Así como Theodore Roosevelt y John Fitzgerald Kennedy en Estados Unidos, ahora los políticos uruguayos podrán formarse en una Escuela de Gobierno. 130 "alumnos" elegidos por diputados y senadores toma

Políticos a clases: Uruguay tiene su Escuela de Gobierno

Así como Theodore Roosevelt y John Fitzgerald Kennedy en Estados Unidos, ahora los políticos uruguayos podrán formarse en una Escuela de Gobierno. De una iniciativa del Parlamento uruguayo en cooperación con una fundación de las Cortes de Aragón en España, nacieron estos cursos que ya toman 130 "alumnos" elegidos por diputados y senadores y que buscan reforzar la formación de cuadros políticos jóvenes. Jorge Lanzaro, director de la escuela, aseguró que esta "es una iniciativa importante, que obviamente es un primer paso de aprendizaje" y que habrá que corregir y perfeccionar sobre la marcha.

(Emitido a las 9:14)

Cuántas veces nos hemos quejado de la falta de profesionalismo de algunos o muchos políticos uruguayos...

Siguiendo una experiencia que en otros países está muy avanzada, esta semana se inauguraron los primeros cursos de la "Escuela de Gobierno de la República Oriental del Uruguay".

130 dirigentes jóvenes pertenecientes a todos los partidos son los primeros alumnos que asistirán a estas clases, organizadas a partir de un acuerdo entre el Parlamento uruguayo y las Cortes Españolas.

¿En qué consiste esta experiencia? ¿Qué continuidad tendrá? ¿En qué medida mejorará la calidad de la democracia uruguaya?

Vamos a averiguarlo con el doctor Jorge Lanzaro, licenciado en Ciencias Políticas, abogado, uno de los directores académicos de esa Escuela de Gobierno

¿Qué es concretamente esta escuela de gobierno? ¿Cómo podemos definirla?

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JORGE LANZARO:

Es una iniciativa del Parlamento uruguayo en cooperación con una fundación de las Cortes de Aragón en España, que ha sido tomada institucionalmente por el conjunto del Parlamento. Me parece importante destacar que ha surgido por iniciativa de autoridades parlamentarias, de presidentes de las cámaras (de distintos partidos políticos) y que ha tenido una cierta continuidad en su trámite.

Es presidida por un comité de parlamentarios en el que están todos los partidos que tienen representación en las cámaras. Ese comité [funciona como] comité directivo o de seguimiento del convenio y del funcionamiento de la escuela. Esto es importante, ya que le da un amparo institucional importante en su punto de partida y –por lo que yo me he podido esforzar y en lo que corresponde a la parte española– también un sesgo de pluralismo tanto en las temáticas como en la composición del elenco docente, y naturalmente en la composición de los estudiantes, que han sido propuestos por todos los diputados y todos los senadores.

EC - ¿Qué es lo que se busca concretamente con estos cursos?

JL - Se busca reforzar la formación de cuadros políticos, pero es una formación que, por supuesto, no empieza ni termina aquí. Por lo pronto, tiene distintas vertientes y debe tenerlas. Una de ellas es la académica: las instituciones académicas normales, escolares, universitarias, de formación de cualquier ciudadano uruguayo. Este es un elemento clásico, ya que sabemos que históricamente determinados centros universitarios han sido los semilleros de políticos, en forma poco sucesiva. Tradicionalmente fue la facultad de Derecho, luego con un giro hacia la facultad de Ciencias Económicas, y en algunos casos Ingeniería y Medicina han dado también sus cuadros políticos.

En una época los políticos eran los doctores de derecho, luego fueron los economistas y los contadores. O sea que hay un circuito que se sigue alimentando –y va a seguir haciéndolo– con distintos programas de formación, tanto a nivel de licenciatura como a nivel de maestrías y de posgrados, y todas las universidades uruguayas –y la nuestra en particular– lo tienen como un elemento muy importante en la formación de cuadros públicos.

La otra gran vertiente son los propios partidos políticos. Y es una gran ventaja del Uruguay –un gran capital político y democrático del país– el hecho de tener un sistema de partidos consistente y sólido, en el que los cuadros políticos se forman en la escuela, en el laboratorio de los propios partidos, en la acción. En definitiva no son políticos por decisión de expertos ni por ningún diploma específico, sino por una decisión democrática que está respaldada finalmente en una decisión ciudadana en las urnas.

EC - Además, en los últimos años han ido generalizándose los centros de investigación partidarios o de sectores de partidos.

JL - Existen los centros de investigación, los centros de estudios, los centros de producción de tono programáticos; existen centros de formación y especialización o programas de especialización a nivel de distintas reparticiones del Estado (en el Ministerio de Economía, la Dirección de Estadística, la OPP), es decir, esto tiene muchas concurrencias. Pero acá se trataba de hacer algo distinto, que lo que hace es ayudar a todas estas distintas entradas...

EC - ...reforzar la formación de cuadros políticos jóvenes.

JL - Exacto. Cuadros políticos jóvenes, seleccionados y propuestos por los propios partidos, en este caso por los legisladores.

EC - ¿Quiénes serán los alumnos?

JL - Son menores de 35 años, propuestos por los diputados y senadores. Pueden ser hasta 130.

EC - O sea cada legislador elige un joven y lo propone.

JL - Exactamente. Cada legislador propone un estudiante, un candidato, que tiene además distintas formaciones, hay algunos que son abogados, hay estudiantes de distintas carreras.

EC - Y ¿qué tipo de materias abordarán?

JL - Las materias son grandes módulos: hay uno de ordenamiento institucional, donde ven derecho constitucional, derecho administrativo, gestión pública, cuestiones referidas a gobiernos democráticos, etcétera. Luego tienen un módulo de políticas públicas, donde ven nociones más generales de estas políticas y algunas de las más relevantes, como políticas de desarrollo, educativas, de género, de descentralización y luego, más específicamente, gestión pública. Allí hemos tenido por lo menos tres o cuatro elementos bien importantes: el elemento de gestión pública en general y sobre todo muy pensado en términos de reforma (de las reformas que están en trámite o que están en debate en el país desde el 85 en adelante, para poner una fecha, y que se han ido acelerando en los últimos años tanto en la nueva gestión pública), las nuevas modalidades de gestión pública que se pretenden poner en marcha, todos los procesos de recursos de formación y gestión de recursos humanos, así como la propia gestión económica del Estado. Aquí hemos tenido la suerte de que Ariel Davrieux nos dé una mano, un hombre que tiene la doble condición de ser un excelente catedrático en la facultad de Ciencias Económicas y de haber estado en distintas instancias públicas con responsabilidad en la gestión económica.

Luego hay otro capítulo referido a la inserción internacional, las relaciones internacionales y particularmente la integración regional, además de un capítulo referido a comunicación política, relación con los medios de comunicación y de iniciación a los problemas que plantean las nuevas tecnologías. Y ahí hay dos o tres vertientes que se van a tratar de tocar por expertos en esta materia. Está el "e government" (gobierno electrónico) o los procesos en que intervienen la informática y la electrónica, que van desde cómo organizar un expediente hasta formas de participación política y de gobierno que se han experimentado en algunos países más que en otros –y en el Uruguay con cierto retraso–. Y luego el tema de las nuevas tecnologías para la información y para el desarrollo.

Todo esto obviamente, está pensado en términos de aproximación introductoria.

EC – Sí, porque la cantidad de horas que termina sumando este curso... ¿cuántas son?

JL – Son 90 horas muy concentradas, con lo cual ¿qué es lo que podrían tener, en el mejor de los casos, estos estudiantes? Una aproximación a problemas actuales, a enfoques actuales, a debates actuales sobre este tipo de problemática. Es evidente que no pueden tener una formación en derecho constitucional por más que el profesor de esa materia sea uno de los mejores que tenemos en el Uruguay.

Este tipo de aproximación no les va a dar una formación académica, pero sí, para poner un ejemplo bien claro y que te resulte familiar ¿cómo plantearles la problemática de la relación entre los políticos y los medios de comunicación? Como una relación en la que hay cooperación, hay intercambios, hay competencia en la producción de opinión pública y en la producción de información. Este es un nudo que tratamos, pero no buscando abarcar todos los elementos que puede tener una carrera de comunicación social o un programa de comunicación política, sino buscando mostrar algunos elementos que puedan ser relevantes para que esta persona sume mayores elementos a los que ya tiene y pueda seguir explorando con solvencia.

Lo mismo pasa en el tema de la inserción internacional del Uruguay. Ese es un capítulo importante, al que le dedicamos dos jornadas enteras en el ciclo final de este curso, que termina en Maldonado. Allí se ha buscado que los estudiantes vean cuáles son las distintas posturas, los distintos enfoques que puede haber sobre este tema, que es harto polémico: cómo debe pararse el Uruguay en el mundo, cómo debe pararse el Uruguay en la región, cómo debe pararse el Uruguay en el Mercosur o en la relaciones con Estados Unidos.

Hemos procurado docentes con distintos enfoques para que el que pase por esas aulas se lleve la idea de que está en un terreno en que no hay verdades absolutas, sino que hay polémica, hay debate, que esto es la esencia de la política.

EC - Desde la audiencia, Rodrigo plantea una pregunta con humor, pero con su fondo también: "¿No hay ninguna materia que enseñe cómo superar la guerra de las patentes?". Y agrega: "¿Y una que implique pensar en grande?"

JL – Yo le contestaría a Rodrigo, y creo que a todo el mundo, que ningún curso resuelve los problemas de la política. La política tiene su propia dinámica, sus intereses, sus conflictos, y yo le podría preguntar a Rodrigo o a cualquier otro diputado que en este momento tiene el asunto entre manos: ¿un cursillo introductorio de Derecho Constitucional les podría enseñar a los senadores y diputados que entrar al domicilio de noche sin autorización judicial es abiertamente inconstitucional?

EC - Bien, a una pregunta contesta con una pregunta...

JL - Así es, porque la política es eso, preguntas y respuestas que quedan siempre abiertas y en debate, no se cierran. Acá no hay un gobierno de tecnócratas, no es un gobierno de expertos. Y entre otras cosas, hay un módulo dedicado precisamente a la relación entre expertos, técnicos y políticos, [apuntando] a esa idea de que la política requiere cada vez más del conocimiento especializado –un elemento absolutamente fundamental y sin el cual no avanzamos un paso–, de conocimientos cada vez más complejos, más amplios en horizontes globalizados. Tenemos que mirar a los países que han resuelto mejor esta acumulación de conocimientos, esta conexión entre el conocimiento especializado y la política.

Uno de los puntos que se van a tratar, por parte de alguien que ha trabajado estos temas como Adolfo Garcé, es que este no es un gobierno de sabios, no es un gobierno de expertos, es un gobierno de políticos. Hay tensión, hay cooperación, hay comunicación, y los políticos buscan el saber y necesitan conocimientos, pero son políticos primero que nada porque pasan por los partidos, por las elecciones, porque pasan por el tribunal de las urnas y no por los tribunales de exámenes.

EC - Los docentes van a ser mayoritariamente uruguayos, pero leí en el programa que también participan docentes españoles.

JL - Vienen muy buenos catedráticos españoles, expertos en Derecho Constitucional, en Ciencia Política (el coordinador por la parte española tiene un perfil muy parecido al mío, es profesor de Derecho Constitucional y de Ciencia Política) y hay muy buenos expertos en cuestiones de relaciones internacionales a nivel europeo, en relación a las nuevas tecnologías con la gestión parlamentaria, con las formas de la democracia. También expertos en cuestiones de género, en políticas educativas, en distintos territorios.

Hay una muy buena ayuda española en este sentido, ya que no solo aporta un elemento de cooperación y que vengan españoles a dar clases sobre temas relevantes, sino que oficia también como punto de referencia y como eje para que los distintos sectores políticos uruguayos tengan allí una "agarradera" externa, que permite poner en marcha esta iniciativa.

EC - Los alumnos ¿deberán pasar examen o aprobar los cursos mediante algún sistema de evaluación?

JL - No, la idea es que se termine este primer ciclo, que se forma por tres tandas (tres cursos de esta misma índole, tres veces noventa horas con poblaciones estudiantiles distintas) y el año que viene vamos a tener talleres sobre algunos de los temas más estratégicos, en los que va a haber alguna forma de concurso o de selección de los trabajos que se puedan hacer en otra modalidad de trabajo y no en esta de los cursos.

Me parece que es una iniciativa importante, que obviamente es un primer paso, un paso de aprendizaje que tendremos que ir viendo cómo corregir sobre la marcha y cómo perfeccionar...

EC – Sí, porque escuelas de gobierno, en otros países, ya hay mucho más portentosas.

JL- Obvio, para empezar tenemos la escuela de gobierno de Harvard por donde ha pasado Roosevelt, Kennedy... yo estuve hace muy poco ahí y la galería de fotos que preside la sala de seminarios intimidaría a cualquiera, por los grandes politólogos americanos que han pasado por ahí y varios presidentes.

Pero la escuela de gobierno de Harvard es una escuela hecha desde la academia, y es un poco distinto de este esquema, se parece más al tipo de cursos que tenemos en la Universidad, por ejemplo, a los ciclos superiores de posgrado y obviamente no es exactamente esta iniciativa.

EC - ¿Esta iniciativa qué modelo está siguiendo?

JL - Está siguiendo los modelos que impulsan en algunos casos los españoles y otras experiencias en América Latina, que provienen de las instituciones parlamentarias o de las instituciones gubernamentales. Por ejemplo, todos los cursos que la Oficina de Servicio Civil ha venido poniendo en marcha desde el regreso a la Democracia, en los que el Instituto de Ciencias Políticas ha colaborado intensamente (y que ahora está plasmando en una maestría que está ya en obra), están destinados también a este tipo de formación de cuadros. O sea, hay que mirar esto como un horizonte plural en el que la formación proviene de distintas vertientes. Y así debe ser, eso es lo bueno.

Lo bueno es que esto se piense con un esquema pluralista. El Parlamento, que es la sede del pluralismo por excelencia, de la discrepancia y la sede de los puntos de vista e intereses diferentes, solo puede salir un producto pluralista y eso efectivamente es lo que salió. Además, en el reclutamiento del elenco docente he puesto especial cuidado en dos cosas: que sean lo más calificados y competentes que tengamos a mano (y eso se ha logrado, gracias a la generosidad de muchos de los docentes y expertos uruguayos) y que sea un esquema plural. Si se repasa la lista de nombres, inmediatamente salta a la vista que hay allí gente con distintos enfoques sobre los distintos problemas que estos módulos abordan.

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EC – Desde la audiencia consultan, por ejemplo, si hay un límite de edad para los alumnos asistentes al curso.

JL - Tienen que ser menores de 35 años.

EC - ¿Qué continuidad va a tener esto, cuándo vendrá una segunda tanda de 130 estudiantes?

JL - Esto se pone en marcha este año, pero el que viene es año electoral, por lo que se supone que todos estos estudiantes y los que no son estudiantes van a estar entretenidos en otras cosas.

El año que viene vamos a tratar de dar continuidad con estos talleres, en los que van a participar los mismos estudiantes que ya han pasado por este ciclo, y esperemos que una vez instalada la nueva legislatura, en el 2010, podamos reiniciar esta experiencia sacando las cuentas del aprendizaje que este primer ciclo nos deja.

Y creo que lo bueno de esto es que, en la medida en que ha sido empujado y amparado por distintos sectores partidarios (nadie es dueño de la iniciativa a nivel del Parlamento) va a poder seguir funcionando, y que incluso pueda irse ampliando, afirmando y transformando en un curso más sistemático y con características más fuertes, puliendo bien los programas a medida que lo vayamos experimentando.