Entrevistas

Couriel: "Jamás se puede pensar que Mujica imagina un Uruguay en función de los bosquimanos"

Couriel: "Jamás se puede pensar que Mujica imagina un Uruguay en función de los bosquimanos"

El senador por el Espacio 609 Alberto Couriel dijo a En Perspectiva que se tergiversaron las afirmaciones del precandidato oficialista José Mujica sobre la tribu africana kung san, también conocida como bosquimanos. "Mujica no imagina gente que trabaje dos horas por día", aseguró el legislador. Sobre las críticas que suscitaron los dichos del líder del MPP, Couriel manifestó que "son parte del juego electoral" y que lo que importa es defender la unidad del Frente Amplio, "que se consigue hablando de las virtudes de los candidatos". En este sentido, señaló que Mujica "tiene características como para hacer un excelente gobierno".

(Emitido a las 8.56 horas)


EMILIANO COTELO:
Los kung san son una tribu africana de la que muchos uruguayos nunca habían oído hablar hasta que José Mujica los mencionó y dijo que los admiraba.

Los kung san –también llamados bosquimanos– son un pueblo primitivo cuyos integrantes trabajan un par de horas por día, según destacó el propio Mujica.

La polémica no se hizo esperar. Por ejemplo, las declaraciones de Mujica fueron muy cuestionadas el jueves pasado aquí en La Tertulia, y sobre el final de la discusión quedó dando vueltas una pregunta: ¿cómo se entiende que Mujica diga que admira a los bosquimanos y al mismo tiempo destaque el desarrollo de Nueva Zelandia o de Suecia, y en América Latina indique como referencia al gobierno de Lula en Brasil?

Para conocer la respuesta desde el Espacio 609 y para conversar sobre otros temas de la campaña electoral, estamos con el contador Alberto Couriel, senador del Espacio 609, Frente Amplio (FA).

***

EC - ¿Usted también admira a los kung san?

ALBERTO COURIEL:
No, no los conozco. Solo tenía una compañera en preparatorios, en Colonia, a quien por su cara le decían "bosquimano". Ese es el recuerdo que tengo.

EC - ¿Dónde está lo positivo de ese ejemplo? ¿Cómo observa que haya terminado formando parte del debate de la campaña electoral?

AC - Primero, tengo la sensación de que Mujica es un lector de la antropología, que está preocupado por el hombre, por la libertad, por lo que trae de natural, por sus orígenes, por lo que las civilizaciones le van incorporando. Y como es un lector de esto, habla de esto. Pero pensar que Mujica esté planteando como una utopía, como elemento emblemático, retroceder a la era de los bosquimanos es una cosa poco creíble, poco sensible, que no tiene ningún sentido...

EC - ...¿Y por qué los menciona, por qué cita a esta tribu?

AC - Porque lee libros y se entusiasma, se ve que le gusta la antropología. Pero de allí a simular que Mujica esté tratando de presentarlos como la utopía, como elemento emblemático de futuro... Yo no me lo creo, supongo que tú tampoco. Estamos en un mundo globalizado, en el mundo del conocimiento, un mundo de grandes avances tecnológicos. Lo que más me llama la atención es la velocidad de los cambios tecnológicos. Esto de que vengo a la radio y me estoy mirando en una pantalla enorme, con lo que estoy diciendo; no lo había visto en otras radios, es la primera vez que lo veo.

EC - Es la pantalla que muestra la señal que se está viendo en este momento en Espectador.com y en los teléfonos celulares.

AC - Fantástico. Estamos en un mundo de gran avance tecnológico, estamos en el mundo de las innovaciones, y allí está el centro del discurso de Mujica, en el Uruguay inteligente, está mirando permanentemente una cosa de esta naturaleza. Por tanto me gustaría darte tres ejemplos de los que da Mujica para tratar de entender ese Uruguay inteligente, el país agrointeligente.

El primero, hay un problema en la relación activo/pasivo; esto es de carácter universal, pero en el caso uruguayo se ve agravado, porque tenemos menos crecimiento de activos, porque son bajas las tasas de fecundidad y de natalidad, porque hay una fuerte migración, que es una sangría que no hemos podido debilitar –se nos van científicos, profesionales, universitarios, gente joven–, porque tenemos todavía una cantidad de activos informales que no pueden cotizar a la seguridad social y muchas veces quedan fuera de la protección social, y porque por suerte los pasivos se incrementan porque sube la esperanza de vida al nacer en Uruguay. Entonces Mujica dice: ¿cómo hago para que estos activos que crecen menos que los pasivos puedan atender a esos pasivos? Hay que aumentar la productividad. Y productividad significa básicamente incorporar progreso técnico, adaptar progreso técnico, crear progreso técnico, y sobre todo formación de recursos humanos, sin eso es muy difícil. Por tanto veo un Mujica culto que mira el largo plazo, el mediano plazo, y dice "quiero el Uruguay inteligente".

Otro ejemplo habla de las escuelas de tiempo completo. Andrea Vigorito, una economista por quien tengo mucha admiración, muestra en sus estudios que si se toma a ese 21% de personas que están por debajo de la línea de pobreza y se le da un empleo de 40 horas semanales, dada su calificación, dado su nivel educativo, dos tercios permanecerían por debajo de la línea de pobreza, porque no están calificados, no tienen formación. Por lo tanto el empleo será una condición necesaria, pero no suficiente si no les resuelvo el tema de la educación, de la formación, de la calificación permanente. Para eso las escuelas de tiempo completo son absolutamente indispensables para los sectores más desprotegidos.

Otro ejemplo muy llamativo: Mujica dice que tenemos que avanzar hacia que la mayor cantidad posible llegue a tener educación terciaria. Un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo sobre México y otro sobre Brasil muestran que el aumento masivo de la educación terciaria mejora la distribución del ingreso. Además, si no tengo formación terciaria, la formación de los recursos humanos se va a ver limitada, la incorporación de progreso técnico, la adaptación al progreso técnico. Y esto es válido para el agro –ahí Mujica mete a Nueva Zelandia, porque lo vivenció, lo vio, los tipos que estaban trabajando la tierra tenían nivel universitario– y también para los servicios, para la industria. Por suerte Uruguay tiene grados de avance muy importantes en la informática, el software, la logística, y ojalá sigamos avanzando en turismo como lo estamos haciendo actualmente. Para la industria es un elemento clave, Uruguay en este momento tiene un 17% de exportaciones industriales con contenido tecnológico mediano y alto; más que Chile, que tiene solo el 6%; menos que Brasil. Pero cuando uno quiere mirar algo emblemático en esta materia, mira Finlandia, Corea del Sur, que tienen 55, 60, 65% de contenido tecnológico.

Entonces, te confieso que Mujica me sorprende positivamente. Me llamó la atención el discurso del 5 de marzo en 18 y Carlos Roxlo, con un contenido tecnológico fantástico, sin un papel en la mano...

EC - ...Y ¿cómo encajan en ese cuadro los bosquimanos y los kung san? ¿Qué papel juegan en esa visión del mundo y en ese proyecto de Uruguay?

AC - Ninguno, por supuesto que no juegan...

EC - ...Pero los ha mencionado más de una vez y lo ha hecho espontáneamente, no porque alguien lo haya tironeado.

AC - Claro, de pronto está leyendo un libro de antropología que le llama la atención, y a él le gusta mostrar elementos de esta naturaleza. Pero jamás uno puede soñar ni pensar que Mujica esté imaginándose el futuro de Uruguay en función de los bosquimanos, en función de que la gente trabaje dos horas por día. Él trata de mostrar que hay una historia antropológica que llevó a que en civilizaciones muy primitivas con dos horas de trabajo se tuviera la libertad de hacer otro tipo de actividades. Pero no tiene nada que ver con el mundo moderno, con el mundo tecnológico que vivimos, con este mundo globalizado en el que un día se nos cae nada más ni nada menos que el sistema financiero de Estados Unidos y otro día tenemos miedo de una pandemia de influenza o de fiebre porcina. No tiene nada que ver.

EC – Entonces, estamos hablando de un error que genera confusión.

AC - Ningún error, de ninguna manera...

EC – ...Le cito algunas de las respuestas que provocó ese planteo de Mujica en la Tertulia del jueves pasado.

Decía Daniel Chasquetti: "Esta iniciativa que toma Mujica merece ser discutida, no hay que dejarla pasar, porque hace a los componentes ideológicos de la izquierda. Esto trae consecuencias, los que creen que es un hecho anecdótico están equivocados. No es lo mismo pensar que el ser humano debe trabajar en las mejores condiciones para generar riqueza que pensar que el ser humano tiene que trabajar lo mínimo posible".

¿Qué contesta a esa observación?

AC - Dos cosas. La primera, que lo que importa en este momento es el trabajo con la mejor calidad posible y en las mejores condiciones posibles para llegar a la mejor calidad de vida posible. Segunda, siento que una de mis funciones básicas es mostrar las virtudes de Mujica, estos elementos de contenido de su discurso, pero también decir que hay una cosa que es un tesoro de la izquierda que no podemos perder: la unidad...

EC - ...¿Qué tiene que ver eso?

AC - Tiene mucho que ver, porque dos de los integrantes de la mesa que son de izquierda intentaron decir –y absolutamente no es creíble– que Mujica cuando habla de los bosquimanos los presenta como emblemáticos, como el futuro de Uruguay, y no tiene nada que ver con eso.

EC - Valenti, otro integrante de esa mesa, dijo: "Los bosquimanos no han progresado nunca, su progreso consiste básicamente en sobrevivir; no creo que Mujica proponga hacer a Uruguay un país de bosquimanos. Pero el planteo tiene una coherencia: es institucionalizar el país atado con alambre. Y eso es muy, muy peligroso para la sociedad uruguaya".

AC - A Valenti le digo lo siguiente –él lo sabe, pero se lo digo desde mis 19 años de legislador–: llegar a la unidad del Frente fue un trabajo tremendo. En 1971 conseguimos juntar al Partido Comunista y al Partido Demócrata Cristiano. Vino la dictadura, y probablemente, como dice mi querido amigo Alberto Methol Ferré, eso se transformó en una especie de pacto de sangre, porque la izquierda fue muy atacada, muy vapuleada. Recordemos los comités de base del 71, a los cuales iban los comunistas, los socialistas, los democratacristianos, los independientes, los que venían del Partido Colorado y del Partido Nacional. Recordemos que en el año 89 el Frente tuvo una fractura, que fue de tal naturaleza que los que se fueron o volvieron –Lescano, la democracia cristiana, Rafael Michelini– políticamente desaparecieron. Por lo tanto, esto que arraigó el Frente y que yo siento a partir de mis 19 años de bancada es un espíritu unitario brutal. Es muy difícil encontrar –aunque los hay– casos en los que el Frente haya votado dividido algún proyecto de ley.

EC - ¿A qué viene esto, qué tiene que ver con la discusión que estábamos comentando?

AC - Viene a que para mí el elemento de la unidad es fundamental. Entonces, en una campaña interna como esta me gusta mostrar las virtudes de los candidatos, y no estoy dispuesto de ninguna manera a atacar a otros candidatos del FA. Porque esto puede generar heridas de tal naturaleza que pueden afectar la unidad, porque preciso la unidad, la preciso para ganar la elección en octubre y la preciso para tener la gobernabilidad que tuvo el gobierno de Tabaré. Entonces a Valenti y a los amigos de la izquierda que hacen este tipo de críticas los invito con cariño a que después de junio nos encontremos todos juntos, gane quien gane, y estemos atrás del candidato que democráticamente la sociedad uruguaya plantee. Los quiero tener a todos para ganar la elección de octubre y darle gobernabilidad a un segundo gobierno del FA.

EC - ¿Esos comentarios de Valenti eran un ataque? La impresión era que se estaba dando una discusión sobre una idea.

AC - No hay ninguna idea especial. Habría una idea si Mujica hubiera presentado esto como un elemento emblemático, como la utopía a la cual tenemos que llegar. Pero no hay nada de eso, hay un mecanismo de tergiversación enorme, que es parte del juego electoral, lo admito. Por ejemplo, un destacado político, abogado, del PN dijo que Mujica por sus dichos es antipatriota y criminal. Yo escribí un artículo llamando a la cautela, a la cordura...

EC - ...Supongo que alude a Ignacio de Posadas. Pero yo estaba citándole otras declaraciones en un debate a propósito de un tema muy concreto.

AC - Son del estilo, se tergiversa tan brutalmente que se le quita nivel a la discusión en este Uruguay, que tiene un sistema político muy civilizado, que tiene una sociedad profundamente democrática y profundamente informada... Yo voy a cualquier radio de Uruguay, de Montevideo, a la hora que sea, abro los micrófonos y aparece gente con nivel, con planteos. Esto no se ve en otros países de América Latina, muestra una sociedad muy informada.

EC - ¿Por qué esa referencia a raíz de estas preguntas? ¿Para usted Chasquetti y Valenti estaban desinformando con la forma como comentaron esto?

AC - Estaban tergiversando la posición de Mujica, sin duda, como se hace muchas veces. Es parte del juego político, pero cuando alguien en la izquierda tergiversa yo lo llamo a la unidad, porque es fundamental, es un elemento clave de la historia de Uruguay. Yo camino por América Latina y cuando cuento que el Frente desde 1971 hasta ahora, en 38 años, tiene estos elementos básicos de unidad no me lo creen, les cuesta, porque esto no se encuentra en otros países latinoamericanos. Es un tesoro de la izquierda que no podemos perder.

Por eso yo llamo a una elección interna en la que cada uno hable de las virtudes de su candidato, que Carámbula las tiene, Astori las tiene, no está en discusión, y Mujica por supuesto también las tiene. No entremos a una tergiversación de esta naturaleza, que puede generar heridas, porque a veces genera violencia, y la violencia siempre genera violencia, y eso no le hace bien a la izquierda. Mi función en este momento es hacer el mayor esfuerzo por la unidad de la izquierda, hacer el mayor esfuerzo por mostrar las virtudes de Mujica, hacer el mayor esfuerzo por que la discusión sea lo más civilizada posible para que Uruguay siga teniendo esas características profundamente democráticas de su sociedad y del propio sistema político.

EC - El problema es que en una elección interna, en la medida en que hay varios candidatos, esos candidatos tienen que discutir y la gente que sigue a uno y a otro va a discutir.

AC - No digo que no discutan, pero que no tergiversen ni hieran.

***

EC - En lo que tiene que ver con el programa, Mujica ha dicho que si es el candidato del FA, se ajustará a lo resuelto por el Congreso; también lo han dicho otros los dirigentes del MPP. Ha sido dicho en varios reportajes en este mismo programa. Sin embargo, con frecuencia, Mujica y otros voceros de su movimiento hacen declaraciones en las que se salen del programa. Un ejemplo reciente: la senadora Lucía Topolansky con sus opiniones sobre cómo debería reformarse el sistema de seguridad social, eliminando las AFAP e incluso el Banco de Previsión Social (BPS). ¿Cómo se entiende ese planteo?

AC - Yo soy un defensor total de lo que ha dicho Mujica, que ha dicho tres cosas que no son menores. La primera, se despidió de la barra; dijo: "Yo soy hombre del Frente", lo que dio lugar a una nota muy emotiva de Fernández Huidobro titulada "Adiós, Pepe". El Pepe ya no es de nosotros, es de todos. Segunda cosa, Pepe ha dicho: "El programa del Frente es mi biblia", que es algo que siempre ha dicho Tabaré: "Yo tengo dos biblias, la Constitución de la República y el programa del Frente"; no es un hecho menor. Tercera cosa: si Mujica gana la elección interna y es el candidato a la Presidencia, los equipos técnicos serán los de todo el Frente, serán los técnicos del Partido Socialista, del Partido Comunista, de Asamblea Uruguay, de la Alianza Progresista, del Nuevo Espacio, de todos.

En este marco viene una campaña en la que alguien dice algo distinto de lo que está en el programa. Tu pregunta es correcta, yo ayer hablé con Lucía Topolansky...

EC - La senadora Lucía Topolansky dijo el jueves que es partidaria de ir hacia un nuevo sistema de seguridad social similar al de Suecia, en el que se eliminarían las AFAP, mientras que el BPS se limitaría a seguir la historia laboral de cada trabajador y a atender a los discapacitados. "Es un esquema tan distinto el de Suecia... en mi esquema vuela todo, el BPS, las AFAP", afirmó Topolansky en el programa Quién es quién, de Diamante FM. "Al sistema jubilatorio habría que darlo vuelta como una media. Nosotros hicimos una reforma tributaria e hicimos un impuesto a la renta, que hay que profundizar. Yo iría a un sistema similar al que tienen los suecos o los países nórdicos, en el que cuando yo pago el impuesto a la renta doy el aporte jubilatorio. Todo va a una bolsa del Estado, de la cual el día que me jubilo me pagan la jubilación. La jubilación tiene una escala que parte de un piso de dignidad y no de todo un andamiaje repetitivo".

Interrogada respecto a qué papel jugaría el BPS, dijo que "sería una oficina chica que controlaría la historia laboral". "Cuando algún uruguayo desapareciera de la historia laboral habría que irlo a buscar para que tuviera una modalidad de aporte, de modo que no hubiera al final de la cuenta gente que a los 65 años no llegara a la causal jubilatoria, que es una cosa muy penosa".

AC - Ayer hablé con Lucía Topolansky de este tema, y ella me dijo que no se dice que esto fue una opinión personal, que es minoritaria en el MPP, pero que sintió la necesidad de mostrar su utopía. A mí me importa lo que dice el programa del Frente, que habla de mantener las AFAP sin fines de lucro. Cuando se discutió esta ley en el Parlamento –creo que fue en 1996, yo la llamo la "ley Davrieux". Davrieux fue un gestor de primerísimo nivel en esa ley, que no era lo que proponía el Banco Mundial– con Astori hicimos varias reuniones para intentar algunas modificaciones; y del otro lado venían algunos ministros, y sobre todo el senador Fernández Faingold, que tenía en sus manos este proyecto de ley en el Parlamento.

Proponíamos sólo AFAP públicas o sociales, por lo tanto, lo que el programa plantea hoy es AFAP sin fines de lucro. No olvidemos que están cobrando comisiones enormemente altas para tener una cierta rentabilidad, lo cual es absolutamente lógico. No está planteado, hay discusión sobre estos temas, pero lo único que hay en el programa del Frente sobre seguridad social es una modificación de las características de las AFAP para que sean sin fines de lucro.

EC - Pero si el programa del Frente establece eso, ¿por qué en filas de la candidatura de Mujica con frecuencia se hace este otro tipo de planteos, que son personales, pero que se incorporan al debate?

AC - ¿Por qué decís "con frecuencia"?

EC - Porque, por ejemplo, podrían ubicarse en esa misma categoría los comentarios que el propio Mujica hizo en su momento sobre el tema del secreto bancario. El programa del FA tiene establecido un marco para el secreto bancario que no prevé la negociación con los países de la región de la flexibilización a cambio de ventajas comerciales.

AC - Tomemos ese ejemplo. Primero, toda la izquierda siempre fue muy crítica de la plaza financiera uruguaya, yo mismo fui muy crítico por los costos que significaron las compras de carteras de los años 82 y 83; la sociedad uruguaya pagó la caída del Banco de Italia, del Banco Pan de Azúcar, del Banco de Crédito, del Banco Comercial. Segundo, sobre el secreto bancario hubo discusión en la interna del Frente cuando se trató la Reforma Tributaria, porque Barreix y Rocca y la Dirección General Impositiva (DGI) planteaban el levantamiento del secreto bancario exclusivamente con fines tributarios, para tratar de controlar la evasión, por ejemplo, del IVA que pudiese pasar por cajas de ahorro o por cuentas corrientes de las instituciones financieras. Nosotros como 609 apoyamos ese planteo que venía de la DGI, pero no tuvimos la mayoría correspondiente y acordamos que esto no fuera. Pero ahora el levantamiento está en el programa del Frente. Mujica en determinado momento lee y dice "caramba, en el mundo desarrollado, a propósito de la crisis financiera internacional, se está discutiendo el tema del secreto bancario". Nunca dijo que él lo levantaría –eso también se tergiversó–, dijo que si en un momento determinado, atendiendo a los intereses nacionales, alguien le planteara la posibilidad del levantamiento del secreto bancario otorgándole ventajas de carácter comercial para que vender más rubros, con más contenido tecnológico, con más valor agregado, con más empleo, lo podría estudiar para ver si la validez de una negociación de esa naturaleza.

EC - El programa del FA no incluye un marco para eso. ¿Cómo lo estudiaría si fuera presidente y si estuviera rigiendo por el programa del Frente, que no lo incluye?

AC - Pero fijate qué interesante: en un momento determinado, inesperadamente, en el Grupo de los 20 la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) plantea que Uruguay no es un país cooperante en materia de información tributaria. A mi entender el gobierno de Uruguay actuó de la mejor manera posible, hizo inmediatamente todos los esfuerzos; yo estuve en contacto telefónico con el ministro de Economía y me contó que estaba hablando con Ángel Gurría, que fue ministro de Hacienda y de Relaciones Exteriores de México, de ahí lo conozco...

EC - ...Gurría es el director general de la OCDE.

AC - De ese modo Uruguay consiguió pasar de la lista de países no cooperantes a la de países cooperantes que van a implementar medidas en el futuro...

EC - ...Lo que implica flexibilizar el secreto bancario.

AC – No, no solo eso, sino que el Poder Ejecutivo dijo que estaba dispuesto a levantar el secreto bancario en acuerdos de inversiones con otros países en los que se levantara la doble tributación y se explicitara que había que otorgar toda la información financiera y tributaria. Lo hizo porque no quería que se le afectaran las inversiones extranjeras directas, que en este momento cumplen un papel muy importante en Uruguay. Entonces, mientras Mujica venía diciendo que en función de los intereses nacionales estaba dispuesto a levantar el secreto bancario para atender ventajas comerciales, el gobierno de Uruguay no tuvo más remedio –y lo hizo correctamente– que decir que estaba dispuesto a levantar el secreto bancario en determinadas condiciones para definir y para no afectar la inversión extranjera directa.

EC - Usted dice que el gobierno terminó haciendo lo que se le criticó a Mujica.

AC - De alguna manera, sí.

EC - ¿Entonces no estamos ante dos trasgresiones del programa? El propio gobierno actual habría trasgredido el programa del FA con el cual supuestamente se guía.

AC - Como profesor de la Facultad de Ciencias Económicas aprendí que una cosa es la teoría y otra es la realidad. Se genera un determinado conocimiento, se genera un concepto, se generan leyes, pero la realidad es mucho más rica, genera acontecimientos que eran inesperados cuando se elaboró el programa. Y hubo un acontecimiento: inesperadamente –yo no lo esperaba de ninguna manera– la OCDE decidió que Uruguay no era un país cooperante. Eso no estaba contemplado en el programa del Frente, de manera que no hay trasgresión de ninguna naturaleza.

Lo importante es que Uruguay no aparece más como paraíso fiscal, porque el FA hizo una Reforma Tributaria que dejó de lado uno de los elementos centrales de los paraísos fiscales que es la nula o baja tributación. Se gravaron las rentas del capital con un 12% para los intereses ganados, lo que hace que Uruguay quede fuera de la condición de paraíso fiscal, que es una de las cosas que el mundo financiero internacional en este momento, con cierto grado de hipocresía, está tratando de resolver. Digo con cierto grado de hipocresía porque el estado de Delaware en Estados Unidos tiene paraísos fiscales, porque colonias del Reino Unidos tienen paraísos fiscales, las crearon ellos mismos para que determinadas empresas no pagaran impuestos.

EC - Estábamos hablando de la campaña electoral, de cómo se presentan Mujica y quienes lo respaldan, de esto de que con frecuencia lanzan ideas que no están contempladas en el programa del Frente. A raíz de eso, a raíz de declaraciones como la de los bosquimanos, a raíz de las opiniones de Lucía Topolansky sobre la seguridad social, a raíz de cuestiones como el secreto bancario y su eventual flexibilización en una negociación con países de la región, a raíz de opiniones de cómo debería ser el sistema financiero, básicamente público, no nacionalizando bancos, Rafael Michelini –que notoriamente apoya a Astori– dijo este domingo: "Las chambonadas de Mujica y su gente comprometen a todo el Frente Amplio y afectan la gestión de este gobierno". Y agregaba: "Propuestas fuera de programa confunden e hipotecan las chances para que la izquierda sea gobierno de nuevo".

AC - Le respondo lo mismo que a Valenti: hay que hablar de las virtudes. Decir que es una chambonada es una cosa menor, no me preocupa, pero quiero defender la unidad de la izquierda, que se consigue básicamente hablando de las virtudes de cada candidato. Y Mujica las tiene de sobra. Primero, tiene un carisma excepcional. Hay que estar con él por las calles, la gente quiere el autógrafo, lo quiere tocar, lo quiere besar, quiere la foto. En la historia de la izquierda es muy difícil. Yo trabajé muchos años con Seregni y no tenía carisma, era un político de extraordinario nivel. Tabaré sí, Tabaré hizo dar un salto cualitativo a la izquierda por ese carisma personal excepcional.

Segundo, el contenido de su discurso, que es el contenido de un ser culto, de un chacarero culto.

Tercero, su capacidad de hacer acuerdos. Mujica fue el que promovió un acuerdo entre los sectores del campo, incluida la Federación Rural del Uruguay, con el PIT-CNT en 2003 y 2004. Luego, como no hubo ley de endeudamiento esto se vio afectado, pero Mujica es un hombre de diálogo, de acuerdos, de negociación, que son instrumentos inherentes a la democracia. Mujica se sienta con Larrañaga.


El Uruguay de 2010 no va ser el Uruguay de 2005 a 2008, va a ser un Uruguay con una crisis financiera internacional, con recesión en el mundo internacional –tal vez con caída de precios; por suerte todavía están altos los precios internacionales de nuestros productos de exportación–. Y la democracia es el gobierno de las mayorías y el control de las minorías, yo hice todo el esfuerzo posible por que el control de las minorías no estuviera sólo en el Parlamento, sino que estuviera en todas las instituciones estatales, en las empresas públicas; lamentablemente no lo logramos, pero es algo absolutamente indispensable en un futuro gobierno; los acuerdos sociales y políticos estarán arriba de la mesa. Y Mujica es un gran candidato para esto.

EC - ¿Esos acuerdos no serían viables si el presidente fuera Astori?

AC - Sí, perfectamente; yo estoy hablando de las virtudes de Mujica. Astori y Carámbula lo podrán hacer también, no tengo inconveniente en aceptarlo, porque Astori y Carámbula son dos excelentes candidatos también; eso no está en discusión.

EC - ¿Qué otras razones tiene para respaldar a Mujica como candidato? Porque dentro del propio Frente –y ni hablar fuera– hay objeciones muy serias a la personalidad de Mujica: se discute si es apta para ser presidente de la República. Por ejemplo, hay quienes dicen que es un buen filósofo o un buen agitador intelectual, pero que eso no garantiza ejecutividad, condiciones de liderazgo, etcétera.

AC - Eso depende de Mujica y de los equipos que forme, de todo el Frente, porque va a gobernar con todo el Frente, los ministros van a ser de todo el Frente, el programa va a ser el del Frente. Un representante del Partido Colorado ha dicho que si gana Mujica, vamos a tener una dictadura; yo creo que Mujica ha demostrado tener valores democráticos notables.

La gente tiene derecho a cambiar; en los 60 era otro Mujica. Este Mujica tiene características como para hacer un excelente gobierno, porque tiene nivel cultural, tiene capacidad de oír, tiene capacidad de acordar, tiene capacidad de negociar y asegura un elemento clave –igual que otros candidatos de la izquierda, pero Mujica sin duda porque ha peleado por esto–: la unidad de la izquierda. Esa unidad que es el tesoro de la izquierda, que no podemos perder y que nos diferencia del resto de las izquierdas del mundo y de América Latina.

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Transcripción: María Lila Ltaif