Análisis Político

Los juegos de opciones estratégicas: la cuota femenina, la unión homosexual y el aborto

Los juegos de opciones estratégicas: la cuota femenina, la unión homosexual y el aborto

Análisis político del profesor Oscar A. Bottinelli.

(Emitido a las 8.34)

EMILIANO COTELO:

En los últimos tres meses se han planteado tres grandes temas de fuerte polémica en la sociedad: la cuota femenina de candidaturas, la despenalización del aborto y la legalización de la unión homosexual. El politólogo Oscar A. Bottinelli, director de Factum, une estos tres temas y analiza las estrategias de partidarios y contrarios de cada cosa y cómo optaron por lo uno a cambio de postergar lo otro. El título: "Los juegos de opciones estratégicas: la cuota femenina, la unión homosexual y el aborto".

¿Cómo empezamos?

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OSCAR A. BOTTINELLI:

Si no se entiende bien el planteo, alguno se puede molestar, porque a veces a la palabra "estrategia" se le dan connotaciones negativas, y a veces las estrategias no son plenamente conscientes sino que la gente hace opciones que le parece que surgen espontáneamente.

Como se sabe, en la política (pero además en la militancia sindical, en la acción social, en la gestión empresaria, en el trabajo, en la relación de familia, en la vida misma) muchas veces se deben establecer prioridades, hacer opciones, ya sea a favor de cosas que se quieren o en contra de cosas que no se quieren. No se puede lograr todo a la vez y se prioriza algo: de dos cosas que uno quiere que se logren, decide, quizás espontáneamente, luchar por una y, aunque le pese, postergar la otra. O a la inversa, ante dos cosas que no se quieren, se decide concentrar el esfuerzo en impedir una, aunque el precio sea que la otra prospere, por considerar que si se embiste contra las dos de repente no se logra frenar ninguna.

Se puede actuar de esta manera consciente, planificadamente, lo que implica un fino juego estratégico, y otras veces se hace sin tener claro en el plano consciente que se ha hecho una opción. Consciente o inconscientemente, la gente y las instituciones tejen un verdadero juego de filigrana.

EC - ¿Cómo llegamos a los tres ejemplos que propones hoy?

OAB – En estos tres meses algunos de estos tres ejemplos se han ejecutado, unos se han discutido y otros han quedado en silencio por largo tiempo desde que empezaron las discusiones o desde que se aprobó la ley, como en el caso de la unión homosexual.

Sobre todo la Iglesia Católica, pero muchas iglesias, los sectores confesionales, tienen posiciones muy claras con relación al aborto –su condena, su penalización, salvo en casos muy extremos– y a la unión homosexual registrada, lo que se puede llamar con impropiedad el casamiento homosexual, o lo que en Europa se llama pacto civil de solidaridad.

En muchos países de Europa occidental existe el aborto en la forma que se discute en Uruguay, es decir por decisión unilateral y libre de la mujer dentro de las primeras 12 semanas. Por lo tanto, lo que empieza es una moratoria del aborto, de la necesidad de discutirlo. Pero lo que no existe ahora –existe en España, Holanda, Bélgica y empieza a discutirse en otros países– es el casamiento homosexual, el pacto civil de solidaridad.

En Uruguay los dos temas están planteados a la vez, el aborto desde hace mucho más tiempo y luego aparece la búsqueda de la consagración, registro o formalización de la unión homosexual, impropiamente llamada casamiento homosexual, ya que no es solamente tolerar que dos personas con una opción homosexual vivan juntas, sino que esto dé lugar a derechos, protección, registro en el Estado y demás.

De hecho se hace una evaluación de cuál es el punto más débil y cuál el más fuerte. En Uruguay no ha habido una embestida de los sectores opuestos a la unión homosexual como se ve en Europa. En Europa se va con toda la fuerza, con dureza, con todo el poder para tratar de impedir la unión homosexual y los pactos civiles de solidaridad, al punto de, en algunos países parlamentarios, poner en riesgo la propia estabilidad de un gobierno.

Aquí no existió esta embestida fuerte, no hubo una lucha dura, de hecho los contrarios dejaron pasar el casamiento homosexual para concentrar las fuerzas contra la liberalización del aborto, dejando constancia de la oposición a la unión homosexual como un gesto de documentar los principios. En definitiva, una especie de quid pro quo...

EC - ...¿qué es "quid pro quo"?

OAB - "Cambio esto por lo otro", es un término usual en el derecho, en la vida diplomática y en la vida política de alto vuelo. En este caso el cambio no es con otro, es un cambio con uno mismo, para impedir esto dejo pasar esto otro.

Nadie va a decir "yo hice esto", fue de hecho. Ha llamado mucho la atención que en Uruguay no haya habido una embestida fuerte y dura contra la unión homosexual de los mismos sectores que la plantean con extraordinaria fuerza en Europa.

EC - El debate sobre la despenalización del aborto sí ha sido muy duro.

OAB - Tan duro que por segunda vez el proyecto de ley tiene media sanción y no se avizora que se llegue a la sanción completa.

EC - ¿Cómo han jugado los distintos actores en torno a estos temas?

OAB - En gran medida coincide un conjunto de gente, de sectores que son impulsores de este tipo de despenalización del aborto –por decisión unilateral y libre de la mujer dentro de las primeras 12 semanas– y de la cuota de género. Esto no quiere decir que todos de un lado y otro sean los mismos, pero coinciden mucho, sobre todo en los sectores más combativos, especialmente en la izquierda y entre las mujeres dirigentes de izquierda. Fue muy claro antes de 2004, cuando todavía no se planeaba un veto de Tabaré Vázquez.

La oposición de Tabaré Vázquez a la despenalización del aborto, en sintonía con la Iglesia, fue un factor muy importante en este tema. Estos dos conjuntos tuvieron dos luchas a la vez: la búsqueda de la cuota femenina, que parecía muy dura pero se iban abriendo resquicios, y la lucha por la liberalización del aborto. El estado de situación a diciembre de 2007 era que estaba más avanzada la despenalización del aborto, aunque con la amenaza del veto presidencial. Ese grupo se vio en la situación de tener que enfrentar al presidente, porque podía haber votos para la sanción definitiva en la Cámara de Diputados y eventualmente podía haber votos para el levantamiento del veto, lo que exponía a parte de este grupo a enfrentarse con el presidente de la República en un año preelectoral. La cuota femenina estaba mucho más retrasada, al punto que recién ahora con la sanción en el Senado empieza a avanzar y se puede decir que están niveladas.

Aquí lo que se hace, conscientemente en un caso e inconscientemente en el otro, es un análisis de cuál es el punto más débil y cuál es el punto más fuerte. El punto más débil era el aborto, porque generaba rupturas o fuertes deslealtades al interior de la fuerza política (tenían que enfrentarse al presidente de la República), y el punto más fuerte parecía la cuota femenina, en lo que se veían mayores avances, que algo se podía lograr. Estos sectores obtuvieron el triunfo parcial de la puesta en camino de la cuota femenina, aun en etapas, aun sin todos los aspectos que se buscaban, pero hubo un descongelamiento del tema.

Esto corrió paralelo al silencio que en esos mismos meses se ha abatido sobre la ley del aborto. Tanto es así que estamos exactamente como en 2002 y 2003: en 2002 se aprobó en la Cámara de Diputados, en 2007 se aprobó en el Senado y en la otra cámara no hay forma de caminar. En 2003 caminó en el Senado y tuvo un entierro explícito; ahora no sabemos cómo va a seguir, pero en el primer semestre de 2008 el tema estaba planteado, estaba en discusión, y no se dio. En cambio sí se dio la concentración de esfuerzos en la lucha por la cuota femenina.

EC - Tenemos otro caso de quid pro quo...

OAB - Desde otro lado hubo un quid pro quo: "Opto por esto en lugar de esto; no es que me guste más esto que lo otro, sino que concentro fuerzas en esto para dejar lo otro". En el fondo son finos juegos estratégicos en que se opta por algo, ya sea positivamente (que se apruebe algo), o negativamente (impedirlo), a cambio de dejar otra lucha para otra etapa o dejarla pasar, porque las dos no se podían frenar o impulsar.

EC - ¿Alguna conclusión final?

OAB - Es interesante ver esto, que no se piense que ocurre solo en la política, porque la política es "retorcida", como piensan algunos. Cada uno puede mirarse al espejo y ver cuántas veces en la vida ha tolerado algo para impedir otra cosa, o ha dejado una aspiración para concretar otra. Ni hablar cuando son actividades empresarias, opciones laborales, actividades de grupos sociales. La estrategia es parte de cómo nos conducimos en la vida y no tiene en sí misma connotaciones éticas positivas ni negativas.