(Emitido a las 7:44)

JOSÉ IRAZÁBAL:
El presidente de la República, Tabaré Vázquez, mantuvo el lunes una larga serie de reuniones al más alto nivel en Israel. Entre otros, el mandatario estuvo con el presidente israelí, Shimon Peres, con la canciller, Tzipi Livni, y con el primer ministro, Ehud Olmert.

Este lunes, en diálogo con Ana Jerozolimski, nuestra corresponsal allí en Medio Oriente, repasábamos los acuerdos que se alcanzaron en estas instancias. Pero fue promediando la jornada cuando se produjeron las mayores emociones para el presidente Vázquez.

La colonia de uruguayos recibió al presidente en un encuentro muy distendido en el que Vázquez se mostró muy emocionado:

(Audio de Vázquez)

"Queridos hermanos y hermanas uruguayas de nuestra patria peregrina, queridas hermanas y hermanos del pueblo israelí, como decimos siempre, lo primero es lo primero, y en este caso lo primero es agradecer todas las muestras de afecto, de cariño, con que nos han recibido. No saben cuánto lo agradecemos y qué falta nos hace para ayudarnos a trabajar desde la función que el pueblo uruguayo nos ha dado, para mejorar la calidad de vida de todos los uruguayos en nuestro país y se encuentren donde se encuentren. Realmente, por todo esto, muchísimas gracias. De corazón, muchas gracias".

(Fin)

Les proponemos volver a Israel para averiguar qué pasó en este encuentro, pero también para conocer qué deja esta visita a Medio Oriente, que estará culminando este martes para continuar su gira luego por Suiza y Corea del Sur.

***

Estamos en diálogo con Ana Jerozolimski, nuestra corresponsal allí en Medio Oriente. ¿Hay un cambio en la agenda del presidente?

ANA JEROZOLIMSKI
Así es, pero sólo del presidente y sus asesores, no de toda la delegación. En lugar de partir de Israel mañana a las cinco de la mañana, Vázquez parte hoy a las cinco y media de la tarde. Tiene que ir a un encuentro en Paris y de allí, mañana, partir hacia Ginebra a un congreso de oncología. Y luego, a la visita oficial a Corea del Sur.

En resumen, el presidente se va antes de lo planeado, pero el resto de la delegación permanece aquí, continuando con las diferentes citas pactadas.

JI – ¿Qué hora es ahora en Israel?

AJ – Dos menos cuarto de la tarde.

JI – ¿El presidente Vázquez ya ha cumplido alguna actividad en el día de hoy?

AJ – Así es. En este momentos estará almorzando con el presidente del Instituto Weizmann y empezó la jornada con una recorrida por la ciudad vieja de Jerusalén, a la que el presidente finalmente no fue, pero los ministros y el resto de la delegación, sí.

Vázquez salió del hotel King David, de Jerusalén, directo a la primera cita que mantuvo en el instituto científico Weizmann, un instituto muy destacado a nivel internacional. Y allí, tal cual explicaba el director, que recibió con mucha calidez al presidente de la República, se trata de buscar respuestas a las preguntas que uno puede plantearse sobre cómo funciona la naturaleza, se estudia una variada gama de disciplinas, incluyendo la investigación, a la que el propio presidente de la República asistió cuando era un estudiante de postgrado en oncología (en el año 82).

Este fue un encuentro donde se combinó lo oficial, con lo científico y lo emotivo, porque por ese trasfondo de sus seis meses pasados acá, el presidente pidió que la visita de Estado incluyera una visita a este instituto. Allí Vázquez se reencontró con la familia de quien fuera –como dijo en más de una oportunidad– no sólo su profesor de biología oncológica, sino si profesor de la vida, Nathan Trainin, un hombre originario de Argentina, una persona muy sencilla y grande al mismo tiempo.

Y comentaba gente de la delegación que Vázquez se encontró con un abrazo muy efusivo de la viuda de Trainin, que lo había recibido en su casa cuando era un joven médico. La mujer comentó: "recuerdo que mi esposo hablaba de él como un médico del alma".

En ese encuentro, además, el presidente de la República lanzó abiertamente una invitación al Instituto Weizmann a instalar una representación en Uruguay, algo similar a la filial del instituto Pasteur de Paris. Y a esto el presidente del Instituto Weizmann dijo: "Señor presidente, yo no puedo ahora dar una respuesta al respecto. Sólo le digo que, cuando se fundó años atrás el Instituto Weizmann, su presidente era el presidente de Israel (a nombre de él está: Haim Weizmann). Así que si va a haber un Instituto Weizmann en Uruguay, su director tendrá que ser el presidente de Uruguay".

JI – Hoy se esperan rondas de negocios y presentaciones también de los ministros que viajan en la delegación en distintos ámbitos.

AJ – Así es. De tarde, la agenda se diversifica en un hotel de Tel Aviv, donde de hecho hubo esta mañana contactos entre empresarios, e incluso el presidente me comentó que hoy se tenía que firmar un acuerdo de inversiones en el sector privado.

Además, también en la tarde habrá una presentación en la Cámara de Comercio Israel-América Latina, llamada "Presentación Uruguay", a cargo del ministro Danilo Astori, que será uno de los corolarios importantes de la visita en el ámbito económico-financiero.

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ernesto Agazzi, visitará el Instituto Vulcani, un lugar muy destacado de investigación científica en el campo agrícola. Y la ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, acompañada por el director general, Daniel Olesker y el presidente irán al Hospital infantil Schneider, en la ciudad de Petah-Tikva, donde también se trata la oncología infantil.

JI – ¿Cómo te llevas con el fútbol?

AJ – Toda la vida fui de Nacional, no sólo por lo divino que me parece Sebastián "loco" Abreu... pero si hubiera sido de Peñarol, quizá me cambiaba de equipo después de hablar con él.

La de ayer fue una anécdota divina con Abreu en la cena de Estado (una cena festiva, de esas para las cuales te mandan un sobre todo pomposo como invitación) que el presidente de Israel, Shimon Peres, ofrecía al presidente de la República y toda la comitiva. Entre la fila de invitados que se acostumbra (como si fueran las damas a presentarse en sociedad), iban pasando uno por uno y alguien del protocolo de la Cancillería los presentaba con su nombre y cargo, a viva voz y los dos presidentes saludaban. ¡Y tendrían que haber visto la cara del presidente cuando vio a Abreu en esa fila! Tendríamos que hacer televisión para poder trasmitirla adecuadamente.

Abreu tuvo la linda ocurrencia de venir con dos bolsitas en las que traía una camiseta de Nacional, para regalarle al presidente de Israel, y una camiseta de Beitar Jerusalén ("los aurinegros de Jerusalén"), para el presidente Vázquez. El portavoz de Peres y el asesor de prensa estaban chochos y dijeron "¡qué divina ocurrencia!".

Por supuesto que los dos presidentes pidieron sacarse una foto con Abreu, exponiendo la camiseta que habían recibido. Y alguien le dijo al presidente: "No será de Progreso presidente...", pero él estaba feliz del encuentro con Sebastián.

Además, luego de la cena, salimos juntos de la casa del presidente con otros compatriotas de la delegación y ¡había que ver las escenas! Por ejemplo, el policía que estaba a la entrada de la casa, pidiéndole un autógrafo para el hijo. Una de las encargadas de seguridad de ahí, que en general se muestra con rostro medio serio, me dijo: "yo no sé cómo un muchacho tan delicado puede jugar en Beitar, que tiene la hinchada pesada de Jerusalén".

Fue lindo el ambiente con Abreu ahí y él se sintió feliz de estar con tantos uruguayos.

(Audio Sebastián Abreu)

"Tuve el honor y el agrado de poder participar en esta visita. Con cualquier uruguayo que llegue, y más de este tipo, uno se pone feliz. Además, pensé que era acorde a la situación poder traerle la camiseta del equipo en el que jugaba en Uruguay al presidente de Israel, y obviamente al presidente de Uruguay brindarle la camiseta del equipo de acá, para que puedan tener un presente y en forma de agradecimiento por haberme invitado y hacerme participar de esta fiesta".

(Fin)

JI – Hoy, por ejemplo, el diario El País tiene una de sus fotos principales en tapa al presidente Shimon Peres con la camiseta de Nacional, a Sebastián Abreu en el medio, y al presidente uruguayo con la camiseta del equipo en el que juega Abreu allí en Israel.

AJ – Esa foto realmente contó con ese ambiente muy especial, diría que fue casi un símbolo de la calidez que envolvió todo el evento. Porque las cenas de Estado son parte imprescindible de la agenda; si un presidente es invitado, se le va a ofrecer una cena, pero no quiere decir que automáticamente se sienta el calor que se sentía ayer.

Y no sólo en los discursos, en los que uno pudo sentir que no fueron sólo palabras formales sino de calidad y amistad de fondo, y en diferentes detalles. Por ejemplo, trajeron un conjunto de músicos y uno de sus integrantes, Roni Irving, uruguayo que está acá hace 20 años, tocó una canción de ritmo de candombe de Ruben Rada. Al finalizar la cena, me comentó que el presidente, agradecido, le dijo: "me siento en el Barrio Sur".

Además trajeron a un cantante israelí sumamente conocido, David Broza, que es de los que canta la traducción al español de "La mujer que yo quiero", de Joan Manuel Serrat. Pero que también tuvo la delicadeza de cantar una canción que escribió en conjunto con Jorge Drexler, o sea que había muchos simbolismos lindos y se sentía el calor del ambiente.

(Foto: AFP)