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A 25 años del discurso de Wilson en la explanada de la IMM

A 25 años del discurso de Wilson en la explanada de la IMM

Informe de Javier Castro


(emitido a las 9.30 hs.)

El año 1984 fue un año particularmente cargado de fechas significativas en la historia reciente del país. Ese fue el año en que los uruguayos empezamos a dejar atrás, definitivamente, más de una década de dictadura militar.

Por eso ahora, cuando se están cumpliendo 25 años de aquellos acontecimientos, vale la pena detenerse en algunos mojones con los que nos vamos encontrando en el calendario.

La semana pasada hablábamos, En Perspectiva, de las elecciones que se celebraron el 25 de noviembre de 1984, en las que el Partido Colorado consiguió el triunfo y el doctor Julio María Sanguinetti resultó electo como presidente de la República.

En aquellos comicios, el Partido Nacional participó con tres candidaturas a la presidencia pero su líder natural, Wilson Ferreira Aldunate, estuvo excluido de la campaña. Pese a que se encontraba en Uruguay desde el 16 de junio de ese año, cuando volvió al país en aquel recordado viaje del Vapor de la Carrera, el gobierno militar lo mantenía encarcelado y proscripto.

Sin embargo, pocos días después de la votación, en la tarde del 30 de noviembre, Wilson fue liberado.

Su regreso desde el cuartel de Trinidad a Montevideo derivó en una  movilización política gigantesca y cargada de emociones. Una larga caravana se fue conformando para acompañarlo en la ruta, buena parte del trayecto a paso de hombre. Es que, además de quienes venían con él, otra gente, sobre todo simpatizantes nacionalistas pero también ciudadanos de otros partidos, se congregaba a lo largo del trayecto para saludarlo y darle, ahora sí, la bienvenida luego del exilio y la prisión.

Recién en la madrugada del 1º de diciembre, Wilson arribó al Centro de la capital. Fue en la explanada de la Intendencia Municipal de Montevideo donde el caudillo blanco le habló a la multitud que lo esperaba, improvisando un discurso que quedaría grabado para siempre en la memoria colectiva.

Hoy, a 25 años de aquel discurso, En Perspectiva les proponemos recordarlo.

(Audio Wilson.)

"Queridos compañeros: comenzar las palabras en una ocasión como esta o similar haciendo referencia a la emoción que embarga al que habla. En mi caso hoy no hay nada de fingido o elaborado, ni siquiera de pensado, en esta expresión que hace referencia a la emoción profunda que me sobrecoge y por qué no voy a confesarlo: me llena los ojos de lágrimas. (¡Wilson, Wilson, Wilson!...)".

(Fin audio.)

Así, Wilson Ferreira Aldunate comenzaba su alocución ante las miles de personas que lo rodeaban en las primeras horas de aquel sábado 1º de diciembre de 1984.

En ese acto, que duró poco más de una hora, Wilson habló sobre la situación política del país, sobre las circunstancias que atravesaba el Partido Nacional y, en especial sobre la relación que –a su entender– debían mantener los blancos con el gobierno que acababa de ser electo.

Promediando su intervención, Wilson definió el papel que el Partido Nacional cumpliría en los cinco años siguientes y acuñó un término, "gobernabilidad", que desde entonces forma parte del lenguaje político de los dirigentes uruguayos.

(Audio Wilson.)

"Y quiero decir aquí muy claramente: mi partido no le va a crear problemas al partido, al gobierno del Dr. Sanguinetti por el solo prurito de creárselos.
Hay una frase que normalmente se utiliza y que dice: estaremos dispuestos a votar al nuevo gobierno todas aquellas iniciativas con las cuales estemos de acuerdo. Esto no es decir nada. Naturalmente que todo partido, en principio, vota solamente aquellas cosas con las cuales está de acuerdo. Yo daría un paso más: nosotros estamos dispuestos a votarle en el Parlamento al Gobierno que presidirá el Dr. Sanguinetti todo aquello en que coincidamos y todo aquello a condición de que no comprometa principios esenciales y todo lo que, aunque no coincidamos, resulte indispensable para proporcionarle al nuevo Gobierno la posibilidad de moverse, de gobernar.
Nuestro primer deber, el deber de todos, es asegurar la gobernabilidad del país. Y si no se asegura, enemigos de los cuales creemos habernos librado están acechando prontos para aplicar su nuevo zarpazo.
No hay objetivo más importante que el de consolidar las instituciones democráticas. Y para consolidarlas nosotros vamos a estar detrás del gobierno que el país se ha dado, aunque no nos guste, porque lo importante, repito, no es correr siquiera el riesgo de que pueda sucedernos nuevamente esta pesadilla de la que estamos tratando de salir".

(Fin audio.)

Ante la mirada atenta y conmovida de quienes estaban junto a él allí, en 18 y Ejido, pero también escuchado por buena parte de la población, que seguía sus palabras por las radios y los canales de televisión que trasmitían en directo, Wilson continuó avanzando en su alegato.

En particular, llamó a los blancos a transformar su partido, a hacerlo más participativo y a consolidar su representación en todas las organizaciones sociales y sindicales del país.     

(Audio Wilson.)

"Mucho se ha hablado de que esto de la democracia participativa parecería poco menos que un desafío para que la gente saliera a la calle todos los días a presionar y a condicionar los poderes del gobierno, a sustituir a los mandatarios elegidos y a transformar las calles de la ciudad en escenarios de permanente desorden. ¡No! La participación naturalmente tiene como condición por lo menos la presencia de la multitud. Un partido que no sea capaz de juntar este núcleo de gente y de hacerlo en este tono entusiasta, fervoroso, no merece sobrevivir".

(Fin audio.)

Desplegando toda la capacidad de seducción que le era característica, apoyándose alternativamente con sus manos en la tribuna que tenía adelante, acalorado y con su camisa celeste remangada, cansado pero exultante, Wilson fue llegando al final de su disertación, cuando dirigió un mensaje a todos los ciudadanos del país.

(Audio Wilson.)

"Y termino diciéndoles solamente algo que tiene que ser lo que aúne la voluntad de todos los orientales. Yo creo que en cualquier ocasión como esta, hasta en homenaje, repito, a todas las banderas que no siendo de nuestra colectividad sirven también la causa nacional, yo termino diciéndoles simplemente lo que tiene que ser lo que alumbre y lo que guíe nuestro camino. Y es, simplemente, viva la Patria".

(Fin audio.)


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