Entrevistas

Aprueban ley para estimular el regreso de los uruguayos al país

El Parlamento aprobó la Ley de Migraciones que según describió el director del Departamento 20 de Cancillería, Álvaro Portillo, busca entre otras cosas "promover la organización de las colectividades para generar un interlocutor colectivo para el Estado uruguayo". Además se establecen facilidades para los uruguayos que regresen a vivir en el país. "Es una expresión muy contundente de esa voluntad a través de los tres incisos que refieren a la posibilidad de traer los bienes muebles y efectos del hogar, las herramientas, máquinas e instrumentos vinculados con el ejercicio de una profesión u oficio, o el vehículo automotor", explicó.

(Emitido a las 9.15)

JOSÉ IRAZÁBAL:
Días de las fiestas tradicionales, días de reuniones y celebraciones, y también un momento de reencuentro, mano a mano o a la distancia, con amigos y familiares que viven fuera del país.

Algunos más y otros menos, seguramente todos los uruguayos tenemos alguien a quien extrañar, alguien que vive en el exterior. Por eso, es muy frecuente que en las conversaciones que incluyen recuerdos de esos seres queridos aparezca una pregunta recurrente: ¿cómo hacer para que vuelvan a Uruguay?

Ayer, el Parlamento dio trámite final a un proyecto de ley que, aunque no es una solución mágica, al menos va en el camino de facilitar el regreso de los uruguayos. Estamos hablando de la nueva ley de migración que, entre otras disposiciones, introduce un capítulo referido exclusivamente a "los uruguayos en el exterior".

En los próximos minutos les proponemos averiguar en qué consiste esta nueva norma y, de paso, conocer también qué está haciendo el gobierno en cuanto a la vinculación de Uruguay con la diáspora.

La entrevista será con el embajador Álvaro Portillo, director general de Asuntos Consulares y Vinculación del Ministerio de Relaciones Exteriores, el llamado "Departamento 20".

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Ante todo, repasemos brevemente cuál es la función del Departamento 20.

ÁLVARO PORTILLO:
El Departamento 20, que en realidad se llama Dirección General de Asuntos Consulares y Vinculación del Ministerio de Relaciones Exteriores, es el encargado de propiciar la vinculación entre el Estado uruguayo y las colectividades de uruguayos residentes en el exterior, a través de una cantidad de acciones, programas y estrategias. Desde una nueva ingeniería institucional de participación ciudadana desde el exterior, de manera permanente, con la presencia del Estado uruguayo en el exterior, que son sus oficinas consulares, hasta una serie de otras líneas que hacen a efectos comerciales, económicos, culturales, de nacionalidad y ciudadanía, en las que cotidianamente trabajamos atendiendo problemas o intentando mejorar aspiraciones de nuestros compatriotas.

JI - ¿Por dónde pasa esa estrategia? ¿Por ir a buscar a los uruguayos, por ubicarlos, o por generar estructuras para que ellos se acerquen al Departamento 20?

AP - Ha sido muy dinámico. A partir del 1º de marzo de 2005 salimos por todo el mundo a buscar a nuestras colectividades para comunicarles que por primera vez al Estado uruguayo le interesaba mucho reconocerlos como ciudadanos residentes en el exterior, convocarlos a vincularse con el Estado uruguayo. Esto era una ruptura, una inflexión con respecto a lo que había sido en el pasado, dado que con anterioridad el Estado uruguayo, a través de los sucesivos gobiernos, había tenido una actitud de indiferencia hacia esa parte de Uruguay fuera de fronteras.

Esto nos permitió tener una idea muy precisa de dónde están nuestros compatriotas agrupados, dónde residen, dónde están las principales colectividades.

JI - ¿Qué cifra oficial maneja el gobierno de uruguayos que residen en el exterior?

AP - Tenemos aproximadamente 550.000 uruguayos en el exterior.

JI - ¿Y cuáles son los lugares de radicación más importantes?

AP - Hay tres países que reúnen entre el 60% y el 70% de nuestros emigrados, que son Argentina, Estados Unidos y España. Después tenemos 12 o 13 países más con colectividades superiores a los 3.000 integrantes, tanto en la región latinoamericana como fuera de ella.

JI - El Senado dio trámite ayer a un proyecto de ley que intenta ese camino de facilitar el regreso de los uruguayos, la nueva ley de migración, que en su capítulo 14 incluye la creación oficial de los Consejos Consultivos. Estos Consejos ya existen.

AP - Sí, tuvimos la siguiente estrategia. Definimos una idea política de la relación o la vinculación institucional con las colectividades en el exterior, cuya esencia radica en promover la organización de las colectividades para generar un interlocutor colectivo para el Estado uruguayo representado por las oficinas consulares.

Fue una idea, nos parecía que lo que correspondía era ir a ofrecerla a nuestras colectividades para conocer su opinión y saber si tenía aceptación o no como modalidad de vinculación. No queríamos una vinculación individual, por entenderla operativamente muy difícil, pero además poco transparente, y pretendíamos que trabajara en ese sentido. De alguna manera reproduce un esquema de descentralización y participación ciudadana que en el contexto de la reforma del Estado se está haciendo también aquí en Uruguay.

Durante dos años llevamos esta propuesta, que fue inmediatamente aceptada y denominamos a esas entidades colectivas Consejos Consultivos. Por la vía de los hechos se fueron constituyendo Consejos Consultivos provisorios o de hecho. Hoy hay más de 40 en los distintos países y estamos ingresando a la fase de institucionalizar esos agrupamientos.

JI - ¿Ese es el objetivo que se persigue con la inclusión de los Consejos Consultivos en una ley? ¿Qué va a cambiar a partir de este momento?

AP - La intención del legislador, que es muy buena, es elevar a rango legal esta idea política, como forma de hacer saber el compromiso del Estado uruguayo en lo que tiene que ver con la vinculación. Que esto tenga un reconocimiento legal, que luego de la Constitución es lo más que puede existir en el ordenamiento jurídico, es muy importante. Es un gesto y un pronunciamiento muy fuerte en cuanto a la decisión del Estado uruguayo de reconocer a sus ciudadanos en el exterior e impulsar su vinculación.

JI - Pero ¿qué derechos, qué potestades van a tener estos Consejos Consultivos a través de esta ley?

AP - Los Consejos Consultivos son espacios de participación ciudadana, son lugares donde los uruguayos en el exterior tienen la oportunidad de emitir su opinión en los distintos aspectos, con agendas absolutamente abiertas para cada lugar, sobre los distintos problemas que sean de su interés. Sus pronunciamientos no son vinculantes, pero es preceptivo, es un deber institucional de nuestras oficinas consulares escuchar lo que los Consejos Consultivos opinen.

JI - ¿La ley establece alguna forma de elección, de seguimiento de la representatividad de esos Consejos?

AP - La ley establece que el reglamento operativo se efectuará por vía reglamentaria, es decir, por decreto del Poder Ejecutivo. Esto lo discutimos tanto en diciembre del año pasado como recientemente, en el segundo encuentro que hicimos en Montevideo, en el Cabildo. Nuestra definición política al respecto es trabajar en una ronda permanente de consulta con los actuales Consejos Consultivos a los efectos de definir los contenidos de esa reglamentación, luego compulsar el punto de vista del o los proyectos que se elaboren, para finalmente sancionar uno, pero habiendo escuchado muy atentamente lo que los distintos Consejos Consultivos hoy existentes, con carácter provisorio, opinen al respecto.

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JI - Esta ley de migración tiene 84 artículos que regulan, entre otras cosas, la forma en que se permitirá la migración de extranjeros a Uruguay, el trabajo de los ciudadanos extranjeros, los controles en las fronteras, etcétera. Pero, en particular, el capítulo 14 establece consideraciones para los uruguayos en el exterior. En ese sentido es particularmente interesante lo que dice el artículo 76, que busca facilitar el regreso de los uruguayos desde el exterior.

"Todo uruguayo con más de dos años de residencia en el exterior que decida retornar al país podrá introducir libre de todo trámite cambiario y exento de toda clase de derechos de aduana, tributos o gravámenes conexos:

A) Los bienes muebles y efectos que alhajan su casa habitación.

B) Las herramientas, máquinas, aparatos e instrumentos vinculados con el ejercicio de su profesión, arte u oficio.

C) Por una única vez, un vehículo automotor de su propiedad, el que no podrá ser transferido hasta transcurrido un plazo de cuatro años a contar desde su ingreso a la República. El régimen a que esté sujeto el automotor deberá constar en los documentos de empadronamiento municipal y en el Registro Nacional de Automotores.

El citado vehículo deberá ser empadronado directamente por la persona interesada en las Intendencias Municipales correspondientes."

Esta ley, o al menos este capítulo de la norma, ¿fue redactado en consulta con el Departamento 20?

AP - Exactamente. Fue una iniciativa del legislador muy interesante y absolutamente compartida por nosotros, que no solamente sitúa las competencias y las atribuciones en el Ministerio de Relaciones Exteriores y en la Dirección General de Asuntos Consulares y de Vinculación, en materia de vinculación, sino también de retorno. El legislador incluye en la ley la preocupación no solo de la vinculación sino también de estimular el retorno de nuestros compatriotas en el exterior.

El artículo 76 es una expresión muy contundente de esa voluntad a través de los tres incisos que usted leía recién, que refieren a la posibilidad de traer los bienes muebles y efectos del hogar, las herramientas, máquinas, aparatos e instrumentos vinculados con el ejercicio de una profesión u oficio, o el vehículo automotor. Los dos primeros incisos ya estaban vigentes por vía de decreto, ahora se les da mucho más fuerza porque tienen rango legal. Y se agrega el inciso que refiere al vehículo automotor, que tiene una historia muy interesante.

Ha sido una demanda permanente de nuestros compatriotas en el exterior la posibilidad de traerse el vehículo. Yo sinceramente pienso que desde el punto de vista práctico no siempre es una buena solución, porque los vehículos del exterior muchas veces tienen problemas de repuestos y de mantenimiento complicado y demás, pero no importa. Lo importante es que en el deseo y el imaginario de nuestros compatriotas en el exterior estaban la preocupación y el requerimiento de poder traer el automóvil. Esto estaba prohibido por un decreto, producto de que en años anteriores hubo muchos abusos y las empresas automotrices instaladas en nuestro país protestaron con razón.

JI - Para cortar ese abuso es que se pone esa limitante.

AP - Entonces se decidió incorporar la posibilidad, para dar satisfacción al deseo, pero exigiendo, primero, que haya existido una residencia en el exterior de como mínimo dos años, y segundo, la prohibición de su enajenación o transferencia en un margen de cuatro años.

JI - Hablando de evitar las trampas, porque sabemos que siempre se buscan mecanismos irregulares, espurios, para sortear el pago de aranceles y demás, la posibilidad de que los uruguayos que residen en el exterior traigan herramientas, máquinas, aparatos, instrumentos, aparece como una disposición muy amplia, porque de repente un uruguayo puede traer una máquina libre de impuestos que salga miles de dólares sin trabas.

AP - Eso ya estaba vigente. De hecho, en más de una oportunidad tuvimos problemas de diferente interpretación con la Dirección Nacional de Aduanas. Vamos a tener un trabajo muy fuerte con los funcionarios de la Dirección Nacional de Aduanas para avanzar en la reglamentación de la operativa de esta disposición. Nosotros entendemos, y de hecho así lo hacíamos, que el uruguayo que reside en el exterior y quiere traerse máquinas o herramientas vinculadas con su profesión o destreza debe iniciar el trámite en la oficina consular respectiva, debe informar qué tipo de máquinas o herramientas va a traer, con absoluta precisión y descripción adecuada, y a su vez probar fehacientemente que se vinculan con su profesión u oficio. En la oficina consular es factible comprobar la certeza de eso. Yo no puedo traer un equipo odontológico si soy ingeniero agrónomo, si quiero traer un equipo odontológico tengo que probar que soy odontólogo y ejerzo la profesión.

JI - Eso cuando se habla de profesiones, otros casos son más discutibles.

AP - Pueden ser destrezas, la ley dice "instrumentos vinculados con el ejercicio de su profesión, arte u oficio". Lo importante es que en el lugar de residencia, cuando se inicia el trámite, la persona pruebe fehacientemente ante la oficina consular la coherencia que hay entre los objetos que va a traer y su profesión.

JI - Allí existiría un filtro para desactivar eso.

AP - Además, esta ley dice en el caso de los automotores "por única vez", pero en los otros casos no lo dice, porque reproduce el texto del decreto, pero tendríamos que trabajar para que no haya uruguayos que regresen cada dos años.

JI - ¿Se pide alguna garantía de que ese uruguayo que regresa al país realmente se va a quedar aquí?

AP - No, porque la circulación es libre y de hecho ha pasado muchas veces que hay uruguayos que regresan y después por distintas circunstancias se vuelven a ir. Es importante que como país tengamos una estrategia de trabajar por un retorno sustentable, sostenido y que efectivamente permita una reinserción. Lo estamos haciendo, sobre todo estamos trabajando en distintos tipos o segmentos de población uruguaya emigrada, desde los indigentes que hoy están tirados en alguna calle de algún país del mundo, hasta los uruguayos más altamente calificados.

JI - ¿Hay hoy un flujo de uruguayos que quieren retornar al país?

AP - Sí, cómo no, existe.

JI - ¿Qué dimensión tiene?

AP - Entre 2000 y 2006 retornaron 19.000 uruguayos, esas son las últimas cifras que yo manejo, según una investigación hecha por el Instituto de Estadística y la Universidad de la República. Y es probable que en los próximos meses este flujo de retorno se incremente. Pero lamentablemente es muy difícil precisarlo porque cuando vienen uruguayos al país uno no les pregunta si vienen de paseo o se van a quedar.

JI - Siguen siendo muchos más los que se van.

AP - Sí.

JI - ¿Hay algún planteo en cuanto a generar algún relacionamiento con la gente que se está yendo del país en la actualidad?

AP - Nuestra estrategia de vinculación incorpora tanto a los que se fueron hace 30 años como a los que se fueron la semana pasada. Ya que hay compatriotas que de todas maneras deciden irse, tratamos de que en el lugar adonde van mantengan vínculos con el país de la más diversa índole.

JI - ¿Existe una cultura de vinculación del uruguayo que está fuera del país, no con otros compatriotas, sino con los organismos oficiales?

AP - Hay dos cosas que son contradictorias y sobre las cuales hemos estado trabajando y seguimos trabajando muy intensamente. En general el uruguayo lleva muy adentro al Uruguay. Entonces, mal o bien, en lo inmediato o en el mediano plazo, está permanentemente pensando en Uruguay y deseando mantener esa vinculación.

Pero tenemos un problema de imagen corporativa. Nuestro Servicio Exterior, por no haber tenido nunca una política de vinculación –es más, en años de la dictadura, tenía una política de persecución–, no generó una imagen amable, cordial, atractiva para el uruguayo emigrado. A lo largo de estos tres años hemos trabajado muy fuertemente en cambiar esta imagen y trasmitir la idea de que la oficina consular debe ser parte del país, un ámbito de continentación, de amparo, un ámbito cordial, amable, donde el compatriota pueda resolver sus problemas.

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Edición: Mauricio Erramuspe