(emitido a las 8.47 hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Hoy, en la Cámara de Senadores, se va a votar el proyecto de ley de negociación colectiva.

La antesala de este encuentro fue ayer en la Cámara de Comercio, porque esta gremial junto a otras cámaras empresariales convocaron a los senadores para escuchar los argumentos contrarios al proyecto de negociación colectiva que mantienen las cámaras empresariales.

EMILIANO COTELO:
Ya hay un antecedente: hace algunas semanas, en una reunión que tuvo lugar en la sede de la Cámara de Industrias, se había invitado a los 99 diputados con un éxito muy flojo, comparecieron pocos de los legisladores que habían sido convocados.

JAE – Comparecieron nueve, que eran los representantes de la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados.

EC – En esta ocasión, de los 30 senadores que habían sido llamados ¿cuántos estuvieron?

JAE – Estuvieron 12: 11 del Partido Colorado y el Partido Nacional y uno del Frente Amplio, que fue Rafael Michelini.


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JAE – En esa instancia, el asesor en materia laboral Pablo Durán aseguró que "la iniciativa a estudio en la Cámara Alta carece de equilibrio por no regular todos los fenómenos que integran el sistema de negociación".

EC – Vamos a conversar sobre esta situación con el senador Francisco Gallinal, del Partido Nacional. Usted tuvo participación decisiva en esta variante que tuvo a último momento el texto en la Cámara Alta y que permite que también lo vote su partido, ¿cómo es eso?

FRANCISCO GALLINAL:
El proyecto de ley que vino del Poder Ejecutivo no tuvo absolutamente ninguna variante en la Cámara de Diputados, donde prácticamente se votó sobre tablas y el gobierno no aceptó negociar ninguno de los términos del proyecto, si bien previamente se había desglosado -lo que lo hacía más malo aún- un capítulo referido a las ocupaciones de los lugares de trabajo.

En el Senado logramos en primera instancia que en comisión se recibiera a los agentes con mayor incidencia en la vida laboral; por lo menos logramos que en una sesión de la comisión comparecieran representantes de las distintas cámaras para expresar su opinión. También pedimos la comparecencia del PIT-CNT pero la bancada del gobierno lo votó negativamente porque consideraba que no era necesario recibir su opinión. Y planteamos la posibilidad de modificar los tres o cuatro temas más álgidos, más discutidos, que a nuestro juicio no le hacen bien a un proyecto de ley de negociación colectiva, de los cuales solamente se logró la introducción de una cláusula de paz que a mi juicio tiene un valor muy importante, por distintas razones que podemos conversar. Lo que hicimos nosotros fue reservarnos el derecho de votar en particular en contra de aquellos artículos con los que mantenemos discrepancias pero darle al proyecto una mejoría sensible en función de esta incorporación.

JAE – El Partido Nacional va a votar en general el proyecto, sin embargo las cámaras empresariales se han mostrado duras con respecto a esta iniciativa argumentando que no es equilibrada y que en definitiva, como dijo ayer -y usted estaba- el asesor laboral Pablo Durán, no regula todos los fenómenos que integran el sistema de negociación. ¿Usted qué dice al respecto?

FG – También estaba él cuando yo hablé, porque después que los representantes de las cámaras hicieron la exposición yo expuse largamente todos los elementos en función de los cuales nosotros tenemos la visión que tenemos.

JAE – ¿Pero usted comparte la idea de que es un proyecto desequilibrado?

FG – Creo que un proyecto de ley de negociación colectiva es necesario, el país necesita un marco normativo que regule un instrumento que tiene mucha historia en el país y que es absolutamente fundamental para las relaciones de todo tipo, incluidas muy especialmente las relaciones laborales. Prácticamente, la única ley que existe en esta materia es de la década del 40, la Ley de Consejos de Salarios, que se hacía necesario modificarla, y en eso coinciden todos los actores sociales porque todos quienes pasaron por la comisión elogiaron el hecho de que se legisle en materia de negociación colectiva. El Partido Nacional cree en la negociación colectiva y está dispuesto a seguir adelante con los Consejos de Salarios en caso de ser gobierno a partir del 1º de marzo del año que viene.

JAE – Eso ha quedado claro en todas las manifestaciones públicas del Partido Nacional desde hace un buen tiempo, pero esta dura oposición de las cámaras empresariales haciendo una campaña mediática en contra de este proyecto hace pensar que en definitiva esta iniciativa no sale por consenso de las partes. ¿Qué opina al respecto?

FG – Desde luego que hubiera sido mucho mejor lograr allanar algunas diferencias importantes, que en algunos temas pueden ser irreconciliables y que en otros temas puede haber puntos intermedios que ayuden a facilitar. Yo creo que la cláusula de paz que nosotros logramos introducir es un elemento de equilibrio, es un elemento de seguridad en materia contractual, que ayuda a la conformación y a la celebración de negocios colectivos, que le da certeza al trabajo, al trabajador y también al salario y a la inversión. Y de alguna manera –no en todo, y habrá que ver mañana si se puede modificar la ley en caso de que sea aprobada– también mitiga o amortigua el impacto negativo que pueda tener una cláusula con la que nosotros también discrepamos, que es la que establece que los convenios tienen ultra actividad, es decir que se celebra un convenio colectivo con un plazo determinado y vencido ese plazo –según dice el proyecto de ley– hasta que se celebre un nuevo convenio, sigue vigente el anterior.

JAE – Ese es el artículo 21, que establece la cláusula de paz a la que hace mención y dice que "Durante la vigencia de los convenios que se celebren las partes se obligan a no promover acciones que contradigan lo pactado ni aplicar medidas de fuerza en ningún tipo por este motivo. Esta cláusula es de aplicación a todos los temas que integran la negociación y que hayan sido acordados en el convenio suscrito. Queda excluida de su alcance la adhesión a medidas sindicales de carácter nacional convocadas por las organizaciones sindicales", entre otras cosas.

FG – Esa es la cláusula de paz, yo me estoy refiriendo a un artículo anterior en donde se establece lo que le acabo de decir: que un convenio colectivo tiene un plazo de duración pero la ley determina que vencido ese plazo contractual, establecido voluntariamente por las partes, hasta tanto no se celebre un nuevo convenio sigue vigente el convenio anterior. Ese es uno de los temas más críticos del proyecto de ley porque no es lógico, no es coherente, y porque además limita las posibilidades de negociación porque muchas veces se establece un plazo en función de la coyuntura económica; no se sabe qué va a pasar de aquí a dos años, entonces se establece por dos años y después se va a una nueva negociación. Nosotros creemos que la cláusula de paz que hemos introducido mitiga el efecto negativo que tiene este artículo.