Entrevistas

Abreu avizora una "una arremetida venezolana"

Abreu avizora una "una arremetida venezolana"

"Estamos frente a un modelo de fragmentación, intervención y potencial conflicto en América Latina", evaluó hoy el nacionalista Sergio Abreu, al tiempo que se mostró crítico con la política exterior del gobierno y deseó que el nuevo gabinete traiga cambios en el rumbo. "Hasta ahora simplemente se ha alineado con la posición de Venezuela", se quejó Abreu. En su opinión, además, se avecina "una arremetida venezolana", pues en el Ejecutivo estará Daniel Martínez, "un ministro que representa los intereses de Ancap y que ha sido de avanzada en la inserción de Ancap y la asociación con Pdvsa".

(Emitido a las 7.40)

EMILIANO COTELO:
El presidente de la República, Tabaré Vázquez, confirmó ayer sobre el mediodía los cambios que introducirá en su gabinete a partir del próximo 1 de marzo.

Básicamente, la información que había circulado el fin de semana fue verificada por el primer mandatario, sobre todo en cuanto a cuáles son los ministros que salen y quiénes los sustituyen. Hubo, sí, algunas novedades en la línea de subsecretarios y en algunas de las designaciones en los entes autónomos.

Vamos a lo principal. En la Cancillería, sale Reinaldo Gargano y entra en su lugar Gonzalo Fernández, quien tendrá como subsecretario a Pedro Vaz, actual embajador en Brasil.

En Ganadería, Agricultura y Pesca, sale José Mujica y entra en su lugar Ernesto Agazzi, que venía desempeñándose como subsecretario. El nuevo subsecretario será el ingeniero Andrés Berterreche, que hasta ahora se desempeña como titular de la Dirección Forestal.

En Industria, Energía y Minería, sale Jorge Lepra y pasa a ser titular de esa cartera Daniel Martínez, actual presidente de Ancap. El subsecretario será el contador Gerardo Gadea, que se desempeñó en la Dirección Nacional de Pequeñas y Medianas Empresas.

En Educación y Cultura, sale Jorge Brovetto e ingresa María Simón, actual presidenta de Antel. Como subsecretario, queda Felipe Michelini, que ya estaba en esa ubicación.

En Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, sale Mariano Arana y entra el ingeniero Carlos Colacce, actual presidente de OSE. Como subsecretario lo acompañará el arquitecto Jack Couriel, consultor de ese Ministerio, de la Intendencia de Montevideo y el BID.

Y en Defensa Nacional sale Azucena Berrutti y pasa a desempeñarse como ministro José Bayardi, que era el subsecretario. El nuevo subsecretario será Jorge Menéndez, un diputado socialista que actualmente preside la Comisión de Defensa de la Cámara de Representantes.

Por otro lado, al pasar Gonzalo Fernández a la Cancillería, para el cargo de prosecretario de la Presidencia se designa a Miguel Ángel Toma, actual director de la Oficina Nacional del Servicio Civil.

***

EC - Vamos a examinar la reforma del gabinete. Estos días hemos recogido ya algunas reacciones, tanto en la interna del Frente Amplio (FA) como en la oposición. Hoy vamos a agregar algunas otras voces a esa línea de repercusiones.

Estamos con el senador Sergio Abreu, de Alianza Nacional (AN), Partido Nacional (PN).

Sobre todo me interesa consultarlo por el cambio en la Cancillería. Usted ha sido de los críticos más severos de la gestión de Reinaldo Gargano al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Incluso, en algún momento, cuando se preparaba la instalación del gobierno del FA, su nombre llegó a circular como posible canciller, cosa que fue difícil, entre otras cosas por los acuerdos PN-FA.

Usted tiene una especialización en esta área, (fue canciller en el pasado). Entonces, me interesa saber cómo ve el nombramiento del doctor Gonzalo Fernández.

SERGIO ABREU:
El nombre importa poco en la medida en que detrás exista una variación conceptual del modelo de inserción del país. Hay tres aspectos que tenemos que enfatizar. El primero es la política exterior y la visión del país respecto de los aspectos internacionales y regionales. Hoy estamos frente a un modelo de fragmentación, intervención y potencial conflicto en América Latina. Uruguay durante estos años se ha manejado en forma pasiva. No ha tenido una definición... Ni siquiera iniciativa en la defensa de los principios del derecho internacional. Se ha alineado en forma política e ideológica con determinadas posiciones de la República Bolivariana de Venezuela y ha dejado de lado la vieja tradición en el respeto de la no intervención y fundamentalmente en el liderazgo de lo que sostiene Uruguay, ha sido un punto de referencia en materia de política exterior.

Ese tema tiene que ser abordado en profundidad. Estamos ante un conflicto potencial en América. Vemos las noticias de las relaciones bilaterales de Venezuela con Colombia y algunos otros temas que se van desarrollando con mayor profundidad... Incluso el despliegue de fuerzas brasileñas en la frontera venezolana y también en la frontera de la Guyana, ex Guyana Inglesa, por razones de conflictividad. Hay aspectos en la República de Bolivia que reclaman la atención de todos y el gobierno uruguayo hasta ahora simplemente se ha alineado con la posición de Venezuela y no ha tenido la capacidad de dar una iniciativa en el respeto a los principales derechos.

EC - ¿En qué consistiría esa iniciativa? ¿Qué es lo que usted reclama en ese sentido?

SA - Hay una visión regional. De Uruguay salieron históricamente el Grupo de Río, el Grupo de Contadora, la Ronda del GATT... Uruguay siempre tuvo un diálogo en defensa de los principios del derecho internacional y además una opinión tomada en cuenta por toda la comunidad internacional. Hasta ahora ha estado alineado con la República de Venezuela y se ha sumado a las voces de una visión ideológica hemipléjica, en la que simplemente pesan los aspectos de simpatía de la vieja guerra fría y no de lo que significa Uruguay en el ámbito regional.

EC - ¿Qué otros aspectos tiene para mencionar, ahora que se produce el recambio en la Cancillería en particular?

SA - El otro aspecto es la inserción comercial, que va de la mano de todos esos temas. Uno es qué visión tiene Uruguay y la va a plantear en el Mercosur. Los tres temas vitales para Uruguay son el acceso al mercado, el manejo de la asimetría y la flexibilidad para, sin romper el Mercosur, manejarse en la inserción interna hacia terceros países con la posibilidad de compensar esta situación de corralito en la que está en el ámbito del Mercosur.

Y, sobre todo, la estrategia que Uruguay va a desarrollar en aspectos adicionales como el tema de la energía. Ahí tengo la licencia de plantear una preocupación sobre el manejo de la política energética y los cambios que se producen en el gabinete, sobre todo llevando al presidente de Ancap como ministro de Industria, Energía y Minería.

EC - ¿Cómo ve ese cambio en particular, el nombramiento del ingeniero Daniel Martínez en Industria?

SA - Más allá de las virtudes personales, puede ser una visión distinta de la política energética, en la medida que las corporaciones, como el caso de Ancap o de UTE, van sustituyendo la definición de las políticas del Poder Ejecutivo y queda en las empresas la visión de la estrategia de inserción del país. Aquí están claramente referenciados los aspectos de Pdvsa, el tema energético, los acuerdos con Ancap y la eventualidad de seguir trabajando en esta línea de entendimiento, de asistencia financiera y de política energética con Venezuela, que también es parte de la política exterior. En ese tema tendríamos que mirar con mucho cuidado.

EC - Su tono es de preocupación en el caso concreto de la política energética...

SA - De mucha preocupación.

EC - ¿Qué puede pasar?

SA - En primer lugar, que se debilite la política del Poder Ejecutivo. El Poder Ejecutivo es el que define las políticas, las unidades reguladoras son las que fijan las reglas del juego para los actores y las empresas son los actores. No se puede transformar en que los actores sean en primera instancia los que definen la política, que parece que es lo que se ha definido llevando al Ministerio de Industria, Energía y Minería al presidente de Ancap. Además, fragilizando enormemente la política industrial o las posibilidades de inserción o políticas sectoriales que todavía no están definidas en el ámbito del Poder Ejecutivo.

Esos temas hacen también a la política exterior. Es evidente que va a haber una arremetida venezolana en este tema, habida cuenta de que en el Poder Ejecutivo existe un ministro que representa los intereses de Ancap y que ha sido de avanzada en la inserción de Ancap y la asociación con Pdvsa, que no sólo criticamos sino que tenemos una clara visión contraria y va a ser fuente de un conflicto político interno si sigue adelante con este tipo de asociación.

EC - Que venga de Ancap no necesariamente implica que vaya a defender los intereses de Ancap.

SA - Obviamente, pero quienes conocemos este tema porque algunas cicatrices tenemos...

EC - Usted no solo fue canciller, también fue ministro de Industria, Energía y Minería.

SA - Hay un peso muy fuerte de las empresas, de UTE y de Ancap, incluso es parte de una crítica que destacados senadores del Encuentro Progresista y del gobierno han planteado en el manejo de la política energética. De manera que tenemos que tener mucho cuidado de que no sea sustituir una política por la visión de las empresas, particularmente las monopólicas, y por otro lado, de que esto no sea una forma lateral de inserción externa con Venezuela que se debilitaría o aliviaría desde el punto de vista de la Cancillería.

EC - Desde el PN, desde AN en especial, ¿se va a convocar algún ámbito de diálogo o de discusión sobre estas cuestiones, una vez que asuma el nuevo gabinete?

SA - Ya estamos empezando a discutir este tema. Ayer, antes de la emocionante reunión del Directorio del partido con la visita del doctor Enrique Beltrán con sus 90 años, estuvimos conversando estos temas en forma informal. Y vamos a seguir trabajando. Entre otras cosas tenemos los aspectos bilaterales con Argentina y ver cómo se empieza a trabajar en el ámbito del Mercosur al nuevo Uruguay, en la visión del nuevo canciller, cómo re- dimensionamos nuestra presencia en el ámbito del mercado, del acceso, de la economía y de la apertura.

EC - ¿Cómo incide en las perspectivas el hecho de que el doctor Gonzalo Fernández haya sido quien -en nombre del presidente Vázquez- llevara adelante en los últimos tiempos las negociaciones con Estados Unidos, las tratativas, que no terminaron en un TLC, pero en lo que fue y ha seguido siendo el diálogo en el marco del TIFA?

SA - Es muy importante. Porque el ministro Fernández ya tiene una experiencia bastante dura en el manejo bilateral. Pero ahora va a ser el responsable de la casa, responsable de la Cancillería. Antes tenía, entre otras cosas, la fragilidad –que el gobierno mostró desde el inicio– de que eran varios los actores que dialogaban y no había una expresión institucional que reflejara la visión total del país. Hoy el ministro Fernández tiene la responsabilidad, entre otras cosas, de fortalecer la casa, la Cancillería, aprovechando su experiencia, su profesionalidad y su memoria. Y trabajando de ese lado y con la gente que realmente vale dentro de la Cancillería, que es mucha. Tendría que buscar una expresión institucional que fortaleciera el relacionamiento bilateral con Argentina. Desde allí, la profesionalidad es lo que lo va a ayudar incluso a tender puentes de diálogo con el resto de las fuerzas políticas, que estamos dispuestas a buscar los mejores apoyos y rescatar los entendimientos de febrero del año 2005.

EC - Los acuerdos con todos los partidos políticos que después quedaron sin efecto... ¿De qué manera pueden revitalizarse?

SA - El ministro tiene una buena oportunidad –y el presidente de la República también– de convocar a los distintos actores que representan la mitad del país. Se está ignorando que el 50% de los uruguayos no es partícipe de la fuerza política que hoy tiene el gobierno. Por tanto, un diálogo del presidente e incluso del canciller para explicar su visión, para trabajar en conjunto, para buscar los aspectos que puedan fortalecer la posición del país sería muy bienvenido. Porque en este halo de sectarismo en el que se está moviendo, a veces somos bastante pesimistas sobre este tema. Los acuerdos de febrero de 2005 establecieron claramente los lineamientos, se apartaron de eso. Uruguay tiene que rescatar una activa participación en el ámbito internacional, con propuestas, con iniciativas, con diálogo político, y fortaleciendo fundamentalmente los principios del derecho internacional de no intervención y solución pacífica de las controversias, que han quedado absolutamente licuados frente al alineamiento con la República de Venezuela.

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Edición: María Eugenia Martínez