Internacionales

España y el mundo después del 11-M y el triunfo del Psoe

Informe de Javier Ortiz (diario El Mundo).

{{b}}EN PERSPECTIVA Jueves 25.03.04, 08.12.{{/b}} EMILIANO COTELO: Volvemos a España, en cuya escenario político vienen produciéndose novedades casi diariamente, sobre todo a partir del sacudón fuerte que implicaron, sucesivamente, los atentados de Madrid del 11 de marzo y las elecciones del 14 de marzo que ubicaron como triunfador a José Luis Rodríguez Zapatero, el candidato del Partido Socialista Obrero Español (Psoe). Algunas de las noticias de las últimas horas: el futuro presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, reafirmó que las tropas españolas en Irak volverán a casa si las Naciones Unidas no asumen el control de la seguridad y la transición democrática en ese país. La posición del líder socialista fue planteada en reuniones que mantuvo ayer en Madrid, por ejemplo con el secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, y el primer ministro británico Tony Blair, quienes en cambio insisten en que España mantenga sus efectivos en Irak. Vamos a analizar estos hechos en contacto con Javier Ortiz, periodista del diario El Mundo, columnista y subdirector de las páginas de opinión, además integrante de las tertulias de Radio Euskadi. ¿Qué impresión se tiene en España a propósito de esta especie de transición que está teniendo lugar y que implica, entre otras cosas, un cambio tan significativo en cuanto a una decisión que fue clave en la administración Aznar que está terminando, la de respaldar a la coalición que invadió Irak e incluso enviar tropas luego a ese país? ¿Cómo se observa este punto en especial? JAVIER ORTIZ: Evidentemente hay muy diversos puntos de vista en la opinión pública española como reflejo de la pluralidad política que hay en el país. Es cierto que esa apuesta de Aznar de sostener en general la posición estadounidense en relación a Irak, de defender el comienzo del conflicto amparándose en la existencia de armas de destrucción masiva que luego no aparecieron y posteriormente de enviar tropas fue muy mal vista por la opinión pública española casi unánimemente. Hubo sondeos de opinión que daban resultados superiores al 90 por ciento de la población en contra de esa decisión, pese a lo cual Aznar, considerando probablemente que su visión de estadista superaba en mucho las posibilidades de los pobres ciudadanos que vemos la realidad a nivel de la calle, tiró para adelante. Y al final, de una manera un tanto rocambolesca, y sobre todo muy trágica, se le volvió en contra esa decisión tras los atentados del 11 que acabaron provocando su salida del gobierno. EC - Y el acceso al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que ya había anunciado en la campaña electoral una postura diametralmente distinta. JO - Efectivamente, en contra de lo que se ha tratado de dar a entender a escala internacional, sobre todo por parte de los dirigentes estadounidenses, esta no es una decisión que el Psoe haya adoptado tras los atentados del 11 de marzo, sino que es una posición que de puro antigua ya casi cabría calificar de histórica. Hace ya muchísimo tiempo que el Psoe se opuso al envío de tropas y que dijo que si alguna vez llegaba al gobierno y todavía había tropas ahí las haría regresar, siempre y cuando –es una condición que no siempre se recuerda, ustedes lo han hecho con mucha precisión– las Naciones Unidas no tomaran el mando de las operaciones sobre el terreno. Ayer, parece ser, según se comenta aquí, que Colin Powell le prometió a Rodríguez Zapatero que Estados Unidos hará un esfuerzo por transferir el control de la situación en Irak a las Naciones Unidas. Me parece altamente improbable porque no creo que un giro tan importante en la política estadounidense se vaya a producir para contentar al nuevo presidente del gobierno español y permitir que queden tropas españolas allí. Sería mucho pedir que lo que hasta ahora ha sido el intento de Estados Unidos de controlar la transición en Irak –entre otras cosas probablemente para no perder de vista a la producción petrolera del país– ahora de repente, y tras el gasto que le ha supuesto en todos los sentidos, vaya a transferirlo a Naciones Unidas y perder el control. EC - Lo cierto es que el triunfo de Rodríguez Zapatero con esta posición tan distinta de la Aznar en esta materia (un triunfo que en principio no se esperaba en los días previos a las elecciones, más bien las encuestas parecían marcar una reelección del Partido Popular (PP) en el poder, quizás no con mayoría propia pero se apuntaba a que sería Mariano Rajoy el sustituto de Aznar), viene a generar repentinamente cambios en el escenario internacional. Por un lado un debilitamiento de la coalición que Estados Unidos había logrado armar y que tenía a España como uno de sus dos principales socios –el otro es Gran Bretaña–, y por otro lado un realineamiento también de las posiciones en Europa, porque todo parece indicar que el gobierno de Rodríguez Zapatero se va a acercar más a las posiciones que habían tenido hasta ahora Francia y Alemania. JO - Sí, el análisis es totalmente correcto. Quizás convendría matizar en cuanto a lo primero, que si bien efectivamente no se esperaba una victoria del Psoe y los sondeos auguraban que no iba a vencer, tampoco se puede decir que la posibilidad fuera tan remota porque en las últimas semanas se había ido constatando un recorte de la distancia entre el PP y el Psoe; además es casi una constante del PP; siempre tiene muy mal final de campañas electorales, siempre empieza con unas expectativas que se le van rebajando, tanto cuando estaba en la oposición como ahora en el gobierno. Pero hasta tal punto se puede decir que es así, como tú lo expresabas, que incluso hay un factor objetivo que lo demuestra: los votos por correo que se emitieron antes del atentado del 11-M daban una victoria suficiente al PP sobre el Psoe. Ya sé que los votos por correo no se pueden considerar una muestra significativa del conjunto del electorado, pero es un dato a tener en cuenta. No es sólo el hecho de que buena parte de la opinión pública haya atribuido una responsabilidad indirecta del atentado a la política de Aznar, sino también la mala gestión general del gobierno posterior al atentado, la mala gestión informativa y deformativa que tuvo, que provocó un cambio en el electorado, sobre todo el hecho de que una gran parte del electorado que normalmente no acude a votar, integrada sustantivamente por jóvenes desencantados de la política, se movilizara y diera este vuelco. EC - La pregunta era a propósito de los impactos de eso en la política internacional. Rodríguez Zapatero ha dicho varias veces en estos días: nuestra posición de retirar las tropas españolas de Irak si no asume Naciones Unidas el protagonismo va a provocar un debate sobre el Irak de hoy y sobre cómo deben encararse en el futuro operativos como la presión a un gobierno para que desarme sus planes de destrucción masiva, que era lo que en definitiva se estaba argumentando para esta invasión; es decir cómo tienen que realizarse estas intervenciones con el apoyo claro de organismos como Naciones Unidas, etcétera. Eso efectivamente pasa a ser un tema de debate ahora, que quizás no estaba con tanta fuerza o no era posible con tanta fuerza antes del resultado de las elecciones españolas. JO - Efectivamente, ahora estamos asistiendo a un replanteamiento de Polonia; Polonia, que era fiel aliado de José María Aznar en esta cuestión, dice que si se retira España ellos también tendrían que replantearse cuál es su posición. En ese terreno hay una serie de movimientos que apuntan en el sentido de que se ha podido quebrar la tendencia anterior en la que Estados Unidos seguía una política de hechos consumados que al final la comunidad internacional pasaba a aceptar. En ese sentido es muy importante el hecho de que se va a producir un reagrupamiento esencial de la relación de fuerzas en Europa, en la que a partir de ahora, junto a Francia y Alemania va a contarse también la posición de España, con lo cual la tendencia de Gran Bretaña a la incondicionalidad con respecto a las opciones estadounidenses también puede verse influida. Es decir que ese polo europeo crítico con respecto a la política exterior estadounidense se va a ver reforzado inevitablemente y eso va a tener repercusiones claras incluso en la política interior española en relación, por ejemplo, a la Constitución europea, a cuestiones más continentales. EC - Por último, ¿de qué manera ha reaccionado el primer ministro británico, Tony Blair, que ayer fue uno de los gobernantes visitantes que se reunieron con Rodríguez Zapatero? JO - Todo el mundo sabe que Tony Blair es un señor muy simpático; es como nuestro embajador internacional, Javier Solana, de quien todo el mundo dice que el día menos pensado se descuida y abraza a una farola; él va a abrazando a todo el mundo, sonriéndole a todo mundo, y ahora ha descubierto que Rodríguez Zapatero también es una persona simpatiquísima, está entusiasmado con él y quiere conocerlo mucho más. Es la sonrisa transformada en "realpolitik". Creo que en general sus tendencias profundas estaban más cerca de Aznar que de Rodríguez Zapatero, pero como todo buen político se conforma con lo que hay y a fin de cuentas, paradojas de la vida, son correligionarios dentro de la Internacional Socialista. ------------------------------------- Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo Edición: Jorge García Ramón

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