Mujica: "El largo camino de la negociación es el camino más corto"
Sin grandes esfuerzos, José Mujica transita los últimos días de campaña confiado en la posibilidad de resultar electo presidente de la República. Entrevistado por En Perspectiva, el candidato frenteamplista afirmó que su propuesta se centra en dar continuidad a un conjunto de políticas iniciadas en el gobierno de Tabaré Vázquez, que busquen conjugar equidad con generación de recursos para convertir al Uruguay en un país desarrollado. El actual senador remarcó especialmente su intención de lograr acuerdos con el resto de los partidos y de integrar a la oposición al gobierno. Por otro lado, aseguró que el Frente Amplio es un fuerza política unida que otorga estabilidad, y realizó consideraciones sobre cuál debe ser el rol del primer mandatario. "Un presidente es un organizador de equipo, y es allí que no se puede fallar [...] Yo no me equivoco tanto en materia de hombres como se ha equivocado Lacalle, él tuvo mala suerte o poca capacidad para elegir gente para lugares capitales".
(emitido a las 8.42 hs.)
EMILIANO COTELO:
El próximo domingo, en el balotaje, José Mujica intentará convertirse en el segundo presidente electo por el Frente Amplio (FA) en la historia de nuestro país.
Con el impulso de la votación del último domingo de octubre, que le otorgó la mayoría parlamentaria y arañó el 50%, Mujica recorrió este último tramo de la campaña con la tranquilidad de tener buena parte de la batalla ganada.
Por eso en estas cinco semanas no ha pronunciado discursos encendidos ni ha formulado anuncios impactantes. Junto con su compañero de fórmula, Danilo Astori, ha dado incontables entrevistas en medios de comunicación, presentándose como la continuación del gobierno de Tabaré Vázquez. Otro tanto ha ocurrido en las movilizaciones de militantes frenteamplistas, en que sus apariciones apuntaron a dar una imagen de certeza y tranquilidad.
¿Alcanzará con eso para lograr la meta? ¿Cómo maneja estos últimos días de la campaña? ¿Cómo se moverá el lunes próximo si el domingo gana?
Para responder estas y otras preguntas, entrevistamos al senador José Mujica, candidato a la Presidencia de la República por el FA.
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EC - Lo encontramos esta mañana en la ciudad de Treinta y Tres.
JOSÉ MUJICA:
Más bien en la campaña de Treinta y Tres, no muy lejos de la ciudad, en un campito ganadero de una gente conocida. Vinimos de Melo para acá muy entrada la noche.
EC - ¿Cómo es esto de hacer campaña en departamentos afectados por las inundaciones? Es una realidad con la que usted se ha topado.
JM - Efectivamente, está lloviendo demasiado. Tiene una parte enormemente positiva, el campo parece un campo de lechugas: todo verde, verde, verde, hermoso. La ganadería se está beneficiando notoriamente, hay comida en abundancia y eso asegura que una parte del verano ya está superada. Esto en un país ganadero tiene una enorme importancia económica.
Pero por otro lado aparece este fenómeno de las inundaciones. En esta zona del país va a traer perjuicios seguramente en la siembra de arroz, porque hay gente que no va a poder entrar a los campos durante un tiempo, y sembrar en fecha ese cultivo es medio clave por las horas de sol, etcétera. Y el sacrificio de la gente que tiene que retirarse de sus casas, tener pérdidas y todo lo demás, que creo que en esta zona no es tanto, pero de todas maneras afecta.
EC - ¿Han hecho recorridas especiales por este motivo?
JM - No, estamos enterados, pero no quisimos. Por dos cosas, porque no es momento, estamos en campaña electoral, y porque no tenemos ninguna herramienta en la mano. Entonces no podemos expresar otra cosa que la solidaridad, que fue lo que hicimos ayer por algún espacio consuetudinario. Pero nos procuramos informar.
EC - En este último tramo de la campaña su competidor, Luis Alberto Lacalle, está poniendo el énfasis en una serie de propuestas programáticas, sobre todo en tres capítulos: la rebaja o eliminación de impuestos, planes para combatir la pobreza y terminar con la indigencia, y medidas para enfrentar los problemas de inseguridad pública. ¿Usted, mientras tanto, en qué temas está centrando su discurso?
JM - Nosotros es notorio que pensamos que lo central es tratar de dar continuidad a un conjunto de políticas que fueron puestas en marcha por este gobierno, empezando por la política económica y por una actitud en cuanto a las políticas sociales en relación a seguir buscando la equidad en todo lo posible tras la utopía o la ilusión de caminar hacia un país desarrollado. El margen que podemos seguir en ese rumbo: voluntad política es obvio que tenemos, después están los acontecimientos internacionales de la economía, etcétera, variables no siempre manejables, pero el rumbo es ese.
EC - No habló de seguridad pública, sin embargo ese es uno de los énfasis fuertes que pone Lacalle. Ayer cuando lo entrevistamos aquí en En Perspectiva el candidato del Partido Nacional (PN) decía esto:
(Audio Luis Alberto Lacalle.)
"[...] es el tema seguridad, que sigue siendo el más preocupante para la población, no hay ninguna medición que no lo coloque primero, en eso le llevamos una enorme ventaja a la fórmula del Frente Amplio, que viene cargando a cuestas con una gestión horrible, desastrosa, estrepitosamente fracasada en la custodia de la seguridad. Ese es un punto muy fuerte de nuestra campaña, trasmitimos otra certidumbre, otra certeza en el ejercicio de la autoridad".
(Fin.)
EC - ¿Qué responde usted?
JM - Dos cosas. Yo le puedo arrimar documentación después de que pase el pleito electoral de que inequívocamente son los mismos argumentos que hace 10 años que la oposición, o parte de la oposición, le hace al que esté en el gobierno. Eso mismo le criticó a Ramírez, a los blancos, el doctor Sanguinetti, y al revés, a posteriori los blancos a Opertti, etcétera. Cambiándoles la fecha, los argumentos son los mismos. Lo cual no obsta para reconocer que hay un problema de seguridad.
EC - Sí, yo iba a preguntarle: ¿la gente no le hace reclamos en materia de seguridad pública?
JM - Sí, yo no eludo que, primero, Uruguay con respecto a su historia cada año que pasa está peor.
EC - En materia de seguridad pública.
JM - Sí, de seguridad pública. Es el país por lejos que está en mejores condiciones de seguridad de América Latina. Qué paradoja, en el continente que peor reparte del mundo una de las características que históricamente ha tenido Uruguay es la de ser el que mejor reparte. Al mismo tiempo es el que tiene menos problemas de seguridad. Digo esto como cuadro general. Pero bajemos a la realidad: es cierto y acepto que venimos empeorando y que tenemos que hacer un esfuerzo mayúsculo en esta materia, si no, arriesgamos perder una ventaja comparativa muy importante y una esencia de convivencia. Pero no va a encontrar ningún país de América Latina donde los ministros anden por la calle y tan tranquilos como andamos en Uruguay.
EC - Pero si usted dice que venimos empeorando, que seguimos empeorando, allí hay entonces un análisis crítico de lo que se hizo en este gobierno.
JM - No, tengo que pensar que lo que se hizo en este gobierno hay que continuarlo y profundizarlo, porque cuando llegamos al gobierno un agente de segunda ganaba alrededor de 4.500 pesos y hoy está ganando 11.000. Hablar de tener mejor represión y pagar los sueldos que se pagaban en Uruguay... que al doctor Lacalle le costaron una huelga, hay que acordarse, una bruta huelga, y tuvo que sacar el ejército a la calle. De todas maneras, implica lo siguiente: tenemos que multiplicar el presupuesto, tenemos que elevar la categoría de la policía en materia de conocimiento y de calidad, lo que significa que tenemos que pagar más, seguramente, y tenemos que instruirla más y darle medios materiales, que no son suficientes. Pero la mejor policía del mundo no va a arreglar el problema global de la seguridad si a su vez no tenemos respuesta en lo social. Tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados creyendo que arreglando lo social y sin reprimir vamos a arreglar esto. Precisamos trabajar integralmente en todos los frentes. Y este tema tiene tal importancia que lo colocamos como uno de los cuatro temas para tratar de acordar políticas en común con la oposición.
EC - Ya vamos a hablar de eso, pero para redondear la incursión en estos asuntos de seguridad pública sobre los cuales ya hemos conversado con usted y con otros dirigentes del FA, quisiera detenerme en un capítulo en particular, que es cárceles, porque en estos días ha vuelto a hacer crisis la problemática de las cárceles con varios homicidios de presos y un motín muy grave en el caso de Las Rosas en Maldonado. Este es un rubro en el que el gobierno del presidente Vázquez apareció preocupado desde el principio, al punto de que declaró que se trataba de una situación de emergencia, pero en el que con el correr de los meses no pudo avanzarse lo suficiente. Hoy estamos ya en los 8.000 presos en los penales uruguayos. ¿Cómo piensa encarar este desafío? Se lo pregunto porque Últimas Noticias informaba el sábado que ustedes vienen manejando la posibilidad de un sistema público-privado destinado a la administración de las cárceles, algo que ya se aplica en otras partes del mundo.
JM - Esa es una idea que fue planteada y que está en discusión con otro paquete de ideas. Pero fíjese una cosa, no podemos adelantar una propuesta y al mismo tiempo decir que queremos discutir con la oposición a ver si acordamos políticas generales. Porque si colocamos los temas, "esta es mi posición, tómala o déjala", no vamos a construir políticas de Estado, y creemos que este problema tiene tal trascendencia que tenemos que hacer un esfuerzo y tratar de construirlo con lo que piensa el conjunto del país, porque si no, tenemos patas cortas, seguimos siempre en el mismo análisis, "voy a hacer esto, voy a hacer esto, voy a hacer lo otro, y no te consulto a ti que estás del otro lado", o acordamos o no acordamos, pero tenemos que hacer un esfuerzo.
Esa es una de las ideas que se manejan, debe de haber como 25 personas trabajando a full en este tema, pero no queremos apresurarnos porque si nos toca ganar la elección esa será una cosa que decida el pueblo uruguayo, a los dos días vamos a convocar al espectro político y colocar arriba de la mesa estos cuatro temas. Después veremos la respuesta que nos dan.
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EC - Con su respuesta anterior se introducía en una de las principales preocupaciones que plantea la oposición: la aplanadora que podría implicar un segundo gobierno del FA con mayoría parlamentaria propia. Usted ya antes de la primera vuelta se había ocupado de esa inquietud y había anunciado esto que ahora recordaba, la disposición a dialogar y negociar acuerdos con la oposición. Había hablado de políticas de Estado en educación, medioambiente, seguridad pública, energía. Vamos a desarrollar esta idea, ¿qué es concretamente lo que ve viable?
JM - Lo que yo veo más viable es la necesidad que tiene el país de estos temas, por su importancia y tácitamente por cosas que han dicho todos los partidos en el transcurso de su propuesta electoral: intentar sacarlo de la agenda partidaria e introducirlo en la agenda nacional y tratar de vertebrar en conjunto los rumbos y las decisiones más importantes de la política en estos frentes con una perspectiva de acuerdo nacional, para que esas políticas duren en el tiempo y no sean patrimonio político de nadie, es decir que sean patrimonio político de todos y en las futuras elecciones nadie tenga que colocarse como propietario, sino que sea parte de ese acuerdo, que es la manera de que puedan perdurar en el tiempo y se sigan perfeccionando.
Hasta ahora siempre hemos hablado de políticas de Estado, pero no hemos logrado esos caminos de acuerdo. Y creo que los intentos han estado muy ligados a los intereses partidarios. Si no logramos sacarlos del interés partidario y meterlos en la disputa permanente que significan las decisiones políticas diarias, va a ser imposible. Esto es muy importante.
EC - ¿Implica el reconocimiento de que el país ha estado, y queda ahora nuevamente, dividido en dos grandes mitades?
JM - Los hechos son los hechos, pero el hecho sustantivo...
EC - Se lo digo porque ganando el próximo domingo y teniendo mayoría parlamentaria propia usted podría gobernar muy tranquilo solamente con el apoyo de su partido. ¿Por qué va por este otro lado?
JM - Eso no asegura mayoría social, ni menos asegura perdurabilidad en líneas de esfuerzo que necesitan muchos años. La educación, por ejemplo, es una plantita como el roble, demora mucho tiempo, sin embargo hay que hacerlo y hay que mantenerse firme en ese rumbo, y algún día el país va a tener cosecha. Si no, vivimos en el corto plazo y al golpe del balde. ¿Por qué no lo hemos hecho antes? Tal vez nos resultaba imposible, pero la acumulación de problemas de ese tipo nos ha enriquecido a todos y tal vez hoy tengamos condiciones para mirar un poco más lejos.
EC - Supongo que también influye el hecho de que los principales partidos políticos ahora han pasado todos por la experiencia del gobierno y por la experiencia de la oposición.
JM - Sí, señor. Seguramente todo eso influye, es un capital del país.
EC - ¿Qué relación tendrá esa negociación en torno a eventuales políticas de Estado con la participación de la oposición en directorios de entes autónomos, en el propio gabinete de ministros?
JM - Por lo que he oído, descuento que la oposición va a estar al menos en los entes autónomos, y descuento que se van a remover el Tribunal de Cuentas y la Corte Electoral; pienso que sí por el tono de los discursos y las reiteradas afirmaciones. Pero podríamos dar mayores pasos.
EC - Una precisión: en cuanto a directorios de los entes autónomos, usted va a ofrecer esa participación a la oposición si es el presidente.
JM - No tenga dudas, yo descuento.
EC - Y elementos irritantes como los que hubo hace cinco años cuando estaba por instalarse el gobierno del doctor Vázquez, por ejemplo que en el Banco de la República (BROU) el partido de gobierno quiso retener cuatro de los cinco directores, o también la discusión que se dio en cuanto a qué participación se le iba a permitir a la oposición en los organismos de la enseñanza. ¿Cómo se van a remover aquellos obstáculos?
JM - Todo eso lo tenemos que discutir, pero pienso que tenemos ventajas. Las ventajas son que algo hemos aprendido todos, y desde ese punto de vista creo que la oposición en el manejo de los entes puede hacer mucho bien. Y segundo, si estamos hablando de cosas concretas como la energía, si pudiéramos lograr esto es una hipótesis de trabajo una dirección mixta importante, calificada técnicamente en ANCAP, con la presencia de la oposición, y en UTE, en la reunión de esos dos directorios es posible que tengamos el germen del acuerdo de la política energética para el futuro. No es fácil lograrlo, yo sé, pero tenemos que intentarlo, bien vale París una misa.
EC - Y en cuanto al gabinete, ¿qué piensa ofrecer si es electo presidente?
JM - No sé cuál es el grado de acuerdo, sería prematuro, por eso primero hay que conversar, no sé cuál es el grado de voluntad política de los partidos. Eso se irá desbrozando, pero nosotros vamos a ir no a repartir cargos, sino a buscar acuerdos. Los cargos son consecuencia de los acuerdos políticos, no al revés. Y creo, porque si pensara lo contrario ya empezaría tratando mal a la oposición, que a pesar de todos los pesares la oposición representa a uruguayos y estamos en el mismo barco.
EC - Pero ¿qué acuerdos habilitarían la participación de la oposición en el gabinete? ¿Los acuerdos de los que usted estuvo hablando recién, los acuerdos en políticas de Estado? ¿O habría que lograr más acuerdos todavía para que hubiera blancos o colorados entre los ministros?
JM - Eso depende de las conversaciones políticas, hasta dónde piensan llegar. He leído alguna declaración en que el doctor Lacalle dice que no precisamos acuerdos de ese tipo porque tenemos mayoría y no se precisa integrar el gabinete. No sé si es la posición del doctor Lacalle, si es la posición del PN; permítame que primero consulte a quienes representan y después en todo caso haremos comentarios, pero no comentarios que obturen conversaciones futuras.
EC - De todos modos, usted ha mencionado que ya hay un técnico perteneciente a la oposición que estaría dispuesto a ocupar la titularidad de un ministerio.
JM - Sí, técnicos hay, pero no comprometen a sus respectivos partidos. Hay técnicos, sí, me parece que tiene que ser así, uno tiene que reconocer la capacidad.
EC - Usted dice que aun sin acuerdos políticos procuraría que hubiera presencia al menos de algún o algunos técnicos de la oposición en cargos en el gabinete.
JM - Sin duda.
EC - En ese caso estarían a título personal.
JM - Sí, a título personal. Escúcheme una cosa: de frustrarse los intentos en lo inmediato, tampoco cambiaríamos la línea, continuaríamos en todo lo posible tratando de lograr márgenes de consenso, y en cada instancia importante de alguna decisión nacional siempre tendríamos la preocupación de consultar el parecer de la oposición. Eso como estilo de gobierno, porque tener la mayoría circunstancialmente no nos asegura tener mayoría social. Esto es muy fluctuante. Y me parece que uno se ahorra dolores de cabeza posteriores.
EC - ¿Es correcto que usted va a reservar para personas de su estricta confianza la cancillería, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Defensa, como decía Búsqueda la semana pasada?
JM - La cancillería y el Ministerio del Interior está claro que es así, lo demás veremos, todo lo demás veremos.
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EC - Este lunes, usted y Astori encabezaron una presentación sobre "Economía y el Proyecto Nacional", que tuvo lugar en el Salón Azul de la Intendencia de Montevideo. Allí se trazaron los principales lineamientos de la política económica que se seguiría en un segundo gobierno del FA, y se presentó a los técnicos que integrarán el equipo económico: Fernando Lorenzo, Pedro Buonomo, Mario Bergara; Buonomo no estuvo, pero envió una carta explicando su posición y su adhesión. Sin embargo, usted todavía no ha informado oficialmente quiénes ocuparán qué cargos en ese equipo económico. ¿Por qué?
JM - Porque no lo hemos decidido, pero estamos de acuerdo en la constitución del equipo.
EC - A Tabaré Vázquez le dio muy buenos resultados la decisión que tomó en 2004 de anunciar con mucha antelación que Astori sería su ministro de Economía. ¿Por qué usted no sigue ese camino?
JM - Es un camino parecido, anunciamos el equipo. La gente sabe que va a ser o Lorenzo o Bergara, no sé cuál, pero no importa.
EC - El ministro sería o Fernando Lorenzo o Mario Bergara.
JM - Sí.
EC - Las versiones que circulan dicen que usted preferiría a Bergara, y que ese es uno de los puntos que estarían demorando la decisión.
JM - No, no ha habido la más mínima discusión. Son dos profesionales brillantes y son corresponsables de una línea económica. El problema está en la necesidad del Estado, el papel del Banco Central (BCU) y todo eso. He ahí la cuestión también, porque el BCU es una pieza angular de la política económica, al menos la expresión de lo monetario, y eso tiene su importancia.
EC - ¿En qué sentido tiene importancia? ¿No modificar la actual estructura de dirección del banco? ¿Sería una ventaja que Bergara continuara al frente del BCU?
JM - Ese es el tema que va a estar en discusión, por eso no hemos adelantado la decisión. Pero queda bien clara la línea, son todos nombres ligados a la política económica. Queda bien claro, entendámoslo, para los que queremos cultivar la imagen y seguir el rumbo de la política económica actual, y también para los que la critican, desde luego. Y también la señal para los inversores y para el mundo que está mirando desde fuera, me parece que esto es muy, muy importante.
EC - Es un equipo que básicamente remite al equipo que construyó el contador Danilo Astori cuando fue ministro de Economía. Pedro Buonomo, a quien se menciona insistentemente como el más cercano a usted de esos técnicos, de todos modos también ya integró el equipo de Astori en el ministerio en los primeros años de este gobierno.
JM - Sí, señor, integró, y hace un tiempo estuvo conmigo, yo le pedí que aceptara; es en todo caso uno más de los uruguayos pertenecientes al FA que aceptan asumir una responsabilidad y que vienen a perder plata en cantidades mayúsculas, porque los sueldos internacionales están muy por encima de lo que se paga acá en Uruguay. Y me siento orgulloso, pero no solo Pedro, hay varios. El hombre que ha conducido el puerto [Fernando Puntigliano], Muzio, que está en los Servicios Ganaderos, hay muchos orientales que han demostrado un grado de desinterés enorme y sacrificaron salarios muy buenos y vinieron y están en Uruguay luchando por su paisito.
EC - En el acto del lunes, usted y Astori enfatizaron que ese eventual segundo gobierno de izquierda mantendrá la misma política económica desarrollada por la actual administración. ¿Habrá, de todos modos, un perfil diferencial, un perfil Mujica en comparación con Vázquez en esta materia?
JM - Yo no tengo que construir ningún perfil a esta altura del partido. Seguramente va a haber diferencias, esas diferencias que imponen las circunstancias históricas. ¿Cómo va a ser el mundo en los próximos años? Nadie lo tiene muy claro, hay mucha incertidumbre. En todo caso, no parece que se repita la coyuntura que se vivió. Y probablemente ello imponga modificaciones. Por ejemplo, algo que en mi cabeza ronda como incertidumbre: ¿hasta cuándo baja el precio del dólar?, ¿y qué va a pasar con las colocaciones financieras del mundo central en cuanto se reponga, buscando tasas de ganancia? ¿Vendrá, afluirá mucha inversión financiera rápida?, ¿cómo operará eso sobre el precio de la moneda? Nadie me va a dar respuesta a eso, desde luego, yo la he buscado por todos lados. Entonces usted se da cuenta de que ante circunstancias distintas es posible que existan respuestas distintas. Una cosa que trataron de enfatizar Astori y Lorenzo el otro día es que la política económica no va a estar jamás aferrada a ningún dogma definitivo.
EC - Astori dijo que "la izquierda no tiene un modelo a seguir, sino un objetivo", dijo que está "en contra de las respuestas predeterminadas", y se mostró partidario de una flexibilidad instrumental. A eso aludía usted.
JM - Exactamente. Entonces uno dice: control de capital no, no sé, yo qué sé, porque si hay una afluencia... Hasta Chile en un momento recuerdo que exigía al dinero que venía de fuera una residencia mínima en tiempo, porque se le crean problemas serios desde el punto de vista de la estructura interna de la propia economía. Entonces la libertad de usar instrumentos implica no dogmatismo, lo cual no habilita para decir que la política económica es cualquier cosa. No es cualquier cosa, al contrario, pero hay una gran movilidad y hay que responder en ese sentido. De ahí puede derivarse alguna diferencia con la política que se aplicó durante el gobierno de Vázquez, pero no porque haya deseos de una diferenciación; por el contrario.
EC - Y poniendo un pie en lo económico y un pie en lo social, es bastante claro que su candidatura genera una expectativa fuerte en sectores más carenciados de la población, muchas de estas personas lo ven como "uno de los nuestros" que llegó a la Presidencia, y entienden, y lo dicen, lo comentan, que esta es su hora. ¿Cómo piensa manejar esas expectativas? ¿Cómo piensa manejar ese desafío?
JM - No tengo otra alternativa que tener muy clara honradez intelectual en lo que le digo: yo sé que el corazón de mucha gente con dificultades construye una esperanza a través de nosotros. Es así porque se crean especies de símbolos, y sé que inevitablemente no llega Mandrake ni Papá Noel al gobierno, y que la voluntad de repartir tiene los límites inobjetables que impone la realidad en una sociedad de mercado. Estamos seguros de que la demanda va a superar la oferta, y nos van a pasar la cuenta, no tengo más remedio que decir honradamente lo que pienso, es así. Con esas limitaciones, creemos que es muy inteligente para este país cultivar la equidad en todo lo posible, que fue la gran diferenciación histórica de Uruguay y que es asegurarles aun a las clases más pudientes del país un porvenir mucho más tranquilo y venturoso, tratar de reforzar las políticas que nos conducen a una sociedad más equitativa.
EC - Llevado a términos más concretos, ¿qué significa esto?
JM - Repartir, tratar de repartir lo más que se pueda, pero no cometiendo el error de afectar la marcha de la economía. Más claro: quien invierte, arriesga y trabaja lo hace con la ilusión de recoger y amortizar lo que invirtió y conseguir un margen lógico de ganancia. Ese proceso es el motor que impulsa a la economía. Si por el afán de repartir cometo la imprudencia de dejarlo sin perspectiva de amortizar lo que invirtió y de tener una tasa lógica de ganancia, entonces por repartir mucho al final termino repartiendo menos. He acá el arte y la dificultad que tiene esta cuestión desde el punto de vista esencial: cómo logramos ese margen, hasta dónde, cuáles son los topes, porque el que quiere ganar tiene que ganar lo más que pueda, porque es su manera de cubrirse de los riesgos del futuro, y tiene que haber una fuerza, en este caso el Estado, la política, que le diga "hermano, reparta, pero no tanto como para que usted rehuya". Más claro para que la gente entienda más sencillo: si tengo una vaca de buena genética lechera le tengo que dar comida, porque la vaca no puede inventar, aunque tenga la genética buena de gran productora, si no tiene con qué construir la leche no va a dar la leche. Esto es así.
Y estas leyes que son contradictorias, el afán de repartir y la necesidad de repartir para elevar el fondo más pospuesto de la sociedad, tienen el límite de la lógica económica que mueve a nuestra economía, que son los márgenes lógicos de ganancia que persigue la actividad empresarial.
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EC - ¿Cómo le cae el hecho de que, si gana el domingo, usted será el presidente de más edad de la historia de nuestro país y, según se ha publicado en estos días, el de más edad actualmente en la región? ¿Qué importancia le da a ese dato?
JM - Bruta responsabilidad, si usted se remonta antropológicamente y recuerda sus lecturas del liceo de La Ilíada, recordará que el discurso más escuchado era el de Néstor, que era el más viejo, y que no era el rey más fuerte, por el contrario. No era el más fuerte, pero al ser más viejo tenía experiencia.
EC - Por otro lado, la campaña publicitaria de la fórmula Lacalle-Larrañaga insiste en la falta de preparación que usted tendría para el cargo de presidente, e incluso ha acuñado un eslogan que se ve y se escucha mucho en estos días que dice: "o está preparado el presidente o estemos preparados los uruguayos". ¿Qué responde?
JM - Tiene una parte de razón. Yo solo sé que no sé nada, es lo que más he aprendido, lo que más he aprendido en términos de conocimientos es que tengo que tener humildad, tratar de consultar a los que saben en todo lo posible y construir con el aporte colectivo mi pensamiento. Pero creo que un presidente lo que más tiene que conocer es de hombre, de humanidad, de cosos, porque un presidente más que nada es un organizador de equipo, y es allí que no se puede fallar, o al menos es lo más difícil, tener la previsión de conseguir gente no solo capaz sino sana. Seguramente el doctor Lacalle por su formación de abogado y por su experiencia en el gobierno tiene muchas cosas para enseñarme, y yo no tengo ninguna clase de problema; seguramente yo tengo alguna para enseñarle a él. Sé mucho menos que él en materia de derecho, pero supongo que sé bastante más en materia de ciencia, por viejas preocupaciones. Pero no importa eso, lo que importa es que no me equivoco tanto en materia de hombres como se ha equivocado él, él tuvo mala suerte o poca capacidad para elegir gente para lugares capitales. Ese es un error muy fuerte para quien tenga que construir equipos, desde mi punto de vista.
EC - Ayer cuando lo entrevistamos aquí en En Perspectiva yo le preguntaba para qué tenemos que prepararnos los uruguayos si es Mujica el presidente, y Lacalle respondía que habrá que prepararse para cinco años que van a ser complejos, sobre todo por problemas que él entiende existen en el oficialismo, que describía de esta manera:
(Audio Luis Alberto Lacalle.)
"Las contradicciones internas del Frente... Está muy atado con piolines eso, la propia presencia del ministro Astori me parece que cumple una función formal, no creo que vaya a haber esa efectiva conducción. Son especulaciones, no quiero ir más hondo porque me gusta hablar sobre realidades, pero uno ve que va a haber alguna línea de fractura o de fisura entre los sectores radicales que han avanzado dentro del Frente y los que no lo son. Está siempre el pensamiento de qué va a hacer el doctor Vázquez, si se va a ir a la tarea científica, si va a tratar de reivindicar alguna posición dentro del Frente. Es decir, el Frente no llega con la misma fuerza de 2004, por el desgaste gubernativo y porque hay verdaderas líneas de fisura dentro de él".
(Fin.)
EC - ¿Qué espera usted del funcionamiento interno del FA, en lo que ponía el acento Lacalle?
JM - Previsiones parecidas se han hecho en cada coyuntura electoral importante. Los hechos, los porfiados hechos, la realidad, demostraron que el Frente en el gobierno pudo haber tenido, naturalmente, como cualquier fuerza política, diferencias, pero a la hora señalada de decidir las cosas importantes primó el sentido de grupo y de unidad. Yo no recuerdo y soy bastante veterano haber visto un gobierno que haya tenido la unanimidad prácticamente de todos sus legisladores en los momentos decisivos como la tuvo el Frente. Desde ese punto de vista ha sido un formidable estabilizador político, y quiero recordar que la estabilidad política es la madre del resto de las estabilidades. Yo aspiro a que por lo menos estabilidad el país tenga si nos toca gobernar.
EC - No solamente el doctor Lacalle habla de estas cosas, ayer en la mesa redonda que organizó ADM, en la que participaron tres politólogos, el director de Interconsult, Juan Carlos Doyenart, advirtió que "en la interna del FA hay un conflicto por explotar entre los sectores populistas y los más cercanos a la socialdemocracia, por lo que un gobierno de Mujica será muy trabado y con problemas de resolución".
JM - Está bien, es lógico, se tiene una visión. Pero esos augurios, esos vaticinios catastróficos nos tienen vacunados, ha sido así nuestra historia. La candidatura de Mujica, ese bicho raro, tan removedor de los esquemas tradicionales, y ahora usted me dice que soy el más viejo de América Latina, todo a contrapelo... Por lo menos estamos rompiendo los clichés, me voy a ufanar de volver a romper ese cliché y tener un gobierno por lo menos tranquilo. Es mi ambición, si nos toca. Y si no, ayudaremos al que le toque.
EC - En su momento, antes de las elecciones internas, usted había vaticinado que por alguna de las reformas que piensa encarar, por ejemplo la reforma del Estado, puede llegar a tener diferendos con algunos sindicatos. Y fue en ese contexto que llegó a hablar de la posibilidad de una huelga de hambre, una expresión que en su momento chocó mucho y despertó cuestionamientos dentro de su propio partido. ¿Cómo ve ahora ese tema en particular?
JM - Hay que provocar discusiones para plantear ciertos temas, hay que ser un poco provocativo para que la imaginación y el pensamiento de la gente salgan de los lugares comunes. El desafío de cambiar el Estado es una de las cuestiones centrales del futuro de Uruguay. Uruguay es hijo del Estado, como decía Berro en el siglo XIX, allá por 1850, un olvidado en este país: tenemos la Constitución, hay que hacer el país. Es notable, Uruguay surgió en una convención al menos como formalidad, seguramente desde el punto de vista de génesis interna es más complicado el asunto, la constitución y la afirmación del Estado van a ir afirmando y afinando la nacionalidad cada vez más. A tal punto está incorporado en nuestras costumbres que todos renegamos del Estado pero cuando tenemos un problema acudimos al Estado; cuando se fundan las AFAP fuimos a la del República porque tenía la imagen del Estado. Y así sucesivamente. Entonces, si los uruguayos somos así, empecemos por mejorar el Estado.
Lo curioso es que al menos formalmente tengo aliados importantes, la dirección del PIT-CNT, que al menos conceptualmente se da cuenta de la importancia que tiene esto. No es poca cosa, porque para transformar el Estado no se les pasa por arriba a los trabajadores, hay que hacer un proceso con los trabajadores, o no cambiamos nada.
EC - Entonces, ¿qué pasa con aquella impresión que usted tenía de que podían entreverársele los planes con reacciones que bloquearan su decisión?
JM - Seguramente no va a ser un lecho de rosas, no, seguramente va a haber rispideces, pero en ese proceso tenemos que entrar. No sé el tiempo y la marcha que llevará, pero es una cuestión nacional esto, es una cuestión importante. Además el Estado lento, paquidérmico, sobrecargado y que no hace cosas que tendría que hacer perjudica a los más débiles. Los sectores más fuertes siempre encontrarán una gestoría que les haga el servicio, pero los más débiles no tienen esa suerte. Entonces tener un Estado eficiente hace bien a la equidad entre los uruguayos.
EC - ¿Y la posibilidad de una huelga de hambre?, ¿era una herramienta real que usted manejaba o que manejará?
JM - No tenga duda de que voy a tener que hacer más de una huelga de hambre. Me tengo que cuidar mucho con la comida porque soy viejo.
EC - Eso es otra cosa.
JM - Me tengo que cuidar el colesterol y todo lo demás.
EC - Eso es otra cosa. Mi pregunta es si usted maneja en serio el recurso de la huelga de hambre.
JM - Cotelo, no tengo la perspectiva de ver cuál es el porvenir. Vamos a ver lo que nos plantea el futuro.
EC - ¿No es una metáfora, entonces?
JM - Yo nunca descarté nada, y creo que quien esté de presidente tiene que bancarse lo que le toque. Pero no tengo una visión apocalíptica, creo en la racionalidad importante de la sociedad uruguaya. Y confío mucho en la voluntad de entendernos respetándole a cada cual lo suyo. A ver, levanté otra imagen, ¿por qué no nos acordamos? Lula ha logrado gobernar un país negociando, negociando y negociando y negociando. Y bueno, en muchos lugares no consiguió 100 y se conformó con 20. Ese camino es el que ahorra tensiones, rispideces, y el que termina aprovechando más la energía de toda la sociedad. Tal vez hace 40 años no pensaba así, pero contemplando los hechos me parece que ese largo camino de la negociación es el camino más corto.
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Transcripción: María Lila Ltaif