Entrevistas

Bayardi: "Nuestro objetivo es lograr que el Congo termine de institucionalizarse"

Bayardi: "Nuestro objetivo es lograr que el Congo termine de institucionalizarse"

El ministro de Defensa, José Bayardi, afirmó a En Perspectiva que "defender los bienes y las vidas del personal de la ONU y proteger a civiles" integran los principales objetivos de los cascos azules uruguayos en la Misión de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUC). "No es una misión dirigida a llevar adelante acciones de guerra", aclaró el secretario de Estado. Además, resaltó que no se evalúa el retiro del personal militar y que al Batallón 4, en Goma, lo encontró bien anímicamente en su viaje a esa ciudad.

(Emitido a las 8.52 horas)


EMILIANO COTELO:
El ministro de Defensa, José Bayardi, volvió hace menos de 24 horas de su viaje a la República Democrática del Congo, donde visitó a los cascos azules uruguayos que se encuentran en medio de un conflicto bélico que parece no tener fin.

Unos 1.300 soldados de nuestro país forman parte de la misión de paz de Naciones Unidas en el Congo, y la mitad de ellos están destacados en Goma, en la región oriental del país, una de las zonas más convulsionadas en las últimas semanas.

Pocos días antes del viaje oficial, Goma estaba virtualmente sitiada por las tropas del líder rebelde Laurent Nkunda, que se preparaban para un ataque sobre la ciudad.  

¿Cuál es la situación de los soldados uruguayos? ¿Hasta dónde llegan los riesgos? ¿Se mantendrá la presencia de estos efectivos? ¿Puede llegar a ampliarse?
    
De estos y otros temas vamos a conversar con el doctor José Bayardi.

***

EC - Usted volvió ayer del Congo, adonde se había trasladado el martes pasado acompañado de los comandantes en jefe del Ejército y la Fuerza Aérea y un equipo de médicos y mecánicos. Viajó en el avión Hércules C-130, en el que, además, se trasladaron 6.000 kilos de equipos e insumos para el contingente uruguayo. ¿Por qué decidió viajar en este momento?

JOSÉ BAYARDI:
El viaje había sido programado con anterioridad a los hechos que se suscitaron con mucha violencia en octubre y primeros días de noviembre. Era un viaje que ya estaba programado, que respondía, por un lado, a la voluntad política personal mía y de los comandantes en jefe de la Fuerza Aérea y del Ejército de estar presentes en el teatro de operaciones, fundamentalmente en el este del Congo. Había necesidad logística de transportar aproximadamente siete toneladas de carga para reparar los vehículos que tenemos desplegados en la República Democrática del Congo. Y había la voluntad personal de conversar con las autoridades civiles de la Misión de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUC), ya que iban a estar allí los comandantes en jefe de las fuerzas y el jefe del estado mayor naval, conversar con el propio mando militar de la misión.

EC - MONUC es la identificación de la fuerza de paz de las Naciones Unidas para el Congo.

JB - Es el nombre de la misión. Teníamos tres objetivos: uno, conversar con las autoridades de MONUC; dos, trasladar el material que es necesario para mantener el despliegue en el Congo; y tres, visitar a nuestros contingentes, el despliegue que tenemos fundamentalmente en el área este de la República Democrática del Congo. Los tres objetivos se cumplieron; por un problema de tiempo nos quedó sin visitar la unidad de patrulla fluvial que tenemos en el lago Alberto, al norte, entre Uganda y la República Democrática del Congo, la Urupac Kilo.

Esos eran los objetivos, vinieron los hechos de octubre y teníamos programada la fecha del 17, teníamos los permisos del Departamento de Operaciones de Paz de Naciones Unidas para el 17, y teníamos la disponibilidad del C-130 para esta fecha, y decidimos mantener la misión, nos pareció de orden mantenerla y la llevamos adelante tal cual estaba programada.

EC - En los días previos se consideró que la visita podía ser imprudente, porque había riesgos serios para el propio contingente uruguayo y más para las autoridades que lo visitaran. Sin embargo, a último momento hubo una novedad interesante, un alto al fuego entre el gobierno de la República del Congo y los rebeldes de Laurent Nkunda bajo mediación del enviado especial de Naciones Unidas.

JB - El enviado especial de Naciones Unidas es el ex presidente de Nigeria, Obasanjo, que 48 o 72 horas antes se había entrevistado con el general Nkunda y había acordado cierto nivel de repliegue de esa zona, que es la provincia de Kivu norte. Una parte de ese repliegue se había efectivizado, no se había efectivizado todavía en la línea del frente –en líneas de vigilancia y en funciones de vigilancia– donde están nuestros efectivos. El general Nkunda llegó a estar en algún momento a dos kilómetros y ahora está a alrededor de 10 kilómetros...

EC - ...Con ese contexto nuevo, ¿cómo encontró a los cascos azules uruguayos?

JB - Es una misión de naturaleza militar. Se vivieron días de tensión alrededor del 29 de octubre, y más porque teníamos unidades que estaban concentradas a 100 kilómetros de Goma, en Rutshuru y en Niamilina; en Rutshuru hubo en esos días, entre el 29 y el fin de octubre, un cerco alrededor de nuestra base, pero después se negoció y se permitió la circulación de provisiones y de logística.

En ese momento ya había disminuido un poco la tensión, lo que daba cierto grado de tranquilidad. De todos modos, más allá del cansancio de estar en una misión militar en la que no se puede prever qué va a pasar de un momento a otro, los encontramos anímicamente bien, cumpliendo las misiones que tienen asignadas. Estuvimos con el contingente en Goma, que es un contingente del batallón Uruguay IV, y fuera de lo que es estrictamente el cansancio propio de la tensión de una misión, los encontramos bien. Eso habla bien del grado de profesionalidad con que se está desplegando la misión, tanto por los mandos como por el personal subalterno, que está cumpliendo lo que la misión tiene planteado en este momento, de acuerdo al mandato de Naciones Unidas.

Hay un gobierno que se ha institucionalizado en función de la presencia de la MONUC, y ese gobierno es el que debe llevar adelante la carga del enfrentamiento contra los rebeldes. Naciones Unidas le da apoyo logístico al gobierno, ergo a las fuerzas militares, pero el combate contra los rebeldes, en el marco de institucionalidad interna que ha ido consolidando, tiene que ser llevado adelante por las fuerzas de las Fuerzas Armadas del Congo (Fardc), que es el ejército regular. Esto no siempre se da, a veces hemos quedado en el medio de situaciones entre el general Nkunda, del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), y las Fardc, por incapacidad de la propia fuerza congoleña de combatir o de tener un ejército regular que ponga orden en la provincia. Esto nos ha llevado a tener que desarrollar capacidad de negociar para cumplir nuestra misión y tener el menor grado de exposición a los peligros de toda misión militar.

EC - ¿Cómo analiza el gobierno el hecho de que estos cascos azules uruguayos se encuentren –como se encontraron hace un par de semanas– en situaciones de peligro, corriendo riesgos de ser atacados por las tropas rebeldes? Se lo pregunto porque por definición un militar está entrenado y preparado para enfrentar ese tipo de situaciones. Entonces, ¿los peligros pueden ser un motivo para revisar si Uruguay mantiene o no a sus soldados en la MONUC?

JB - Los peligros son los propios del desarrollo de una misión de mantenimiento de la paz. La misión es cumplir con los objetivos de salvaguardar a la misión, salvaguardar a las ONG que desarrollan el trabajo humanitario y proteger a las personas y los bienes de la MONUC y a los civiles. Esos son los objetivos que tiene la misión y esa misión tiene riesgos como toda misión militar...

EC - ...Desde el principio se sabía que esa misión tenía riesgos.

JB - Siempre, todas las misiones militares tienen riesgo. Mientras se mantenga este mandato que hoy se está aplicando no estamos evaluando, más allá de los riesgos, el retiro del personal. En primer lugar, porque es una misión de naturaleza militar y hay que intermediar entre las fuerzas beligerantes, y a veces se queda en el medio de los tiros cruzados, como nos pasó en Rutshuru, donde, incluso, cayeron tiros en nuestras posiciones.

EC - Se lo pregunto porque estos días, a raíz de esas situaciones de peligro, se escucharon voces que sostenían que no tenía sentido que hubiera soldados uruguayos corriendo riesgo de morir o de ser heridos en el Congo.

JB - No es la primera vez que sucede esto en el Congo, ahora se ha agravado la situación...

EC - ...Y el debate volvió.

JB - Incluso después de estar la misión de mantenimiento de la paz, en 2003 y 2004 hubo situaciones de tener que negociar con el propio general Nkunda. Este escenario se da cíclicamente, habría que ver cuáles son las causas profundas de toda la situación en el Congo. En este contexto se está cumpliendo una misión. En 2003 en Butnia había un acuerdo por el que las fuerzas de Uganda –5.000, 6.000, 7.000 efectivos– se tenían que retirar, pero Uganda no se quería retirar, las Naciones Unidas la obligaron y se retiró; entonces, se decía que cuando se retirara iba a ser el caos, y se enviaron 750 efectivos. No se tomaron todas las previsiones necesarias, pero hoy se está haciendo una reivindicación muy fuerte del papel de esos 750 efectivos uruguayos que fueron los únicos que sustituyeron a los miles de ugandeses. El gobierno de Canadá ha hecho un reconocimiento público de que la presencia de esos 750 uruguayos permitió no que no muriera nadie en el Congo –porque la muerte en el Congo tiene una categoría que nos cuesta entender, nos impacta–, pero al menos evitó una masacre en los lugares donde estuvieron desplegados nuestros soldados. Alguien puede preguntar cómo es posible que 750 hayan cubierto lo que estaban haciendo miles. Ocurrió que la decisión firme de mantenerse en el lugar permitió que los medios de comunicación y las ONG no abandonaran el lugar y se informara permanentemente hacia fuera, lo que llevó a que hubiera presiones para que se desactivara la situación.

Nuestro objetivo es lograr que el Congo termine de institucionalizarse, defender los bienes y las vidas del personal de Naciones Unidas desplegados ahí y proteger a civiles. Desde el punto de vista estrictamente militar, no hay condiciones para un conflicto bélico-militar –guerra–, porque no es una misión dirigida a llevar adelante acciones de guerra, sino acciones defensivas. El problema del Congo es complejo e implica, en primer lugar, a los actores internos: las fuerzas políticas internas, el gobierno y las distintas fuerzas...

EC – ...Hay, además, actores externos.

JB - Implica necesariamente actores regionales...

EC - ...Para empezar, Uganda.

JB - Uganda, Ruanda, Burundi –que está más tranquilo ahora–, Angola, Tanzania, todos los actores que fueron partícipes en el pasado en este conflicto. E implica actores externos de más allá, que son fundamentalmente los países centrales, los países que tienen intereses económicos en el Congo, aunque no los tengan los gobiernos los tienen empresas de esos países. Este es un actor que no se debe desconocer.

EC - Ese es otro de los puntos de análisis, yo he escuchado preguntarse en estos días qué sentido tiene que haya soldaditos uruguayos corriendo riesgos de heridas severas o incluso de muerte en el medio de un conflicto de intereses en el que otros países juegan su partido y tal vez no tienen soldados allí preservando la paz.

JB - Y cuando los han tenido han actuado de manera que la vida de los congoleños ha valido mucho menos. Vamos a decir las cosas como son, cuando han entrado no lo han hecho en posición de mantener la paz o defender a civiles, sino que han entrado a barrer; no hace tanto tiempo que entraron a barrer. Nosotros hemos participado en muchas operaciones de mantenimiento de la paz, ya desde el 90 se participó en Camboya, en Angola, en Mozambique. Habría que discutir en otro momento cuáles son las constantes para que las misiones salgan triunfantes, pero hoy Camboya no está en los medios de comunicación, Angola aparece poco y Mozambique ha desaparecido y se ha hecho un aporte muy importante a su institucionalización. Hago siempre la misma aclaración: yo sé que estos eran conflictos en otro marco ideológico –los tres que nombré–; este conflicto empezó en una perspectiva de enfrentamiento ideológico y derivó en un juego de intereses económicos muy fuertes en la región. Una cosa es la presencia y otra cosa es la acción político-diplomática y unir fuerzas en el contexto internacional para que haya soluciones de naturaleza político-diplomática y no de naturaleza militar, porque cuando hay enfrentamientos militares es la población civil la que termina pagando el precio.

***

EC - Pero la pregunta es también si no estamos ahí porque somos "mano de obra barata" que otros países no están dispuestos a proveer. Si otros países no deberían estar, si algunos de esos países centrales con intereses muy directos –Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Bélgica– no deberían jugar su papel en estas operaciones de preservación de la paz. ¿Estamos allí porque para un soldado uruguayo recibir 880 o 1.000 dólares por mes implica un cambio muy fuerte?
    
JB - Habría que verlo desde varios puntos de vista. Los soldados de las fuerzas que tuvieron responsabilidad durante los siglos anteriores de llevar adelante los procesos de colonización, y los soldados de los grandes países poderosos centrales –que cuando los manden van a ir ahí, ya fueron– no fueron necesariamente a operar desde el punto de vista de la paz. Esta es una operación de mantenimiento de la paz que integra nuestra política exterior desde 1929, desde antes de la formación de las Naciones Unidas; participamos por primera vez intermediando las soluciones en el conflicto de la guerra del Chaco.

Nosotros vamos en tanto y en cuanto un país le pide a Naciones Unidas, ahora en el marco de la Carta de Naciones Unidas, para que haya una misión porque hay un compromiso entre los que están beligerando de llegar a un acuerdo que no sea de naturaleza militar, que permita el desarme, que permita darles garantías a las partes y llevar adelante determinados mecanismos de solución de los problemas planteados. Así fuimos siempre y así se creó la MONUC. La misión en el Congo nació con una firme voluntad de los que estaban peleando dentro del Congo, de los países de la región y de los países centrales que estaban metidos dentro del Congo. Esta misión ha tenido avances, ha llevado adelante un proceso de reinstitucionalización en los últimos años –veremos qué suerte tiene– y ha tenido retrocesos que se explican, más allá de la matriz étnica de estos conflictos que vienen de siglos atrás, por la matriz económica. En mi opinión y en mi interpretación, el enfrentamiento étnico permitió que se mantuviera la colonización durante muchos años, y permitió también que se llevaran adelante las políticas de venta y tráfico de esclavos; se permitieron muchas cosas...

EC - ...La matriz económica, el enfrentamiento por determinados minerales, en particular los que se utilizan para la fabricación de teléfonos celulares, de computadoras...

JB - ...Sí, el coltan, la casiterita, cantidad de estos minerales son explotados por empresas, no hay prácticamente control de lo que se saca y a veces se saca no por las aduanas, sino por otro lado, sin pagar. Ahora ha trascendido que China pretende pagar por la explotación mineral en el este del Congo unos 5.000 millones de dólares; sería muy importante que se firmaran los contratos y que hubiera controles de todo esto...

EC - ...Sería importante porque implicaría regularizar ese negocio.

JB - Sí, implicaría que los congoleños –y espero que el gobierno del Congo esté a la altura de las circunstancias– se beneficiaran de sus riquezas naturales, porque hoy el 90% del problema en esa zona son las riquezas naturales.

EC - La pregunta era a propósito de la participación de los soldados uruguayos.

JB - Fuimos en función de que esto nació con la voluntad de llevar adelante la paz; nos parecía importante, hemos participado desde la segunda o tercera década del siglo pasado y ahí marchamos. Si cambian las condiciones y la voluntad política no se mantiene, fundamentalmente por parte de los actores centrales y de algunos actores regionales, habrá que reconsiderar, porque la misión no estaría planteada en los mismos términos en que estuvo cuando nació en 1999.

EC - Cuando usted dice que la voluntad política tiene que mantenerse alude a que desde esos países no haya movimientos destinados a estimular a tal o cual parte de los enfrentamientos.

JB - Exactamente, que no se estimule a tal o cual parte a seguir operando de determinada manera. Ahí juegan todos; nadie se nutre de los niveles de armamento importantes que hay si no es a través del cambio de valores o de riquezas que se extraen de otra manera.

EC - Otro factor importante una vez que se resuelve tener presencia de cascos azules en un lugar como el Congo y mantenerla pese a las circunstancias que se han dado, es con qué infraestructura, con qué equipamiento se tienen que mover esos soldados.

Javier pregunta: "Quiero saber en qué condiciones de armamento están nuestros soldados. ¿Se pueden defender bien?".

Y Germán (de Nueva Helvecia): "¿Tenemos soldaditos o soldados en el Congo?".

JB - Empiezo por la segunda: tenemos soldados en el Congo. Soldados que han sido reconocidos en muchas operaciones, y no solo por Naciones Unidas y por la misión de Naciones Unidas, sino por el gobierno de España en la crisis de Kinshasa, cuando el embajador español y todos los que estaban en la Embajada de España salvaron su vida por la presencia de soldados uruguayos, más allá de los miles de congoleños que también han salvado su vida por esa presencia. Alguien dirá que otros han muerto, sí, pero estamos en un lugar donde la vida tiene muy poco valor.

La primera pregunta es: ¿las capacidades militares son acordes con lo que necesitamos? Para las tareas que emanan de una operación de mantenimiento de la paz estamos en condiciones, más allá de que fuimos con repuestos, con materiales.

EC - ¿Tenemos el equipamiento que tienen otros países que también participan en esta misión? ¿O participamos en la misión de paz "a la uruguaya"?

JB - Participamos con las capacidades que tenemos en Uruguay y con las capacidades que han sido destacadas dentro de la misión, frente a otros contingentes que tienen mucho mayor capacidad logística, mucho más armamento, mucho más tecnología, pero que muchas veces no han estado a la altura de las circunstancias.

EC - La tecnología y el equipamiento son un respaldo básico para los soldados uruguayos en una tarea como esta.

JB - Sin duda, la profesionalidad y la tecnología. Si me preguntan si estamos con el material necesario para llevar adelante una misión de guerra –son dos cosas distintas–, obviamente no. De todos modos trabajamos de forma combinada con otros efectivos que integran el contingente de paz de Naciones Unidas. En la ciudad de Goma estamos trabajando con el ejército de la India, que tiene más capacidad tecnológica que nosotros y hace soporte a todo nuestro contingente. Siempre ha sido así en todas las misiones, hay niveles de soporte que se desarrollan por la acción combinada de diferentes fuerzas, y hemos desarrollado un trabajo conjunto.

EC - Todo indica que falta equipamiento o que no está suficientemente actualizado. Por ejemplo, Uruguay compró en Canadá vehículos blindados de segunda mano que están siendo repotenciados en Chile. Ese proceso está en marcha, pero toda la información indica que esos vehículos ya tendrían que estar allá, son necesarios hace tiempo allá. ¿Por qué pasa eso, si se supone que Naciones Unidas financia el equipamiento? ¿O no?

JB - No, Naciones Unidas reintegra el despliegue de financiamiento que tenemos.

EC - ¿Puede explicarlo un poco mejor?

JB - Nosotros trasladamos material, todo el material de logística, y los inspectores de Naciones Unidas lo evalúan, le asignan un nivel de valor y después nos van reintegrando en avas partes mensuales ese valor a lo largo de dos años, dos años y medio de despliegue de la misión. Los cálculos se hacen así.

EC - En definitiva se va con el equipamiento que Uruguay tiene o tenía.

JB - Que tenía o que fue adquiriendo también por reembolso de Naciones Unidas durante este proceso de 14 años de desarrollo de la misión. En el presupuesto hay muy poco en materia de Defensa; para inversiones para las Fuerzas Armadas y el Ejército ha habido muy poco. Entonces si no está en el presupuesto, está en las compras que se hacen con los reembolsos de Naciones Unidas. Es cierto que hubo deterioro de todo el transporte blindado, estamos hablando de un lugar en el que no hay carreteras, las rutas destrozan cualquier sistema mecánico; entonces con esos reembolsos se compraron estos blindados que están siendo repotenciados y van a ser traídos  –ya empezaron a venir, si no llegaron más es porque hubo una huelga en Chile que lo impidió– para ser inspeccionados acá por Naciones Unidas y luego llevados a las áreas de misión.

También estamos conversando con otros gobiernos, con el gobierno de Canadá, para la compra directa de material que ellos tienen en la propia Darfur, en Sudán, cerca de la zona. Estamos proporcionando estos materiales para mejorar las condiciones para el desarrollo de la misión. No tenemos que perder la perspectiva de cuál es la misión que estamos desarrollando.

Desde acá hemos hecho el esfuerzo con los recursos que tenemos, yo soy hoy el ministro de Defensa y querría satisfacer la demanda de los comandantes en jefe de potenciar sus capacidades bélico-militares; pero no está en las opciones que el gobierno ha hecho, ha tenido que priorizar otras cosas. Cuando me dicen "necesitaríamos tener...", como responsable político del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) yo también querría las mejores capacidades militares en nuestras Fuerzas Armadas, pero presupuestalmente no hemos podido.

***

EC - El tema económico despierta dudas. Desde la audiencia alguien pregunta:

"¿Por qué a los soldados que van integrando la MONUC se les paga 900 dólares por mes, cuando la ONU paga 5.000 dólares por efectivo?".

JB - El oyente está equivocado. La ONU paga 1.000 dólares por efectivo por mes, por unidad humana desplegada. Sobre esos 1.000 dólares hay una escala, se paga un poco menos a los soldados y un poco más en la línea ascendente a los oficiales, varía entre 800 y pico y 1.000 y algo, tomando los soldados y los oficiales. No sé si el oyente está hablando de contingentes o de observadores.

EC - ¿Cuál es el caso de los observadores?

JB - Los observadores cobran más, de acuerdo al lugar donde están desplegados, pueden cobrar 3.000 dólares por mes. Y los jefes o force commanders terminan cobrando más, pero por los contingentes oficiales y el personal subalterno se paga 1.000 dólares por cada uno.

EC - La MONUC es la misión más grande que tiene Naciones Unidas, cuenta con 17.000 soldados hoy. De todos modos, no alcanza y por eso la semana pasada, el 20, el Consejo de Seguridad de la ONU resolvió agregar 3.000 efectivos más. ¿A Uruguay se le pidió que participara en ese refuerzo?

JB - No, nosotros estábamos allá cuando se resolvió eso, estábamos viajando. Todavía no hemos recibido el ofrecimiento de ampliar nuestro contingente. De todos modos, no estaríamos en condiciones de aportar, estamos en un límite muy importante de personal desplegado fuera, y seguramente no seremos parte de ese despliegue, independientemente de que esto va dirigido a reforzar las capacidades de lo que se está llevando adelante como misión. De todos modos, insistimos desde el punto de vista político y diplomático en la necesidad de buscar soluciones políticas, el conflicto no es de solución militar.

EC - ¿Tuvo contactos a ese nivel durante la visita a la República del Congo?

JB - Sí; como tuvimos que atrasar un día la salida por un problema técnico del C-130, que venía de Brasil, no pudimos vernos, como estaba programado, con Alan Dos, que es el primero, el representante del secretario general, que nos esperaba el día anterior; pero nos vimos con la segunda, que es la responsable política que estaba en Kinshasa en ese momento. Conversamos con ella, compartimos los criterios que nos expresó de que el mandato debe ser mantenerse en el tono en que está y que debe haber fuerte presión para que las soluciones sean políticas porque aunque se envíen 3.000 no va a encaminarse la solución definitiva para el Congo por la vía militar.

EC - ¿Y eso en qué estado se encuentra? ¿Qué posibilidades hay?

JB - El 15 de diciembre se va a discutir el mandato de la MONUC, si hay revisión o no del mandato.

EC - El gobierno del Frente Amplio (FA) asumió cuando la presencia uruguaya en misiones de paz de la ONU ya tenía años de trayectoria. Ahora que el FA, y en particular usted en el MDN, conoce el tema por dentro, ¿qué evaluación hace? ¿Qué le contesta a oyentes como este que pregunta: "en definitiva, ¿a quién beneficia la presencia militar en el Congo?"? ¿Cuál es el análisis que ustedes hacen, ya más a fondo, de esta tradición?

JB - En primer lugar beneficia –ese es el objetivo– a la población del Congo, para que no se cometan los desmanes que cometen tanto las fuerzas irregulares como las propias fuerzas regulares, en una zona en la que ha habido matanzas de cientos de miles; en el año 1994 murieron entre 800.000 y un millón de personas.

En segundo lugar, el tema del robo al Congo, el robo de sus riquezas, es una resultante o una derivada de esta situación. Pretendemos que se trabaje desde el punto de vista político-diplomático para que el gobierno que se ha reinstitucionalizado en los últimos dos años pueda llegar a controlar el conjunto de las zonas y a partir de ahí haga firmar los contratos de explotación para regularizar situaciones que han sido irregulares desde hace siglos.

EC - Lo más elemental: ¿a Uruguay por qué le sirve?

JB - A Uruguay le sirve en lo que tiene que ver con su política exterior. Es un país pequeño desde el punto de vista de sus dimensiones territoriales y desde el punto de vista de su población, pero a nivel internacional tiene un prestigio enorme, y dentro de Naciones Unidas tiene prestigio a raíz de su desempeño en las misiones de paz. Y tiene el reconocimiento de muchos estados africanos donde estuvo –como Angola y Mozambique, pero no sólo– por lo que significaron las misiones de paz para que hoy puedan estar en la situación en la que están.

EC - Pero internamente, ¿por qué le sirve a las Fuerzas Armadas uruguayas formar parte de estas misiones?

JB - La participación es voluntaria, no hay soldados obligados a ir desde el punto de vista disciplinario. Muchos soldados van porque significa mejoras económicas y supongo que los oficiales van porque les significa mejoras económicas y crecimiento profesional, porque cuando uno desarrolla lo que se aprende en las escuelas en el teatro de operaciones, en el comando y en la acción cotidiana, es crecimiento de naturaleza profesional. Desde el punto de vista del despliegue nos permite adquirir capacidades, y nos ha permitido, en circunstancias presupuestales complicadas, renovar nuestro parque logístico, tanto en lo que tiene que ver con capacidad de transporte como con capacidades de armamento. En parte estamos actuando con armamento de los ochenta, y hemos ido adquiriendo nuevo armamento individual de primera línea con los fondos que reintegra Naciones Unidas, porque el país hace muy pocas inversiones en materia de Defensa.

***

EC - Queda por discutir la posibilidad de que se cambie el mandato de esta misión de la ONU en el Congo. Ese es el punto que viene a continuación.

JB - A través de Relaciones Exteriores y del embajador Cancela ante Naciones Unidas, vamos a tener que discutir para que no se le introduzca al mandato la inflexión de que se deba hacer en el terreno de operaciones lo que tiene que hacer la fuerza regular del Congo, el ejército del Congo. No somos nosotros los encargados de llevar adelante acciones militares de naturaleza bélico-ofensiva; en todo caso debe hacerlo el ejército del Congo.

EC - Pero si Naciones Unidas resuelve ese cambio, ¿Uruguay no lo acepta, se retira?

JB - Vamos a discutirlo llegado el caso. Somos muchos los países que estamos en esta posición.

***

Transcripción: María Lila Ltaif