Entrevistas

P. Independiente propone reforma política

Diputado Pablo Mieres: Un régimen parlamentario unicameral daría mayor celeridad a la solución de los problemas, y mayor estabilidad política al sistema. En los hechos, durante la crisis del sistema bancario, Atchugarry actuó como un primer ministro logrando los acuerdos políticos que permitieron superarla, mientras Batlle actuaba como jefe de Estado, distante de la gestión del gobierno. Ahora estamos, otra vez, paralizados esperando las elecciones.

{{b}}EN PERSPECTIVA Lunes 29.03.04, 07.41.{{/b}} EMILIANO COTELO: Como se esperaba, la campaña electoral se intensificó este fin de semana. Hay noticias de todas las tiendas políticas, pero vamos a detenernos en el Partido Independiente (PI), de donde surgió un planteo bastante original. El candidato presidencial del PI propuso ayer un sistema parlamentarista con la eliminación de la Cámara de Senadores y la creación de la figura del Primer Ministro. El objeto del planteo es dotar de eficacia al Poder Legislativo, e impedir que la actividad política se estanque cuando el gobierno pierde las mayorías parlamentarias. El diputado Mieres encabezó ayer en Montevideo el lanzamiento oficial de la campaña electoral por el PI, y ahora estamos en comunicación con él. Una iniciativa de este tipo ¿no puede resultar algo demasiado alejado de las preocupaciones más inmediatas de la gente? PABLO MIERES: El objetivo es recuperar la relación con la gente. La política no está funcionando bien, creo que hay cosas que tienen que ver con el nivel institucional, y en particular el unicameralismo está relacionado con la necesidad de dar más eficacia y celeridad al trámite parlamentario. Sin perder calidad en la elaboración legislativa, asegurar al mismo tiempo que el trámite parlamentario sea más rápido y las soluciones puedan adoptarse con mayor celeridad. EC – Una de las patas de esta propuesta es, entonces, la eliminación del Senado. Se funcionaría sólo con la Cámara de Diputados. PM – Una Asamblea Legislativa del tamaño de la Cámara de Diputados, donde el trabajo legislativo en las comisiones tiene que ser mucho más estricto en cuanto a la calidad de la producción, y con un voto de ratificación que existe en muchos regímenes unicamerales: luego de que una ley sea votada, se la somete en un plazo prudencial –que puede ser un mes—a una ratificación por la propia Cámara, que lo vuelve a votar de forma tal de darse la oportunidad de que, si hay algún error, algún elemento que pasó inadvertido, pueda ser corregido en la segunda votación. EC – En el régimen actual ello ocurre cuando el proyecto pasa a la otra Cámara. PM – Exacto, pero ese trámite supone que vaya a la otra Cámara, sea derivado a comisión... Tiene un trámite mucho más largo y ciertamente eso enlentece. El régimen bicameral tiene por un lado ese fundamento, el control de calidad. Pero el segundo es absolutamente inaplicable al Uruguay, porque es la representación federal. La segunda Cámara está prevista para la representación de los estados o de las provincias que, en los regímenes federales, de alguna manera requieren de un pacto, de un cierto acuerdo constitucional, y donde la representación por estados está resguardada en la segunda Cámara. Uruguay no es un régimen federal, es un país chico con un Estado unitario, y razonablemente con la representación de una única Cámara estaría muy resguardada la representación proporcional y el pluralismo, porque no estamos alterando en absoluto el sistema de representación previsto en la Constitución actual. EC – Esta propuesta incluye la creación de la figura del Primer Ministro. PM – Exacto. Estoy convencido de que el régimen parlamentarista es el mejor para el Uruguay. Creo que en esto recogemos una vieja tradición de la lista 99 y el PDC (Partido Demócrata Cristiano). Hace unos 10 años, durante el gobierno de Lacalle, el Nuevo Espacio de aquel entonces presentó un proyecto de ley parlamentarista, y nos parece que su fundamento más cabal es el hecho de que en la actual situación cada período de gobierno –y más cuando falta un par de años—el presidente queda sin mayoría y durante ese tiempo pasamos a estar esperando a que se elija un nuevo gobierno. EC - ¿Qué ventajas en ese sentido tendría la creación del Primer Ministro? PM – Justamente, la posibilidad de que cuando se pierden las mayorías parlamentarias se sustituye un gobierno por otro manteniendo al Presidente de la República, que pasa a ser un jefe de Estado. En los hechos, fue lo que pasó en la {{a href='http://historico.espectador.com/principal/especiales/feriadobancario/miercoles31.htm' target=_blank}}{{font color='#333399'}}crisis del 2002{{/font}}{{/a}}: creo que fuimos a un parlamentarismo de hecho. EC - ¿A ver? A partir de la crisis financiera, o durante un cierto período de la misma, ¿tuvimos un parlamentarismo de hecho, dice usted? PM – Tengo esa impresión porque, si uno recuerda el momento en que el doctor Batlle nombró a Atchugarry ministro de Economía, él asumió una especie de figura de primer ministro y empezó a gobernar con las bancadas parlamentarias: prácticamente se trasladó al Palacio Legislativo a negociar los acuerdos con las otras bancadas, y de hecho estuvimos con un presidente que asumió un papel más distante, más de jefe de Estado, más retirado de la gestión gubernamental, y un ministro de Economía que, en ese momento, asumió las características de primer ministro. Esa es la impresión que tengo, y demuestra además... EC – Ese ejemplo que usted maneja ¿incluye también el hecho de interpretar que durante esos meses el gobierno funcionó con una cierta mayoría, una suma de apoyos partidarios en el Parlamento, que fue muy amplia y llegó a abarcar incluso en algunos temas sensibles a la propia izquierda? PM – Exacto. Si recordamos la ley de diciembre, que fue la que se aprobó al final de la crisis bancaria desde el punto de vista institucional (porque a través de esa ley se creó el Nuevo Banco Comercial, se estableció la forma de liquidación de los fondos de los bancos suspendidos...), se votó por unanimidad y eso fue el reflejo de un entendimiento a nivel parlamentario. Pero la propia solución al feriado bancario, estoy hablando de agosto de 2002, también fue una suerte de acuerdo parlamentario –en este caso no unánime pero con una mayoría sólida—que surgió a partir de una negociación entre el ministro de Economía operando como una suerte de primer ministro y el resto de las bancadas parlamentarias. Creo que demostró eso: que el parlamentarismo es mucho más flexible, que ante circunstancias políticas cambiantes el sistema tiene la capacidad de recrear mayorías sin esperar una elección, y en todo caso –si esas mayorías son imposibles—adelanta la elección parlamentaria sin afectar la continuidad de la jefatura de Estado, es decir de la Presidencia de la República. Creo que Uruguay necesita este cambio desde hace tiempo; que los regímenes presidencialistas, que es el modelo tradicional de América latina, no han sido buenos a la hora de garantizar la estabilidad institucional. Creo que es muy difícil hoy, no se me escapa, promover y lograr en estos meses una reforma para ser aplicada ya... EC – Eso iba a preguntarle: con qué horizonte está presentada esta iniciativa; estamos hablando de algo que requiere una reforma constitucional, para empezar. PM – Exactamente. Tenemos un borrador, porque no nos gusta plantear estas cosas en el aire; hemos trabajado en la elaboración de un borrador de reforma constitucional, con un articulado específico que por supuesto es un borrador porque, obviamente, involucra muchas modificaciones tanto en la composición del Poder Legislativo como en las relaciones entre los dos poderes. Estamos ahora abocados a iniciar una ronda de presentación de la idea, sabiendo que de pronto el acuerdo posible es con una vigencia posterior a este año: no somos tontos y sabemos que es muy difícil acordar sobre estas cosas, pero hay que poner las cosas sobre la mesa de una vez, porque me parece que tanto el unicameralismo como el parlamentarismo le darían a la política una dinámica distinta, una flexibilidad mayor, y por tanto generarían una actitud de mayor cercanía de la política a la ciudadanía. Esos son los objetivos. EC - ¿Hay ya gestiones hechas por el PI que permitan corroborar algún ambiente político para este planteo? PM – Sobre esta idea hemos conversado informalmente en estos años con el doctor Lacalle, cuando él nos planteó el ajuste político; conversamos también con el doctor Batlle en junio, en el momento de la crisis bancaria; hemos conversado también con Danilo Astori, con Juan Andrés Ramírez, pero en términos absolutamente informales. La idea es, ahora sí, solicitar entrevistas a la dirigencia de los otros partidos; vamos a iniciar los contactos en estos días, y esperamos tener esas audiencias a la brevedad para tener un panorama de las posibilidades de concertar en esto cambios que nos parecen clave para que el Uruguay funcione con otra dinámica a nivel político. ------------------------------------------------- Transcripción y edición: Jorge García Ramón

Acceder al documento