Entrevistas

Senador Saravia (609) sostiene que sin unidad, el FA "corre el riesgo de un traspié político"

Senador Saravia (609) sostiene que sin unidad, el FA "corre el riesgo de un traspié político"

"Por arriba de las discusiones y los enfrentamientos que tengamos, está la unidad del Frente Amplio (FA)", afirmó a En Perspectiva Jorge Saravia, senador reelecto del Espacio 609, en alusión a las posiciones encontradas con el Partido Socialista sobre si el MLN comparte el mismo proyecto de la fuerza política de gobierno. "Si empezamos a cobrar quién es histórico y quién no, el FA no va a tener sentido porque vamos a crear divisiones", señaló. En otro orden, en lo que respecta a la defensa nacional, la especialidad de Saravia, el legislador dijo que la región "se está armando peligrosamente", pero Uruguay "no tiene que entrar en ninguna carrera armamentista", sino "ir por la vía diplomática".


(Emitido a las 9.03 horas)


JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
"Los tupamaros fueron los tipos más iluminados en cómo conducir el proceso que llevó al Frente Amplio (FA) a ganar las elecciones de 2004 y a repetirlo en 2009".

La frase pertenece a Jorge Saravia, senador reelecto del Espacio 609 (E 609) e integrante del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) y del Movimiento de Participación Popular (MPP). El legislador respondió así a los planteos que realizó la senadora socialista Mónica Xavier durante el encuentro anual de jóvenes de esa colectividad política, que tuvo lugar en Rocha. En esa instancia, Xavier se preguntó si un grupo que no fue históricamente fundador del FA –en referencia al MLN– tiene exactamente el mismo proyecto que el conjunto de la coalición.

Según Saravia, a partir de que José Mujica desembarcó de lleno en la política partidaria fue que el FA dejó de ser un fenómeno exclusivamente urbano.

Para conocer más en detalle el alcance de estos dichos y hablar de otros temas vinculados a la defensa nacional, que es su especialidad, y a otras áreas de la actualidad económica y política, recibimos a Jorge Saravia, senador del E 609.

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JAE - La frase que yo extraía de su comentario que recogió Búsqueda la semana pasada generó mucho revuelo en la interna, sobre todo eso de "iluminados", que incluso fue resaltado en el título de la nota. ¿Qué quiso decir?

JORGE SARAVIA (JS):
Iluminados en tener clara una visión, caminar con una estrategia hacia un gobierno de izquierda en el país. Además, en cómo diseñar las tácticas permanentes en ese desarrollo para lograr el gobierno. En ese sentido, fueron iluminados desde el principio, desde que se hizo el planteo en el Franzini en el año 87, de un "proyecto nacional popular y democrático". Cuando Sendic habló del Frente grande, no hablaba del Frente basado en lo que conocemos hoy como partido político FA, sino de acuerdos mucho más allá del FA. Que incluso Mujica lo está proponiendo ahora con los partidos de la oposición y está logrando determinadas comisiones que van a empezar a trabajar.

Para mí, fueron iluminados en una visión de cómo la izquierda debía llegar al gobierno. Porque la izquierda uruguaya históricamente fue una izquierda intelectual universitaria que, en el mejor de los casos, planteó un modelo determinado en algún tiempo, muy bueno intelectualmente pero inaplicable a la realidad nacional: no caló nunca, ni hizo carne en la gente, más allá de que logró el gobierno de Montevideo y desarrolló una muy buena política. Pero hacia el interior del país –yo soy del interior y participé muchos años incluso como dirigente gremial– se notó así.

Hay que mirar ese momento histórico del país cuando aparece Mujica como diputado, aquel diputado que todos conocemos, que es electo y va en la moto al Parlamento. El país estaba en una situación económica muy delicada en el aparato productivo nacional. Aparecen aquellos cabildos abiertos, con miles de productores en todo el interior; ahí aparece la figura de Mujica, que entra a esos cabildos, escucha, habla con los paisanos, intercambia ideas, absorbe para hacer planteos dentro de ese proyecto nacional que el MLN y el MPP –construido por el MLN– tenían en la cabeza. Si uno lee el libro del 5º Congreso del MPP, cuando habla de políticas de alianzas, se va a dar cuenta de que en la táctica llevada adelante en políticas de alianza está fundamentalmente la estrategia que llevó al Frente a ganar las elecciones en 2004.

JAE - ¿Eso no es minimizar el efecto Vázquez como intendente de Montevideo?

JS - No, no minimizo a Vázquez, pero Vázquez llegó a la Presidencia de la República con los votos nuestros. Hay que recordar que en 2004 –según los politólogos, no lo digo yo, lo dice Bottinelli, lo dice González, hay que consultarlos– 250.000 votos apoyaron al FA prestados, la mayoría eran blancos que venían de Por la Patria, del Movimiento Nacional de Rocha, gente que tenía un pensamiento progresista. ¿Y quién arrimó ese cúmulo de votos? Más allá de la figura de Tabaré, la arrimó esa estrategia que lleva adelante el MPP, de extender a todo el país un planteo político, un programa y un proyecto de país que pudieran convocar más allá del propio FA. Y lo logra, porque cuando Mujica va a buscarme a mi casa no me pregunta de dónde vengo, sino para dónde voy. Ahí surge un acuerdo para trabajar; llevo 10 años trabajando con Mujica.

JAE - Su acercamiento a Mujica fue en el 99, Mujica fue a su casa.

JS - Sí; yo era convencional blanco, no podía participar en la elección. Acompañé a Vázquez, por lógica. El proyecto más cercano a mí, que venía de Por la Patria, era Tabaré Vázquez y el programa de gobierno del FA. Lo voté en primera vuelta y, por supuesto, en segunda vuelta; no iba a votar a Batlle, y menos siendo un Saravia.

Más allá de eso, en la primera vuelta acompañé a Tabaré porque entendía que era la figura que podía hacer transformaciones y que había un programa de gobierno atrás que lo respaldaba, un programa único que tenía mucho que ver con todo lo que venía del "Nuestro compromiso con usted", de Wilson Ferreira, la ley de la salud, la reforma en las políticas sociales, mucho que ver en planteos para la tierra, la posibilidad de solucionar problemas endémicos que venían del neoliberalismo aplicado en Uruguay. Y eso dio resultado en el gobierno de Tabaré.

Pero más allá de eso, yo ingresé cuando la discusión del 5º Congreso del MPP, que estaba discutiendo un tema muy importante: la política de alianzas. Creo que a partir de la derrota de Tabaré Vázquez en la segunda vuelta, la política de alianzas tomó más vigencia. Y más allá de que yo ya hubiera votado a Tabaré, a partir de ahí, recién en el año 2000, estaba en pleno desarrollo el 5º Congreso y es cuando Mujica me va a buscar a mi casa para acompañarlo en un proyecto de largo aliento.

JAE - ¿Es MPP o MLN?

JS - Es el MPP, pero fue el MLN el que construyó el MPP, el que quedó después de aquella división, cuando se fue Sarthou y Zabalza. La discusión interna era cómo conducir el proceso del MLN y el MPP hacia delante y cómo conducir un proceso hacia un gobierno de izquierda.

JAE - ¿Usted se considera del MLN?

JS - Filosóficamente me considero representado por los planteos del MLN. No tiene nada que ver con el tema de la lucha armada y esas cosas; estoy hablando de aquel planteo del Franzini, un proyecto nacional, la posibilidad de crear un Frente grande más allá del FA, como planteaba Sendic. Ese es el concepto de afinidad política que tengo con el MLN, y ni que hablar como integrante del MPP y su dirección nacional. Porque en definitiva fueron ellos, los viejos, los que construyeron el famoso MPP y el E 609. No hay nada oculto en este país, porque nos conocemos todos: quienes inventan el MPP y el E 609 son el viejo, Lucía (Topolansky), el Ñato (Fernández Huidobro), que no hay que sacarlo, porque más allá de la CAP-L, tiene que ver con su pensamiento, con su forma de mirar las cosas en la construcción de este E 609 y todo lo que vino después.

JAE - ¿Y hoy qué son los tupamaros?

JS - Hoy son parte de la vida política del país, están integrados al E 609, militan los que quieren militar y los otros son una cantera de pensamiento muy importante. Uno los ve permanentemente, porque tupamaros hay por todos lados, o todos somos tupamaros en la mayor o menor medida en que coincidimos con un proyecto nacional de largo aliento estratégico, que fue lo que se planteó en el 87 en el Franzini. El Frente logra el gobierno, no se puede discutir, más allá de  un campamento de verano con algunos cánticos –como planteaban en el artículo de Búsqueda–, con alguna cerveza. Yo no le puse mucho énfasis a eso.

JAE - Se refiere a los cánticos que recoge la edición de Búsqueda del 14 de enero, donde se relata que en el campamento de la Juventud Socialista, conocido como tolderías socialistas, un grupo en varios momentos de la noche cantó "Son amargos, los tupas son amargos, son amargos, los tupas son amargos".

JS - Yo no los creo amargos, los creo alegres, y además, conducen un proceso dinámico. Basta ver qué pasó en la última elección, lo que hicimos en la Plaza Primero de Mayo, donde había 40.000, 50.000 personas: el encuentro de los jóvenes. Eso es alegría del E 609. Y ahí hay una conducción muy importante del pensamiento del MLN. Yo tengo la costumbre de ser muy frontal en los temas, digo lo que pienso y asumo las consecuencias. Y si tengo que reconocer que me equivoqué, lo hago. A veces es bueno hacerse una autocrítica y los compañeros hacen una crítica al MPP, a la 609, es decir, al MLN, sin hacer una autocrítica de cómo la izquierda llegó al gobierno.

Más allá de reconocer la figura de Tabaré, hay que reconocer que hubo un proceso de acumulación logrado por la 609 en todo el interior del país. El proceso de acumulación es el que no le da techo hoy al FA.

El FA tiene su techo en Montevideo –incluso anduvo debajo del 60%–, toca ese techo y no va más arriba. Sin embargo, en el interior del país no tenemos techo. Más allá de la figura de Mujica, a quien yo considero un caudillo carismático, de situación, no un líder político; Tabaré es un líder, Pepe es un caudillo. Coincido con Methol en que Pepe es el Herrera de los pobres. Methol decía que Herrera era el caudillo del patriciado y Mujica era el Herrera de los pobres. Coincido con esa visión porque ese Herrera de los pobres fue el que logró que el productor chico, el mediano, el peón rural dejaran de ver a la izquierda como "los comunistas" que te van a llevar los gurises, que te van a sacar la jubilación, que te van a cuadricular la tierra en pedacitos y te van a quitar la propiedad de la tierra. Esa era la verdad en el interior; con ese cuco la derecha ganaba haciendo un discurso tan fácil como subirse a un cajón y decir "vienen los comunistas, los tupamaros". El MPP logró introducir un proyecto de país en el interior, donde la gente perdió el miedo y se dio cuenta de que no era así. Hoy, el Frente no tiene techo en el interior, puede ganar 11, 12, 13 intendencias quizá en esta elección, si hace bien las cosas.

JAE - ¿Por qué se siente en la necesidad de reivindicar esta postura? ¿Por qué les reclama autocrítica a los socialistas?

JS - Porque hay un tema fundamental para las izquierdas de América Latina y para la izquierda uruguaya. La izquierda uruguaya inició un proceso de cambios estructurales. Por ahora es el único partido que tiene un modelo de país, la oposición no ha logrado consolidar un modelo alternativo para competir con la izquierda, hasta el momento no lo ha logrado. Uno muestra las dos últimas elecciones y las propuestas van de un lado para el otro, pero son anticuadas en el tiempo, incluso en el modelo económico. La izquierda es la única que tiene un modelo estratégico de largo aliento y para insertar a Uruguay en el mundo que estamos viviendo.

JAE - ¿Qué tiene que ver esto con el Partido Socialista (PS)?

JS - Tiene mucho que ver, tiene que ver con la unidad, la herramienta fundamental. No alcanza con que Tabaré tenga el 60 o el 70% de aprobación, y Danilo no sé cuánto. No alcanza, la herramienta política es fundamental y va, básicamente, en la unidad, que se hace sobre la base del respeto entre los compañeros.

JAE - ¿Los socialistas no reconocen esta situación?

JS - Seguro, porque hoy discutir quiénes son los históricos... es como si en el MPP nos pusiéramos a discutir que los viejos son los históricos, que Marenales es el histórico y yo no soy histórico. Entonces, ¿no puedo conducir un proceso de cambio porque no soy histórico, no tengo contenido ideológico porque no soy histórico, porque no fundé el FA, porque no estuve en la primera hora? El FA es mucho más que eso. Es un proyecto nacional. Y si vamos a discutir entre nosotros quién es primero y quién es seguro, perdemos la visión estratégica del proyecto nacional.

Hay que mirar lo que pasó en Chile: Bachelet tiene 80% de aprobación y sin embargo, la izquierda perdió porque los históricos mataron a la gallina de los huevos de oro, que era el tipo joven que venía empujando con nuevas ideas y que podía darle proyección a la izquierda. Más allá de que Chile es otro contexto, tiene un modelo económico que capaz que no cambió mucho entre derecha e izquierda, hay gente que dice que la izquierda chilena es una derecha socialdemócrata.

Podemos aceptar todo eso, pero hay que mirar hacia dentro de las fuerzas políticas del continente y visualizar la unidad. Si no, dejamos de visualizar lo que significa el FA. Yo no voy a dejar de ser blanco, yo no soy marxista, no soy leninista, no soy comunista, soy blanco, filosóficamente blanco. Me reivindico con Oribe en el Cerrito, soy un federal, por lo tanto, estoy dentro de una fuerza política que convoca todo eso. Pero si empezamos a cobrar quién es histórico y quién no, perdemos la visión estratégica de hacia dónde vamos como objetivo político, y el FA no va a tener sentido porque vamos a crear divisiones. En ese sentido, fraternal y frontalmente, con mucho respeto, me preguntaron qué opinaba y le dije a Búsqueda "opino tal y tal cosa".

JAE - ¿Estamos ante una lucha por un liderazgo? Quien no está metido en la política observa discursos que parecen competir, enfrentarse, reivindicar que "la responsabilidad está en tal o cual lugar y esto es lo que explica el crecimiento y la victoria del FA por segunda vez".

JS - La política es la lucha por el poder; después hay que saber cómo utilizar ese poder en beneficio de la gente. Y en ese sentido, quien tiene más votos, tiene mayor fila india, tiene mayor poder en la política. Así es la democracia, el que cree en la democracia acumula fila india. Para mí, ese es el sentido de esta discusión, hay que visualizar eso.

No sé si hay lucha por liderazgo, no creo que haya una lucha por el liderazgo entre Mujica y Tabaré Vázquez –lo digo a título personal–. Yo digo que Tabaré Vázquez es un líder político tradicional como pueden ser los líderes de izquierda, y Mujica es un caudillo, es único en la historia del país. Que se caliente el que se caliente, pero es único, es como Aparicio Saravia, como Batlle y Ordóñez, como Artigas y Wilson Ferreira Aldunate: son caudillos carismáticos de situación, se da una situación determinada en el país y aparece un caudillo carismático que convoca más allá. Demostrado está en la elección nacional, ¿qué más ejemplo quieren de que Mujica es una figura que nace de un marco de la sociedad que lo transforma en un caudillo político, su partido votó el 48% y él 53%? Esa figura va más allá del partido. Colorados y blancos lo votaron en la segunda vuelta, 200.000 y pico de blancos y colorados, según las cifras, son la diferencia de 3,7%.

JAE - ¿Qué hay detrás? Usted dice los votos, los que hacen fila, representan el poder que en este caso el sector del MPP tiene. Sin embargo, estamos asistiendo en estas horas a una determinación del MPP junto a Asamblea Uruguay para designar a Carlos Varela como candidato a la Intendencia de Montevideo, y parece que en las bases Daniel Martínez tiene más votos que estos sectores juntos. ¿Entonces?

JS - Eso se da en el juego político en todos lados. En Cerro Largo hicimos tres plenarios para resolver dos candidaturas y era un candidato. Eso está dentro del marco del juego político permanente en lo que tiene que ver con determinados aspectos de llegar a determinados lugares y elegir determinadas candidaturas. Uno tampoco va a pretender alinear la tropa a lo milico, todos en fila atrás y hagan la venia. No funciona así en política, hay que respetar a los compañeros, hay que respetar el pensamiento de las bases. La izquierda tuvo una desacumulación en los comités de base por no tener una discusión más profunda y no tomar muchas cosas que venían de las bases. En esta elección se dio un fenómeno político, aparece la gente de la nada, de todos lados, por medio de internet, los jóvenes, y movilizan al FA que parecía que estaba inmovilizado. Quiere decir que las bases tienen mucha fuerza y hay que respetarlas.

La 609, por ser un movimiento de masa, no somos un partido político, tenemos un montón de compañeros que pueden discrepar con la dirección nacional y entender que Daniel Martínez o Carlitos Varela es mejor candidato, más allá de los acuerdos políticos (porque en política hay acuerdos) que hay que cumplir.

Está dentro de ese marco, no le pongo más de lo que pueda suceder. El plenario va a decidir o no, estarán los números, habrá dos candidatos, quizá tres. ¿Cuál es la cosa? El FA vino toda la vida con el discurso del candidato único, sin embargo, fuimos con tres candidatos, quedaron en dos en la competencia al final, porque el tercer candidato ya no accionaba, y, sin embargo, Mujica ganó las elecciones y ganó en segunda vuelta por un margen que nadie pensaba. Ese es el arte de la política, eso es normal.

Hay determinados temas que son relevantes, que hay que tener en cuenta, y es fundamental para la izquierda uruguaya mantener un proyecto, porque la izquierda tiene mucha vida para adelante y puede tener muchos gobiernos.

Un elemento fundamental es una autocrítica interior, que se reconozca básicamente que hay un proyecto estratégico y que eso es lo más importante. No hay que perder el objetivo, y por ahí, por arriba de las discusiones y los líos, de los enfrentamientos que tengamos con los compañeros del PS, con los comunistas o entre nosotros mismos, está la unidad del FA, la herramienta fundamental. Si no, se corre el riesgo a futuro de no conservar esa unidad y que el proyecto estratégico del FA, que tiene una visión de largo aliento, tenga un traspié político en el futuro.

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JAE - ¿Cómo observa el papel de Uruguay en la tragedia de Haití?

JS - En este tema puntual, Uruguay está cumpliendo muy bien. Nuestro contingente en general todo, no solo las Fuerzas Armadas, porque tenemos gente que colabora en el tema de las potabilizadoras, policía, eso. Creo que muy bien, es una situación dramática la de Haití; hay cifras que marcan que puede haber 300.000 muertos; estamos hablando de 150.000.

JAE - ¿Está de acuerdo con una eventual ampliación del contingente uruguayo?

JS - Estoy de acuerdo; estuve de acuerdo cuando se amplió, cuando el presidente de Haití pidió la permanencia de los países de América del Sur y de América Latina el año pasado. En aquella discusión sobre si Uruguay debía continuar en Haití, yo fui de los que apoyaron. Creo en las misiones de paz como parte de la extensión de la política exterior de los países, dentro del marco del respeto a la autodeterminación de los pueblos. Los países son convocados a colaborar, en este caso en Haití, en un proceso político muy complejo, con una desestructuración social y política brutal. Y creo que Uruguay ha cumplido muy bien su misión y ha liderado junto con Brasil esa misión.

JAE - ¿Cómo ve la región? Porque repasando algunas expresiones, propuestas suyas, por ejemplo si nos remontamos a 2006, usted llegó a proponer enseñar el manejo de armas a estudiantes de quinto y sexto año de secundaria. Eso generó grandes repercusiones, todo el mundo lo recuerda. En ese momento hizo referencia a que la región "se empieza a complicar, por lo tanto, los jóvenes necesitan algo de práctica de manejo de armas y algún tipo de maniobras".

JS - Yo hablaba del tema de la defensa en el marco de la educación, más allá del manejo de las armas o no...

JAE - ...¿Reafirma esta idea?

JS - Yo nunca planteé el tema del uso del arma en los jóvenes, sino la educación en la defensa...

JAE - ...La instrucción.

JS - La educación en la defensa; el que lo quiera hacer voluntariamente hace la instrucción. La Ley de Defensa Nacional obliga, el primero y el segundo artículo de esa ley dicen que la defensa es un deber de todo ciudadano. Por tanto, si es un deber mío, yo mañana tengo derecho a ir a un cuartel o a una brigada y decir: "Mi deber es la defensa, yo quiero aprender defensa, quiero estudiar defensa", aunque sea los fines de semana; voluntariamente, por supuesto.

Ese fue un planteo mirando la región, porque hay que ver que en 2006 el único país que venía con una carrera armamentista brutal en la región era Chile: ese año compró 600 millones de dólares en aviones. Después continuó toda la región: Venezuela, Argentina no lo hace por los tratados que tienen que ver con Malvinas, pero se prepara cuando define, en el marco de la región, el diseño de una nueva política de defensa; Brasil en 2006 –la gente no lee, estos temas de defensa no son una cosa que en la sociedad uruguaya sea tomada a propia carne para discusión, como en Europa y otras partes del mundo que sufrieron eventos como la Primera y la Segunda Guerra Mundial y otras guerras– define un tema que nunca se había definido en la política de defensa nacional. En este país no lo propone un tipo de derecha, lo propone un tipo de izquierda: Lula en 2006, que modifica cuatro artículos de la ley de defensa nacional. Básicamente Brasil definía la defensa dentro de su territorio, o sea, las Fuerzas Armadas estaban para la conservación de la defensa del territorio y los intereses de los brasileños en el territorio. Eso cambia en 2006. Brasil dice: "Vamos a defender nuestros intereses donde sea". Eso cambia todo el movimiento del continente, porque Brasil comienza una carrera de armamentos, cambia su estrategia de tecnología, las fábricas de aviones dejan de diseñar con Estados Unidos porque la tecnología no era de última generación, hace acuerdo con Francia, Rusia, Sudáfrica, compra submarinos atómicos, desarrolla bases continentales...

JAE - ...¿Usted dice que la región se está complicando, se sigue complicando?

JS - Comenzó a armarse peligrosamente, esa es mi preocupación.

JAE - ¿Esto es sinónimo de complicación?

JS - Sí, porque si la región no logra consolidar un proyecto de unidad, como la Unasur, propuesta por Brasil –por supuesto que Brasil con su actitud de país grande va a querer liderar la Unasur, y me parece perfecto, la tiene que liderar–, puede tener resquebrajamientos y conflictos, aunque sea puntuales. Porque hay intereses hoy que son los intereses de todo el mundo. La explosión demográfica del mundo no va en crecimiento en América Latina, va en todo el mundo, va en los 9.000 millones de habitantes. Y la guerra por el agua, por la comida, por los recursos, por la energía, puede ser convertir el continente en un incendio total. Hay un discurso de Fidel Castro de hace 15 años muy interesante, en el que hablaba de estos temas. Decía: "Si no logramos una unidad en el continente latinoamericano que termine con nuestras disputas internas locales entre fronteras o entre hermanos, podemos no consolidar un proceso de defensa del continente que nos lleve a formar un incendio entre nosotros mismos".

JAE - Frente a esa eventualidad, frente a esa situación de complicación en la región, ese eventual incendio...

JS – Hay fronteras calientes...

JAE - ¿Cuál es la solución para Uruguay? ¿Sigue insistiendo en la posibilidad de promover...?

JS - No, Uruguay no tiene que entrar en ninguna carrera armamentista, sino que tiene que ir por la vía diplomática –lo dice la ley, nosotros votamos la ley–, que es la herramienta para un país chico como Uruguay. Sí tener a sus Fuerzas Armadas modernizadas y adiestradas, porque uno nunca sabe lo que puede suceder en el continente y cómo debe participar en la defensa del continente. No tenemos que pensar en guerras entre hermanos, al contrario, nosotros somos aliados estratégicos en la región por los recursos, por el agua dulce, por la comida, por la energía. Eso es lo que hay que consolidar en el marco de la Unasur. La creación de la Unasur y el Consejo de Defensa del Sur van por ese camino. Brasil nunca tuvo Ministerio de Defensa Nacional, siempre tuvo Ministerio de Guerra de cada fuerza. Hoy tiene un Ministerio de Defensa que hace política hacia fuera con un tipo que viene del riñón de Itamaraty y que además es de derecha. Hay que mirar cómo funciona Brasil hoy, cómo se está preparando. Acompañar la posición de Brasil es fundamental para un país chico.

Nosotros no tenemos que comprar armas, pero hay una preocupación.

JAE - Esta idea de enseñar manejo de armas a estudiantes de quinto y sexto queda de lado.

JS - Yo no lo planteé nunca, se interpretó mal. Yo planteé lo que hoy se está planteando, por ejemplo, en España y otros países europeos: retomar los temas de discusión de defensa en el marco de la educación. Eso no tiene nada que ver con la instrucción de armas, usar o no armas. La ley de instrucción está vigente en Uruguay, lo único que derogamos fue la obligatoriedad. En Uruguay era obligatoria la instrucción militar, por ley...

JAE - ...Pero ¿cuánta gente se va a instruir por voluntad propia?

JS - El que quiera que lo haga. Más allá de que usted se vaya a instruir en armas a un cuartel o que ingrese a las Fuerzas Armadas o que haga escuela militar, yo hablo de la educación en la defensa. Fue lo que yo planteé en aquel momento: educar en la defensa, que en muchos casos no tiene que ver con las armas. Porque en situaciones como lo de Haití, que no tiene nada que ver con guerras, que tiene que ver con un problema climático, un sismo que hace una destrucción brutal, los medios de comunicación, la tecnología, el transporte: todo tiene que ver con la defensa.

JAE - ¿Le generaron muchos problemas aquellas palabras del año 2006?

JS - No, se generó una linda discusión porque permite aclarar un montón de temas e introducir en el marco de la sociedad una discusión que no se da. La sociedad uruguaya no ha discutido nunca el tema de la defensa. Uno cree que la defensa son los militares, y los militares son el componente profesional, nada más; la defensa es mucho más amplia, tiene que ver con el espacio aéreo, tiene que ver con lo que va a pasar el año que viene con las 330 millas de la plataforma, la ampliación. Necesitamos cuidar eso.

Hay otros recursos, puede haber petróleo, y si hay petróleo, cambia Uruguay como país en el mundo. Hay que mirar lo que les ha pasado a los países petroleros, cuál es la situación del mundo. Todo eso tiene que ver con la discusión. Y no es ir con fusiles y misiles, sino que la sociedad sea consciente de lo que tiene que defender.

Uruguay no tiene posibilidades de defender determinadas cosas con las armas, pero tiene la posibilidad de tener una conciencia nacional de la defensa que le permita integrarse a determinadas políticas que se llevan adelante en el marco del continente y se plantean en la discusión de la Unasur. Eso va a permitir también enfriar un poco el continente; tenemos fronteras calientes. No hay que olvidar el diferendo que Bolivia tiene con Chile desde hace muchos años; y cambia el presidente en Chile. Tenemos problemas en la frontera Venezuela-Colombia–, hubo problemas en la frontera de Ecuador, hay diferencias entre Perú y algunos países del Pacífico. Hay que tratar de discutir esos temas políticamente.

JAE - ¿Piensa integrar la Comisión de Defensa en este período?

JS - Hoy presido la Comisión de Defensa y voy a continuar integrándola.

JAE - Después del 15 de febrero.

JS - Voy a retomar la Comisión de Defensa.

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Transcripción: María Lila Ltaif