Hierro "herido" por dichos de Bordaberry
"Que un colorado que aspira a representarnos diga "yo pienso como Lacalle" ha herido mis más profundas convicciones y sentimientos", sostuvo hoy el dirigente colorado Luis Hierro López, en una entrevista en la que se expresó muy crítico con Pedro Bordaberry. Para Hierro, luego de declararse "pragmático", Bordaberry tendrá que decir cuáles son sus ideas. "Hasta ahora no lo hizo, únicamente habló bien de Lacalle y dijo que es pragmático y desarrollista. Esa triple combinación personalmente no me agrada", opinó Hierro. Y pidió llamar a las dictaduras por su nombre.
(Emitido a las 8.40)
JOSÉ IRAZÁBAL:
Este 2008 va a ser, sin duda, un año marcado por la política partidaria. Los sectores van a comenzar a definir sus candidatos a las internas. Estamos en un año preelectoral.
Ayer hablamos con Pedro Bordaberry, del sector Vamos Uruguay, que se creó hace siete meses y que, según la encuesta de Factum que Oscar Bottinelli dio a conocer aquí en El Espectador en diciembre, encabeza la interna del Partido Colorado (PC) con 42% de la preferencia de voto, seguido por Washington Abdala con 8%, Luis Hierro con 8%, Tabaré Viera con 8% y finalmente José Amorín, de la Lista 15, con 5% y Jorge Batlle con 5%.
Bordaberry hablaba de una interna del PC alejada de la gente, que se ha manejado más por cúpulas que escuchando al ciudadano común y corriente. Decía que por allí iba una de las grandes diferencias entre su sector y el resto de los sectores del PC.
Estamos en contacto con el ex vicepresidente y dirigente del Foro Batllista (FB) Luis Hierro López.
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JI - ¿Qué primera lectura hacen ustedes de este tipo de definiciones que está haciendo Bordaberry con respecto a que el PC se alejó de la gente y eso lo llevó a perder pie, por ejemplo en la última votación nacional?
LUIS HIERRO:
No es lo que muestra la elección joven del 1 de diciembre, que fue organizada por esa llamada "cúpula" del partido. La elección del año 2004 tiene muchos factores que habría que analizar. Claramente tuvimos una crisis muy dura, se vivieron tiempos muy difíciles. Pero no es el tema de hoy. Hablar de lo que nos pasó en 2004 ya está un poquito perimido. El partido hoy no está en esa situación. La elección joven del 1 de diciembre, con 45.000 votos y una muy activa participación de los muchachos, habla de otra actitud del PC. Un partido que no sólo no está alejado de la gente sino que, por el contrario, la convoca a participar en términos reales para desarrollar sus pensamientos y acciones en la propia dirección central. Esto es lo más novedoso y alentador. Y desvirtúa esas apreciaciones de Bordaberry.
JI - En el diario El Observador hoy aparecen unas declaraciones suyas, en un momento dice que Bordaberry es "el portador de un pasaporte que puede conducir a los colorados a cualquier cosa menos a un lugar agradable". "Ser batllista significa reivindicar fuertemente los principios humanistas y republicanos, defendemos la legalidad y el derecho en el profundo sentido liberal y laico que caracteriza a Uruguay y los principios democráticos son en los que no puede haber transacciones. El PC debe reivindicar esas cualidades fundacionales si es que desea crecer política y electoralmente. Y no sentimos que Bordaberry represente esos sentimientos e ideas."
LH - De acuerdo, pero no dije que Bordaberry fuera el pasaporte. Bordaberry propone manejarse con pragmatismo. Y si ese pragmatismo va alejado de ideas y de valores puede ser un pasaporte que conduzca a cualquier cosa. Necesariamente el PC y el batllismo tienen que impregnar su prédica, su campaña, su propuesta del contenido humanista y republicano que ha caracterizado históricamente a nuestra colectividad y que es imprescindible poner otra vez en el tapete de la discusión pública y de la elaboración ideológica que haga el partido.
Mi reportaje es una respuesta a un reportaje anterior a Bordaberry, en el que él se definía como desarrollista y pragmático, lo cual tiene poco que ver con el batllismo. El batllismo es muy pragmático. Somos un partido de gobierno, de la administración, de la acción pública, y eso requiere pragmatismo. Pero es un pragmatismo que proviene de las grandes ideas, de los grandes principios. Antes hay que refrescar esas grandes ideas y principios para luego decir "vamos a desarrollarlos de esta forma". Pero si no tenemos clara la matriz con mucha fuerza, con mucha vigencia, con mucho reclamo, el partido no estará en condiciones de reposicionarse como debe hacerlo.
JI - ¿Bordaberry no se está apoyando en esos principios del partido?
LH - Los debe tener, pero no los manifiesta y lo que importa es lo que se dice. Yo supongo que él está desarrollando su pensamiento, su punto de vista. Él dice "no soy de derecha ni de izquierda, soy pragmático y desarrollista". Y en el mismo reportaje elogia las concepciones del doctor Lacalle en materia del Estado, sin hacer referencia a las concepciones coloradas y batllistas, que son tan importantes en esta materia. Eso me hace pensar que ese tipo de definición no es la que necesita hoy el PC. El PC necesita una definición típicamente batllista, que le dé fuerza, alma, para estar en condiciones de superar aquella adversa situación del año 2004.
JI - ¿Le preocupa que Bordaberry prácticamente no haga mención al batllismo?
LH - Es una opción de él. El PC es muy grande y siempre tiene derecho a las alas, a los matices. Espero que esta discusión, más allá de los títulos de El Observador, que no siempre reflejan con exactitud lo que uno quiso decir, contribuya a generar ese clima de reflexión y de pensamiento. En todo caso, él no ha hecho mención al batllismo en sus propuestas públicas, esa definición desarrollista y pragmática, que puede ser compartible por los colorados hoy, no es la definición que el partido está reclamando. El partido está reclamando una fuerte concepción batllista impregnada en el humanismo y en el sentido republicano, que pasa por la laicidad, por la tolerancia, por el respeto a la ley y el derecho, por una cantidad de valores que están consustanciados con nuestra colectividad. Esas expresiones de Bordaberry no representan lo que el partido necesita y quiere.
JI - En otro pasaje de la entrevista usted se remonta al debate que Bordaberry tuvo en octubre de 2006 con el senador Rafael Michelini en Zona Urbana, en Canal 10. Allí usted dice que si bien Bordaberry estaba muy constreñido por las circunstancias, tuvo definiciones sobre la dictadura y la democracia que no son las que debe expresar el PC. ¿A qué se refería?
LH - El PC debe tener una condena sin reparos hacia el proceso de la dictadura. La tuvo desde el mismo 27 de junio de 1973. La tuvo durante toda la etapa de la oposición silenciosa, la tuvo en la salida democrática entre el 80 y el 84 y la ha mantenido en todo este tiempo. No le llamamos "el decreto de disolución de las cámaras". Le llamamos dictadura. Esto es muy claro y terminante. Yo no tengo por qué dudar de los sentimientos democráticos del señor Bordaberry, pero aquella explicación que dio en ese programa, con alta audiencia, fue titubeante. Habló de la monarquía, de una serie de cosas... A las dictaduras se les dice dictadura y los batllistas estamos en contra de las dictaduras, lo hemos estado siempre.
JI - ¿Este va a ser un tema central en la interna del PC cuando tengan que pujar con Bordaberry?
LH - La definición ideológica sí... Lo que tiene que ver con el programa de principios hacia el porvenir naturalmente que sí. Ustedes hacían referencia a las encuestas, pero antes de las cuestiones electorales tienen que prevalecer las cuestiones ideológicas, programáticas. Es en eso que está el partido. En este proceso de renovación institucional y política que el PC está desarrollando prevemos la realización de un congreso programático para setiembre u octubre de este año, en el que vamos a refrescar nuestro programa de principios, que data de 1983. Si la propuesta es que el PC sea desarrollista y pragmático, como dice Bordaberry, mi propuesta es mucho más que eso, es distinta. La propuesta del FB y de los sentimientos batllistas que yo represento es una clara visión del porvenir, es fijar claramente las bases de una sociedad integrada, solidaria, es darle otra vez el lugar que debe tener a la clase media, es reivindicar el trabajo como motor de la revolución pacífica de Uruguay. Es una apertura a la inteligencia y el nuevo tiempo. El pragmatismo y el desarrollismo no tengo claro hasta dónde llegan, pero en todo caso esa definición me pareció muy corta y merecía esta réplica, que no es contra el señor Bordaberry sino contra las ideas que él maneja.
Sobre todo cuando reivindica el pensamiento de Lacalle. Que un colorado, que aspira a representar al partido, para definirse diga que su posición es como la del doctor Lacalle, me pareció una definición muy poco clara. Vaya si en el partido hay ejemplos notables para referir al batllismo, al PC, a nuestras más ricas tradiciones, a los gobiernos que hemos hecho desde 1985 para acá, sin tener ninguna necesidad de referirnos a las ideas de un líder de otro partido. Líder que, además, no casualmente, es un profundo antibatllista. Y no es que yo le impute esta carga. El doctor Lacalle ha sostenido que la acción de José Batlle y Ordóñez ha sido nefasta para la vida institucional y social del país. Entonces, que un colorado que aspira a representarnos diga "ah, yo pienso como Lacalle", por lo menos ha herido mis más profundas convicciones y sentimientos. Yo no pienso como Lacalle. No tengo nada que ver con sus puntos de vista. Estoy en las antípodas de su pensamiento y creo que el PC también lo está. Eso no surgió claro de las expresiones de Bordaberry.
FERNANDO ROSENBLATT:
Más allá de la discusión sobre qué ideas postula Bordaberry o qué ideas debe postular el PC, llama la atención su cuestionamiento hacia las formulaciones de Bordaberry respecto del pragmatismo. ¿Cuáles son los riesgos en ese sentido? Porque en algunos casos el PC, para referirse a modelos exitosos en otros países, ha hecho alusión al pragmatismo con el que se ha llevado adelante la implementación de políticas y demás.
LH - El pragmatismo está muy bien y todos los gobiernos son pragmáticos porque la realidad impone límites a la idea o al ideal. Eso es un hecho. Pero los que se pusieron pragmáticos fueron los partidos socialistas en el mundo después de la caída estrepitosa y el fracaso rotundo del socialismo real. Ahí empezaron a correrse hacia la derecha o hacia el centro. Entonces empezaron a decir que había que ser pragmático. El batllismo no tiene necesidad de catalogarse como pragmático o como progresista, como hace el Frente Amplio (FA) para limpiar su antigua imagen. El batllismo es el batllismo. Entonces, ponernos etiquetas, que somos la socialdemocracia, que somos no sé qué... Somos el batllismo. La gente nos conoce, Uruguay sabe a qué nos referimos, Uruguay tiene una conciencia histórica sobre esa denominación.
Reitero que en el reportaje no señalo que Bordaberry sea el pasaporte para una aventura. Digo que el pragmatismo sin valores y sin ideas termina en este pragmatismo que tiene hoy el FA, apoyando una reelección cuando es notorio que históricamente el Frente nació para combatir la reelección del señor Pacheco Areco. Se decía de todo del espíritu autoritario y el afán de perpetuidad que tenía Pacheco Areco por la reelección. Quizás los oyentes más jóvenes no lo sepan o no lo recuerden, pero no hace tanto, fue en 1971. Y hoy tenemos un pragmatismo frentista que ante la realidad abdica de los principios.
Entonces cuando yo señalo que el pragmatismo sin valores y sin ideas puede llevar a cualquier lugar, no me refiero al señor Bordaberry, que supongo que luego de declararse pragmático podrá decir "mis ideas son estas". Hasta ahora no lo hizo, únicamente habló bien de Lacalle y dijo que es pragmático y desarrollista. Esa triple combinación personalmente no me agrada y me obliga a hacer estas referencias.
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Edición: María Eugenia Martínez