Entrevistas

Lacalle: "La campaña electoral se va a encarar" sin pretender "derrotar"

Lacalle: "La campaña electoral se va a encarar" sin pretender "derrotar"

El precandidato nacionalista Luis Alberto Lacalle afirmó En Perspectiva que en la campaña electoral debe primar "un tono de legítima competencia, no pretendiendo derrotar". "Si uno destruye, golpea, maltrata al compañero y luego le tiene que tender la mano para que lo acompañe, no tiene sentido", argumentó. El líder de Unidad Nacional indicó que su nuevo sector procura marcar más distancia con el Frente Amplio que Alianza Nacional, del senador Jorge Larrañaga. Por otra parte, afirmó que uno de los déficit más grandes de este gobierno es que "no ha cuidado la vivienda" y señaló que la pobreza es un tema "mucho más complejo de lo que lo ha visto este gobierno".

EMILIANO COTELO:
El 12 de abril el Herrerismo resolvió formalmente volver a presentar al Luis Alberto Lacalle como su precandidato. Desde ese momento la interna nacionalista cambio mucho.

En estos seis meses el ex presidente creó un nuevo movimiento -Unidad Nacional-, al que se han ido incorporando dirigentes blancos y también de otros partidos.

Esta estrategia parece que al menos por ahora le está dando resultado, porque las encuestas lo muestran en un empate o incluso por encima del senador Jorge Larrañaga.

Este fin de semana la Convención del Partido Nacional aceptó la renuncia de Larrañaga al cargo de presidente del Directorio. Entonces, ¿cómo cambia la campaña ahora que quedan oficialmente en carrera los tres precandidatos blancos? ¿Cuáles son los argumentos de Lacalle? ¿Cómo viene ese enfrentamiento paralelo que está teniendo con el colorado Pedro Bordaberry?

De estos y otros temas es que vamos a conversar con el doctor Luis Alberto Lacalle en los próximos minutos.


***


EC – En la Convención del sábado en el Club Trouville los tres precandidatos presidenciales del Partido Nacional: usted (Luis Alberto Lacalle), Jorge Larrañaga y Carmelo Vidalín, se mostraron muy cordiales, muy afectuosos entre sí. La nota dominante de la Convención fueron las apelaciones a la armonía, a la unidad entre todos los sectores blancos. En especial se recordó lo mal que le había ido al Partido en otras elecciones internas cuando el debate interno se pasó de rosca. Entonces en ese marco, ¿cómo harán campaña rumbo a la votación del 28 de junio?

LUIS ALBERTO LACALLE:
Yo creo que antes que nada es cierto lo que usted dice, para mí el nivel partidario de discusión, de competencia, varió para siempre, espero, y para mejor, el día que mi me tocó, habiendo perdido dos por uno con Jorge Larrañaga, ir a saludarlo la misma noche en que él había triunfado, fijando un mínimo de comportamiento partidario que creo que caló hondo no sólo en los dirigentes, sino en el votante, en el compañero, que no les gustan las luchas ni las descalificaciones, ni las peleas; le gusta y participa en una competencia, que es otra cosa. Así que yo creo que no va a haber variables en este aspecto.

EC – ¿Pero cómo va a convencer usted a los blancos de que usted es mejor que Larrañaga o Vidalín?

LAL – Si usted me deja redondear un poquito, porque estoy haciendo el introito. Creo que de esa manera se va a encarar en un tono de legítima competencia, no pretendiendo derrotar, porque eso es una victoria pírrica. Si uno derrota, destruye, golpea, maltrata al compañero y luego le tiene que tender la mano para que lo acompañe, no tiene sentido.

Entonces, yo creo que primero ese va a ser el clima, por suerte, porque, repito, no somos solamente los tres, son los estados mayores, los dirigentes y aún la gente la que pide eso y en alto grado los que están viniendo de afuera que quieren ver una cierta lógica de unidad más allá de la sana competencia.

¿Cómo se va a desarrollar esta campaña electoral? Como hasta ahora. El hecho de que el doctor Larrañaga haya renunciado no es una novedad demasiado grande desde el momento que él estaba haciendo también paralelamente su acción.

Quiero recordarle a usted y a los oyentes que no hay ninguna norma que obligue a renunciar. Esto es una tradición que se inició en el año 1922 por el doctor Luis Alberto de Herrera, a quien le echaban en cara sus rivales partidarios de que la Presidencia del Directorio le podía resultar una ventaja. Eran otros tiempos, pero se ha mantenido.

Y creo que ahora, estando todos parejos, no va a variar demasiado. Las apelaciones de uno y otro son bastante distintas. Y creo que esto va a terminar en que el 27 de junio –creo que es el día que nos toca el último domingo- allí estaremos de nuevo todos juntos sabiendo quien es el ganador.

EC – ¿Pero cómo se hace campaña, en qué se diferencia su propuesta de la de Larrañaga? Concretamente yendo a ese punto.

LAL – Yo creo que las propuestas no están prontas todavía, si usted se refiere a las programáticas, porque las nuestras están siendo elaboradas. Yo estimo que el borrador grueso, el que va a requerir mucho trabajo, va a estar pronto en este mes de octubre. Pero podemos marcar, por ejemplo, aunque algunos dicen que no es válido, la experiencia gubernativa, que es lo que mucha gente parece estar buscando. Es más, alguna de las lecturas que nos hacen expertos que tenemos en materia de estadísticas, porque las estadísticas hay que saber leerlas -qué hay detrás-, señalan un paralelismo; es más, hasta diría unas líneas convergentes entre el avance del Partido Nacional y el avance de nuestra candidatura, porque incorporamos votantes de fuera del partido y por eso el partido crece. Y cuando se le pregunta a esa gente es por la experiencia gubernativa que mucha gente la pone como un plus.

EC – Pero usted ya esgrimió la experiencia de gobierno en campañas anteriores, por ejemplo en la última, y no alcanzó. Por lo visto en aquel momento ese argumento no fue suficientemente convincente y los blancos apostaron a la renovación con la candidatura de Larrañaga. ¿Por qué ahora sí cuajaría ese tipo de valores que están detrás de su candidatura?

LAL – Si yo siguiera su razonamiento, entonces tendría que suprimir este argumento e inventar otro. Como soy una persona bastante constante y soy bastante franca, sigo diciendo lo mismo y los resultados por ahora son distintos, entonces no me estoy equivocando tanto.

Creo que además tenemos un muy buen equipo, que tiene no solamente figuras probadas en el gobierno, que va a ser 15 años que terminó, sino una fortísima presencia de técnicos nuevos trabajando en el Oribe y en el Instituto Aportes y lo que se ha convertido en, para mí, un acertado movimiento político de crear Unidad Nacional, que es como abrir más anchas las puertas. Y la prueba está que Correntada Wilsonista y algunos otros movimientos en estos próximos días van a acercarse. Mañana, Ana Lía Piñeyrúa, es una personalidad muy respetada, es la mujer que ha ocupado cargos más importantes en la historia del Partido Nacional, una especialista nada menos que en relaciones laborales, es una incorporación muy importante.

Entonces estamos sumando en calidad, en cuanto a lo técnico, en la experiencia, y también parecería ser que en cantidad. Por tanto, creo que vamos llevando un camino que parece ser el preferido.

EC – En algún momento, y dentro del propio Partido Nacional incluso, a usted se lo encasillaba como más liberal que Larrañaga; algunos hasta decían neoliberal.

LAL – Neo es peor. La gente no sabe, a veces, qué quieren decir las palabras cuando las usa. Neo quiere decir nuevo.

Yo soy liberal en lo político, por supuesto. Cada vez más creo en la libertad y una libertad que va más allá de poder expresarnos acá, de votar, de sacar una lista; una libertad en lo económico, de eliminar los monopolios, de que el consumidor sea quien disponga. En materia de seguros de automóviles –no lo voy a repetir-, pero gracias a que la libertad se impuso usted y yo podemos elegir el asegurador y no somos súbditos del Banco de Seguros, sino que somos consumidores, que es distinto de ser súbditos.

Los chicos que pueden elegir entre teléfonos móviles. Cuando escuchan que desde Sutel (el sindicato de Antel) se propone el monopolio, supongo que se tirarán de los pelos, porque hoy entre uno y otro y otro (vamos a no pasar avisos, no sé si alguno es avisador) le ofrece más por día, menos por noche: todo eso hace que se demuestre que la libertad es algo más que meramente votar y hablar.

Pero al mismo tiempo una solidaridad muy fuerte de base cristiana, judeo-cristiana, como es nuestra civilización –y hoy es el año nuevo judío, vamos a desearles a todos un feliz año-; una solidaridad puesta en práctica. Nosotros creemos que se puede mejorar la prestación social.

Entonces, liberal, solidarista, yo le diría (que) nosotros somos orientales e integrantes del Partido Nacional y no admitimos otra etiqueta.

EC – Pero ha habido, además, una evolución en su pensamiento, en sus propuestas. Antes, a usted se lo encasillaba más fácilmente como liberal o neoliberal, ahora, sobre todo a partir del acuerdo entre el Herrerismo y el senador Francisco Gallinal, se han incorporado una serie de ideas de cúneo Wilsonista. Entonces, ¿dónde queda hoy la frontera entre Unidad Nacional y Alianza Nacional si lo miramos desde el punto de vista ideológico?

LAL – Yo creo que desde el punto de vista de ideas -a mí las ideologías no me gustan, me gustan las ideas- compartimos las ideas. Yo creo que es más el cómo llevarlas a cabo, sin perjuicio de que nosotros tenemos quizás una mayor sospecha del Estado interviniendo demasiado, que nosotros tenemos una visión más distante de lo que es el Frente Amplio. Nosotros procuramos, con todo respeto como es costumbre en nosotros -que no se nos podrá señalar ninguna salida de tono jamás-, marcar una distancia mayor entre el Partido Nacional, versión nuestra, y el Frente Amplio, porque creemos que esa polarización va a permitir que el votante tenga alternativa, y alternativa viene de otro -"alter"- y tiene que ser una distinción lo más clara posible para elegir el voto.


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EC-  En esta misma línea de preguntas, tratando de situar las diferencias entre Unidad Nacional y Alianza Nacional o entre Luis Alberto Lacalle candidato y Jorge Larrañaga candidato, usted, por ejemplo, se posiciona como una opción más distante del gobierno del Frente Amplio que lo que significa Larrañaga. Eso es una definición. ¿Usted ve a Larrañaga más cerca de la izquierda?

LAL – Yo trato de no calificar a mis compañeros, que son mis compañeros y van a ser mis compañeros. Yo simplemente digo que nosotros hemos mantenido una tesitura en la que nos distinguimos más. Por ejemplo, la reforma del agua, un caso que nos separó al doctor Larrañaga y a mí notoriamente y, además, en una buena, como dicen los muchachos, es una demostración de que nosotros tenemos una posición de perfil más marcado, me parece, en materia de posicionamiento ante el Estado. Nosotros tenemos una posición mucho más fuertemente crítica a lo que es el Parlamento del Mercosur y una posición más franca en lo que es las competencias del Estado.

Me parece que están ahí, quizá son sutiles y quizá se reduzca esto a las personas. Por suerte el Partido Nacional no muestra abismo de separación, porque si no sería imposible luego juntarlo todo.

EC – En el mes de agosto, durante una entrevista aquí En Perspectiva, el senador Larrañaga decía que los blancos debían hacer una autocrítica por los errores cometidos durante los gobiernos anteriores encabezados por los partidos tradicionales y lo resumía así:

(audio Larrañaga)

"...aludo a errores de algunas políticas neoliberales que se siguieron desde el 84 hasta el 2004, algunas políticas vinculadas a un rol subsidiario del Estado y al no impulsar políticas públicas activas desde el Estado para proteger el empleo, el trabajo y la producción. Creo también que desde la misma forma como nosotros le adjudicamos al Frente Amplio un papel de confrontación durante todo el tiempo que fue oposición y también ahora que es gobierno, un rol dicotómico de blanco o negro, también nuestros partidos tradicionales fundacionales -y yo quiero referirme a mi partido- también contribuyó a excluir al Frente Amplio".

(fin del audio)

¿Qué responde usted sobre estos dos puntos de autocrítica que Larrañaga reclama y que aluden en especial a su gobierno?

LAL – Sí, directamente, faltan las iniciales (LALH) y le agradezco al doctor Larrañaga, porque esto me permite a mí, siendo él el que mueve primero en agosto, establecer... Yo lo que no entiendo del doctor Larrañaga es qué son políticas neoliberales, que él critica del gobierno del Partido Nacional. A mí no me gusta hablar del pasado, pero si él nos invita a hablar del pasado, hablemos.

El haber liberalizado la comercialización de ganado en pie, la comercialización de cueros, haber liberalizado el arrendamiento de campos, el haber abierto a la competencia el Banco de Seguros, haber liberalizado los puertos, que son las cosas que me acuerdo ahora repentinamente, tendría más, ¿se está de acuerdo o en contra? Parecería ser que en contra. Entonces, yo me planto cada vez más firmemente en lo que se hizo en esa materia, porque es bueno.

Luego se dice que no hubo políticas activas del Estado. Entonces, vamos a decir primero: Diprode, dirigido por Jorge Rodríguez Labruna, 21 millones de dólares que en el interior -porque solamente trabajaba en el interior- implicó la electrificación, la creación de cuencas lecheras nuevas, como la de Ansina, y caminería para la zona arrocera y lechera del sur.

El programa de inversión social, 92 obras que fueron completadas durante el período en un verdadero milagro de eficacia. 82 fueron para el interior.

El haber habilitado que la cuenca lechera tuviera libertad de arrendamientos. Me parece que fueron políticas activas.

La política de Mevir, hasta ahora nunca igualada, de hacer 5.000 en un año, cuando se habían hecho 5.000 en 22 años, también políticas concretas.

La política de vivienda, ya no sólo de Mevir, logró 53.000 hogares con techo. 53.000 lo repito, porque es toda la ciudad de Salto. Me parece que eso es un distintivo.

Yo podría seguir. Entonces, si esto es neoliberalismo y el doctor Larrañaga así lo reputa, estoy de acuerdo.

EC – El doctor Larrañaga también hablaba de haber excluido a la izquierda de la participación en organismos, por ejemplo los directorios de los entes autónomos.

LAL – No se excluyó. En primer lugar -al lunes siguiente de la elección no porque estábamos descansando-, al otro lunes yo comencé los contactos y tuve contacto con el general Seregni y con Hugo Batalla –jefes respectivamente de la izquierda en ese entonces-, quienes fueron convidados a participar y creo que muy razonablemente, porque seguían la tesis del Frente de estar lejos hasta que les tocara la totalidad del poder, como hicieron ahora, declinaron participar...

EC – Pero habían tenido participación en el directorio de los entes en el primer gobierno posterior a la dictadura, en el gobierno del doctor Sanguinetti.

LAL – Sanguinetti es una cosa, Lacalle es otra. Por suerte, creo que queda claro que cada uno tiene una actitud. ¿Yo entonces tendría que seguir lo que hizo el gobierno anterior? Me parece un conservadurismo que no me gusta.

EC – ¿Pero fue decisión suya o fue decisión del Frente Amplio?

LAL – Fue decisión mía hacer la coalición y establecer las participaciones, porque yo era encargado del Poder Ejecutivo. Yo eso no lo puedo relegar. Ahora, cuando fueron invitados dijeron que no y me parece que desde su punto de vista tenía cierta lógica, porque ellos estaban planeando ser la oposición más extrema, cosa que fueron durante 30 años.

Entonces, políticas más activas del Estado yo ya las señalé. El Estado en lo que tiene que avanzar que avance, en lo que tiene que retroceder que retroceda. Me parece que en eso, entonces, por propia boca del doctor Larrañaga, tenemos una distinción bien clara en la manera de pensar. Y terminó todo esto con el plebiscito del agua, en el cual el doctor Larrañaga votó avanzar sobre la estatización del agua y nosotros no. O sea que sin un objetivo, simplemente señalando las discrepancias o los matices que él, mirando hacia atrás, echó sobre nuestro gobierno, quizá sirvan para ilustrar el futuro.


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EC – Agreguemos un último punto en este tramo donde estamos explorando coindencias y diferencias entre Lacalle y Larrañaga. El senador Larrañaga anuncia que en caso de ser el próximo presidente de la república quiere encabezar un gobierno de coalición nacional, un gobierno en el que participen todos. Para eso incluso ya mantuvo reuniones con dirigentes de otros partidos, entre ellos nada menos que con José Mujica; esa fue la primera de las reuniones, la más sonada. ¿Comparte esa idea?

LAL – Antes que nada yo tengo un criterio distinto. Respetando mucho el de mi compañero y amigo Jorge Larrañaga, me parece que las entrevistas con los otros partidos se hacen a partir de ser presidente de la República. Sin perjuicio de que todos nos vemos con todos -yo he tenido entrevistas con Fernández Huidobro, con el Partido Independiente, con el presidente de la República-, darles un sentido de que ya se está organizando un gobierno me parece que tiene un grado de ansiedad, de saltearse nada menos que la interna y nada menos que la elección nacional.

Lo que tiene que saber el presidente electo -y lo sabe esa misma noche con una certeza casi total- es qué mayoría parlamentaria tiene o puede obtener. Esa es la clave para gobernar el Uruguay. Si tengo mayoría absoluta, como tiene este gobierno que tan mal la ha utilizado, ahí ya tengo las dos llaves: el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Si no las tengo, tengo que ver cómo está el resto de los resultados legislativos, ahí ya concretamente bancas. Entonces, yo digo "colorados tienen tanto, Partido Independiente tiene cuánto, Frente Amplio tiene cuánto, puedo sumar 50 diputados y 16 senadores, de qué manera", y ahí empieza la tarea en la cual uno ha estado toda la vida, que es el diálogo, la conversación, la negociación, y creo que eso hay que esperar a los resultados.

EC – Pero el doctor Larrañaga habla de un gobierno donde estén todos los partidos.

LAL – Yo no creo que la democracia funcione sobre la unanimidad, yo creo que no solamente es difícil –diría que casi imposible-, sino que hay que acostumbrarse a que las mayorías son las que gobiernan y las minorías son las que controlan y hacen lo suyo. Yo no buscaría un gobierno de unanimidad, porque tendría que estar en un nivel de común denominador tan tenue para abarcar a Mujica y abarcar a Unidad Nacional, para abarcar a Astori y abarcar a Mieres, que el lema de ese gobierno sería "más vale ser rico y sano que pobre y enfermo". Los gobiernos requieren perfil, carácter, definiciones. En materia de seguridad hay que tener una mano muy firme y delimitar muy claramente lo que el gobierno va a hacer. Estoy seguro que no todos van a estar ahí.

EC – Supongamos que usted gana y tiene mayoría absoluta en el Parlamento -que el Partido Nacional tiene mayoría absoluta en el Parlamento-. En ese caso, ¿usted incorpora a otros partidos a su gobierno o termina gobernando como está gobernando el Frente Amplio ahora, con sus propios votos?

LAL – Antes que nada, en los entes autónomos por supuesto que sí, porque es un derecho de la minoría. En este gobierno se ha negado fundamentalmente por responsabilidad del ex ministro Astori que fue el que presionó al presidente de la República para que en el Banco República hubiera cuatro del Frente y se ofreciera uno sólo como control, que es un control a medida, porque tienen que ser dos de acuerdo a la Carta Orgánica.

Entonces, por supuesto, participación en el contralor; un gobierno tiene que estar orgulloso de que lo controlen. También anunciamos que dentro de los 30 días pediremos que el Parlamento se expida sobre la Corte Electoral y sobre el Tribunal de Cuentas; esta situación anormal que se debe a que no se han encontrado los equilibrios tiene que solucionarse.

Ministerios teniendo mayoría absoluta pueden ser ofrecidos a personas que por su calidad técnica, su capacidad, pueden ser de cualquier partido, pero en ese caso usted está con las manos mucho más libres, tiene una mayoría propia.

EC – A propósito de lo que decía: "Participación de la oposición en los directorios de los entes autónomos, por supuesto, porque es el derecho de las minorías a ejercer el contralor". Desde la audiencia, Sebastián, de Parque Posadas, recuerda que cuando usted fue electo presidente le puso como condición al Frente Amplio integrarse al gobierno en ministerios para poder tener cargos en los entes.

LAL – Mire, si me aprietan le voy a decir que no me acuerdo, pero yo lo que traté de hacer es un gobierno en el que tuviera mayorías. Es el tinte parlamentario que tienen en Europa los gobiernos, fundamentalmente Italia, que es tan dinámica en esto. En Inglaterra se le encarga a una persona que forme un gabinete y tiene que tener un resultado matemático; si da 50 en diputados y 16 en senadores, usted tiene un gobierno. Nosotros lo hicimos con el Partido Colorado, con el que teníamos muchos puntos en común, pero también eran la oposición.

Me parece que lo que se hizo fue total y absolutamente legítimo. No veo más que en esto una opinión diferente, pero yo no lo acepto como crítica porque me parece que actuamos correctamente.

EC – Pero el planteo del oyente es si el Frente no tenía derecho a estar en el directorio de los entes justamente como minoría, para ejercer el contralor.

LAL – El Frente tiene derecho de la misma manera que tiene derecho el Partido Colorado. Nosotros lo hicimos de esa manera. El doctor Sanguinetti antes lo hizo de otra y luego volvió a repetir nuestro modelo.

EC – ¿Pero en el caso de un gobierno suyo también sería esa la condición para estar en los entes? ¿Hay que estar en el gabinete?

LAL – No, señor. Yo no he dicho eso ni lo diré nunca. Digo que lo que no vamos a hacer es lo que ha hecho el Frente ahora, que es excluirnos indebidamente de los entes autónomos. Yo quiero tener un gobierno que esté controlado para poder exhibir la legalidad completa y no incompleta como está ahora.

 

***


EC – A propósito de estos temas que hemos venido conversando, a propósito de matices, diferencias, que pueden notarse entre usted y Larrañaga, me queda ahora la siguiente duda: ¿va a haber debate entre los precandidatos del Partido Nacional?

LAL – Desde que empezaron estas internas nosotros siempre hemos resuelto no tener debates, porque nos parece que no es necesario. Más bien que haya programas de televisión y que la gente compare uno y después compare con lo que dijo el otro...

EC – ¿Por qué no dan este paso los partidos uruguayos? En Estados Unidos, por ejemplo, no sólo hay debates cuando llega la elección nacional, hay varios debates entre los precandidatos de cada partido, ¿no?

LAL – ¿Y por qué tenemos que hacer nosotros lo que hacen en Estados Unidos? Me resulta peculiar el hecho de que usted me sugiera que hay que hacer lo mismo. Yo creo que acá nosotros, sobre todo el Partido Nacional, tenemos que preservar la unidad y en un debate puede surgir una controversia que nosotros no queremos. Yo no tengo problema en debatir con el que sea, pero preferiría preservar lo que es del fuero interno en una preferencia y no en una discusión que puede dificultar el paso siguiente.

EC – Se lo consulto a usted pero está claro que es una actitud que han adoptado todos los partidos uruguayos, no es sólo el caso del Partido Nacional, ¿no?

LAL – Sí, parecería que sí. Lo que nosotros insistimos es en el debate a posteriori, que cuando nos tocó lo hicimos y en ese sentido hay que reivindicarlo, ahí sí.


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EC – Mañana largará su campaña el grupo Concordia Nacional, que encabezará el ex ministro de Economía Ignacio De Posadas. Una corriente que es presentada como la tercera pata de Unidad Nacional...

LAL – Lo de "pata" me parece siempre tan rústico... El tercer apoyo, lo de la pata me parece un poquito... no es un banco esto que necesite tres patas para estar quieto.

EC – Bueno, aquí aparece Concordia Nacional junto al Herrerismo y la Correntada Wilsonista. Ahora, ¿De Posadas no es un hombre del Herrerismo?

LAL – Antes que nada quiero decir que ahí hay una conducción tripartita. Ana Lía Piñeyrúa es una presencia muy importante en Concordia Nacional y Gonzalo Aguirre aporta una experiencia, una sabiduría política también grande. Así que creo que hay que considerar este movimiento como liderado por estos tres distinguidísimos correligionarios que han buscado esta ubicación y eso para mí es natural en un partido vivo, en un partido dinámico, y creemos que van a apelar a un electorado muy especial.

EC – ¿A qué electorado? ¿A qué tipo de votantes apunta esta corriente?

LAL – Ésta, son gente de una generación más cercana a lo que fue la vida de Wilson. Empezaron todos muy jóvenes con Wilson Ferreira. Ignacio luego plebiscitó con nosotros y fue el gran ministro que todos sabemos que fue. Ana Lía Piñeyrúa tiene una trayectoria en lo laboral realmente espectacular y Gonzalo Aguirre es un hombre de consulta, que yo siempre lo querría al lado.

Entonces me parece que van a ir a un electorado que busca eso: excelencia y aquí hay excelentes candidatos para el futuro.

EC – Pero, repito, eso implica que De Posadas sale del Herrerismo. ¿Cómo hay que entender esa jugada?

LAL – Por supuesto, si va a hacer otra pata –dijera usted-, otro punto de apoyo, otra vertiente, otro cauce, otra puerta, es porque esta vez comparece en la interna apelando desde fuera del Herrerismo junto con esos compañeros.

EC – Y el apoyo de De Posadas a su candidatura ¿es compatible con estos acuerdos que usted y Gallinal alcanzaron? Acuerdos programáticos que incluyen, por ejempo, la convocatoria de los Consejos de Salarios que habían sido desactivados durante su administración.

LAL – Creo que sí, porque en primer lugar creo que todos podemos cambiar, ¿no es cierto? Salvo que estemos en la política feudal conservadora de que nadie puede cambiar y evolucionar.

En segundo lugar nosotros creemos que los Consejos de Salarios, y hasta diría que el propio ministro Bonomi lo ha reconocido, tienen que ser aggiornados, pertenecen a otro mundo. 1949 no es que esté a 60 años de distancia, sino que está en otro mundo. Entonces, el propio ministro Bonomi ha dicho que la generalidad de los laudos a veces perjudica a las empresas chicas. Nosotros hemos dicho: Consejos de Salarios sí, pero adecuados. Hoy de mañana en Montevideo y en todo el país van a trabajar 32.000 personas a distancia, para afuera del Uruguay, y van a ganar 20.000 pesos promedio. Eso no era ni siquiera imaginable en 1949. Entonces, adecuándolos son un instrumento válido, pero adecuándolos y no con posiciones del año 1940 y 50.

EC – ¿El doctor De Posadas comparte ese aggionarmiento de los Consejos de Salarios? Porque se lo ha visto contrario a ese instrumento.

LAL – Él hace una crítica muy fundada y cuando estemos ya entrando en la parte de la redacción vamos a tomar en cuenta todas las opiniones.

EC – A propósito de De Posadas, en agosto Larrañaga anunció que en caso de ser presidente maneja dos nombres para el Ministerio de Economía y Finanzas: uno un técnico, Javier De Haedo, otro un político, Sergio Abreu. ¿Usted ya tiene nombre para el jefe de su equipo económico? ¿Podría ser el propio De Posadas?

LAL – Mire, yo me voy a permitir una vez más ser prudente, porque tiene como un puntillo de "yo voy a ganar de todas maneras" el anunciar nombres. Me parece que en primer lugar los nombres tienen que ser muy respetados y cuando se mencionen tienen que tener no solamente la quiescencia de la persona, sino la posibilidad de ser.

Por ahora yo me limito a decir: tenemos la interna por delante; modesta y humildemente quiero primero ganar esa preferencia en la interna y luego hablar de nombres.


***

 

EC – Si bien esta etapa es la campaña rumbo a las elecciones internas, usted no parece estar compitiendo solamente con Larrañaga y con Vidalín. Primero por algunos anuncios que usted mismo ha hecho en cuanto a que Unidad Nacional se propone ir más allá del propio Partido Nacional y convocar también a ciudadanos de otras colectividades, en particular colorados.

LAL – No, en particular colorados no. A todos incluso a los independientes, porque yo no tengo un concepto feudal de siervos de la "gleba", de que la gente está atada por una cadena a un partido. Me parece que eso es un conservadurismo feudal. "Los votos", "son mis votos", "dejo en libertad": son expresiones que a mí me rechinan. Cómo voy a dejar en libertad a nadie, la gente vota a quien quiere.

EC – Pero algunas de sus gestiones y actitudes, tienen muy enojado, por ejemplo, al doctor Pedro Bordaberry que hace pocos días lo acusó de estar mendigando votos batllistas y colorados: "Se acabó, le vamos a salir al medio, le vamos a recordar que este país que usted quiere no es el mismo que queremos nosotros. Se terminó el recreo, doctor Lacalle, le vamos a recordar que usted no cree en el país que nosotros queremos". Después criticó, por ejemplo, que usted en su momento haya propuesto la eliminación del Ministerio de Industria: "La verdad que es coherente, porque el doctor Lacalle no quiere industria, ni quiere al agro, no quiere a la lechería; lo que cree es en la venta de sociedades anónimas y nosotros creemos en la producción y creemos en la gente de trabajo, etcétera".

(Folleto difundido por el sector Vamos Uruguay en la Expo Prado 2008) 

LAL – Qué pena, ¿no? Qué pena perder de esa manera los puntos de referencia, la calma. Quizá eso demuestra que todavía falta mucho para poder conducir un sector.

Yo no voy a entrar en discusión con el doctor Pedro Bordaberry. Él sabe como soy yo, por algo integró nuestro gobierno. Fue director de la propiedad industrial, designado por Jorge Pacheco Areco, y cumplió una gran labor allí.

Me parece que está pasando por un momento malo, de exaltación, de pérdida de serenidad, que lo lleva a decir cosas que no son ciertas, pero yo no estoy en ésta. Me parece que cuando Bordaberry tenga que votarme, quizá en el balotaje, se le va a hacer mucho más difícil y él está dificultando su propia vida política.

EC – ¿Pero usted y Bordaberry están apuntando por lo menos a una parte del electorado en común?

LAL – Yo apunto al electorado, yo no clasifico como "ganado" a la gente. Yo apelo a todos, me siguen los que quieren. Ahora, eso de que estamos mendigando votos yo creo que si él lo piensa, no lo vuelve a decir porque es una persona bien educada.

EC – Con qué candidato del Frente Amplio prefiere dirimir usted una elección. ¿Con Astori o con Mujica?

LAL – Sería una falta de respeto de mi parte introducirme en lo que es un proceso de elección de los compatriotas del Frente Amplio. Me parecería una falta de respeto que yo indicara desde afuera "fulano" o "mengano". Lo que sí digo que sea cual sea, y parece que pueden ser uno de los dos, Mujica o Astori, van a tener que responder por todo el gobierno y van a tener que defender esta gestión y ya con eso van a tener una dificultad muy grande.

EC – Hace pocos días el empresario Juan Carlos López Mena, presidente de Buquebus, dijo que sus candidatos, que los hombres en los que él confiaba en la próxima elección, sus alternativas, sus opciones eran: Danilo Astori y Luis Alberto Lacalle. ¿Cómo recibió un comentario como este?

LAL – Toda vez que alguien lo acompaña, lo apoya, o le da un crédito para el futuro es bienvenido. Por algo lo dirá él. Tráigalo aquí y pídale que explique por qué.

EC – A usted cómo le resultó que en este caso alguien como López Mena, con la exposición pública que tiene, haya colocado en un "pie de igualdad" o de similitud en cuanto a sus preferencias a un hombre como el ministro de Economía de este gobierno y a usted que se plantea ser en el Partido Nacional la opción más contrastante con el Frente Amplio.

LAL – Él tendrá sus razones, por eso a mí me resulta siempre muy difícil interpretar a los demás o interpretar los dichos. Yo no sé cuál es el por qué. Yo lo que digo que en lo que a mí corresponde me halaga mucho de que una persona emprendedora, que ha hecho muchas cosas a veces no comprendidas para el desarrollo del país, diga que nosotros podemos ser buenos candidatos. Bueno, muy bien, me parece que lo recibo con la misma naturalidad que recibo toda a esta altura de la vida.

EC – ¿Por lo visto hay puntos de contacto entre usted y Astori?

LAL – Eso pregúnteselo a él, yo creo que no los tenemos, pero si López Mena lo dijo. Me parece, repito, que yo no puedo interpretar a los demás. Sería no solamente indebido, sino totalmente erróneo.


***


EC – Usted ha dicho que la propuesta programática de Unidad Nacional está en elaboración. De todos modos, usted ya tiene esbozos, anticipos. ¿Qué lineamientos centrales van a tener sus discursos, qué podemos adelantar ahora de manera breve? Usted ha estado proponiendo un debate, por ejemplo, sobre "valores" ha dicho.

LAL – Creemos que la elección esta va a ser una elección sobre valores, porque algunos de esos valores se han puesto en cuestión durante este gobierno. Cuando se elija la próxima vez no se va a elegir solamente presidente, senadores, diputados, sino que se va a elegir una manera de ver el país y la nuestra es muy distinta de la del Frente Amplio en la inserción internacional, por ejemplo, en las relaciones con los vecinos, en el carecer que ellos le quieren dar de identidades ideológicas con los gobiernos, cuando nosotros sostenemos que no tenemos que tener ninguna identidad, sino simplemente defender los intereses del país que son intemporales, que siguen siendo los mismos.

Nosotros creemos que el valor calidad de la educación va a tener que ser central, porque hay una decadencia de la enseñanza en valores, que es una de las esencias del sistema educativo. Pero contemporáneamente una baja de calidad de la educación que hace que quien pueda mandar los hijos a colegios privados tenga buena educación y que quien no pueda -en una desigualdad que es inaceptable en el Uruguay- tenga una enseñanza que no es de la misma calidad.

Cuando nosotros creemos que la solidaridad social no puede ser solamente dar, sino procurar integrar, vamos a marcar una diferencia. Creemos que es necesario que en temas como minoridad, droga, encauzamiento de muchachos jóvenes que ni estudian ni trabajan, que para nosotros es uno de los temas sociales más graves, nosotros propugnamos la incorporación al esfuerzo del Estado económico, de funcionarios, de inversión. Las asociaciones que lo hacen por amor a un valor superior: por amor a Dios, a la humanidad, iglesias evangélicas, sinagogas, los Leones, el Rotary, en experiencias que ya se conocen en el Uruguay, que son muy buenas y que creemos que tienen que acentuarse, porque reencauzar la vida de un niño no es sólo tema de dinero, tecnología y asistencia técnica, sino de amor. Incorporar el amor ejercido como la gran fuerza que San Pablo tan bien describía me parece que es un plus para los temas de carácter social.

El tema de la pobreza en este gobierno, analizado solamente desde el punto de vista echar algo al estómago –que me parece esencial-, que se ha hecho sin contrapartida y por lo tanto crea una dependencia y una situación de gueto, debe mirarse la pobreza como un fenómeno total, global, ¿dónde está el techo? No se ha cuidado la vivienda y es uno de los déficit más grandes de este gobierno. El núcleo básico evolutivo es la manera de sacarlo de la suciedad para que pueda tener baño, cocina y no mojarse cuando llueve, contemporáneamente atender preventivamente la salud y no solamente darle para que coma, sino incorporarlo con jornales a la tarea social. Es decir, el tema es mucho más complejo de lo que lo ha visto este gobierno.

EC – ¿Pero va a ser, entonces, un debate menos económico que el de otras campañas electorales?

LAL – Yo creo que nunca ha habido debate económico en el Uruguay, porque la gente tiene una noción clara de que la economía es instrumental de lo demás. Es decir, cuando uno dice que está contra la inflación, ahora que tenemos de nuevo la amenaza inflacionaria, o contra este gasto público que se ha desmadrado durante este gobierno, al punto que ya se dice por algunos técnicos, fíjese qué barbaridad lo que ha pasado en este período que tiene que haber un ajuste fiscal en el año 2010. Todo eso refiere a la gente. La inflación achica el salario, el gasto público hace aumentar la inflación y peligrar las inversiones, porque es un país más difícil. Todo se reduce a tres valores para mí: la patria, el país –o sea la comunidad-, la familia y el individuo. Y todo lo que hablemos va a estar en función de estas tres entidades que para mí son la base de cualquier país, pero especialmente del nuestro.