(Emitido a las 9.07)

El Foro Batllista parece haber llegado a un acuerdo interno y ya se da como un hecho que el martes proclamará a Luis Hierro López como su candidato presidencial.

Cuando esto ocurra, el sector del ex presidente Julio María Sanguinetti pondrá fin al pleito que desde hace años tiene planteado entre tres aspirantes: el propio Hierro, el intendente de Rivera, Tabaré Viera, y el diputado Washington Abdala.

Según el acuerdo que ha trascendido, Viera encabezaría la lista al Senado del sector, y en cuanto a la lista de diputados por Montevideo aún persisten dudas, ya que hay versiones que señalan que sería encabezada por Abdala y otras que indican que se definiría según los votos en las internas, dado que también Oscar Magurno aspiraría a ese lugar.

¿Cómo se llegó a este acuerdo? y ¿qué queda de la posibilidad de un acuerdo con la lista 15 para conformar un polo batllista? Vamos a conversar de estos y otros temas con el ex vicepresidente Luis Hierro López.

¿Se llegó efectivamente a este acuerdo, usted lo confirma?

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LH – Se llegó efectivamente a un acuerdo, un entendimiento que empieza a instrumentarse el próximo martes... en realidad el martes no será una reunión de proclamación, sino que ese día el Comité Ejecutivo del Foro me propondrá como candidato a presidente, si hay acuerdo, si es que esto se concreta –que es lo que yo supongo que va a ocurrir–, pero en todo caso es una asamblea y la palabra siempre la tiene la asamblea.

Y luego, dentro de un mes, habrá una instancia posterior en la que sí una asamblea representativa de todo el sector, con dirigentes del departamento del interior, etcétera, va a ratificar la nominación que se haga el martes 15 de julio.

EC – ¿Cómo surgió esta formula? Porque según la versión que publicó ayer el diario El Observador, en una reunión que tuvo lugar en su casa el 26 de junio, a las cinco de la tarde, fue usted quien propuso lo básico de este entendimiento.

LH – Yo soy un poquito más viejo y me pareció que tenía que tomar la iniciativa. Ya había sido candidato del Foro en otra oportunidad, tengo una gran vocación de unidad en todas las cosas y procuré una fórmula de unidad, a partir de una especie de renunciamiento de mis posibilidades de ir al Senado; posibilidades que realmente a esta altura no me atraen demasiado.

Yo aspiro mucho más a contribuir a la recuperación del Partido Colorado, que a tener un cargo, y me pareció que tenía que dejar esa opción para Tabaré Viera y para Washington Abdala, que vienen detrás mío. Y esa fórmula de unidad podía significar la posibilidad de estar los tres juntos.

EC – Pero teniendo en cuenta cómo está plantado el Partido Colorado en las encuestas, si usted está renunciando a posiciones en las listas al Parlamento, prácticamente está renunciando a continuar ocupando cargos en política. Porque es difícil pensar que el Partido Colorado pueda ganar las próximas elecciones; es difícil pensar que usted –suponiendo que gane después la interna– pueda acceder efectivamente a un cargo de gobierno. Está como  agarrando otro camino.

LH – No, la política está en mi sangre y hasta el último suspiro estaré peleando por estos ideales. Lo que ocurre es que se hace mucho más política fuera del Parlamento que en el Parlamento, donde se hacen acuerdos y leyes. Pero yo estos años estuve sin actividad parlamentaria después de veinte años de tenerla (fui diputado, senador, presidente del Senado) y me doy cuenta que se puede vivir sin estar atado a un cargo en el Parlamento y sin esos climas un poco de enfrentamiento; que es mucho mejor servir al Partido Colorado a veces desde la sociedad civil, desde el afuera del sistema parlamentario, en las ideas, en el debate, en la conducción del partido que es mi vocación.

Más allá de eso, que es un tema personal, entiendo que para contribuir al levantamiento del Partido Colorado –que es la misión principal que tenemos–, el Foro tenía que estar unido porque con grupos chicos, divididos, con tres aspirantes a una candidatura, con eventuales enfrentamientos a propósito de eso, no se llega a ningún lado.

EC – ¿Y fue aceptada entonces su sugerencia?, ¿fue recibida sin problemas por los otros dos interlocutores?

LH – Mi propuesta fue recibida con apoyo explícito de parte de Tabaré Viera y con algunas observaciones de parte de Washington Abdala y como él viajó esta semana al exterior no pudimos culminar la serie de consultas. No sé bien como va a responder definitivamente, desde ya digo que deseo que esté conmigo, que esté trabajando al lado mío, es mi deseo y mi propósito, y cuando retorne el día lunes vamos a estar conversando.

EC – Vamos por partes. Según lo que ha trascendido Tabaré Viera sería el primer candidato de la lista al Senado, a cambio de resignar su precandidatura presidencial ¿eso es así?

LH – Sí, es razonable que sea así, Tabaré Viera fue dos veces intendente de Rivera, es un hombre que tiene predicamento en el interior del país, y es una expresión (por más que a mi esto de la renovación o la tradición no me calza mucho) renovadora, en la medida en que él no ha tenido hasta ahora una figuración nacional. Porque siendo intendente de un departamento tan norteño es difícil que pueda participar en los grandes debates nacionales y entonces ahora va a tener la oportunidad de afirmar su presencia política, y me parece realmente interesante que un intendente termine siendo senador de una corriente política importante del país.

EC – Y en cuanto a la Cámara de Diputados por Montevideo, ¿qué fue lo que se incluyó en esa fórmula?

LH – En las conversaciones que tuvimos ese día 26 de junio en casa no llegamos a definir cuál es la mejor estrategia.

Evidentemente la elección interna no solo permite, sino además requiere que los dirigentes partidarios marquen sus votos, tengan su presencia y forjen sus espacios; y a partir de esa elección interna vamos a ver cómo el Foro puede armar sus estructuras.

También es cierto que en muchos de nosotros existe la voluntad de mantener un diálogo con otros sectores batllistas del Partido Colorado, pero no solamente de la lista 15, porque han surgido otros sectores y me parece que establecer una lista consagrada, nominada y congelada es un poco prematuro.

EC – Leía hoy en el diario Últimas Noticias que Abdala que se encuentra en el exterior y va a retomar en el fin de semana las negociaciones con la dirigencia forista, con el objetivo de alcanzar un acuerdo para que el sector le reconozca el posicionamiento y la lealtad.

LH – Sin dudas creo que es así. Nadie duda de la capacidad de Abdala, de su fuerte militancia, de su activismo y su inteligencia, es un hombre muy preparado por suerte. El tema es que por este viaje las conversaciones no pudieron prosperar, pero vamos a retomarlas con el mejor espíritu el día lunes, porque yo procuro ser una garantía de unidad; lo fui en la vida del partido en aquellos difíciles momentos de mi vicepresidencia, procuro serlo en el futuro y en esta instancia en la que el Foro estaba atravesando esta dificultad. Yo deseo que el Foro salga bien fuerte, porque con eso, desde mi óptica, contribuimos más a la recuperación del Partido Colorado.

EC – Ahora, después del fracaso electoral que tuvo el Partido Colorado en el año 2004, todos hemos escuchado a muchos dirigentes de su partido señalar que no había que repetir el error de definir a los candidatos entre cuatro paredes y que, por el contrario, los postulantes tenían que surgir de la gente o de la más amplia base de dirigentes posible.

¿Se está teniendo en cuenta eso en este caso?, ¿está ocurriendo eso o se está resolviendo a nivel de una cúpula muy reducida esta precandidatura?

LH – Primera cosa, es bueno que los dirigentes acuerden. Porque si usted tiene una dificultad planteada a partir de que hay una propuesta, es bueno que los dirigentes acuerden –para eso están– y traten de buscar una salida.

Segunda cosa, este acuerdo o preacuerdo tiene que ser ratificado por una amplia base de consultas del Foro.

EC - ¿Y cómo se va a hacer eso?

LH – En principio, el Comité Ejecutivo del Foro hace una nominación para el día martes y en el correr de agosto habrá una amplia asamblea representativa con delegados de todos los departamentos que confirmen esa nominación. Yo estoy seguro que una vez que pongamos en marcha la consulta, estaremos en condiciones de arribar a una solución que nos permita mantener este principio de unidad.

Pero la ratificación final es en la elección interna, porque aquí estamos a un año de una elección en la cual no solamente van a ser consultados los dirigentes del partido, sino la gente, que es la que va a votar y va a decir quiero a este precandidato, quiero esta orientación en el partido, quiero a estos dirigentes o quiero a estos otros.

Entonces, en cualquier instancia hay una ratificación –llamémosla así– plebiscitaria de la gente, popular, o como usted le quiera llamar.

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EC – Si este acuerdo o preacuerdo prospera, ¿usted va a ser el candidato del Foro Batllista?, ¿del Foro Batllista más otros grupos batllistas que se han ido creando recientemente?, ¿o aspira incluso a ser candidato de todo el espacio batllista, abarcando también a la lista 15?

LH – Aspiro a ser candidato único del Partido Colorado al final de esta película, aunque estamos arrancando muy atrás, porque ya hay otras candidaturas establecidas y funcionando. La aspiración de todos quienes hemos estado en estas conversaciones y en estos impulsos es la de provocar una gran reacción del Partido Colorado, del Batllismo; lograr que vuelvan ciudadanos que dejaron el lema, atraer gente joven como pudimos hacer en esa elección interna de diciembre pasado y formalizar una fuerza que permita, como se dice ahora, motorizar. Usted vio que cada tanto se ponen de moda algunas palabras, y ahora motorizar quiere decir dar impulso, poner en marcha, o sea, darle fuerza al Partido Colorado, que atravesó esa situación del año 2004 que ya hemos comentado.

Pero en todo caso, en esta etapa es necesario afirmar la agrupación que va a postularme, porque con motivo de estas discusiones internas y de estos posicionamientos, no hemos tenido en este tiempo una presencia política fuerte y hemos estado un poco quietos.

EC – Por ejemplo, usted dijo ayer en el diario El Observador: "estoy peleando porque el Batllismo sea la mayoría del Partido Colorado, quiero que el Batllismo sea más que Pedro, contra el que no tengo nada, pero con quien tenemos diferencias".

¿Se puede lograr que el Batllismo sea mayoría y le gane a Pedro Bordaberry si cada sector batllista va con su propio precandidato?

LH – Son cosas que las iremos viendo, un año es muy corto y muy largo a la vez. La elección interna es el último domingo del año 2009, y hay tiempo para organizar las fuerzas; en esta etapa yo voy a afirmar a mi agrupación y voy a hacer todo el esfuerzo necesario. Y obviamente, cuando digo yo digo nosotros: Tabaré Viera, Washington y todos los dirigentes involucrados, los dirigentes del interior, a afirmar la agrupación.

Hemos tenido conversaciones informales, pero muy auspiciosas con otros sectores y yo creo que no estamos aún en condición de elaborar una estrategia. Hay un montón de batllistas que, más allá de las listas, tienen una especie de santo y seña, esos batllistas de don Pepe, esos que creen en la república, en la igualdad, en el laicismo; que son batllistas tradicionales y tienen valores muy fuertes y que pueden ser de la lista 1 o de la lista 2, no importa.

EC – Pero el problema es que la dispersión de opciones batllistas parecería conspirar contra el éxito de ese sector.

LH – Esa gente es la que nos está requiriendo que estemos juntos, que hagamos otra vez el Batllismo unido como en el año 83, cuando salimos de la dictadura; que busquemos posiciones de encuentro y tratemos de atraer a los batllistas que se fueron, pero eso no lo vamos a hacer solo con un grupito chico, sino con una gran correntada. Desde ya que si podemos hacer eso y si es lo que más conviene a nuestras posibilidades, lo haremos.

Mi preferencia no es tal o cual Batllismo, el Foro o la lista tal, sino que mi preferencia es la mejor estrategia para que crezca el Partido Colorado. Yo diría que es una especie de saludable obsesión que yo tengo y que sé que tienen muchos compañeros del partido, es decir, ver cómo tenemos que hacer para que crezca el Partido Colorado.

EC – ¿Ahora cómo será el tono de la campaña cuando el objetivo es ese? Se lo pregunto a partir de un comentario que iba incluido en la nota de El Observador de ayer que decía: "la confirmación de la precandidatura presidencial de Hierro confirma que la elección interna estará lejos de ser una pugna de guante blanco. Las diferencias que separan a Hierro de Bordaberry son acaso mayores que las que separan a Viera y Abdala del líder de Vamos Uruguay, ya que estos nunca realizaron declaraciones públicas tan duras como las que hizo en su momento el actual pro secretario general del Partido Colorado.

Además, la nota recordaba que usted es hijo de Luis Hierro Gambardela, un político del cerno del Batllismo que se opuso con una actitud muy dura, "con uñas y dientes", al golpe de Estado de Juan María Bordaberry en 1973. Se recuerda que usted fue senador, diputado y ministro del Interior, y que en enero pasado cuando Bordaberry ya aparecía primero en las encuestas coloradas, usted se encargó de salirle al cruce acusándolo de no creer en el estado batllista y de ser blando en los cuestionamientos al golpe de Estado que acompañó su padre.

"Ser batllista significa reivindicar fuertemente los principios humanistas y republicanos, defendemos la legalidad del derecho y los principios humanistas y republicanos, defendemos los principios democráticos con los que no puede haber transacciones y no sentimos que Bordaberry represente esos sentimientos e ideas", recordaba la nota que dio usted en el mes de enero. Y también puntualizó aquella vez que cuando Bordaberry tuvo que explicar su posición sobre la dictadura fue titubeante.

¿Qué comentarios tiene usted a propósito de esta lectura?

LH – El Partido Colorado necesita una interna fuerte, lo que no quiere decir que sea una interna agraviante, para mí hay una enorme diferencia. Yo tengo una larga vida pública a esta altura y nunca cometí un agravio, soy muy explícito al desarrollar mis ideas.

EC – Pero usted salió a trancar muy fuerte en el mes de enero contra Bordaberry, no pasó desapercibido el tono de este planteo.

LH – No, porque también era una circunstancia en la cual veníamos siendo atacados. Pero no va a ser la interna el escenario de ataques de esa índole, porque estamos desarrollando en estos meses un congreso programático del Partido Colorado que va a reunir a los 500 convencionales, pero a la vez a otros 500 ciudadanos representantes de la sociedad civil, expertos en diversos temas, filósofos, pensadores, que van a estar hablando de esos asuntos en forma democrática. En diciembre este congreso va a estar revisando y actualizando la carta de principios del Partido Colorado (la última versión data de 1983) y es ahí donde vamos a hacer estos planteos programáticos, ideológicos y de diferencias que pueda haber –que yo le digo que son bienvenidas-.

El Partido Colorado tuvo desde el año 85 al año 2005 un discurso de un solo tono –no quiero decir monótono, porque parece aburrido, pero tuvo un discurso muy disciplinado- y en este momento le hace falta una discusión importante, con altura, con ideas, con visiones del porvenir y esta instancia del congreso programático es la que va a permitir administrar esas tensiones que el Partido Colorado tiene. Vamos a llegar a la lucha interna en sí misma (en marzo, abril, mayo del año que viene) ya con ese congreso realizado y con un gran paraguas que nos va a identificar a todos los colorados y batllistas más allá de las tendencias o sectores.

EC – ¿Pero para usted sería un problema que el Partido Colorado tuviera como candidato presidencial a Pedro Bordaberry?

LH – No, porque después de desarrollado el congreso, todos vamos a tener el mismo tipo de definición programática, que creo que es lo que importa. En materia electoral, yo tengo la sensación de que con Bordaberry el Partido Colorado puede tener un techo, así como quizás mis circunstanciales adversarios crean lo mismo conmigo. Pero esas son cuestiones que vamos a ir viendo en el correr de la lucha. Yo le aseguro que no se gana nada con enfrentamientos menores.

EC – En estos días se dieron algunos tiroteos entre los dos bandos que parecieron señalar lo otro. Por ejemplo, desde el Foro Batllista el edil César García Costa solicitó al Comité Ejecutivo del partido la expulsión de Juan María Bordaberry y Juan Carlos Blanco, algo que sonó como un tiro por elevación.

LH – Usted recuerda que quedó claro que esa fue una actuación individual, inconsulta y que no prosperó en el Comité Ejecutivo Nacional.

EC – Pero por otro lado, desde Vamos Uruguay se solicitó en el Comité Ejecutivo un relevamiento de los casos de figuras coloradas que hayan quedado involucradas en hechos de corrupción en los últimos gobiernos del Partido.

LH – Sí, pero yo al respecto no tengo ningún comentario. Lo de César García fue una actitud inconsulta, no lo consultó conmigo ni con otros dirigentes del Partido y cuando su solicitud llegó al Comité Ejecutivo, yo ya había hecho declaraciones públicas en el sentido de que no correspondía la desafiliación de alguien que nunca había estado afiliado al partido como el señor Bordaberry y el tema quedó por allí.

Lo otro es una solicitud de un sector de información que –vamos a atenderlo- está ahí; el Partido Colorado no oculta nada en esa materia, porque además si el partido actúa, actúa la prensa o la Justicia. Y si hay denuncias sobre funcionarios colorados que cometieron actos de corrupción, yo me encuentro en la primera línea de censura, y después el Partido aplica sanciones, como ocurrió recientemente con algunos funcionarios que cometieron esos actos.

Me llama la atención la solicitud que hizo el sector Vamos Uruguay, ya que es una información disponible, porque alcanza con leer los diarios para saber qué personas han estado involucradas en algunos hechos irregulares.

EC – Por eso, estos episodios fueron vistos como los límites a los que pueden llegar un sector y el otro en función de la competencia que ha quedado desatada.

LH – Es posible, las competencias son competencias y uno pierde y uno gana. Pero yo reitero, si me corresponde a mí el enorme honor y la enorme responsabilidad de conducir al Foro, que no habrá una guerra sucia, lo aseguro, y no permitiré que nadie de mi sector desarrolle una guerra sucia. Porque el desafío que tenemos es enorme, es un partido con la fuerza histórica del Partido Colorado batllista que tiene que remontar y yo tengo que remontar, porque recién arranco, y las otras candidaturas están instaladas.

Es tan enorme la distancia que hay, que no me voy a entretener ni entreverar con pequeñeces, porque siempre conducen a resultados pequeños, hay que tener espíritu de grandeza, visión de porvenir y un gran sentido de unidad partidaria para encarar estas luchas cívicas como las que yo me dispongo a encarar. Entonces no creo que por nuestra parte vaya a ser el tono, y espero que por el resto de los sectores del partido tampoco sea el tono el de la guerra sucia.