Mieres: en educación, "al país se le está yendo el tiempo"
"El sistema educativo uruguayo es más una estructura militar que un verdadero proceso educativo y pedagógico (...), y han transcurrido cinco años sin respuesta", afirmó a En Perspectiva el doctor Pablo Mieres, candidato presidencial del Partido Independiente (PI), al referirse a la gestión en materia de educación del Frente Amplio. Mieres agregó que "estamos en una situación catastrófica, particularmente en la enseñanza media" y en ese sentido es que su fuerza política propone implementar un "plan de emergencia educativo". Además, enfatizó en que hay que crear más liceos y "recuperar la calidad del trabajo docente".
(Emitido a las 8.56 horas)
EMILIANO COTELO:
Profesores que faltan demasiado, situaciones de violencia dentro y fuera de los liceos, bajo rendimiento de los alumnos, deserción estudiantil...
Lamentablemente hace ya un buen tiempo que los uruguayos nos venimos acostumbrando a esas situaciones cuando hablamos de la enseñanza secundaria pública.
¿Cómo se revierte esta situación?
En este período de gobierno acaba de aprobarse una Ley de Educación, y por otra parte se aumentó significativamente el presupuesto de la enseñanza. Sin embargo, está claro que eso no ha permitido atacar aquellos problemas de fondo, y eso lo reconocen incluso destacadas personalidades del oficialismo.
A partir de esta situación, desde el Partido Independiente (PI) se propone un "plan de emergencia educativo" que incluya medidas concretas.
¿En qué consiste ese plan de emergencia? ¿Cuáles son sus ejes centrales? ¿Cómo se llevaría a la práctica? ¿A qué sectores alcanzaría?
Para conversar sobre este y otros temas, estamos con el doctor Pablo Mieres, candidato presidencial del PI.
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EC - El 7 de diciembre usted fue proclamado formalmente como candidato presidencial del PI para las elecciones del año que viene. Y uno de los anuncios que hizo fue su voluntad de impulsar un "plan de emergencia educativo". ¿Por qué eligió este tema entre las prioridades?
PABLO MIERES:
Porque estamos en una situación catastrófica, particularmente en la enseñanza media. La situación del sistema educativo es cada vez peor y han transcurrido cinco años sin respuesta, sin soluciones, sin una propuesta concreta de transformación del sistema educativo. Y porque es la piedra angular para recuperar un bienestar social que la sociedad uruguaya vivió en un pasado más o menos reciente y que ahora está totalmente afectada. Si uno analiza el cuadro de la sociedad uruguaya, implementar una transformación en el sistema educativo que revierta estas tendencias tan graves tiene un valor estratégico que impactaría inmediatamente sobre la integración social, sobre aspectos tan deteriorados como la seguridad pública y también sobre la oferta de recursos humanos y la capacidad de generar mano de obra calificada que hoy se está transformando en un problema debido a la escasez de cierto tipo de recursos humanos.
EC - ¿Elegir este asunto tiene que ver con una deformación profesional suya?
PM - Puede ser que esté particularmente impactado por el hecho de que uno se ha dedicado en parte al tema educativo. Pero es una mirada general, global. El PI eligió este tema como una de sus prioridades y dentro de esas prioridades es la piedra fundamental de cómo entendemos que debe ser el cambio de la sociedad uruguaya.
EC - El viernes cuando lo entrevistamos aquí En Perspectiva, el senador Danilo Astori, ahora uno de los precandidatos del Frente Amplio (FA), dijo que en educación "hay mucho presupuesto y poco resultado", y agregó que la ley que se aprobó recientemente es "más bien un progreso institucional".
¿Qué dice usted por ese análisis?
PM - Comparto que se ha optado por aumentar ingresos en educación. Por supuesto, el ex ministro Astori es parte de la historia, es un poco curiosa la postura que él asume casi desde fuera, como si nada hubiera tenido que ver con estos asuntos. Este gobierno decidió poner plata sin condicionarla a nada. Hay algo así como un objetivo de tildar un compromiso. El FA decía "hay que dar el 4,5% del PBI", ese era su compromiso de campaña, entonces el objetivo era llegar a poner el 4,5%, pero el FA nunca se preocupó por discutir para qué servía esa plata. Hoy tenemos una situación paradójica, creo que nunca Uruguay ha gastado tanto en educación y paradójicamente la educación nunca había estado tan mal.
EC - ¿Y cuál es su enfoque sobre la ley que se acaba de votar en el Parlamento?
PM - Yo creo que no es un progreso institucional; al contrario, es el agravamiento de una tendencia que la educación uruguaya ha sufrido en los últimos años, que es a que los esfuerzos de ciertas corporaciones de la educación por asumir el control y ejercer el poder dentro del sistema educativo. Creo que es un error, es malo haber avanzado en la línea de lo que los gremios de la enseñanza han reclamado, que es su participación en la conducción...
EC - ...Los gremios de la enseñanza y algunos sectores del propio FA reclamaban mucho más en cuanto a participación en la conducción.
PM - Esta ley de por sí supone incorporar representantes de las corporaciones docentes en el sistema educativo. Me parece un error, porque la educación es un tema de la sociedad uruguaya, no de los docentes; es un tema de todos los uruguayos y por lo tanto lo deben resolver quienes representan a todos los uruguayos que son los integrantes del sistema político. Acá hay un gran equívoco, porque los intereses de la corporación docente, que son relevantes y que hay que tener en cuenta, no pueden convertirse en el factor principal para tomar las decisiones. Tomo un ejemplo simplemente: una de las conquistas de los gremios docentes ha sido el sistema de elección de horas en el sistema educativo uruguayo en enseñanza secundaria, que lleva a que los docentes elijan por orden de puntaje...
EC - ...Aclaremos: ¿qué horas eligen?
PM - Las horas para el año siguiente. Cada año se establece un ranking en función de la antigüedad y de los puntajes obtenidos en las inspecciones por los docentes, y se los llama a elegir horas por orden de ese puntaje. Los docentes mejor calificados, los que están más arriba en ese puntaje, eligen primero, por lo tanto eligen las horas más acordes con su comodidad, con lo cual se da un proceso de selección negativa mirado desde la perspectiva del sistema. Mirado desde la perspectiva de los docentes es un premio a quienes han obtenido mejores rendimientos, pero mirado desde la perspectiva del conjunto del sistema yo estoy optando por que los docentes mejor calificados estén concentrados en los lugares de estudio que tienen mejor nivel. Por lo tanto van quedando para atrás los peores lugares, que además son aquellos a los que asisten los estudiantes de menor nivel socioeconómico, con situaciones familiares más delicadas, que son atendidos por los docentes que tienen menos experiencia.
Es un simple ejemplo de lo que supone implicar que la óptica de la corporación docente es la mejor para resolver los problemas de la enseñanza. El problema es que las corporaciones docentes tienen como objetivo defender y valorar los intereses de un sector, y las autoridades del sistema educativo tienen que estar por encima de los intereses sectoriales y corporativos y dar una mirada global. Por eso, para nosotros, la reforma educativa, un plan de urgencia para la educación, supone una transformación de la gestión del sistema educativo.
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EC - ¿Cuáles son los ejes centrales del plan de emergencia educativo que proponen?
PM - El punto central, principal es trasladar el centro de gravedad de funcionamiento del sistema educativo de una estructura histórica, que es una estructura burocrática, piramidal, con un vértice en el Codicen, luego en los consejos, después en las direcciones, las inspecciones, los directores de los liceos y de las escuelas, los docentes, los estudiantes, a un sistema en el cual el centro principal sean los centros de estudio. Eso supone fortalecer enormemente, contundentemente la figura del director del establecimiento educativo, darles a los directores de los liceos que hoy tienen que pedir permiso a las inspecciones hasta para hacer una charla extracurricular, no pueden gastar sin hacer un expediente que demora el tiempo que demora para poder comprar hasta cartuchos para las impresoras poder de decisión, recursos, plantel docente estable y la posibilidad de iniciativa pedagógica.
Todo eso supone convertir cada liceo y me refiero al liceo porque es donde la cosa está más complicada y donde el deterioro ha sido mayor en una comunidad educativa que recree la idea de que el estudiante es parte de un conjunto de esfuerzos colectivos, cuyo centro es que él se eduque, crezca, se capacite, y no como ahora que se siente un extraño, un anónimo que va a un lugar donde muchas veces sufre circunstancias de violencia; donde el liceo es un ente abstracto alejado de la comunidad local y de la familia. La clave es esto, pero esto supone quebrar ciertas lógicas burocráticas históricas, lamentablemente estatistas, centralizadas, que tienen como centro de gravedad la decisión jerárquica. El sistema educativo uruguayo es más una estructura militar que un verdadero proceso educativo y pedagógico.
EC - Esta es una idea que cada tanto aparece en el debate sobre la educación en Uruguay y ahí queda. Eso no es nuevo, no es la primera que se lo menciona.
PM - No es nuevo, pero es cada vez más urgente e imprescindible si queremos que el sistema educativo uruguayo no vaya quedando cada vez más atrás con relación a los países que nos rodean, y no con relación al mundo desarrollado, sino incluso a los países de la región. Hay que darle poder al centro educativo. El director debe contar con un plantel docente estable que pueda concentrar sus horas durante varios años en ese lugar, debe tener relación con las organizaciones sociales de la zona donde el liceo está establecido, debe tener capacidad de generar acciones, actividades extracurriculares, talleres de capacitación, de invitar a las familias de los estudiantes. En definitiva es construir sentido de identidad, que el liceo sea una referencia identitaria, como lo era antes, hace muchos años, pero luego la masificación de la enseñanza secundaria no estuvo acompañada de un proceso de recuperación del centro docente.
EC - ¿Qué otros puntos forman parte de este plan de emergencia educativo del PI?
PM - También tiene que haber una redefinición de la oferta docente en términos de desarrollar más la lógica de horas de mayor duración de tiempo de los estudiantes en los liceos, de actividades extracurriculares, de incorporación del peso de la comunidad en la definición de los proyectos educativos de cada centro, y por cierto tenemos que ajustar cada vez más la oferta educativa a las necesidades de desarrollo del país. En ese sentido, quiero rescatar los bachilleratos tecnológicos de la UTU como un elemento muy positivo, que va en la buena dirección. Allí hay logros muy positivos que además tienen que ver con una inserción laboral alta de los egresados. Pero son experiencias todavía muy focales, por lo tanto todo el sistema de bachillerato debe estar sometido a una reflexión que nos permita ayudar a que los egresados de secundaria tengan una mayor vinculación con las oportunidades laborales.
EC - ¿Qué proponen a propósito de cómo nombrar a los docentes, un tema al que usted aludió hace un rato?
PM - Proponemos definir en cada centro una opción docente que debería ser acordada entre el director y el plantel docente durante un período largo...
EC - ...¿Cómo es esto? ¿Qué diferencias implica con respecto a lo actual?
PM - El docente no va en función de su puntaje, sino de acuerdos que permitan generar un entendimiento entre el director del liceo y los docentes que van a formar parte del plantel. No es una disputa que se dirime en función del puntaje de calificación, sino en acuerdos en los que participen las autoridades del sistema con compensaciones. Algo de eso hay.
EC - ¿De qué compensaciones habla?
PM - Que las personas que acepten ir a los lugares más complicados reciban una compensación económica. El mayor gasto en el sistema educativo tiene que estar asociado a estas cosas. Y también tiene que tener que ver con que el docente responda en términos de disposición a capacitarse, a actualizarse, etcétera. Esos deben ser los criterios de respuesta a la remuneración y a la selección de la comunidad educativa.
EC - ¿Hay que cambiar el sistema de evaluación?
PM - Eso va junto con esto, claro que sí. Tiene que haber sistemas de evaluación, que los hay, pero la evaluación tiene que estar centrada no en procedimientos rutinarios y que muchas veces premian el ajuste de los contenidos docentes a definiciones que las inspecciones elaboran una vez y después durante muchos años se mantienen incambiadas, sino que se tiene que premiar la innovación, la inclusión de nuevas alternativas. Por ejemplo, los directores tendrían que tener la posibilidad de innovar pedagógicamente y que luego esas innovaciones pedagógicas sean sometidas a evaluación de resultados que permita un currículo no tan estrecho, tan rígido como el que actualmente tenemos, sino que en una comunidad educativa que funcione como tal pueda haber apuestas a la novedad, a la mejora, y por cierto a los cambios que luego serán objeto de análisis y de intercambio con otras experiencias.
EC - ¿Es necesario construir más liceos?
PM - Sin duda, este es otro problema que hemos tenido; me sorprende que no haya habido un crecimiento tan importante como debió haber habido, habiéndose dedicado recursos a la enseñanza, porque la clave de una transformación es volver a una escala humana, a una escala local. El sentido de una comunidad educativa es una referencia a una comunidad social, a una comunidad local activa, y eso supone que el liceo esté mucho más próximo a los domicilios de los estudiantes que asisten a ellos y aumentar el número.
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EC - Tengo un montón de mensajes de los oyentes con preguntas, opiniones.
"Para que los docentes de mayor experiencia puedan ir efectivamente a zonas periféricas deben poder vivir con 20 horas y no con 50. Si no, sube el ausentismo por enfermedad." Y vienen otras consideraciones.
PM - Tiene razón, ese es un problema que no se ha resuelto, porque no se resuelve agregando plata sin discutir criterios, sin discutir metas, sin establecer evaluaciones, sin generar un debate de fondo y sustantivo sobre la cuestión educativa. Este gobierno simplemente se ha dedicado a aumentar la plata, en decir "damos más plata a la educación". Por supuesto hay que darle más plata a la educación, y probablemente haya que darle más que la que hoy se le está dando, pero tiene que haber en paralelo un acuerdo, un plan, un conjunto de definiciones, que es lo que está faltando. El ausentismo docente, según las mediciones, está entre el 25 y el 33%, estamos hablando de una de cada cuatro o de cada tres clases. Por lo tanto, ciertamente tiene que haber incentivos, el docente tiene que cambiar las condiciones de trabajo, y parte de ese cambio en las condiciones de trabajo es el afincamiento, es la concentración de sus horas en un determinado centro de estudio, donde además puede hacer aportes específicos no solo por el dictado de sus asignaturas, sino además como parte de una comunidad educativa. Hay que recuperar la calidad del trabajo docente, sin ninguna duda.
EC - Jorge (de Malvín): "El ausentismo docente se resuelve pagando 1.000 pesos mensuales de presentismo; 1.000 pesos por cero falta".
PM - Esa es una forma tradicionalmente uruguaya de resolver el problema de las faltas, de la inasistencia. No sé si ese es el criterio, el criterio de la zanahoria; la clave es que el docente sienta que su tarea vale la pena, que se sienta satisfecho, que esté realmente contento con lo que hace. Los docentes en general son gente que optó por la docencia por vocación, pero luego condiciones negativas, condiciones jorobadas de trabajo van deteriorando su interés y su vocación, al punto tal de que termina convirtiéndose no digo en un sacrificio, pero en una situación bastante negativa que lleva a aprovechar todos los resquicios reglamentarios para evadirse de una circunstancia que lo desfavorece.
EC - "Yo soy profesor de UTU en el interior. Pienso que la deserción es debida en gran parte a superpoblación de las clases. Este año tuve grupos con un promedio de 37 alumnos. Si el promedio fuera de 25 por clase se solucionaría en gran medida este problema de la deserción, ya que podríamos prestarle el grado de atención aceptable a cada alumno".
PM - Totalmente de acuerdo, la clave de recuperar la calidad del sistema educativo es la recuperación de la personalización del vínculo educativo. El proceso educativo es un proceso personalizado, no puede ser un proceso anónimo, masivo, en el que el estudiante siente que no es nadie, que es una persona que nadie reconoce como tal, y en el que el docente no tiene tiempo ni capacidad para generar un vínculo interpersonal con su alumno. Eso está en la tapa del libro, pero Uruguay ha quedado estancado en una dinámica y en una estructura que sirvieron para otras épocas, para 40 años atrás, pero que hoy está totalmente perimida.
EC - Otro oyente objeta uno de los argumentos que usted manejó a lo largo de la entrevista:
"El presupuesto de la educación equivaldrá al 4,5% del PBI recién en el año 2010 y ustedes están pretendiendo que los resultados se den por adelantado".
PM - El incremento del gasto se ha venido dando desde que asumió este gobierno, de manera bastante significativa. Pero sin discusión. ¿Qué ha hecho este gobierno en materia educativa? El primer año, nada; el segundo año convocó a un debate educativo que terminó como terminó, cualquier jerarca del gobierno, con la mano en el corazón, debe coincidir en que aquel congreso educativo en el Palacio Peñarol fue la consagración de lo que sostenían los sectores activos de los gremios de la enseñanza; por lo tanto, todo el año siguiente no se hizo nada otra vez, y finalmente en este cuarto año se optó por una ley que no satisfizo a la gente que participó en el congreso, porque entre otras cosas se les dijo que ese congreso era la definición de la orientación del gobierno y después no se cumplió en su totalidad. El diagnóstico del FA sobre cuáles eran los dramas de la educación era profundamente equivocado, como ha quedado de manifiesto en estos años. Aumentar la plata por sí no resuelve el problema. Si hubieran aumentado más todavía, seguramente seguiríamos teniendo los mismos problemas. El problema no es solo de plata, también era de recursos y sigue siendo un problema de recursos, pero si esos recursos no están bien aplicados, no mejoran la circunstancia del sistema educativo.
EC - "Los recursos de la educación sirvieron para bancos, libros y limpieza, para lo básico. ¿Qué quieren cobrarle al gobierno?"
PM - Tenemos que cobrarle que no ha habido una propuesta de reforma del sistema educativo.
EC - Más preguntas.
"Cuando hablan del sistema medio, de enseñanza media, ¿se refieren solamente a los liceos? ¿Qué pasa?, ¿la UTU es la cenicienta?"
PM - Yo estoy hablando de la enseñanza media en general, no técnica y técnica. Toda la enseñanza media tiene que ser parte del centro. Digo la enseñanza media porque la básica, la enseñanza primaria, en términos comparados está todavía en un estadio bastante superior e incluso diría que el gran acierto de este período, que es el Plan Ceibal no tengo ningún prurito en reconocerlo, fue una opción correcta, estratégica, importante en el mediano plazo que el gobierno del FA tomó, tiende a reforzar la enseñanza primaria, en la que todavía tenemos una realidad del sistema educativo más favorable o menos crítica. Me estoy refiriendo a la enseñanza media en general, hablé de liceos pero me refiero tanto a secundaria como a UTU.
EC - Este plan tal cual ustedes lo formulan ¿requiere fondos, requiere una dotación presupuestal especial?
PM - Requiere mantener un nivel de inversión importante en educación, requiere aumentar el número de locales educativos, porque la base de una reforma de este tipo es la recuperación de la escala humana en el vínculo educativo. Requiere fondos para distribuir a nivel de los liceos, de los centros educativos...
EC - ...Pero además de lo que ya está previsto en el presupuesto como incremento que se va dando anualmente hasta 2010, ¿se necesita más dinero?
PM - Se necesita más y hay que redistribuir mejor. Las dos cosas, por un lado debe haber una redistribución de lo que el gobierno ha asignado hasta ahora al sistema educativo, porque hay fondos que se ejecutan de manera centralizada que deberían comenzar a ejecutarse de forma descentralizada. Pero además hay que invertir en la infraestructura para recuperar la escala humana en el sistema educativo.
EC - ¿Cómo se lleva a la práctica un plan como este? Estamos hablando de una iniciativa que surge del PI, que es un partido que hoy ubicamos en la oposición y que dentro de la oposición a su vez es minoritario: tiene un 1% de intención de voto en las encuestas. Entonces, más allá de generar el debate, más allá de propiciar una discusión como esta, ¿qué más puede hacer el PI?
PM - Sin ninguna duda, formar parte de un proceso de diálogo político que ojalá ocurra en el próximo período de gobierno. Tenemos la evaluación de que en el próximo período de gobierno no va a existir una mayoría absoluta, el partido al que le toque gobernar va a tener que conversar con los demás. Nosotros vamos con estas propuestas, que no son novedosas, han estado arriba de la mesa en años anteriores, y puede haber gente en cada uno de los partidos, incluso en el partido de gobierno, con ideas en sintonía con estas.
EC - Esta no es una reforma de la educación, no es "la" reforma, es un plan de emergencia. Ahí hay un matiz.
PM - Es un plan de emergencia, pero que tiene por objeto algo que es mucho más difícil de cambiar que un plan de estudios, que es la forma de gestionar la educación, la forma en que se trabaja. Supone superar inercias, rutinas, ciertos reflejos burocráticos que históricamente están muy enraizados en el sistema educativo uruguayo, como en el conjunto del aparato del Estado. Por eso quizá es más difícil que cambiar un plan de estudios, quizá es un desafío mucho más exigente. Por eso se requiere consenso político, está bien planteado lo que usted reclama. Nosotros somos hoy un partido más pequeño, más nuevo también que el resto, y vamos con estas ideas, que obviamente no son mías, sino de un grupo de trabajo en el que debo destacar la participación del profesor José Rilla, del licenciado Javier Lasida, de la licenciada Denise Vaillant, entre otra gente que ha aportado a estas ideas. Y por supuesto sabemos que no somos los dueños de la posibilidad de transformar estas cosas, pero sí creemos que se nos va la vida, al país se le está yendo el tiempo.
EC - Justamente, teniendo en cuenta eso que usted acaba de decir, "se nos va la vida, al país se le está yendo el tiempo", ¿puede concebirse que el planteo sea esperar al comienzo del próximo período de gobierno? Un plan de emergencia como este que ustedes están lanzando ¿no podría discutirse antes?
PM - Nosotros estaríamos encantados. Pero en la actual correlación de fuerzas y ya en medio de una campaña electoral no hemos visto apertura para que estas cosas puedan ser discutidas e incorporadas. Nosotros hemos sentido de la conducción gubernamental como en muchos temas una ausencia total de diálogo en educación. El reflejo de la mayoría absoluta ha sido muy dañino en el sistema político uruguayo, porque ha generado un déficit del diálogo y de la interacción entre los partidos. Por eso a esta altura, entrando ya en el último año de gobierno, fuimos al debate educativo a través del profesor Rilla en el afán de aportar y poner arriba de la mesa estas cosas, sin éxito ninguno. En determinado momento nuestra evaluación incluso antes que el Partido Nacional (PN) fue que el PI debía retirarse porque no estaban dadas las condiciones para un verdadero proceso de diálogo, que lo que predominaba eran unas miradas corporativas con su foco puesto en alcanzar el poder para gobernar la enseñanza.
EC - Le preguntaba por los tiempos porque en la entrevista que hicimos la semana pasada con el doctor Jorge Larrañaga, uno de los precandidatos del PN, él sostenía que inmediatamente después de las elecciones internas, en caso de que él resultase el triunfador entre los blancos, iba a proponer a los precandidatos sentarse a negociar algunos acuerdos básicos en materia educativa.
PM - Me parece bueno, puede ser un camino. Estamos dispuestos a sentarnos a conversar y a buscar consenso con todos los partidos en la medida que exista voluntad política del sistema político. Sería una muy buena cosa. Sería muy bueno que algunas cosas, gane quien gane, estén claras y definidas, y que los uruguayos tengamos garantías de que pueden instrumentarse. Estamos a las órdenes en tal sentido.
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EC - En definitiva, ¿cómo se planta el PI rumbo a las elecciones internas?
PM - Con mucha firmeza, sabiendo que las elecciones internas para nosotros son solamente una escala en la que hay que marcar presencia porque la Constitución obliga. El Partido no tiene ningún dilema directo para resolver, sino que es una escala para lo que para nosotros es el momento clave, que es la elección de octubre, en la que por primera vez en la historia política del país se va a poder elegir Parlamento sin la urgencia de elegir presidente. No por las reglas de juego, sino por las circunstancias políticas. Parece muy evidente que va a haber segunda vuelta en esta oportunidad y que esa segunda vuelta ya tiene dos partidos muy definidos para disputarla. La Presidencia de la República se va a elegir en noviembre entre el candidato que finalmente elija el FA y el que elija el PN. Por lo cual en octubre la gente puede elegir Parlamento, elegir representantes en la Cámara de Senadores y en la Cámara de Diputados. El PI está destinando toda su energía a ese objetivo, buscando una propuesta de cambio de la política, con ideas, con propuestas, porque en política deben primar las cosas que queremos hacer en el país, más que los juegos políticos, más que los fuegos artificiales de la política. Y lograr un buen respaldo parlamentario para que ideas como estas y otras que tenemos sobre otros temas prioritarios puedan estar arriba de la mesa en el próximo período de gobierno.
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Transcripción: María Lila Ltaif