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Long: viabilidad de Uruguay está en riesgo si no aumenta población

Long: viabilidad de Uruguay está en riesgo si no aumenta población

Entrevistado por En Perspectiva, el senador por Alianza Nacional Ruperto Long manifestó que Uruguay debe aplicar políticas de población si no quiere ver comprometida su viabilidad. En ese sentido, el Partido Nacional presentó un proyecto de ley cuyo objetivo es impulsar que los uruguayos radicados en otro país vuelvan a su tierra, así como estimular la radicación de extranjeros en el país. La iniciativa incluye beneficios fiscales y asesoramiento técnico, logístico y jurídico. El legislador consideró que este "es un tema de urgencia" y que deben darse señales claras de que los inmigrantes recibirán apoyo real.


(emitido a las 9.04 hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Prácticamente todos los uruguayos tenemos un familiar o un amigo que decidió emigrar buscando mejor suerte.

A partir de la crisis de 2002 la salida de uruguayos ha sido una constante año a año, a pesar de que en los últimos meses han comenzado a aparecer señales que muestran que poco a poco este fenómeno podría empezar a revertirse.

Hace ya algunos meses se aprobó una ley de inmigración, y en todo el sistema político se ve con inquietud la existencia de esa patria peregrina o esa diáspora, que según la Cancillería abarca a unos 700.000 uruguayos si se toman en cuenta los hijos de compatriotas que nacieron fuera de fronteras.

Ahora desde el Partido Nacional (PN) se impulsa una iniciativa que parece bastante ambiciosa, porque no solo busca que los uruguayos vuelvan a su tierra, sino que se propone promover a nuestro país como un punto atractivo para extranjeros que deseen radicarse.

Se trata del proyecto "Venga a vivir a Uruguay", redactado por el senador de Alianza Nacional (AN) Ruperto Long, una propuesta que está a estudio de la Comisión de Población del Senado y que incluye una serie de estímulos y beneficios para promover la radicación de uruguayos y también de extranjeros.

Para hablar de este tema, recibimos en los estudios de El Espectador al ingeniero Ruperto Long, senador de AN.

***

JAE - Como decía en la introducción, no sé si hay alguien que no tenga algún punto de contacto con algún uruguayo o hijo de uruguayo que esté viviendo en el exterior.

RUPERTO LONG:
Así es.

EC - ¿Cuáles son los principales puntos de la propuesta? ¿Cómo la definiría?

RL - La idea surge del hecho de que Uruguay está absolutamente estancado en su población. Podemos discutir si va a crecer un poquito, si no, si se va a mantener; por supuesto, no se va a extinguir, pero un país de tres millones de habitantes en un mundo en el cual la población crece menos que antes pero crece sostenidamente, en el que grandes países con enorme población que hace 30 o 40 años prácticamente no pesaban en el mundo, como la India y China, hoy son actores relevantes, empieza a ver en riesgo su viabilidad como punto de interés para invertir, para trabajar, para generar nuevas actividades. Como por otra parte vemos que en la medida en que no haya políticas de población estos fenómenos se van a mantener e incluso se van a acentuar –la partida de uruguayos, la muy pequeña venida de extranjeros a vivir a Uruguay, y determinadas características de esa población–, entonces uno se plantea la necesidad de que haya políticas de población.

JAE - ¿No hay políticas? Porque recién comentaba que hay una nueva ley que está vigente, que apunta a promover la repatriación de uruguayos. ¿Eso no forma parte de una política?

RL - Yo trabajé también en ese proyecto de ley, que sobre todo trataba de ordenar el tema de la migración en Uruguay, cómo debía funcionar, la parte legal. Aparece allí un pequeño estímulo para que los uruguayos se radiquen nuevamente, para retornar, pero conceptualmente la última ley de estímulo a la inmigración a Uruguay data de 1890, con lo cual Juan José Calvo, que es un especialista en este tema, considera que Uruguay en grandes términos no tiene políticas activas en materia de población. Y el resultado es el que tenemos. Ahí se aplica aquello de que si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, vamos a seguir obteniendo los mismos resultados.

El mismo Calvo se plantea: ¿es necesario, es posible que Uruguay establezca una política en materia de población que empiece a revertir ese fenómeno de una población que se estanca o que incluso podría llegar a decrecer? Y la respuesta es que es posible, es conveniente, y no solo debe apuntar a atraer a los uruguayos, sino que debe ser aún más osada, más audaz y procurar atraer también a extranjeros, como se hizo en otras épocas. En la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX Uruguay aplicaba estímulos; es interesante leer el proyecto de 1890, allí se cometía a los consulados de la época hacer propaganda activa a favor de la venida a radicarse a Uruguay.

La necesidad existe, conceptualmente es lo que tenemos que hacer, entonces la pregunta sería: ¿hay mercado?, ¿hay gente interesada? Y creemos que sí, que hay gente interesada, tanto entre los uruguayos como entre los extranjeros.

JAE - Siempre se ha argumentado que los problemas económicos, la falta de empleo, la falta de oportunidades han sido promotores del fenómeno emigratorio, que se puede ubicar claramente durante la dictadura y los años siguientes, porque con el retorno a la democracia no cesó. Entonces, ¿se puede revertir esta situación con una ley?

RL - Sí; en eso coinciden los expertos en el tema, y además puede verse en la práctica de países que lo han hecho. Partamos de la base de que este proyecto es una parte, es uno de los ladrillos en la construcción de una política de población, nada más que eso.

JAE - ¿Cuáles son los pilares del proyecto?

RL - Digamos dos cosas, a quiénes apunta, y luego qué instrumentos se dan para atraer a la gente. En este proyecto, que puede ser un inicio, apuntamos a dos categorías bien claras: aquellas personas que han logrado hacer un pequeño capital, gente que no ha acumulado una gran fortuna, que tiene un capital pequeño para una persona que vive en Estados Unidos, en España o en Francia, pero que a la escala de Uruguay le permite iniciar una nueva actividad y por tanto puede convenirle radicarse en Uruguay. A esa persona no solo es necesario darle facilidades para su traslado, sino también para el inicio de una nueva actividad.

El otro núcleo importante al que apunta esta ley son aquellas personas beneficiarias de una pensión, de una jubilación de un gobierno extranjero, que son muchísimas, entre ellas muchos uruguayos que ya se han retirado en otros países y muchas personas que están buscando dónde radicarse. Si uno entra al USA Today y a otros diarios, va a ver cosas como "los 10 mejores lugares para retirarse, donde a usted el dinero le va a rendir mucho mejor que si se queda acá". Es decir, hay gente que nos está haciendo el marketing, porque en esas publicaciones se señala frecuentemente a Uruguay. Dentro de América Latina aparece Costa Rica, recientemente ha aparecido Panamá, y hay otros países en los que con los 1.000, 1.500 o 2.000 dólares –en algunos países es mucho más que eso– que una persona gana por una jubilación se vive muy bien, y no vive muy bien en el país donde los gana.

JAE - En Punta del Este, sin ley, en los últimos años se ha venido dando un fenómeno creciente, no sé si en términos de cantidad.

RL - Sí, hemos tratado de seguir ese fenómeno, y es verdad, hay un flujo, incluso hay una empresa que se dedica a hacer los trámites, a encontrar casas. Hay de hecho un mercado, es la punta de un iceberg que algunos países han visto antes, Costa Rica lo vio, tiene una ley de fomento a los pensionados que ha atraído a una cantidad enorme de gente y de dinero. Porque en este segundo caso es muy obvio, es una persona que directamente cobra de otro país y lo gasta en Uruguay, entonces desde el punto de vista económico el fenómeno es de notoria y absoluta ventaja para el país. Y en el otro caso es alguien que va a iniciar una nueva actividad, de modo que no solo se va a sustentar a sí mismo, sino que va a generar nuevos puestos de trabajo.

Para esto hemos pensado en tres tipos de incentivos. El primero, que no es menor, es la existencia de una ventanilla única para que la persona que quiera iniciar una determinada actividad en Uruguay, pueda empezar a resolverla ya desde el exterior. Ese uno de los problemas de Uruguay, sobre todo para este tipo de emprendimientos pequeños o medianos, no me refiero a la gran empresa que viene a invertir y contrata un bufete de abogados, consultores, etcétera. Estamos pensando en el uruguayo que quiere volver a Uruguay o en el extranjero que piensa que le va a gustar vivir en Uruguay y decide hacer una inversión.


JAE - Una oficina especializada en este tipo de fenómenos.

RL - Exactamente, para recibir a la persona y simplificarle los trámites. Los trámites de todo tipo, incluso los trámites de apertura de una empresa, porque si a la persona la atraemos y le decimos "venga a Uruguay, que le vamos a dar algunos beneficios", pero se encuentra con que Uruguay en un ranking de 180 en cuanto a cuán difícil es abrir una nueva actividad está en el lugar 120, según el ranking "Doing Business" del Banco Mundial, que precisa 44 días hábiles de actividad para abrir una empresa, esa persona se va a gastar su pequeño capital en viajes antes de poder empezar. Entonces esto que puede parecer menor, ir a la DGI, al BPS, al Ministerio de Trabajo, etcétera, es un tema clave para una persona que quiere iniciar una actividad. También para los uruguayos, pero ni hablar para el que está a 10.000 kilómetros de distancia.

JAE - Se supone que a nivel empresarial ya hay una especie de ventanilla única para facilitar la apertura.

RL - Hay alguna cosa.

JAE - Hay algo en el Ministerio de Economía y en la Corporación Nacional para el Desarrollo.

RL - Hay alguna cosa, pero tenemos que tener algo radical. En los países que están en otras posiciones, como Nueva Zelandia, Canadá, Chile en América Latina, eso lleva unos pocos días, 10 días, y en algunos lugares, como Nueva Zelandia, se abre en el día una nueva actividad. Entonces no puede ser que nosotros estemos en 44 días promedio. Es tiene que cambiar, si no, es imposible que alguien, pequeño o mediano, que tenga un capital y que piense en destinarlo a este país, que piense que aquí le va a rendir mejor la actividad, la inicie, porque a distancia va a encontrar demasiadas dificultades. Ese es un primer estímulo.

El segundo estímulo tiene que ver con cierta asistencia, cierto asesoramiento desde el punto de vista técnico. Se propone que el Estado uruguayo, a través del Ministerio de Industria, Energía y Minería, dé un determinado apoyo técnico a través de sus diversas organizaciones, como el LATU, el INIA, INAVI, INAC, la ANII, porque esa es otra dificultad para quien quiere iniciar una actividad mediana: conocer el mercado uruguayo, las oportunidades que ofrece, las características propias del país en una determinada actividad productiva. Usted quiere producir algo o iniciar un comercio o la actividad que sea, y precisa información. Y conseguir esa información es muy difícil, otra vez, a 10.000 kilómetros de distancia, en otra realidad, aun para un uruguayo que se haya ido y que tenga familiares aquí. Entonces hay que brindar un apoyo de asesoramiento técnico, logístico, jurídico, económico, para que esa persona tenga un lugar, para que se sienta respaldada cuando vaya a tomar esa decisión, que por cierto es crítica.

JAE - ¿Y en materia tributaria?

RL - El tercer bloque es el tema de los apoyos fiscales. En primer lugar, para que la persona pueda venirse con su familia, radicarse acá, dado que eso tiene una serie de costos, por ejemplo de transporte, hay que darle alguna simplificación. Entonces se le otorgaría una franquicia arancelaria, esto es, no pagar los recargos de importación por una única vez para tres conceptos: el menaje de la casa, la importación de equipos de oficios, maquinarias, bienes de capital y bienes que tengan que ver con el desempeño de su oficio o actividad empresarial –por ejemplo, si es un odontólogo podrá traer su equipo, es decir, aquellos elementos que corresponden a su trabajo–, y el ingreso de un vehículo automotor.

Los uruguayos ya tienen estos beneficios por la ley recientemente aprobada, y proponemos extenderlos a los extranjeros, siempre y cuando se trasladen al Uruguay y cumplan con todos los requisitos, no solo que digan que van a ir y manden las cosas; hay que evitar cualquier tipo de mal uso de la ley. Al extranjero le ponemos un tope máximo de dinero, porque es una situación distinta de la del uruguayo que se repatria. Pero apuntamos a darle una facilidad para que no tenga que malvender sus bienes para venirse, sino que los traiga y se traslade desde el lugar donde está a este nuevo lugar de residencia.

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JAE - Tres partes: un aspecto burocrático para facilitar la situación, apoyo técnico para la inserción del uruguayo o el extranjero en nuestro país, y los impuestos. ¿Qué más prevé el proyecto?

RL - Además de estas ventajas para trasladar los bienes, los elementos de trabajo directos y el coche, para que todo eso sea una simplificación para la persona que viene a radicarse a Uruguay, también prevemos, en línea con lo que han hecho otros países, dar una ventana de exoneración tributaria de un máximo de tres años, el ejercicio en el cual la persona se traslada y dos años más, de algunos impuestos, por ejemplo el impuesto al patrimonio, el impuesto de asistencia a la seguridad social si corresponde, y el IRPF durante ese primer tramo. Esa renuncia fiscal es una renuncia a una recaudación que no existe, renunciamos a algo que no tenemos, tratamos de atraer nuevos contribuyentes desde el punto de vista fiscal.

JAE - ¿Qué costo fiscal puede tener esto?

RL - No tiene costo fiscal.

JAE - ¿Y la exoneración?

RL - Es muy variable y son cosas que el Poder Ejecutivo puede ir regulando. Esto puede generar un fenómeno gradual, de empezar a revertir algo, pero si hubiera una demanda muy grande, el Poder Ejecutivo puede graduar estos instrumentos como desee por la vía de decretos, dado que la ley le otorga lo que en términos legislativos se llama un ‘facúltase’, que es la capacidad de regular algunos impuestos. Pero aclaremos que una persona que entra a Uruguay desde que se baja del avión está pagando impuestos, está pagando impuestos en el combustible, en cualquier cosa que compra. Va a pagar la gran mayoría de los impuestos igual que cualquier ciudadano, pero le damos un pequeño atractivo, una pequeña zanahoria al concederle que durante dos años no va a pagar algunos impuestos.

JAE - ¿Por qué presenta este proyecto ahora, cuando está terminando el período de gobierno?

RL - Porque uno tiene tenacidad con las cosas y no se resigna a que en este país todo demore y cueste. Yo he trabajado en una cantidad de proyectos, he estado aquí mismo presentando varios que han salido, con el trabajo que le cuesta sacar algo a alguien que está en la oposición y en minoría. En esto llevo más de un año, hablando con gente de otros países, de países que han aplicado políticas, porque políticas inmigratorias aplican también países plenamente desarrollados, como Canadá, España, Israel, y también países en vías de desarrollo. En algún momento Uruguay, que desde 1890 no tiene una legislación, tiene que desembarcar con algo de esto.

El proyecto de ley quedó preparado en las semanas previas a la elección interna, luego anunciamos que lo presentaríamos y lo presentamos después. Además el país sigue trabajando, hay que seguir trabajando, la elección existe y es decisiva, pero en paralelo tenemos que seguir haciendo cosas. Yo estoy peleando varios proyectos de ley y presentando nuevos. Este saldrá o no saldrá, pero vamos a dejar un mojón puesto en un tema que Uruguay hasta ahora no había abordado en plenitud.

JAE - ¿No es un contrasentido? Por un lado, el doctor Lacalle ha dicho que si él fuera un inversor esperaría a diciembre, a conocer el resultado de la elección, y por otra parte usted presenta un proyecto que invita a la radicación de uruguayos a través de un proyecto de ley.

RL - Evidentemente que cómo funciona un país, quién está en el gobierno, no son datos neutros para que el se va a radicar, la gente va a observar quién está. Ya que usted nombra al doctor Lacalle, ayer le oí una frase que me pareció muy interesante: la confiabilidad y la credibilidad son el petróleo de Uruguay. Coincido en eso; entonces quien piense en venir a Uruguay se va a preguntar: ¿existe esa credibilidad?, ¿puedo confiar en ese país? Eso va a depender, entre otras cosas, de quiénes sean los gobernantes, pero no quiere decir que no tratemos de generar todos los instrumentos que podamos para que esa credibilidad que Uruguay históricamente ha tenido se mantenga, se apuntale. En eso estamos.

JAE - ¿Hay consenso con el Frente Amplio para desburocratizar este tema? Se lo pregunto porque hay muchos mensajes de la audiencia que señalan ejemplos concretos de problemas de burocracia. Por ejemplo: "Mi madre volvió de Brasil y la desanimaron con lo del auto, porque dependía del Ministerio de Economía, que demoraba mucho". ¿Es posible que rápidamente se facilite lo que ya está aprobado?

RL - La ley 18.250, que aprobamos ya hace un par de años, un año y medio, generó en mucha gente la expectativa de venir, hubo gente que incluso arregló para venir, y después se encuentra con que el decreto reglamentario no está listo. Entonces nos llegan llamados de gente que no sabe qué hacer, que iba a traer el auto, que iba a traer las cosas de su casa, que ya las estaba embalando y ahora sabe que cuando llegue le van a querer cobrar los impuestos. No existe esa actitud, este gobierno en particular ve las cosas como que el tiempo puede correr y correr. Yo tengo la visión de que este es un tema de urgencia, tenemos que emitir esas señales si queremos que la gente empiece a considerar con mucha fuerza, con mucha energía la posibilidad de venir a Uruguay, que la gente vea que esto va en serio, que realmente va a tener apoyo. Que se amague a dar un apoyo y después no se lo dé es la peor de las situaciones para el que va a venir, que va a hablar en contra de venir a Uruguay.

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Transcripción: María Lila Ltaif


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