Entrevistas

Gandini: el liderazgo de Larrañaga transformó al PN de oposición a alternativa

Gandini: el liderazgo de Larrañaga transformó al PN de oposición a alternativa

El diputado Jorge Gandini consideró que el Partido Nacional ahora se encuentra "maduro" gracias a la conducción de Jorge Larrañaga y su trabajo en pos de la unidad. Además, consideró que su partido debería redoblar su presencia en la capital: "A Montevideo el partido no lo trata como debe, si lo tratara como trata al interior, nos iría mejor, sostuvo. Por otra parte, el legislador de Alianza Nacional denunció un "acomodo" en la licitación del Hospital Maciel ganada por la empresa Clanider –motivo por el cual interpelará a la ministra de Salud Pública– y se mostró preocupado porque "cada tanto saltan estas cosas por la prensa" lo que revela "la poca incidencia que tiene la oposición en los ámbitos de gestión y administración".


(emitido a las 8.55 hs.)

EMILIANO COTELO:
En las elecciones internas, el diputado Jorge Gandini fue el dirigente más votado dentro de Alianza Nacional (AN) en Montevideo, y por eso en octubre será el primer candidato a la Cámara de Representantes por ese grupo en la capital.

Es la segunda vez que AN se presenta con la lista 2004 a una elección nacional. Hace cinco años fue el sector más votado del Partido Nacional (PN), cuando Jorge Larrañaga era el candidato a la Presidencia.

Ahora la realidad es otra y los candidatos de AN deberán competir con los grupos que respaldan a quien esta vez es el candidato presidencial, Luis Alberto Lacalle, grupos que, al menos en la elección interna, tuvieron una mejor votación.

Aprovechando que esta noche se presenta en sociedad la lista 2004, vamos a conversar con el diputado Jorge Gandini para conocer la estrategia de su sector en Montevideo y cómo seguirá la campaña de aquí en adelante. Por supuesto, también conversaremos sobre la interpelación que hoy a las 11 de la mañana llevará adelante a la ministra María Julia Muñoz.

***

EC - Su lista, la 2004-250, tuvo 13.500 votos en Montevideo.

JORGE GANDINI:
Más, ese fue el resultado primario; tuvo 14.178. Todos subimos un poquito.

EC - Fue la más votada de AN, seguida por la 40, de Javier García, y luego por la de Pablo Iturralde, la 2009-2010. ¿Cómo explica ese resultado? ¿A qué se debe?

JG - Trabajamos desde hace mucho tiempo en Montevideo, en un trabajo que combina la gestión con el trabajo típico que se debe hacer de representación, de formar agrupaciones, estructura, visitar, recorrer, generar esas relaciones humanas que luego se transforman en resultados políticos. Eso requiere trabajo permanente, que ha sido el estilo que utilizamos en el departamento, un departamento difícil para el PN, árido para trabajar.

Yo siempre digo que a Montevideo el partido no lo trata como debe, si lo tratara como trata al interior nos iría mejor. El partido suele recorrer el interior con habitualidad, y pierde la perspectiva de que en el departamento de Montevideo, por ejemplo, se eligen 12 senadores de los 30; pierde la perspectiva de que si se eligieran diputados por el zonal 9, que es el eje de Camino Maldonado, se elegirían cinco, la misma cantidad que en el departamento de Maldonado, que es el más grande después de Canelones. Quiere decir que si lo tratáramos igual, si fuéramos la misma cantidad de veces a Punta de Rieles que a Aiguá, tendríamos quizás una más estrecha vinculación con nuestros votantes y adherentes. Eso nos falta, es una materia pendiente.

EC - ¿Cómo define a su agrupación? ¿Cuál es el perfil de la 250?

JG - La 250 es una agrupación muy militante, muy trabajadora, muy wilsonista. Las raíces son así, no andamos todos los días diciendo que lo somos, pero nos formamos ahí, de ahí venimos, esa es la escuela. Nacimos todos en la militancia contra la dictadura y nos formamos no en los clubes sino en ámbitos con la izquierda, en la FEUU, en el PIT-CNT, en las organizaciones sociales. Eso nos dio una característica de trabajo, porque si bien nuestra lucha ahí era la confrontación de ideas, de ideales, nos contagiamos mucho de la forma de trabajo, entonces hay mucha mística, mucha militancia. Eso ha caracterizado a la lista.

EC - Una de las características del trabajo político de la 250 son las pintadas.

JG - Sí, pero ahora nos derrotaron.

EC - Recordé eso ahora, cuando usted mencionaba esa actividad política que empezó en convivencia, trabajando junto con y al mismo tiempo polemizando con la izquierda. La 250 tiene una presencia fuerte en las pintadas de muros en Montevideo, algo que no todos los grupos blancos hacen, y que implica estar en una pulseada permanente con varios de los partidos del Frente Amplio (FA) que trabajan fuerte ese canal de comunicación. ¿Cómo les ha ido?

JG - Ahora nos derrotaron, nos retiramos.

EC - ¿Cómo que los derrotaron?

JG - Nos retiramos. En esta interna el FA compitió por primera vez, y eso lo llevó a disputar, como no lo hizo otras veces, esos espacios de comunicación popular que son los muros, que además son muy contestatarios, pueden decir cosas que no se pueden decir en los medios. Antes nos pintaban todos a nosotros, eso nos alentaba mucho, éramos nosotros contra todos. Pero ahora se pintan entre ellos, uno ve un muro precioso pintado con verde, con cierta calidad artística, de la 90, y en la misma mañana lo está pintando la 1001, y de repente pasa la 609 y en el mismo día la liquidó. Frente a eso no tenemos ninguna chance, es gastar plata, energías, y sobre todo desalentar a la gente, porque la gente se acuesta contenta porque pintó 40 muros, y se levanta y no están. Al final uno tiene que decir "por esta me retiro".

EC - ¿Por las internas, o también por las nacionales? ¿Abandonaron para las nacionales también?

JG - Veremos cómo nos va, vamos a empezar a dar la pelea.

EC - ¿En qué barrios es más fuerte la 250?

JG - Montevideo tiene lo que llamamos la "franja verde" –porque así la pintamos en el mapa–, que es la zona del voto más estructurado, más socializado políticamente y llamado voto de opinión. Son los barrios más estructurados: toda la costa, la Unión, La Blanqueada, todos esos barrios hasta el Prado, incluso la Ciudad Vieja. Ahí vive aproximadamente la mitad de los habilitados. Y luego están los barrios más barrios –Nuevo París, el Cerro, La Teja, Belvedere, etcétera–, que tienen la otra mitad. Nosotros votamos bastante bien en la zona verde; con la 40 votamos muy parejitos, pero en la zona más Pocitos-Pocitos votó mejor la 40 que nosotros, ahí fuimos la segunda lista.

Cuando vamos a los barrios más populares ahí hacemos la diferencia, ahí la gente se socializa políticamente de otra manera, ahí los clubes funcionan, no funcionan en la Aguada ni en Pocitos, funcionan el día que se abren y quizás el día que va el dirigente, pero en los barrios la gente tiene más preocupaciones, quizás tenga un poco más de tiempo, quizás más vida de esquina, el vecino conoce a todos, convoca con más facilidad, y hay una socialización política mucho más estrecha, entonces ahí la estructura permanente, si se cultiva, funciona bien. Ahí votamos mejor.

EC - Por ejemplo, ¿cuáles barrios?

JG - Por ejemplo el Cerro. En el Cerro, que es un barrio difícil para el PN, sacamos algo más de 1.000 votos de los 14.000.

EC - ¿Cómo es el trabajo político en un barrio como el Cerro, o en otros, que más bien se identifican, o uno tiende a identificar, con la izquierda?

JG - Es un barrio que tiene para nosotros un liderazgo muy particular, una mujer que resultó electa edila local del PN, que trabaja políticamente en la Junta Local, en el Centro Comunal, hace trabajo vecinal permanente, y bien rodeada y apoyada logró el respaldo de muchísima gente. Votamos mucho mejor que el resto de las agrupaciones de AN por esa relación con el barrio, pero sobre todo por tener un liderazgo político particular encabezado por una mujer que logró concitar muchísima atención. El trabajo es político, pero hay un componente social importante. La reivindicación de nuestros compañeros allí es el hospital del Cerro, transformar el dispensario en un hospital, y les han arrancado a Larrañaga y a Lacalle ese compromiso, que estadísticamente es necesario, pero socialmente es un reclamo. Esas cosas generan una relación estrecha, interesante.

EC - Volviendo a las pintadas que han sido características de la 250, en ellas ustedes han empleado leyendas duras de crítica al gobierno, muchas veces leyendas cáusticas, irónicas. Ahí está el ángulo más conocido, más notorio de su gestión como parlamentario: la denuncia.

JG - Yo fui parlamentario no digo del gobierno, pero fui parlamentario de la coalición, y allí tuve una función.

EC - En el pasado.

JG - En el pasado; hoy soy parlamentario de la oposición. Siempre digo: el mismo digo que la gente eligió al FA para gobernar este país, me eligió a mí, nos eligió a nosotros para controlar al FA. Es una tarea que la Constitución nos entrega a quienes estamos en la oposición, nos da herramientas. Precisamente hoy hay una interpelación; el PN no tiene mayorías, pero para interpelar a un ministro se necesita nada más que un tercio, porque la Constitución prevé un mecanismo de control parlamentario. Yo he tenido un arduo trabajo, muy serio, con mucha crítica y con mucho aporte en la Comisión de Presupuesto y en la Comisión de Hacienda, que son en las que trabajo. Pero cuando me ha tocado controlar, he controlado.

EC - Se lo identifica como el denunciante permanente del caso Bengoa.

JG - Sí, y permanente, permanente. La gente a veces se olvida, pero van cuatro licitaciones del Hotel Carrasco que la Intendencia intenta hacer: empezó con Vázquez intendente en el 92, cayó esa licitación, siguió con Arana en el 90 y pico, cayó esa licitación, otra vez Arana en 2000, y ahora. Hemos seguido ese proceso, y los primeros tres intentos estuvieron rodeados de episodios de enormes irregularidades, tanto que algunos fueron denunciados y las denuncias fueron acompañadas por la propia izquierda. Apareció el caso Bengoa, en un período en el que Arana era el intendente y la doctora María Julia Muñoz era la secretaria general, jerarca directa. Se perdieron 13 millones de dólares que fueron déficit, y se perdieron otros 10 millones que se habían ganado en el período anterior con el mismo Arana como intendente. Hubo una pérdida, un daño para la administración, y como nosotros trabajamos mucho en Montevideo, en la Junta Departamental, ahí hubo un vínculo importante.

Y en este gobierno hubo una relación directa, el entonces ministro Astori, que fue muy cuidadoso en armar su equipo económico, puso al frente de Casinos del Estado y de la Dirección de Loterías y Quinielas -dos ámbitos de recaudación y que controlan todo el juego del país- a dos personas con pésimos antecedentes en la gestión de dos casinos municipales. Eso llevó a la denuncia de aspectos concretos y hay cinco personas procesadas.

EC - Otros temas en los que usted estuvo al frente en denuncias fueron canal 5, Gonzalo Fernández, y ahora el Hospital Maciel y el caso Clanider.

JG - Así es, en el caso de canal 5 el tiempo nos da la razón, se han hecho importantes esfuerzos en ese canal y se ha logrado desafiar las leyes de la física, la gestión de este gobierno ha disminuido la nada. Este gobierno tomó el canal con 0,6 de rating, lo tuvo en 0,5 y dicen que anda en el 0,4, casi un circuito cerrado de televisión. Y para eso se gastó muchísimo dinero, se persiguió gente, se hizo una enorme cantidad de contratos, y la independencia política de canal 5 es muy dudosa.

EC - ¿Gandini hace algo más que denuncias? Mencionaba recién el trabajo en comisiones; ¿en qué asuntos se desempeña a nivel parlamentario, más allá de estos otros, que son los que tienen más repercusión, más ruido?

JG - Mi tarea fundamental está en las comisiones, que, como para todos los parlamentarios, son el lugar donde nos especializamos y más nos dedicamos. La Comisión de Hacienda, que es mi comisión permanente, y la Comisión Integrada de Hacienda con Presupuesto cuando ingresan el presupuesto nacional y las rendiciones de cuentas anuales son donde más trabajo. Quizás en el presupuesto no se advierta la cantidad de propuestas, pero en leyes de más de 500 o 600 artículos hemos aportado muchísimas cosas, del mismo modo que hemos controlado y criticado otras. Lo mismo en la Comisión de Hacienda, por la que pasan los temas tributarios. Claro que tuve un enfrentamiento fuerte en una de las leyes principales de este gobierno, que fue la reforma tributaria, que pasó por esta comisión; me tocó ser presidente de la comisión en ese período. Y también esa ley contiene algunas modificaciones y propuestas que negociamos con el gobierno. A veces no se nota porque terminan siendo del gobierno, pero en comisión la oposición hace propuestas que mejoran algunas leyes. Esa es mi tarea más habitual.

***

EC - Dentro de dos horas usted va a ser el miembro interpelante en el llamado a sala a la ministra María Julia Muñoz por el caso Clanider en el Hospital Maciel. ¿Por qué se ocupa de este asunto? Si estamos hablando de asuntos de salud, su colega de bancada Javier García, quizás por su profesión de médico, es el que a menudo se ocupa de esos asuntos.

JG - No estamos hablando de temas de salud. Este tema surge porque en la Comisión de Presupuesto estábamos tratando la rendición de cuentas del ejercicio 2008, los gastos, su aplicación durante el año 2008. Esto lo hace la comisión para analizar la ley de rendición de las cuentas luego de que aprobó los recursos y los gastos para cada organismo. Lo estábamos tratando cuando emergió este episodio. Solicitamos que viniera el directorio de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), por un tema presupuestal. El FA negó esa posibilidad, tiene mayoría de votos en la comisión, y allí mismo advertimos que si ese camino se nos cerraba íbamos a recurrir a otros. No estamos discutiendo la gripe A o la hepatitis B, estamos discutiendo temas de gastos, cómo se aplican los recursos que vota el Parlamento y luego tiene que controlar. Y la denuncia es bastante fuerte como para que el Parlamento la deje pasar.

EC - ¿Ya le ha quedado claro el caso Clanider? Todo empezó con una denuncia de prensa, y a continuación, durante varios días, en el propio semanario Búsqueda, que fue el medio que lanzó el asunto, y otros diarios, se fueron agregando elementos. Supongo que usted también lo habrá trabajado por su cuenta. ¿Qué composición de lugar tiene a esta altura?

JG - La primera preocupación es que cada tanto saltan estas cosas por la prensa. Eso revela la poca incidencia que tiene la oposición en los ámbitos de gestión y administración, es muy difícil enterarse de lo que pasa dentro, y a través de los mecanismos formales tenemos poco acceso. Cuando la prensa trabaja, y muchas veces lo hace a partir de que un funcionario responsable aporta elementos cuidadosamente para no ser detectado como el informante, cumple un papel de contralor que termina defendiendo el derecho de la gente. Y nosotros lo tenemos que tomar, no podemos debatir esto en la prensa; yo tengo algunos elementos nuevos, pero no los voy a tirar por los medios de comunicación para que me contesten por otro medio. El ámbito institucional es el Parlamento. Yo tengo claro qué pasó en Clanider, qué pasó en el Hospital Maciel, quiero que la ministra hoy dé respuestas y trate de convencerme de que no es así.

EC - ¿Cuáles son los puntos que más lo inquietan, a partir del resumen que acaba de hacer?

JG - A esta altura ya hay elementos objetivos: hubo sobrefacturación y hubo cobro de horas indebidas. El Estado tuvo un daño de 8 millones de pesos, que es una cifra muy importante, comprobada, porque las auditorías no fueron hasta el inicio de este contrato, investigaron un poco para atrás. Uno se pregunta: ¿cómo pasó esto? Hay que mirar también el contexto, esto empezó porque un senador de la República, según sus propias declaraciones, en momentos en que tuvo un quebranto de salud conoció al director del Hospital Maciel, que le contó que tenía un problema con la empresa de limpieza en ese nosocomio, y al senador de la República se le ocurrió recomendarle a su señora, que trabajaba con un proyecto socioeducativo. A partir de allí inmediatamente la empresa se transformó en sociedad anónima –no lo era–, y esta persona que todos conocen como la dueña, funcionarios de la propia empresa, funcionarios del Hospital Maciel, que aparentemente es la encargada o la gerenta general, comenzó a trabajar allí.

EC - ¿Para usted eso es un problema? ¿Es un punto a cuestionar el hecho de que en esa empresa participe, aparentemente no como dueña, sí como directora, como responsable de un cargo jerárquico, la esposa del senador Fernández Huidobro?

JG - No, para nada. Uno no puede ser más que otro por ser la esposa de un senador o pariente de un ministro, ni puede ser menos; son personas que tienen derecho como todos a trabajar. Lo preocupante es que inmediatamente y a partir de ese conocimiento, según declara el propio Fernández Huidobro, se contrató a esa empresa de manera directa, sin licitación, y luego se instrumentó una licitación muy novedosa: por primera vez se incorporó en un pliego de licitaciones la característica de que la empresa de limpieza debía aportar un proyecto educativo laboral –así se llama–, y debía, en el transcurso de la licitación –que fue por un año–, cooperativizar a los empleados. Compraron pliegos unas siete empresas, pero se presentó solo Clanider; la licitación era a medida, no había otra manera.

El depósito en garantía para una empresa que no tenía referencias era del 25% del total, 200.000 dólares. Ninguna empresa se presenta por 200.000 dólares; pero no pagó. Otras quedaron ahuyentadas por esa exigencia del pliego; la ley dice 5%, el pliego dice 25%. Si uno sabe que no va a pagar a lo mejor se presenta igual; los demás no se presentaron. Ese proyecto socioeducativo es imposible de evaluar, nadie hizo una prueba primero para ver si los trabajadores eran analfabetos y se alfabetizaron por el camino, nadie sabe qué horas de clase tomaban, y yo tengo información de que algunas clases que tomaron en la escuela Scosería se tomaban después del horario de trabajo, como obligación, y no se les pagaron como horas trabajadas. Pero se sobrefacturó, sin que se controlara.


Y luego de que se armó todo este escándalo, del cual hoy vamos a hablar más en detalle, el director fue advertido cuando cambió el contador. Dicen que el anterior renunció, se fue a otro cargo, en otro ministerio, porque no quería seguir tolerando esas faltas de controles. Y el nuevo contador denunció, y el director del hospital encontró un mecanismo absolutamente irregular para que esto quedara circunscrito y encapsulado dentro del Hospital Maciel; ni comunicó a sus jerarquías, ni rescindió el contrato, ni cobró las multas, ni cobró el dinero, y terminó arreglando por horas más, cambió el objeto del contrato y amplió la licitación en horas para que se devolvieran las horas que la empresa cobraba a 130, al costo –la empresa desembolsa menos–, agregó horas sin justificar que el hospital las necesitara. Y firmó en el convenio una cláusula que dice que las partes no van a reclamar nada, se aseguró de que esto quedara en el más absoluto secretismo, para proteger.

Uno hace un hilo conductor de todas estas cosas. Tampoco en la segunda licitación se le cobró la garantía de fiel cumplimiento. La empresa tenía privilegios, cobraba como ONG cuando era una sociedad anónima; las ONG cobran antes de que venza el mes laboral, el día 30 de cada mes presentan sus facturas, ingresan al SIIF y entre el 2 y el 3 cobran, mientras que una sociedad anónima o un proveedor habitual cobran 60 o 90 días después luego de haber ingresado al SIIF. Para mí hay un hilo conductor y una vinculación desde el momento de la contratación hasta estas cosas.

EC - ¿Cuál es el hilo conductor?

JG - La forma en que se seleccionó la primera empresa y esta suerte de gran maquillaje o licitación hecha a medida para que ganara esta empresa.

EC - ¿Usted habla de un "acomodo"?

JG - Sí, claro; no sé si hay delito, eso lo va a determinar la justicia, pero hay toda una complicidad entre distintos actores. En el hospital hay dos relojes en los que marcan todos los funcionarios, no se puede decir que el software de esos relojes anduviera mal o no funcionara; si fuera así, les pagarían a los funcionarios de cualquier manera. Ahora marcan todos en los relojes, tanto esta empresa como la empresa Lidia Fiorito, que es la de vigilancia y camilleros, como otras que nunca marcaron, pasan la factura según estiman. La gente dice que en el hospital hay menos trabajadores que los que se facturan.

EC - Si las cosas son como usted supone, ¿cuál es la responsabilidad de la ministra María Julia Muñoz? ¿Por qué una interpelación a la ministra? Ella ha dicho que estos son temas de ASSE, que es un organismo descentralizado.

JG - Es como no llamar a la ministra de Desarrollo Social cuando hay un problema en el INAU. El artículo 119 de la Constitución de la República establece que los ministros son responsables de toda la gestión de su ministerio. Y los entes autónomos están vinculados al Parlamento a través de un ministro que es responsable político y que requiere apoyo parlamentario para estar en su cargo. Cuando hay un problema en Ancap viene el ministro de Industria, acompañado. Ojalá hoy la ministra venga acompañada hoy por los directores de ASSE. La responsabilidad de un ministro es por lo que pasa y por lo que debe pasar y no pasa. La ministra tiene obligación de saber, no es excusa decir "no sabía", tiene mecanismos de control, tiene sistemas de auditoría, tiene muchos cargos de confianza política para controlar estas cosas. Si un cargo de confianza política como un director de hospital no le informa, ella es responsable porque lo seleccionó.

***

EC - Jorge Gandini es diputado de Alianza Nacional, tiene 51 años, entre 1985 y 1990 fue diputado suplente por el grupo Por la Patria.

JG - Exacto, el primer suplente de todos, pivoteaba mucho ahí.

EC - Venía de la Juventud de Por la Patria.

JG - De la Juventud y de la Secretaría de Asuntos Sociales, de la militancia sindical y gremial.

EC - En el período siguiente, 1990-1995 fue director del Instituto de la Juventud (INJU) y del Correo.

JG - Sí, desde el 92 hasta el final del Correo, y del INJU, de las dos cosas.

EC - Entre 1995 y 2000 fue senador por el sector Propuesta Nacional. En 2000-2005 no fue electo para cargos parlamentarios y se dedicó a la actividad privada. En las elecciones de 2004 volvió a la Cámara de Representantes. Y en el año 2009 su lista, la 2004-250, fue la más votada en las internas en Montevideo y por eso será el primer candidato a Diputados por esa lista 2004 de AN, que se presenta hoy.

Teniendo en cuenta que antes del 28 de junio AN fue tan crítica con lo que le ocurriría al PN si Lacalle era el candidato, ahora que el escenario es ese, Luis Alberto Lacalle es el candidato a la Presidencia, ¿cómo se posicionará AN para captar votos rumbo a octubre?

JG - Tenemos que hacer un aporte todo lo positivo que esté a nuestro alcance al partido. El posicionamiento de AN lo dio Larrañaga la noche del 28 de junio: sin negociaciones, sin acuerdos previos, espontáneamente y siendo un líder que representó claramente lo que la gente quería, se sumó a la fórmula. Con todas las cosas que había dicho y las diferencias que mantienen dos liderazgos naturales que representan dos corrientes históricas dentro del partido. Lacalle es heredero del herrerismo, de Herrera, Larrañaga es heredero del wilsonismo, y el partido hoy tiene una fórmula con dos líderes diferentes en generación, en trayectoria, en experiencia vital, y aun en pensamiento político; no en materia de principios, pero sí con énfasis diferentes.

EC - ¿Qué pasa con aquellos riesgos que ustedes veían en la posibilidad de que Lacalle fuera el candidato?

JG - La 2004 se presenta hoy con una frase que dice "2004, Larrañaga, garantía de buen gobierno". Trabajamos mucho una idea en la que creemos, que es que tenemos el mejor equipo, creemos que lo tenemos, y hay que aportárselo al partido, con mucho esfuerzo y con mucha vitalidad para que tenga el mejor gobierno posible y eliminar riesgos. Todos los partidos tenemos riesgos, hay que eliminarlos, hay que tratar de que el partido se renueve más, tenga aire fresco con otras ideas, y eso lo puede hacer gente de una extracción diferente de la mayoritaria hoy.

EC - Hablando de frases, hay una que está muy asociada con usted, de la que le cuesta desprenderse.

JG - La cargaré toda mi vida como una cruz.

EC - Frase del año 1999, que aludía a las diferencias muy amplias que en aquel momento en especial usted tenía con el herrerismo: "Si gana el doctor Lacalle las internas, sacaré pasaje en el Titanic y votaré al Partido Nacional".

JG - La frase alude a que yo preveía que si ganaba Lacalle en aquel momento nos iba a ir muy mal. Y nos fue muy mal, no solo por Lacalle, sino por el momento de la vida del partido que esa frase refleja; todos perdimos el punto de referencia y ubicamos al adversario dentro. Era la primera elección después de la reforma del 96, que llevó a candidato único y que obligaba a internas, y el partido procesó muy mal eso. Ese golpe fenomenal que nos pegamos allí –el partido salió tercero en esa elección– llevó a procesar una gran reflexión interna, una gran autocrítica interna, mucho más que lo que se conoció públicamente, y también censuras internas a quienes tuvimos algo que ver con ese episodio. Yo no salí diputado, y era senador. Todos tuvimos esa censura. Pero nos permitió aprender, el partido maduró más que ninguno, se renovó muchísimo, y hoy está donde está en parte porque tuvimos ese fenomenal shock en el año 99.

EC - ¿Esta vez no ha sacado pasaje en el Titanic?

JG - No, esta vez estoy remando arriba de la galera.

EC - ¿Cómo es esta elección en comparación con la de aquel año?

JG - Todos hemos cambiado, y buena parte de eso se lo debemos a Larrañaga. Larrañaga ganó la interna pasada, condujo el partido de una manera que lo ayudó muchísimo a estar donde está, porque fue el camino de la unidad, y no el de proclamarla, el de trabajarla. Y hecha la unidad partidaria, más allá de los estilos, las personalidades y las aspiraciones legítimas, el partido se fue transformando de la oposición a la alternativa. Cuando ganó el Frente mucha gente preveía una era progresista, auguraba al menos 10, 15 años de gobierno frenteamplista, y hoy el partido es un serio aspirante a ganar la próxima elección. Eso tiene como plataforma la unidad partidaria y la madurez del partido, de todos nosotros, de toda una generación política, pero también de las relaciones internas.

EC - Hoy es un día cargado para usted, porque tiene la interpelación en la mañana y buena parte de la tarde, y a las 19.30 –¿habrá terminado la interpelación?– en el Teatro Metro se presenta la lista 2004 de AN, que usted va a encabezar. Siguen en la lista los diputados Javier García y Pablo Iturralde, después el edil Álvaro Viviano, de su agrupación, luego el dirigente Rodrigo Goñi, del grupo de García.

JG - Luego Carlos Iafigliola, que pertenece a la lista 252, socialcristianos, que iba en una suerte de alianza con Ruperto Long, con la Unión Cívica y el Movimiento de Rocha.

EC - ¿Y las mujeres de AN? ¿Qué pasó con Beatriz Argimón y Sandra Etcheverry?

JG - Beatriz Argimón apoya la lista, compañeros y compañeras de su grupo integran la lista en distintos lugares, ella no está directamente como candidata.

EC - ¿Por qué?

JG - Porque no quiso, tomó esa decisión. Y Sandra Etcheverry, aparentemente, hasta hoy, encabezaría otra lista con el Movimiento Nacional de Rocha, que también apoyaría el Senado de AN.

EC - ¿Por qué hay tan poca presencia femenina? La ley de cuota femenina, que sí rigió para las internas, no rige ahora para las elecciones nacionales, va a regir en 2014.

JG - Solo en 2014.

EC - De todos modos, ¿no tendrían que haberse aproximado al espíritu de la ley? ¿Cómo analizaron eso?

JG - El asunto es cuáles son las reglas de juego. Las del año 2004 fueron que todos íbamos en distintas listas y luego íbamos a una lista única, según los votos. Muchos diputados de hoy en las internas fueron en la lista oficial, la 2004, yo fui compitiendo con la lista oficial, por fuera, en la 250. La lista oficial 2004 sacó en aquel momento 30.000 votos, y yo algo más de 8.000; me tocó el cuarto lugar; el primero fue para Pablo Iturralde, el segundo para Sandra Etcheverry, el tercero para Javier García y el cuarto para Gandini. Caprichosamente, por hombres o mujeres, no, fue por votos. Yo fui cuarto.

En esta elección las reglas de juego se fijaron antes, se dijo "todos marcan y la interna ordena". Fuimos en 14 listas, todos apoyando a Larrañaga, pero cada diputado sacó la suya, algunos senadores sacaron la suya en Montevideo, y alguna gente nueva sacó su lista. Y luego los resultados ordenaron aquello, sin obligación de lista única, entre los que quisieron ordenarse así. Esos fueron los resultados, es muy difícil decirle a alguien que obtuvo 10.000, 7.000, 14.000 votos que le toca un lugar diferente de aquel en el que la gente lo colocó. Las listas no se hacen por género, se hacen por representatividad. El tema de la cuota es muy complicado, yo voté en contra, fui uno de los tres que votaron en contra.

EC - Y no se arrepiente.

JG - No, estoy absolutamente convencido.

EC - Eso es políticamente incorrecto.

JG - Qué le va a hacer, en mi agrupación abro muchísimo camino a las mujeres, y hay muchas, pero la regla es el trabajo. Le decía que Darly Falcón es la más votada en el Cerro, va a estar en la lista, sacó sus votos, y yo le doy mucho para adelante. No se puede aplicar la cuota en los cargos de representatividad, el soberano no puede estar constreñido en su libertad de elección. Ahí hay un conflicto. Podemos decir: tiene que haber un tercio de ministras, eso se puede poner en una ley, y el presidente de la República se las arreglará para designar; podemos decir que en cada ente autónomo tiene que haber al menos una persona del otro sexo, y en un ente de tres habrá una mujer o dos mujeres, pero no podemos decirle a la gente que está obligada a votar de una manera porque eso limita su libertad y la gente se hace representar por quien quiere. Es incorrecto decir que las mujeres están subrepresentadas, querría decir que los hombres representamos hombres, y no es así. La interna lo demuestra.

Con este tema muy discutible hicimos la lista. Hacer una lista siempre es complicado, todos los que estamos en esto de cualquier partido político sufrimos mucho cuando nos toca manejar nombres, amigos, afectos para hacer una lista. Algún criterio tiene que haber, si no es el de los votos es muy subjetivo y muy a dedo; el de los votos siempre es más objetivo.

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Transcripción: María Lila Ltaif