Crisis energética, incendios forestales, sequí y nuevas naftas: temas relacionados
(Mensaje enviado el jueves 1 de abril de 2004)
Estimado Sr. Cotelo: En los últimos días En Perspectiva ha tratado in extenso cuatro temas de importancia para nuestro país: la crisis energética, los incendios forestales, la sequía y las naftas sin plomo. Hemos escuchado al Ministro de Industria, Energía y Minería, al Director Nacional de Energía, a varios representantes de la Dirección Nacional de Bomberos, a representantes de ANCAP. Sin embargo, y permítame disentir positivamente, los temas se analizaron como si fueran independientes. Creo que sería interesante el ejercicio de "globalizarlos" y ver qué pasa si se los examina como relacionados entre sí, y más aún como interdependientes. Comencemos por la crisis energética, que por ahora se circunscribe a la generación eléctrica, pero que los más cercanos actores saben que a mediano plazo se extenderá a los combustibles líquidos para transporte, industria y sector residencial. ¿Cuáles son los dos grandes responsables de la crisis energética? La respuesta a esta pregunta no encierra ningún misterio ni requiere de gran capacidad académica: la dependencia del clima en la generación hidroeléctrica y la dependencia de los combustibles fósiles (gas, petróleo) en las centrales térmicas. Con respecto a la energía hidroeléctrica todos sabemos que cuando no es suficiente el nivel de agua en las represas ?que suministran el 70% de la electricidad- se producen déficits en la generación. He aquí la primera relación entre los temas de análisis: la generación hidroeléctrica y la falta de lluvias, la sequía. Pero, ¿cuál es el origen de la sequía? Históricamente en Uruguay han existido períodos de inundaciones y de sequías, que se repiten más o menos cíclicamente, pero que se han visto exacerbados en los últimos tiempos, de tal manera que el MVOTMA ha convocado a expertos desde hace algunos años, para determinar las medidas más adecuadas para la mitigación de los efectos del cambio climático, siguiendo las tendencias mundiales de adjudicar dicho cambio a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), mayormente producidas por la quema de combustibles fósiles. El efecto invernadero natural es un hecho constatado y la variabilidad natural del clima ha existido siempre a lo largo de la historia del mundo, pero no existen dudas de que la emisión de los gases de efecto invernadero aceleran el calentamiento de la atmósfera y colaboran al cambio climático. He aquí el otro punto de relacionamiento: la sequía no es casual, no es algo que ocurra sin nuestra participación. Está suficientemente probado a nivel mundial el efecto de las acciones humanas en el clima, que así como se deshiela el Perito Moreno, así como ocurren fenómenos climáticos totalmente inesperados en Europa y USA, de la misma manera ocurre la sequía en Uruguay. No es descabellado pensar que parte de la responsabilidad de la ocurrencia de esta sequía corresponde a la utilización de combustibles fósiles, tales como todos los derivados de petróleo y en menor medida ?solo en menor medida-, la utilización del gas natural. La quema de combustibles fósiles, tales como las naftas -con o sin plomo-, el gasoil, los combustibles de las centrales térmicas, las calderas, agregan grandes cantidades de GEI a la atmósfera, hecho que es irreversible y que determina el calentamiento de la misma con las consecuencias antes descritas. No hay que ir muy lejos para percibir el efecto del calentamiento global y la emisión de los GEI: alcanza con salir al campo, aquí, en Uruguay, ir a Achar, a Tres Bocas, a Mansavillagra; solo que nos parece que fenómenos tales como la lluvia ácida, la desertificación y las inundaciones no ocurren aquí, suceden a otros y en otros países, a nosotros no. Es momento de darnos cuenta de que no, que también nos pasa a nosotros; la sequía es una muestra, las inundaciones otra. Entonces, ¿porqué aceptar que es casual? ¿porqué no tomar conciencia que podemos intervenir favorablemente en ese proceso, si no para revertirlo, por lo menos para mitigar sus efectos? Esta misma sequía es también componente fundamental en la gravedad de los cada vez más frecuentes incendios forestales; la desecación de los montes y lo profuso del sotobosque, coadyuvan a intensificar la peligrosidad de los incendios y a aumentar el despliegue de recursos humanos y materiales, con los costos económicos que ello implica, tanto en pérdidas de producción e infraestructura como en los gastos en que se incurre para su combate, sin contar además con los daños que produce en el ambiente natural en el caso de monte nativo, y en el ambiente artificial cuando los bosques son implantados. La sequía y los incendios forestales se relacionan estrechamente y esto no requiere mayor argumentación, pero ¿qué tienen en común los incendios forestales con la generación de electricidad? La generación de electricidad a partir de leña y residuos forestales y agrícolas no es nueva para más de 60 países en el mundo que tienen implementada esta forma de generación a nivel nacional, regional y local. En cientos de plantas de generación eléctrica en el mundo entero, ésta se realiza a partir de biomasa, es decir a partir de material orgánico vegetal o animal que es quemado para la producción de electricidad y vapor. La limpieza y mantenimiento correcto de los bosques con el fin de prevenir incendios forestales implica el retiro sistemático del ramaje, de malezas, de los restos de podas y cosechas, es decir, de grandes volúmenes de biomasa potencialmente utilizables para la generación de energía. No quiere decir esto que se evitarían los incendios forestales construyendo una planta de generación a partir de biomasa, sino que simplemente se podrían prevenir con un uso eficiente de los residuos presentes en el monte y aprovechar éstos para producir energía. He aquí el nexo entre ambos temas. Los recientes problemas del sistema eléctrico hacen evidente la necesidad de diversificar las fuentes de energía y aumentar el parque de producción nacional. Para conseguir ambos objetivos las estrategias se pueden centrar en controlar y estabilizar el mercado energético, con fuentes autóctonas y abundantes de energía, tales como eólica, minihidráulica, solar, biocombustibles ?biogás, biodiesel, bioetanol-, biomasa ?leña, residuos industriales, agrícolas y forestales- e incentivar la investigación para la incorporación del hidrógeno a mediano y largo plazo en la matriz energética nacional. A todas estas fuentes le caben sectores de consumo que aunque pequeños pueden formar un todo interesante. Para que se comprenda mejor la situación supongamos un paralelismo con la situación de una familia a la que no le alcanzan los ingresos para una subsistencia digna y que no quiere contraer más deudas. No le queda más que reducir el consumo, racionalizar el uso de los recursos de que dispone y/o encontrar nuevas fuentes de ingresos. El ahorro y racionalización energéticos, la ?eficiencia energética? queda para otro momento, no así la diversificación de fuentes de energía. Sobran los ejemplos internacionales de la utilización de plantas de generación de energía a partir de biomasa, a pesar de que el Sr. Ministro de Industria, Energía y Minería catalogó a la utilización de energías renovables como de ?ilusiones?, en su propio programa. Vayan algunos ejemplos: Con un estimado de 14.000 Mw de capacidad instalada alrededor del mundo, la biomasa es la mayor fuente de potencia para generación de energía eléctrica con energías renovables, después de la hidroeléctrica. Estados Unidos es el más grande generador de potencia con biomasa con 7.000 Mw instalados. Las expectativas de crecimiento de la generación con biomasa alrededor del mundo son de más de 30.000 Mw para el año 2020. Las estimaciones muestran que para el 2015 China deberá tener entre 3,500 y 4,100 Mw instalados, y la India entre 1,400 y 1,700 Mw. Esto representa un crecimiento acelerado de sus niveles actuales de capacidad instalada de 154 y 59 Mw respectivamente. Otros países que muestran un promisorio crecimiento por la variedad de sus sistemas de biomasa son Brasil, Malasia, Filipinas, Indonesia, Australia, Canadá, Inglaterra, Alemania y Francia. En España, el Plan de Fomento de las Energías Renovables establece como objetivo que dichas fuentes, en el año 2010, cubran un 12% del consumo de energía primaria en España. Precisamente, el desarrollo de la Biomasa supone un 63% de los objetivos globales de este Plan. En setiembre de 2002 el Fondo Europeo de Garantía Agraria (FEOGA) de la UE, subvencionó la instalación de una planta de biomasa agroforestal con 1,3 millones de euros -24 % de la inversión total-, para la generación termoeléctrica a partir de la utilización como combustible de un residuo de la industria avícola, evitando los daños medioambientales que generan su vertido. La planta es de la Sociedad Energías Renovables de la Robla S.A. (ERRSA), León, España. En Castilla y León se puso en marcha un Convenio de Colaboración entre el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) el Consejo de Medio Ambiente, el Consejo de Industria, Comercio y Turismo y el Ente Público Regional de la Energía de Castilla y León (EREN), cuyo objetivo es coordinar e impulsar proyectos de generación eléctrica con biomasa de origen forestal en esa comunidad autónoma. En 1999 se firmó un contrato entre Energía Hidroeléctrica de Navarra (EHN-España) y FLS miljØ (Dinamarca), para la instalación de una Planta de Generación Eléctrica alimentada con paja, en Sangüesa (Navarra). La primera actuaría como promotor, mientras que el segundo como proveedor de la tecnología necesaria, encargado de operar y mantener la planta durante diez años. La combustión de la paja proporcionada por los agricultores de una zona de 75 km de radio, produce vapor que acciona un generador de energía eléctrica. La planta consume 19 t/h de combustible y produce 103,5 t/h de vapor con una eficiencia de la caldera de 92 % y genera una potencia neta de 25 MW. La eficiencia de la planta es de 32 %. No es mucho, pero es mejor que gastar U$S 500.000 por día para generar electricidad. Desde setiembre de 1999 en Altenstadt, Alta Baviera, Alemania se encuentra en funcionamiento una central térmica de 35 Mw, que provee de electricidad a 27.000 hogares tamaño medio con una materia prima de 80.000 ton/año -85% de residuos forestales y 15% de heno, residuos de cosecha de cereales, paja y pasto-. El monto de la inversión fue de U$S 26.548.672 correspondiendo a inversores privados el 59% y al Estado alemán el 41%.Las cenizas que se producen en la central se usan como fertilizante y en la construcción. La Mesa de la energía de la Comisión Social Consultiva, convocada por la Universidad de la República tiene, entre otras propuestas, la de la instalación de una planta de generación eléctrica con leña que requeriría de 220.000 has de montes forestales para un suministro de 90 Mw, con una inversión similar a la de la planta a gas que se licitará en abril próximo. La electricidad producida a partir de cultivos energéticos propios y residuos potencialmente productivos, propende a la independencia energética y a la construcción de un nuevo modelo energético que no esté basado en la combustión de fósiles, modelo éste obsoleto y que produce daños irreparables en el medio ambiente, además de suponer un gravoso costo a la economía nacional. La energía, el cambio climático el aprovechamiento de los recursos renovables, son demasiado vastos para pretender desarrollarlos exhaustivamente en este análisis, sin embargo creo que es importante considerar que las energías renovables, en especial la biomasa no solo no son ?ilusiones? sino que tal vez se constituyan en una de las pocas salidas estratégicas para conseguir la autosuficiencia energética para Uruguay, de forma de poder superar los impactos que ocasiona la volatilidad de los mercados de fósiles en los cuales no podemos influir, a la vez que se utilizarían correcta y racionalmente materias primas energéticas desaprovechadas, evitando la posibilidad de siniestros forestales incontrolables y de consecuencias económicas y ambientales nefastas. Los futuros gobiernos deberán considerar estas cuestiones y es nuestra obligación exigirlo. Saludos cordiales, Ing. Agr. Virginia Lobato