Una nueva gestión en la Cancillería
El cambio de Reinaldo Gargano a Gonzalo Fernández involucra mucho más que nombres. Al menos por los movimientos del nuevo canciller, se trata de un nuevo rumbo de las relaciones exteriores del primer gobierno de izquierda. Palabras como profesionalismo, pragmatismo y mercados dominan una nueva era en el Palacio Santos. El siguiente informe de Elena Risso repasa estas claves, resistidas en algunos sectores de la izquierda porque han determinado el ascenso de funcionarios de carrera pero identificados con los partidos históricos.
(Emitido a las 8.50)
EMILIANO COTELO:
En los tres años que van de gobierno del presidente Tabaré Vázquez, el ex canciller Reinaldo Gargano fue el ministro que más diferencias generó entre el oficialismo y la oposición.
Ahora, desde el 1º de marzo, cuando Gonzalo Fernández tomó la posta, las cosas parecen haber cambiado. Blancos y colorados elogian su enfoque de la política exterior, y los problemas comienzan a surgir desde la propia interna frenteamplista.
Un ejemplo de esto fue lo que sucedió el sábado pasado en el Plenario del Frente Amplio (FA) donde se cuestionó la designación del diplomático Juan José Remedi, de filiación blanca, en sustitución de Álvaro Portillo como director del Departamento 20, la dependencia que se encarga de los asuntos consulares y en particular del vínculo con los compatriotas que viven en el exterior.
¿Qué está pasando en el Palacio Santos? ¿Hay un cambio de rumbo en la política exterior? ¿Hay un intento de quitarles peso ideológico a las decisiones de la Cancillería?
Elena Risso estuvo trabajando en este tema; vamos a conversar con ella para tratar de aclarar un poco el panorama.
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Elena, el viernes la Cancillería emitió un comunicado en el que destaca que el cambio en el Departamento 20 respondió a la "rotación normal" de los funcionarios y que no afecta lo realizado hasta ahora. Es más, el remitido anuncia que se fortalecerán las acciones relacionadas con los exiliados. Vale la pena ubicar por qué se emitió dicho comunicado.
ELENA RISSO:
En los últimos días el matutino La Diaria y el semanario Brecha informaron que la sustitución de Portillo por Remedi generó malestar entre los uruguayos que viven en el exterior, ya que el nuevo diplomático está identificado con el Partido Nacional (PN), al igual que el nuevo director de Asuntos Políticos, el embajador Juan Fischer. Mientras tanto, el nuevo director de Asuntos Económicos e Integración, embajador Elbio Rosselli, es colorado.
EC - Pero hay que agregar que Remedi, Fischer y Rosselli son diplomáticos con una extensa carrera tanto dentro de la Cancillería como representando a Uruguay en el exterior.
ER - Sí, pero eso parece molestar a un sector del FA que tradicionalmente rechazó la forma en que los partidos tradicionales llevaron adelante la política exterior, tanto en lo que tiene que ver con las designaciones como en las decisiones adoptadas por la Cancillería. No hay que olvidar que una de las primeras medidas que tomó Gargano en marzo de 2005 fue designar en puestos clave a personas sin experiencia diplomática pero claramente identificadas con la izquierda; al mismo tiempo aumentó la cantidad de embajadores políticos. Evidentemente, Gargano tenía una visión mucho más ideológica del asunto que Fernández.
EC - El perfil de Gonzalo Fernández parece, al menos en este aspecto, bastante diferente. Conviene recordar que, en su condición de secretario de la Presidencia, fue quien llevó adelante el diálogo con Argentina por el conflicto por Botnia y la firma del TIFA con Estados Unidos. En ambos casos estuvo secundado por dos diplomáticos de carrera, el embajador ante Estados Unidos, Carlos Gianelli, y el embajador en Argentina, Francisco Bustillo, ninguno de ellos frenteamplista.
ER - No, ambos son simpatizantes del PN. Pero más allá de la filiación partidaria, tanto Gianelli como Bustillo son dos de los diplomáticos profesionales en los que más confían tanto Fernández como el propio Vázquez. Y no hay que olvidar que el propio Fernández es uno de los hombres de mayor confianza personal y política de Vázquez y cuenta con su total respaldo. Está claro que los cambios que promueve tienen el aval del mandatario.
EC - ¿A qué cambios te refieres?
ER - Por ejemplo, ya en el comienzo de su gestión Fernández se diferenció de Gargano al reunirse directamente con la oposición para exponer sus planes. Durante la "era Gargano" los enfrentamientos con blancos y colorados eran constantes, el diálogo prácticamente no existió y los temas importantes de política exterior eran trasmitidos a la oposición directamente por el presidente Vázquez. Y otro detalle que vale la pena destacar es que Fernández se encargó de dejar conformes a los propios funcionarios del Servicio Exterior.
EC - ¿Podemos desarrollar un poco más ese aspecto?
ER - El 4 de marzo, a pocas horas de asumir el cargo, Fernández pronunció un discurso ante los funcionarios del Servicio Exterior. En esa alocución que está publicada en la página web de la Cancillería expuso lo que serían los "principales lineamientos" en política exterior y en particular justificó los nuevos nombramientos a los que hacíamos referencia. Sobre ese punto enfatizó: "Los próximos dos años serán determinantes para encarar aspectos estructurales fundamentales, para lograr transformar a la Cancillería en una entidad moderna y con las capacidades adecuadas para ser un protagonista clave en el proceso de inserción internacional que Uruguay lleva adelante".
EC - No es un detalle menor que Fernández hable de "transformar la Cancillería" cuando el jerarca anterior pertenecía, igual que él, al Partido Socialista.
ER - Sí; y hay otros puntos llamativos en su discurso. Por ejemplo, Fernández transmitió a los funcionarios que se llevará adelante una "reestructura" para que la Cancillería sea más ágil, moderna y eficiente.
EC - Sin embargo, al dejar el cargo, Gargano dijo que el presidente Vázquez le había trasmitido que se mantendría su línea en la Cancillería y que se respetaría a rajatabla el programa de gobierno.
ER - Según las consultas que realicé con fuentes del gobierno, efectivamente Vázquez le dijo eso a Gargano. Pero paralelamente le planteó a Fernández la necesidad de profesionalizar la Cancillería y mejorar el vínculo con Estados Unidos, algo que Gargano rechazó constantemente. Es más, el ex canciller siempre apostó sus fichas al Mercosur y cada vez que pudo destacó el posible ingreso de Venezuela al bloque y el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba. Fernández en su discurso ante los funcionarios no mencionó ninguno de esos dos puntos y, en cambio, se refirió al Mercosur como una "plataforma" para acceder a nuevos mercados.
EC - ¿Y qué dice Fernández cuando se lo consulta públicamente sobre estos temas?
ER - Desde hace semanas la producción de En Perspectiva viene intentando comunicarse con Fernández, pero aún no hemos tenido respuesta. Sin embargo, todo indica que el nuevo canciller no pierde oportunidad de dejar claro que su gestión va en una línea distinta.
EC - ¿Qué ejemplos podemos manejar?
ER - Por ejemplo, lo que dijo hace pocos días en la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado. Vale la pena destacar que Gargano integra esa comisión pero ese día no estuvo presente por un problema de salud.
Haciendo un repaso de la versión taquigráfica, me llamó la atención que Fernández insistiera en que la política exterior debía ser una política de Estado y que para eso debían negociarse consensos, algo que Gargano nunca pudo lograr.
También lamentó el estado actual del Mercosur y pidió un "sinceramiento" de sus integrantes, porque entiende que actualmente no es ni siquiera una unión aduanera.
Además, Fernández planteó que se deben "lograr acuerdos comerciales" con varios destinos, entre los que mencionó nada más y nada menos que Estados Unidos.
EC - ¿Qué dijo sobre el Servicio Exterior en el Parlamento?
ER - El mensaje fue claro: el nuevo jerarca quiere estimular el "profesionalismo" entre los funcionarios y recurrió a un concepto muy significativo: destacó que la posición de la Cancillería con respecto a los temas internacionales estará basada en el "pragmatismo".
EC - Es interesante ese término porque, mirando hacia atrás, da la sensación de que la gestión de Gargano no precisamente se rigió por el pragmatismo.
ER - Y otro detalle que me llamó la atención. Recordarás que la oposición siempre le reclamaba a Gargano que dejara de lado las afinidades ideológicas en materia de política exterior y pensara en los intereses de Uruguay como país.
A eso parece que apunta Fernández. Te leo un párrafo de lo que dijo en el Parlamento: "Hay algo que tengo muy claro: las relaciones internacionales no son entre los gobiernos más o menos parecidos o similares sino entre los estados. Los gobiernos pasan y los estados quedan y ello determina un enfoque de relacionamiento internacional profundamente distinto. En realidad, entre los estados no existe amistad, sino intereses y soberanía, que es lo que permanentemente hay que cuidar".