Abreu valoró la "desideologización" de la Cancillería
"La Cancillería se retrae de una excesiva ideologización y comienza a analizar con gran mesura estos temas para después pronunciarse de la manera que corresponde, en forma profesional, seria y en consulta con todas las fuerzas políticas", dijo el senador blanco Sergio Abreu al ser consultado sobre la actitud de Uruguay ante el conflicto andino. "Uruguay no tendría que salir a condenar a nadie, pero sí a liderar en forma clara el relacionamiento con el tema de los principios y la forma como se maneja una política exterior", agregó.
(Emitido a las 8.21)
EMILIANO COTELO:
"Caracas pidió definición al embajador de Uruguay." Así dice un título que aparece hoy en la portada del diario El País. La nota informa que el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, convocó a los embajadores de los países del Mercosur acreditados en Caracas para conocer de primera mano la posición de las naciones del bloque sobre la crisis Colombia-Venezuela-Ecuador.
El embajador uruguayo, Jerónimo Cardozo, trasmitió que el gobierno de Tabaré Vázquez defiende el principio de no intervención y de solución pacífica de las controversias. Y el nuevo canciller, Gonzalo Fernández, aquí en Montevideo les comunicó ayer a los diputados de la Comisión de Asuntos Internacionales que el país no opinará sobre el episodio sino que ratificará los principios tradicionales de Uruguay en política exterior para ayudar a destrabar la difícil situación que ha quedado planteada.
Estamos con el senador Sergio Abreu, de Alianza Nacional, Partido Nacional (PN).
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Senador Abreu, ayer a propósito de esta crisis consultamos al ahora senador Reinaldo Gargano, hasta hace pocos días canciller. Me interesa saber cómo ve la oposición el manejo que el gobierno uruguayo está haciendo de esta coyuntura. ¿Qué impresión tiene?
SERGIO ABREU:
Ha cambiado sustancialmente el enfoque; estamos hablando de una nueva visión. El comunicado de la cancillería sobre la crisis que se ha desatado en el norte de América del Sur se aparta claramente del comunicado del Frente Amplio (FA). Coincidimos totalmente con el comunicado de la cancillería y discrepamos con la posición de la Mesa del FA respecto de la situación y de la crisis. Hay un giro muy importante, se ha volcado hacia el principismo, el pragmatismo y el realismo.
EC - El comunicado de la cancillería emitido el lunes llama la atención hasta por lo lacónico:
"El gobierno de la República Oriental del Uruguay se permite, en el marco de la fraternidad que une a los países de la región, instar a las partes a establecer de manera urgente un ámbito de diálogo tendiente a resolver y superar las diferencias existentes, retornando a la normalidad de sus relaciones.
Al mismo tiempo, llama respetuosamente la atención sobre la necesidad de que, hasta la instalación de tal instancia de diálogo, cualquiera que sean la forma y los mecanismos que para la misma se adopten, los países involucrados se abstengan de cualquier acción y actitud que potencialmente puedan agravar la actual situación.
El gobierno de la República Oriental del Uruguay, al reafirmar su compromiso con la plena vigencia del Derecho Internacional y sus principios rectores, entre ellos el principio de no intervención y el principio de solución pacífica de controversias, solicita a la Presidencia pro Témpore del Mercosur convocar a una reunión extraordinaria de cancilleres de los estados parte con el fin de analizar la situación planteada".
No hay juicios sobre lo que ocurre ni sobre la actuación de ninguna de las partes.
SA - El lunes de tarde, por instrucción del Directorio del PN, me comuniqué con el canciller y le trasmití nuestra definición clara respecto de cómo hay que orientarse en materia de principios de Derecho Internacional. Le dije al canciller con quien tengo una relación personal muy buena: "Canciller, el Uruguay tiene que rescatar los principios de Derecho Internacional, y cuando tenga que definirse, si lo hace así, no va a tener ninguna dificultad porque es parte de su tradición histórica, no intervención y solución pacífica de las controversias".
Quizás podamos discutir los aspectos técnicos, sobre todo el tema de la no intervención, porque no se ajusta exactamente a la situación que se ha planteado en el ámbito de la crisis entre Colombia, Ecuador y Venezuela. Pero al hablar de la solución pacífica de las controversias estamos hablando contra la utilización de la amenaza de la fuerza, que es una de las obligaciones internacionales. El gobierno de Venezuela, sin tener arte ni parte en un tema de carácter bilateral, ha movilizado tropas en la frontera, y eso en el ámbito del Derecho Internacional conforma la figura de amenaza de la fuerza, que de por sí es un elemento que el Derecho Internacional pena y no acepta. Cuando uno se ajusta a los principios y responde políticamente frente a estos, ya no existen amigos o enemigos, existen determinadas conductas de amigos o enemigos que se ajustan o no a los principios que uno defiende.
EC - Llama la atención que países como Argentina y Brasil hayan condenado el ataque colombiano al campamento de las FARC en territorio ecuatoriano. Desde Uruguay no se emitió un pronunciamiento de ese tipo.
SA - No, pero el solo hecho de hablar de los principios de derecho internacional implica una condena al gobierno de Colombia porque ingresó en territorio ecuatoriano. Eso no es intervención, porque la intervención se hace por medios pacíficos, entrometiéndose en los asuntos internos de otros estados. Eso simplemente es utilización de la fuerza, que es uno de los elementos más claros de rechazo del Derecho Internacional. Brasil y los otros países toman determinada posición sobre los aspectos bilaterales, pero cuando Uruguay se para frente a los principios de derecho internacional, también cae la conducta de Venezuela.
Eso sí es intervención en los asuntos internos, porque al movilizar tropas y emitir opiniones sobre un conflicto de carácter bilateral intenta coaccionar o incidir en la conducta de los estados.
El gobierno de Uruguay comienza a tomar distancia de estos temas y, más allá de las posiciones políticas que se tengan dentro del propio partido, la cancillería se retrae de una excesiva ideologización y comienza a analizar con gran mesura estos temas para después pronunciarse de la manera que corresponde, en forma profesional, seria y en consulta con todas las fuerzas políticas.
EC - El PN comparte el manejo de esta crisis. ¿Qué cree que puede aportar la reunión de cancilleres de los países del Mercosur, a la que se convoca en el final de la declaración de la cancillería?
SA - Ahí va a ser muy importante lo que haga Uruguay. Uruguay ha tenido siempre una gran capacidad de propuesta, de Uruguay salió el Grupo de Río, el Grupo de Contadora, la Ronda Uruguay, siempre ha sido una referencia desde el punto de vista del Derecho Internacional, entre otras cosas por su carácter de país pequeño.
Uruguay no tendría que salir a condenar a nadie, pero sí a liderar en forma clara el relacionamiento con el tema de los principios y la forma como se maneja una política exterior. Uruguay no puede alinearse en forma automática con un país. Cuando el canciller de Venezuela cita a los embajadores acreditados para definir, Uruguay le dice: "Nosotros vamos a estar del lado del interés nacional, de los principios del derecho internacional".
Se empieza a reconocer que no hay amigos sino intereses y que los países no acumulan por sublemas. Si no, preguntémosle a Kirchner cuál ha sido el resultado de nuestra amistad. El gobierno empieza a reflexionar maduramente sobre este tema y el canciller en particular da un paso positivo al conectarse con los distintos líderes y buscar una relación de carácter permanente con el Parlamento, entre otras cosas para que la ideologización de la cancillería no sea una barrera para diseñar y proyectar la política de Estado.