Entrevistas

Hierro: "La herencia maldita que nos va a dejar esta administración es muy pesada"

Hierro: "La herencia maldita que nos va a dejar esta administración es muy pesada"

Entrevistado por En Perspectiva, el precandidato colorado Luis Hierro López avizoró un panorama complicado para el país y consideró que "Uruguay no aprovechó para nada el tiempo de bonanza internacional". El líder del Foro Batllista criticó la implantación del IRPF –al que prometió eliminar gradualmente en caso de ser presidente-, y manifestó que el gobierno "promueve una cierta cultura de la dejadez en vez de la cultura del esfuerzo personal". En cuanto a la seguridad pública, dijo que el Frente Amplio "tiene ideas equivocadas" y que "por más que haya cambiado el ministro, hay que cambiar al gobierno" para mejorar. "Nunca hubo una administración tan omisa, tan quieta, tan mirando para el costado", afirmó.


(emitido a las 8.58 hs.)

EMILIANO COTELO:
Muchos de ustedes recordarán la noche del 25 de abril de 1999, la primera vez que en nuestro país se realizaron elecciones internas después de la reforma constitucional que se había concretado tres años antes.

Una de las imágenes de ese día, y foto en los diarios al día siguiente, fue el abrazo entre dos postulantes colorados que habían tenido fuertes diferencias hasta ese momento: Jorge Batlle y Luis Hierro. Aquel fue el primer paso para que días después se sellara la fórmula presidencial que en noviembre terminaría triunfando en el balotaje.

Diez años después, ahora, uno de los protagonistas de aquella noche compite nuevamente por la candidatura presidencial: Luis Hierro. La interna de hoy es muy diferente de aquella: el partido es bastante más chico, y el enfrentamiento entre los precandidatos es menos profundo. De todos modos, se han dado algunos cruces de opiniones entre Hierro y quien encabeza las encuestas, Pedro Bordaberry.

¿Cómo se prepara Hierro para esta elección? ¿Qué expectativas tiene para el día después? ¿Se puede pensar en un abrazo entre el primero y el segundo en la misma noche del 28 de junio?

De estos y otros temas vamos a conversar con el ex vicepresidente Luis Hierro, precandidato por el Foro Batllista (FB).

***

EC - ¿Cómo está esa garganta? ¿La suya también está mal?

LUIS HIERRO:
Ahí vamos, la garganta está tirando, vamos a ver si llego. Por ahora sobrevivo, estoy con las dificultades de todos los precandidatos, con más cansancio, con más tensión, con menos sueño, con menos horas en casa, pero estoy luchando.

EC - ¿Qué pasa con esta campaña en particular que está resultando tan dura y tan costosa en términos físicos para varios de ustedes?

LH - En mi caso, claramente, menos estructura, menos aportes económicos, una lucha en el repecho, medio romántica, medio loca. Supongo que estamos todos medio averiados los precandidatos. Comentaba aquí en la previa que el otro día lo escuché al Guapo [Jorge] Larrañaga en este programa, y era notorio que la voz le andaba muy mal; él tiene dificultades en las cuerdas vocales, yo también, y hoy especialmente, quizás por la humedad, me levanté con carencias en las cuerdas vocales.

EC - Algo dijo recién al pasar, pero esta campaña electoral es la primera en la que el Partido Colorado (PC) está totalmente alejado del gobierno y del poder, algo a lo que no estaba acostumbrado, porque en el caso del gobierno del doctor Lacalle hubo personas, hubo figuras coloradas ocupando puestos, y había una representación parlamentaria mayor. Entonces, ¿qué lecciones deja esta campaña tan especial en este sentido?

LH - Para el partido es bueno, es bueno alternar, es bueno que todos los partidos estén en el gobierno, es bueno que todos los partidos pasen a la oposición. Ayer hicimos una presentación de 200 y pico de listas encabezadas por jóvenes, son muchachos que se están educando en la lucha cívica desde el llano, lo cual es positivo para un partido político. En nuestro caso, un partido tan adherido a la administración, al gobierno y al Estado, es bueno estar totalmente en la oposición, saber que es duro, que hay que luchar, que hay que poner un gran énfasis en la convicción personal y en la capacidad colectiva de superarse. Eso es positivo.

EC - Yo recordaba recién que hace 10 años, en las elecciones internas de 1999, en la misma noche de la votación usted se abrazó con su contendor y ganador, Jorge Batlle, en un gesto que fue considerado en aquel momento como muy importante para sellar las diferencias –diferencias relevantes, fuertes– que habían existido en aquella campaña del PC.

Ahora, en este año 2009, ¿es posible imaginar algo así?

LH - Yo voy a estar trabajando por el PC al día siguiente, sea cual sea el resultado, sea yo el ganador o no. Obviamente, mi vínculo con Jorge Batlle venía de mucho antes, yo tenía enfrentamientos de carácter ideológico –no filosófico– con Jorge, Jorge siempre fue un liberal en las cuestiones económicas, y yo en aquel tiempo creía mucho más en la intermediación del Estado. Pero tenía un vínculo con Jorge desde el mismo día en que murió su padre, Luis Batlle, en 1964, y en el año 65, cuando él inició su campaña, yo era muy jovencito pero lo acompañé muy convencidamente. No tengo el mismo vínculo con Bordaberry, pero espero tenerlo en el futuro del PC.

EC - ¿Usted se ve desde ya dispuesto a un gesto como aquel de hace 10 años?

LH - No, porque no estoy pensando en perder. Soy medio porfiado, no estoy pensando en perder. La interna del PC, pese a lo que dicen las encuestas, es pareja.

EC - ¿Pareja?

LH - Pareja, sí. Entonces no estoy pensando en qué voy a hacer si pierdo, estoy pensando en qué voy a hacer si gano.

EC - Sorprende que usted diga que es pareja, porque la proporción que dan las encuestas entre la intención de voto de Pedro Bordaberry y la intención de voto de Luis Hierro es de seis a uno, de siete a uno.

LH - Y el margen de error de las encuestas, como dijo Luis Eduardo González, es de terror respecto a las internas. Lo dijo el maestro, el pope de todos los encuestadores: el margen de error de las encuestas respecto a las internas es de terror, porque no se sabe qué cantidad de gente concurre. Yo mantengo mi fuerza, mi convicción, mi expectativa, y no sé qué hago en el caso de que gane. Si me toca perder, al día siguiente voy a trabajar con la misma convicción y fuerza con que he trabajado siempre.

EC - ¿Estaría dispuesto a ser otra vez candidato a la Vicepresidencia, en este caso acompañando a Pedro Bordaberry?

LH - Hay que verlo después de la interna, con los números. No se puede hacer ninguna especulación previa, porque eso después ata. El partido tiene muchas posibilidades, muchos líderes importantes. Vista la interna, el partido tiene que pararse en la cancha y decir: ¿cómo actuamos ahora?, ¿qué es lo que más nos conviene a todos?

EC - Se lo pregunto porque usted ha tenido algunos cruces con Pedro Bordaberry en estos días que dan la impresión de que hay entre ambos una frontera, un corte abrupto. Y diría que esos cruces han tenido en casi todas las ocasiones iniciativa suya, ha sido usted quien ha planteado algunos asuntos. Por ejemplo, esta semana en una entrevista con el diario Últimas Noticias retomó su preocupación por el apellido Bordaberry. Le preguntaron si el apellido Bordaberry conspira contra la imagen y las posibilidades del PC, y usted respondió: "Bordaberry no tiene la culpa de ser hijo de quien es. Pero es un apellido, lamentablemente para él, de mala memoria. Es un apellido que se asocia a la dictadura, y aquel es un período muy negro en la historia del país". Le insistieron: "¿Eso tiene una incidencia real en el electorado?", y usted contestó: "Sí, en el electorado batllista tiene una incidencia real. Los batllistas fuimos radicales opositores a la dictadura. Entonces, claramente, ese factor es una carga".

¿Por qué recurre a este tipo de temas en la competencia con Pedro Bordaberry?

LH - Yo no recurro, me preguntan. ¿Qué quiere que haga si me preguntan? Y es así como digo, que Pedro Bordaberry no tiene que ver.

EC - Pero en una entrevista el periodista pregunta y el entrevistado elige qué responder o puede incluso no responder una pregunta.

LH - Sí, ahora también puedo no responder (risas).

EC - Por eso mismo.

LH - ¿Y qué pasa si no le respondo ahora? Pedro no tiene que ver, punto. Punto y aparte, es así. Es el apellido, ¿qué vamos a hacer? Pero el apellido ¿es de buena memoria? No es de buena memoria, es un hecho político, pero Pedro no tiene que ver. Además Pedro Bordaberry ha demostrado a lo largo de la campaña que se diferencia y que hace lo posible por separarse de ese asunto.

EC - A Pedro Bordaberry le fastidia este tipo de comentarios, ha dicho que usted se está pasando de la raya, que ese tema del apellido no le había molestado hace muy pocos años cuando usted era vicepresidente y él ministro de Turismo y de Industria. O, más cerca, en 2005, cuando él fue el candidato único del PC a la Intendencia de Montevideo.

LH - Sí, y dijo que yo saqué una lista, lo cual es un error; el que sacó una lista fue mi hijo, pero no importa. Yo no hago nada para fastidiar a Pedro Bordaberry, hago para defender mis ideas y mis propuestas. Básicamente la interna partidaria es una interna de propuestas, de ideas. He estado poniendo énfasis en las cuestiones que el país tiene que hacer, en los temas de la seguridad pública, en los temas de educación, y cada tanto me encuentro con algún periodista que pone las cargas en esos temas del pasado que tienen que ver con su padre.

EC - Pero usted podría decir: "Ese tema ya no cuenta, hablemos de otro tema".

LH - Digo eso ahora. Muy bien.

EC - De todos modos, usted ha tenido otros cuestionamientos a Pedro Bordaberry, que también van por el lado de asociarlo con posiciones autoritarias. Y ahí no creo que haya sido por iniciativa periodística, cuando usted criticó algunas declaraciones de Pedro Bordaberry, "o se callan o se van", cuando cuestionó incluso el reggaetón de uno de los grupos que apoyan a Pedro Bordaberry.

LH - A ver, hacemos punto y aparte y hablamos de Pedro Bordaberry. Sí, esa expresión fue muy negativa, ¿cómo "se callan o se van"? Es una expresión muy negativa. Estoy convencido de que fue un mal momento de Bordaberry, y que él no cree eso, porque si lo creyera no estaríamos hablando de un partido liberal, democrático. Fue una discusión del momento, yo la superé.

EC - ¿Y por qué le dio importancia al reggaetón, al texto de una canción que ni siquiera es "la" canción de la campaña de Pedro Bordaberry?

LH - Era la canción.

EC - Él dice que es una canción que creó un grupo de simpatizantes en una zona de Montevideo.

LH - No me gustó el tono de esa canción y lo dije. Tengo derecho a decir si algo no me gusta. Si a esta altura de la vida, de mi posición y de mi trayectoria voy a andar con esos matices, "mejor no digo tal cosa"... Esa canción fue desafortunada, y además desapareció.

EC - ¿Qué le cuestionaba a la canción?

LH - Pregunto: ¿la canción existe o no existe? Desapareció. Por algo habrá desaparecido.

EC - Y hablando de la campaña de Pedro Bordaberry, ¿cómo le cayeron los spots del Coloradito?

LH - Bien, muy bien. Pero ¿vamos a hablar solo de Pedro Bordaberry en este programa?

EC - No, estamos hablando de quien lidera la encuesta.

LH - Hablemos de cómo hay que hacer para resolver los temas del país, de cómo desaprovechó el Frente Amplio (FA) las enormes chances que tuvo de hacer un buen gobierno, de cómo va a ser el PC en el año 2010. Estas son las cosas que me motivan más.

EC - Pero esa campaña del Coloradito tiene una cosa muy irreverente a propósito de la forma de situar el momento del PC, el momento de tener que salir a remar desde abajo, desde una posición que no tiene antecedentes.

LH - Sí, pero es un partido de gente experta en la adversidad, somos gente de lucha, de convicciones, de ideas. Mi vida ha sido una vida de servicio, entonces que estemos en el 8 o 10%, primero, creo que estamos en más, aseguro que en octubre el PC va a votar mucho mejor que ahora, mucho mejor que en el año 2004, la interna es relativamente chica, pero en todo caso sentimos el mismo amor y la misma pasión por la causa del PC que cuando estábamos con 35% de opinión.

EC - En su página web no aparecen documentos programáticos ni ha habido actos de presentación de lineamientos de gobierno de la precandidatura de Luis Hierro. ¿Por qué?

LH - Porque aparecen las ideas más que los documentos. Si hay una colectividad que tiene historia y escritos en materia programática es el PC. El último documento, "La revolución del centro", del año 2004, es fenomenal. En buena medida –lo cuento ahora– fue escrito por quien habla, en alguna medida. En la página web aparecen documentos sobre los temas de educación y de seguridad, que son los asuntos principales. Lo otro, las medidas concretas que puede tomar un gobierno, es un asunto que hay que ver después de que el gobierno asuma o haga una coalición, porque aquí nadie puede gobernar solo, por suerte. En el país del año 2010 el gobierno será una tarea compartida, colectiva, de responsabilidad común, tanto si gana el Frente, que no va a ganar en primera vuelta, que tendrá que aprender la lección de la humildad, de hacer acuerdos con otros partidos, como si ganan el Partido Nacional (PN) o el PC, lo cual parece más remoto.

EC - ¿Es ese motivo, que parece remoto que gane el PC, el que lleva a que no haya una propuesta programática de Luis Hierro?

LH - No, la hay, las personas la conocen. Decir que vamos a derogar el impuesto a la renta de las personas físicas (IRPF) es un compromiso muy concreto, mucho más concreto que el que haya hecho cualquier otro partido. Este es un mandato de la Convención Nacional del PC, y somos el sector que ha puesto más énfasis en la derogación del IRPF, no solo porque es un impuesto injusto, sino por la filosofía que significa. Allí hay un proyecto de país, el IRPF castiga a los emprendedores, a la clase media, a la gente que más trabaja, a la gente que hace horas extra. Y eso es lo que el país tiene que levantar en el próximo tiempo, esa clase media que está tan arrinconada. Usted me dice que no hay propuestas: esta es una de las propuestas más claras de la campaña electoral.

EC - Pero en cuanto al IRPF los candidatos del PN, que es el partido que tiene chances de disputarle al FA el gobierno, no proponen derogarlo lisa y llanamente al asumir.

LH - Eso no es posible.

EC - El doctor Lacalle dice que si es presidente va a derogar el impuesto a la asistencia a la seguridad social (IASS), y que en cuanto al IRPF iniciará un proceso gradual.

LH - Así es, nadie puede prometer seriamente "derogo el IRPF el 1.º de marzo", porque son 600 millones de dólares y hay que tenerlos. O hay que rebajar el costo del Estado, rebajar el gasto público, eliminar cargos de confianza, o sustituirlo por algo.

EC - No es el reclamo de Luis Hierro derogar el IRPF en marzo de 2010. 


  




LH - No es posible, lo hemos dicho con toda responsabilidad. Nos llevará dos o tres años, pero tanto si el PC es gobierno como si es socio del gobierno del PN, esta es una condición absolutamente previa, como se lo expliqué a Lacalle y a Larrañaga cuando los visité hace poco tiempo. Les dije: "Tengan en cuenta que ustedes tienen diferencias en este tema, tengan en cuenta que para el PC es un mandato impuesto por la Convención". Será un proceso de tres años, cuatro años, cinco años, vaya a saberse. Nadie sabe cómo vamos a llegar al 1.º de marzo del año 2010, ¿el déficit será de tres, como se dice, o será un poco más? Habrá que ver, pero este es el propósito claro.

EC - ¿Cómo concibe la sustitución de esos ingresos? ¿Por qué vías?

LH - Es mejor siempre el IVA que el IRPF. El IVA permite trasmitir esa noción muy importante de la cultura del ahorro; el país se hizo socialmente en torno a dos o tres conceptos que hoy lamentablemente el gobierno ataca: el concepto de la cultura del esfuerzo, el concepto de la cultura del trabajo, el concepto de la cultura del ahorro. Eso es la clase media de Uruguay. Lamentablemente esta administración ha ido en contra de esos conceptos, por ideas socialistas, porque es una administración que tiene ideas socialistas. Y lamentablemente se cultiva o se promueve una cierta cultura de la dejadez en vez de la cultura del esfuerzo personal. Y todo eso está vinculado al tema de la renta del IRPF.

EC - ¿Usted propone volver a aumentar el IVA? Porque algo se logró bajarlo.

LH - Es posible que haya que aumentar el IVA; francamente no sé, habrá que ver cómo están las cuentas al 1º de marzo. No creo que nadie sepa, ni en el gobierno ni en la oposición. Lamentablemente el país va a tener años muy difíciles, Uruguay no aprovechó para nada el tiempo de bonanza internacional; ni bajamos la deuda, la subimos; ni ahorramos como hizo Chile, que tiene unas reservas de 22.000 millones de dólares. Acá no hay un mango, y lamentablemente pusimos todo en el presupuesto, con lo cual en 2010 el país va a tener un déficit del 3% quizás, más deuda externa, más presupuesto, más gasto público. Francamente, la herencia maldita que nos va a dejar esta administración es muy pesada.

EC - En el gobierno anterior había impuesto a las retribuciones personales (IRP), que tenía su parentesco con el IRPF. En su planteo no hay un regreso al IRP.
    
LH - No, al contrario; cuando hubo que subir la alícuota del IRP dijimos que era muy malo, no nos gustaba hacerlo, y que lo íbamos a derogar apenas fuera posible, y en el año 2004 se derogó. Por favor, habría que hacer el enorme esfuerzo de controlar el gasto público y de bajar los impuestos en este país. Este es un país muy caro en términos de tarifas, en términos de impuestos. Ya era caro antes del gobierno del FA, pero lamentablemente el Frente aumentó la carga. Es un país pesado para su clase media, para las empresas, entonces tenemos que hacer el esfuerzo de ir bajando el gasto público de forma de ir bajando los impuestos.

***

EC - Usted ha hecho un énfasis fuerte en las críticas al manejo de la seguridad pública en este período de gobierno. Y estos días continúa con ese discurso, pese a que cambió ministro, pese a que Daisy Tourné renunció y se ha nombrado a Jorge Bruni, que ya asumió esta semana. ¿No habría que darle un período de tregua?

LH - Sí, pero el Partido Socialista salió en defensa de esa política, y el canciller Gonzalo Fernández hizo un desafío público al debate, que yo acepté, lo llamé el lunes para decirle que levantaba el guante. Tengo muy buen vínculo con él, por lo cual digo esto con simpatía. Pero no me contestó todavía, espero que el debate se produzca. Entonces, por más que haya cambiado el ministro, hay que cambiar al gobierno para que haya mejor seguridad pública. El gobierno del FA, el FA en su conjunto, tiene ideas equivocadas sobre el tema seguridad.

EC - ¿Y eso se va a mantener con Bruni ministro?

LH - Ah, sí.

EC - ¿Dónde está la raíz del problema?

LH - La raíz del tema es ideológica, en la medida que confunden represión del delito con represión política, o con una actitud de derecha en los términos en que al FA le gusta manejarse, que son términos muy antiguos, derecha e izquierda no existen más. El Estado tiene obligación de ejercer el principio de autoridad para defender a las víctimas del delito y para hacer las cosas que tiene que hacer. Por ejemplo, el INAU tiene una actuación absolutamente omisa e irresponsable, cercana a la omisión que indica la Constitución de la República para despedir a los funcionarios, porque ni recupera a los muchachos ni los custodia. La justicia manda que estén encerrados, con penas de reclusión, y tenemos un gobierno, una administración que no hace ninguna de las dos cosas.

EC - El problema del INAU no es nuevo. Ese déficit que usted señala en el INAU, esto de que no se recupera a los jóvenes, viene de antes.

LH - Pero ahora está muy acentuado y hay una actitud pasiva de la administración. En las cárceles hay una total incompetencia en la conducción. El 1º de marzo del año 2005 –lea el discurso del presidente de la República– Tabaré Vázquez dijo que el país vivía una "emergencia carcelaria", y dispuso siete medidas para recuperar las cárceles, y ninguna dio resultado. Si es que las medidas se implementaron, yo creo que ni siquiera se implementaron. Pero tenemos una situación carcelaria al límite. Siempre hubo dificultades en las cárceles en este país, es cierto.

EC - La emergencia carcelaria de la que hablaba Vázquez el 1º de marzo de 2005 fue la que recibió cuando asumió, y el ministro del Interior había sido usted.

LH - No, no se equivoque, yo fui ministro en el año 98. Había sido Stirling el ministro, no se equivoque.

EC - Está bien, disculpe la confusión. Lo cierto es que usted fue ministro del Interior. ¿Cómo fue creciendo ese problema de la emergencia carcelaria?

LH - Siempre hubo problemas con las cárceles, pero nunca hubo una administración tan omisa, tan quieta, tan mirando para el costado.

EC - La emergencia carcelaria llegó después del gobierno del PC.

LH - Macanudo, y hubo una ley de Humanización Carcelaria hecha por el gobierno del FA y el doctor Díaz, se soltaron 800 reclusos, y no se resolvió absolutamente nada. Para peor, muchos de estos reclusos volvieron al delito. Hay un tema de fondo ideológico en la conducción del gobierno y la seguridad pública. Hacerle una guiñada al sindicato policial, grave error, la policía está mal por ese tema, no hay la disciplina que debe haber en los cuerpos policiales. Decir "los pobres pueden robar"; yo sé, no lo dijo el presidente Vázquez, pero lo dijeron dos de sus principales funcionarios, el director del Instituto Nacional de Alimentación y el cura Mateo Méndez. ¿Qué señal se da a la policía y a la sociedad cuando se sostiene esto? Ahora dicen esta locura total de que como las cárceles están saturadas van a cambiar la ley de penas alternativas para que los delincuentes que roben hasta dos veces no sean procesados con prisión. Es una invitación al vals, el gobierno está diciendo "sigan robando que no pasa nada". Esto va mucho más allá del ministro Bruni.

EC - Desde la audiencia le recuerdan que usted recibió el apoyo de el Peluca [José Valdez], y que el Peluca hizo declaraciones muy chocantes al amparo de una actividad política en el PC, cuando dijo "robar sí, pero en el barrio no".

LH - Yo lo llamé al instante, le dije "no es así, es así, así y así", y se corrigió el Peluca. Era un tipo inteligente, intuitivo, y era un muchacho del barrio, entonces no robes en esta cuadra, robá en la otra. Lo llamé al instante y le dije: "Peluca, no es así, no se roba en ningún lado, porque robar está mal"; "Tenés razón", me dijo, y se corrigió. Su actuación posterior en los medios de comunicación –le había sorprendido mucho esa especie de popularidad que tenía– demuestra que mi advertencia dio resultado.

EC - A partir de su experiencia como ministro, ¿qué propone para enfrentar el problema de la seguridad pública? ¿Qué medidas concretas, a partir de la discrepancia con lo que se está haciendo ahora?

LH - Primera cosa, el tema de la seguridad debe ser una política de Estado, de entendimiento entre todos los partidos políticos, entre las bancadas parlamentarias y el gobierno de turno, porque es un tema de larga duración. Con el mismo espíritu con que hicimos acuerdos en febrero de 1995 en el Victoria Plaza antes de asumir Sanguinetti, y con el mismo espíritu que yo manejé el ministerio, que fue un espíritu de acuerdo –incluso hicimos un proyecto de modelo policial con apoyo de todos los partidos–, claramente el 1º de marzo de 2010, sea quien sea el presidente de la República, hay que hacer un acuerdo nacional sobre este tema, porque para transformar a la policía en un cuerpo eficiente, altamente capaz de derrotar al delito, se requieren 10 años, y esto es un acuerdo de 10 años. No es tanto énfasis en la ley, las leyes están más o menos bien, la justicia está más o menos bien, es énfasis en los temas claves de la seguridad. Coincido con lo que dice el FA de atacar las causas del delito; lo hicimos, caramba, ¿qué son las escuelas de tiempo completo sino una respuesta a este tipo de asuntos? Pero también tiene que haber represión del delito, que es en lo que no coincido con el FA.

EC - Usted distingue entre mano firme y mano dura.

LH - Sí, mano firme es distinto de mano dura.

EC - ¿Cuál es la diferencia?

LH - Mano dura puede ser una represión sin dirección; mano firme es represión con dirección, sabiendo dónde hay que reprimir. Hoy el país no tiene una política definida en materia de lucha contra la pasta base, la administración hace lo posible para evitar que ingrese al país, pero dentro del país no se está haciendo nada. Y no creo que sea solo una cuestión del gobierno, es una cuestión de la sociedad, de los padres, de los profesores. Tenemos que tener una actitud de alerta. Es un tema que puede socavar profundamente las raíces de la sociedad y de la policía.

EC - Usted está utilizando el eslogan "Pasta base cero".

LH - Sí.

EC - ¿A qué alude?

LH - A una actitud de combate a la pasta base que tienen que tener la sociedad y el Estado. A veces miramos para el costado, como diciendo "a mí no me va a tocar, mi hijo está bien educado, lo crié en una buena familia". No sé si es así, tenemos que tener todos una actitud de mucho mayor fortaleza, alerta, combate, porque es algo que nos castiga duramente.

EC - ¿Cómo se hace?

LH - Yo no tengo todas las respuestas, si las tuvieras las estaría diciendo. Básicamente hay que trabajar en los liceos, con los profesores, con los padres, con los alumnos, con los muchachos. Yo conozco dos muchachos que han salido de la pasta base, y en las charlas de familia que tengo –ahora ya no tanto, porque estoy muy apurado– los invito para que cuenten cómo salieron de la pasta base. Deberíamos multiplicar por 100 ese asunto para concientizarnos del peligro, porque son muchachos de clase media, no son de los barrios más humildes –uno de ellos puede ser de barrio–, y ellos explican. Uno salió con fuerza de los amigos y otro salió con un gran apoyo de una iglesia evangélica. Eso es lo que tenemos que repetir en todos lados para que los muchachos sepan el peligro que corren, para que las familias sepamos el peligro que corren, para que la policía sepa el peligro que corre, y todo el mundo sea consciente, porque hasta ahora lamentablemente no lo somos. La comisión directiva de un barrio de Montevideo en el que viven 400 familias me recibió y me dijo: "Acá hay 100 muchachos adictos". Póngale que son 1.600 personas, hay 100 muchachos reconocidos como adictos a la pasta base. Es un combate moral, ético, social, que nos compromete a todos, más allá de la distinción de los partidos y de las elecciones internas y de las elecciones nacionales.

EC - ¿Cree que es viable lo que ha planteado, una política de Estado en materia de seguridad pública?

LH - Sí, a partir de mi experiencia creo que es viable. En el año 98 yo logré que el FA votara algunas leyes que parecía difícil que votara. No solo creo que es viable, creo que es imprescindible. Si no nos ponemos de acuerdo en el tema de la seguridad pública, con estas ideas con las que yo particularmente estoy en desacuerdo, que es no reprimir, procurar arreglar solo las causas y no las consecuencias, vamos a seguir con niveles de inseguridad muy altos.

***

LH - Le recuerdo a la audiencia que soy un servidor público, soy un servidor de la causa colorada, sea cual sea el resultado. El lunes 29 estaré trabajando por esta causa.

EC - ¿Tiene alguna idea de cómo manejar el resultado?

LH - No, no tengo idea. Espero que los días vayan dando una respuesta, y como estoy convencido de que me va a ir muy bien en cualquier instancia, veremos cómo es el lunes.

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Transcripción: María Lila Ltaif