilidad de que alguien ejerciera una defensa con respecto a lo que estaba diciendo.
EC - El presidente Vázquez no podía pedir la palabra para responder. No formaba parte de sus posibilidades.
LF - A eso me refiero. Quedó como la verdad. Políticamente puede estar bien... Además no olvidemos que se dirigía principalmente al público argentino, al que le decía: "nos mantenemos firmes, tenemos nuestras posiciones y se lo decimos públicamente en este acto". Esto va a quedar para la historia. Vamos a volver a tener una relación fluida con Argentina. Vamos a retomar nuestros lazos en algún momento, es obvio... Pero esto va a quedar para la historia como algo que fue necesario en un discurso de apertura, en una cosa que fue una celebración democrática. No es común en Argentina lo que pasó ayer, es una mujer. Me da la impresión de que perdió la oportunidad de mostrarse como una mujer de Estado, una cosa un poco más elevada.
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Edición: María Eugenia Martínez