Entrevistas

Mieres: Uruguay va a ritmo de carreta, ese es el gran problema

Mieres: Uruguay va a ritmo de carreta, ese es el gran problema

El Partido Independiente "va a pegar un salto importante", aseguró su lider, Pablo Mieres, y sostuvo que va a votar mucho mejor que en 2004, alcanzando un 4 o 5% del electorado. Dado que "es muy difícil que cualquiera de los partidos logre mayoría propia en el Parlamento en la elección de 2009", este partido "se puede convertir en un actor decisivo a la hora de acordar mayorías para gobernar", agregó. Por otra parte, Mieres se mostró crítico respecto a varios aspectos del gobierno actual y reclamó cambios en educación, seguridad y matriz energética. "Vamos a ritmo de carreta y el mundo va rápido. Ese es el gran problema de este país", sentenció.

(Emitido a las 8.59)

EMILIANO COTELO:
Anoche el Partido Independiente (PI) presentó los técnicos que se encargarán de elaborar el programa de gobierno para las elecciones de octubre del año próximo. Especialistas en distintas áreas comenzarán a trabajar propuestas sobre educación, integración social, seguridad, gestión pública, economía, energía e inserción internacional.

Pero mientras tanto, las encuestas siguen ubicando al PI en un lejano cuarto puesto, con una intención de voto de 1%, lo mismo que mostró en las urnas en el año 2004.

Ante esa realidad, ¿con qué objetivos se planta el PI de cara a la próxima elección? En la política uruguaya, ¿hay espacio para un partido bisagra? Y, para empezar, ¿cómo analiza su posicionamiento entre los dos bloques en este período, en lo que va de esta administración?

Vamos a conversar de estos temas con el presidente del PI, doctor Pablo Mieres.

***

EC - ¿Cuál fue el objetivo de la presentación en sociedad de los técnicos del PI ahora, en agosto de 2008?

PABLO MIERES:
El objetivo fue dar un puntapié inicial a los trabajos que van a culminar con la elaboración de propuestas que el partido aprobará en la convención de fin de año, en la que lanzará su campaña electoral. Y también mostrar el elenco. Uno de los objetivos de este partido es trasmitirle a la ciudadanía que es un colectivo instalado, fuerte, definido, y que por suerte tenemos gente de primera calidad que nos hace sentir muy orgullosos.

EC - Justamente, una de las señas de identidad del PI es el peso académico de sus equipos técnicos. Por ejemplo, en el staff que presentaron ayer figuran, entre otros nombres muy notorios, el historiador José Rilla, el arquitecto y ex ministro Saúl Irureta, el economista Ruben Tanzini, los abogados Heber Gatto y Juan Pablo Cajarvile, los sociólogos Cecilia Zafaroni, Adolfo Garcé y José Arocena.

¿Cómo se convence a estos especialistas de que participen en la elaboración de un programa de gobierno que, parece notorio, no va a ser llevado a la práctica?

PM - Es gente que ha adherido al partido desde hace bastante tiempo, que comparte la concepción que impulsamos, esta propuesta socialdemócrata, y que está en condiciones de hacer pública esa membresía y trabajar en la elaboración de propuestas concretas. Ahí hay una señal muy fuerte, una señal de futuro. Usted decía recién que el partido marca hoy en el entorno de 1, a veces 2%. Nuestra marca preelectoral, a un año y pico de las elecciones, está en el entorno de lo que sacamos en la elección de 2004. Ese es nuestro piso, ese es el análisis correcto.

Este partido no va a tener una interna, por lo tanto vamos a tener un año medio complicado, porque mientras el escenario va a estar ocupado por las discusiones entre las candidaturas que se van a disputar en los otros tres partidos, el PI va a tener una situación interna tranquila. Pero eso es una gran desventaja, por lo tanto a nosotros va a haber que medirnos después de las internas, ese va a ser el momento de la verdad. Mientras tanto lo importante es que, a diferencia de lo que ocurrió en 2004, cuando el PI no apareció en las encuestas hasta prácticamente agosto o setiembre, hoy tenemos un piso de identidad propia que equivale a esos 40.000 votos que sacamos en 2004.

EC - Yo le preguntaba cómo se convence a estos especialistas de que participen. La pregunta conectada podría ser: ¿cómo se convence a la población de que preste atención a las ideas y propuestas de un partido que en principio aparece tan menguado en la intención de voto?

PM - Seguramente el partido va a pegar un salto importante y vamos a votar mucho mejor que en 2004, estoy convencido, tiene que ver con el proceso que va a ocurrir. Pero hay otro dato muy importante, que cualquier analista debería compartir: es muy difícil que cualquiera de los partidos logre mayoría propia en el Parlamento en la elección de 2009. Por lo tanto este partido, con una intención de voto que puede llegar a estar en torno de 4 o 5%, se puede convertir en un actor decisivo a la hora de acordar mayorías para gobernar.

Ese es el sentido de estas propuestas, que no están pensadas en términos de hacer el programa completo, no son 30 temas, son siete temas, los siete que para nosotros son centrales y que van a ser la propuesta que vamos a ofrecerle a la ciudadanía para que nos acompañe, pero también las propuestas que les vamos a plantear a nuestros adversarios una vez transcurridas las elecciones para negociar acuerdos que permitan contar con el concurso del partido.

Ya que estamos hablando de programa y de equipos técnicos que van a elaborar propuestas, le propongo ver las prioridades, los ejes, los asuntos en los que el PI va a poner toda la carne en el asador.

PM - Son siete temas organizados en tres objetivos.

Primero, recuperar el bienestar social perdido. Eso supone trabajar sobre la educación, que hoy es una catástrofe, sobre la integración social y sobre la seguridad. Esos tres temas van a permitir recuperar ese bienestar que Uruguay tuvo en un pasado y que hoy está en crisis.

Segundo, crear las condiciones para asegurar la continuidad de un proceso de crecimiento y desarrollo. Eso supone trabajar en otros tres temas: las políticas macroeconómicas, la competitividad y el empleo, la inserción internacional, porque este país para mantener un flujo de crecimiento necesita una inserción internacional exitosa; y la energía, que puede ser un freno de aquí a cierto tiempo si no logramos una transformación de la matriz energética.

Y el tercer gran objetivo, que corresponde al séptimo grupo, es la transformación de la gestión pública. Y aquí no me refiero al viejo y gastado tema de la reforma del Estado, sino a generar un cambio en la manera como se gestiona el Estado.

EC - ¿Cuál es el matiz?

PM - Pasar de un sistema en el que básicamente da lo mismo alcanzar logros o no, a un sistema de evaluación de resultados. Esto, que se opera permanentemente en la actividad privada, en la actividad pública no existe. ¿Cómo evalúa el sistema político los presupuestos y las rendiciones de cuentas? Por ejecución de gastos, no por resultados, no se analiza si tal ministerio iba a cumplir con tales o cuales metas y si lo logró o no lo logró. Se analiza si ejecutó más o si ejecutó menos, en un análisis rutinario. Hay que decir: usted se propuso obtener tal resultado, ¿lo obtuvo o no?; si lo obtuvo, hay premios, si no lo obtuvo, hay castigo. Es un cambio sustancial que queremos proponer e impulsar en la manera en que se gestiona la cosa pública.

EC - Usted ya avanzó algo en uno de los capítulos que mencionó como prioritarios, el de la gestión pública. Pero en general, sobre los otros, ¿ya tienen lineamientos esbozados?

PM - Ciertamente.

EC - Se ponen a trabajar los equipos técnicos, pero ¿de qué bases parten, por ejemplo en educación?

PM - Hay un par de documentos, uno genérico sobre el área social y otro genérico sobre el área de economía, que se van a tomar como base.

EC - Empecemos por el área social.

PM - En educación, en este país estamos viviendo un proceso de deterioro progresivo, particularmente de la enseñanza media, dramático. Primer asunto, el gobierno ha errado el criterio de por dónde atacar el problema educativo. Piensa que lo resuelve con una ley y poniendo más recursos, pero los recursos funcionan siempre y cuando sepamos para qué los usamos, si yo simplemente tiro más recursos arriba de la mesa no voy a lograr cambios.

Los cambios fundamentales tienen que ver con la gestión del sistema educativo y particularmente con darles a los centros educativos mucho más autonomía de gestión, generar las condiciones para crear comunidades educativas y descentralizar el funcionamiento de la educación.

EC - Plantean la descentralización tanto en primaria como en secundaria.

PM - Ciertamente, pero nos preocupa particularmente en secundaria, que es donde hoy tenemos una situación más grave. El otro día las autoridades de secundaria decían que iban a implementar un sistema de estímulo para que los mejores docentes pudieran elegir liceos de contexto crítico; hasta ahora el sistema es de selección negativa, el orden de elección de horas es por puntaje, por lo tanto los mejores profesores eligen primero y eligen los mejores liceos, y los profesores con menor puntaje, por lo tanto con menos experiencia o menos competencia, quedan en los liceos más jorobados. Les estamos dando a los chiquilines con más problemas profesores de menor calidad; es un sistema totalmente perverso.

Hace muchos años que planteamos estas cosas. Tenemos que afincar los docentes en los establecimientos educativos, yo no quiero docentes que corran de un liceo a otro y que tengan que elegir a qué liceo faltar cada semana porque no les dan los tiempos. Necesitamos profesores afincados, concentrados en un centro educativo, construyendo una comunidad educativa, generando las condiciones para personalizar el trato. Secundaria es anónima, es masiva, los chiquilines son un número, los adscriptos no los pueden conocer, son pocos adscritos para una enorme cantidad de chiquilines. Entonces los chiquilines se sienten ajenos, van quedando por el camino, van rebotando, van desertando. Hay que atacar estas cosas rápidamente, nuestros indicadores son tremendamente negativos.

Entonces: más recursos, pero tomemos en cuenta este diagnóstico, porque el gobierno de este país ha tomado como única referencia los reclamos de los gremios, ese es el criterio de asignación de recursos, la mejora de la remuneración. Y es correcto, es necesario, pero hay que exigir algo a cambio, hay que exigir que el docente no falte, tengo que crearle las condiciones para que ejerza mejor su tarea, y tengo que generar condiciones para construir comunidades educativas.

EC - Necesariamente en esta charla tenemos que ir por la vía de un pantallazo; saltemos de la educación a los otros dos componentes del capítulo social. Por ejemplo, ¿qué proponen en integración social?

PM - Es vital que la política de subsidios y de apoyos que este gobierno ha impulsado se complemente con contrapartidas. No se ha logrado implementar un buen sistema que plantee exigencias como contrapartida al beneficio o al subsidio que se entrega. Yo le doy la asignación familiar a una familia, pero los chiquilines tienen que ir a la escuela, al liceo, y tienen que permanecer, y el Estado tiene que controlar que eso sea así –cosa que no está haciendo–. Y si no permanece en el liceo tiene que tener la decisión de suspender el subsidio. Eso tampoco está definido hoy en el gobierno. Ustedes dirán que es cruel, pero no es cruel, al contrario, es la única manera de lograr que ese subsidio tenga un potencial integrador, que haya otras conductas, otras respuestas del beneficiario, que es lo que lo va a convertir en una persona que pueda reintegrarse a la sociedad. Si no, va a ser siempre un subsidiado, y eso se transforma en clientelismo electoral, porque esa persona va a depender del subsidio que le da el gobierno de turno.

Entonces hay que construir un sistema de reincorporación a la sociedad, y para eso tengo que obligarlo a hacer cosas que lo van a dignificar y lo van a transformar en un ciudadano otra vez activo e integrado. Ese es un punto central para nosotros.

EC - ¿Y en materia de seguridad?

PM - Hay que decir que la situación que tenemos no es un problema de este gobierno sino un problema que viene de hace 15 años, desde mediados de los noventa ha habido un deterioro progresivo de la seguridad, por lo tanto comparto algunos cuestionamientos de la oposición, pero blancos y colorados tuvieron a su cargo la seguridad de este país, y la seguridad viene bajando permanentemente. También creo que la ministra reacciona muy mal, debería dedicar más tiempo a resolver el problema y a definir una estrategia.

Tomo un solo referente: la distribución territorial de las seccionales de Montevideo es la misma que hace 30 o 40 años, y la distribución demográfica de Montevideo ha cambiado sustancialmente. Tomo como referencia mi caso: yo vivo en el territorio de la seccional 15ª, que está radicada en 8 de Octubre y Larravide y vivo cerca de avenida Italia y Gallinal; ese territorio era un gran vacío hace 30 años, Malvín Norte no existía como centro poblado, pero hoy está lleno de torres de complejos de vivienda, de cooperativas, y tenemos la misma distribución territorial. En cualquier cabeza obvia esto debería significar un rediseño, un redibujo de los límites de las seccionales. Por eso digo, una medida como el operativo de saturación, fenómeno, pero es una medida, hay que inscribir eso en una estrategia global. Yo no veo una estrategia global en materia de seguridad que ataque al mismo tiempo un montón de componentes para que el operativo de saturación sea una medida dentro de una decisión más global.

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EC - Hablamos de algunos lineamientos, de algunas ideas sobre lo que comienzan a elaborar ahora en el capítulo social. Pero hay otros temas en los que se van a elaborar propuestas, ya mencionó algo de gestión pública. Por ejemplo en energía, que es otro asunto muy candente, ¿por dónde vienen las principales inquietudes del PI?

PM - Tenemos que avanzar, el país hace mucho tiempo que detectó el problema energético. "Podemos llegar a tener el problema –decía un técnico, el ingeniero Álvaro Lamas, con quien hablamos hace unos días– de que haya inversiones disponibles y no tengamos la capacidad instalada para darles combustible a las máquinas". Es un problema que no está ya, pero que puede ocurrir dentro de pocos años.

Estamos participando en la convocatoria multipartidaria que ha hecho el Ministerio de Industria y Energía desde el año pasado para discutir el tema; está muy bien, pero vamos a ritmo de carreta y el mundo va rápido. Ese es el gran problema de este país, yo lo decía ayer en el discurso que me tocó decir: tenemos que cambiar este país que dice un jueves "esto lo resuelvo el lunes" y en diciembre "esto lo paso para marzo". El mundo funciona a otra velocidad.

EC - También es cierto que en el pasado se tomaron algunas decisiones que quizás debieron haberse analizado más o debieron haber estado más tiempo en consideración, por ejemplo la dependencia del gas natural de la República Argentina. Hay un equilibrio complicado entre el apuro y lo técnico.

PM - La moraleja es que las fuentes de energía tienen que estar radicadas en el territorio, hay que tener capacidad de tomar decisiones sin que alguien nos cierre el chorro. Por eso hay que tomar con cuidado esta cuestión de que quizás Uruguay pueda participar en un emprendimiento en el río Paraná, porque el río Paraná no está en la frontera con nosotros, por lo tanto mañana Argentina tiene un lío –que tiene permanentemente líos– y dice "necesito toda la energía" y te posterga. Las decisiones tienen que ser tomadas con respecto a fuentes de energía territoriales. Está claro que la energía hidráulica está en su tope, el ministro habla de una represa en el Arapey, pero son 30, 40, 50 megavatios, no nos va a resolver el problema. Hay que discutir y empezar a avanzar en el gran asunto, lo que nos puede resolver en el mediano plazo, que es la energía nuclear.

EC - Para ustedes esa es la opción que hay que recorrer.

PM - No la única, pero a esta altura lo que hemos discutido con los compañeros que integran el grupo es que hay que animarse a levantar la interdicción existente y empezar a trabajar, porque es lo que nos va a dar autonomía energética en el mediano plazo. Por otra parte construir una central nuclear, según dicen los técnicos, lleva bastante tiempo; yo tengo dudas de si es tanto el tiempo que lleva porque las otras energías alternativas suministran, pero poca cosa, igual que estas nuevas represas posibles. Nos resuelven problemas de dos años, tres años, cuatro años, pero Uruguay tiene que pensar en el largo plazo, si no, no hay proyecto de desarrollo, de crecimiento. Entonces hay que aceptar los datos de la realidad, que dicen que la energía nuclear ha avanzado mucho en seguridad, en garantías. Por algo Francia tiene varias centrales nucleares en su territorio, por algo los países desarrollados la han ido adoptando. No es la tecnología de Chernobyl, por cierto; estamos en otro momento, han pasado 20 años, se ha aprendido mucho y hoy se puede trabajar con tecnologías seguras.

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EC - A partir de todas estas definiciones, estamos en un buen momento para preguntarle cómo se va a posicionar el PI en la próxima campaña electoral. Por ejemplo, en alguna época se ubicaba como "la otra izquierda". ¿Esa es una autoidentificación posible? ¿El PI se ve a sí mismo en la izquierda?

PM - El término "izquierda" ha sido monopolizado por el Frente Amplio (FA) y uno siente que esa calificación está identificada.

EC - Se lo consulto a partir de lo que son los orígenes del PI, que viene de una escisión del Nuevo Espacio.

PM - Es verdad. Pero el PI es un poco diferente en el sentido de que si bien Iván Posada, quien habla, Heber Gatto y varios más venimos de aquella historia, muchos otros que se han integrado en estos tiempos provienen de otras historias y reclaman ser tenidos en cuenta y no generar esa única historia.

Somos socialdemócratas, yo prefiero llamarlo así, un partido que quiere conjugar las exigencias de la prosperidad y del crecimiento económico con las reglas de juego del mercado, pero que al mismo tiempo tiene una preocupación por elevar el piso social, generar procesos de integración, generar procesos de justicia social.

¿Cómo integrar esas dos cosas? En el mundo los socialdemócratas han sido los más eficaces en la búsqueda de esos resultados. Chile es una referencia, el Partido Socialdemócrata Brasileño; hace un tiempo fuimos con Iván Posada a visitar al gobernador del estado de Minas Gerais, Aécio Neves, que es el nieto de Tancredo Neves, y hay sintonía, han impulsado un proyecto en lo que tiene que ver con el cambio en la mecánica de funcionamiento del Estado. Seguro que derecha no, centro, centroizquierda, por ahí se para el PI.

EC - ¿Se propone ser un partido bisagra?

PM - El término en sí puede ser una forma de explicarlo. Somos un partido que tiene sus propias ideas, sabemos que estamos en un lugar muy estratégico del sistema político, estamos parados en el medio de dos mitades, y creemos que Uruguay necesita quebrar la lógica de las dos mitades.

EC - Pero ¿está efectivamente en el medio de las dos mitades? ¿Qué dice la experiencia de este período de gobierno?

PM - Hemos tenido posturas muy críticas, somos oposición.

EC - Tengo la sensación de que si hacemos un balance, dos columnas, el PI ha aparecido más alineado con el Partido Colorado y el Partido Nacional que con el FA.

PM - Es probable, eso se debe seguramente a que el FA ha actuado de una manera muy unilateral durante todo este período de gobierno, no ha conversado, consultado, negociado con la oposición (ni con la oposición de los partidos tradicionales ni con la oposición del PI).

La culpa es la mayoría absoluta, el FA tiene mayoría propia, no necesita sumar con nadie más, y eso lo ha llevado a un reflejo medio omnipotente, medio insuficiente. A su vez tiene problemas internos, lograr acuerdos internos le cuesta una barbaridad, y después que logra ese equilibrio tan difícil, salir a negociar con los otros le complica mucho.

EC - Pero este antecedente, el hecho de que en este período ustedes hayan estado más alineados con blancos y colorados que con el oficialismo, ¿cómo pesa en la próxima campaña electoral? Pienso en un votante que se plantee este dilema: me gusta el PI, lo votaría, pero como se maneja igual que los otros partidos de la oposición, voto a los blancos que tienen más posibilidades.

PM - Hemos coincidido en muchas críticas con el resto de la oposición, en parte porque somos parte de la oposición, pero también hemos reconocido cosas positivas de este gobierno, como por ejemplo su política en materia de derechos humanos. En ese sentido tenemos una diferencia muy fuerte con los gobiernos anteriores, hemos reivindicado que este gobierno se paró bien, analizó la Ley de Caducidad, no se la rifó, la aplicó con los límites que el texto legal establece y en función de ello avanzó en cosas significativas. Ese es un punto de contacto.

En materia de políticas sociales, ahora que el gobierno ha ido hacia las asignaciones familiares decimos que vienen al pie, nosotros lo habíamos planteado, incluso habíamos presentado un proyecto de ley. Esto se parece mucho a ese proyecto de ley, esas cosas las vamos a acompañar. Pero no estamos ni más cerca ni más lejos del Frente que de los partidos tradicionales, estamos parados en nuestro propio espacio, un espacio que va a crecer y que debe quebrar la lógica de la división en dos mitades que asfixia a Uruguay.

EC - Pero esa lógica va a estar visible y firme en esta campaña, porque en la próxima elección el gran tema será si el FA se mantiene o no en el gobierno, y para eso será clave la primera vuelta; si el FA repite o no la performance del año 2004, cuando en la primera superó el 50% y liquidó la posibilidad del balotaje. Ese escenario, con esa obsesión que va a estar rondando todas las cabezas políticas, si el Frente se mantiene o no, si logra el 50% o no en la primera vuelta, ¿favorece al PI o lo perjudica? Da la impresión de que lo perjudica.

PM - Es difícil que se instale la misma lógica que se instaló en 2004 y que nos perjudicó mucho, esa sensación de que el FA podía ganar en primera vuelta. Yo tengo la convicción de que en esta oportunidad va a estar muy claro durante toda la campaña que va a haber segunda vuelta. De hecho hoy las encuestas marcan al Frente bastante por debajo del 50%, la última de Factum lo acerca un poco más al entorno del 45%, pero otras están más cercanas al eje del 40%, está entre 8 y 9 puntos por debajo. El Frente está enfrentando un problema nuevo, que no sabe resolver, que es cómo elige su candidato. No tiene un candidato que congregue la unanimidad, como sí tuvo en las oportunidades anteriores. Ese es un déficit importante que el FA va a tener, que va a generar desazón en mucha gente. Y otra gente ya está decepcionada, gente que votó para probar y está de vuelta. Esa gente que votó para probar y está de vuelta, que no necesariamente se siente atraída por volver a votar a partidos tradicionales, puede estar pensando en una opción como la nuestra, que es diferente, y nosotros buscaríamos alianzas mucho más amplias.

Desde 2000 a la fecha, Uruguay ha vivido en una dinámica del 50 y poco contra el 40 y pico largo. Primero, blancos y colorados 55% contra el 45% del otro lado, y ahora el 52 contra el 48% de la oposición. Eso tiene que terminar, porque con esa lógica no hay país que avance. Mañana el Frente pierde la mayoría, como seguramente la va a perder, entonces si hay una mayoría, aunque sea mínima, del otro lado, se van a tirar abajo todas las normas que aprobó el Frente, pero el Frente va a empezar a pelear por volver a instalarlas. Tenemos que buscar un gran acuerdo, que sea capaz de superar esas circunstancias dramáticas de 50 y 50, o 48 y 52, si no, no avanzamos.

Tenemos que construir los consensos y para eso están estos trabajos que estamos elaborando ahora. El sentido es estratégico, vamos a tener un conjunto de propuestas en estos temas que van a ser lo que le vamos a plantear a la ciudadanía, pero también lo que les vamos a plantear a nuestros adversarios después de las elecciones, cuando haya que conformar mayorías en el Parlamento. Vamos a decir: el voto del PI está, pero si acordamos estas cosas. Queremos garantizar que estas cosas, estas que hemos repasado muy rápidamente y seguramente muchas más que iremos acordando, integren la agenda de 2010 de Uruguay.

EC - Hay varias preguntas de los oyentes, pero elijo una para terminar, que apunta al posicionamiento en un eventual balotaje.

Fernando, de Treinta y Tres: "¿Dónde está más cerca el PI en un balotaje entre el FA y el PN?".

PM - Es una buena pregunta. Yo diría que del que esté más cerca de estas propuestas que vamos a poner arriba de la mesa. Vamos a decir "esto es lo que queremos hacer con el país en el futuro" y los candidatos finalistas, que seguramente serán un frenteamplista y un blanco –salvo que haya una gran transformación, una catástrofe, un cambio muy radical–, tendrán que decirnos si están dispuestos a firmar un compromiso con esos temas. Por eso es tan importante lo que hicimos ayer, es el punto de partida de lo que van a ser nuestros contenidos. Y el que firme va a tener el apoyo del PI.