Cementos de Ancap: el desafío de pasar del rojo al negro
Durante 45 años las plantas cementeras de Ancap dieron ganancias. Desde principios de esta década están dando pérdidas de varios millones de dólares. No obstante, el Directorio de Ancap es optimista sobre las posibilidades de dar vuelta la ecuación. "Hemos revertido la falta total de estrategias y de proyectos" destacó hoy Germán Riet, integrante del Directorio de ente. Riet calcula que para 2011 o 2012 los números van a estar dados vuelta, y van a pasar de ser rojos a ser negros.
(Emitido a las 9.10)
JOSÉ IRAZÁBAL:
En el mundo se dice que el cemento es la industria legal que genera mayores ganancias. Sin embargo, la cementera estatal uruguaya ha tenido problemas. Se ha convertido en una especie de dolor de cabeza.
Se estima que el Estado uruguayo pierde 6.000.000 de dólares al año en sus antiguas plantas cementeras. Pese a que el propio Estado no está realizando grandes obras públicas, se puede decir que en Uruguay la industria de la construcción está en pleno crecimiento, a lo que se agrega que también la región se encuentra en un momento de expansión, por lo que se están haciendo fuertes inversiones en construcción; particularmente de Brasil, en Argentina y en Paraguay.
La semana pasada, Ancap anunció la inversión de medio millón de dólares en la capitalización de la comercializadora de cementos argentino-uruguaya Cementos del Plata, con lo que se quedó con el 95% de las acciones de la empresa.
¿Qué oportunidades genera este negocio para la industria estatal del pórtland?
Sobre las perspectivas del cemento estatal vamos a conversar con Germán Riet, integrante del Directorio de Ancap.
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JI - ¿En qué consiste esa operación que le permite a Ancap hacerse del control del 95% de Cementos del Plata?
GERMÁN RIET:
La sociedad anónima Cementos del Plata era 55% de Ancap y 45% de Loma Negra, que es por lejos la principal cementera argentina. Esta empresa se dedicaba a comercializar el cemento Ancap aquí en Uruguay y en Argentina. Intentamos llegar a un acuerdo más abarcativo con Loma Negra para hacer un proceso industrial conjunto, pero no lo logramos, aunque quedamos en una relación muy amigable con la empresa.
JI - Loma Negra está en manos del consorcio brasileño Camargo Correa.
GR - Sí, que es un grupo económico brasileño muy importante, que trabaja en muchos sectores de la economía, no sólo cementero. Es minoritariamente cementero. Tiene importantes negocios en otros rubros.
Ambos socios entendimos que era extraño que teniendo Ancap la mayor parte de las acciones, el socio minoritario gerenciara, dirigiera, gestionara la comercializadora Cementos del Plata. Además, en un país que no era el propio, teníamos gerentes argentinos... Muy buena gente, muy buenas personas, con las cuales nos llevábamos muy bien, pero nos pareció que no tenía sentido, que lo lógico era que la comercialización de Cementos del Plata en Uruguay fuera de Ancap. Por eso ambos socios decidimos un intercambio y por unos 400.000 dólares nos hicimos del 95% de las acciones y quedamos con el control, el gestionamiento, el gerenciamiento de la empresa y con una buena relación con Loma Negra y con Camargo Correa.
Loma Negra quedó con un 5% que es simbólico y que tiene que ver con el buen relacionamiento entre las empresas, porque va a continuar apoyándonos en cuestiones de know-how. Por ejemplo, tuvimos una rotura en un proceso de producción en Paysandú y ellos nos prestaron durante unos cuantos meses un motor que les sobraba en una planta, con lo cual pudimos mantener la producción. Sobre todo estratégicamente les interesa mantener la primera opción, en igualdad de condiciones con otras empresas tendrían la primera opción si un día Ancap decidiera hacer una sociedad mixta en materia de cemento.
JI - ¿Cómo funciona Cementos del Plata? ¿Cuál es su tarea? ¿Cuál es el rol que ha venido cumpliendo?
GR - Es un pasamanos. Es un rol trascendente porque es la que coloca el producto, la que vende. Porque si no se vende en el mercado, el negocio no funciona. Cementos del Plata le compraba el cemento a Ancap y luego lo comercializaba en el mercado interno uruguayo y lo exportaba a Argentina, a la propia Loma Negra.
Pero lo más importante de lo que firmamos con Loma Negra la semana pasada no pasa por este acuerdo sino por otro que usted no mencionó, aunque sí mencionó los problemas que tiene el cemento pórtland de Ancap en Uruguay. Firmamos otro acuerdo con Loma Negra a 15 años, prorrogable, por el cual la empresa argentina se compromete a comprar determinados volúmenes que van creciendo año a año a determinados precios. Fijamos una paramétrica. Eso nos va a permitir encarar una inversión importante que necesitamos hacer en la planta de Paysandú. Estamos hablando de la planta de Paysandú porque las exportaciones a Argentina, por su ubicación geográfica estratégica, salen de Paysandú. Se trata de una inversión que va a tener su retorno, que va a ser rentable, porque la producción ya está colocada en el mercado uruguayo y en el argentino.
JI - ¿Qué porcentaje de la producción de la planta de Paysandú se va a destinar a este negocio con Loma Negra?
GR - Alrededor del 50%. En algunos momentos un poquito más, entre el 50% y el 60% va a estar destinado a la exportación. Eso va a permitir hacer una ampliación de la planta de Paysandú para llevarla a producir más del doble de lo que produce hoy y hacer un cambio tecnológico en materia energética. Vamos a ir a un carbón de petróleo, que es el energético que se usa en la región, es el más barato en la industria del cemento. Hoy tenemos gas natural argentino, que a veces tenemos y a veces no, y cuando no tenemos, tenemos que pasar a fuel oil de petróleo, que es más caro.
JI - Argentina tiene contratos de distribución de gas en Uruguay, pero muchas veces no abastece porque prioriza el mercado interno...
GR - No sólo prioriza el mercado interno sino que dentro del mercado interno prioriza al consumidor residencial. Entonces, no es solamente a la industria uruguaya que le cortan el gas, también se lo cortan a la industria argentina.
JI - La idea es reconvertir la planta de Paysandú en lo que se refiere al combustible.
GR - Sí, son varias cosas. Hay que remodelar la planta, con una planta nueva se va a pasar a producir el doble. Hay que cambiar el energético y hay que hacer algunos cambios más, sobre todo actualizar toda la parte ambiental para ponerla a tono con las nuevas normas ambientales uruguayas e internacionales, y alguna cosa más. En los precios de hoy esa inversión seguramente va a rondar los 80 millones de dólares, pero los precios de equipos, de metales varían mes a mes, son muy dinámicos en el mundo.
FERNANDO ROSENBLATT:
En ese presupuesto destinado a la inversión, ¿se incluye también la planta de Minas?
GR No. Este acuerdo con Loma Negra se refiere a la planta de Paysandú. Por eso decía que la producción de Paysandú va a tener como destino entre 50% y 60% Argentina y el resto el mercado uruguayo.
Para la planta de Minas estamos buscando otros negocios. Tengo que hacer algunas precisiones a la introducción que ustedes hacían del problema del cemento. El cemento Ancap está desde 1956 y durante 45 años le dio ganancias al Estado. Fue el cemento que se produjo más barato en Uruguay y permitió tener precios a determinados niveles. La empresa privada extranjera que había en Uruguay tenía costos más altos. Pero a mediados de los años 90 esa empresa hizo una gran reconversión, hizo una inversión importante y se puso tecnológicamente en la punta en las tecnologías y en los energéticos que se consumen en el mundo. Ancap se quedó atrás, no hizo las inversiones necesarias. Hace casi 60 años que estamos con las mismas tecnologías.
JI - La competencia de Ancap es Cementos Artigas. ¿Ellos tienen la mitad del mercado? ¿Se dividen el mercado uruguayo en partes iguales?
GR - Ancap tiene un poco más, el 50%, el 51% del mercado uruguayo. Artigas tiene un 45% y hay una pequeña planta de capitales nacionales en Pan de Azúcar que tiene el 6% o el 7% del mercado uruguayo.
La otra precisión es que el cemento de Ancap está muy bien catalogado dentro y fuera del país por su calidad. Se han hecho importantes obras con ese cemento. Por ejemplo, se usó en la planta de Botnia y se está usando en las pistas del Aeropuerto de Carrasco. Usted comentó que no se estaba usando en obras estatales, lo cual es cierto, porque había un decreto que obligaba a que las obras estatales se hicieran con cemento de Ancap. Pero ese decreto se derogó hace unos cuantos años, en anteriores gobiernos. Entonces no hay obligación de que las obras estatales utilicen cemento de Ancap.
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JI - Hay algunas voces discordantes con la inversión que se va a hacer en Paysandú. Por ejemplo, la del diputado de Alianza Nacional Álvaro Delgado, que cuestionó que se utilizaran 80 millones de dólares con el fin de revitalizar la planta de Paysandú. Delgado propuso que Ancap se asociara con capitales privados y que utilizara ese dinero en mejorar la eficiencia y bajar las tarifas de los combustibles. Para el legislador, esta no es un área del Estado que deba agrandarse.
(Audio Álvaro Delgado.)
"No es de los negocios estratégicos esenciales del Estado. Uno no se imagina al Estado avanzando en la producción de cemento pórtland. Quizás sea uno de los casos más claros en que el Estado debería asociarse con capitales privados. Por eso decimos que Ancap debería hacer un llamado internacional a interesados para lograr una asociación privada y que sea un privado quien invierta en la planta y asuma el riesgo."
(Fin del audio)
JI - ¿Cuál es su opinión?
GR - En algunos enfoques estoy muy cercano y en otros no tanto. Primero, al diputado le falta algo de información, ya vamos a ir por la Cámara a informar sobre todo esto. Usted me preguntaba qué pasaba con la planta de Minas, así que le incluyo todo en la respuesta.
Hace dos años y medio, cuando entramos al Directorio de Ancap, no había ningún plan para el pórtland. Salimos a buscar. Hemos tenido contacto no sólo con Loma Negra. También hablamos con Venezuela y con las principales multinacionales, que están en la región, porque el del cemento es un mercado muy concentrado y se ha concentrado bastante en la región. Esto que le digo es oficial. Está en las actas de los directorios de Ancap. Se ha hablado con Cementos Mexicanos, con Holder Bank, que es una de las empresas principales, si no la principal del mundo, con varias empresas españolas, con empresas iraníes... buscando interesarlos en la inversión en Uruguay, unida con la comercialización, con la exportación. Porque está claro que para que estas plantas sean rentables tienen que tener una escala, un volumen de producción que excede largamente el consumo del mercado interno uruguayo.
JI - Esa posibilidad de asociación con privados no ha estado alejada del pensamiento del Directorio de Ancap actual.
GR Exacto. Hemos estado trabajando, incluso lo hemos dicho públicamente. Camargo Correa hizo un planteo de inversión, pero no nos pusimos de acuerdo en los términos. Ese grupo económico amigo de Ancap pretendía tener un control absoluto, muy importante, desde las canteras hasta el proceso industrial y el proceso comercial. Y Ancap planteaba una relación más igualitaria, más equitativa, con algunos aspectos esenciales como, por ejemplo, tener el control de las reservas naturales de canteras del país. Amigablemente no nos pusimos de acuerdo y Ancap decidió hacer las obras por su cuenta. Esto no va cargado al precio de los combustibles. Ahí hay otro error. Todavía no hemos salido a buscar la financiación para este proyecto de Paysandú ni para un proyecto similar que pensamos para Minas.
Estábamos esperando tener un proyecto de negocios que cerrara, que fuera redondo, que incluyera contratos de exportación y que nos diera la seguridad de poder pagar los préstamos con la propia producción, con los propios costos, con la propia exportación de cemento. Vamos a hacer un llamado para buscar financiación, vamos a hacer un llamado para buscar proveedores para los equipos y seguimos buscando acuerdos comerciales que nos permitan hacer en Minas el mismo proceso que estamos haciendo en Paysandú. Esto no va con cargo al costo de los combustibles, pretendemos que el propio cemento pague los 80 millones de dólares si es que son 80 que hay que invertir en Paysandú con esos volúmenes y esos precios que acordamos con Loma Negra, y al mismo tiempo rebajar algo los precios del cemento en el mercado uruguayo.
JI - Entre las dos plantas, Ancap tiene una pérdida de 6.000.000 de dólares al año. ¿Esto es así?
GR - Sí, durante 45 años dieron ganancia.
JI - Con este plan para Paysandú, que tiene cierta meta ya fijada y objetivos que puede cumplir con Loma Negra, ¿se empieza a revertir esa ecuación?
GR Sí. Se va a revertir. Durante 45 años las plantas dieron ganancias, están dando pérdidas de entre 3.000.000 y 5.000.000 de dólares desde principios de 2000. Quizás este año, con el aumento del precio del petróleo, incluso den una pérdida mayor. Lo importante es que en estos dos años hemos revertido la falta total de estrategias y de proyectos. Tenemos este proyecto y seguramente antes de terminar el período vamos a lograr otro acuerdo que solucione el problema de la planta de Minas. Esto no es inmediato (la reversión de los números de rojo a negro) porque los llamados a financiación, los llamados a proveedores, los contratos y la construcción nos van a llevar dos o tres años, pero para 2011 o 2012 los números seguramente van a estar dados vuelta.
FR - Estas mejoras en los procesos de producción, ¿harán que baje el precio del cemento en el mercado interno?
GR - Ese es uno de nuestros objetivos. Aunque últimamente se han emparejado bastante los precios con los del mercado internacional. Hace un año teníamos un precio bastante superior al precio del mercado brasileño y un poco superior al del mercado argentino. En el plan estratégico y en el proyecto de Paysandú, que es a 15 o 20 años, está previsto ir descendiendo los precios al mercado uruguayo lentamente.
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FR - Nos hemos concentrado principalmente en los negocios con Argentina, pero en un comunicado difundido el viernes pasado el sindicato de Ancap aseguraba que era urgente atender la situación de emergencia que se vive en la planta de Minas e insistía en concretar la financiación de las inversiones para la industria del pórtland propuesta por Pdvsa de Venezuela, que incluyen un acuerdo de compra de carbón de cocker y venta de clinker. ¿En qué etapa están los acuerdos con el gobierno venezolano?
GR - Es otra de las líneas de negociación que hemos tenido. No la única, como ha pretendido el sindicato de Ancap. En eso no estamos de acuerdo, ya lo dije. Hemos tenido negociaciones con varias empresas, pero hay un planteamiento muy interesante de Venezuela. Por un lado, hay una propuesta de financiación de la reconversión que hagamos en nuestra industria del cemento, cuando hagamos los llamados de financiación los vamos a llamar a ellos para que hagan su oferta. Y ahí se verá: si es la más interesante se tomará. Si no, se tomará otra.
Por otro lado, hay otra propuesta de Venezuela que es sumamente interesante, a pesar de la lejanía geográfica de nuestros mercados, que eleva los costos del intercambio. Pdvsa nos plantea la compra de clinker, que es un paso previo al cemento. Ellos necesitan mucho de ese material para revestir los pozos petroleros y para los planes sociales de la empresa, y nos ofrecen intercambio. Hacer viajes redondos de barcos para que nos salga más barato el flete y así llegar con precios que les sirvan a ambos países y a ambas empresas, que los barcos vayan con clínker o cemento uruguayo y vuelvan con cocker de petróleo venezolano, del que tienen excedente, que es el energético al que yo hacía referencia más temprano, es el energético más barato y el que se está usando en la industria. Esta negociación está avanzando, está abierta, está en pleno curso, pero los ritmos de negociación entre estados a veces son más lentos y otras veces son más rápidos que negociaciones con empresas privadas.
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Edición: María Eugenia Martínez