Entrevistas

Korzeniak explicó su propuesta de reelección

Aunque irrumpió en la agenda ayer, el senador José Korzeniak presentó hace bastante tiempo su proyecto de reforma constitucional que incluye la reelección. En entrevista con En Perspectiva, el senador argumentó que le parece injusto que una fuerza política tenga que dedicar varios meses a la discusión interna sobre la candidatura a la Presidencia cuando hay "un presidente que cuenta con un gran consenso". Korzeniak agregó que "siempre se legisla según la coyuntura" y pidió reflexionar sobre la razón por la cual prácticamente todos los países tienen la posibilidad de la reelección.

(Emitido a las 7.41)


JOSÉ IRAZÁBAL:
El senador socialista José Korzeniak habló sobre la presentación al presidente de la República, Tabaré Vázquez, de un proyecto de reforma constitucional que permitiría, entre otras cosas, la reelección presidencial consecutiva por única vez.

La propuesta contiene varios planteos. Propone eliminar el balotaje, habilitar el voto consular, topear el sueldo de los gobernantes, bajar la edad de votación, retirar el financiamiento del Estado a las elecciones internas de los partidos y crear la figura del plebiscito consultivo.

Según el senador socialista, se trata de una propuesta personal, pero que apuesta a laudar diferencias entre sectores y mejorar la posibilidad de permanencia del Frente Amplio (FA) en el gobierno.

¿Cuáles son los detalles de este proyecto? ¿Qué alcance tiene? ¿Qué posibilidades tiene de ser apoyado por el resto del FA?

Vamos a conversarlo con el senador Korzeniak.

***

JI - ¿Por qué hace este planteo en el comienzo del año?

JOSÉ KORZENIAK:
Primero aclaremos que todavía no he hecho el planteo. Hice un borrador hace muchos meses, enseguida de aquel acto que realizó el presidente de la República en el que anunció su deseo de "nunca más" violencia entre uruguayos. En esa ocasión dijo que había aprendido que en política las decisiones a veces las toman los partidos, no son personales, pero que en ese momento estaba convencido de que no quería aceptar reelección de ninguna clase. Yo tenía un borrador de proyecto de reforma constitucional en el que hacía mucho que venía trabajando, que incluía –no como punto principal– la posibilidad de que el presidente de la República fuera reelecto de manera sucesiva.

JI - ¿No fue una contradicción que cuando el presidente dijo que no quería ser reelecto o que no estaba en sus intenciones ser reelecto usted haya preparado un proyecto que hablaba de reelección?

JK - Mi idea era muy anterior. Pero en esa oportunidad terminé de elaborar ese borrador y lo envié de manera informal y callada a cuatro o cinco personas. Se lo envié a Gonzalo Fernández, el secretario de la Presidencia, a Nancy Rey, que es una de las secretarias personales de Tabaré Vázquez, a un par de compañeros importantes de mi Partido Socialista (PS) y a alguna otra persona... A un técnico que no participa en política ni sé de qué partido es.

JI - ¿En qué mes fue eso?

JK - Estoy en La Aguada, al lado de La Paloma. No tengo a la vista las fechas, pero fue hace mucho tiempo. Se lo entregué a la secretaria personal del compañero presidente con el pedido de que, hasta que no pasaran unos meses, que se calmara de la firmeza con que había anunciado aquello de que si estaban preocupados los partidos tradicionales y no querían negociar la integración de los organismos de contralor les informaba que no quería ser reelecto. Le pedí que no se lo entregara hasta pasado un tiempo. Pero a los dos o tres días me llamó y me dijo que lo tenía en su mesa, que lo había leído, como yo le indiqué, pero que entró el presidente a conversar con ella y le pareció de orden dárselo. Le dije que había hecho muy bien.

De ahí en adelante no he tenido respuesta del presidente sobre el punto, aún cuando nos hemos reunido muchas veces por otros temas. Hay un grupo de trabajo en el que juega un rol muy importante el director de Planeamiento, el compañero Rubio. A veces va el presidente de la República, yo voy a veces... pero de este tema no hablamos más. Yo lo entregué y punto. Y anuncié públicamente que tenía un borrador pero que en el año 2007 no me parecía correcto salir a hablar de reforma constitucional. El 2009 tampoco me gustaba porque ya sería año electoral. Por lo tanto dije que en 2008 hablaría del tema. Y estamos en 2008, por eso hablo.

Usted pregunta si no es una contradicción. No. El proyecto tiene varios puntos para la reforma. La Constitución tendría más cosas para arreglar, pero es una selección de temas, entre los cuales está la posibilidad de que un presidente pueda ser reelecto una vez. Hay que decir esto claramente. Así como se decía que Chávez proponía su reelección indefinida y la gente creía que se trataba de elegirlo para siempre, ahora se puede pensar que Korzeniak quiere que sólo Tabaré Vázquez pueda ser reelegido. Es un artículo de la Constitución que permite reelegir una única vez sucesiva a cualquier presidente. La Constitución ya permite la reelección, pero dejando pasar un período de gobierno en el medio.

JI - Ese detalle de la Constitución actual y que sea por única vez, ¿no es legislar a medida?

JK – No. Esto quedaría para siempre. Obviamente cuando se cambia la Constitución hay un gobierno. Si a usted se le ocurre tener colegiado en lugar de presidente, como tuvo Uruguay hasta 1966, y hace una reforma, es para el gobierno que está ahora y alguien puede decir que es a medida. Cuando en 1952 se introdujo el colegiado en la Constitución –los veteranos lo deben recordar– se decía que era para evitar que Luis Batlle saliera presidente, porque era una figura que surgía con enorme prestigio personal. Todavía lo dicen los historiadores. Y cuando se introdujo el balotaje en 1996 en Uruguay, no tengo la menor duda, de que se quería evitar que Tabaré Vázquez fuera el presidente. Y por una elección se evitó. En la elección siguiente a 1996, la de 1999, ganó Tabaré Vázquez pero los dos partidos, blancos y colorados, se unieron en segunda vuelta y ganó Jorge Batlle. Cuando hay un cambio en el sistema electoral siempre hay un gobierno o un sistema determinado que se cambia por otro.

JI - Usted reconoce con todos esos ejemplos que la coyuntura influyó muchísimo para que se tomara esa decisión.

JK - Y ahora la coyuntura también incide.

JI - Usted es un hombre con muchos años en el Parlamento y es constitucionalista. Por eso le preguntaba: ¿es bueno legislar según la coyuntura? Porque esto va a quedar.

JK - Siempre se legisla según la coyuntura. Es un tema de filosofía del derecho. Cuando se dictó en 1989 una norma constitucional que se aprobó en plebiscito mejorando las jubilaciones, disponiendo que se ajustaran con los sueldos de los funcionarios, había una coyuntura.

JI - Yo le hablo de una coyuntura política.

JK - El derecho es el fruto de lo que se llama las fuentes materiales de las normas, que es el conjunto de circunstancias sociopolíticas e históricas que determina que alguien proponga hacer determinada ley. El tema de la reelección puede ser examinado en abstracto, como un ejercicio si se quiere académico, no político, ¿es bueno que Uruguay mantenga la no reelección sucesiva cuando la acepta dejando pasar un período de gobierno? ¿Se justifica? Es un sentimiento que tuve muchos años, que nació junto con el sentimiento del colegiado para evitar las concentraciones de poder. Y así como el sentimiento colegialista en el 66 fue laudado y esa cultura antipresidencial desapareció, creo que ha pasado lo mismo con la cultura anti-reeleccionista. Esto en términos teóricos ajenos a los partidos que estén en el gobierno y a las personas.

Pero yo no puedo ni tengo ninguna razón para ocultar que en la coyuntura, con el actual presidente, Tabaré Vázquez, que para mí ha sido un eficacísimo difusor de nuestro país en el buen sentido, un presidente de lujo. Me parecería una injusticia perderlo por lo menos por cinco años. Le haría muy bien a Uruguay que continuara comandando este barco, que todavía tiene muchas dificultades, durante otro período y que después el partido que gane tenga la misma chance. No me refugio en una campana académica para decir que no tengo en cuenta que mi deseo es que Tabaré Vázquez vuelva a ser el presidente. Es un deseo ferviente. Pero necesita una reforma de la Constitución, que no es la única, ni siquiera la más importante.

FERNANDO ROSENBLATT:
Usted señala que siempre se legisla tomando en cuenta la coyuntura... En definitiva que somos los hombres quienes hacemos las leyes. Pero también decía que al modificar la Constitución, esa modificación permanece en el tiempo. ¿Cuáles son las ventajas que desde el punto de vista técnico, como jurista, le ve a la reelección en un cambio que permanecería en el tiempo?

JK - Necesitaría que la gente reflexionara sobre cuál es la razón por la cual prácticamente todos los países tienen la posibilidad de la reelección, salvo México, Paraguay y Uruguay en América. En Europa ha habido gobiernos que fueron reelegidos, como el de Margareth Thatcher, de derecha, o el de Felipe González, del PSOE, de la izquierda, que duró 14 años, había elecciones y se lo reelegía. Todos los sistemas parlamentarios europeos y también los gobiernos de América Latina tienen prevista la reelección.

FR - En el caso europeo son regímenes parlamentarios. Son distintos.

JK - Los de América Latina no son parlamentarios, Argentina tiene reelección, Brasil, Venezuela, Chile...

FR - Me refería al caso europeo...

JK - El sistema uruguayo teóricamente es parlamentario. En la Constitución uruguaya están previstas la censura parlamentaria y las elecciones anticipadas, en los artículos 147 y 148. Eso es parlamentarismo. La realidad política ha hecho que esos artículos nunca hayan sido aplicados. En la historia hubo una sola censura a un ministro durante el gobierno de Pacheco. Técnicamente, censura hubo solo a Peirano Faccio. El periodismo habla de censura cuando una cámara declara que no le gusta cómo actúa un ministro, pero eso no es censura. La censura es pronunciada por la Asamblea General y tiene como efecto voltear al ministro, a menos que el presidente la detenga y llame a elecciones anticipadas disolviendo las cámaras. Eso está en la Constitución uruguaya, pero en la realidad funciona como un sistema más bien presidencial, no es un sistema parlamentario puro. Por otro lado, el presidente es al mismo tiempo jefe de Estado y de gobierno. Esa es otra diferencia con el parlamentarismo clásico.

De todas maneras, por algo en el mundo está la posibilidad de la reelección, como en Estados Unidos. Estados Unidos tiene un régimen presidencialista típico, clásico. No sólo no es parlamentario sino que es el sistema presidencial modelo y hay reelección. Antes era una reelección indefinida.

Ese es un argumento de derecho comparado y además yo no quiero ocultar que me parece injusto –seguramente no les parecerá lo mismo a los partidos tradicionales en este momento– que una fuerza política tenga que dedicar cinco o seis meses de su vida a la discusión interna sobre la candidatura a la Presidencia, cuando tenemos un presidente que cuenta con un gran consenso dentro del FA. El FA se ahorraría meses de discusión que dedicaría a la buscar la manera de mejorar lo que ha hecho, que está bien pero no es suficiente. En mi opinión, el compañero Tabaré Vázquez goza de un consenso muy grande dentro del FA, como lo tuvo cuando se hizo una elección interna en la que superó el 80%. Es un elemento bueno para el FA. Como yo soy frenteamplista creo que es bueno para el país. El Frente podría tener un gobierno más tranquilo, menos dedicado a controversias internas si el compañero Tabaré Vázquez pudiera ser reelecto.

FR - Volvemos a los argumentos que tienen que ver con la coyuntura.

JK - Sí, pero insisto, es un tema jurídico, y no existe ninguna norma que nazca por generación espontánea de la cabeza de alguna gente. Eso está en el ABC del derecho, lo que se llaman las fuentes materiales del derecho. La norma es la fuente formal, pero esa norma se inspira en una realidad que pesa de alguna manera. Si usted le quiere llamar coyuntura... En Filosofía del Derecho se habla del conjunto de circunstancias sociales, políticas, históricas que determinan que a alguien se le plantee una idea.

Pero le aclaro que este borrador de reforma, primero, no fue presentado ahora. Segundo, no fue presentado al presidente de la República. Tercero, no oculto mi deseo de que Tabaré Vázquez sea reelecto y, como hay una norma constitucional que lo impide, entre las propuestas de reforma planteo esta. Hay otras que desde el punto de vista institucional pueden ser más discutibles y más importantes. Por ejemplo propongo que las elecciones se hagan todas el mismo día, nacionales y municipales, con voto cruzado, que el elector pueda elegir en lo nacional un partido y en lo departamental otro. Y que no haya balotaje, que es una modificación muy importante. Cuando me opuse al balotaje expuse mis argumentos y sigo creyendo que no es adecuado para nuestro país. Ahí sí creo que el balotaje es para los países parlamentarios, para el jefe de Estado, que es una figura emblemática nacional que representa a la nación, no a un partido. Y en un país como Uruguay, en que el presidente es jefe de Estado y de gobierno, es una hipocresía jurídica y política decir que la segunda vuelta no es entre partidos, es entre personas. ¿Alguien ignora aquí que los dos que van al balotaje representan a un partido político? Todo el mundo sabe que si en Uruguay hay balotaje, blancos y colorados, o al menos sus direcciones, van a unirse y la gente va a votar a la izquierda. No hay la sinceridad que debe haber en un sistema electoral. Y no me gusta que la discusión quede en la reelección.

JI - Pero de repente ese tema es el más polémico y atractivo para la opinión pública. El senador Lorier ha dicho "tenemos que ser gestión-dependientes, no candidato-dependientes". ¿Cómo ve el consenso que se pueda lograr dentro del FA para llevar adelante su propuesta? ¿Cómo ve la discusión dentro de la izquierda?

JK - No he conversado con el compañero Lorier. Yo estoy explicando mi borrador, no refiriéndome a lo que otros compañeros hayan dicho, sin perjuicio de que mantengo un diálogo cordialísimo y constante con el compañero Lorier.

La Constitución necesita algunos cambios imperiosamente. Hay un artículo que vincula el sueldo de los gobernantes con tantas veces el promedio del sueldo de un uruguayo. Es muy importante. Se ha discutido mucho si los gobernantes ganan mucho o poco. Toda la población debe tener la sensación de que estamos en el mismo barco. Si el sueldo promedio de los uruguayos sube, los sueldos de los gobernantes también suben. Esto se ha experimentado en muchos países desarrollados en la práctica. No se fijaría en cantidad, lo cual no parece muy técnico en una Constitución, propongo que un alto funcionario o alto gobernante no gane más de tantas veces –en derecho comparado siete u ocho veces es lo correcto– el sueldo promedio y de jubilaciones de los uruguayos.

También me gustaría que se tuviera presente que las elecciones en un solo día no quitan nada de democracia al sistema y si deben ser en un solo día, ahí va la eliminación del balotaje. Es un proyecto que elige los cuatro o cinco temas más importantes para cubrir carencias de la Constitución. La Constitución no tiene un mecanismo subsidiario para resolver qué se hace cuando los partidos -por irracionalidad- no se ponen de acuerdo en integrar la Corte Electoral y el Tribunal de Cuentas. ¿Son cargos eternos? ¿Sólo cuando mueren dejan de integrarlos? Es muy difícil que un solo partido llegue a tener dos tercios de los votos. Hay que poner un mecanismo subsidiario. Yo mantengo los dos tercios en el borrador, pero digo que si pasa el tiempo y no hay acuerdo debe haber un procedimiento subsidiario, como lo hay para integrar la Suprema Corte de Justicia. La Constitución no previó que los partidos podían ser tozudos y no se pudieran poner de acuerdo. Y hablo de los partidos en general.

Hay varias cosas que se pueden introducir, como el referendo consultivo. Nuestro país, que siempre fue bastante adelantado en materia normativa, no tiene la chance de que el gobierno o el Parlamento antes de decidir consulten a la gente. En el caso del aborto habría sido mucho más saludable que el Parlamento, en lugar de votar la ley –que yo voté–, hubiera hecho una consulta popular porque hay gente que dice que es un disparate y gente que dice que es muy bueno.

Le recomiendo a toda la gente que cuando le nombren el tema de la Constitución lea especialmente el artículo 331 literal "E".