Gandini: "El asunto no es gastar mucho o poco, el asunto es gastar bien"
La Universidad decidió gastar 217.000 dólares sobrantes del presupuesto en la compra de nuevas butacas para el Paraninfo. Jorge Gandini, diputado nacionalista, dijo que esa decisión "contrasta con una cantidad enorme de carencias que tiene la Universidad en su equipamiento", donde se ve a alumnos "sentados a lo indio en el piso, tomando apuntes entre las rodillas". Señaló que dicha compra "revela una forma de administrar mal los recursos" y que por lo tanto "el rector tendrá que dar cuentas".
(emitido a las )
EMILIANO COTELO:
"Las butacas de la discordia", así podría denominarse este debate que se ha abierto en el escenario universitario y también político, luego de una noticia que publicó el jueves el semanario Búsqueda. El título era: "Gasto de 217.000 dólares para renovar butacas del Paraninfo generó sorpresa en el sector estudiantil que lo considera disparatado".
El tema ha continuado en la agenda tanto el jueves como el viernes, incluso durante el propio fin de semana.
Por ejemplo, una de las novedades fue el que el ministro de Economía, Álvaro García, manifestó su disconformidad con el criterio que empleó la Universidad para adquirir butacas para el Paraninfo por un valor de 216.000 dólares, una operación realizada para no devolver a Rentas Generales parte del presupuesto que no se iba a poder ejecutar. El ministro formuló declaraciones a periodistas de los canales 10 y 12 que le preguntaron sobre el asunto en medio de una entrevista sobre el nivel de precios. Pero además, desde el Edificio Libertad, se había avisado al diario El Observador que García hablaría en contra del gasto realizado por la Universidad.
Una operación que, por otro lado, fue defendida por el rector Rodrigo Arocena, quien defendió el gasto aunque admitió que el costo de las butacas es muy elevado, y dijo a la prensa que la compra se realizó respetando todos los procesos de adjudicación.
¿Qué es lo que le molestó al ministro Álvaro García? "El presupuesto universitario se asigna en función de las necesidades establecidas por la casa de estudio, sin embargo -subrayó- si sobra dinero hay que devolverlo". También dijo que va a explicar este criterio, que va a abundar en su línea de análisis justamente a esta hora, hoy lunes, en la primera sesión del Consejo de Ministros del año 2009".
Pero por otro lado, hubo repercusiones a nivel de la oposición. Los disputados blancos José Carlos Cardoso, de Unidad Nacional y Jorge Gandini, de Alianza Nacional, dijeron al diario El Observador que el rector Arocena será convocado a la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Representantes.
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EC Estamos en este momento con el diputado Jorge Gandini. ¿Ya tienen resuelta la convocatoria al rector?
JORGE GANDINI:
Sí, tenemos que hacer las gestiones porque estamos en receso y las comisiones también lo están. Vamos a ver si en estos días podemos levantarlo para que la comisión cite al rector, de lo contrario lo dejaremos para la segunda quincena de este mes que ya va a estar levantado el receso.
EC ¿Cuál es el motivo, qué visión tienen ustedes de esta decisión que se conoció la semana pasada?
JG La Universidad tiene el enorme privilegio del cogobierno y la autonomía consagrados por la ley del 58 y tiene además la autonomía financiera mayor de todos los organismos públicos.
El Parlamento debate sobre la propuesta que hace la Universidad de la República, considera el proyecto de presupuesto que le manda el Ejecutivo, pero también considera uno diferente que manda la propia Universidad y entre ellos opta. Los uruguayos son conscientes de ese debate permanente en cada ley de presupuesto y en cada rendición de cuentas, y, generalmente, la Universidad obtiene algo más de acuerdo a lo que va proponiendo. El debate sobre el presupuesto se da en el ámbito parlamentario, pero nosotros no le aprobamos cada gasto como hacemos con otros organismos, le aprobamos un presupuesto global. La Universidad hace una propuesta, se lleva un respaldo presupuestal y luego con su autonomía dispone cómo lo gasta, por lo tanto es la Universidad la que tiene la responsabilidad en este caso.
Pero si bien tiene autonomía también tiene la obligación de rendir cuentas y creo que este es un episodio que es propicio para que conozcamos de primera mano del rector- por qué se toma esta decisión que no cayó bien porque contrasta con una cantidad enorme de carencias que tiene la Universidad en su equipamiento, que no sólo las conocemos por los estudiantes, por los docentes y por la propia universidad cuando nos viene a reclamar presupuesto, sino que además refleja una manera no correcta de gastar. El asunto no es gastar mucho o poco, el asunto es gastar bien. Acá lo que sucede es una práctica que se rechaza, que es la de no planificar adecuadamente y cuando llega fin de año en determinados rubros el dinero no ha sido gastado es decir no se ejecutó correctamente durante el año el gasto de acuerdo a la planificación, queda plata en el rubro y algún organismo se apresura a gastarla como sea para que, vencido el ejercicio, ese dinero no quede sin poder ejecutarse.
EC Ha pasado muchas veces, forma parte del folclore del gasto público del Uruguay, hemos conocido ejemplos de ese tipo en distintos gobiernos, y cuando trascienden siempre generan malestar ¿no?
JG Uno de los datos que nosotros desde el Parlamento siempre requerimos es el nivel de gasto ejecutado. Un buen nivel de gasto, de arriba del 90, 95%, es un signo de buena administración. Hay organismos que ejecutan el 80, el 70 y pico, vienen y piden pero luego no tienen capacidad de ejecución, sus órganos internos no son capaces de convocar a las licitaciones a tiempo, o sea hacer bien los procedimientos, y los agarra el mes de diciembre sin haberlos ejecutado y entonces aparecen estas cosas, "vamos a gastarlo rápido porque si no lo perdemos". No es que haya que devolverlo, Rentas Generales va liberando partidas periódicamente y si llega el final del ejercicio y no gastó, lo que no gastó no va de Rentas Generales al organismo y el organismo queda sin ejecutar, no se traslada al ejercicio siguiente, no se acumula con el ejercicio siguiente salvo excepciones que están consagradas en la ley.
EC O sea que se pierde, es plata que pierde el organismo por no haberla gastado donde tenía que gastarla.
JG El organismo vino, hizo un pedido y después no tuvo capacidad de ejecutarla y entonces la perdió obviamente. Esto también revela una mala gestión de los recursos que cualquier organismo tiene y particularmente la Universidad, que tiene esa potestad de la autonomía financiera, de gastar en lo que le parece, como le parece, siguiendo los marcos legales.
EC Uno de los argumentos que ha manejado el rector es que este gasto, esta renovación de las butacas del Paraninfo, estaba previsto para el año 2009, entre otras cosas porque se ha programado una serie de obras de remodelación de la sede central de la Universidad de la República, para ponerla a punto a los efectos de la conmemoración de los 160 años de la Universidad que se cumplen justamente este año. Como había un remanente de dinero que no se había podido gastar en los rubros correspondientes el año pasado lo que se hizo fue adelantar este gasto. ¿Qué dice usted?
JG Yo lo que digo es que le vamos a preguntar al rector cuántos recursos no pudo ejecutar en general en este año y cuántos de ellos utilizó mediante un procedimiento de estos a último momento, porque el conocimiento que tenemos de cómo se adjudica la licitación también despierta cierta suspicacias.
EC ¿Cuáles son las dudas?
JG Generalmente, cuando se hace de apuro se presenta un solo proveedor -que fue lo que pasó- y ese sólo proveedor como tiene que proveer rápido vende caro. Vamos a ver si esta es la situación, vamos a ver si tuvo opciones de comprar mejor y vamos a ver si este es un gasto prioritario, porque los órdenes que gobiernan la Universidad dieron la autorización para que se hiciera la reforma del Paraninfo pero desconocían que una de esas reformas era comprar butacas de 800 y pico de dólares cada una, lo que parece una desproporción frente a la carencia de sillas en una cantidad de salones de facultades donde los jóvenes ingresan y se sientan en el piso o quedan afuera, como sucede en los primeros años de varias facultades donde los salones ni siquiera alcanzan. El objeto principal, que es la educación, y el sujeto principal, que es el estudiante, sienten realmente una desproporción entre poner butacas caras para este salón de actos que se utiliza una vez cada tanto y no tener lo elemental que es una silla para sentarse y tomar apuntes. Los vemos sentados "a lo indio" en el piso, tomando apuntes entre las rodillas, y eso contrasta mucho. No parece lógico que la Universidad se apure tanto para poner el lujo en el Paraninfo y no haya tomado en el mismo rubro de equipamiento las providencias para que los salones de clase tengan sillas.
EC Si entiendo bien usted no cuestiona que se renueven las butacas del Paraninfo.
JG Esa es una decisión de la autonomía universitaria, a mí no me parece mal.
EC Se lo pregunto porque el viernes pasado cuando se discutió el tema en la tertulia alguno de los integrantes de la mesa -creo que fue el ingeniero Juan Grompone pero hubo otros miembros de la misma mesa que lo respaldaron- criticaron la polémica que se arma por una decisión como esta porque decían que creían ver detrás de ella el avance de una cultura de la pobreza, de una cultura de la miseria que tenía que instaurarse en el funcionamiento del Estado uruguayo. Ellos decían que una cosa es que la Universidad necesite recursos para el servicio tal o el servicio cual, pero también hay que asignar recursos para mantener un edificio histórico como el de la sede central, un edificio en el que las butacas no se cambiaban desde no se sabe cuándo. A principios de los años 60 -decía el propio pro rector, Ricardo Roca- estaban estas mismas butacas. ¿Qué dice usted sobre esa línea de análisis?
JG Es que la cuestión no son las butacas, la cuestión son las prioridades. Los administradores públicos tenemos la obligación de aplicar el criterio del buen padre de familia -así lo dice la ley- para administrar los recursos. El buen padre de familia tiene que valorar entre lo que tiene y las prioridades, y ésta no parece ser una de las prioridades de la Universidad frente a la carencia de recursos y a las necesidades que tienen y particularmente las necesidades que tienen en impartir docencia; hemos escuchado docentes que nos dicen "yo gasto de mi bolsillo para comprar el material para dictar clases" y eso es así. Hay carencias en salones de clase, los primeros años de varias facultades tienen más gente que capacidad locativa.
EC ¿Pero entonces el tema es que no se puede renovar las butacas del Paraninfo o que no se puede renovar a este costo?
JG Creo que debe haber algunas butacas más baratas que le mejoren las condiciones al Paraninfo sin gastar ese monto, y sin hacerlo a fin de año a las apuradas y sobre todo exhibiendo el criterio o el argumento de que es para no perder la plata. Eso revela una forma de administrar mal los recursos, no se gastaron a tiempo en lo que se tenía que gastar, porque si le sobró plata este año es porque no gastó en lo que planificó gastar, ese es el problema. Entonces tenía que gastar en algo que no pudo gastar y le sobró la plata y entonces dijo "¿En qué la podemos gastar? Vamos a gastar este año la que está prevista para el año que viene".
Ese el problema de fondo, la Universidad pidió plata para otra cosa, planificó gastarla en otra cosa y, como no pudo hacerlo por su inoperancia interna o vaya a saber por qué razón, entonces decidió gastarla en otra cosa y la gasta a último momento apurado y quizás comprando caro.
Eso creo que es un acto de mala administración del que el rector tendrá que dar cuentas, porque si bien tiene autonomía tiene también obligación de rendir cuentas sobre los recursos públicos.