Entrevistas

Director de Energía aseguró que no hay dificultades de abastecimiento

Director de Energía aseguró que no hay dificultades de abastecimiento

Ramón Méndez Galain, director de Energía del Ministerio de Industria, afirmó a En Perspectiva que si bien hidrológicamente "la situación es catastrófica, la batería de alternativas que se han ido montando en los últimos años está resistiendo muy fuertemente". El jerarca manifestó que "no hay ninguna alarma económica ni de ningún tipo" y que tampoco habrá necesidad de ajustar las tarifas. Asimismo, comentó que ya se han definido las líneas estratégicas de desarrollo energético, las cuales incluyen la utilización de fuentes alternativas. Tampoco se descarta utilizar carbón, gas natural y energía atomica. Con respecto a la interconexión con Brasil, dijo que la negociación es difícil ya que el país norteño no está interesado.


(emitido a las 9.00 hs.)

EMILIANO COTELO:
"Las condiciones climáticas que estamos viviendo son las más trágicas de los últimos 50 años".

La frase corresponde al ministro de Industria y Energía, Daniel Martínez. Fue dicha a finales de abril, cuando advirtió que los altos costos que estaba enfrentando UTE harían necesario aplicar un plan de ahorro energético obligatorio si en los siguientes 15 días no llovía.
 
No ha llovido mucho, este fin de semana llovió algo, pero las cuencas del río Negro y el río Uruguay siguen afectadas por la sequía, y por lo tanto seguimos dependiendo, cada vez más, de las compras de energía brasileña, que ahora ya cubre un tercio del consumo nacional. Es una importación que pagamos muy caro, pero que es necesaria para no liquidar las escasas reservas que quedan en las represas de Salto Grande, Baygorria y Rincón del Bonete.  

La semana pasada esta situación llegó al Parlamento. Una delegación de la Asociación de Grandes Consumidores de Energía Industrial (AGCEI) reclamó la aplicación de restricciones al consumo de electricidad y pidió acelerar las licitaciones para la incorporación de generadores privados de energías renovables.

Pocas horas después se supo que un grupo de inversores chilenos le había presentado al gobierno uruguayo un anteproyecto para construir en el país una usina generadora alimentada por carbón.

Son unos cuantos puntos, dan como para que convoquemos esta mañana al director nacional de Energía del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), ingeniero Ramón Méndez Galain.

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EC - Para empezar, una pregunta muy puntual: ¿estas lluvias del fin de semana mejoraron en algo la situación de déficit en los embalses?

RAMÓN MÉNDEZ GALAIN:
Prácticamente nada; el caudal del río Uruguay subió muy poquito, pero va a volver a bajar en los próximos días –el caudal, no el agua acumulada en las represas–, y en el río Negro subió cinco centímetros, prácticamente nada.

EC - ¿Entonces? ¿Se configura el escenario como para ir a restricciones obligatorias?

RMG - No; desde el punto de vista hidrológico la situación es catastrófica, pero toda la batería de alternativas que se han ido montando en los últimos años está resistiendo muy fuertemente. Solamente a lo largo de este período de gobierno se van a instalar en total 600 megavatios de respaldo en las redes. Son números enormes, hay que tener en cuenta que el consumo promedio del país son 1.000 megavatios, y en el pico, en los días más fríos del invierno, estamos en 1.500. Se incorporaron 600 megavatios de respaldo entre Punta del Tigre, los motores que van a entrar en los próximos tres meses, y las incorporaciones de biomasa y de eólica. Tenemos una batería de posibilidades que no teníamos, y además tenemos posibilidades ciertas de interconexión, de intercambio energético con Argentina y Brasil a precios que no son disparatados, que no son esos 400 dólares que andan por ahí, son menos 200 dólares.

EC - A eso iba, la AGCEI está alarmada por los precios que estamos pagando por la importación de electricidad de Brasil, y por eso sostiene que hay que ir ya a un plan de ahorro en el consumo.

RMG - Los grandes consumidores de energía en este país pagan la energía eléctrica más barata de la región, en comparación con Brasil y con Chile en Uruguay se paga bastante menos; no en comparación con Argentina, que tiene los precios totalmente subsidiados, totalmente fuera de mercado, completamente fuera de control para nosotros, no tenemos forma de competir con esa política. Pero en comparación con Chile y Brasil los grandes consumidores de Uruguay pagan bastante menos por la energía.

Ayer específicamente conversamos con algunos; me mostraron la factura, hicimos la cuenta y se terminaron de convencer. Aparte no son cosas que decimos nosotros, las dicen organismos internacionales que hacen este tipo de comparaciones y que han certificado que esto es así.

EC - ¿Esas consideraciones valen incluso para este escenario en el que se está importando energía brasileña, que llega a ser un tercio de lo que se consume en Uruguay?

RMG - Absolutamente. Los grandes consumidores han tenido, al igual que el resto de la población, un aumento de 6,5% en sus tarifas a raíz de este episodio. No son números muy, muy significativos; 6,5% de aumento de electricidad es un impacto en sus cuentas, por supuesto, pero no son números tan tremendamente significativos, la energía no se fue al doble o al triple. No tiene incidencia directa sobre el consumidor, porque UTE genera básicamente a partir del agua, cuando tiene agua. Y no se sabe cuándo tiene agua, lo determina el tiempo, no lo podemos determinar los seres humanos o los políticos.

Entonces, UTE funciona a partir de una estimación de cantidad de agua promedio; en los años en que hay menos agua se endeuda, porque tiene que hacer uso de otras formas de generación que son más caras, y en los años en que tiene exceso de agua repaga el monto por el que se endeudó en los años en que no hubo agua. Es un promedio a lo largo de varios años lo que establece la tarifa de UTE. Con UTE no ocurre lo mismo que con Ancap, por ejemplo, que sube y baja permanentemente las tarifas en función de la variación de los costos de los combustibles, porque no se sabe qué es lo que va a pasar en el futuro y tiene que tener sus cuentas saneadas. En cambio UTE, como en promedio se sabe cuánto va a llover a lo largo de varios años, puede darse el lujo –es una empresa que recauda 1.000 millones de dólares al año, por lo menos– de endeudarse por 200 dólares un año y recuperarlos en el año siguiente. Entonces no hay ninguna alarma económica ni de ningún tipo.

EC - ¿No va a ser necesario un nuevo aumento de la tarifa ahora, a raíz de esta situación en que seguimos dependiendo tanto de la energía importada?

RMG - Por ahora no, no hay necesidad de hacer ningún ajuste de tarifas.

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
La pregunta viene a colación porque Héctor Antognazza, vicepresidente de la AGCEI, dijo aquí la semana pasada –se refería al costo disponibilidad de UTE, no se refería al valor de la tarifa que pagan los consumidores– que de acuerdo con el marco legal del mercado mayorista, cuando se llega a valores de 200, 250 dólares por megavatio, se alcanza el primer escalón de falla.

RMG - Pero no estamos en esos valores, estamos muy por debajo.

JAE - Por eso es la pregunta: para ustedes se está lejos de eso, no hay necesidad de establecer un régimen de plan de ahorro obligatorio.

RMG - Estamos por debajo de los 200 dólares. ¿Por qué un plan de ahorro obligatorio? ¿A quién le vamos a hacer un plan de ahorro obligatorio? ¿A los grandes consumidores les vamos a mandar menos energía para que tengan que reducir su producción? De ninguna forma. ¿Qué sentido tiene? Parece un poco egoísta ese planteo: yo quiero tener energía, quiero tenerla barata y que se la corten a otros, de manera obligatoria. Cuando no hay ninguna dificultad de abastecimiento de energía en el país. No entiendo el planteo.

EC - ¿No hay ninguna dificultad para el abastecimiento?

RMG - No hay absolutamente ninguna dificultad.

EC - ¿Por el lado de Brasil no hay el peligro de que en un momento nos diga "cortamos, no podemos seguir dándoles electricidad"?

RMG - Peligro siempre tenemos, tenemos una cantidad de opciones y todas pueden fallar. Pueden romperse máquinas, podemos pelearnos con los brasileños o pueden tener problemas ellos, todo eso puede ocurrir. Pero hoy tenemos una cantidad de alternativas. Por ejemplo, ¿qué pasa si Brasil nos deja de mandar energía? Tenemos la posibilidad de Argentina, donde en este momento, debido a la crisis internacional, ha bajado mucho el consumo y por tanto tiene disponibilidad energética. En cada momento tomamos lo más conveniente en función de los precios.

Pero supongamos que tampoco Argentina pudiera respaldarnos, que ni siquiera eso funcionara. Tenemos agua en el río Negro, para eso la tenemos. Y no es que se precise usar agua durante todo el día, se usa agua en el pico de demanda, que es un par de horas durante las noches más frías. Para eso no se va a vaciar la represa en una semana, ni siquiera en un mes. Porque no es lo mismo tenerla funcionando durante todo el día que tenerla funcionando durante algunas horas. Hay una cantidad de alternativas. Tenemos que acostumbrarnos a que tener agua, tener generación hidráulica es una noticia muy buena y muy mala al mismo tiempo. Es una muy buena noticia porque no hay nada más barato que el agua una vez que se repagó la inversión en las represas, generar el megavatio/hora en las represas cuesta cinco dólares; cualquier otra forma de generación, la que sea, es mucho más cara. Entonces cuando tenemos agua tenemos energía muy barata, y cuando no la tenemos, tenemos energía mucho más cara. La tarifa de UTE es un promedio de los momentos buenos y los momentos malos. No tiene que cundir el pánico cuando se pasa mucho tiempo sin agua, parece que se cayera el mundo y que hay que salir a buscar soluciones mágicas. No, eso es lo natural en nuestro país, porque tenemos una gran dependencia del agua, algo que es al mismo tiempo bueno y malo.

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EC - Ramón Méndez Galain es doctor en Física, profesor titular grado 5 en la Universidad de la República desde el año 1996 e investigador grado 5 del Pedeciba desde 1994.

JAE - Los grandes consumidores de energía y los generadores privados criticaron la semana pasada la lentitud con la que el gobierno viene llevando adelante las licitaciones para la compra de electricidad producida por privados a partir de fuentes renovables. ¿Qué responde a esto?

RMG - Es curioso. Uno puede entender que vamos lentamente, eso es absolutamente relativo, pero es curioso porque Uruguay tiene hoy el mayor porcentaje de energías renovables no tradicionales de todas las Américas. Uno va a los foros internacionales, es más, nos invitan a los foros internacionales para que expliquemos el ejemplo uruguayo, que otros países están intentando imitar, en particular países de América Latina. La semana pasada, como consecuencia de la cumbre de presidentes de las Américas en Trinidad y Tobago, fuimos invitados, entre otros, por los gobiernos de Estados Unidos y Perú para dar continuidad a las conclusiones de esa cumbre, y una vez más Uruguay fue tomado como ejemplo por su estrategia eficiente para la incorporación de energías renovables no tradicionales. Hoy el 6% del consumo de energía del país proviene de energías renovables no tradicionales, básicamente biomasa y energía eólica. Tal vez para algunos sea poco, pero es el mayor porcentaje de todos los países de América Latina y de América del Norte, y empezamos en cero hace apenas tres años.

JAE - El cuestionamiento específico se refería a las licitaciones. Incluso se mencionaba que ya en marzo se había manejado que podía salir una tercera licitación para energías renovables, y hasta ahora no se ha concretado.

RMG - Vamos a ver desde el principio cuál es la estrategia que estamos llevando adelante. Uno no puede, de la noche a la mañana, introducir una nueva tecnología que significa, primero, tecnología nueva en sí misma; segundo, generación distribuida, no como tradicionalmente, que la generación se encuentra concentrada en un determinado lugar al lado de una línea, sino que hay que ir a buscar el viento, la biomasa donde se encuentran y conectar esa energía con la red, y tercero, introducción por primera vez en el país de la generación privada, esto es, que actores privados participen en el mercado eléctrico.

Todo eso no se logra de la noche a la mañana. Cuando uno empieza tiene que tener una curva de aprendizaje, tienen que darse ciertos hitos para equivocarse, para intentar cosas y darse cuenta de qué es lo que no hay que hacer, para ver si los grandes inversores internacionales y operadores de parques eólicos están interesados en venir a un lugar tan alejado y con un mercado tan chico como este. Esa es nuestra curva de aprendizaje. Nos dimos tres años para ello. Han terminado esos tres años, y a partir de ahora, de las consecuencias, de las conclusiones que sacamos de esta primera etapa, vamos a dar el paso más importante. Está totalmente definido cuál va a ser el esquema para la incorporación nueva, dentro de dos meses vamos a hacer una licitación por 150 megavatios de energía eólica solamente, más allá de las otras incorporaciones de biomasa.

JAE - ¿Son 150 megavatios?

RMG - Sí, 150 megavatios ahora, y 150 más cuando termine este proceso licitatorio; lo hará el próximo gobierno, si está de acuerdo en seguir nuestro camino.

JAE - Eso es bastante más que lo que tiene hoy disponible Uruguay.

RMG - Por supuesto, son números enormes, para los que nos miran de fuera es increíble que en tres años hayamos llegado a hacer una licitación de este tipo.

JAE - ¿A cuánto asciende hoy el parque de energía eléctrica a partir de los molinos de viento?

RMG - Estamos en números muy chiquitos, es más o menos un 1,5% del parque de generación. Instalados hay 10 de UTE, 10 de Nuevo Manantial, y antes de fin de año se va a duplicar el parque Caracoles, se va a llevar a 20 megavatios, y hay otros en proceso de instalación.

EC - ¿En qué potencia estamos hoy entonces?

RMG - Hoy estamos entregando a la red 14 megavatios, 10 de UTE y 4 de Nuevo Manantial.

EC - Y se propone un llamado antes de fin de año por 150 megas, también de energía eólica.

RMG - Sí, exclusivamente de energía eólica, eso ya está decidido. En la primera etapa, que fue de cantidades pequeñas, porque cuando uno se equivoca quiere errarle por poco para que las consecuencias económicas también sean menores, hicimos tres licitaciones menores, limitadas a 10 megavatios cada una, y limitamos la cantidad de contratos. Ahora la idea es algo completamente diferente, primero, poniéndoles condiciones muy estrictas a los oferentes, que tengan antecedentes internacionales de operación de parques; segundo, permitiendo tamaños más grandes, parques de 50 megavatios, que por factores de escala tienen otras posibilidades de bajar precios; tercero, mediante un decreto específico en el marco de la ley de Promoción de Inversiones, con exenciones impositivas importantes; cuarto, estamos culminando un mapa eólico para proveer en el momento de la licitación como nunca se había hecho en el país, luego de instalar 17 torres anemométricas en todo el territorio con anemómetros a 50 y 90 metros de altura, certificados internacionalmente, y por último, como queremos que este proceso sirva no solamente para tener energía renovable autóctona, que no dependa de la importación de combustibles, etcétera, sino que además impacte positivamente sobre la economía nacional, vamos a tener en cuenta aquel proyecto que tenga la mayor participación nacional en la construcción, en los insumos, en la operación y el mantenimiento posterior, etcétera.

EC - Ese llamado se va a hacer dentro de un par de meses.

RMG - Sí, dentro de un par de meses tiene que estar todo el paquete terminado, los decretos, los pliegos para la licitación.

EC - ¿Hay más llamados previstos para otras formas de energías renovables?

RMG - El otro gran aspecto para nosotros es la biomasa. Entendemos que hay un potencial interesante, y en los lineamientos estratégicos que nos hemos marcado hacia 2030, para el corto plazo, para 2015, planteamos tener 200 megas más de biomasa, además de los 300 de eólica de estos dos llamados de 150 cada uno.

En biomasa la estrategia es completamente diferente, porque no es como el viento, que tenemos una cantidad de viento y una cantidad de oferentes y hay que ver simplemente quién ofrece el mejor precio, las mejores condiciones, la mejor participación nacional para quedarnos con el que más nos convenga. En biomasa es al revés, hay que ir allí donde está la biomasa, a aquellos que tienen residuos, y tratar de generar sinergias. Estamos trabajando en un mapa biomásico completo del país, viendo dónde están los residuos, quién los tiene, si están disponibles, a qué precios se podrían conseguir, a qué distancia de la red están. Hay que hacer un trabajo más proactivo para que ingrese la biomasa.

Por ejemplo, una cantidad de empresarios ya se dieron cuenta de que es una buena opción y se siguen presentando. En la última licitación se presentaron cuatro emprendimientos, y los cuatro se aprobaron porque eran precios muy convenientes, alrededor de 80 dólares el megavatio/hora, y se están construyendo. En este momento hay uno con cáscara de arroz en Treinta y Tres, otro con residuos forestales en Tacuarembó, otro en Rivera igual, está Azucarlito en Paysandú, está ALUR en Bella Unión, se está terminando uno con Enersur, una empresa extranjera que está en Nueva Palmira. En fin, hay varios emprendimientos con base en biomasa en proceso de construcción en este momento, pero no es este mecanismo amplio de licitaciones muy competitivas, con inversiones de varios cientos de millones de dólares, sino al revés, es tratar de impulsar o generar sinergias entre diferentes actores para que se transformen residuos en energía.

EC - ¿Cuándo habría nuevas licitaciones en esos rubros?

RMG - En esos rubros es más bien un trabajo de goteo, un trabajo constante. El caso típico de Botnia, o el de esta empresa Enersur, es al revés: ante propuestas específicas de ciertos empresarios, que a veces nosotros mismos impulsamos, hay una negociación directa entre la empresa y el distribuidor, que es UTE, entre las dos empresas, para ver si hay un acuerdo, si hay un precio razonable por el cual se pueda comprar esa electricidad proveniente de biomasa. El precio de la biomasa no es como el del viento, que es uno solo, depende simplemente de cuánto viento hay en el lugar que se elija. En la biomasa depende mucho del tipo de residuo, del tipo de tecnología, y los precios pueden llegar a ser diferentes. Es más bien una negociación caso por caso. No descartamos hacer nuevas licitaciones, por supuesto.

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JAE - La semana pasada se conoció que Copec y Ultramar, dos empresas chilenas, preparan un anteproyecto de central a carbón y puerto en Uruguay, una planta que tendría una capacidad de entre 100 y 300 megavatios, y demandaría una inversión de hasta 300 millones de dólares. Representantes del gobierno, ministro de Industria y director de Energía, estuvieron reunidos la semana pasada en Santiago de Chile por esta posibilidad.

¿En qué está? ¿Cuán cercana está la posibilidad de que se concrete una planta de energía a carbón en Uruguay?

RMG - Hemos definido las líneas estratégicas de desarrollo energético con una mirada a 2030. Eso nos marca rumbos, porque nos planteamos hitos intermedios, metas específicas a alcanzar, y definimos una serie de líneas de acción para alcanzar esas metas. Todo lo que está dentro de esas metas es bienvenido; lo que no, lo estudiaremos y veremos si los elementos positivos son mayores que los negativos en función de los lineamientos que nos fijamos.

JAE - En el plan a 2030 se establece como objetivo cambiar la matriz energética, y específicamente se menciona la posibilidad de incorporar como alternativa la producción de energía a partir de carbón.

RMG - Lo que planteamos es para el corto plazo una importante introducción de energías renovables, apuntamos a la soberanía energética y por lo tanto a tener fuentes energéticas autóctonas que podamos manejar nosotros mismos. En el caso –bastante realista– de que no se pueda completar la generación energética solamente a partir de energías renovables y disponibles en el país, tenemos que complementarlas con otras formas. Entonces hay algunas que ya están bastante más avanzadas, como por ejemplo el uso del gas natural a partir de una planta de regasificación de gas natural licuado, y hay otras que están en proceso de estudio para el medio y el largo plazo. Una de ellas es el carbón y otra es la energía nuclear. En ese marco, en el cual estamos en una etapa de discusión y de estudio, porque son técnicas nuevas y con elementos positivos pero también con elementos negativos, surge una iniciativa privada de una empresa chilena, que no es la única, hay varias iniciativas de instalar plantas de carbón en Uruguay, y la recibimos como tal, como iniciativa privada, pero por ahora no hemos tomado ninguna definición.

EC - ¿Qué dice a propósito de las críticas a ese tipo de centrales por su carácter altamente contaminante para la atmósfera?

RMG - Ese es uno de los temas, pero vamos a separar la paja del trigo. Contaminantes en el sentido tradicional no son, uno puede tener plantas de carbón como las que se hacen –sin hablar mal de ningún país– por ejemplo en China, que emiten partículas que generan el esmog tradicional, como pasaba en Londres hace unos cuantos años, o moléculas con azufre, o con nitrógeno, que generan óxido, lluvia ácida, etcétera. Hoy, por ejemplo en Alemania, se hacen sin que emitan ese tipo de elementos contaminantes.

JAE - La planta de Bagé en Brasil, cerca de la frontera con Uruguay, ¿es de este tipo?

RMG - Es intermedia, no es ni de un tipo ni del otro. Tenemos que tener en cuenta que la mayor fuente de generación de electricidad en el mundo es el carbón, más del 40% de la electricidad del mundo se produce a partir del carbón, el 50% de la electricidad alemana proviene del carbón, la mitad de la electricidad del país supuestamente campeón mundial en temas de protección del medioambiente viene del carbón. Eso es el mundo de hoy. Entonces, ¿es un retroceso ir al carbón? Uno puede pensar que sí, porque si bien se puede tener una planta de generación de electricidad con carbón no contaminante localmente, no se sabe hacer una planta de carbón que no emita CO2, y eso es un problema no de contaminación, pero sí de modificación climática. De ahí la preocupación del gobierno alemán de tratar de introducir otros tipos de fuentes de energía para disminuir la generación a carbón. Pero más del 40% de la energía eléctrica del mundo se produce con base en carbón. Se puede hacer bien o se puede hacer mal, hacerlo mal es contaminar, hacerlo bien es no contaminar, eso se sabe hacer, pero no se sabe generar con carbón sin emitir con CO2, es decir, sin emitir gases con efecto invernadero.

En una visión global, si vamos a poner plantas de carbón tiene que ser absolutamente claro que va a ser con la primerísima y mejor tecnología del mundo, y por lo tanto no vamos a tener contaminación local. Pero vamos a contribuir con gases de efecto invernadero. Y ahí viene la pregunta: Uruguay, que es de los menores emisores mundiales de gases con efecto invernadero, ¿puede darse el lujo de descartarlo cuando otros países no lo hacen? No sé, es una decisión ideológica, filosófica, que el gobierno no ha tomado todavía.

EC - Se parece a la decisión sobre la energía atómica.

RMG - Muchísimo.

EC - ¿En qué está ese otro debate?

RMG - Seguimos en el camino que hemos definido, y por suerte los partidos de la oposición están de acuerdo con nuestra forma de encarar el tema. Primero hay que estudiar el tema con seriedad, y luego, cuando tengamos los elementos suficientes, recién ahí se podrá tomar una decisión. Y tener elementos suficientes quiere decir los estudios técnicos sobre la diversidad de temas que hay que analizar en este problema, tecnológicos, económicos –para terminar de ver si es o no es más barata que otras opciones; por ahora nos da que no es así–, medioambientales –para ver si se puede garantizar que el impacto medioambiental va a ser mínimo y controlado–, la discusión política, ver si efectivamente existe un respaldo importante, y fundamentalmente la discusión con la ciudadanía.

EC - La semana pasada el presidente Vázquez recibió un informe técnico sobre este asunto.

RMG - La comisión creada por Tabaré en acuerdo con los líderes de la oposición –comisión que yo presido e integrada por miembros del gobierno y por los cuatro partidos políticos con representación parlamentaria–, que dirige este proceso de estudio, entregó el primer informe a los 90 días, como estaba previsto.

La información que tenemos a partir del ministro es que fue recibido con mucho beneplácito por el presidente, a tal punto que lo colgó en la página web de Presidencia. En la primera instancia simplemente hicimos un análisis de la globalidad de temas que hay que estudiar, y propusimos un ordenamiento para estudiarlos. Ahora estamos en la etapa de ponerle números a todo eso, cuántas personas se precisan, cuánto dinero se precisa; eso va a estar en el próximo informe, que se va a elevar muy próximamente, para empezar a trabajar con un cronograma específico, con las herramientas, con los insumos, con los recursos humanos y materiales necesarios.

EC - Por último, el domingo pasado, en su columna en el diario El País, el doctor Carlos Maggi citaba información que había volcado el senador Ruperto Long en comisión del Parlamento a propósito de cómo viene el proyecto de interconexión con Brasil a través de la línea Medici-San Carlos. Y según surgía de esa versión, uno, la propuesta es que UTE debe constituirse como empresa en Brasil y realizar las obras de interconexión, tendría que ser una inversión uruguaya; dos, UTE viene considerando una propuesta de la empresa brasileña Tractebel, que está dispuesta a construir una nueva central a carbón en Candiota, siempre y cuando el ente uruguayo firme un contrato de largo plazo para el suministro permanente de energía a un precio conveniente a través de esa interconexión.

¿Qué dice sobre estos dos elementos que en principio resultan muy chocantes?

RMG - En primer lugar, este gobierno ha definido lineamientos estratégicos que pasan por la soberanía energética. Para nosotros soberanía energética no está en contradicción con interconexión con nuestros vecinos, es la única forma en que se trabaja en el mundo, porque lo mismo que nos pasa ahora y que acá parece algo tremendo, ocurre en todo el mundo, constantemente hay intercambio de energía, constantemente hay países que tienen más y otros que tienen menos, eso es absolutamente natural, y más en una región que intenta integrarse, como la nuestra.

Entonces, tener una línea de interconexión importante y potente con Brasil nos agrega independencia, en lugar de quitarla. No tenemos una interconexión fuerte con Brasil, tenemos una interconexión muy fuerte, de 2.000 megavatios, con Argentina, pero de apenas 70 megavatios con Brasil. Entonces aumentar la interconexión con Brasil nos amplía el margen de negociación internacional para intercambio de energía, a veces para comprar, pero muchas veces también para vender, cuando nos sobra a nosotros y les falta a ellos.

EC - ¿Es correcto que la inversión la tendría que hacer UTE instalándose en Brasil, y que sería una central a carbón que requeriría un contrato firme, permanente con UTE?

RMG - A eso voy. Para hacer un matrimonio se precisan dos, para hacer un acuerdo se precisa que los dos estén de acuerdo. Brasil no visualiza el interés de tener una línea de interconexión con Uruguay. Para ellos nosotros somos el 1%, menos que un barrio de San Pablo. Ellos no visualizan la necesidad de tener esa línea, pero nosotros sí. A tal punto que Brasil no está dispuesto a financiarla, y nosotros sí estamos dispuestos, porque las cuentas que hemos hecho nos dan que es más rentable tener esa línea 100% pagada por Uruguay que no tenerla, y en algún momento en que nos sobre electricidad se la venderemos y le haremos pagar el peaje por el uso de esa línea que será nuestra y de la conversora de frecuencia que también va a ser nuestra. El hecho de que la financie Uruguay no es un problema, de hecho no la financia solamente Uruguay, el origen del dinero no necesariamente va a venir de Uruguay, está la posibilidad del FOCEM (Fondo Convergencia Estructural del Mercosur) e incluso de bancos brasileños que el presidente Lula le ha ofrecido al presidente Tabaré Vázquez.

Por otro lado, lo desmiento absolutamente, no hay ninguna exigencia de tener una planta de carbón del otro lado para tener la línea, son cosas absolutamente independientes. Por un lado tener la línea significa para nosotros mayores posibilidades, estar conectados con un gigante que tenemos al lado y que en muchas ocasiones, como ahora, nos puede ayudar, y eso puede ser más útil que generar de una forma más cara en nuestro país o reservar agua. Si tuviéramos una línea directa con Brasil nos llegaría la mitad de lo que nos llega hoy, porque está dando una vuelta muy complicada y que no manejamos nosotros. Eso nos daría soberanía, independencia, nos bajaría costos, aunque lo pagáramos 100% nosotros. Pero que eso dependa de una central de carbón no tiene absolutamente nada que ver con la realidad.

EC - ¿La posibilidad de esa central en Candiota destinada a abastecer exclusivamente a Uruguay sí existe, se ha presentado?

RMG - Se ha presentado ese proyecto, está en estudio, no se ha descartado; pero no está para nada atado al proyecto de la interconexión. Por un lado la interconexión, que significa estar interconectados con Brasil, y por otro lado eso se puede utilizar ya sea ocasionalmente para comprar energía en el momento en que se precisa, o eventualmente para tener un contrato atado con algún generador en Brasil que pase por esa línea, que no la ocupe toda sino en parte. Las dos posibilidades existen, para eso están las conexiones, para tener contratos ocasionales o contratos firmes de largo plazo.

Una de las posibilidades que se han presentado es esta de la empresa Tractebel en Candiota. Hemos dicho que es una posibilidad, en el caso de que UTE quiera tener un contrato de suministro firme de energía de Brasil va a hacer una licitación, y se presentará esta como se presentarán otras. Por ahora nuestra propuesta es tener esa línea y tener la posibilidad, cuando precisemos, ocasionalmente, de comprar energía, no tener un contrato, y mucho menos con esta empresa que es simplemente una de las que se han presentado a una manifestación de interés en el caso de que exista la línea.

EC - ¿Cuándo se define esto?

RMG - La conversora de frecuencia para pasar de los 60 ciclos de Brasil a los 50 ciclos nuestros, que es lo más caro, ya fue adjudicada, la va a construir una empresa francesa. Y para la línea en sí están retocando los pliegos para la licitación, la idea es que esto esté pronto aproximadamente en 2011.

Esto no fue difícil solamente para este gobierno, le llevó varios años de negociación. El gobierno anterior, y antes todavía, hacía mucho tiempo que se venía negociando con Brasil y no se había conseguido absolutamente nada. Yo no les echo la culpa a los gobiernos anteriores, digo que la negociación con Brasil es muy difícil, porque para hacer algo de a dos los dos tienen que ver el interés, y Brasil no ve ese interés porque somos un barrio de una ciudad grande de ellos. Entonces no nos critiquen a nosotros lo que gobiernos anteriores no pudieron o no supieron hacer. Es difícil, es una negociación difícil, y por suerte la estamos terminando en este momento.

EC - Tenemos consultas de los oyentes sobre la microgeneración de energía eléctrica.

RMG - Es un tema de activísimo trabajo nuestro en contacto con UTE. Inauguramos el primer molinito de viento, que financiamos nosotros para fomentar la fabricación nacional de este tipo de molinos. Es un gran tema, no para hablar en un minuto.

EC - Estamos hablando de los molinos que generan energía eléctrica a nivel hogareño.

RMG - A nivel de un hogar, de una pyme. La idea es tratar, en el marco de una mayor eficiencia en el uso de la energía, de que cada hogar tenga la mayor generación de energía propia, por ejemplo con molinos de viento, por ejemplo con energía solar térmica para tener agua caliente y bajar la factura de UTE, a partir de una ley que está por salir.


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Transcripción: María Lila Ltaif