Bonelli: "todavía nos falta" para llegar a un pedido de perdón
El 1° de febrero, el general del Aire Enrique Bonelli finalizará su ciclo al mando de la Fuerza Aérea. Entrevistado por En Perspectiva, dijo que se han "dado pasos importantes" hacia el reencuentro entre los orientales, pero las FF.AA. no han tenido "un eco importante". Asimismo, señaló que la sociedad ha cambiado su percepción sobre los militares, y subrayó que si se decide la anulación de la Ley de Caducidad, hay que ajustarse "a lo que devenga del pronunciamiento popular". Además, estimó que las FF.AA. deben "aggiornar" su doctrina y "mejorar el equipamiento". Sobre su gestión afirmó: "hemos sido eficientes".
(emitido a las 8.57 hs.)
EMILIANO COTELO:
El comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Enrique Bonelli, dejará el próximo domingo el cargo que ocupa desde hace cinco años, y lo hará "con la sensación del deber cumplido", según él mismo comentó hace pocos días.
Bonelli asumió la Comandancia de la Fuerza Aérea el 1º de febrero de 2004, durante el gobierno del ex presidente Jorge Batlle, y ahora, al cumplirse el plazo máximo para desempeñar esa función, será sustituido el 1.º de febrero por el brigadier general aviador José Bonilla.
Con la llegada del Frente Amplio (FA) al gobierno y la nueva interpretación que el Frente hizo de los alcances de la Ley de Caducidad, la gestión de Bonelli estuvo muy marcada por la investigación sobre las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura.
Vale la pena citar, por ejemplo, el informe preparado por los tres comandantes en jefe, las excavaciones en predios militares, la localización de restos de un desaparecido en una chacra de Pando que había pertenecido a la Fuerza Aérea y el hecho de que Bonelli reconoció haber sido copiloto de uno de los vuelos que trajeron uruguayos apresados en Buenos Aires durante la dictadura.
El peso de esos temas hizo que muchas veces quedaran relegados ante la opinión pública otros asuntos vinculados a la gestión de Bonelli, como por ejemplo sus planes para modernizar la Fuerza Aérea.
¿Qué le dejaron estos años al frente de la Fuerza Aérea? ¿Qué cree que le faltó a su gestión? ¿Qué hará a partir del 2 de febrero?
Para responder estas y otras preguntas, estamos con el general del aire Enrique Bonelli, comandante en jefe de la Fuerza Aérea.
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EC - Quizás los oyentes no estén todavía familiarizados con esta nueva terminología, la de "general del aire", y estén más acostumbrados a que el comandante en jefe es "teniente general aviador". El cambio se produjo hace poco tiempo.
ENRIQUE BONELLI:
Sí, hace más o menos un año que el Poder Ejecutivo elevó un proyecto de ley, que fue aprobado, por el cual el grado de comandante en jefe en la Fuerza Aérea pasó a ser general del aire.
EC - Lo ubicamos esta mañana en su despacho de la Fuerza Aérea, ¿no?
EB - Sí, estoy en mi despacho.
EC - Ya está en los descuentos, porque el domingo va a ser sustituido por el brigadier general José Bonilla. ¿Cómo vive estos últimos momentos?
EB - Comprenderá, son 41 años de servicio, uno mira para atrás y pasaron muy rápido, pero a su vez es una experiencia tan rica en cosas que se hicieron, en cosas que sucedieron, en amigos que se fueron... [Se le quiebra la voz.]
EC - Está emocionado. Ha dicho que se va "con la sensación del deber cumplido", pero agregó que le habría gustado dar respuesta a las interrogantes de la población. ¿A qué tipo de respuestas aludía?
EB - Respuestas hemos dado, cuando se nos ordenó profundizar las investigaciones ya realizadas por la Comisión para la Paz tratamos de dar esas respuestas, que no estaban tomadas en ese informe, y completarlas. Fue lo que hicimos en la medida de nuestras posibilidades, fue lo que se intentó hacer y se hizo. No tenemos más respuestas para dar, no conocemos más respuestas para dar. No todos los actores de aquella época están entre nosotros, quizás los que se fueron tenían una mayor información que podíamos haber aportado. Eso no es posible, de manera que desde nuestro punto de vista no hemos podido hacer más nada para dar respuesta a lo que nos planteó una orden del Poder Ejecutivo.
EC - En agosto del año 2005 usted y los otros dos comandantes de las Fuerzas Armadas entregaron los informes al presidente Vázquez en los que se indagaba en el destino de restos de desaparecidos. Con el correr del tiempo se supo que esos informes tenían problemas, no todos los datos eran ciertos; a eso aludía usted. Por ejemplo, en el caso de la Fuerza Aérea se mencionaron dos enterramientos en la chacra de Pando y aparecieron solo los restos de Ubagesner Chávez Sosa, no los de Arpino Vega. Hay quienes dicen que se ocultó información o que se dieron datos errados. ¿Qué cree que pasó en el caso de esos dos desaparecidos, en el caso concreto del informe de la Fuerza Aérea?
EB - Datos errados no hay, es indudable que no aparecieron. Quizás nos faltaron datos, precisamente por lo que le decía. Datos errados o, como vulgarmente se puede entender, que ex profeso se dijo una información equivocada, no hubo; la información que se dio era absolutamente certera y de buena fe. Para eso no tengo explicación, no me lo puedo explicar porque los datos que logré reunir indicaban que los dos cuerpos tenían que estar ahí.
EC - ¿Y después del informe hubo tiempo, hubo espacio como para realizar alguna gestión más en torno a eso?
EB - Sí, tiempo hubo; no sé si espacio, no sé qué alcance le da usted a esa palabra. Yo reuní toda la información que pude, después no hubo más información, no se me aportó más información. Pero entiendo que fue así porque no había más información o no había quien aportara más información.
EC - Su gestión y su participación en estos asuntos en estos años tuvieron un capítulo aparte con un reconocimiento personal que usted hizo. Hubo todo un período durante el cual desde el oficialismo y desde la izquierda en general se venía elogiando su actuación en la búsqueda de información sobre el tema (el ex presidente Batlle y su entorno se quejaron de que usted en su momento no había dado a la Comisión para la Paz la información que suministró a este gobierno), pero en determinado momento sorprendió que usted admitiera que había sido copiloto del primer vuelo que trajo prisioneros de Buenos Aires a Montevideo. Usted reconoció eso en agosto de 2005, en declaraciones a Búsqueda, y aseguró que quienes pilotearon ese avión estaban convencidos de que les habían salvado la vida a esos prisioneros. Esa declaración suya determinó que después se lo citara a declarar en varios casos de violaciones a los derechos humanos por los traslados clandestinos. ¿Cómo analiza ahora, a la distancia, el reconocimiento que hizo y toda aquella etapa en su vida?
EB - Estaba procurando conseguir la información que se me había solicitado. Si el periodista me hizo ese planteamiento, obviamente manejaba información, entonces entendí que no podía negar el hecho, primero porque no cabía mentir, y segundo porque si yo estaba pidiendo información no iba a mi vez a negar información públicamente. De manera que me pareció del caso aceptar eso, que por otra parte se lo había aclarado directamente al señor secretario de la Presidencia de la República cuando él me planteó personalmente el tema.
EC - Usted había tenido una conversación con el doctor Gonzalo Fernández.
EB - Sí.
EC - ¿Cuándo? ¿Al comienzo del período de gobierno del doctor Tabaré Vázquez?
EB - Sí, una vez sacado el decreto que disponía que teníamos que investigar, no recuerdo cuándo, a la semana, dos semanas, tres semanas, fui citado y me dijo "está esto y hay que averiguar". Y yo le dije "ya está, le digo cómo fue, porque yo participé en ese vuelo". Eso fue advertido al Poder Ejecutivo inmediatamente después de que se planteó el tema. Pero después un periodista me hizo la pregunta e hice el razonamiento que le acabo de decir. Yo todavía no había hecho el informe, no había reunido totalmente los datos que necesitaba, y me pareció que si yo estaba pidiendo información no podía negar lo que yo sabía.
EC - Ese dato, ese antecedente suyo, ¿cómo marcó a partir de ese momento la relación con el gobierno y en particular con el presidente de la República? Para alguna gente de la propia izquierda, para votantes del FA, esa conducta suya es muy cuestionable. Hoy mismo, en este momento, están llegando mensajes de la audiencia y hay quienes no perdonan el hecho de que usted haya sido copiloto de aquel vuelo.
Por ejemplo, dice José, de Palermo: "Ese señor trajo detenidos al matadero".
¿Cómo lo habló con las autoridades y de qué manera perjudicó, o mejoró, el relacionamiento?
EB - Lo hablé de la forma que le expresé, si mejoró o no, no sé, yo me dediqué a ser comandante en jefe, a mandar a la Fuerza Aérea con lo mejor de mis posibilidades. Soy consciente de que hay gente que podrá estar de acuerdo y otra que no, de que hay gente que opina hoy, cuando pasaron 35 años, con la mentalidad y la realidad de hoy, que no eran las de hace 35 años. Nunca va a haber unanimidad, uno tiene que actuar de acuerdo a su convencimiento y a la lealtad institucional al Poder Ejecutivo, que fue lo que yo intenté hacer, nada más.
EC - Usted remarcó que los "pasajeros" de aquel vuelo salvaron su vida, que fueron traídos a Uruguay y a partir de ese traslado terminaron presos de manera formal. Pero quedó pendiente profundizar en otros vuelos, en especial en el segundo, cuyos pasajeros más de 20 luego habrían sido muertos todos. ¿En qué queda esa otra parte de la historia?
EB - Está en manos de la Justicia. Repito, yo no pude aportar más información que la que di, y la Justicia entró a actuar, está en sus manos.
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EC - ¿Sobre estos temas usted habló directamente con el presidente Vázquez, en particular sobre su participación como copiloto en uno de aquellos vuelos?
EB - No recuerdo, hemos hablado de muchos temas; concretamente de lo que usted me pregunta no recuerdo. Ya pasaron dos o tres años, específicamente de ese tema no recuerdo, pero hablamos de todos los temas.
EC - Otra especulación que ha circulado en estos años es que usted habría tenido un buen vínculo con el presidente Tabaré Vázquez por la común condición de masones de ambos. ¿Qué dice al respecto?
EB - No tiene nada que ver, el vínculo se forma en función de las personas y no de que pertenezcan a una organización u otra. Necesariamente el vínculo de un comandante en jefe con su mando superior tiene que ser bueno, si no, no podría funcionar y el comandante en jefe debería cesar. Con el señor presidente he tenido una relación correcta, cordial diría, y nada más. Pero no se la atribuyo a ninguna otra razón que a la condición de personas de bien y de los cargos que ostentamos, yo subordinado a él.
EC - Usted asumió como comandante en jefe en el gobierno de Jorge Batlle, y un año después llegó el FA al poder. Se sabía que el gobierno del doctor Tabaré Vázquez iba a indagar sobre el destino de los desaparecidos basándose en el artículo 4.º de la Ley de Caducidad. Pero no se dio solo ese paso, además se cambió la interpretación del alcance de la caducidad, se habilitó la actuación de la Justicia Penal en algunos casos que hasta entonces estaban protegidos y al poco tiempo cayeron presos varios militares por violaciones a los derechos humanos. ¿Pensó que se iba a llegar a ese extremo? ¿Cómo analiza las consecuencias de esos procesamientos?
EB - Las decisiones del Poder Ejecutivo son inherentes a él, si el Poder Ejecutivo tomó esas decisiones y condujo la interpretación de la Ley de Caducidad de una manera o de otra no tengo nada que decir, simplemente tengo que cumplir con las directivas que se me dan. Y menos analizar, no me corresponde.
EC - Se lo pregunto porque más de una vez usted ha hablado de su preocupación por el hostigamiento que tantos años después sentía que determinados sectores de la sociedad mantenían hacia las Fuerzas Armadas.
EB - Pero eso no tiene nada que ver con las decisiones que el Poder Ejecutivo ha tomado, corre por otro camino. Antes de este gobierno ya las sentía y después las seguí sintiendo. Por eso le digo, es aparte o corre en paralelo de las decisiones del Poder Ejecutivo.
EC - En abril del año 2006, en su discurso en el Día de la Fuerza Aérea, habló del "nunca más". Un año después retomó el asunto, pidió mirar hacia delante, pensar en nuevas relaciones entre civiles y militares, buscar nuevas formas de vinculación. ¿Cree que se avanzó en esa dirección?
EB - Poco, pero se avanzó. La población nos ve distinto, en nuestra actuación estamos demostrando ser un cuerpo homogéneo, un cuerpo de personas comprometidas con la patria, un grupo de profesionales que tienen un compromiso con la patria y que actúan en función de eso. Ese posicionamiento nuestro lentamente va dejando atrás toda esa percepción que en algunos sectores de la sociedad hay de las Fuerzas Armadas o de la Fuerza Aérea.
EC - Varios voceros del gobierno han anunciado la intención de promover la anulación de la Ley de Caducidad en un nuevo período al frente del Poder Ejecutivo. ¿Cree que eso afectaría ese espíritu de "nunca más"?
EB - Sinceramente no sé si puede afectar o no. Son también hechos políticos y de actores políticos, nosotros somos expectantes de las actuaciones de ellos, somos ciudadanos comunes que nos ajustamos a lo que devenga del pronunciamiento popular. Otra cosa no podemos hacer, ni corresponde que abramos juicios de valor, si la población decide esa anulación a partir de ese momento habrá que ver cómo se va a actuar, si la Justicia va a actuar, en qué forma. Pero nosotros no tenemos nada que decir, ni tenemos que centrarnos en eso, sino preocuparnos por nuestra tarea específica, por la mejora de la instrucción, por un mejor equipamiento para la fuerza para cumplir mejor nuestra tarea, que es vasta, grande, importante.
EC - Yo decía que en abril de 2006 en aquel discurso usted habló del nunca más, pero no hubo allí un pedido expreso de perdón. Probablemente sea de los jerarcas de las Fuerzas Armadas que más se acercaron en esa dirección. Desde la audiencia llegan ahora mensajes que insisten en el reclamo de que exista un gesto de ese tipo. ¿Usted qué dice? ¿Todavía hay tiempo en el caso de su gestión como comandante de la Fuerza Aérea? ¿Hace falta?, ¿no hace falta?
EB - Tiempo no hay, ya estoy fuera de esto.
EC - Su último discurso podría ser una oportunidad.
EB - Va a estar centrado en los logros institucionales de estos cinco años. Pero yendo a su pregunta, quiérase o no hemos dado pasos importantes hacia delante para ese reencuentro entre orientales, ese nunca más; el señor presidente buscó el 19 de junio como un día de reencuentro. Mi sensación es que quedamos solos, quizás no sea así, pero mi sensación personal es que las Fuerzas Armadas no han tenido un eco importante, no han recibido esos pasos que yo digo que hemos dado, entonces la cosa quedó ahí. El último 19 de junio se pensó que se podía progresar en ese sentido, pero quedó, no se avanzó. No hay que forzar las cosas, supongo que más adelante en algún momento podrá ser, es mi esperanza. Hasta ahora no ha sido posible, aunque sinceramente creo que hemos hecho mucho en ese sentido; entiendo que no lo hemos logrado, pero estoy tranquilo porque mi intención fue caminar hacia eso, y de a poco se va a ir logrando.
EC - ¿Es un paso que falta dar y que va a darse en algún momento, va a surgir de las Fuerzas Armadas un pedido de perdón?
EB - No sé, habría que analizar muy bien esa palabra porque no es decirla por decirla, tiene que haber todo un entorno para que se entienda lo que eso significa, para que se entienda qué fue lo que pasó. Pero para llegar a esa palabra todavía nos falta, por todos lados.
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EC - El general del aire Enrique Bonelli tiene 59 años, egresó de la Escuela Militar de Aeronáutica en 1971, antes de ocupar la Comandancia de la Fuerza Aérea cumplió funciones en dependencias de Montevideo, en el interior del país y también en Miami. El domingo 1º de febrero dejará el cargo de comandante en jefe que ocupa desde el 1º de febrero de 2004, porque cumplirá el plazo máximo permitido para ejercer esa función. Va a ser sustituido por el brigadier general aviador José Bonilla.
Si hablamos de la Fuerza Aérea en el contexto de las Fuerzas Armadas y su reforma, su reformulación con vistas al futuro y a los nuevos escenarios, ¿cómo ve lo que se ha hecho, lo que se ha avanzado en este período de gobierno?
EB - Ante todo, la ceremonia es el lunes a las 10.30 de la mañana.
EC - No es el mismo 1º de febrero.
EB - Técnicamente es, pero la ceremonia es el lunes a las 10.30 de la mañana. Con referencia a lo que usted me preguntaba, por ley orgánica de la Fuerza Aérea tenemos cometidos sustantivos que debemos cumplir y estamos haciendo. El Estado nos equipa, nos otorga personal y fondos presupuestales para desarrollar nuestra tarea. Nuestro trabajo permanente es administrar correctamente ese personal y los fondos asignados para obtener el equipamiento necesario para cumplir nuestra tarea. En estos cinco años nos hemos preocupado por eso, hemos tratado de modernizar la fuerza en todo sentido, con suerte variada, porque es un país que no destina, por razones obvias, un presupuesto de defensa muy grande: creo que con lo que nos han otorgado hemos hecho un buen trabajo, hemos sido eficientes.
EC - En el discurso de abril de 2007 usted dijo que "debe dejar de pensarse en el gasto de defensa como un elemento que va en detrimento o absorbe fondos que de otra manera irían a formar parte del denominado gasto social. La seguridad constituye un componente esencial del progreso económico y de cualquier proyecto de desarrollo sustentable de país". ¿Puede ampliar estas ideas?
EB - Por ejemplo, todos los incendios que se han producido en la época de verano se han producido donde están los veraneantes; eso afecta directamente el turismo, aparte de quemar hectáreas y hectáreas de bosque valioso, pero también ha cobrado vidas, lamentablemente cobró la vida de un compañero nuestro, un coronel retirado de la Fuerza Aérea que voluntariamente se puso a colaborar con los vecinos a extinguir un incendio en Piriápolis, y ha cobrado casas, viviendas de gente, se ha quemado mucho valor. Y nuestros helicópteros, nuestro personal en apoyo a la Dirección Nacional de Bomberos que tiene el mando sobre ese tipo de desastres naturales y al Sistema Nacional de Emergencia trabajaron incansablemente. Esos helicópteros estaban ahí, los teníamos, teníamos el equipamiento para combatir los incendios, pero por sobre todas las cosas teníamos el material humano, el capital humano para volar. No es fácil operar en una zona de incendios forestales con un helicóptero con un avión tampoco, el piloto tiene que estar muy bien entrenado para eso, tiene que ir al espejo de agua, que puede ser el mar, que es más complicado, puede ser una laguna, un ojo de agua, cargar su balde con 1.000 litros, adicionarle instantáneamente un peso muy grande al helicóptero, sacarlo, penetrar en la zona de incendio, muchas veces con referencias de sus propios instrumentos, volar a ciegas dirigido por el operador y tirar el agua en el lugar adecuado. Esa es una forma que tenemos de apoyar a la sociedad.
Por ahí viene el tema que digo, si no estamos preparados, si no tuviéramos nuestros helicópteros, nuestros helibaldes, y sobre todo nuestros pilotos entrenados, ¿quién habría hecho eso? De pronto se puede contratar, pero también tiene un costo, siempre tiene un costo. Y no apagar el incendio o no colaborar en apagar el incendio también tiene un costo, se lleva hectáreas y hectáreas de nuestra riqueza forestal, ataca el medioambiente. A eso me refiero, si el Estado, si nosotros no nos preocupamos antes de que venga ese tipo de catástrofe, ese tipo de daño, después toda la sociedad lo paga, y sobre todo lo pagan los más indefensos, los que tienen menos posibilidades.
EC - Usted decía en ese mismo discurso: "La realidad actual del país y del mundo hace inconcebible una Fuerza Aérea y unas Fuerzas Armadas preparadas solo para la guerra convencional o no convencional. Deben ellas, y la Fuerza Aérea en particular, estar preparadas y equipadas para ser componente esencial de una respuesta integrada cívico-militar para enfrentar desastres naturales, pandemias, accidentes bioquímicos, ataques terroristas, así como otros fenómenos naturales o provocados por el hombre que afecten las comunicaciones, el transporte y la infraestructura crítica del país".
Estamos hablando de un concepto muy amplio de seguridad.
EB - Pero el Estado, a mi juicio, debe darse esa seguridad, porque todos sus subsistemas tienen que seguir funcionando. Ahora estamos ante una sequía; OSE está trabajando me entero por la prensa haciendo pozos, tratando de suplir esta enorme sequía y volcando a la gente que lo necesita, se está importando forraje para el ganado porque no es posible alimentarlo de otra manera. Todos esos son problemas que están sucediendo en el país, y no porque nos veamos atacados desde el exterior o tengamos un problema interior, sino porque la naturaleza está poniendo a prueba al Estado, y el Estado está respondiendo.
A eso me refiero, tenemos que estar preparados, cada vez más preparados, porque nunca sabemos, por lo menos no exactamente, de dónde va a venir el problema. Años atrás hubo un gran ciclón, una tormenta que no fue prevista o que no se previó con la magnitud y la intensidad con que vino, y poco antes de que vinieran los turistas produjo un descalabro muy grande. Recuerdo perfectamente que el Ejército Nacional actuó en muchos lugares para sacar los árboles que habían quedado tirados y cómo había quedado la zona turística, la zona costera del país. Aunque parezca algo insignificante, pudimos hacerlo porque estábamos preparados con anterioridad.
EC - ¿Hay coincidencia a nivel político con ese concepto de seguridad y ese papel de las Fuerzas Armadas?
EB - Tradicionalmente un comandante se expresa de esa manera, con el señor ministro se hablan estas cosas y se está tratando de ponerlas en la Ley de Defensa, que tiene media sanción en el Parlamento. Por ahí puede ser. Mientras tanto, nosotros, que tenemos nuestra ley, tenemos nuestra tarea, tenemos que equiparnos y entrenarnos y prepararnos para eso. No es tarea fácil, porque una cosa es lograr el equipamiento y otra cosa es lograr el entrenamiento, capitalizar al ser humano, darle la instrucción, que esa instrucción llegue, se aprenda y después se pueda cumplir.
EC - ¿Por qué no se consagra un presupuesto que permita a las Fuerzas Armadas equipase para cumplir esos fines y entrenarse para ese rol? Ese presupuesto no se da, permanentemente escuchamos hablar de los problemas que tienen los aviones de la Fuerza Aérea, de falta de repuestos, permanentemente hablamos de la carencia de horas de vuelo que padecen los oficiales y los estudiantes mientras desarrollan su carrera. ¿Qué pasa? ¿Por qué ocurre eso? ¿Es simplemente porque Uruguay tiene dificultades en el desarrollo de su gasto? ¿O hay algún otro tipo de razones que frenan el presupuesto de las Fuerzas Armadas?
EB - Es un problema de cómo el Estado asigna sus recursos. En ese sentido, usted ha leído fragmentos de mis discursos pero también tiene que ver que las cosas han cambiado, yo vengo cambiando mi discurso porque la Fuerza Aérea ha mejorado la participación en el presupuesto. En inversión se nos ha incrementado 61% en estos últimos cuatro o cinco años, un 24% de funcionamiento y suministros, y eso se traduce en elementos visibles, como que pasamos de tener aproximadamente 18% de los aviones en orden de vuelo a tener alrededor del 45, 46%, hemos mejorado. Volviendo a los incendios, permanentemente teníamos cuatro, cinco y llegamos a tener seis helicópteros operando, y eso es justamente porque invertimos el dinero que nos ha dado el Estado, entiendo que lo invertimos bien, y ese flujo de dinero después se ve en hechos concretos.
Le voy a dar otros ejemplos. Ya recibimos el primer radar tridimensional que nuestro país compró con destino a la Fuerza Aérea, estamos haciéndole las pruebas de funcionamiento en sitio, está en Boiso Lanza. Eso es inversión, eso es alta tecnología.
EC - Da la impresión de que en ese terreno la Fuerza Aérea podría jugar un papel efectivo, por ejemplo en la detección de aviones o avionetas que sobrevuelan el territorio nacional con contrabando o con narcotráfico.
EB - Siempre lo hemos hecho, pero ahora tendremos un elemento más y de alta tecnología para detectar ese tipo de problemas.
EC - ¿Ahora sí se tendrán los medios necesarios para cumplir esa función? ¿O falta algo todavía?
EB - Siempre falta algo. Pero sí, vamos a tener los medios necesarios para cumplir, vamos a tener un radar fijo y otro móvil, con eso vamos a trabajar para conocer qué es lo que sobrevuela nuestro territorio, lo que quiere darse a conocer y principalmente lo que no quiere darse a conocer. Nuestro sistema de tránsito aéreo civil es de última generación, pero requiere que el piloto prenda un instrumento a bordo del avión que se llama transpondedor, si el piloto no lo prende, los radares civiles no lo ven. Ahora eso se va a revertir, nuestros radares primarios y secundarios van a recibir tanto el eco del avión que no prenda su traspondedor como el de aquel que sí lo haga. Vamos a poder intercambiar los datos con el Centro de Control Civil, va a mejorar la cobertura de radar del tránsito aéreo civil y vamos a tener una capacidad táctica muy grande para detectar y eventualmente interceptar aviones que no estén debidamente identificados.
EC - En definitiva, en este terreno, el del presupuesto, la infraestructura de la Fuerza Aérea, su nuevo papel en la sociedad uruguaya, ¿qué puntos importantes quedan para la tarea de su sucesor?
EB - Muchos, mi sucesor es un brigadier con quien hemos trabajado muy bien juntos en los últimos cinco años, conoce muy bien la Fuerza Aérea, ha sido comandante del Comando de Material Logístico y después jefe de Estado Mayor, desde donde se tienen prácticamente todos los hilos de la fuerza. Tiene claras nuestras carencias y virtudes, sé que va a trabajar para mejorar; es la ambición de todo comandante entregar la fuerza mejor de lo que la recibió.
Necesitamos profundizar nuestros procedimientos, nuestra doctrina, necesitamos mejorar nuestro equipamiento. No es porque el equipamiento que vuela esté obsoleto o mal, lo que vuela, vuela bien, está en orden de vuelo y es seguro. Pero tenemos que modernizar ese equipamiento, permanentemente se lo planteamos al Poder Ejecutivo, y en la medida que el Estado puede, invierte. Por ejemplo, se hizo un planteamiento al gobierno para cambiar sus motores de los C-130 por motores más modernos, y nos autorizó, estamos en pleno proceso para darle mayor seguridad a la operación de ese tipo de avión, sobre todo en operaciones con altas temperaturas y a nivel del mar superior, al decolar en altitud, algo que merma mucho la potencia de los motores. Los motores que van a venir son básicamente los mismos pero tienen mayor capacidad, ahorran combustible.
Ese tipo de cosas es lo que tenemos que hacer con nuestro presupuesto: mejorar la instrucción, mejorar la capacitación de nuestra gente, aggiornar la doctrina, las reglamentaciones y estar a lo que digan el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo a través de las leyes de la tarea que se nos asigna. En función de eso nosotros después tenemos que modificar, mejorar o rehacer para cumplir con ese mandato.
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Transcripción: María Lila Ltaif