Entrevistas

Lorier: a la unidad frenteamplista hay que cuidarla "como la niña de nuestros ojos"

Lorier: a la unidad frenteamplista hay que cuidarla "como la niña de nuestros ojos"

El secretario general del Partido Comunista de Uruguay (PCU), Eduardo Lorier, aseguró a En Perspectiva que su sector apoyó la candidatura de José Mujica porque era el único candidato que podía alcanzar los dos tercios de los votos del Congreso del Frente Amplio, con el respaldo de los comunistas. Sobre las diferencias con Mujica, dijo sentirse tranquilo, ya que hay un programa oficial, que se cumplirá cualquiera sea el ganador. El senador también instó a cuidar "la unidad frenteamplista" y expresó que un gobierno de izquierda debe incluir a "los mejores hombres de todos los partidos, sin excluidos".


(emitido a las 8.55 hs.)

EMILIANO COTELO:
Es uno de los partidos más antiguos de la izquierda uruguaya, y, a pesar de su representación parlamentaria baja, juega un papel clave en la interna del Frente Amplio (FA) por el peso que tiene en la estructura militante. Estoy hablando del Partido Comunista (PCU), una colectividad que logró sobrevivir a las crisis de otros partidos comunistas en el mundo, y que en nuestro país ha trancado fuerte en la interna del FA y del gobierno en determinados momentos.

En esta elección interna, el PCU respalda la precandidatura de José Mujica, algo que en un principio resultó difícil de explicar, teniendo en cuenta las diferencias históricas que han existido entre ese grupo y el movimiento tupamaro.

Pero está claro que esas discrepancias han quedado atrás y hoy el PCU tiene un rol muy activo en esta campaña.

¿Qué papel está jugando? ¿Cómo maneja sus propuestas en sintonía con las de Mujica y con las del programa del FA?

Vamos a conversarlo con el secretario general, senador Eduardo Lorier.

***

EC - El PCU ha asumido un protagonismo fuerte en la campaña a favor de la candidatura de Mujica, eso se nota en la publicidad, remeras, balconeras, distintos instrumentos de propaganda. ¿Por qué? ¿Es por las bondades de Mujica como candidato, o es para evitar que la candidatura presidencial recaiga en Astori, con cuya gestión económica ustedes tuvieron discrepancias importantes?

EDUARDO LORIER:
La campaña electoral que estamos realizando no deja de ser bastante modesta desde el punto de vista propagandístico. Hay un gran esfuerzo militante que se observa básicamente en los muros; tenemos una brigada que recorre Montevideo y las seccionales que se ocupan de eso. Quizás haya una impresión, algo impresionista más que real en la campaña que estamos haciendo.

EC - A eso iba, el PCU se hace notar en esa campaña a favor de Mujica.

EL - Yo concurro con él a todos los lugares del país, a todas las localidades, tanto pequeñas como grandes, capitales departamentales o no.

EC - Lo hemos visto incluso subido a las bicicletas.

EL - Hemos bicicleteado, hemos "camineteado", hemos hecho muchas cosas insólitas en esta campaña electoral, es indudable. Y a veces eso tiene un efecto multiplicador muy importante, pequeñas cosas que impactan en la opinión pública mucho más allá de lo que uno se imaginaba en un principio, no pensamos que iban a tener ese efecto tan importante.

EC - Vuelvo a mi pregunta: el motivo. ¿Por qué Mujica?

EL - Hicimos todo un análisis previo a la elección del candidato en el congreso, en el que teníamos sobre la mesa cinco candidatos. Para nosotros eran cinco buenos candidatos, pero hete aquí que solo uno de ellos con nuestros votos podía llegar a los dos tercios, que era el número necesario para salir candidato oficial del FA. Y ese candidato que con los votos propios y los nuestros podía llegar a los dos tercios era José Mujica.

Ya habíamos tenido una experiencia traumática muy importante en el congreso anterior, en el que no habíamos podido resolver la candidatura del presidente del FA, la fuerza política del gobierno, entonces repetir aquel escenario en vísperas de la campaña electoral, de las internas y hacia octubre era una exposición muy peligrosa para la fuerza política, que habría implicado regalar a la oposición una serie de argumentos muy importantes que habrían impactado en la opinión pública.

EC - ¿Ese fue el único motivo?, ¿la viabilidad de que el nombre de Mujica alcanzara los dos tercios?

EL - Fue el primero y fundamental. No cabe duda, en nuestro análisis estuvo presente la visión del FA en su conjunto, como la tuvimos cuando decidimos apoyar a Brovetto y no a Constanza Moreira. En ese momento tuvimos nuestros encontronazos, nuestras contradicciones con los compañeros del MPP (Movimiento de Participación Popular), porque entendíamos que era prefigurar anticipadamente una candidatura a la Presidencia, más allá de que Constanza Moreira nos merece el máximo respeto y tenemos enormes coincidencias con ella, pero entendimos que una presidenta que no tuviera sintonía con el presidente de la República, como sabíamos que ocurría, no iba a ser lo mejor desde el punto de vista del interés general del FA, y en ese sentido [...] hasta cierto grado de correspondencia o continuidad en cuanto a visualizar lo general por sobre lo particular. Quizás desde el punto de vista político-ideológico nos habría significado una mayor cercanía apoyar a Constanza, no lo hicimos por los motivos que le señalaba, y desde el punto de vista de la elección del candidato a la Presidencia hicimos primar la visión de FA con candidato, del FA saliendo a la cancha con algo definido, y no como una bolsa de gatos como se habría presentado si el lunes siguiente al congreso no hubiéramos podido tener la resolución acertada, correcta de la temática.

EC - Pero sobre Mujica candidato no dice nada.

EL - Luego tenemos otra serie de cosas que importan también, porque hemos tenido coincidencias no solo con Mujica, no solo con los compañeros legisladores que quizás sean los referentes más importantes de Mujica, como Tajam, como Couriel, sino también con compañeros de otros grupos políticos, como Conde, Brenta, Gonzalo Mujica, el economista Notaro, el economista Quijano, etcétera, un conjunto importante de compañeros con quienes nos hemos reunido muchísimas veces para analizar y seguir de cerca la evolución de un conjunto de leyes y de proyectos de leyes que se fueron instalando en el Parlamento, que fuimos modificando en su momento, creemos que para mejorarlas. La reforma tributaria fue uno de los ejemplos emblemáticos que más nos acercó, que más nos unió desde el punto de vista programático a este grupo de compañeros que mencionaba, más otros que también podríamos incorporar a la lista. Repito, nos juntamos en diversas oportunidades y fuimos teniendo un conjunto de coincidencias programáticas importantes, coincidencias en la dirección que queríamos para el país, que después podían expresarse desde el punto de vista de la cuestión electoral o político-electoral.

EC - ¿Cómo observa, con esos antecedentes, el hecho de que Mujica anuncie que si es electo como candidato presidencial del FA, su equipo económico va a jugar lo más a la derecha que pueda? Lo dijo en la entrevista con Brecha hace pocos días: "En economía haré una maniobra de entrada lo más a la derecha que pueda, tipo Lula cuando llegó. Se trata de no asustar a los buenos burgueses que están por ahí, esas señales son claves, si no, corrés el riesgo de desestabilizar todo de entrada".

EL - No podemos olvidar otra cosa definitoria en todos los procesos del FA, que son las cuestiones programáticas. Yo señalaba en la segunda parte de la pregunta que usted me hacía que tenemos un programa que hemos aprobado en su conjunto, que tiene elementos muy concretos, muy específicos, y otros que habrá que desarrollar. Por supuesto que luego cada candidato le dará el matiz o el perfil que se corresponda más con su personalidad, pero hay un programa, y ese programa es lo que nos tranquiliza en torno a cualquier potencial declaración de cualquier candidato, incluyendo a José "Pepe" Mujica. Estamos muy tranquilos, porque además Mujica ha advertido, lo ha repetido en mil oportunidades, que el próximo gobierno "no va a ser un gobierno no de mi equipo". Nosotros podríamos decir "te apoyamos, y ahora queremos tanto", pero nunca jamás lo vamos a hacer. Y creemos que en esa misma línea que hablábamos del FA como cuestión central, estratégica, vital para los cambios en el país, tiene que ser un gobierno frenteamplista en el que estén todos los equipos y todos los mejores hombres de todos los partidos, sin excluidos, y con una participación absoluta desde el astorismo, pasando por el Nuevo Espacio, hasta nosotros o quien sea, que no haya una predominancia, una hegemonía de ningún sector que implique subordinar al resto de los compañeros.

EC - El PCU no vería como un inconveniente que se nombrara al frente del equipo económico –en caso de que Mujica fuera el candidato– a un hombre o nombres provenientes del astorismo.

EL - Incluso no estoy en desacuerdo en que Astori sea el candidato a la Vicepresidencia de la República, al contrario.

EC - Le hago esa pregunta también: si Mujica resulta triunfador, ¿hay que ofrecerle la candidatura a la Vicepresidencia a Astori?

EL - Tenemos que poner en marcha todos los motores, absolutamente todos, no puede quedar ninguno a mitad de camino, y nadie puede desconocer la importancia estratégica que tiene el motor Astori. No veríamos con ningún tipo de problema su candidatura a la Vicepresidencia. Es más, en las negociaciones en el congreso participamos de una formulación de esa naturaleza, porque veíamos los grados de popularidad y de posibilidades de cada uno, y, contrario a otros análisis, incluso el del presidente de la República, analizábamos que Mujica era capaz de lograr una atracción sobre masas de nuestra población superior a la de Astori.

Le hago un relato muy breve. En la última gira que hicimos, que terminó en Melo y Treinta y Tres, en un local en puntas del Parao –el Parao es un arroyo–, y allí, 38 kilómetros adentro –por allí también se llega a la quebrada de los Cuervos, para dar una idea de dónde estábamos–, había más de 60 productores. También hombres asalariados del campo, alambradores, pero había productores importantes que son votantes de Mujica. Y son blancos, lo dijeron en todo momento, ninguno de ellos negó su categorización como blanco.

Incluso uno de los productores, si no me equivoco de apellido Ferré, nos hizo una anécdota muy interesante. Era amigo de Wilson Ferreira Aldunate, salían juntos, participaban juntos en actividades, y un día lo llama Wilson, que ya vivía aquí en la rambla, en su apartamento clásico, y le dice: "Te tengo que dar una muy mala noticia"; "¿Qué pasó?"; "Y, se me fue un hombre muy inteligente y muy sagaz, se me fue con los tupamaros"; "¿Quién es?"; "Mujica". Y dice Ferré: "Yo no tenía ni idea de quién era Mujica". La anécdota revela hasta qué punto ya en ese momento Mujica era valorado por Wilson Ferreira Aldunate dentro del Partido Nacional (PN).

***

EC - ¿En qué quedaron las diferencias históricas entre comunistas y tupamaros, por ejemplo sobre cómo llegar al poder, lucha armada versus movilización y acumulación electoral, que supieron ser tan fuertes y que los enfrentaron tanto? ¿Cómo jugaron aquellos antecedentes, aquellas diferencias del pasado entre el PCU y el MLN?

EL - La vida misma fue determinando y resolviendo esas cuestiones. No fueron la teoría ni las discusiones por los distintos medios, la vida determinó que el camino fuera el FA, la acumulación de fuerzas, fortalecer el conjunto de organizaciones políticas y sociales que hoy hacen del Uruguay un lugar muy especial en América Latina. Somos el único país de América Latina que tiene una sola central sindical, más allá de estos intentos totalmente insignificantes de dividir a la central sindical. Dentro de la izquierda somos el único país que tiene esta unidad frenteamplista que hay que cuidar como la niña de nuestros ojos, porque es ejemplo en todo el mundo. Cuando los frenteamplistas van a distintos países, una de las primeras cosas que asombra a los demás y por la que preguntan y preguntan es cómo hemos hecho para mantener durante 38 años la unidad de la izquierda, un factor que no caracteriza a las demás izquierdas del continente, que al contrario, se caracterizan por su dispersión. Fíjese ahora en las elecciones en Argentina dónde están ubicados los distintos partidos, en un macramé tremendamente complejo de la izquierda argentina, y de la izquierda brasileña misma si se quiere.

Por lo tanto eso fue resuelto ya por la vida, por los hechos, la acumulación de fuerzas, el trabajo por este camino fue resolviendo las diferencias y hoy ya no discutimos más sobre estos temas sino sobre cómo seguir acumulando, cómo seguir convenciendo, cómo seguir logrando que gran parte de nuestro pueblo, por obra y gracia de los trabajos que está realizando nuestro gobierno, se vayan convenciendo y afirmando cada vez más en defender, construyendo al mismo tiempo un proyecto de cambio complejo.

EC - Sobre ese tema de la acumulación, en la entrevista en Brecha del 29 de mayo, Mujica dice que "los cambios de fondo que hay que encarar en un segundo gobierno del FA no son posibles con un presidente que sea simplemente correcto, que se necesita ‘patear el hormiguero’". Dice en un momento: "Yo creo en el entusiasmo de la gente", y cuando le preguntan: "Pero ¿cómo se entusiasma a la gente?", contesta: "Con presidentes que sean capaces de hacer una huelga de hambre, de mandarte al diablo, de armar un relajo de la gran siete, de pelearse con la burocracia, pelearse con la dirección del PIT-CNT, con los milicos. Y sí, tranquilo no va a ser, tenés que complicarte la vida. Ahora, si vas a estar de señor pacato, y que esto y lo otro, más vale no pelees por el gobierno".

¿Cómo le suena ese planteo al PCU?

EL - Yo lo traduzco de la siguiente manera: para nosotros es muy importante el factor subjetivo, el factor entusiasmo, el factor de la gente detrás de un proyecto en el que cree, en el que participa, que está construyendo. Uno de los errores claves que vimos en los procesos de construcción de nuevas sociedades que se quisieron intentar en esta humanidad fue la enajenación, la separación de las grandes masas del proyecto en sí, apropiados por tecnoburócratas que se decían de izquierda y que resultaron después más de derecha que otra cosa. En ese sentido el entusiasmo, las ganas, una mentalización positiva de un pueblo para lograr los objetivos son esenciales.

EC - ¿Comparten las herramientas que maneja Mujica para lograr ese entusiasmo: "hacer una huelga de hambre, mandarte al diablo, armar un relajo de la gran siete"?

EL - Esas son formas muy específicas que él tiene de expresarse. Todos sabemos cómo son sus formas concretas de actuar. Lo miramos como un elemento un poco desencajado de su verdadero actuar en este país durante tantos años, y en especial durante su gestión.

EC - No entiendo qué quiere decir.

EL - Que son expresiones muy típicas. Muchas veces habla de una manera especial, que a veces no se corresponde con los hechos.

EC - ¿Usted dice que no va a ocurrir eso en un gobierno presidido por Mujica?

EL - No, vamos a tener mucho entusiasmo, muchas ganas, va a acentuarse el papel de la participación popular, el papel de apropiación popular de los hechos que se están produciendo. Eso es muy necesario, muy importante para asegurar la continuidad de este proceso de cambios. El otro día estuve en Treinta y Tres, en un barrio bien pobre, y ahí entró en el tema de la seguridad, que es otro temazo que va a estar en la campaña electoral. Le cuento el ejemplo de un hombre que trabaja, se levanta muy temprano y llega dos y media a su casa, y ya a las tres está trabajando con niños, con jóvenes, con viejos en un club que está en una zona de los arrabales de Treinta y Tres. Allí no hay droga, no hay delito, allí hay mucho trabajo físico. Por suerte la Intendencia les hizo ahora un lugar donde tener todos los instrumentos, y han conseguido donaciones de instrumentos para hacer deportes.

Señalo esto porque ahí hay un factor entusiasmo, porque ese hombre está entusiasmado porque ha hecho el objetivo de su vida, sin ganar un solo peso, el hecho de contribuir a la sociedad en un tema de esa naturaleza. Si pudiéramos multiplicar por muchos miles ese hombre nuevo, ese preproyecto, ese proyecto de hombre nuevo que hace esas cosas de esa forma, qué distinta sería la vida, qué distintos y más rápidos serían los proyectos y cómo lograríamos pelear con un fenómeno que todas las sociedades modernas tienen, que es la burocratización.

EC - En ese plan, Mujica llega a manejar la posibilidad de pelearse con la dirección del PIT-CNT. Va incluso más allá, dice: "El sector sindical se me va a asustar, pero hay que influir también sobre él. Yo creo que la madurez del sindicalismo está en la lucha por asumir con responsabilidad cada vez más cosas. No creo que se pueda cambiar el Estado si no cambia un poco el sindicalismo, no se puede hacer una reforma del Estado contra los trabajadores y contra los sindicatos, hay que hacerla con ellos. La dirección de la central te dice ‘al Estado uruguayo hay que cambiarlo’, pero que la propia central, escalones abajo, pueda hacerlo, no es sencillo".

¿Comparte esta decisión de ir a confrontar al movimiento sindical, de que el movimiento sindical tiene que cambiar?

EL - Nadie es perfecto, todos tenemos que hacer las críticas y las autocríticas.

EC - Se lo pregunto al secretario general de un partido que tiene una influencia fuerte en el movimiento sindical uruguayo.

EL - Ni que hablar. En ese plano le digo que nadie es perfecto, nosotros tampoco, ni tampoco lo es el movimiento sindical. Desde mi punto de vista, ha primado una visión de país general muy importante, sobre la visión sectorial o corporativa que algunos sectores han querido hacer creer que prima en los sectores sindicales. No digo que no la haya, que no exista ese tipo de elemento en algunos sectores sindicales, pero en la generalidad, en el PIT-CNT en su conjunto, en su dirección, existe una visión de país muy acendrada. Hace muy poco tiempo se realizó un Congreso del Pueblo que marcó lineamientos muy importantes en torno al conjunto de la vida nacional, que se han analizado muy poco.

Y por otra parte pongo ejemplos muy concretos. Le pongo el último, que conocí hace muy pocos días a través de un dirigente sindical muy importante de Ancap, Juan Gómez. Me dice: "Eduardo, mirá qué interesante lo que está pasando con el dique de la Armada Nacional. Ancap iba a encargar la construcción de dos barcazas para el transporte de petróleo hacia el litoral, por el río Uruguay, pero nosotros conversamos con el directorio de Ancap y se resolvió una cosa interesantísima: se está utilizando el dique nacional, está trabajando la Armada, y están trabajando armadores privados para construir esas dos barcazas que se iban a encargar no sé a dónde, capaz que a capitales extranjeros". Las potencialidades uruguayas son tan grandes, son de tal dimensión si sabemos combinar lo que tenemos en materia de elementos públicos y privados, que podemos llegar a hacer cosas que ni nosotros mismos imaginamos.

EC - Yo le preguntaba a propósito del movimiento sindical, ¿cuánto tiene que cambiar?

EL - El movimiento sindical fue el que tuvo esa visión, fue el que convenció, o al menos tuvo parte en ese convencimiento de que era importante tener esa visión de país, tener esa visión global, general. Podría haberse desentendido y no tener ningún tipo de interés en ese elemento y pensar solamente en sus salarios, en las categorías o en la mejoría de tal o cual elemento particular que a ellos les interesara. Sin embargo han sido protagonistas esenciales, en este caso haciendo la propuesta, y en otros casos apoyando lo de ALUR, por ejemplo, otro proyecto de interés estratégico, no solo desde el punto de vista económico de si va a ser rentable o no, que lo va a ser, sino por la mezcla de cosas que ahí está ocurriendo y que a veces no se analizan. Ahí se está utilizando un conjunto de instrumentos estatales que muchas veces se analiza en forma abstracta. El Estado no es el Estado, el Estado es Ancap que le vende energía a UTE, que participa a su vez con esa enorme caldera, que es una de las más modernas de Uruguay, que se acaba de inaugurar. Pero el Estado también es el Instituto Nacional de Colonización, que se encarga de repartir tierras a miles y miles de pequeños y medianos productores, incluso los eternos excluidos del campo, los "peludos", aquellos que cortaban la caña de azúcar, la base del movimiento UTAA, de Sendic, que hoy tienen posibilidad de acceder a la tierra.

También es UTU, que acaba de inaugurar en el segundo piso del hotel de Calnu un curso para unos 30 muchachos sobre biocombustibles que se va a ir ampliando. También es el MIDES, que ha participado en todos estos proyectos con apoyos sociales de suma importancia mientras se transitaba hacia la consolidación del proyecto. Pero además también son los actores privados, que hoy estarán en conflicto con el tema del precio –y de eso vamos a tener mil y una cuestión y no me preocupa el tema en sí, lo vamos a solucionar, como siempre, sentándonos en una mesa de negociación–. Tenemos un conjunto de actores privados, desde los más chiquitos hasta los medianos y grandes, que están actuando en este tema. Así como tenemos a Ancap trabajando con Cousa, la única fábrica aceitera del país, y están por llegar las dos grandes plantas que se compraron en Holanda para producir biocombustibles con los desechos, donde hay una mezcla, una interacción público-privado muy interesante, que es lo que aspiramos a impulsar en un mundo en el que la inversión extranjera directa va a escasear y por eso tenemos que potenciar en forma muy importante todos estos mecanismos que están ahí y no nos damos cuenta.

***

EC - Yo le preguntaba a propósito de ideas que maneja Mujica que podrían chocar con posiciones tradicionales del PCU. Resulta que también hay puntos en los que la discordancia aparece pero en sentido contrario. En la misma entrevista en Brecha, Mujica se desmarca de algunos planteos que el PCU esgrime en esta campaña electoral. En un momento le preguntan por qué él y algunos de sus aliados plantean ideas o propuestas que no están contenidas en el programa, se produce un intercambio sobre qué tipo de asuntos, y en un momento, a partir de una aclaración que hace Mujica de que lo de las AFAP había sido un planteo personal de Lucía Topolansky, los periodistas dicen "pero no solo posiciones personales, el PCU dice que hay que renegociar la deuda para destinar recursos al aparato productivo, dice que hay que nacionalizar el sistema financiero". Y Mujica reponde: "Bueno, eso van y se lo preguntan al PCU, no me lo pregunten a mí". Y agrega: "El PCU tiene su manera de pensar, está pintando en las paredes que hay que renegociar la deuda, no sé lo que quiere decir con renegociar la deuda, porque si vas a renegociar la deuda con cada uno que tiene un bono... Con el Fondo ya no tenés más nada que conversar. Preguntales a ellos, en el Frente cada uno da su opinión y yo defiendo la libertad de opinión.

Pero en algunas cosas fui bien claro, por ejemplo sobre el frigorífico nacional. Si por frigorífico nacional se entiende una cosa del Estado al estilo de lo que se tuvo, vení más tarde que hay cocoa, eso no. Si se entiende por frigorífico algún emprendimiento en el derecho privado en el que participen carniceros, trabajadores y demás, buscando tener un elemento que pueda servir en parte como ente testigo, no lo descartaría, pero en el plano del derecho público, ahí lo descarto de cajón. Si me querés plantear una cosa que tenga empleados públicos, seguro de paro, toda esa parafernalia, no, papá, no te la llevo, no te la puedo llevar, ya aprendimos, yo soy socialista pero no bobo".

EC - ¿Qué dice de estos comentarios de Mujica sobre planteos del PCU?

EL - En primer lugar, tenemos nuestros planteos históricos que no debemos confundir con los planteos del programa del FA. Somos totalmente defensores del programa que aprobamos en el V Congreso Extraordinario Zelmar Michelini, que de eso no quepan dudas, a eso nos vamos a atener. Eso no quita que tengamos nuestros propios proyectos, que no dejaremos de llamarnos como nos llamamos y de tener la perspectiva histórica que tenemos, democrática avanzada hacia el socialismo. En ese sentido proponemos, tenemos ideas que otros sectores podrán no compartir. Ahí la unidad en la diferencia, que es el FA, trasmitimos esas ideas, las decimos, no las ocultamos; sería malo o negativo decir que estamos en desacuerdo con una renegociación mejor de la deuda pública, que nos lleva tanto dinero y tantos recursos.

EC - Mujica advierte que renegociar la deuda es algo irreal en las actuales circunstancias y con el tipo de endeudamiento que tiene Uruguay.

EL - Lo vemos en una perspectiva más global, de más lejano plazo, porque en este momento, en este instante el programa no lo establece. No vamos a insistir ni hacer algo que el programa no determine. Si usted encuentra eso en el programa, bárbaro, vamos a insistir.

Al mismo tiempo, así como le digo una cosa le digo la otra, y no hay contradicción, el programa dice que hay que ver y estudiar un frigorífico nacional. Eso no está en contradicción con lo que dice Mujica, porque no se establece de qué manera, qué forma, qué tipo va a tener ese nuevo frigorífico nacional o la nueva flota pesquera que podamos establecer; no se detalla.

EC - Pero ¿comparten un esquema como el que Mujica maneja para eventualmente ir hacia un frigorífico nacional?

EL - Lo discutiremos en su momento, haremos los análisis que haya que hacer, porque se habla en términos genéricos de la necesidad –y en eso todo coincidimos, y Mujica el primero, porque ha dicho y repetido mil y una vez que el programa es clave para él...

EC - ...también es evidente que Mujica tiene posiciones muy terminantes en estos asuntos.

EL - Sí, pero él no niega la existencia de un frigorífico nacional. Estamos viendo, analizando, o vamos a ver de qué manera, cómo lo instrumentamos, si en el derecho privado, en el derecho público; si con los carniceros, con los pequeños y medianos productores, con los trabajadores. Ese es otro tema que no está laudado, no está discutido, no está concretado en el programa. Lo que está concretado es la creación de un frigorífico nacional, de lo que Mujica no se expide en contra.

Con respecto a la deuda pública, ahí podemos entrar en otro tipo de análisis mucho más personal. No está en el programa la concreción de la renegociación,  ha habido un alargamiento de los plazos de pago de la deuda, hemos logrado derrocar las montañas que existían para el pago de la deuda en determinados años, herencia que había quedado de los gobiernos anteriores, y eso es un mérito que tenemos que reconocer. Hoy tenemos mayor tranquilidad, pero serán nuestros hijos y nuestros nietos los que tendrán que afrontar después esos pagos que no disminuyen, que no desaparecen, y los pagos de intereses, que se llevan casi la plantilla de empleados públicos uruguayos, tenemos que pagar tanto como pagamos por los empleados públicos que tenemos. Son temas que no están en el programa. No voy a eludir el tema de las AFAP, por ejemplo, que ha sido polémico.

EC - Ustedes son partidarios de que las AFAP desaparezcan.

EL - Somos partidarios de un sistema de seguridad social, tal como lo ha establecido el equipo de representación de los trabajadores del Banco de Previsión Social, cuya columna vertebral sea estatal y haya la posibilidad, si usted quiere, puede y necesita, de tener un seguro particular. Pero que sea un sistema en el que la clave, el eje, el centro sea el sistema público estatal. En esta etapa planteamos cómo utilizar mejor, si es posible, con todas las garantías habidas y por haber, los recursos que las AFAP necesitan indefectiblemente colocar, que están colocando en bonos o en letras del Estado para financiar sus déficits, y podrían tener mucha mayor proyección si se los utilizara desde un punto de vista productivo, desde un punto de vista de construcción de vivienda, algo que quedó como una posibilidad a explorar de la época de Mariano Arana como ministro. Solamente se han hecho dos cosas desde el punto de vista productivo, que fueron el FAL 1 y el Fondo Arrocero, que no fueron malas porque tenían todas las seguridades de repago habidas y por haber, pero se puede implementar [...] sin afectar las posibilidades del ahorro de nuestros trabajadores implique involucrarse en las medidas que le señalaba al comienzo para potenciar los recursos, los ahorros uruguayos para las actividades productivas serias, bien pensadas, bien razonadas, rentables, y que no perdamos dinero como hemos perdido, aunque hemos recuperado algo.

Las cosas son como son, cuando bajan los bonos internacionales uruguayos a raíz de toda esta crisis, que para nosotros es de larga duración, que recién está viviendo algún elemento de recuperación ficticio que no va a ser duradero, con más razón tenemos que prepararnos para los tiempos que vendrán con todas las potencialidades y todos los recursos y las armas que los uruguayos somos capaces de crear.

Y agrego algo más: no estamos en contra de la inversión extranjera directa, como se ha dicho, pero no nos gusta este superlatifundio de 250.000 hectáreas que se ha conformado, creemos que es incluso peligroso para la ciudadanía uruguaya. Tiene que estar en un conjunto de sectores importantes, estratégicos, que le hacen bien a Uruguay y que generan trabajo e inversión.

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Transcripción: María Lila Ltaif