Argimón: "mecanismos perversos" trancan el proyecto de cuota política
El proyecto de ley de cuota política se trancó en la Cámara de Senadores y la iniciativa parece quedar por el camino. Ante esto, Beatriz Argimón, diputada nacionalistae impulsora del texto, criticó: "el mundo moderno habla de equidad y mecanismos de paridad, y este debate a Uruguay ha llegado muy tarde". Además, aseguró que aquí "hay mecanismos bastante perversos" que son los que impiden que las mujeres obtengan su cuota de poder, pero se congratuló que de por primera vez "se observan públicamente esos mecanismos que tienen que ver con la chiquita de lo cotidiano" y no con "la apertura y la real democracia interna".
(Emitido a las 7:45)
EMILIANO COTELO:
El proyecto de ley de cuota política para las mujeres se trancó ayer en el Senado y el cuerpo entró en un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles. La iniciativa tambalea después que los senadores blancos exigieron ayer que se incluyan las elecciones internas no solo las nacionales y las municipales- y además que el proceso sea gradual.
¿Qué establece este proyecto de ley? La obligatoriedad de formar listas electorales que contengan una determinada cuota de género, concretamente consigna que cada tres lugares de las listas no pueda haber más de dos personas del mismo sexo. La ley será aplicable a las listas de titulares y suplentes, por lo menos para los primeros 15 lugares de las nóminas, y en todas las que se presenten para elecciones al Parlamento, además de juntas departamentales y juntas locales, juntas electorales y también las listas de candidaturas a intendentes, que están compuestas por un titular y cuatro suplentes.
La normativa propuesta prevé que los organismos electorales controlarán el cumplimiento de la ley y denegarán la inscripción a aquellas listas que no cumplan con esa cuota.
Eso es el texto, pero ¿qué está pasando con él? ¿sale o no sale? "Cada vez que tenemos los 21 votos, se cae", se quejaba anoche la senadora socialista Mónica Xavier que lucía un distintivo que decía "Más mujeres".
El suspenso estuvo presente hasta el final de la sesión del Senado, un cuerpo que está integrado por solo cuatro mujeres y 27 hombres. Después de cerca de tres horas, la sesión se levantó, sin la seguridad de que estén los votos para que se apruebe el proyecto de ley de cuota femenina, dice esta mañana el diario El País. Agrega que este es el sexto proyecto de ley de este tipo que se intenta aprobar desde el regreso a la democracia, y que presenta ahora serio riesgo de volver a fracasar, ya que por ser una ley de tipo electoral requiere dos tercios.
El lunes parecía que estaban los 21 votos, ya que se conoció que la bancada del MPP que, en un principio era contraria, aceptaba levantar la mano y que la ley rigiera por dos períodos (los dos próximos) a modo de prueba, tal cual establece el texto propuesto. Así, el sector que era reticente se sumaba al resto de la coalición de izquierda, mientras ya se sabía que entre los colorados votaba el ex presidente Julio María Sanguinetti y en el Partido Nacional estaban los votos de Jorge Larrañaga, Francisco Gallinal y Luis Alberto Heber.
Todo iba bien, se llegaba a los 21 votos, pero fue en este contexto que surgieron nuevos argumentos planteados por algunos de los senadores blancos y eso terminó complicando las posibilidades.
Para saber qué fue lo que sucedió en la sesión, estamos con la diputada Beatriz Argimón de Alianza Nacional, Partido Nacional.
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BEATRIZ ARGIMÓN:
Estaba escuchando atentamente la cronología de los hechos.
EC - Escuchaba atentamente la cronología y ayer siguió muy atentamente la sesión del Senado. Usted es diputada pero junto con sus colegas Adriana Peña y Sandra Echeverry se mantuvieron muy firmes, se las vio dentro del recinto del Senado detrás de Jorge Larrañaga y Gustavo Penadés. No se perdieron un instante del debate.
BA - En realidad parecemos edecanes.
EC - Sí, aparecen en todas las fotos de los diarios esta mañana, como custodiando la discusión.
BA - En realidad ninguna de las tres iba a concurrir, porque teníamos algunos temas en diputados y se nos complicaba. Pero recibimos algunas llamadas de preocupación de algunas pares, mujeres políticas del Senado y compañeras nuestras que estaban en las barras y sumado a todo ese relato que usted hacía, no hizo más que aumentar nuestra preocupación cuando veíamos el cambio importante. Algún dato ya habíamos tenido, pero no pensábamos que fuera tan notorio.
El mundo moderno habla de equidad y de mecanismos de paridad, y este debate a Uruguay ha llegado muy tarde. Seguimos escuchando argumentos tan vetustos, tan arcaicos, que a esta altura ya no nos sorprende, estamos acostumbrados. Para mí es el segundo proyecto que veo que teclea, aunque en otro contexto.
EC - ¿Ustedes hasta ayer creían que salía?
BA - Sí, creíamos que salía. El tema es que y no me duele decirlo- evidentemente había muchos más votos cuando el MPP no votaba.
EC - ¿Esa es la interpretación que ustedes hacen?
BA - Sí, yo no tengo otra a esta altura, si todo el mundo votaba...
EC - ¿Todo el mundo en el Partido Nacional votaba?
BA - Sí, salvo alguna excepción que sabíamos que había tenido históricamente y es muy respetable su posición en contra. Y salvo el doctor Larrañaga, que ha manifestado históricamente y además ha dado ejemplos de ser quien trata de abrir el acceso de las mujeres a los lugares de decisión a través de diversas medidas.
La medida del doctor Gallinal yo la comparto, a mi me parece muy bien que en las internas...
EC Pero la precisión acá es importante: hay interpretaciones esta mañana que dicen que los senadores Francisco Gallinal y Luis Alberto Heber venían apoyando el proyecto porque sabían que no salía, ya que el MPP no lo votaba. Entonces, cuando el MPP resolvió que sí lo votaba, cambiaron de posición y empezaron a esgrimir argumentos como los que ahora vamos a analizar.
BA - Sí, yo creo que en realidad lo que pasó fue otra cosa y esto va por alguna observación que hice en las últimas horas, y es que algunos senadores del partido empezaron a presionar a quienes ya tenían definido el voto a favor, a raíz de que tampoco es políticamente correcto quedar mal con las mujeres políticas en un contexto nacional e internacional que muestra otra cosa.
EC - No entiendo ¿qué quiere decir?
BA - Que en realidad hubo un lobby para que el partido votara como partido y, de alguna manera, llevar adelante una negociación en la interna para que esto lo voy a decir para que se entienda bien fácil- algunos sean los amigos de las mujeres políticas y otros no, cuando estamos hablando de una masa de un 52% de la población.
Entonces lo que se dio en las últimas horas fue una negociación muy fuerte para que el partido votara como partido. Ahora, dentro de esa negociación es que surgen los temas novedosos en la agenda, como el de la interna, algo que ya se había propuesto en la comisión y que naufragó. Y en segundo lugar, el tema de que no sea ahora, sino en 2014. O sea, vamos a seguir pateando la pelota para adelante.
EC - El de la interna es el planteo que apunta a que la cuota también tenga que cumplirse en las listas para las elecciones internas, en particular para la próxima elección interna la del 2009.
BA - Exactamente.
EC - ¿Eso no estaba previsto en el proyecto?
BA - No, eso se debatió en la interna de la comisión, según nos han informado, pero no salía. Es decir, no contaba con los votos salvo del Partido Nacional.
Cuando empezó la negociación en la interna del Partido Nacional volvió a aparecer el tema de la interna. Entonces, me parece que lo que pasó ayer es uno de los aspectos que demuestra públicamente que el tema de la cuota no se solicita porque sí, sino porque estos mecanismos y acciones que muchas veces no se ven, que son silenciosos y forman parte de las sesiones cerradas, son los que aparecen para obstaculizar el verdadero acceso de las mujeres al poder. Esto no es un tema de participación.
EC - ¿Usted entiende que hay un argumento más a favor de una ley de cuota? Porque este episodio demuestra que se terminan creando barreras, que hay maniobras para impedir que las mujeres ocupen tales y cuales lugares, que no es un tema simplemente de que las mujeres puedan conseguir sus lugares en función de sus méritos ¿eso es lo que usted está diciendo?
BA - Sí, efectivamente. Y ayer cuando nos consultaban qué pensábamos del episodio, la aseveración era esa. Pero qué suerte que públicamente se observan por primera vez esos mecanismos, que operan en un mundo moderno, donde se habla de la paridad, de facilitar el acceso a todo y a todos, de cómo buscar la forma de que no haya distinción de razas, de etnias. Ustedes saben lo que son esos debates en el mundo y acá (por un porcentaje mínimo, que va a regir temporalmente y que no tiene que ver con las mujeres ni los hombres que estamos, sino con cómo proyectamos esa apertura que precisan las estructuras políticas de todos los partidos) es muy fácil hacer discursos de que hayan más mujeres y más jóvenes, pero en los hechos hay cada vez menos. O mejor dicho, estamos siempre las mismas, que también vamos cumpliendo años. Y nos preocupa que cada vez se dificulte más el acceso real de los jóvenes y de las mujeres.
EC - Voy al otro argumento que esgrimieron ayer algunos senadores blancos (ya comentamos el que sostiene que la cuota también rigiera para la elección interna del 2009), que plantea que la cuota para elecciones nacionales recién debería exigirse en las elecciones de 2014 y por qué. Y acá las razones que se invocan son interesantes: se entiende que el proyecto se vota demasiado cerca de los próximos comicios. Por ejemplo, el senador Enrique Antía reclama "que la ley no tenga nombre y apellido" y Eber Da Rosa señala que "hay olor a nombre propio si se vota en estas condiciones".
¿Qué responde usted?
BA De pronto algún senador teme no estar en la próxima, porque ingrese una mujer.
EC - Hay dos maneras de leer estas declaraciones. Una es que efectivamente una ley votada tan cerca de las elecciones, beneficiaría a mujeres identificadas. Y la otra es que perjudicaría a hombres absolutamente identificados que ya tenían previsto el lugar en tales y cuales listas.
BA - Yo hago esa lectura, pero la hago desde hace tiempo y es parte de ese debate que mostró, en las últimas horas, lo que acontece realmente frente a temas que tienen que ver con la democracia real y no con la chiquita de todos los días.
Pero bueno, nosotros celebramos aunque esta ley no salga que estas cosas trasciendan. En el caso de las tres legisladoras del Partido Nacional, hace mucho tiempo tenemos decidido los caminos a transitar, hace mucho tiempo que estamos en el sistema. Algunas incluso hemos tenido un debate muy fuerte sobre si valía la pena llevar adelante este proyecto.
Pero la verdad es que las tres estamos hace muchos años y vamos a seguir estando, y nos preocupa que seguimos viendo compañeras que se van de las estructuras, desencantadas y desanimadas por episodios como estos, que muchas veces no trascienden, pero que refieren a mecanismos bastante perversos, silenciosos y ahora notorios, que tienen que ver con pensar más en la chiquita de lo cotidiano, que en lo que significa realmente la apertura y la real democracia interna.
EC - ¿Para usted el partido ya está perdido? ¿Es pesimista? Porque hay un cuarto intermedio abierto ahora.
BA - Hay un cuarto intermedio y creo que va a llamar a la reflexión.
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EC - Veía por ejemplo declaraciones que aparecieron en el día de ayer y que incluye la propia crónica del diario El País: "parece difícil que los demás partidos acepten la inclusión de las internas que la ley rija ya para las internas de 2009- porque eso había sido desechado en comisión". Varios sectores del Frente Amplio no llevan ese punto y tampoco los colorados, debido a que se entiende que aún no existe el desarrollo suficiente para poner cuota en las instancias internas de los partidos.
"Esto es una maniobra de los blancos, porque saben que no sale", argumentó, irritada, la senadora Xavier. El senador Rafael Michelini, por su parte, deslizó un poco de optimismo y dijo: "estamos dispuestos a escuchar cualquier planteo, pero no que se generen planteos que buscan inviabilizar la ley".
De los tres representantes que tiene el Partido Colorado en la Cámara Alta, sólo vota el proyecto el doctor Julio María Sanguinetti, quien según la crónica de El Observador- en un discurso mesurado y lleno de referencias históricas a las reivindicaciones femeninas que su colectividad tomó en cuenta, dijo que este es un buen proyecto y una buena norma. Y agregó que los dos períodos a los que se refiere el proyecto (que rija en principio para las elecciones de 2009 y 2014) dirán si hay necesidad o no de que una norma de este tipo siga vigente.