El Partido Nacional en la largada hacia el 25 de octubre
Análisis político de Oscar A. Bottinelli
(emitido a las 8.31 hs.)
EMILIANO COTELO:
Todavía no se han apagado los ecos de las elecciones internas del domingo pasado y ya comienza la nueva etapa: la campaña hacia el 25 de octubre.
El politólogo Oscar A. Bottinelli, director de Factum, nos propone analizar el comienzo de esta segunda etapa a partir del partido que ya ha definido su propuesta electoral.
El título: "El Partido Nacional (PN) en la largada hacia el 25 de octubre".
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EC ¿Esta es la tercera y la vencida?
OSCAR A. BOTTINELLI:
La tercera y la vencida de esta semana.
EC ¿Por dónde empezamos?
OAB El PN genéricamente corre un riesgo, que es tomar los resultados del domingo como si fueran el escenario más probable hacia octubre, lo cual sería grave porque en definitiva estamos hablando de votos de medio electorado y tiene el 22% de ese medio electorado; el Frente tiene el 20%, pero el otro medio electorado no se comporta exactamente igual y ahí hay más predisposición al Frente Amplio (FA) que a los partidos tradicionales.
Segundo, uno diría que no le pase lo de la carrera de la tortuga y la liebre; en esta segunda etapa le ha sacado ventaja en la largada al FA pero el PN no debería ponerse a dormir mientras el FA sigue tratando de resolver sus problemas.
El problema grande que tienen los dos partidos es cómo posicionarse, en definitiva es una competencia hacia el electorado que está en la frontera entre votar al PN y votar al FA e incluso a aquel que podría buscar alguna tercera opción, como el Partido Independiente, ante la insatisfacción que pudieran generarle las dos propuestas.
Analizar el tema en un ángulo de izquierda a derecha en Uruguay es difícil, tenemos un largo problema -no es nuevo es más que centenario, se pueden encontrar libros muy viejos en que se habla de esto-, siempre se ha considerado a la izquierda una palabra positiva y a la derecha una palabra peyorativa.
Tanto es así que quien en Uruguay sostiene posturas que en cualquier parte del mundo se definen como de derecha y auto asumen la calidad de derecha con mucho orgullo -hasta hay partidos que a sí mismos se llaman la derecha- se ofende si le dicen la derecha, y eso hace un poco difícil hablar de derecha-izquierda.
Entonces tratemos de hablarlo sin que nadie le dé a esto connotaciones perversas. Es una ubicación en un eje; cuando uno mira hacia una punta hay una izquierda -estemos hablando de tránsito, de un saco o de lo que sea- y lo que está opuesto a la izquierda es la derecha.
El PN tenemos que analizarlo un poco genéricamente y un poco a partir de sus dos grandes figuras. El PN como tal fue girando o alejándose del centro a lo largo de este año, lo que obliga a ver figura por figura.
Luis Alberto Lacalle sin duda es una figura que re emerge, básicamente desde el arranque de 2008 tras su retiro un año antes, con una potencia inaudita, insólita, una potencia no conocida. Se podría comparar con el resurgir que tuvo Jorge Batlle desde 1999 a 2004 o también el que pudo tener hacia las internas de 1989. Lo cierto es que es muy nuevo, muy diferente, porque además es un ex presidente de la República, con los desgastes de un gobierno.
Y lo hizo tratando de tener un discurso con mensajes diferentes a los que lo llevaron a la primera presidencia; uno diría más corrido hacia el centro que el que había tenido en un momento ideológico del mundo muy distinto al de la elección de 1989, cuando llega por estos lados el auge de lo que algunos llamaron el neoliberalismo -yo creo que más bien corresponde hablar de la acentuación de los valores del libre mercado y de la libertad económica que se expresa, entre otras cosas, en lo que se llamó el Consenso de Washington-. El mundo está en un giro diferente en este momento. Mucho antes de que ocurriera el gran cambio en el mundo con la crisis de setiembre del año pasado, Lacalle ya estaba manejando un discurso mucho más hacia el centro, por ejemplo en la referencia a los Consejos de Salarios, a los convenios colectivos, o sea un conjunto de medidas que lo alejaban del punto de vista inicial.
En cuanto al otro líder, Larrañaga, que emergió como una figura explosiva en 2004, mantiene en 2005, 2006, 2007 esa primacía y aparece como un candidato reviviendo el llamado wilsonismo, que es esa postura del PN con ciertos tintes social-demócratas o de gran énfasis social en el cual competía muy fuertemente con una parte de la izquierda que se puede definir políticamente como más liberal.
En 2008 empieza a verse una atenuación de esas posturas aunque la fuerza de Larrañaga en competir en la línea del medio, en el borde con el FA, siguió siendo muy alta, al punto que difundimos acá en El Espectador una encuesta de esos imaginarios escenarios binarios en que Larrañaga aparecía ganándole a Astori, aparecía compitiendo con mucho éxito.
Nosotros hicimos un análisis muy detenido el 23 de marzo, a raíz de una importante caída de Larrañaga, en el que percibimos algunas causas externas como el crecimiento del Frente, pero también que él había hecho un giro de alejamiento del centro con señales fuertes. Algunas de ellas en el plano económico, otra en lo que tuvo que ver por ejemplo con el tema del aborto, al haberse plantado monolíticamente en contra sin un abanico de posturas, y que ese alejamiento del centro le había generado una pérdida de electorado hacia el FA en una competencia con vasos comunicantes, particularmente hacia Mujica.
Entonces lo que observamos es que el PN llega mucho más alejado del centro de lo que estuvo en 2008, particularmente con la impronta de Larrañaga.
Este es el tema básico que tiene que dilucidar porque ya ha logrado entusiasmar a sus seguidores, ha captado al Partido Colorado (PC) -y este es otro tema de análisis para otro momento-. Pero los juegos de captación del PC hacia el PN y viceversa en la macro elección son de suma cero, es decir, al FA le son neutros, ni gana ni pierde porque el PN le saque al PC y viceversa. Después habrá que ver si Bordaberry y el PC tienen posibilidad también de competir en la frontera con el Frente. Pero hablando del PN lo que importa es lo que capte, lo que convenza, lo que seduzca o lo que entusiasme en ese electorado que está en duda entre el FA y PN o hacia una tercera opción como el Partido Independiente.
Aquí en primer lugar van a ser importantes algunos posicionamientos de mensaje; me parece que pueden ser clave los posicionamientos hacia las capas medias, hacia esos sectores que son los que se sintieron más perjudicados o menos beneficiados por el gobierno del FA. Van a ser muy importantes en esa competencia en la frontera algunos elementos clave como las designaciones de los ministros de Economía, es decir qué persona anuncia Lacalle o Lacalle-Larrañaga que sería el ministro de Economía de un eventual gobierno suyo, y a quién anuncia Mujica o Mujica-Astori, si se termina de formalizar -parecería el 11 de julio-, como ministro de Economía de ese gobierno. Es un juego de quién destapa primero, quién es el que anuncia primero el nombre del ministro, pero también qué impronta va a tener. Por ejemplo, el riesgo que tiene una señal del Frente es que anunciar una persona que continúe lo actual por un lado tranquiliza a los inversores y por otro lado se reafirma el IRPF y se reafirma una política que a muchos sectores medios no les gustó mucho.
El PN puede ir hacia una política de captar sectores medios pero alguien puede decir que se van a perder algunas cosas de este gobierno que muchos sectores del país consideraron beneficiosos. Es decir, ahí hay un juego bastante delicado en los nombres del futuro ministro de Economía. Desde la elección de 2004 aparece como clave, tanto como el candidato vicepresidencial, el candidato a ministro de Economía; parece que ahora las fórmulas son de tres nombres: voto por presidente, por vicepresidente y por ministro de Economía. El tema es que los nombres de una y otra parte pueden dar señales muy diferentes y muy fuertes. Yo diría que ahí se juega muchísimo del posicionamiento en la competencia sobre este electorado que está en la frontera entre el FA y el PN.