Informes

Los blancos se preparan para noviembre

Informe de Elena Risso


Al igual que sucedió en las internas del 28 de junio, el domingo pasado el Partido Nacional intentó transmitir un mensaje optimista y cargado de entusiasmo, para que tanto sus adherentes como quienes no lo son, se fueran a dormir con la idea de que Luis Alberto Lacalle podría convertirse en el próximo presidente.

Sin embargo, la situación no era la misma. Recordemos que en la interna los blancos fueron la colectividad más votada y que el famoso "abrazo del balcón" entre Lacalle y Jorge Larrañaga, minutos después de que el senador de Alianza Nacional aceptara ser el candidato a vicepresidente, fue "la foto" de ese día.

El domingo pasado, los blancos volvieron a presentarse como ganadores, otra vez llenaron la Plaza Matriz de adherentes, otra vez hubo abrazo, banderas y discursos ganadores... Sin embargo, las cosas cambiaron con respecto a lo que fue la interna y, en particular, a lo que fue la votación que el Partido Nacional obtuvo en 2004.

Repasemos algunos números: de acuerdo a los últimos datos de la Corte Electoral, el Partido Nacional habría obtenido 28,8% de los votos. En 2004, el total de votos blancos se ubicó en 33%. Según los datos del domingo pasado, los nacionalistas habrían conseguido nueve bancas en el Senado (dos menos que las que tienen hoy) y 30 en la Cámara de Diputados (seis menos que las actuales).

¿Por qué a pesar de esos resultados se dio esa imagen "ganadora"?

En el Partido Nacional consideran que la forma en que Lacalle y Larrañaga se presentaron ante la ciudadanía en la noche del domingo les permitió "arrancar primero" y posicionarse como "ganadores", a pesar de haber votado menos de lo que esperaban.

Eso, agregaron, se debe a varias razones. Por ejemplo, indicaron que en la tarde y a primeras horas de la noche, el Frente Amplio todavía pensaba que podía ganar en primera vuelta y que eso fue un "golpe" para la militancia.

También advirtieron que la izquierda no supo capitalizar a su favor el alto respaldo obtenido, porque estaba "golpeado" ya que los datos del domingo a la noche no le daban mayoría parlamentaria.

A esos dos hechos, se sumó que no se logró el respaldo a los dos plebiscitos, por lo cual a pesar del resultado, en la noche, cuando José Mujica y Danilo Astori hablaron dieron la sensación de que no tenían "nada que festejar".

Por eso, Lacalle y Larrañaga aprovecharon la coyuntura para dejar un mensaje optimista a la militancia, lo que les permitió en cierta medida "tapar" la caída en los votos.

Fue así que luego de la conferencia de prensa de Mujica y Astori, los blancos comenzaron a repartir banderas uruguayas, calcomanías y afiches que desde hacía una semana tenían guardados, prontos para distribuirlos y arrancar formalmente la campaña rumbo a noviembre.

Fuentes consultadas por En Perspectiva comentaron que a pesar de la caída en la intención de voto y en la pérdida de bancas, la forma en que "comunicaron" el resultado les jugó a favor, algo que, según entienden, no supo ser aprovechado por el Frente Amplio.

En filas nacionalistas entienden que la izquierda no supo capitalizar el alto resultado obtenido y que la manera en la que salió Mujica no fue la mejor, porque le faltó ubicarse "por encima de partidos".

De aquí en más

De todas maneras, con el correr de las horas, varios dirigentes blancos consultados por En Perspectiva admitieron que será "muy difícil" lograr un triunfo en segunda vuelta y para eso definen los pasos a seguir.

En primer lugar, señalaron que se debe actuar con "cautela", evitando las "excesivas salidas" a la opinión pública hasta tener definidos los pasos a seguir.

El lunes por la tarde, varios dirigentes blancos consultados señalaron que uno de los temas centrales será "desdramatizar" lo que podría ser para Lacalle llegar al gobierno sin tener mayoría parlamentaria.

Entienden que de acuerdo a la reforma constitucional aprobada en 1996, el presidente tiene potestades para gobernar a pesar de esa situación y que en esta administración Tabaré Vázquez apeló en numerosas ocasiones a los decretos sin que eso fuera objetado, ya que se trata de una potestad legal.

Por otra parte, buscarán "presentar" a Lacalle como el candidato con "mejores características" para ser presidente.

Entienden que como ahora se trata de la elección del presidente, ya no pesan tanto las lealtades sectoriales o la definición de parlamentarios y que ahí el ex mandatario blanco puede ubicarse mejor.

Dicen que se trata de algo muy difícil, pero que ahora "se empieza de cero", una idea que ya quedó sobrevolando en la misma noche del domingo.

La situación interna

Más allá de la evaluación sobre qué hacer de aquí al último domingo de noviembre, con los primeros datos de la elección nacional comenzaron a realizarse algunas evaluaciones sobre qué fue lo que llevó al Partido Nacional a votar "tan bajo" con respecto a lo que se esperaba.

Si bien hasta ahora no hubo un análisis formal, de acuerdo a las consultas realizadas por En Perspectiva se señaló que "quedó demostrado" que a pesar de votar "bien" hacia adentro del Partido Nacional, Lacalle tiene "un techo" que le dificulta captar adhesiones extrapartidarias.

De ahí que ahora se busque definir una estrategia que permita sortear esas dificultades.

También se observó con preocupación la caída en el respaldo electoral en departamentos del litoral, en los cuales en su mayoría tenía un fuerte peso Alianza Nacional, sector de Larrañaga.
En ese sentido, señalaron que algo similar sucedió en las elecciones de 1999, cuando Lacalle fue candidato, y que luego en las municipales del año siguiente eso se revirtió y los blancos se impusieron en las municipales. Es por eso que se apuesta a que Larrañaga recupere presencia en esa zona del país.

También hay preocupación con la caída de los votos en Montevideo, pero se entiende que muchos fueron a parar al Partido Colorado, así que llegado el momento estarían "disponibles" para una segunda vuelta.

De ahora en más, los blancos no sólo se abocarán a buscar adhesiones para Lacalle el domingo 29 de noviembre, sino que también inician una campaña para recuperar terreno en el interior del país.

Admiten que es "increíble" que departamentos como San José hayan "pasado" a tener una mayoría frenteamplista y por eso reconocen que es momento de revisar algunas viejas estrategias.

Por lo bajo, varios dirigentes nacionalistas se lamentan de la votación obtenida y admiten que Lacalle tal vez no sea el mejor candidato. De todas maneras, destacan que el ex presidente tiene una "capacidad" para sortear dificultades que sería "inimaginable" para otros y agregan que una prueba de eso es que, aunque en su momento se lo dio por liquidado políticamente, hoy está disputando el balotaje con el Frente Amplio.