(emitido a las 7.36 hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
"Más y mejor empleo: 8 de diciembre, a las 10.00 de la mañana", así cerró Lacalle su visita al PIT-CNT ayer, invitándolo a participar en un pacto social si gana la elección de octubre-noviembre.

La presencia del candidato blanco en el PIT-CNT tuvo lugar junto a su compañero de fórmula, Jorge Larrañaga, legisladores, ex ministros y delegados de la Secretaría de Asuntos Sociales del Partido Nacional. Allí, Lacalle y Larrañaga abrieron el ciclo de entrevistas del PIT-CNT con los candidatos presidenciales.

Lacalle repasó todos los puntos incluidos en el documento programático para el próximo gobierno que está manejando y aclaró que no abordaría algunos temas cuasi electorales: "No me parece que estemos citados hoy aquí para discutir acerca de la Ley de Caducidad ni acerca de los logros del gobierno actual".

EMILIANO COTELO:
Lacalle se refirió al punteo de temas que el PIT-CNT está proponiendo a los candidatos que visitan su sede para que guíen las reuniones y los intercambios que viene organizando la central de trabajadores, y uno de los puntos es el de la Ley de Caducidad.

JAE – El documento de 15 puntos se le va a entregar a cada uno de los candidatos. La semana que viene José Mujica va a estar concurriendo a la sede del PIT-CNT.


***


JAE – Estamos con Fernando Pereira, coordinador del PIT-CNT. En las crónicas de hoy aparecen muchas de las diferencias que quedaron planteadas entre ese documento que ustedes entregaron y el pensamiento del doctor Lacalle. ¿Qué se podría esperar en un eventual gobierno del Partido Nacional, si llega a ganar en octubre-noviembre, con relación al PIT-CNT?

FERNANDO PEREIRA:
Nosotros le hemos planteado ayer al doctor Lacalle, pero fundamentalmente a la ciudadanía y ahora a la audiencia de El Espectador, que el PIT-CNT va a dialogar con cualquiera que sea el gobierno electo. Nuestra tarea en la sociedad es la defensa de los trabajadores, y con una visión un poco más amplia la defensa de los que menos tienen, razón por la cual gane el gobierno que gane, el PIT-CNT tiene muchas cosas para discutir, para conversar, para analizar, para tratar de conquistar cosas para los trabajadores y para el pueblo en general. Tenemos voluntad de diálogo sea cual sea el presidente. Y de hecho, antes de que viniera Lacalle, pensábamos que obviamente tenemos algunas diferencias, que algunas de ellas tienen profundidad, por ejemplo en cuanto a cuáles son las relaciones laborales que el movimiento sindical cree que tiene que haber en Uruguay y las que cree el doctor Lacalle, que claramente tienen diferencias importantes, pero que precisamente el diálogo es entre diferentes. Dialogar entre iguales es una cuestión muy sencilla; dialogar con diferentes implica abrir la cabeza, tener capacidad de plantear alternativas e inclusive de buscar acuerdos, de hecho eso es lo que pasa en los Consejos de Salarios.

JAE – ¿Cómo se entiende esa postura que usted señala con la marcha por la memoria que comienza hoy, que reúne al PIT-CNT, a Onajpu, a la FEUU, a Fucvam, que bajo la consigna "A trancar la motosierra, se viene la esperanza" –una alusión directa a lo dicho semanas atrás por el candidato presidencial del Partido Nacional– va a comenzar en diferentes puntos del país?

FP – Nosotros hemos planteado esta marcha con tres ejes fundamentales, pero me voy a dedicar exclusivamente al que usted plantea, que es la "operación memoria", no porque crea que los otros dos no son importantes, son fundamentales. Uno de ellos es nada más y nada menos que anular la Ley de Caducidad, que para nosotros es un engendro jurídico dentro del ordenamiento jurídico nacional que ofende la dignidad de los uruguayos, que ofende cualquier Estado de derecho, inclusive el nuestro. El Estado no puede quitarse la pretensión de castigar a quienes torturaron, mataron, encarcelaron y llevaron al exilio a miles de compatriotas.

JAE – Está bien pero específicamente se plantea...

FP – ...específicamente, yendo a la "operación memoria", lo que significó para el movimiento sindical la política laboral y económica aplicada por el doctor Lacalle y después continuada por el doctor Sanguinetti y el doctor Batlle, porque no es un problema con el doctor Lacalle. La aplicación de [esas] políticas durante 14 años llevó a los uruguayos al peor momento de su vida en el año 2002.

La política de no convocar a los Consejos de Salarios llevó a que del 100% de los trabajadores negociando -en realidad el 94%- se llegara al año 2004 con algo más de 20% en aquellos sectores de actividad donde efectivamente había una organización sindical poderosa o la negociación era obligatoria, como el transporte y la salud privada. Cuando se permitió que fuera libre y voluntaria y que el mercado regulara absolutamente todo, lo que pasó fue claramente lo contrario, hubo sectores de actividad enteros que no dieron ningún ajuste de salarios por varios años, ni siquiera aquel que se producía por efecto de la inflación. O sea que una política laboral de este tipo llevó a que miles y miles de trabajadores no tuvieran ajuste salarial por muchos años.

Aplicó el impuesto a los sueldos, ahora parece que se ha modificado la situación, pero lo que pasó con ese impuesto a los sueldos es que ganara lo que se ganara se pagaba un porcentaje del salario; se aplicó un ajuste fiscal que claramente impactó en el salario de los trabajadores.

Y muchas de estas políticas entonces fueron impactando en la vida de la gente, a tal punto que el sector industrial bajó muchísimo la productividad, se perdieron miles de puestos de trabajo sobre todo en aquellos puestos donde la mano de obra es calificada, donde perder un trabajador de la industria no significa solamente perder un puesto de trabajo sino un saber hacer. De hecho, cuando se vino a instalar Botnia a Uruguay vimos las dificultades que teníamos para encontrar soldadores porque sencillamente en el Uruguay se había perdido el saber soldar.

Hubo una política claramente orientada a seguir un modelo neoliberal que se estaba aplicando en buena parte de América Latina y en buena parte del mundo, y los fracasos quedaron a la vista en el año 2002 cuando estalló la crisis financiera en Argentina, replicó en Uruguay y eso significó que quedaran un millón de pobres.

Es decir, si tendremos razones para decir "este modelo nunca más"; no esta persona nunca más, este modelo nunca más.

JAE – Está claro el argumento, está clara la posición, que no es nueva porque en muchísimas oportunidades el movimiento sindical ha planteado justamente reparos como los que usted dice, pero por un lado Lacalle plantea un diálogo social, acercarse al PIT-CNT en caso de ganar a partir de diciembre -ya fijó día y hora en caso de que eso ocurra-, y por otra parte, 24 horas después, comienza esta marcha que tiene el objetivo de convencer a los habitantes del interior del país de la necesidad de "vacunarse contra los 90 en actos y movilizaciones a pie. De no vacunarse contra esa época, te ponés blanco, te tambaleás hacia la derecha y terminás en la calle", según se advierte en un afiche realizado por Fucvam. Entonces ¿no es contradictorio que por un lado antes de la elección el PIT-CNT participe activamente en una operación de este tipo con un planteo de las características del que Lacalle hizo en el día de ayer?

FP – Como usted comprenderá, yo me voy a hacer cargo de los afiches que tengan el logo de PIT-CNT o en todo caso aquellos afiches que sean en conjunto de Fucvam, PIT-CNT, Onajpu y Feuu. Nosotros somos una organización independiente y autónoma de las otras, muy hermanadas por lazos de movilización pero no me voy a hacer cargo de lo que otros hacen.

Lo que sí voy a plantear y voy a reiterar es que nosotros concebimos el proceso que se dio en el Uruguay del 90 como nefasto para el movimiento sindical, pero sobre todo para la sociedad uruguaya y para los que menos tenían. Y de hecho el millón de pobres es el resultado de políticas equivocadas.

De ahí a que la gente elija quién es su candidato hay un abismo, una distancia sideral. Nosotros dijimos ayer a voz en cuello que no es incompatible la calidad de militante sindical con la de votar al Partido Nacional, y que de hecho hemos compartido con militantes del Partido Nacional en el movimiento sindical muchas cosas muy importantes; son nuestros compañeros, así los tratamos y así nos tratan.

De todas maneras insistimos en que esas políticas fueron nefastas para el Uruguay y la movilización claramente implica ir contra la política que se aplicó en los 90 esperando que todos los candidatos entiendan que esa metodología fue muy mala.

Nosotros llegamos a descender a 110.000 afiliados en el peor año de la crisis del movimiento sindical que fue el año 2001. Teníamos 270.000 en el año 87 bajamos a 110.000 en el año 2001, precisamente porque el país se fue desindustrializando y tuvimos ataques a la libertad sindical. Eso no lo queremos vivir más, es así y no nos vamos a tapar la cara para decirlo. Esto no quiere decir que la gente no tenga derecho a cambiar y tampoco quiere decir que en esa época no hayamos dialogado, porque de hecho dialogamos con Lacalle en más de una oportunidad en su período de gobierno.

JAE – Con respecto a la marcha que empieza hoy, el semanario Búsqueda plantea un aspecto importante para preguntarle y es que "en el PIT-CNT no hay unanimidad. Si bien hay coincidencia en que es necesario recordarle a los trabajadores que el modelo utilizado por los gobiernos pasados fue nefasto, varios dirigentes sindicales del sector Articulación, considerado más afín al gobierno, ven con preocupación que la marcha pueda derivar en una campaña política a favor del Frente Amplio". ¿Usted qué opina?

FP – Yo soy miembro de Articulación o sea que...

JAE - ...¿se siente representado con esto?

FP – No, absolutamente. Nosotros hemos dado respaldo a esta marcha, lo hemos dado desde el inicio, podrá haber algún compañero que no comparta pero en ese caso yo no conozco su posición. Nosotros hemos apoyado una marcha que tiene tres consignas: la Ley de Caducidad, promover el documento de 15 puntos que se les dio a los candidatos [...], y en tercer lugar la "operación memoria", que lo que va a hacer es decir cuáles de las políticas aplicadas por los gobiernos de Lacalle, Batlle y Sanguinetti el Uruguay no resiste. Estos son los tres objetivos, el PIT-CNT no va a entrar en esta campaña electoral; sí va a entrar en otra campaña electoral que es la de tratar de anular la Ley de Caducidad con más del 50% de los uruguayos y tratar de que se apruebe la ley de voto epistolar para que los uruguayos que viven en el exterior puedan ejercer el derecho a voto. Otros, como los italianos y los españoles que votan en Uruguay, tienen el derecho que creemos que deberían tener los uruguayos que viven en el exterior y que por diferentes razones han tenido que emigrar.

Estos son los dos temas donde el PIT-CNT va a hacer campaña electoral, vamos a tratar de meter nuestro máximo esfuerzo. Después los ciudadanos uruguayos tienen que decidir sobre qué presidente quieren, sobre qué situación, analizando un conjunto de aspectos y de propuestas. Eso no significa que el movimiento sindical sea indiferente a lo que pasó en este período, nosotros hemos dicho más de una vez, y también sin ocultarnos, que hemos tenido avances muy importantes en materia laboral y que lo valoramos como muy positivo para la construcción de un país democrático. Por ejemplo las leyes de negociación colectiva en el sector privado y público, la ley de libertad sindical que protegió a la actividad sindical y no generó ningún caos como planteaban los empresarios en algún momento, la ley de tercerizaciones que permitió que se terminaran los embrollos que se estaban tercerizando, la licencia para los trabajadores privados, la prescripición de los créditos laborales que pasó de dos a cinco años. Es decir que hubo una serie de avances laborales para un país que se había quedado en la normativa laboral, por no decir que se había retrasado, para ir hacia un sistema de relaciones un poco más moderno. Nosotros eso lo vamos a valorar. En el congreso definimos que somos autónomos, lo que significa que no le vamos a preguntar a ningún partido político qué decisión tomar y que somos independientes -es decir que no estamos dentro de las estructuras de ningún partido-, pero por supuesto no somos indiferentes ante las normas que aprueba el Parlamento ni a las decisiones que asume el Poder Ejecutivo que son positivas para el movimiento sindical o ante aquellas que son negativas precisamente para cuestionarlas.

EC – Es difícil encontrar el límite entre esa "operación memoria" y una campaña a favor del Frente Amplio. Y la nota del semanario Búsqueda que recién mencionaba Juan Andrés, que incluye opiniones de dirigentes del sector Articulación justamente va por ese lado: "Estos sindicalistas entienden que la duración de la movilización que se está organizando y el hecho de que se hagan actos pueblo a pueblo es un riesgo mayúsculo para la imagen de la Central como movimiento independiente de cualquier partido político, es algo que no se podrá controlar y que puede jugarle en contra al movimiento sindical que tiene a la independencia de clases como uno de sus principales pilares", según dijo uno de los informantes.

FP – Con la mayor franqueza posible, la que siempre tratamos de tener con usted y con todos los medios de comunicación, el movimiento sindical entre el año 90 y 2004 estuvo muy golpeado, desde todo punto de vista, golpeado en su estructura -que no es poco importante-, golpeado en lo salarial, golpeado en la capacidad de negociación, y tuvimos resistencia para hacer alguna gestas históricas, por ejemplo para evitar que las empresas públicas se privatizaran...

EC - ...esos argumentos usted ya los venía manejando recién, yo lo que le apunto es que es difícil...

FP - ...pero si estuvimos tan golpeados y no somos capaces de decirle a los trabajadores "miren que con estas políticas nos golpearon", no tendríamos honestidad intelectual. Sobre la segunda parte de la pregunta, yo estuve ayer hasta altas horas de la noche corrigiendo el documento único que se va a leer en cada acto del interior del país, hay un documento que va a expresar la posición del PIT-CNT, de Fucvam, de Onajpu, y que claramente es similar a las posiciones que ha tenido el movimiento sindical en toda esta etapa. No prevemos que haya desvíos de esta naturaleza, e insisto: yo soy parte de Articulación, aunque en este momento estoy hablando desde el PIT-CNT, y nosotros no hemos puesto reparos a la marcha, en algunos momentos planteamos modificaciones operativas para que fuera más efectiva, inclusive en el horario, pero todo esto fue contemplado de forma que nosotros vamos a tratar de que esta marcha sea muy importante. Estoy absolutamente de acuerdo con el que dijo que el movimiento sindical tiene que mantener la independencia y la autonomía a fondo, y la ha mantenido. Tanto es así que si usted analiza la conflictividad de este período comparada con la conflictividad del período anterior –el del doctor Batlle–, fue bastante más alta; si habremos tenido autonomía que para conquistar nuestros derechos o para reconquistarlos hemos tenido un período de alta movilización que fue superior al del 95-2000. Eso no sólo es autonomía, es demostrar que el movimiento sindical para lograr las conquistas -que fueron muchas y muy importantes para algunos sectores, quién iba a pensar que la Policía iba a estar organizada o que ayer las domésticas tuvieran un día libre o de pago doble después de cinco años- ha hecho movilizaciones, luchas, paros, marchas. Entonces me parece que la independencia no está en juego y tenemos una apuesta profunda a mantener esa independencia.