Percepciones sobre la seguridad pública
Análisis del sociólogo Eduardo Bottinelli.
(Emitido a las 8.31)
JOSÉ IRAZÁBAL:
Hoy presentamos las percepciones que tenemos los uruguayos sobre el estado de la seguridad pública en el país. Los datos corresponden a la Encuesta Nacional Factum del segundo trimestre del año. Son presentados y analizados por el sociólogo Eduardo Bottinelli, coordinador general de Factum e investigador en Sociología Política de la Universidad de la República.
¿Empezamos con los datos técnicos de la encuesta?
***
EDUARDO BOTTINELLI: Los datos que vamos a presentar corresponden a la Encuesta Nacional Factum correspondiente al segundo trimestre del año. Es un sondeo independiente, representativo del 100% del país, tanto urbano como rural y se realiza sobre 933 casos. La pregunta que se realizó fue: ¿Cómo piensa Vd. que está la seguridad pública, es decir, la protección de la población frente a los robos y la delincuencia común?
JI Vemos los resultados entonces:
- Bien 5%
- Más o menos 20%
- Mal 75%
- No opina 0%
EB- Los datos los hemos presentado en grandes grupos de opiniones para que sea más sencilla la retención de los mismos. Lo primero que hay que destacar es que el "No Opina" es del 0%, es decir, todos los uruguayos han opinado al respecto, lo cuál marca que el tema está instalado en la actualidad.
Analizando los resultados que se acaban de presentar, vemos que 3 de cada 4 uruguayos considera que la seguridad pública está mal; 1 de cada 5 uruguayos considera que está más o menos y sólo 1 de cada 20 uruguayos considera que está bien el tema de la seguridad pública en el país.
Notoriamente (y no es nada nuevo lo que estamos diciendo) nos encontramos con un grave problema, uno de los más complicados que debe enfrentar el gobierno nacional y la ministra Daisy Tourné, no sólo por lo que afecta a la imagen del gobierno sino más bien por lo intrincado que resulta resolver los temas de seguridad pública.
JI - Factum tiene una evolución histórica sobre el tema. ¿Cómo ha sido la percepción de la seguridad pública en los últimos años?
EB - Vamos a tomar casi el mismo momento de los últimos cuatro gobiernos, es decir, cuando se estuvo al cuarto año de gobierno. Es necesario destacar que para el gobierno del Jorge Batlle, las cifras corresponden al mes de junio de 2002, justo antes de recibir el mayor golpe de la crisis económico-financiera, pero ya en plena corrida bancaria y producida la devaluación. Esto permite que el dato sea comparable, que no sea un dato del medio de la crisis o enseguida de la misma.
- En el gobierno de Luis Alberto Lacalle, en el año 1994, las opiniones se dividían en: bien 22% y mal 39%.
- En el gobierno siguiente, el Julio María Sanguinetti, en el año 1998: bien 14% - mal 65%.
- Finalmente en el gobierno anterior, el Jorge Batlle, en el año 2002: bien 21% - mal 61%.
JI - ¿Qué se puede decir de estas cifras que acabas de presentar?
EB - En grandes números, el porcentaje de la opinión pública que se volcaba a considerar que la seguridad pública estaba bien se ha mantenido más o menos estable en el 21-22% entre el año 1994 y el 2002 (antes de la crisis), aunque tiene una baja importante en el año 1998 al 14%.
Y ahora, en el año 2008 quienes creen que la seguridad pública está bien es una muy pequeña minoría, apenas un 5%.
En contraste con la estabilidad de quienes creen que la seguridad pública estaba bien, se ha dado un aumento muy importante en las personas que creen que está mal. Se da un pico de crecimiento de opiniones negativas hacia el año 1998, donde quienes creían que la seguridad pública estaba mal alcanzaron el 65%. Hacia el año 2002 se da un pequeño descenso, aunque no es trascendente. Y en la actualidad, se da un nuevo salto de 14 puntos en las personas que creen que la seguridad pública está mal, llegando al 75%.
JI - ¿Qué podemos concluir de estos datos y de la evolución que han mostrado?
EB - Lo primero que vemos es un tema muy delicado, muy complicado y en el que notoriamente la opinión pública tiene una opinión formada: la seguridad pública está mal, francamente mal. Tres de cada cuatro personas consideran que está mal y casi nadie considera que está bien.
Otro dato que marca la importancia del tema para la población es que quienes consideran que hay que "proteger la seguridad pública aunque se afecte los derechos y las garantías de los delincuentes y de los presos" son el 68% de los uruguayos. Mientras que quienes creen que hay que "defender los derechos y garantías de todas las personas, inclusive de los delincuentes y de los presos, aunque se afecte la seguridad pública" son el 26% de los uruguayos.
En otras palabras, la alarma ante el estado de seguridad pública lleva a que cualquier medida que tienda a aumentarla es bienvenida por la población, aunque se afecten los derechos y las garantías de los delincuentes y de los presos.
Probablemente la comunicación pública del gobierno en defensa de los derechos de los presos, la promoción de la elección de delegados de los reclusos, el comisionado parlamentario, todo ello vaya en contra del sentimiento dominante en la sociedad. Es notorio que para la gente la preocupación es su propia seguridad y no cómo se trata a la gente.
Luego de esto tiene que venir un análisis más profundo, porque no sólo se da una sensación, una percepción negativa de la seguridad pública, sino que también las estadísticas oficiales difundidas por el "Observatorio Nacional de Violencia y Criminalidad" van en el mismo sentido. Es decir, mientras el Observatorio del Ministerio del Interior registró aumentos en las denuncias de delitos (especialmente sexuales, rapiñas, hurtos y daños) casi constantes desde el año 2000 al 2007, las encuestas de opinión pública reflejan que la población siente que la Seguridad Pública no está bien.
Este gobierno podrá estar haciendo las cosas bien o mal en materia de seguridad pública. Lo cierto es que la opinión pública siente con absoluta claridad y firmeza que la seguridad pública está mal. Las explicaciones no se encuentran fácilmente, hay que indagar a fondo cuáles son las causas, cuáles son las secuelas de la crisis del año 2002, y cuáles las consecuencias de las políticas que se han aplicado.