Mieres: "es indispensable lograr entendimientos amplios"
Pablo Mieres, candidato a la Presidencia por el Partido Independiente (PI), estimó que los partidos políticos deben acordar medidas concretas en cuatro áreas estratégicas en el plazo máximo de un mes "para que la ciudadanía tenga la certeza de que independientemente de que gane uno u otro esas cosas se van a hacer". Entrevistado por En Perspectiva, sostuvo que ante el riesgo de que la sociedad se polarice el PI puede ser la única alternativa, y que su objetivo es "facilitar que el país deje de funcionar sobre la base de dos mitades". Con respecto a las elecciones de octubre, indicó que su meta es tener una bancada parlamentaria numerosa, con presencia en las dos cámaras.
(emitido a las 9.04 hs.)
EMILIANO COTELO:
Muchas veces hemos escuchado a representantes de los distintos partidos hablar de la necesidad de llegar a acuerdos y promover políticas de Estado en temas que son centrales para el país.
Sin embargo, después se acercan las elecciones y esas buenas intenciones quedan de lado, porque cada sector busca diferenciarse para promover sus ideas y captar adhesiones.
Ahora el Partido Independiente (PI) decidió impulsar este tipo de acuerdos en pleno año electoral y concentrando su atención en cuatro capítulos: educación, seguridad, inserción internacional y reforma del Estado.
Para discutir esa posibilidad, esta semana el doctor Pablo Mieres mantuvo reuniones con los tres candidatos presidenciales de los partidos con mayores posibilidades.
¿Qué respuestas obtuvo? ¿Es posible que se concreten estos acuerdos cuando la campaña electoral arrancó con el nivel tan fuerte de enfrentamiento que hemos visto y escuchado?
Vamos a conversarlo con el doctor Pablo Mieres.
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EC - El doctor Pablo Mieres es abogado, sociólogo, y es el candidato a la Presidencia por el PI.
¿Cómo surgió esa idea? ¿Cuál es el fundamento? ¿Por qué ahora?
PABLO MIERES:
En el PI siempre hemos tenido la impresión de que era, es y será indispensable lograr entendimientos amplios, que el país no avanza sobre la base de aprobar decisiones importantes con una mitad agónica, como fue en el gobierno de Batlle y como ha sido en el gobierno de Vázquez. Es decir, temas muy de fondo terminan aprobados por el 50% más 1 en el Parlamento, como la reforma tributaria, como la ley de Educación, como la reforma de la salud. Hay cosas muy de fondo que necesitan acuerdos más amplios, esa es nuestra mirada estratégica, y en función de eso dijimos: tratemos de brindar señales desde ya. Sé que es un punto medio complicado, y todo indica que la campaña, al revés, va a ser muy dura y de fuego cruzado. Pero quizás justamente por eso, los candidatos principales, los que van a disputar la Presidencia en la segunda vuelta este año, necesiten señales de entendimiento.
EC - ¿Cómo es eso? En principio, lo que se piensa es que a los candidatos les resulta más rentable marcar que tienen diferencias. ¿Desde qué punto de vista les serviría mostrarse con coincidencias?
PM - Las diferencias entre una candidatura como la de Mujica y una como la de Lacalle son tan evidentes, tan obvias, tan notorias para la ciudadanía, que, al revés, lo importante sería ver si no encontramos puntos de encuentro. Y a ambos candidatos los vi con una disposición muy favorable; lo digo después de haber tenido la oportunidad de conversar con ellos por separado un rato largo y mano a mano, sin ninguna otra persona que pudiera afectar el proceso de diálogo, de comunicación. Los noté realmente interesados en generar estas señales. Por eso la respuesta ha sido positiva en los tres casos; incluyo también al doctor Bordaberry. Las cosas pueden ser muy modestas, no aspiramos a construir un programa común, eso sería imposible y hasta ilógico. La pregunta es si podemos encontrar algunas medidas en estos cuatro temas que podrían haber sido otros, e incluso en el diálogo pueden surgir otros aspectos para que la ciudadanía tenga la certeza de que independientemente de que gane uno u otro esas cosas se van a hacer.
EC - ¿Cuál sería la ventaja de que algunas medidas tuvieran acuerdo multipartidario?
PM - Son múltiples. La primera de ellas es que la ciudadanía, o al menos una parte de la ciudadanía, la que no se embandera radicalmente en alguno de los bandos, mira esta circunstancia electoral con cierta preocupación. Es notorio que hay un país político, una campaña electoral que tiende hacia las puntas, que tiende a fortalecer los extremos, nadie puede dudar de que la decisión del 28 de junio favoreció a los candidatos que representaban las posiciones más polares en cada uno de los otros partidos. Entonces seguramente la ciudadanía vería con buenos ojos que hubiera una posibilidad; lo cortés no quita lo valiente, es decir que sin perjuicio de que hay grandes diferencias y de que va a haber enfrentamientos y confrontación, no se quemen los puentes, no se derrumben las posibilidades de entendimiento, sobre todo de cara a 2010.
EC - ¿Qué otra ventaja? ¿Esos acuerdos permitirían que una serie de medidas se implementaran rápidamente?
PM - Exacto, porque además el año 2010 va a ser complicado, 2010 no es 2005. En 2005 el país venía en subida, con viento a favor, con un presidente que ganó con mayoría absoluta, con una caja estatal pública razonablemente saneada. Esto es todo lo contrario: Uruguay viene en el marco de una crisis internacional, con indicadores económicos que marcan tendencias negativas, con aumento de la desocupación, con un déficit fiscal fenomenal, que va a andar en el entorno de los 900 millones de dólares, aproximadamente 3% del PBI, y además con un presidente que, sea quien sea, seguramente no va a tener mayoría propia. Entonces estas señales ahora son garantías para 2010. Por un lado simbólicamente indican que aun con Mujica y Lacalle como candidatos es posible encontrar puntos de entendimiento, y por otro lado les dan una señal a los propios candidatos de que no se quemaron todas las posibilidades de diálogo.
EC - ¿Cuáles son las áreas, a partir de ese análisis, en las que se van a buscar esos acuerdos? ¿Cómo se eligieron esas áreas?
PM - Elegimos aquellas áreas que nos parecieron más sensibles y más urgentes, y en las que acordar entre todos se vuelve más relevante. No es casualidad: educación necesita algunos acuerdos indispensables; seguridad es un problema muy grave, que afecta fuertemente a la ciudadanía; inserción internacional, Uruguay debe recuperar una política de Estado en materia de relaciones internacionales, pierde muchas chances en esa circunstancia; reforma del Estado, que es un asunto recurrente que no terminamos de resolver nunca, cada gobierno que llega dice que va a reformar el Estado y cuando se retira el Estado ahí está, impertérrito.
EC - Son áreas efectivamente sensibles. Pero casi todas ellas, por lo menos tres de ellas, enormes. Bajemos un poco más a tierra todo esto, por ejemplo en educación, ¿con qué se conformaría usted?, ¿con qué tipo de medidas se podría decir que estas negociaciones no fueron un fiasco?
PM - No puedo imaginar que nos pongamos de acuerdo en cómo debe gobernarse la enseñanza, pero sí podemos ponernos de acuerdo en universalizar las escuelas de tiempo completo en el próximo período de gobierno. Esas cosas razonablemente están en la cabeza de todos.
EC - ¿Otro ejemplo en educación?
PM - Algunas de las cosas que hemos planteado, por ejemplo transformar la escala en que se produce la educación en secundaria, por ejemplo, proponernos liceos de un tamaño razonable y grupos de clase de un tamaño razonable. Ese podría ser otro objetivo muy importante, y no sé si no habría consenso en esas cosas.
EC - ¿En seguridad pública?
PM - En seguridad pública no sé cuál puede ser el punto de entendimiento.
EC - Ese punto es muy árido y está muy peleado.
PM - Es muy árido y está muy peleado, porque además hay una discusión acerca del diagnóstico, el partido de gobierno no tiene una misma interpretación sobre la gravedad del problema, ni tampoco sobre la terapéutica. Pero quizás podamos ponernos de acuerdo en mejorar sustancialmente el salario de los policías de manera de eliminar la necesidad de que se dediquen también al servicio 222, ese puede ser un punto de entendimiento. Nosotros lo tenemos planteado como propuesta propia, pero este punto podría obtener respaldos amplios.
EC - ¿Y en reforma del Estado?
PM - Sobre educación también el Plan Ceibal, su extensión a enseñanza secundaria, su incorporación en un modelo educativo-pedagógico. En reforma del Estado, ponemos el tema arriba de la mesa, creemos que hay que ir a un sistema de evaluación por resultados, esa es nuestra mirada sobre la reforma de la gestión pública; no sé si en eso tendremos acuerdo, pero es de las cosas que querríamos poner arriba de la mesa. Y hay todo un avance por el lado del gobierno electrónico que hay que retomar y fortalecer mucho más, y me tengo la sensación de que también allí puede haber consensos. Soy optimista, no me imagino un documento marco de acuerdos generales sobre estos temas, sino al revés, medidas específicas y concretas que sabemos que se pueden hacer gane uno o gane otro.
EC - Está el antecedente de la última transición, el verano previo a la asunción del gobierno del doctor Tabaré Vázquez. Se intentaron acuerdos multipartidarios en algunas áreas.
PM - Y se firmaron documentos. Documentos muy ambiciosos que después no fueron retomados en absoluto. Yo sé que ese es el gran riesgo que tiene esta apuesta, el escepticismo que se genera en la opinión pública e incluso en la elite política, en el sentido de que se firman documentos y después no pasa nada. Eso le hizo mucho daño a este tipo de acuerdos, el doctor Vázquez convocó unilateralmente a los otros partidos, formamos tres mesas de trabajo y se aprobaron tres documentos, con bombos y platillos, con una gran formalidad, pero luego el presidente no los retomó. Eso fue responsabilidad del presidente, que optó por gobernar con su mayoría absoluta, y, salvo en el conflicto con Argentina y en la eventualidad, después frustrada, del tratado de libre comercio con Estados Unidos, jamás tomó en cuenta a la oposición.
EC - Hubo de por medio una discusión a propósito de cargos.
PM - Nosotros no participamos en ella, no tenemos idea de cómo fue.
EC - Ese fue un punto crítico en la posibilidad de que estos acuerdos entre los distintos partidos antes del gobierno de Vázquez se implementaran efectivamente.
PM - Yo no entendí eso, a nosotros no nos dijo eso el doctor Vázquez. Al menos en el caso del PI, la posibilidad de firmar acuerdos y de implementarlos nunca estuvo atada a que hubiera una distribución de cargos en la administración. Fue un error o una carencia del sistema político. Pero lo mismo pasó antes, porque los blancos y los colorados le critican al Frente que no haya habido coparticipación en los entes autónomos, pero blancos y colorados en el gobierno de Batlle, con el 55% del Parlamento, que era muy poquito más que lo que hoy tiene el Frente, se repartieron todos los cargos y no incluyeron al Frente en las empresas públicas. Este problema lo tenemos desde hace 10 años, por lo menos, y hay que superarlo, hay que lograr un nivel de participación efectiva.
EC - Usted dice que hasta ahora encontró buen ambiente en todas las reuniones.
PM - Absolutamente, es una realidad.
EC - Y la lista de capítulos a tratar, estos cuatro grandes temas, ¿también fue bien vista? ¿O aparecieron otras ideas?
PM - No, fueron aceptados.
EC - Porque incluso desde la audiencia llegan ahora algunas preguntas. Por ejemplo el tema relaciones laborales, ya que se está discutiendo de manera tan complicada el proyecto de ley de negociación colectiva, ¿relaciones laborales no podría ser un área en la que lograr acuerdos interpartidarios?
Otra: la reforma para la designación de los miembros de la Corte Electoral y el Tribunal de Cuentas, algo que hace un par de períodos de gobierno que está bloqueado y siguen los mismos miembros en esos organismos.
PM - Eso implica una reforma constitucional. Ese es otro tema que tendríamos que empezar a pensar o a discutir, seguramente no en la campaña electoral, no se trata de cargar la agenda de cosas previas cuando lo que está en discusión es la disputa electoral. El Frente Amplio (FA) invierte el orden de los factores, pone arriba de la mesa un procedimiento de reforma y no pone los contenidos, habla de convocar a una Asamblea Constituyente pero todavía no tenemos muy claro para qué. Reformar la Constitución es un camino posible, siempre y cuando nos pongamos de acuerdo en qué. Puede ser un tema.
EC - El doctor Lacalle, por ejemplo, le ha dicho al FA: ¿por qué en vez de proponer una Asamblea Nacional Constituyente, como propone el programa del Frente, no nos reunimos Partido Nacional (PN), FA y algún otro partido y vemos cuáles son los puntos bien concretos que queremos cambiar de la Constitución? Lacalle dice que él también en principio tiene algunos puntos en los que le gustaría introducir modificaciones, pero no presentando una cosa abierta y de cuyo resultado después no hay ninguna certeza, como es una Asamblea Constituyente, que puede derivar en cualquier cosa.
PM - La Constitución prevé cuatro procedimientos de reforma; este es el más caro, el más largo, el más complicado, el más difícil. En cambio tenemos la ley constitucional, que supone un procedimiento muy rápido, pero que requiere un consenso de dos tercios del sistema, del Parlamento, de la Asamblea General, y entonces permite plebiscitar la reforma previo a la próxima elección. Y hay otros dos procedimientos, que tienen el problema de que llevan la reforma a la siguiente elección nacional, dentro de cinco años. Lo primero es discutir qué queremos cambiar.
El otro día en la conversación con Mujica ambos manifestamos una opinión favorable a un régimen parlamentarista, por ejemplo, a crear la figura del primer ministro y jefe de gobierno. Yo sé que hace años que Mujica piensa esto, lo cual no significa que lo vayamos a impulsar o que el Frente lo vaya a impulsar, simplemente digo que hay ideas y cosas. Por ejemplo, darle más poder al Tribunal de Cuentas para que su capacidad de contralor no sea formal y efectivamente haya algunas observaciones que generen un fenómeno de freno a las decisiones, y que la Asamblea General considere algún tipo de observación. Esa es una reforma que está cantada y que sería muy importante.
Y seguramente hay otras, la Constitución puede ser objeto de reforma, pero discutamos qué cosas queremos cambiar. Los partidos mayoritarios parecen decir que prefieren el sistema electoral en que se votaban el mismo día lo nacional y lo departamental para que la campaña electoral no sea tan larga. Yo no estoy muy de acuerdo en eso, ellos dicen con voto cruzado, pero en todo caso hay que discutirlo. Me parece bueno haber separado en el tiempo las elecciones nacionales de las departamentales; yo las separaría más, las pondría a mitad de período para no contaminar todo el proceso.
EC - En definitiva, la reforma constitucional podría ser un capítulo a incluir en este diálogo interpartidario ahora.
PM - Nosotros somos reformistas. No está planteado, no lo hemos planteado porque no hemos querido instalar un tema que se está convirtiendo en parte de la polémica en esta conversación.
EC - Está convirtiéndose en parte de la polémica en buena medida porque hay mucha incertidumbre sobre qué es lo que hay detrás de ese título. Si se bajara la incertidumbre, si se dijera "los puntos de reforma van a ser estos y aquellos", desaparecería como tema de debate. Pero no sé si es buen negocio para los candidatos que eso desaparezca como tema de debate.
PM - Si llegáramos a ciertos consensos sobre qué cosas hay que reformar de la Constitución la Asamblea Constituyente dejaría de ser necesaria, porque iríamos a un procedimiento más sencillo y más rápido.
EC - ¿Cómo siguen ahora estas gestiones suyas?
PM - Estamos esperando lleva sus días que los candidatos proporcionen la persona que se va a encargar de coordinar este trabajo. De nuestra parte va a estar encargado el diputado Iván Posada, que es nuestro candidato a la Vicepresidencia, la señal es decir: para el PI esto es muy importante y por lo tanto ponemos a la figura más fuerte que tenemos en el planteo político del partido en esta cuestión. El doctor Lacalle nos adelantó que la persona que representaría al PN sería el doctor Eduardo Mezzera, que es quien coordina los grupos programáticos de su partido, de su sector. Y ya les trasmitimos al doctor Bordaberry y al senador Mujica el pedido de un nombre para conformar el grupo.
EC - ¿En qué tiempo tiene que resolverse esto?
PM - Tiene que ser rápido, no se puede eternizar. A más tardar a mediados del mes que viene, en no más de un mes, deberíamos decir: "Esto es lo que se logró, esto es lo que se puede acordar, firmar", etcétera. Si no, la sensación de escepticismo y de frustración va a ganar. Es un riesgo, pero esa es la función que se atribuye el PI en el sistema político, tener la capacidad de articular, de generar las condiciones para el diálogo y lograr entendimientos en un país que, si no, se nos puede quebrar.
EC - Corren un riesgo si esto fracasa.
PM - Por supuesto. La señal también puede ser: necesitamos tener más fuerza para lograr que los partidos mayoritarios acuerden.
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EC - Usted hablaba de los riesgos que corre el PI cuando propone estos acuerdos interpartidarios en cuatro áreas sensibles. También puede ocurrir que algún partido boicotee, frustre esta posibilidad, para no darle al PI este éxito, porque para el PI esto también es marketing electoral. ¿O no?
PM - Es la demostración de lo que creemos que es nuestra función. El PI no está peleando la Presidencia, está peleando por aumentar su bancada parlamentaria y tener una representación muy fuerte con el objetivo de tender puentes, generar acuerdos, facilitar que el país deje de funcionar sobre la base de dos mitades. Eso es bueno para todos, y, le digo más, si esto fracasara, la señal también puede ser: a este partido hay que darle más fuerza.
EC - ¿Cómo analizan el escenario electoral que tienen por delante? La oferta de candidatos presidenciales, José Mujica en el FA, Luis Alberto Lacalle en el PN, Pedro Bordaberry en el Partido Colorado, ¿favorece o perjudica al PI?
PM - Desde el punto de vista del posicionamiento en el tablero político el PI gana espacio, porque muchos uruguayos hoy se han quedado huérfanos de candidatura porque su pensamiento y su forma de ver el país no encajan con la postura dominante en los candidatos ganadores en los otros partidos. Entonces el PI le pide a esa gente el voto para fortalecer lo que podemos llamar la mitad de la cancha. Nosotros somos de centroizquierda, somos socialdemócratas, somos un partido con propuestas sensatas, con un sentido de la responsabilidad muy grande, y ante el riesgo de que el país se nos polarice podemos ser la única alternativa. Respeto mucho a nuestros adversarios, son candidatos con mucho potencial, con carisma, con capacidad de comunicación; el problema es que, más allá de lo que ellos con sus características personales muestren y obviamente todos van a hacer un juego hacia el centro, sus bases de referencia, sus bases de sustentación, sus respaldos a la hora de los bifes son aquellos que están ubicados más en las puntas.
EC - Podría pensarse que es el escenario ideal para el PI, teóricamente es mejor que el de hace cinco años.
PM - Sin ninguna duda, es así. Por supuesto, depende de la capacidad que el PI tenga de comunicar, de trasmitir, de hacerse oír y de expresar sus propuestas. Yo no tengo duda de que nuestras propuestas sintonizan con buena parte de los uruguayos.
EC - Sí, pero buena parte de los uruguayos observa la elección, el proceso electoral básicamente como una competencia por la Presidencia de la República.
PM - Ese va a ser el otro punto central para nosotros.
EC - ¿Cómo hacen para modificar esa mentalidad, para hacerse un lugar en la cabeza de la gente en cuanto a que la elección de octubre es otra posibilidad, tiene otros objetivos?
PM - Vamos a ver las encuestas que aparezcan a fin de mes y en los meses subsiguientes, pero y esto es un análisis más técnico, más frío y analítico lo más probable es que esta vez la elección del presidente sea por segunda vuelta, porque ni Mujica ni Lacalle van a obtener mayoría en octubre. Eso convierte la elección de octubre en una elección parlamentaria, en una elección legislativa, los uruguayos tenemos que aprender que elegir Parlamento es una cosa muy importante. Además esta vez tenemos la oportunidad de votar dos veces, el ciudadano va a votar en octubre para configurar el Parlamento sin la urgencia de tener que elegir presidente porque sabe que un mes después le va a tocar votar por uno de los dos que ya sabemos quiénes son, Mujica y Lacalle. Entonces aquel a quien no le gustan ni Mujica ni Lacalle no tiene por qué votar a uno de ellos en octubre, puede darle peso en el Parlamento al PI para condicionar y para controlar si esos dos candidatos no generan la confianza del elector, con más razón se necesita un voto parlamentario, porque el Parlamento es el ámbito de control, y después en noviembre elige entre los dos el que le parezca mejor o menos malo.
EC - ¿Cómo pesa en ustedes el resultado electoral que tuvieron en las internas? No tenían competencia interna por la candidatura presidencial, de todos modos tuvieron una campaña visible, con publicidad en vía pública, internet, incluso televisión. Quizás cabía esperar una votación mayor.
PM - No gastamos un peso en publicidad, ni televisiva, ni de vía pública, ni de internet, no hicimos propaganda. Y lo hicimos a propósito, mandamos dos mensajes en los espacios que Andebu nos proporcionó gratuitamente.
EC - Usaron solamente los espacios gratuitos.
PM - Nada más. Y además dijimos en todos los medios que esta campaña para nosotros, al no haber competencia, era una dificultad.
EC - Tuvieron 3.300 votos. Ese número se compara inmediatamente con lo que obtuvo Asamblea Popular, los escindidos del FA, los radicales de izquierda, que tampoco tenía competencia interna y votó mejor.
PM - Sí, 3.700. Asamblea Popular es un grupo político con una militancia fuerte, firme, con un criterio ideológico mucho más firme que el del PI. El PI es un partido con una militancia mucho más floja, mucho más light. Pero el PI tiene potencialidad de crecimiento, por ejemplo Factum indicó hace unos días una encuesta que se hizo antes del 28 de junio pero sobre el escenario de octubre, y nos da 2%. También en el año 2004 en junio tuvimos una votación muy baja, incluso más baja que esta, un 50% más baja porcentualmente si se puede hablar así en estas magnitudes marginales, y luego en la elección de octubre sacamos el 2% de los votos. Hace cinco años el PI en junio-julio y hasta principios de agosto no marcaba en las encuestas, y hoy marcamos alrededor del 2%, y vamos a ver qué aparece en las próximas encuestas.
EC - ¿Cuál es la meta? ¿Superar el 3% y llegar al Senado?
PM - Sí, nuestra meta es tener una bancada parlamentaria numerosa, con presencia en las dos cámaras. El techo lo va a disponer la ciudadanía, pero el piso, que es ese, tener presencia en las dos cámaras, es un objetivo muy posible, muy factible, y para el que estamos trabajando con mucha dedicación.
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Transcripción: María Lila Ltaif